Re: Juan Simarro equipara la violencia etarra a la actuación policial
OLOR A CIRIO Y SACRISTIA - LA CONVERSION DE SIMARRO AL EVANGELIO DE ZAPATERO
Simarro firma una larguísima vida de militancia protestante. Desde Valdepeñas hasta la actualidad, pasando por El Porvenir (A juzgar por algunas firmas que han salido de ese lugar, mas que de cristianos evangélicos, pareciera un centro de formación de las juventudes socialistas). Bueno, pues independientemente de la filosofía que preside las actuaciones de la ONG Misión Urbana que dirige y que merecería un largo análisis aparte, le ha servido de trampolín para conseguir un cierto conocimiento en el mundo protestante nacional (aunque a nivel social, los protestantes nacional seamos prácticamente la nada más absoluta, cosa nada extraña con tales elementos como destacados).
De verdad no sé por que se rasga nadie las vestiduras ante el artículo que ahora ha firmado Simarro en Protestante Digital, porque tampoco es peor que cualquier otro articulo suyo anterior. Además está en la linea general de ese medio para el que utilizan como reclamo a un par de honrosísimas firmas, que dicho sea de paso yo no entiendo que pintan ahí, salvo atraer con su prestigio a lectores en los que extender la basura oficial que sostienen los otros.
Protestante Digital es un medio para la promoción del PSOE y sus políticas entre los protestantes españoles a cambio de que algunos reciban cierta consideración oficial y alguna que otra subvención. Darle más categoría es una estupidez. Hace mucho que no entro ahí, porque a mi nada se me ha perdido en tal sitio y solo leo aquellos artículos que algunos foristas traen a
www.iglesia.net porque no quiero contribuir a engordar sus estadísticas de visitas con mis entradas.
Hace años que vengo denunciando el herodianismo (entiéndase la politiquería) que contaminó a ciertas personas en las iglesias evangélicas españolas (o como algunos polítiqueros se han introducido en algunas iglesias evangélicas) y que pretenden servir a dos señores cuando sabemos que por el evangelio solo se puede servir a uno. Y que cuando se ama a uno, se aborrece al otro. O si se aproxima a uno, se menosprecia al otro. Así que cuando estos individuos se han aproximado a Herodes y le aman, lo que hacen es menospreciar y aborrecer a Cristo.
Puestos en este punto uno ya no puede llamarles hermanos, porque nadie que menosprecia y aborrece a Cristo entregándose a lealtades que le son contrarias puede ser mi hermano en la fe, y menos cuando usan el nombre de Dios en vano con el propósito de obtener ventajas políticos. Como no voy a sentir asco cuando en lugar de decir a Herodes “no te es lícito...” aunque te cueste la cabeza, te unes a él para constituir matrimonios homosexuales. Por ciero, el director de ese medio, sale ha salido todo sonriente para tender puentes de entendimiento. ¿Cristiano? ¿Hermano? No, hombre no. Podrás ponerte protestante de título, asistir a una iglesia, pero no eres nada mío, amigo.
Volviendo al artículo de Simarro, esta gente nos menosprecia, piensa que somos estúpidos, insulta nuestra inteligencia personal y cristiana, como si no nos diésemos cuenta de que esa conversión al amor cristiano que expresa Simarro procediese de los contenidos del evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Pero ya todos sabemos que si su interés estuviese en el lado cristiano, conociendo a Jesucristo como afirma conocer desde hace años, hubiese encontrado antes ese concepto del perdón, pero no fue así puesto que recientemente no perdonaba con semejante amor a su “enemigo” el Sr. Bush. Luego ha tenido que llegarle "la fe" y "la doctrina" al escuchar las homilías pacificadora de monseñor Zapatero, y demás miembros del PSOE con respecto a ETA que le han convertido y mostrado el verdadero amor que todo lo perdona y todo lo soporta, pero que nunca antes había comprendido de tal manera.
De ahora en adelante estoy seguro que escribirá en el mismo sentido pidiéndonos el perdón para el Sr. Pinochet, los generales argentinos, el dictador Somoza y hasta para el propio general Franco. O ¿acaso hay enemigos de primera y enemigos de segunda? De hecho, me aseguran que en el PSOE, en IU, y en ERC tienen ya encendidos artículos firmados por el Sr. Simarro pidiendo que entierren de una vez sus referencias a la guerra civil española y dejen de desenterrar cadáveres para aplicar a todos el amor cristiano. Pero es más. Seguro que en el ministerio del interior hay un artículo de Simarro abogando por el cierre de las prisiones españolas, por la abolición de las políticas represivas del código civil y penal, de los tribunales de todo tipo y genero porque tenemos que perdonar a nuestros enemigos.
También su “compañero” el Sr. Tarquis, Director de Protestante Digital, ha sido amonestado hacia el amor Simarro, y en cuanto pueda soltar la mano del Sr. Zerolo, se dedicará a desmontar el sindicato del que es miembro tan destacado, pues reivindicación y presión social es incompatible con el perdón cristiano que Simarro promueve. Y si no lo hiciera demostraría que también él huele cirio y sacristía.
Simarro, convertido al amor por Zapatero, va mucho más allá que Jesucristo que nunca pidió que se cerrasen las cárceles de Herodes, ni de Pilato, que desapareciesen los tribunales de justicia, los magistrados y jueces. ¡Que pena que Jesús no hubiese empleado Luc. 12:58 y 59 para dejar establecida la doctrina Simarro, etiquetando de olor a cirio y sacristía a los que acuden a los jueces a reclamar justicia.
La teología que despliega Simarro en su seguidismo del Sr. Zapatero es la de esos que suprimen el arrepentimiento y la conversión en la salvación. Los que eliminan la justicia de la esencia y la personalidad de Dios, y en el fondo se han vuelto marcionitas de nuevo cuño y gustosamente quemaría el Antiguo Testamento y amplias partes del Nuevo. Pero además, para colmo, y por lo que me han contado, no es el Sr. Simarro en su vida cotidiana el perdonador que se nos muestra en el artículo, sino que también tiene un buen numero de fobias hacia otros miembros y figuras del protestantismo español. Tal vez por eso, a pesar de la fragancia de la rosa que sujeta en su mano, él mismo también desprende un cierto olor a cirio y sacristía.