En otro epígrafe afín a éste que causara un verdadero terremoto en el Foro, creo que quedó bien demostrado que no hay base bíblica ni precedentes neotestamentarios para la recurrencia de los instrumentos musicales al tiempo de la adoración y alabanza en las iglesias cristianas.
Como siempre sucede al entrar en asuntos controversiales, el problema de fondo no está tanto en la falta de una sana hermenéutica y en la ignorancia de la historia, sino en la tremenda presión que nos causa el que todos los demás vengan haciendo algo en la misma forma desde tiempo inmemorial.
Poquísimos cristianos han advertido que la Reforma Protestante del Siglo XVI atendió a las cosas más importantes de la Teología, como puede serlo la Soteriología, mientras que hizo muy poco con la eclesiología.
Hoy día no es necesario gastar mucho dinero y tiempo para adquirir información, pues la Internet ofrece muy buenas páginas para que el creyente fiel se afirme en la sana doctrina.
Cuando hacemos un nuevo descubrimiento (p.ej. en cuanto a la música), parece como que ahora sí ya tenemos lo que nos faltaba para andar en una senda de total obediencia a la Palabra de Dios.
Aunque eso ya constituye un avance, es sin embargo apenas una muestra de otros muchos aspectos que conviene que sean revisados a la luz de la Palabra de Dios.
Los resabios que nos han quedado del romanismo son tantos, y tanta es la actual apostasía, que muchos hermanos prefieren cerrar los ojos, taparse los oídos y mantenerse en su propio status religioso, pues se asustan ante la cantidad y magnitud de los cambios que se imponen.
Pero un Foro como este es una tribuna libre donde todos podemos exponer lo que creemos sea la verdad, concediendo el derecho a réplica a cuantos foristas puedan pensar distinto.
Todos los evangélicos somos muy rápidos para decir que nosotros seguimos la Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia, pero cuando la abrimos para mostrar como ella enseña bastante distinto a lo que habitualmente hacemos, nos incomodamos y fastidiamos. Si vamos a ser tan bíblicos como profesamos ser, ¡pues seámoslo de una buena vez! Siempre, y en muchísimas materias vamos a tener una altísima cuota de ignorancia, pero esa no es la mayor dificultad – pues vamos viviendo y aprendiendo – sino la necedad que se encierra en preservar la cuota de verdad adquirida, recelando de cuanto pueda diferir con ella. En cambio, ¡qué tremenda bendición es disfrutar de una conciencia ávida siempre de aprender y dispuesta a despojarse de todo error hasta ahora por ignorancia mantenido!
Sólo a modo de ejemplo, presento seguidamente una breve muestra de varias cosas comunes a la mayoría de las iglesias evangélicas, cuyo generalizado uso jamás nos haría sospechar que estuvieran reñidas con la Palabra de Dios, contristaran al Espíritu Santo y fueran subversivas al señorío de Cristo como Cabeza de la iglesia que es su cuerpo:
1 – El edificio material reconocido como Iglesia, Templo o Casa de Dios.
2 - La disposición interior de púlpito y bancas.
3 - El cura evangélico o Pastor.
4 - Clérigos y laicos (con el IVA de los liderazgos).
5 - Exigencia del pago del diezmo.
6 - Actuación de músicos, cantantes y artistas.
7 - Seminarios y ordenación humana.
8 - Caprichosas formas de bautizar y celebrar la Cena del Señor.
9 - Títulos eclesiásticos
Por supuesto que hay más, pero de ser confrontada esta lista a la luz del Nuevo Testamento y de la historia podrá verificarse que:
a) No se registran precedentes en las iglesias neotestamentarias.
b) Unas innovaciones comenzaron con Constantino, otras pocas antes
y algunas algo después.
c) La Reforma reformó mejorando lo que estaba mal pero sin corregirlo
definitivamente.
Aunque hasta ahora bien convencido, con todo admito que puedo estar re-equivocado, y por lo tanto quedo dispuesto a ser mejor instruido.
Ricardo.
Como siempre sucede al entrar en asuntos controversiales, el problema de fondo no está tanto en la falta de una sana hermenéutica y en la ignorancia de la historia, sino en la tremenda presión que nos causa el que todos los demás vengan haciendo algo en la misma forma desde tiempo inmemorial.
Poquísimos cristianos han advertido que la Reforma Protestante del Siglo XVI atendió a las cosas más importantes de la Teología, como puede serlo la Soteriología, mientras que hizo muy poco con la eclesiología.
Hoy día no es necesario gastar mucho dinero y tiempo para adquirir información, pues la Internet ofrece muy buenas páginas para que el creyente fiel se afirme en la sana doctrina.
Cuando hacemos un nuevo descubrimiento (p.ej. en cuanto a la música), parece como que ahora sí ya tenemos lo que nos faltaba para andar en una senda de total obediencia a la Palabra de Dios.
Aunque eso ya constituye un avance, es sin embargo apenas una muestra de otros muchos aspectos que conviene que sean revisados a la luz de la Palabra de Dios.
Los resabios que nos han quedado del romanismo son tantos, y tanta es la actual apostasía, que muchos hermanos prefieren cerrar los ojos, taparse los oídos y mantenerse en su propio status religioso, pues se asustan ante la cantidad y magnitud de los cambios que se imponen.
Pero un Foro como este es una tribuna libre donde todos podemos exponer lo que creemos sea la verdad, concediendo el derecho a réplica a cuantos foristas puedan pensar distinto.
Todos los evangélicos somos muy rápidos para decir que nosotros seguimos la Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia, pero cuando la abrimos para mostrar como ella enseña bastante distinto a lo que habitualmente hacemos, nos incomodamos y fastidiamos. Si vamos a ser tan bíblicos como profesamos ser, ¡pues seámoslo de una buena vez! Siempre, y en muchísimas materias vamos a tener una altísima cuota de ignorancia, pero esa no es la mayor dificultad – pues vamos viviendo y aprendiendo – sino la necedad que se encierra en preservar la cuota de verdad adquirida, recelando de cuanto pueda diferir con ella. En cambio, ¡qué tremenda bendición es disfrutar de una conciencia ávida siempre de aprender y dispuesta a despojarse de todo error hasta ahora por ignorancia mantenido!
Sólo a modo de ejemplo, presento seguidamente una breve muestra de varias cosas comunes a la mayoría de las iglesias evangélicas, cuyo generalizado uso jamás nos haría sospechar que estuvieran reñidas con la Palabra de Dios, contristaran al Espíritu Santo y fueran subversivas al señorío de Cristo como Cabeza de la iglesia que es su cuerpo:
1 – El edificio material reconocido como Iglesia, Templo o Casa de Dios.
2 - La disposición interior de púlpito y bancas.
3 - El cura evangélico o Pastor.
4 - Clérigos y laicos (con el IVA de los liderazgos).
5 - Exigencia del pago del diezmo.
6 - Actuación de músicos, cantantes y artistas.
7 - Seminarios y ordenación humana.
8 - Caprichosas formas de bautizar y celebrar la Cena del Señor.
9 - Títulos eclesiásticos
Por supuesto que hay más, pero de ser confrontada esta lista a la luz del Nuevo Testamento y de la historia podrá verificarse que:
a) No se registran precedentes en las iglesias neotestamentarias.
b) Unas innovaciones comenzaron con Constantino, otras pocas antes
y algunas algo después.
c) La Reforma reformó mejorando lo que estaba mal pero sin corregirlo
definitivamente.
Aunque hasta ahora bien convencido, con todo admito que puedo estar re-equivocado, y por lo tanto quedo dispuesto a ser mejor instruido.
Ricardo.