Homosexuales

9 Abril 2006
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Luis Fernando dijo:
Si a mí me pregunta eso un homosexual le diré:
¿crees que la Biblia es palabra de Dios? ¿sí o no?
Si no lo crees, ¿qué más da lo que yo te diga?
Y si lo crees, ¿porqué me haces a mí las preguntas que en todo caso tendrías que hacerle a Dios? ¿o es que acaso he escrito yo la Biblia? ¿he sido yo el que he dicho que los que se acuestan con hombres no pueden entrar en el Reino de los cielos?
Si de verdad eres cristiano, sabrás que Dios da gracia suficiente como para resistir al pecado. Pues bien, agárrate a esa gracia y no lleves una vida de pecado que sólo te puede llevar al abismo de la perdición. De mí obtendrás toda la ayuda posible por medio de mis oraciones. Pero jamás obtendrás un falso apoyo consistente en ayudarte a tapar tu pecado justificando aquello que no se puede justificar.
Bien, no eres tú el que debe decir si justificar a un homosexual o no, Dios lo dice, en Dios está el problema, cambiemos a Dios!!! :cheeky-sm

La PRÁCTICA de la homosexualidad es pecado. Así lo dice Dios
La práctica de la homosexualidad es un pecado. Querer amar a una persona que no es tu contrario es pecado. Querer sentirla, saborearla, conocer cada rincón de su mente y corazón es pecado. Querer besarla, estar con esa persona, entenderla en su ser, adorar sus hábitos y actitudes, sus deseos y virtudes, sus caprichos, compartir los pensamientos más íntimos con esa persona, adorarla por quien es. Encontrarse en una escalera encaminada hacia el cielo, querer conocer el séptimo cielo con esa persona, creer en la igualdad de derechos y oportunidades, conocerte a tí mismo tanto que entiendes lo que es tu ser, saber que no te gusta el contrario de tu sexo, entender que cada momento que pase te deja cada vez más y más al tanto de lo que son tus deseos, esperanzas, y ver cada momento de tu día florecer el secreto más profundo de tu ser. Buscar conocer un mar de esperanzas y deseos en un mundo que no te acepta en tu real ser. Sentir vergüenza de tus acciones, pensar en lo insatisfecho que te dejaría no seguir tus intereses y deseos, darte cuenta de que en realidad no hay nada malo en tí, sentirse apartado, marginado, querer gritar, contar lo que eres, esperar a que el mundo te acepte, conocer las raíces de tu ser, alimentarse de una visión, un sabor, un olor, un corazón, un sentir, un vivir, un amar, un buscar y encontrar, eliminar los prejuicios de tu ser, crecer como persona. Eliminar el sentimiento negativo hacia aquellos que no te aceptan, luchar por tu derecho a ser, frustrarse y volver a encontrar el camino, creer en llegar a ser íntimo con esa persona, creer en el secreto más grande con esa persona. Vivir una pasión sin límites, emocionarse por la grandeza de este sentimiento, amar sin límite, querer abarcar la galaxia de lo que es el otro ser, el infinito insoldable de su alma. Sentirse perdido, un niño en las riberas de un océano, escuchar latir el corazón de otra persona, toc-toc, como el tiempo y segundos que corren por las venas de ese ser, como un telegrama hacia un vivir y sentir y emocionar a la otra persona. Buscar que la otra persona te desafie, querer desafiar a la otra persona en su ser. ¿Es todo eso un pecado?
Desafiar el tiempo, sentirse pequeño en el infinito, creer en el calor de sus brazos, alimentarse de su corazón y sus sentimientos, conocer la mente de su ser, esperar que esa persona te corresponda su amor, llegar a conocerla en todo ámbito y aspecto, explotar. Vivir una vida, formar una pareja, regalonear, adorar su alma, su cuerpo, su ser, su vida, su más íntimo ser. Buscar que te reconozcan el derecho a estar con esa persona, reconocer lo que eres: un maricón. Reírte de tí mismo, tomarte en serio, pecar cada momento de tu vida. Pecar contra Dios, pecar junto a esa persona hasta que te quedes exhausto de amor. Hacer del amor el pecado más grande que cometerás, desaparecer en lo eterno como una efímera esperanza, la semilla de la creación misma, razonar el principio básico de tu ser, entenderte en plena magnifiscencia, hacer de Dios un verdadero maricón en todo el sentido de su ser. Conocer a Cristo mejor que nadie, es que ustedes no se dan cuenta de cuales son sus enseñanzas, necios. No construyan sus casas sobre la arena, que llegan las lluvias y se las llevarán, háganlas sobre la roca. Entiendan el fundamento de la doctrina en su raíz. Sientan el evangelio. Eliminen todo prejuicio moral, sean semejantes a Cristo.

PD: Ay, me siento gay, me da cosa publicarlo, noten que no soy homosexual, solo estoy defendiendo el caso. Lo voy a subrayar por sí acaso. ¿Se capta lo que digo?

Voy a hablar un poco sobre homosexuales:
Es cierto, hay de todas clases, a uno le da por hacerle cuchi cuchi a un homosexual y igual, siendo que si ser o no homosexual es bueno o aceptable es algo relativo y depende del caso en particular, pese a que yo defiendo una postura heterosexual, no me parece tan malo o despreciable que dos personas del mismo sexo se amen. No me parece lógico juzgarlos por sus gustos, lo que quiero decir es que lo que ellos te dirían: no me gustan las féminas, no me puedes negar tener mis gustos, estoy en mi derecho de eligir, quiero ser lo que soy, ¿quién eres tú para juzgarme?
El argumento contra uniones homosexuales que se ven en debates políticos viene de la religión, dicen: Dios creó al Hombre y la Mujer, los tipos van en contra de la naturaleza misma. y no, matrimonios homosexuales no, porque el matrimonio es sagrado, el matrimonio es entre un hombre y una mujer. Igual, hay toda clase de mariquitas y a uno quizás no le guste ver a alguien así por ahí o le cause risa o le quieras hacer cuchi cuchi, pero hay unos bien machotes y hay de los que comparten un verdadero sentimiento romántico, el máximo que uno puede encontrar. Hay toda clase de casos, como hay diversidad de personas, la gente debe eligir, cada uno debe tener sus creencias, no se habla de alguna clase de aberración, a pesar de que muchos lo consideran así, yo no lo creo. El amor entre dos personas homosexuales puede ser hermoso, como lo es el amor entre dos personas de distinto sexo. No me digan que eso es algo malo, porque no lo es, ellos son los que eligen como quieren formar sus vidas. Ellos son libres y la libertad es importante, no se trata de que ellos cometan algún acto de mal, ellos solo quieren ser como ellos son, no puedes hacer que a un homosexual le gusten las mujeres, es diferente de tí, bien, pero no le puedes negar el tener sus ideas acerca de lo que el amor debe ser. Me parece que una relación entre dos personas homosexuales puede ser hermosa, el que dos personas así se amen es algo remarcable. Cristo enseñó: no juzguen y no sereis juzgados. Ama a tu prójimo como a tí mismo. Si te pegan en una mejilla, presenta la otra, si te hacen llevar una roca pesada por una milla, llévala por dos, etc. ¿Es que ninguno de ustedes comprende la doctrina de Cristo?
 
Re: Homosexuales

Sólo quiero hacerte una pregunta:
Si un hombre casado se enamora de otra mujer y se separa de la suya, ¿el amor que tiene por esa otra mujer, que puede ser definido con los mismos términos que tú estás usando para hablar del amor entre homosexuales, hace que su adulterio esté justificado?
 
Re: Homosexuales

Sólo quiero hacerte una pregunta:
Si un hombre casado se enamora de otra mujer y se separa de la suya, ¿el amor que tiene por esa otra mujer, que puede ser definido con los mismos términos que tú estás usando para hablar del amor entre homosexuales, hace que su adulterio esté justificado?

Adulterio. Mantención de relaciones extramaritales. Un tipo ya no siente la misma atracción hacia su mujer, se enamora locamente de la chica que vende diarios. Sigue su instinto más primitivo, los dos mundos, el del tipo y de la chica chocan. La mujer no tiene ni idea, de pronto todo se vuelve una farsa y el tipo da excusas inverosímiles a su mujer solo para estar con la chica. El tipo ya no siente el mismo amor por su mujer, ama a otra, una nueva reina de su corazón. ¿Es su adulterio justificado? El tipo rompe un voto de la sagrada institución del matrimonio, el tipo es infiel. El tipo rompe su juramento de amar, respetar y decirle la verdad a su mujer. El tipo vive una farsa, su matrimonio ya no es el mismo de antes, cada palabra, cada frase que dice a su mujer es un vil engaño. “Me he convertido en un traidor por amor, no eres la mujer de mi corazón, todo nuestro lazo es algo fingido.” Toda la relación es un engaño. “ ¿Qué quieres que te diga? Ya no siento el afecto, el cariño que sentía por ti antes, ya no siento el toque, el calor que solías tener, las cosas que más me maravillaban de ti son las que repudio. Necesito sentir algo de amor en mi vida, necesito sentir su perfume, su cabeza recostada en mi pecho, su pelo atando mi ser más y más, como un imán que me atrae y no puedo librarme de él, solo deseo llorar, solo sé que la amo. No eras la indicada, no eres la mujer de mi vida.” El tipo conoció el secreto más profundo de su mujer, ha estado dentro suyo, ha sentido su cuerpo y alma acurrucarse frente al suyo, la hizo sentir suya en todo momento y ahora se acuesta con otra. ¿Su defensa? Amor hacia esa chica. Hizo sentir engañada a su mujer, la hizo sentir despreciable, la hizo preguntarse dónde se equivocó y qué no hizo bien, la hizo llorar en gran manera, se suponía que ella le pertenecía en lo eterno!, la hizo sentir abandonada, inútil, la hizo desgarrar sus ropas en lo profundo de su ser. Por amor a otra. ¿Quién es esa chica por la que has abandonado los principios básicos de la moral? La diosa de su corazón, su polo opuesto, su alma gemela, la única… otra más. En verdad duele ver eso. ¿Qué no tuviste tu tiempo para conocer y amar y vivir y conversar y saborear los pequeños momentos que te ofrecía la vida junto a tu mujer? ¿Por qué no te diste cuenta de que ella no era la adecuada antes de casarse? Has destruido el lazo de amor, has destruido el sagrado matrimonio, has destruido cada momento, cada fracción de tiempo que pasaste con tu mujer, lo has fracturado en su raíz. Has destrozado un corazón, has sido egoísta, has adulterado, convertiste a tu mujer en una ramera. Cada palabra no dicha, cada silencio será la espina en tu corazón. ¿Te arrodillarías ante tu mujer para pedirle perdón porque no fuiste lo suficientemente fuerte, porque esa chica te encantó con su magia más fuerte? Has convertido tu amor en engaño hacia tu mujer. Fuiste estúpido, amaste con sinceridad, sacrificaste tu relación por amor. ¿Estás dispuesto a llevar tu pecado como Cristo? Soy solo un hombre. ¿Entiendes lo que has causado? Sí. ¿Cuánto pesa el amor que sientes? ¿Cuánto pesa la traición? ¿Eres capaz de sentirlo en tu corazón o no? ¿Puedes sentir el dolor? Toma tu cruz y vete, tus pecados te son perdonados. Te aseguro que ni el 5% de los hombres en verdad se sentiría abrumado por lo que hizo y no pensaría en lo que ha causado a su mujer y disfrutaría cada momento de vida con esa chica. Debes ser un cordero para entender el real significado de tu traición, debes conocer al lobo en la mirada y el sentir de tu mujer hacia ti por lo que has hecho para realmente entender.
No defiendo el adulterio, bien?
Sí, el amor es definido en los mismos términos, pero en el caso del adulterio el tipo engañó a su mujer, destruyó el lazo de su matrimonio, la hizo sentirse repudiada, jugó con sus sentimientos. ¡Le había prometido amarla y cuidarla para siempre!. En el caso de la homosexualidad se tiene a dos personas que han encontrado amor el uno por el otro, el único problema es que ellos no son la contraparte del otro. Hay una diferencia sustancial.
 
Re: Homosexuales

Dices que el tipo rompe la sagrada institución del matrimonio.

Oye, perfecto. Ocurre una cosa. Entre dos homosexuales jamás puede haber una unión sagrada llamada matrimonio, pues "dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne."


Y por otra parte, tenemos también el caso de un matrimonio en el que ambos deciden separase de mútuo acuerdo. Luego cada cual rehace su vida con otra persona. En ese caso no hay traición alguna entre ambos. Simplemente se enamoran de otras personas y listo.

¿Se justifica ese doble adulterio?
 
Re: Homosexuales

Disculpa Anerrucoemerson.

¿Eres homosexual o solo defiendes la homosexualidad?

Gracias
 
Re: Homosexuales

OSO dijo:
Disculpa Anerrucoemerson.

¿Eres homosexual o solo defiendes la homosexualidad?

Gracias

Dijo que no lo era
 
Re: Homosexuales

Disculpa Anerrucoemerson.

¿Eres homosexual o solo defiendes la homosexualidad?

Gracias
Jajajajaja, maravillloso. ¿De qué otra forma podía mostrarles para que captaran lo que digo? ¿Cómo se habla con algún religioso sobre la cuestión de la homosexualidad? Los tipos siempre van a sacar la cuestión de la Fe y de que eso es pecado, yo les saqué el amor y lo que esas personas pueden ser o sienten o viven, ustedes juzguen el pecado. Fráncamente,no siento ninguna clase de atracción hacia los hombres, nunca la he sentido OK? Una vez más, solo presenté el caso.

Dices que el tipo rompe la sagrada institución del matrimonio.

Oye, perfecto. Ocurre una cosa. Entre dos homosexuales jamás puede haber una unión sagrada llamada matrimonio, pues "dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne."
Dime algo,. ¿cuál es el objetivo de una oración? Conversación con >Dios, cierto? Dime algo, ¿una pareja homosexual es incapaz de mpostrarse digna ante Dios por el amor que sienten? Ante Dios, por amor, las personas le expresan a Dios el amor que se sienten el uno por el otro. El matrimonio es una máxima oración a Dios, el cojmpromiso de amor mutuo. Por una oración, por un real deseo de ser y compartir con su amado, ¿no perdonarías el pecado de la homosexualidad? Los homosexuales van en contra de la naturaleza misma. Dime algo, ¿es contrario a la naturaleza de Dios el amar?
Hay una diferencia entre decir que algo es pecado y condenarlo. No tienes porque estar de acuerdo, pero no eres nadie para condenarlo. En el antidguo testamento se condenaba la homosexualidad con el apedreo. Dime, ¿provenía eso de Dios o de los hombres? Revela ante mí la naturaleza de Dios. Si dices que venía de Dios, diré que estás mal en tus principios, o que Dios no es un Dios de amor. Si dices que venía de los hombres, ¿cómo puedes decir que Dios lo condena?
Y en cuanto al versículo que usaste, dime si acaso yo defiendo que la homosexualidad se propague y todo eso? Los contrarios se unen, esa es la base, la piedra angular de la sociedad, pero los semejantes deben ser libres para ser y vivir, condenarlos no está en nuestras manos. Y si ellos irán al infierno por lo que hacen, Dios no es un verdadero D>ios de amor.

Y por otra parte, tenemos también el caso de un matrimonio en el que ambos deciden separase de mútuo acuerdo. Luego cada cual rehace su vida con otra persona. En ese caso no hay traición alguna entre ambos. Simplemente se enamoran de otras personas y listo.

¿Se justifica ese doble adulterio?

Divorcio. Dos personas que no pueden vivir juntos. La base del divorcio es el común acuerdo (supuestamente), en donde las personas llegan a la conclusión que se cabrean la una a la otra.
Un tipo que le pega a su mujer. ¿Debemos permitir que lo siga haciendo o darle la posibilidad a su esposa de separarse de él y cortar la relación de raíz?
Tal vez cuando están a la mesa, no tienen palabras que expresarse, se gritan los unos a los otros y su amor se ha transformado en odio, los platos vuelan por la casa, una puerta cierra de gran golpe, el marido se va de la casa y deja a su mujer en sollozos.
Tal vez cuando hablan el uno con el otro se dan cuenta de que en verdad no tienen intereses comunes, el diálogo es opaco, sin brillo, o que cada uno se adentra tanto en sus p`roblemas que no oye lo que siente, piensa, vive el otro.
O un tipo bueno para la cerveza ha dejado su casa en espondrijos, o una esposa que no hace nada en la casa y la llena de inmundicias, o una persona cuya mente se fractura bajo presiones de la vida y su esposa de pronto se da cuenta de que nunca sería feliz junto a su marido.
Decir sí al divorcio, permitir que las personas lleguen a un común acuerdo de si desean continuar sus vidas juntos. Tal vez se hgan vuelto tan insoportables el uno para el otro que no desean estar juntos.
Decir no, cerrarles la puerta de salida si llegan a un punto en que la vida junto a su esposo o esposa ya no es posible. Lo que Dios ha unido nadie lo separe. Un matrimonio único e irreversible de por vida, las personas deben compartir el uno con el otro, en penas y alegrías,en todo momento darse apoyo y tratar de superar cualquier problema juntos, por más difícil que sea. Voivir el lazo que loos une hasta el fin.
Fráncamente prefiero la seguinda opción, además, en un país en donde se legaliza el divorcio, las personas se unirán y se desunirán a su antojo. Un gran ejemplo es el de las estrellas de cine y televisión en Hollywood. ¿Cómo podrían entender en toda su magnitud lo que es compartir su vida juntos?
Por otro lado, ¿no hay que darles a las personas la libertad de decidir si desean seguir compartiendo una vida, si el matrimonio no resultó? Creo enel amor de por vida, pero si no hay amor, ¿qué hacemos? Tratar de encontrar intereses comunes, buscar pasar más tiempo juntos, hacerles agradables sorpresas el uno al otro, encender la llama de la pasión, trabajar en el amor, trabajar duro si hace falta, y tratar de vivir con la persona con la que te has unido.
Igual, es un tema complicado y hay toda una clase de creencias al respecto, pero yo opino que el lazo que une a dos personas en matrimonio es eterno y creo en que las personas deben encontrar un lenguaje común y compartir los máximos sentimientos que les sean posibles, aceptar al otro en sus penas y alegrías, en sus llantos y discusiones. Entender en toda su magnitud lo que es el otro ser con el que te has unido. Vivir junto a ese ser, compartir, sentir, saber perdonar, saber mostrar tu punto de vista, aceptar lo que piensa la otra persona, buscar más que una discusión una conversación.
 
Re: Homosexuales

Bueno ante todo un cordial saludo.

Lo dificil de este tema para no volverme juez, es ponerme en el pellejo de esas personas.

Pero a veces hay que ser frio y saber diferencia entre lo que
DIOS permite y lo que nosotros pensamos por nuestros sentimientos humanos, que pueda abarcar el Amor de DIOS.

Yo creo que DIOS perdonaría aHITLER si se arrepintiere.
A cualquier persona que hubiere cometido el pecado mas atroz de la humanidad, si realmente se arrepiente de
corazon, DIOS es fiel para perdonarlo y justo para limpiarlo de toda su maldad. (1ªJn.1:9)
9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

Pero no creo que DIOS permita el adulterio, la fornicación,
la homosexualidad, o cualquier otro tipo de inmoralidad sexual, por mucho que se amen los implicados.
Creo mas bien que DIOS les llama al arrepentimiento y a que entiendan por medio de la luz del Evangelio que ese camino no es el correcto, y que una cosa es el Amor de DIOS y otra cosa, el deseo personal del hombre.

(Gal.5:19)
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

Tambien hay que reconocer que la imagen que usted está exponiendo sobre la homosexualidad es una imagen que pretende ser verdaderamente pulcra, y no digo que no lo sea, pero será en su inmensa minoria, por lo general la homosexualidada es lasciva, adultera, exhibicionista y lujuriosa

La homosexualidad y el ministerio actual

La guerra contra la homosexualidad es una de las dimensiones más preocupantes del conflicto espiritual que afecta hoy en día a la iglesia. El denominado Movimiento de Liberación Homosexual ha pasado a primer plano como una fuerza sociopolítica organizada que trata de imponer a la sociedad y a la iglesia la aceptación de una homosexualidad declarada.
Como creyentes tenemos que ser justos con los homosexuales y reconocer que su movimiento no los representa en su totalidad. Aunque sería casi imposible obtener cifras exactas, es muy posible que haya muchos más homosexuales que se niegan a participar en este movimiento corrupto que los que lo integran.
La mayoría de los homosexuales o de las personas que luchan con deseos sexuales invertidos, no tienen interés en hacer gala de su orientación sexual ante los medios de comunicación o las masas. No se sienten más interesados en desfilar por la calle principal medio desnudos y cometiendo actos sexuales vergonzosos en público que los heterosexuales. De manera que hay gente que merece nuestro amor, nuestra compasión y nuestro testimonio cristiano benévolo pero firme.
Por otro lado, dicho movimiento no es generalmente una influencia beneficiosa para los confusos homosexuales: se trata de un movimiento demoníaco. Aunque no afirmo que todos los miembros del movimiento tengan demonios, en muchos casos así es. Tampoco digo que todos ellos sean mala gente, aunque hay muchos que sí. Y algunos de sus dirigentes tal vez no estén plenamente comprometidos con el mal moral desenfrenado, pero muchos lo están.
Por último, tampoco niego que algunos miembros de ese movimiento sean personas solícitas, amables y compasivas. Tal vez en muchos casos así sea, pero no en todos.
Lo que sí afirmo es que todos son pecadores, cuya dañada sexualidad se ha convertido casi por completo en el punto central de su vida. Son esclavos de sus instintos desviados del mismo modo que los nazis lo eran de su perversión étnica, la cual les hacía considerarse una raza superior. Todo esto es muestra de manipulación por parte de las fuerzas demoníacas.
Ronald Fung hace sus comentarios acerca del último de los tres pecados morales mencionados por Pablo en Gálatas 5.19. Y ya que hay siempre cierta coincidencia cuando se describen los cuatro grupos de pecados, y como sus palabras son muy apropiadas para la inmoralidad sexual desenfrenada, característica del Movimiento de Liberación Homosexual, las aplico al tema que nos ocupa. Fung dice lo siguiente:

El pecado de «indecencia» [como traducen algunas versiones] puede representar y acercarse a la «fornicación» y a la «impureza» [o «inmundicia»], pues se trata del vicio paseado con flagrante desvergüenza e insolencia, sin respeto hacia uno mismo, ni consideración por los derechos y sentimientos de los demás o la decencia pública. Es por esto, precisamente, por lo que … la indecencia es algo tan terrible. Constituye el comportamiento de una personalidad que ha perdido aquello que debería ser su mayor defensa: el respeto hacia su propia persona y su sentido del pudor.

¡Qué fiel retrato de la imagen pública de los organizadores del día de los derechos de los homosexuales y de los desfiles por los que tratan de comunicar al mundo sus aspiraciones!
Vivo en San José, California, sólo a 65 kilómetros de San Francisco, la «Ciudad al Borde de la Bahía». San Francisco es físicamente una de las ciudades más encantadoras del mundo. Situada a orillas de la bahía que lleva su nombre, en la desembocadura del imponente río Sacramento, y rodeada de preciosas y verdes montañas, cuenta con dos de los puentes más espectaculares que existen: el grandioso Golden Gate y el espléndido Bay Bridge. La belleza de su horizonte, tanto de día como de noche, va más allá de toda descripción.
Sin embargo, esta joya de ciudad se ha convertido por desgracia en una de las capitales mundiales de la liberación homosexual. No sólo algunos de los funcionarios públicos de San Francisco hacen gala de su homosexualidad ante el mundo, sino que el día de los derechos de los homosexuales, con su celebración y desfile anual, se ha convertido en una de las exhibiciones sexuales más repugnantes de los Estados Unidos.
El desfile anual, con su semidesnudez y sus bailes sensuales callejeros ante las cámaras de televisión, le recuerda a uno a la Sodoma de Génesis 19. La perversidad de sus manifestaciones sexuales es tan repulsiva que una persona sensible no puede contemplarla sin sentirse física y emocionalmente enferma, y también triste y airado en lo espiritual.
Si los heterosexuales hicieran en público y por la televisión nacional algunas de las perversidades que realizan los homosexuales durante esa fecha, tal vez serían arrestados. Pero debido a que esta minoría descarada y sin pudor está tan afianzada en la cultura de San Francisco, las autoridades temen su ira. Así que se les permite violar el sentido público de la decencia sin miedo a serias represalias.
La mayoría del liderazgo y de los miembros del Movimiento de Liberación Homosexual parecen ser personas que han perdido el «respeto hacia sí mismos», el «sentido del pudor» y toda «consideración por los derechos y los sentimientos de los demás», como señalaba Fung. Semejante movimiento, sea cual sea la «causa» de su lucha, debe rechazarse.
Sin embargo, sus miembros individuales son todavía objeto del amor de Dios y por lo tanto deben serlo también del nuestro. Debemos odiar aquello que representan sin odiarlos a ellos como personas.
Todos son víctimas de una guerra espiritual de múltiples dimensiones. Están esclavizados por los deseos de la carne. Son arrastrados por el mundo que, confuso como está acerca del bien y el mal, los apoya, aplaude su expresión de libertad sexual y alienta su ignominia.
Sin embargo, todos son controlados por el diablo. Los demonios de perversión sexual, rebeldía, ignominia, autoaborrecimiento, amargura y enfermedad pululan dentro y alrededor de ese movimiento inspirando alegremente a sus miembros vicios todavía más flagrantes y destructivos para ellos mismos. Ni siquiera la extendida angustia de muerte que produce el SIDA los detiene en su loca carrera hacia la autodestrucción.
El presente movimiento homosexual está haciendo un esfuerzo tremendo por infiltrar nuestras iglesias, e incluso el pastorado. Sus blancos son las iglesias evangélicas conservadoras. Este es uno de los temas más graves a los que se enfrenta la iglesia hoy en día.
Mientras escribo esto, la Convención Bautista del Sur, la mayor denominación protestante de los EE.UU., acaba de triunfar en contra de los intentos de algunos de sus líderes para que admitan cristianos homosexuales en el ministerio. ¡Tres hurras por los bautistas del Sur!
A los episcopales, en cambio, no les ha ido tan bien. En 1990 admitieron al ministerio a una lesbiana practicante. En una entrevista televisiva emitida en junio de 1991, el presidente George Bush, episcopal y obviamente también un creyente sincero, expresaba su oposición a este paso. ¡Tres hurras por el presidente Bush! ¡Qué lástima de los obispos episcopales que ordenaron a esa mujer!
En el momento de escribir este libro (1991), la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos va a decidir por fin, después de muchos años de controversia, si admite o no los matrimonios homosexuales y la ordenación de invertidos al ministerio.
Es digna de encomio la Iglesia Luterana Evangélica de América por su valor al expulsar de su comunión a dos iglesias de San Francisco que, en 1990, desafiaron las normas denominacionales al ordenar al ministerio pastoral a tres homosexuales practicantes. El Rvdo. Joseph Wagner, director ejecutivo del Departamento de Ministerio de la denominación dijo que ésta discrepa de aquellos que argumentan que la ordenación de homosexuales es un asunto de derechos civiles.

Es importante, decía el artículo, orar con el hombre [homosexual]. Y en particular por su liberación de la influencia de espíritus malos. Satanás está muy activo en este terreno. La liberación, por lo general, no produce un cambio en los deseos, pero ayuda al hombre que la experimenta a no ser dominado por ellos.

Ahora debemos dejar atrás la repulsa al Movimiento de Liberación Homosexual y volver con compasión a aquellos que luchan contra los deseos homosexuales o han caído en experiencias de ese tipo.
Aunque la iglesia se emociona con el testimonio de adúlteros, ladrones e incluso asesinos que se convierten a Cristo, cuando un homosexual sale a la luz a menudo la reacción no es la misma. Quiera Dios que aprendamos a amar a los homosexuales con el amor de Jesús: un amor comprensivo y compasivo dirigido a pecadores como todos nosotros.
Debo repetir que no todos los que han estado o están mezclados en la homosexualidad son necesariamente homosexuales. El Dr. John White destaca esto en su franca confesión acerca de sus propias experiencias homosexuales cuando era niño. La fijación homosexual que resultó de ellas le acompañó durante años; sin embargo, jamás fue homosexual, como tampoco lo son muchas personas que participan en esa clase de actividades durante la niñez o juventud.
Por lo general, dichas personas fueron introducidas a tales prácticas por adultos respetados o por amigos con los cuales experimentaban sexualmente. Con frecuencia esos individuos tienen temor de ser homosexuales o bisexuales cuando no lo son.
Hace poco mi esposa y yo aconsejamos a una joven encantadora que se preparaba para ir al campo misionero y sentía mucha inquietud acerca de una breve relación homosexual que había tenido hacía poco tiempo. La joven se encontraba trabajando en un puesto misionero de ultramar, y un descuidado administrador de la misión le había asignado una tarea de oficina que superaba su capacidad o su experiencia. Por lo tanto, ella trabajaba desde el alba hasta la caída de la noche, luchando fielmente por cumplir con sus responsabilidades. Pronto quedó física y emocionalmente exhausta, y empezó a sentirse sola y muy vulnerable.
Una mujer mayor de la misión que trabajaba con ella solía ir a su habitación durante las primeras horas de la noche, cabe suponer que para animarla en cuanto a su difícil tarea, y pronto aquella mujer empezó a tomarla de la mano y a abrazarla presumiblemente preocupada por su bienestar. Al principio la joven no sabía lo que sucedía, pero cuando los abrazos se volvieron cada vez más sensuales, intentó rechazar las proposiciones de la otra mujer.
Cierta noche estaba tan fatigada, confusa y emocionalmente alterada por su difícil labor que no resistió a las caricias de su acompañante. Antes de poder darse cuenta de lo que pasaba se encontró realizando un acto homosexual. Sabía que aquello estaba mal, pero una vez exitada sexualmente ya no hubo vuelta atrás. Tenía demasiada necesidad de amor tierno y cariñoso como para frenarlo.
Aquello continuó sucediendo cada noche durante algún tiempo, hasta que un día la joven partió de la base misionera para descansar y reflexionar. Con horror y vergüenza «volvió en sí», según sus propias palabras, y comprendió la perversidad de la relación en la que estaba involucrada según el punto de vista de Dios. Confesó su pecado y se arrepintió delante del Señor con lágrimas en los ojos y volvió a consagrar su vida, su cuerpo y todos sus miembros —incluyendo su sexualidad— al señorío de Cristo.
La vergüenza y el asco hacia sí misma la abrumaban, de modo que fue a ver a la otra mujer y le dijo que se mantuviera alejada de ella. Cuando se negó e insistió en continuar la relación, la joven no tuvo más remedio que acudir a uno de los líderes de la organización misionera, confesar su pecado y pedir protección de aquella agresiva mujer.
Esta última fue expulsada de la misión y la joven la abandonó por voluntad propia, pues no se sentía apta para seguir como misionera. Las cicatrices emocionales y la vergüenza continuaron haciéndola sufrir durante algún tiempo, hasta que el Señor se encontró con ella de una forma maravillosa y le aseguró que estaba perdonada.
Con el tiempo la joven solicitó el ingreso en otra misión como misionera a tiempo completo, y sintió que debía poner a sus jefes en antecedentes de su pecado y confiar en Dios para el futuro. Uno de los directores de la misión, que sabía de mi ministerio con personas atribuladas, me pidió que hablara con ella. Pedí permiso para que mi mujer fuera conmigo y me lo concedieron.
No fue difícil comprobar que la joven no era homosexual. En realidad se sentía atraída de una forma natural por los hombres y la repelía incluso el recuerdo de su breve relación homosexual. Se trataba de una encantadora cristiana llena del Espíritu y deseosa de agradar al Señor que, aunque oraba para que algún día Dios mandase a su vida a un hombre piadoso, había aceptado su celibato al momento. Como fuera, la joven había aprendido importantes lecciones gracias a su experiencia pasada.
Esto sucedió hace varios años y ahora progresa como misionera célibe. Forma parte de un sólido grupo de apoyo en el que algunas de sus necesidades de amor y amistad están satisfechas. El hecho de haber quedado atrapada en una breve relación homosexual con una mujer mayor agresiva no la convirtió en homosexual. Y lo mismo sucede con otras muchas personas que han caído en la misma trampa.
Si el lector compasivo quiere conocer aun con mayor profundidad la lucha que puede experimentar un cristiano homosexual hasta encontrar la restauración en Cristo, lea el sorprendente relato de Don Baker, publicado en 1985, Beyond Rejection: The Church, Homosexuality and Hope [Detrás del rechazo, la Iglesia: esperanza para la homosexualidad]. Para dar una idea más clara de lo que trata dicho libro, cito directamente de su prefacio:

«Los homosexuales no pueden cambiar».
Esta es una mentira que ha impregnado nuestra sociedad y que muchas iglesias aceptan como un hecho. Pero lo más trágico de todo es que muchos cristianos que luchan con la homosexualidad la han recibido también como algo real.
Sin embargo, el núcleo del evangelio es la esperanza de vida nueva para todos los que la buscan, incluso para los homosexuales. Esta es la historia de cómo un hombre consiguió adoptar esa nueva forma de vida.

Frank Worthen, director de Love in Action [Amor en acción] y autor de este prefacio, describe la historia que cuenta el libro como un relato de increíble desaliento y derrota, de una esposa amante aferrada a la esperanza, de amigos que se sacrifican y, finalmente, de «un hombre sacado de una enmarañada red de pecado por el poder y la gracia de Dios. Ojalá este libro –añade– sea un faro de esperanza para los miles de hombres y mujeres que han sido derrotados por la homosexualidad, pero que saben en su fuero interno que Jesucristo puede liberarlos».
Por desgracia, los instintos homosexuales se cuentan entre aquellos peor comprendidos y tolerados por la iglesia.
Ella tiene que amar a los menos queridos. Sin embargo, a los ojos de muchos creyentes, los homosexuales (y los que abusan de los niños) deben ser detestados. Esta actitud deleita a Satanás y a sus espíritus malos. Durante años éstos han dicho a las personas dañadas que luchan con problemas de homosexualidad que la iglesia los aborrece y no los recibirá. Su trabajo no es en absoluto difícil. Muchos cristianos se convierten en sus ingenuos aliados, al repetir como loros la mentira del diablo de que los homosexuales deben ser objeto de burla y de rechazo.

Hace varios meses –escribieron– un joven cristiano nos mandó una carta donde hablaba de su problema de homosexualidad. Poco tiempo después, otro nos escribió sobre el mismo tema. Y más tarde todavía, un misionero que luchaba con este problema se dirigió también a nosotros.
Poco a poco nos fuimos dando cuenta que se trataba de un problema más extendido de lo que nosotros habíamos imaginado … Nos habíamos refrenado durante algún tiempo de abordar la cuestión, e incluso ahora somos conscientes de que se nos acusará de sensacionalismo o de crudeza al hacerlo. Sin embargo, el problema de la homosexualidad –incluso en círculos evangélicos– no puede negarse.

Aunque la receptividad de los creyentes y los líderes cristianos al tema de la homosexualidad ciertamente ha progresado bastante desde 1962, todavía nos queda mucho camino por andar. Como consecuencia de ello miles de homosexuales sin iglesia evitan nuestras congregaciones evangélicas como si fueran la peste y los creyentes con tendencias confusas a la homosexualidad permanecen encerrados en sus prisiones de culpabilidad e impotencia al no saber a dónde acudir en busca de ayuda.
Aunque sería inexacto afirmar, como han hecho algunos hermanos, que todos los homosexuales practicantes están endemoniados, la actividad demoníaca en el movimiento homosexual es muy fuerte. Muchos individuos homosexuales son afligidos por demonios y algunos gravemente, incluso entre los cristianos. Todos tienen una necesidad desesperada de encontrar esa libertad completa que es su herencia en Cristo. Quiera Dios que seamos fieles en cuanto a amarlos con el amor de Jesús, ganar su confianza y guiarles a Cristo, para después ayudarles a encontrar grupos de apoyo dentro de nuestras iglesias.

Murphy, Dr. Ed, Manual de Guerra Espiritual, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.





Bueno como dije al principio, Creo que en ese caso hipotetico( que vuelvo a repetir; no digo que no exista)
que podriamos definir como; "la pura pareja homosexual",
sin desviaciones (que ya es dificil) y sin ningun tipo de "impureza" dentro de su propia impureza (esta vez sin comillas), entonces, amigo y solo entonces estariamos ante un caso exclusivo, dificil de concluir y en el que no voy a terminar de zanjar porque no tendria una respuesta que a lo mejor no fuera "dañina" para esos sentimientos.

Pero solo entonces, mientras tanto apelo a lo que dice DIOS y bajo ningun concepto apoyo la homosexualidad ni ningun tipo de impureza sexual.....


Saludos y bendiciones.
 
Re: Homosexuales

...Una pregunta: ¿Saben ustedes lo que es la homosexualidad?
....
....Con otras palabras: ¿Homosexual, se nace o se hace?
...
....Con otras palabras: ¿Una persona se puede "convertir" en homosexual por una determinada forma de educarlo?
...
... Gracias , por las respuestas. Otro día les explicaré por qué hago esas preguntas.
...
...Saludos.
 
Re: Homosexuales

manuel5 dijo:
...Una pregunta: ¿Saben ustedes lo que es la homosexualidad?
....
....Con otras palabras: ¿Homosexual, se nace o se hace?
...
....Con otras palabras: ¿Una persona se puede "convertir" en homosexual por una determinada forma de educarlo?
...
... Gracias , por las respuestas. Otro día les explicaré por qué hago esas preguntas.
...
...Saludos.



Definiciones

Céfiro y Jacinto
El sustantivo gay se refiere a personas homosexuales de ambos sexos, aunque generalmente se usa hablando de un hombre homosexual. La principal diferencia entre estas dos palabras es que "gay" es un término neutro o positivo, importado del inglés y elegido originalmente por la comunidad gay de San Francisco para referirse a sí mismos.'Homosexual' es un por el contrario neologismo con connotaciones clinicas negativas, acuñado en 1869 por el escritor austriaco Karl-Maria Kertbenyen, y popularizado por el psiquiatra alemán Baron von Kraft-Ebbing.

Conceptos relacionados a la homosexualidad que no deben confundirse son el transformismo, el travesti y el transexual, ya que no es lo mismo una persona homosexual (atraída por su mismo sexo), que una persona que no se siente identificada con su sexo (transexual).

La homosexualidad femenina se llama también lesbianismo o lesbianidad (calidad de lesbiana). El adjetivo correpondiente es lésbico. Este término hace referencia a la isla de Lesbos (actual Mitilene) en Grecia y a la poetisa Safo, por sus poemas apasionados (dedicados a sus amigas) y la vida rodeada de otras mujeres, lo cual le valió la reputación de homosexual.

La terminación "ismo" se ve a veces como peyorativa, tal como sucede con la palabra "homosexualismo". En este último estaba implícita (las palabras terminadas en - ismo indican "partidario de...") la idea de que la organización comunitaria de los homosexuales tendía a la promoción de sus conductas; al irse apartando la sociedad de la creencia de que la homosexualidad es voluntaria, se fue imponiendo homosexualidad. [1]

Varios estudios han demostrado que la homosexualidad ha n existido desde el principio de la humanidad, en todas las razas, en ambos sexos, en cualquier nivel social. La homosexualidad se ha confirmado en muchas especies animales incluyendo los primates superiores.

Aunque hoy se emplea de forma generalizada, es oportuno reseñar que la existencia de la categoría homosexual en sí misma, aplicada a personas, es objeto de contestación desde diferentes puntos ideológicos. Las corrientes integristas niegan la existencia de personas homosexuales pero admiten la de prácticas homosexuales; otras niegan que la orientación sexual de una persona la defina en modo alguno.

La palabra "homosexualidad" fue creada en 1869 por Karl Maria Kertbeny en un panfleto anónimo apoyando la revocación de las leyes contra la "sodomía" en Prusia. Fue incluida en Psychopathia Sexualis (1886), un estudio de Richard von Krafft-Ebing acerca de lo que en esa época se consideraba como desviaciones sexuales.



Creo que la homosexualidad es de nacimiento.
Es un tema muy profundo y dificil, delicado de tratar y que debe tener un proposito de implicación muy grande.

La desviacion, lascivia, y otro tipo de desviacion ya es otra cosa de adultos...

Por otro lado no es lo mismo, por ejemplo, ser adicto a la pornografia que tener un Espiritu de Pornografia..


Saludos.