Benedicto XVI pide a ZP que cumpla los acuerdos

18 Noviembre 1998
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EN LA PRESENTACIÓN DE CREDECIALES DE VAZQUEZ COMO EMBAJADOR
Benedicto XVI pide a Zapatero que cumpla los "acuerdos Iglesia-Estado" y equipare la asignatura de Religión al resto
El Papa ha defendido ante el embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez, la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer y ha pedido que la enseñanza de la religión católica se imparta "en condiciones equiparables" a las otras asignaturas, "como contemplan los acuerdos Iglesia-Estado". Además, ha proclamado el derecho a la vida "desde su concepción hasta el ocaso natural" y el derecho "a nacer, a formar y a vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas

L D (EFE) El Sumo Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que ha dirigido a Vázquez, que este sábado ha presentado sus cartas credenciales como embajador de España ante la Santa Sede. La audiencia, que se celebró en la Biblioteca privada del Papa, ha durado veinte minutos y se ha desarrollado en un ambiente de cordialidad, según han precisado fuentes españolas.

El Papa ha resaltado en su discurso el viaje que realizará a Valencia el 8 y 9 de julio para participar en el V Encuentro Mundial de la Familia, que le permitirá, según ha dicho "celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social".

Benedicto XVI ha hecho votos para que las relaciones entre España y la Santa Sede "se refuercen y progresen, reflejando el respeto y el entrañable afecto de tantos españoles por el Papa".

Con anterioridad, Vazquez había asegurado al Papa que su designación expresa "la clara voluntad de diálogo" del Gobierno español con el Vaticano. "Mi nombramiento conlleva una clara voluntad de diálogo por parte del Gobierno de España que designa como embajador ante su Santidad a un político que nunca ha ocultado su condición de católico y que siempre ha intentado ser públicamente consecuente con su fe", ha señalado Vázquez, transmitiendo al Pontífice su "total y absoluta dedicación al servicio de esta voluntad de diálogo y colaboración" que el Gobierno español quiere expresar al Vaticano.

Asimismo, se ha felicitado de que Benedicto XVI haya elegido España como "uno de los primeros países que visitará en su Pontificado", con motivo de su asistencia el 8 y 9 de julio a la Jornada Mundial de la Familia que se celebra en Valencia.


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Como aperitivo de lo que va a suponer su visita a España no está nada mal, :musico6:
 
Re: Benedicto XVI pide a ZP que cumpla los acuerdos

LE LETTERE CREDENZIALI DELL’AMBASCIATORE DI SPAGNA PRESSO LA SANTA SEDE

Alle ore 11 di questa mattina, il Santo Padre Benedetto XVI ha ricevuto in Udienza S.E. il Signor Francisco Vázquez Vázquez, Ambasciatore di Spagna presso la Santa Sede, in occasione della presentazione delle Lettere Credenziali.

Pubblichiamo di seguito il discorso che il Papa ha rivolto al nuovo Ambasciatore, nonché i cenni biografici essenziali di S.E. il Signor Francisco Vázquez Vázquez:


DISCORSO DEL SANTO PADRE

Señor Embajador:

1. Me es grato recibir las cartas que acreditan a Vuestra Excelencia como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de España ante la Santa Sede, y le agradezco cordialmente las palabras que ha tenido a bien dirigirme, así como los apreciados saludos de parte de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, de la Familia Real, de su Gobierno y de la Nación española. Le ruego que les trasmita mis mejores deseos de prosperidad y de bien espiritual para ellos y todos los españoles, a los que tengo muy presentes en mis plegarias.

He tenido ocasión de visitar varias veces su País, del cual guardo un recuerdo muy grato, tanto por la amabilidad de las personas con quienes me he encontrado, como por la abundancia y alto valor de la numerosas obras de arte y expresiones culturales diseminadas por su geografía. Es un patrimonio envidiable, que denota una brillante historia, imbuida profundamente de valores cristianos y enriquecida también por la vida de eximios testigos del Evangelio, dentro y fuera de sus fronteras. Este patrimonio comprende obras en las que sus creadores han plasmado sus ideales y su fe. Si esto se ignorara o acallara, perdería buena parte de su atractivo y significado, pero seguirían siendo, por decirlo así, «piedras que hablan».
2. Las multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede, como Vuestra Excelencia ha indicado, reflejan el vínculo constante del pueblo español con la fe católica. La gran vitalidad que la Iglesia ha tenido y tiene en su País es como una invitación especial a reforzar dichas relaciones y fomentar la colaboración estrecha entre ella y las instituciones públicas, de manera respetuosa y leal, desde las respectivas competencias y autonomía, con el fin de lograr el bien integral de las personas que, siendo ciudadanos de su patria, son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia. Un camino importante para esta cooperación está trazado por los Acuerdos suscritos entre el Estado Español y la Santa Sede para garantizar a la Iglesia Católica «el libre y público ejercicio de las actividades que le son propias y en especial las de culto, jurisdicción y magisterio» (art. I del primer Acuerdo, 3 de enero de 1979).

En efecto, como usted sabe, Señor Embajador, la Iglesia impulsa a los creyentes a que amen la justicia y participen honestamente en la vida pública o profesional con sentido de respeto y solidaridad, para «promover orgánica e institucionalmente el bien común» (Encíclica Deus caritas est, 29). También está comprometida en la promoción y defensa de los derechos humanos, por la alta consideración que tiene de la dignidad de la persona en su integridad, en cualquier lugar o situación en que se encuentre. Pone todo su empeño, con los medios que le son propios, en que ninguno de esos derechos sea violado o excluido, tanto por parte de los individuos como de las instituciones.

Por eso, la Iglesia proclama sin reservas el derecho primordial a la vida, desde su concepción hasta su ocaso natural, el derecho a nacer, a formar y vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas. A este respecto, el Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar próximamente en territorio español, en Valencia, y que espero con ilusión, me dará oportunidad de celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social.

3. La Iglesia insiste también en el derecho inalienable de las personas a profesar sin obstáculos, tanto pública como privadamente, la propia fe religiosa, así como el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación o exclusión explícita o encubierta. A este propósito, es para mí un motivo de satisfacción constatar la gran demanda de la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas españolas, lo cual significa que la población reconoce la importancia de dicha asignatura para el crecimiento y formación personal y cultural de los jóvenes. Esta importancia para el desarrollo de la personalidad del alumno es el principio básico del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre la enseñanza y asuntos culturales, en el cual se establece que la enseñanza de la religión católica se impartirá «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales» (art. 2).

Dentro de su misión evangelizadora, la Iglesia tiene también como tarea propia la acción caritativa, la atención a cualquier necesitado que espera una mano amiga, fraterna y desinteresada que alivie su situación. En la España de hoy, como en su larga historia, este aspecto se manifiesta particularmente fecundo por sus numerosas obras asistenciales, en todos los campos y con gran amplitud de miras. Y, puesto que esta labor no se inspira en estrategias políticas o ideológicas (cf. Encíclica Deus caritas est, 31,b; 33), encuentra en su camino personas e instituciones de cualquier procedencia, sensibles también al deber de socorrer al desvalido, quienquiera que sea. Basándose en este «deber de humanidad», la colaboración en el campo de la asistencia y ayuda humanitaria ha conseguido muchos logros, y es de esperar que se fomente cada vez más.

4. Señor Embajador, al concluir este encuentro, le reitero mis mejores deseos en el desempeño de la alta misión que se le ha encomendado, para que las relaciones entre España y la Santa Sede se refuercen y progresen, reflejando el respeto y el entrañable afecto de tantos españoles por el Papa. También espero que su estancia en Roma sea fecunda en experiencias humanas, culturales y cristianas, y usted y su distinguida familia se sientan como en su casa, aunque sin olvidar las hermosas tierras del extremo occidental de Europa, de donde provienen, y en las que arraigó muy pronto el Evangelio, cuya difusión después, bajo el patrocinio del apóstol Santiago, contribuyó a promover y mantener vivas las raíces cristianas de Europa.

Le ruego que se haga intérprete de mis sentimientos a Sus Majestades los Reyes de España y a las Autoridades de tan noble Nación, a la vez que invoco abundantes bendiciones del Altísimo sobre usted, sus seres queridos y colaboradores de esa Representación diplomática.


http://212.77.1.245/news_services/bulletin/news/18400.php?index=18400&lang=sp
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IM-PRE-SIO-NAN-TE
 
Re: Benedicto XVI pide a ZP que cumpla los acuerdos

Catecismo y programa
Por JUAN MANUEL DE PRADA
ABC

LAS declaraciones a la prensa de Francisco Vázquez, nuevo embajador español ante la Santa Sede, no han podido ser más pintureras; pero quizá estuviese probando la cuadratura del círculo, intentando a la vez satisfacer a quien lo envía de emisario y no contrariar sus convicciones religiosas. Vázquez, que ha leído el Evangelio, sabe cuán difícil es servir a dos amos. Más desafortunada se me antojó la mención específica que el nuevo embajador hizo al papel que la Iglesia podría desempeñar en el proceso abierto tras el llamado «alto el fuego permanente» de los asesinos etarras. Utilizar las palabras de Benedicto XVI con fines partidistas me parece una imprudencia indigna de un diplomático, sobre todo si se confiesa tan rendidamente católico.
Pero no eran las incontinencias de Vázquez las que quería glosar aquí, sino las muy taimadas necedades con que Fernando Moraleda, convertido en secretario de Estado de Intoxicación, respondió al breve discurso que Benedicto XVI había pronunciado ante el nuevo embajador. Descubrimos en ellas esa mezcla estragadora de malicia, bravuconería, tergiversación y argumentos cefalópodos que vienen caracterizando los mensajes que el Gobierno español lanza a las jerarquías eclesiásticas. Así, por ejemplo, el secretario Moraleda afirmó que «carece de sentido que el Estado financie a la Iglesia, porque la Constitución Española recoge que el Estado español es aconfesional»; se le olvidó, en cambio, añadir que también recoge que «los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica». Se había referido el Papa en su discurso -citando tácitamente el artículo 27 de nuestra Constitución- al «derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación acorde con sus propios valores y creencias, sin discriminación ni exclusión explícita o encubierta»; y había recordado también que la enseñanza de la religión católica debe impartirse «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales», tal como lo establece el Acuerdo entre el Estado Español y la Santa Sede sobre materia educativa. El secretario Moraleda, ante la intachable y muy sucinta exposición jurídica del Papa, se sale por peteneras y aduce que el Gobierno «tiene que atender un programa y no puede atender el catecismo». Se le olvidó añadir que, antes que un catecismo o un programa, el Gobierno tiene que atender la ley, bajo cuyo imperio se halla mientras no se demuestre lo contrario (aunque no falten los indicios de que ya ha empezado a situarse por encima de ella). Y la ley establece exactamente lo que el Papa demandó.
A continuación, el secretario Moraleda lleva hasta sus últimas consecuencias esa mezcla de avilantez y pensamiento mameluco que ya habíamos detectado en su apología del programa (que es el catecismo al que se aferran quienes prefieren ignorar la ley): «El Ejecutivo garantiza a todos aquellos niños que quieran estudiar religión que lo hagan, pero nunca lo impondría a aquellos que no lo quieran; como nunca impondremos a los ciudadanos una guerra que no quieren ni un estado de las autonomías que no desean, y por eso dejamos que se expresen y decimos que este es el Gobierno de los ciudadanos». Dejaremos aparte la caspa retórica que infesta el segundo período de la oración: ese batiburrillo de clase de religión, guerra y estado de las autonomías denota una empanada mental importante, amén de una propensión demagógica con densidad de mugre. Pero, centrándonos en el primer período, ¿podría explicarnos el secretario Moraleda a quién desea intoxicar? ¿Acaso la Iglesia pretende que se imponga la enseñanza de la religión a los niños que no la quieren? ¿En qué catecismo o programa de mendacidad ha aprendido el secretario Moraleda su oficio?
 
Re: Benedicto XVI pide a ZP que cumpla los acuerdos

¿Acaso la Iglesia pretende que se imponga la enseñanza de la religión a los niños que no la quieren? ¿En qué catecismo o programa de mendacidad ha aprendido el secretario Moraleda su oficio?

No se en que catecismo lo ha aprendido Moraleda, lo que si se es que la respuesta a la pregunta es "SI"