Re: El Papa retira del sacerdocio al fundador de los Legionarios de Cristo
Otro acercamiento al tema:
La Iglesia ya investigó a Maciel en los años 50 y declaró que las denuncias eran «infundadas»
La Razón
24/05/2006
Los supuestos actos de pederastia que se le achacan al padre Marcial Maciel se remontan a los años 50 y 60. Sin embargo, no fueron denunciados hasta 1996, después de que Juan Pablo II definiera al fundador de la Legión de Cristo como «guía eficaz de la juventud». Esto colmó la paciencia de los que supuestamente sufrieron los abusos de Maciel, quienes decidieron acusarle ante la Santa Sede. Sin embargo, se da un dato muy significativo: el sacerdote mexicano ya fue investigado entre 1956 y 1959 después de que la Santa Sede recibiera varias denuncias por parte de seminaristas legionarios, quienes aseguraban que Maciel consumía drogas. El visitador apostólico -persona designada por El Vaticano para ocuparse de la investigación- fue monseñor Polidoro Van Vlieberghe, quien precisamente falleció hace apenas quince días.
«Infundadas». «Durante los años 50 se lanzaron muchas acusaciones contra el padre Maciel, pero ninguna de ellas era por desórdenes en materia sexual. Descubrí que todas las acusaciones hechas en su contra en ese tiempo eran infundadas», escribió el prelado en 1996, pocas semanas después de que surgieran las acusaciones. La denuncia que apuntaba a la posible adicción a la droga del fundador de la Legión de Cristo quedó pronto desarmada, «cuando Maciel se sometió a una serie de análisis médicos que demostraron la ausencia de cualquier dependencia o drogadicción».
Interrogatorio exhaustivo. Durante la investigación de monseñor Polidoro, «el padre Maciel fue suspendido de sus facultades como Superior General de los Legionarios de Cristo, a fin de permitir la integridad y objetividad de la investigación». En los tres años que duraron las pesquisas, «se interrogó a cada uno de los miembros de la Legión. Este interrogatorio fue directo y probatorio (...) En ningún momento de nuestras prolongadas y profundas entrevistas acerca del carácter y la actuación del padre Maciel emergió ni una sola afirmación de comportamientos incorrectos de carácter sexual», concluyó.
«Animosidad». Monseñor Polidoro afirmó que, «a través de mis entrevistas, observé animosidad en algunos de los miembros. Me resultó igualmente claro que las acusaciones formaban parte de un plan, una campaña organizada metódicamente para desacreditar al padre Maciel y a los Legionarios de Cristo». El visitador apostólico mostró además su «sorpresa» al comprobar que «ahora, más de cincuenta años después, el padre Maciel sea acusado de abuso sexual por algunos de los mismo individuos que no dudaron en acusarlo en los años 50 de muchas otras faltas y crímenes graves que se demostraron totalmente falsos». «Nosotros, los visitadores apostólicos, les dimos todas las oportunidades para levantar cualquier acusación que tuvieran; no obstante, no se mencionó ni una sola vez algún atropello de este tipo», señaló. «Pocos años después, tuve ocasión de encontrar a muchos de los que abandonaron la congregación en los años subsiguientes a mi investigación, y siempre encontré que ellos mostraban gratitud y benevolencia hacia la Legión y hacia el padre Maciel», agregó el prelado.
Uno de los acusadores de Maciel, Miguel Díaz, se retractó de su acusación a finales de los años 90 y expresó su dolor por «haber cedido ante las insistentes peticiones de los involucrados», y otros cuatro ex legionarios testificaron que los acusadores «los habían intentado reclutar para mentir contra el padre Maciel».
«Yo sólo puedo orar por ellos»
La Razón
El padre Marcial Maciel, que vive retirado en México desde que renunció a su cargo de Director General de la Legión de Cristo en enero del pasado año, se encuentra «con total serenidad y con tranquilidad de conciencia», según el comunicado que hizo público la congregación el pasado viernes. Nada más ha querido manifestar el fundador. Sin embargo, en abril de 2002, ante las mismas acusaciones, ya declaró que «delante de Dios y con total tranquilidad de conciencia declaro categóricamente que estas acusaciones que se hacen contra mí son falsas». «Estas acusaciones me sorprenden», proseguía, «porque tengo en mi poder cartas de algunos de ellos de los años 1960 y 1970 en las que manifiestan su gratitud y su amistad en términos muy cálidos y cordiales». Maciel concluía afirmando que «yo sólo puedo orar por ellos, para que Dios los ilumine y les dé paz».
La congregación masculina de más rápido crecimiento
La Razón
La Legión de Cristo es de las pocas congregaciones religiosas masculinas que ha visto incrementar sus efectivos tras el Concilio Vaticano II. En los últimos 40 años, ha crecido un 70 por ciento, a razón de cerca de 600 novicios anuales en todo el mundo. Cuenta con un noviciado en Salamanca, en donde se forman alrededor de 40 novicios de diferentes nacionalidades. En la imagen, el padre Maciel durante unas ordenaciones.
La Legión de Cristo acoge «con obediencia y fe» la disposición vaticana sobre su fundador
La Razón
La petición de la Santa Sede al padre Marcial Maciel para que lleve «una vida reservada de oración y de penitencia, renunciando a todo ministerio público» ha sido acogida «con profundo espíritu de obediencia y fe» por la Legión de Cristo. El comunicado vaticano pone punto y final al proceso que se inició en 1998 en la Congregación para la Doctrina de la Fe por las acusaciones «por delitos reservados a la competencia exclusiva del Dicasterio» hechas públicas contra el fundador de los legionarios. Según la nota, «después de haber sometido los resultados de la investigación a atento estudio», el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación, «teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del reverendo Maciel como su débil salud», decidió «renunciar a un proceso canónico» e invitarle a la oración y la penitencia. «El Santo Padre ha aprobado estas decisiones», concluye el texto.
«El comunicado de la Santa Sede de la pasada semana sólo habla de recomendación y en ningún momento se le prohíbe expresamente que aparezca en público. Sin embargo, el sólo deseo de la Iglesia es una orden para nuestro fundador», han asegurado a LA RAZÓN fuentes de la congregación religiosa. Otras fuentes han asegurado que el sacerdote mexicano, de 86 años, «está muy tranquilo, sereno, en paz con su conciencia. Su única preocupación es la de infundir ánimos en todos los legionarios».
Jarro de agua fría. En las filas de la Legión de Cristo y del movimiento Regnum Christi la noticia ha caído, obviamente, como un jarro de agua fría. Sin embargo, las fuentes aseguran que «el espíritu de obediencia al Santo Padre y de amor a la Iglesia se mantiene intacto». «Es más: hasta puede haberse incrementado -prosiguen-. Por ejemplo, muchos ya teníamos previsto acudir al encuentro de Benedicto XVI con los movimientos eclesiales que se celebrará dentro de un par de semanas en Roma. Desde que se ha hecho público el comunicado, las solicitudes de miembros del Regnum Christi que quieren acudir para mostrar su adhesión al Papa se han incrementado notablemente».
Muchas fichas se han movido en torno a la congregación religiosa -la de más rápido crecimiento en la Iglesia- desde que El Vaticano hizo público su comunicado el pasado jueves. Los primeros en manifestarse, tras los Legionarios de Cristo, fueron los obispos mexicanos -país de origen de la orden religiosa y en donde goza de una mayor implantación-. Los prelados han manifestado «su plena comunión con el Santo Padre Benedicto XVI» y han subrayado, como hace el comunicado vaticano, «la labor evangelizadora y social que la congregación de los Legionarios de Cristo ha realizado en favor de millones de mexicanos».
El cardenal Norberto Rivera, cardenal primado de México, salió en defensa del padre Maciel, al que le une una gran amistad, y aseguró que «todo lo que se ha dicho de que ha sido condenado por El Vaticano y apartado del sacerdocio es puro cuento, porque el documento sólo le invita a retirarse a la vida privada».
Compromiso en cuerpo y alma.La Legión de Cristo es una congregación religiosa de derecho pontificio, fundada en 1941 por el padre Marcial Maciel en México. Dieciocho años después, el sacerdote fundó la rama laica, llamada desde entonces Regnum Christi. En su propia página web (
www.regnumchristi.org), el movimiento recuerda que la afiliación «es una respuesta personal y libre a una llamada del amor de Dios»: «Conlleva un compromiso a dedicarse en cuerpo y alma a llevar a los demás el conocimiento y amor de Jesucristo». Los legionarios de Cristo, los miembros del Regnum Christi, -continuaba explicando el padre Maciel-, queremos ir por todo el mundo a predicar el Evangelio sin tener miedo». Y, literalmente, por todo el mundo han ido. El esfuerzo de casi 60 años de trabajo se ha traducido en más de doscientos centros educativos, además de los seminarios en los que estudian cerca de 2.500 seminaristas.
Y es que, finalmente, detrás de esta labor de apostolado se esconde el carisma fundamental de esta congregación: servir a la Iglesia. Por eso, viendo los frutos, la nota vaticana no duda en concluir que «independientemente de la persona de su fundador, se reconoce con gratitud el benemérito apostolado de los Legionarios de Cristo y del Regnum Christi».
Por sus frutos los conoceréis
La Razón / Álex Rosal
Es difícil poder opinar de lo que no se conoce. Y los plumillas, que somos muy lanzados, solemos pontificar de todo. Que si la crisis del Real Madrid, que si el garrulo ése que se fue al extranjero y tuvo un accidente por culpa del cuñado que le estafó y... O la bruja Piruli que regresa a televisión y va a arrasar. Es raro, raro, raro, por no decir, casi imposible, encontrarse con un colega que sobre la última noticia que escupe la agencia, te diga: «Lo siento, no sé nada de este asunto». En los últimos días me ha preguntado mucha gente sobre la nota de la Santa Sede sobre el padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Sobre si el padre Maciel es culpable o no de unos supuestos abusos sexuales; sobre el futuro de la congregación; sobre los propios Legionarios de Cristo, sobre el Papa Benedicto XVI, sobre... Y tengo que decir con dolor: «Lo siento, no sé nada». Lo único que sé es lo que he visto con mis ojos: la entrega total de cientos de personas que pertenecen a los Legionarios de Cristo o al movimiento Regnum Christi a vivir el Evangelio con profundidad, dejando para ello comodidades y carreras prometedoras. Trabajando para ayudar a los más pobres de sus carencias materiales o espirituales. Fundando colegios para educar cristianamente a las nuevas generaciones; construyendo hogares para los necesitados; ayudando a las familias a permanecer unidas y felices. En definitiva: desgastándose por Cristo, en plena fidelidad al Santo Padre y a la Iglesia. Eso es lo que conozco. Jesús dice en el Evangelio: «Por sus frutos los conoceréis». Y son muchos los frutos que ha aportado la Legión de Cristo a la extensión del Evangelio. Y si las ramas dan frutos, es normal concluir que el tronco está sano. Un árbol seco no puede dar frutos. Y no creo que Dios pueda bendecir a una obra de quien no le es fiel.