Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Joxan

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24 Enero 2004
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Hola, lo he sacado de:
http://www.elistas.net/lista/paleocristianismo/archivo/msg/108/

Estimados hermanos y amigos de esta lista,

En estos años muchas veces me he sentido desesperado cuando algunos hermanitos me han escrito alarmados tras haber leído libros como el "Código da Vinci", que en opinión del que los escribe (que lo he leído por fin estas navidades) es un "pestiño" infumable, entretenido si, pero un "pestiño", y que como recurso literario dice al principio que "todo lo que se menciona es cierto", cuando la mitad de las cosas que dice son invenciones del autor, cita apócrifos que ni siquiera existen y demás. Me asombra la capacidad de creerse todo lo que les dicen sin contrastarlo que tienen algunos cristianos.

Ayer recibí un mensaje (otro más) de la lista del buen Samuel del Coso Román de Shalom-Sefarad donde pone en duda la fiabilidad del Nuevo Testamento, de que nos haya llegado de manera fiable y donde insinúa que sus libros se escribieron en Hebreo y que lo que nos ha llegado es una manipulación, así como el cristianismo entero, sea el que sea (llega a decir que el cristianismo "sea el que sea" es Babilonia y que el Dios de los cristianos -y por tanto de Cristo o el Mesías o Jesús de Nazaret- no es el Dios de Israel).

Ya dijo Ireneo de Lyon -discípulo de Policarpo, conocedor y discípulo del Apóstol Juan- allá por el s. II que "La madre de las herejías es la ignorancia", y el refrán castellano que "La ignorancia es osada". Así sabemos por los Padres apostólicos y otros escritores del segundo siglo que por ejemplo el Ev. De Mateo éste lo escribió "en caracteres hebreos, pero en lengua aramea", y que "inmediatamente él mismo lo tradujo por sus discípulos al griego". Conocemos por infinidad de citas de los Padres y del propio Jerónimo la existencia de un llamado y perdido apócrifo titulado "Evangelio de los Hebreos" casi idéntico al canónico Evangelio de Mateo que si usaban los judíos Nazarenos -ortodoxos en doctrina- (y no los judíos Ebionitas que tenían el suyo propio y cuya doctrina sería más parecida a la de Samuel del Coso).

Es por esto que les adjunto este estudio sobre la formación del Canon del Nuevo Testamento, anterior en varios siglos al Concilio de Nicea, de la web www.conocereislaverdad.org y que se encuentra aquí:

http://www.conocereislaverdad.org/elcanonbiblico.htm

No olvidemos que en los primeros siglos el cristianismo se había extendido de manera tremenda, había iglesias Nestorianas en el siglo IV ¡¡hasta en China!! Y que nos han llegado centenares de millares de fragmentos y copias del Nuevo Testamento -en su original lengua griega, en la que los apóstoles escribieron salvo en algún caso ya citado u otros- que no han pasado por las manos de ninguna "conspiración católico-romana" o "Constantiniana" ya que provienen de lugares y de iglesias donde la ICR no tiene ni ha tenido ninguna influencia y que atestiguan su veracidad (la ICR no es tan poderosa como cuenta el autor del "Código Da Vinci"). Esto sería objeto de un estudio mucho más detallado para el que por el momento no tengo ni tiempo ni ganas (estoy abierto a aportes de algún lector mucho más erudito que yo que se que me lee).

Espero que les ayude a los que se tragan todo lo que les ponen en el plato, ya que esta lista de la que les hablo además de excelentes aportes sobre Israel, también trae mucha confusión a los hermanos, algunos de los cuales luego escriben preguntando sobre sus dudas.

"No erréis, las malas conversaciones -o lecturas en este caso- corrompen las buenas costumbres" (el judío Shaul de Tarso más conocido como San Pablo)

Que el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob y Padre de Nuestro Señor Jesucristo les bendiga. Si le ha parecido interesante pase este pequeñísimo estudio a sus amigos.

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Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Ni siquiera con un buen tema, son capaces de obviar su evidente encono a la Iglesia Catolica. Que mediocridad, al fin de cuentas ...
 
Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Sobre el Canon del N.T.

Historia del canon del Nuevo Testamento


Queremos estudiar en este apartado cómo los Libros Sagrados del Nuevo Testamento llegaron a formar una colección y cómo fueron aceptados por todos los cristianos. En este estudio nos ayudarán los documentos históricos antiguos, que casi en su totalidad pertenecen a escritores eclesiásticos de la primitiva Iglesia.


a) Ya hemos visto que Jesucristo, los apóstoles y la Igle*sia cristiana recibieron los escritos del Antiguo Testamento como sagrados e inspirados. Pero, además, poco tiempo después de la muerte de Cristo comenzó a aparecer una nueva literatura religiosa, o sea, la literatura cristiana, que trataba de la VIda y doctrina de Cristo y de los apóstoles. Esta literatura en parte era histórica (los cuatro evangelios y los Hechos) y en parte epistolar (cartas de San Pablo y de otros apóstoles). La actividad literaria de los autores del Nuevo Testamento se extiende por un período de unos sesenta años: entre los años 40 a 100, d.C.

b) Los primeros cristianos comenzaron muy pronto a ve*nerar como escritos sagrados los libros y las cartas escritas por los apóstoles y por sus colaboradores. Este hecho no ha de extrañarnos si tenemos presente que Cristo les había prome*tido el Espíritu Santo (Cf. Jn 14,26; 16,13s) y los había constituido dispensadores de los misterios de Dios (1 Cor 4,1). Y, en efecto, los apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo el día de Pentecostés, comenzando desde entonces la sublime misión -para la que habían sido preparados por el mismo Jesús- de predicar la doctrina de Cristo a todo el mundo. En esta misión fueron eficazmente ayudados por sus propios escritos dirigidos a diversas Iglesias y comunidades cristianas.


La veneración con que los primeros cristianos recibían todo lo que provenía de los verdaderos apóstoles explica bien que los fieles se sintieran movidos a conservar aquellos precio*sos escritos y a comunicarlos a otras comunidades. Esto mis*mo debió de llevar a los cristianos a hacer diversas copias de aquellos escritos apostólicos y a ir formando pequeñas colec*ciones de aquella nueva literatura. San Pablo ordena expresa*mente a los colosenses que lean la epístola dirigida a los de Laodicea, y a los laodicenses les manda a su vez que lean la carta enviada a los colosenses[1].

En el Nuevo Testamento encontramos ya ciertos indicios que parecen demostrar que se atribuía a los escritos de los apóstoles una autoridad divina. En la 1 Tim 5,18 tenemos el primer ejemplo de citación de las palabras de Jesús como Es*critura sagrada2]. La 2 Pe 3, 15‑16 atribuye la misma autoridad a las epístolas de San Pablo que a los escritos proféticos.

La literatura cristiana de fines del siglo I y del siglo II ates*tigua lo mismo. Según la Didajé 8,2, es el mismo Señor el que habla y ordena en el Evangelio. San Clemente Romano afirma que San Pablo, divinamente inspirado, escribió a los Corin*tios[3]. La Epístola de Bernabé también cita Mt 22,14 con la fórmula empleada ordinariamente para citar el Antiguo Tes*tamento: “gégraptai” = “está escrito”[4]. Los escritos de los Pa*dres apostólicos San Ignacio Mártir y San Policarpo están llenos de citas y de alusiones tomadas de los evangelios y de las epístolas paulinas, lo cual indica la gran veneración y re*verencia que tenían de estos escritos.


c) Si las cartas de San Clemente Romano a los corin*tios y de San Ignacio Mártir a los filipenses eran tenidas en tanta estima por los destinatarios, que hacían copias para trans*mitirlas a otras Iglesias, mucho más estimados aún debían de ser los escritos de los apóstoles. Así se explica fácilmente que ya desde un principio los escritos apostólicos fueran coleccio*nados para leerlos públicamente en el culto divino. De la 2 Pe 3, 15‑16, en que se habla de todas las cartas (“en pásais epistoláis”) de San Pablo, se puede deducir que ya en aquel tiempo debía de existir alguna colección de las epístolas del Apóstol. San Ignacio Mártir, en su epístola a los Efesios también parece suponer la existencia de una colección de epís*tolas paulinas.


El proceso de colección y de formación del canon del Nuevo Testamento debió de ser bastante breve para la mayoría de los libros, por el hecho de que la Tradición era clarísima y de todos bien conocida. Así sucedió con los cuatro Evangelios y con casi todas las epístolas de San Pablo (exceptuando la epístola a las Hebreos). Por el contrario, respecto de otros libros del Nuevo Testamento, el proceso de “canoniza*ción” fue más lento, y se disputó durante bastante tiempo sobre su canonicidad, porque la tradición apostólica no era igualmen*te clara y evidente en todas las Iglesias. Hacia fines del si*glo IV se llegó a la unanimidad de la Iglesia católica en lo refe*rente al canon del Nuevo Testamento.


d) Tres fueron las causas principales que aceleraron la formación del canon del Nuevo Testamento: 1) La difusión de muchos apócrifos, que eran rechazados por la Iglesia a causa de las doctrinas peligrosas que contenían; 2) la herejía de Marción, que seguía un canon propio. Rechazaba todo el Antiguo Testamento, y del Nuevo sólo admitía el evangelio de San Lucas y diez epístolas de San Pablo; 3) la herejía de los monta*nistas, que añadía nuevos libros al canon de la Iglesia y afirma*ba que había recibido nuevas revelaciones del Espíritu Santo.


1. Formación del canon del Nuevo Testamento hasta el año 150.‑ Los escritos del Nuevo Testamento, por haber sido en su mayoría escritos dirigidos a comunidades particula*res, no fueron conocidos inmediatamente por toda la Iglesia cristiana. Sin embargo, ya tenemos desde los primeros tiempos de la Iglesia testimonios de gran valor que demuestran la exis*tencia de estos escritos sagrados. Las citas que nos han trans*mitido los Padres apostólicos no suelen estar hechas literal*mente, por lo cual resulta a veces difícil determinar de qué libro del Nuevo Testamento han sido tomadas. Hacia finales del siglo II encontramos ya testimonios explícitos, e incluso un catálogo de Libros Sagrados del Nuevo Testamento, como veremos después.


a) En el mismo Nuevo Testamento encontramos indicios que nos permiten deducir la existencia de alguna colección de San Pablo: 2 Pe 3,15‑16. Y como ya dejamos dicho, la 1 Tim 5, 18 es muy posible que cite el evangelio de San Lucas (10,7), considerándolo como Escritura sagrada.


b) Los Padres apostólicos no suelen citar los Libros Sa*grados del Nuevo Testamento por los nombres de sus autores. Pero sus escritos están plagados de citas y de alusiones al Nue*vo Testamento, de tal modo que sus testimonios son conside*rados como ciertísimos. En los escritos de dichos Padres se encuentran citas de casi todos los Libros del N. T., si excep*tuamos las epístolas de Filemón y 3 Jn 14[5].


La Didajé (hacia el año 90 d.C.) cita frecuentemente a Mt, y parece conocer a Lc, 1 Tes, 1 Pe, Jds, y quizá Jn y Act 15.

San Clemente Romano (hacia 96) emplea Mt, 1‑2 Tim, Tit, Hebr, y probablemente Lc, Act, 1 Cor, Rom, 1‑2 Pe, Sant.

Epístola de Bernabé (hacia 98) cita a Mt, Rom, Col, 2 Tim, Tit, 1 Pe, y probablemente también conocía Jn.

San Ignacio de Antioquia (año 107) emplea en sus escritos Mt, Lc, Jn, Act, 1 Tes, Gál, 1 Cor, Rom, Col, Ef, Hebr.


San Policarpo (hacia el año 108) alude en su carta a Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 2 Tes, Gál, 1‑2 Cor, Rom, Col, Ef, Fil, 1‑2 Tim, Hebr, Sant, 1 Pe, 1 Jn.


Papías (hacia 110) es el primero que da los nombres de los autores de Mt, Mc, Jn, y refiere algo acerca del origen de los evangelios. También conocía 1 Pe, 1 Jn, Apoc.


El Martyrium Polycarpi (hacia 150) se sirve de Mt, Jn, Act, Apoc y quizá Jds.


El Pastor de Hermas (hacia 140‑ 155) hace uso de Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 1 Tes, 2 Cor, Rom, Ef, Fil, Hebr, Sant, 1‑2 Pe, Apoc.


c) Los apologistas todavía nos han transmitido testimo*nios mucho más claros sobre los libros del Nuevo Testamento. Al tener que defender las doctrinas cristianas contra los ata*ques de los infieles y de los herejes, recurren con frecuencia a citaciones de los escritos sagrados.


Arístides Ateniense (hacia 140), en su Apología c. 15, narra la VIda de Jesús, y afirma que la venida de Jesucristo puede ser conoci*da por los escritos evangélicos. También cita Mt, Jn, Act, Rom, 1 Tim, Hebr, 1 Pe.


San Justino (año 150‑160) es el primer escritor antiguo que nos habla del uso litúrgico del Nuevo Testamento en las reuniones de los cristianos. “Y en el día llamado domingo ‑dice él‑, todos los que VIven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y ante ellos se leen las memorias de los apóstoles o las escrituras de los profe*tas mientras el tiempo lo permite”[6]. Las “memorias de los apóstoles” son los Evangelios, según los demás escritos de San Justino. Cita con frecuencia los evangelios de Mt y Jn. Habla también explícitamente del Apocalipsis, atribuyéndolo a San Juan Apóstol. Conoce igualmen*te Act y todas las epístolas de San Pablo, Sant, 1‑2 Pe, 1 Jn.


2. El canon del Nuevo Testamento desde el siglo II hasta el siglo IV.‑ Los testimonios que poseemos de este período en favor de los Libros Sagrados del Nuevo Testamen*to son clarísimos y de gran importancia.


Taciano Siro (hacia el año 172), sirviéndose de los cuatro evange*lios, compuso una obra llamada Diatessaron. Era una armonía evan*gélica que se divulgó mucho. Las Iglesias de Siria lo usaron hasta el siglo V. Taciano conoce también Act, 1 Cor, Rom, Hebr, Tit, Apoc.

Marción (año 140‑170) es el testigo principal del siglo II en lo referente a la historia del canon. En su obra Antitheses rechaza todo el Antiguo Testamento, por provenir del Dios del temor, distinto del Dios del amor del Nuevo Testamento. De los escritos del Nuevo Testamento admite el evangelio de San Lucas, pero abreviado. Re*chaza los dos primeros capítulos de Lc por tener cierto sabor hebraico. Y también reconoce como canónicas diez epístolas paulinas, excep*tuando las pastorales y la de los Hebr. Los demás libros del Nuevo Testamento no son considerados como canónicos por Marción.

No fue Marción el primero que formó el canon del Nuevo Tes*tamento, como afirman algunos autores. Antes de él ya existían colecciones de escritos sagrados que eran considerados por todos como inspirados. Esto se deduce de los testimonios que poseemos de aquel tiempo. Además, el canon mutilado del mismo Marción supone que ya existía en la Iglesia un canon, del cual se sirve a su manera. Sin embargo, la Iglesia, con motivo del canon de Marción y para opo*nerse a sus doctrinas erróneas, debió de poner más empeño y dili*gencia en determinar el verdadero canon.


Epístola de las iglesias Lugdunense y Vienense (hacia 177), que nos demuestra que en la Galia eran conocidos Lc, Jn, Act, Rom, Ef, Fil, 1 Tim, 1 Pe, 1 Jn, y muy probablemente Hebr, 2 Pe, 2 Jn. Es citado el Apoc como “Escritura”.


San Teófilo Antioqueno (hacia el año 180) considera a los evan*gelistas como inspirados, y cita a Mt y Lc. También afirma que Juan, el “Pneumatóforo”, fue el autor del cuarto Evangelio. Se sirve de casi todas las epístolas de San Pablo, y en algunos lugares cita la epístola a los Rom y la 1 Tim con la fórmula: “la palabra divina” (gr. “ho theios logos”).

San Ireneo (año 175‑195) enseña que los escritos del Nuevo Testamento son de origen apostólico[7]. Los evangelios fueron escritos por San Mateo en hebreo, por San Marcos, el intérprete de San Pedro; por San Lucas, el compañero de VIajes de San Pablo, y por San Juan, el discípulo amado del Señor[8]. En sus escritos, San Ireneo cita o alude a todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a Filemón, la 2 Pe, la 3 Jn y la de Jds.


Tertuliano (año 16o‑240) combate a Marción, echándole en cara que, no siendo cristiano, no tenía derecho alguno a hacer uso de las escrituras cristianas[9]. Afirma que hay cuatro evangelios, a los que llama “instrumento evangélico”. Dos fueron escritos pos apóstoles, San Mateo y San Juan, y los otros dos por hombres apostólicos, San Marcos y San Lucas[10]. También cita directamente los Act y trece epístolas paulinas[11]. La epístola a los Hebr la atribuye a Bernabé[[12]. Aduce, además, la 1 Pe, la 1 Jn, Jds y el Apoc[13]. Es dudoso si hace referencia a la epístola de Sant[14]. No alude a la 2 Pe ni a la 2 y 3 Jn.


Fragmento de Muratori (de fines del s. II). Fue hallado en la Biblio*teca Ambrosiana de Milán por L. A. Muratori (+1750) y editado por el mismo en el año 1740[15]. Contiene el catálogo más antiguo, hasta hoy conocido, de los libros del Nuevo Testamento. Al principio está mutilado, por lo cual se ha perdido la referencia que hacía de los evangelios de Mt y Mc. En la forma actual habla de Lc, Jn, Act, 1‑2 Cor, Gál, Rom, Ef, Fil, Col, 1‑2 Tes, Flm, Tit, 1‑2 Tim, Jds, 1‑2 Jn, Apoc, 1 Pe. No son nombradas las epístolas a los Hebr, Sant y la 2 Pe. Se permite la lectura privada del Pastor, de Hermas[16]. Hermas, el autor del Pastor, es llamado hermano del obispo de Roma Pío (año 140‑155), y como también afirma que el Pastor de Hermas fue escrito “nuperrime temporibus nostris” (“en nuestros días”, “hace muy poco”), se deduce que la composición del fragmento de Muratori hay que colocarla hacia mediados del siglo II, en Roma o en las cercanías de la Urbe. No se conoce su autor; pero es bastante probable que haya sido San Hipólito Romano.


Desde principios del siglo III hasta la primera mitad del siglo IV, los testimonios de la Tradición, referentes al canon del Nuevo Testamento, son clarísimos y de gran valor. La mayor parte de las dudas existentes anteriormente desaparecen. Los escritores de este período tanto del Oriente como del Occiden*te se muestran en general acordes sobre el canon de Libros Sagrados del Nuevo Testamento.


Clemente Alejandrino (hacia el año 180‑202). Eusebio afirma, hablando de Clemente Alejandrino, que “en los libros de las Hypotyposes teje una compendiosa narración de todas las Escrituras de ambos Testamen*tos”[17]. De donde se puede deducir que conocía todos los libros del Nue*vo Testamento, incluso el Apocalipsis. Se duda si conocía las epístolas 2‑3 Jn y la 2 Pe. Hay que advertir, sin embargo, que, juntamen*te con los libros canónicos, cita otros que no lo son. Lo cual parece suponer que no sabía distinguir bien los libros canónicos de los apó*crifos.


Orígenes (+254) era hombre muy versado en ciencias bíblicas y había recorrido todas las Iglesias principales de aquella época: las de Roma, Alejandría, Antioquia, Cesarea, Asia Menor, Atenas, Arabia. Por todo lo cual constituye un testimonio de máxima importancia y autoridad. Admite todos los 27 libros del Nuevo Testamento, consi*derándolos como canónicos[18]. Aunque conoce las dudas de algunos escritores de aquella época acerca de la canonicidad de 2 Pe, de 2‑3 Jn y de Jds, sin embargo, no hace caso de ellas y admite en su canon todas las epístolas. Por el contrario, conociendo igualmente los apócri*fos, no los recibe en el canon de los Libros Sagrados[19].


San Hipólito Romano (+hacia 258‑260). Tiene mucha importancia su testimonio por ser intérprete excepcional de la Iglesia romana. En sus escritos, San Hipólito cita todos los libros del Nuevo Testamento, exceptuando las epístolas de Flm, 2 y 3 Jn. El Fragmento de Muratori, que diversos autores atribuyen a San Hipólito[20], contiene todos los libros canónicos del Nuevo Testamento, menos la epístola a los Hebr, Sant y 2 Pe.

Novaciano (hacia el año 250) fue un presbítero de la Iglesia de Roma que posteriormente cayó en la herejía. En sus escritos se sirve de todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a los Hebreos.


San Cipriano (+258), obispo de Cartago, cita diez epístolas pauli*nas, la 1 Pe, la 1 Jn y el Apocalipsis. No menciona la epístola de Flm y duda del origen de la epístola a los Hebr.


Canon Mommseniano, (de hacia el año 259) proviene de la Iglesia de África, y menciona veinticuatro libros del Nuevo Testamento. Omite las epístolas a los Hebr, la de Sant y la Jds.

San Dionisio de Alejandría (+264) admite todos los libros del Nuevo Testamento, aunque no cita la 2 Pe y la de Jds. Y con el fin de oponerse al error milenarista, que se apoyaba en Apoc 20, negó que el autor del Apoc fuese el apóstol San Juan. Negaba, por consi*guiente, la autenticidad, pero no la canonicidad del Apocalipsis.


Por los testimonios que acabamos de citar, no resulta difí*cil observar que en el siglo III casi todos los libros del Nuevo Testamento eran recibidos en el canon. En Occidente se duda de la canonicidad de las epístolas de Sant, 2 Pe y Hebr, y por eso a veces son omitidas. En Oriente todavía hay bastantes es*critores que dudan de las cinco epístolas católicas menores: Sant, 2 Pe, 2‑3 Jn y Jds.


3. El canon del Nuevo Testamento en los siglos IV‑VI. En los siglos IV y V se nota entre los escritores eclesiásticos una mayor unanimidad aún acerca de los libros canónicos del Nue*vo Testamento. Las dudas son de menor importancia. Con*trastando, sin embargo, con esto, encontramos las vacilaciones que comienzan a surgir en Oriente sobre la autenticidad y ca*nonicidad del Apocalipsis, iniciadas por San Dionisio Alejan*drino, como ya hemos VIsto. Pero, con todo, la unanimidad llega a ser completa en Occidente a fines del siglo IV y comienzos el V; y en Oriente se consigue esta unanimidad durante el siglo VI.


a) Los escritores sirios manifiestan dudas acerca de las epístolas católicas menores. La obra llamada Doctrina Addai (s. IV) y Afraates (hacia el año 340) omiten todas las epístolas católicas y el Apocalipsis. San Efrén (+373) cita la 1 Pe y la 1 Jn, y probablemente la epístola de Sant. No parece haber utilizado la 2 y 3 Jn y la de Jds, porque estas epístolas todavía no habían sido traducidas del griego en su tiempo, y San Efrén no conocía el griego. También nos es conocido un Catálogo esticométrico de hacia el año 400, que no contiene las epís*tolas católicas y el Apocalipsis. La versión Peshitta, tan difundida entre los sirios, contiene la 1 Pe, 1 Jn y Sant, pero le faltan la 2 Pe, 2‑3 Jn, Jds, Apoc. Sin embargo, las versiones posteriores: Filoxeniana (año 508) y Harclense (615‑616) contienen los veintisiete libros del Nuevo Testamento.


b) Padres griegos: Eusebio (+340) divide los libros del Nuevo Testamento en tres clases: I) homologúmena, o sea los libros “que, según la tradición eclesiástica, son verdaderos y genuinos y han sido recibi*dos por todos sin oposición”. Son los cuatro evangelios, Act, 14 epís*tolas de San Pablo, 1 Jn, 1 Pe y el Apocalipsis, con la salvaguardia: “si es considerado verdadero”; 2) antilegómena, cuya genuinidad es discutida por algunos: Sant, 2 Pe, 2‑3 Jn, Jds; 3) espurios, o “adultera*dos”: los Hechos de Pablo, el Pastor, el Apocalipsis de Pedro, la epís*tola de Bernabé, la Didajé, y, “si así agrada, el Apocalipsis de Juan”[21]. Eusebio, bajo el influjo de San Dionisio, se muestra indeciso sobre la colocación del Apoc. Distingue entre Juan el apóstol, al que atribu*ye el evangelio y la primera epístola, y Juan el presbítero, que sería el autor del Apoc y de 2‑3 Jn.


San Cirilo de Jerusalén (+386), en su Catechesis 4,33-36, escrita hacia el año 348, nos ofrece el canon completo del Nuevo Testamen*to, con la única omisión del Apocalipsis de San Juan.


San Atanasio (año 367) admite los 27 libros del Nuevo Testamen*to como sagrados y canónicos[22]. Y lo mismo hace San Epifanio (+403)[23].


San Basilio (+379) acepta todos los libros del Nuevo Testamento, aunque no cita explícitamente las epístolas 2‑3 Jn y Jds[24].


San Gregorio Nacianceno (328‑389), en su poema titulado De veris libris Scripturae divinitus inspiratae, da la lista de todos los li*bros del Nuevo Testamento, menos del Apocalipsis. El P. Lagrange piensa que el no mencionar el Apoc es debido a que San Gregorio estaba atado a causa del metro poético. Y por eso, en lugar de men*cionarlo, hace una alusión general a él, diciendo: “Juan, el universal y gran heraldo, que recorre los cielos”. Sin embargo, en otros lu*gares de sus obras cita expresamente el Apoc, como cuando escribe: “Juan en el Apocalipsis me enseña”[25]. Además, lo cita en unión de varios textos del evangelio de San Juan.

San Gregorio Niseno (335‑394), hermano de San Basilio, cita la epístola a los Hebr y el Apoc. De los demás no nos habla.


San Anfiloquio (340‑403) ofrece un canon completo del Nuevo Testamento, aunque a propósito del Apoc se ve que sufrió el influjo de los Padres antioquenos, pues afirma que muchos lo rechazan. Algunos también dudan, según él, de la 2 Pe, 2‑3 Jn y Jds.


A estos testimonios podemos añadir los códices unciales princi*pales: el Sinaítico, de principios del siglo IV, que contiene todo el Nuevo Testamento; el Vaticano (B), de comienzos también del si*glo IV, que tiene todos los libros del Nuevo Testamento, hasta la epístola a los Heb; y el Alejandrino, de principios del siglo v, que presenta todos los libros neotestamentarios[26].


c) Padres antioquenos.- Entre éstos son dignos de mención San Juan Crisóstomo (+407), que cita con mucha frecuencia la epístola a los Hebr y la de Sant, pero nunca alega la 2 Pe, la 2-3 Jn y el Apoc, lo cual parece indicar que las excluía del canon. Otro tanto pode*mos decir de Teodoreto Cirense (+458), que tampoco cita las epísto*las católicas menores y el Apoc. Teodoro de Mopsuestia (+428) toda*vía va más lejos, pues incluso rechaza las epístolas católicas mayores: Sant, 1 Pe, 1 Jn.


d) Padres latinos.‑ Casi todos los escritores eclesiásticos latinos de esta época admiten el canon íntegro del Nuevo Testamento. La discusión y las dudas se centran sobre todo en la epístola a los Hebreos, que en el Occidente, hasta la mitad del siglo IV, es pasada en silencio por muchos autores. En Oriente, en cambio, nunca se dudó de su canonicidad. En el siglo IV se disputó mucho en Occidente acerca de su autenticidad. Posiblemente por este motivo no se en*cuentra en el canon Claromontano (s. IV), en donde también faltan Fil y 1‑2 Tes, probablemente a causa de un descuido del copista.


En los últimos decenios del siglo IV casi todos los Padres latinos admiten unánimemente la autenticidad de la epístola a los Hebreos. De este modo se llega a la unanimidad completa, con la admisión de los 27 libros del Nuevo Testamento. Esto se ve claramente recorriendo las obras de los principales Padres de este período.


San Jerónimo (+410), que pasó gran parte de su VIda en Oriente, admite todos los libros del Nuevo Testamento. Por lo que se refiere a los deuterocanónicos del Antiguo Testamento, fue hostil y no los consideró como canónicos; en cambio, respecto de los deuterocanónicos del Nuevo Testamento, adopta la “veterum auctoritas” (“autoridad de los –padres- antiguos”) y los recibe como canónicos, incluso conociendo las dudas que sobre alguno de ellos existían tanto en Oriente como en Occidente[27]. Refiriéndose a las epístolas de Santiago y Judas afirma que han obte*nido “autoridad” canónica “paulatim procedente tempore” (“poco a poco, con el paso del tiempo”)[28]. Pero él las coloca sin vacilación alguna entre los libros canónicos[29].


Rufino (+410) también admite los 27 libros del Nuevo Testa*mento como inspirados y canónicos.


San Agustín (+430), en su libro De doctrina christiana (año 397), nos ofrece una lista completa de todos los libros del Nuevo Testa*mento, idéntica a la que más tarde aceptará el concilio Tridentino. Fue bajo su influencia que el concilio provincial de Hipona, o sea, el concilio plenario de toda el África, celebrado en Hipona el 8 de octubre de 393, y los concilios III y IV de Cartago, de los años 397 y 419, recibieron este mismo canon[30].

San Ambrosio (+397) hizo uso de todos los libros del Nuevo Testamento. Los únicos sobre los cuales hay alguna duda son las epístolas 2‑3 Jn. La epístola a los Hebreos la atribuye a San Pablo y el Apocalipsis a San Juan.


San Hilario De Poitiers (+368) no nos da una lista de los libros del Nuevo Testamento, pero admitió indudablemente los protoca*nónicos. De los deuterocanónicos del N. T. recibió la epístola a los Hebreos, que consideraba como de San Pablo, y usó la epístola de Santiago, la 2 Pe y el Apoc. Para San Hilario, el autor del Apoc era San Juan. No tiene referencias a las epístolas 2‑3 Jn y Jds.


Prisciliano (hacia el año 380), obispo de Ávila en España, reco*noce como inspirados y canónicos todos los libros del Nuevo Testa*mento. El único que no menciona es la epístola 3 Jn.



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[1] Cf. Col 4, 16. Hay bastantes autores que sostienen que la epístola a los Laodicenses es la que desde finales del siglo II ha sido llamada epístola a los Efesios.

[2] San Pablo cita como Escritura sagrada Deut 25,4 y las palabras de Jesús, que leemos en Lc 10,7. Disputan los autores si el Apóstol cita el Evangelio escrito o las palabras del Señor recibidas por tradición. Como 1 Tim es posterior al evangelio de San Lucas, es muy posible que se refiera a dicho evangelio.

[2][3] Cf. Epist. 1 ad Cor 47,3.


[4] Epíst. Bernabé 4,14; cf. F. Funk, Patres Apostolici I (Tubinga 1901) p. 49.

[5] Todas las citas y alusiones a los libros del N. T. que se encuentran en los Padres apostólicos han sido recogidas por F. X. Funk, Patres apostolici (Tubinga 1901). Cf. J. B. Lightfoot, The Apostolic Fathers (Londres 1890, primera parte; 1889, segunda parte); B. Steidle, Patrologia seu historia antiquae litteraturae ecclesiasticae (Friburgo 1937); B. Altaner, Patrologie (Fribur*go 1950). También se puede consultar la obra The N. T. in the Apostolic Fathers, editada por un comité de la Oxford Society de Teología histórica (Oxford 1905).

[6] Cf. Apología I 67,3s: MG 6,429. En esta Apol. I 66 advierte que con la expresión “me*morias” quiere designar los evangelios y afirma que estas “memorias” fueron escritas por los apóstoles y por los discípulos de los mismos (Diál. con Trif. 103: MG 6,717).

[7] Cf. Adv. Haer. 3, Praef.

[8] Cf. Adv. Haer. 3,1; 3,11,8; W. Sanday ‑ C. H. Turner ‑ A. Souter, novun testamen*tum s. Irenaei episcopi lugdunensis: old‑latin biblical texts 7 (oxford 1923); w. L. Dulié*re, Le Canon néotestamentaire et les écrits chrétiens approuvés par Irénée: La Nouvelle Clio 9 (1954) 199‑229.

[9] Cf. De praescr. 37.

[10] Cf. Contra Marcionem 4,2 y 5.

[11] Cf. De ieiunio 2 y 10; Contra Marc. 4,5; 5,19.

[12] Cf. De pudic. 20.

[13] Cf. De oratione 20; De pudic. 19.20; De cultu fem. 1,3; De praescr. 33.

[14] Cf. Scorpiace 12.

[15] Cf. L. A. Muratori, Antiquitates Italicae Medii Aevi III (Milán 1740) 851‑854; H. Lietzmann, Das muratorische Fragment und die Monarchianischen Prologe zu den Evange*lien (Borm 1908) p. 3‑11; T. Zahn, Miscellanea II. Hippolytus der Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922) 417‑436.

[16] Se puede ver el texto del Fragmento de Muratori en el Enchiridion Biblicum (Roma 1961) n. 1‑7. Cf. J. Campos, Epoca del fragmento Muratoriano: Helmántica II (1960) 485-96.

[17] Hist. Ecc. 6,14.

[18] Cf. A. Merk, Origenes und der Kanon des A. T.: Bi 6 (1925) 200‑205.

[19] Cf. Comm. in Mt t. 17,30: MG 13, 1569‑1572; In Lc hom. 1, MG 13, 1802s.

[20] Cf. J. B. Lightfoot. en The Academy 2 (1889) 186‑188.205; TH. H. Robinson, The Authorship of the Muratorian Canon: The Expositor 7,1 (1906) 481‑495; Th. Zahn, Hippoli*tus der Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922) 417‑436; S. Ritter, Il frammento Muratoriano: Rivista de Archeologia Cristiana 3 (1926) 215‑263; M. J. Lagrange, Histoire ancienne du Canon du N. T. p.66‑84.

[21] Cf. Hist. Eccl. 3,25.

[22] Epist. Festalis 39.

[23] Haer. 30,25.

[24] Adv. Eunom. 4,5.

[25] Cf. Or. 42,9; 29,17.

[26] También son importantes para el canon del N. T. los papiros encontrados principal*mente en Egipto. La colección Chester Beatty contiene el P45 de principios del siglo III, que tiene fragmentos de los cuatro evangelios y de los Act; el P46, también de principios del siglo III, que contenía originariamente la epístola a los Rom, 1‑2 Cor, Ef, Gál, Fil, Col, 1‑2 Tes; el P47, del siglo III, con fragmentos del Apoc. El P20, también del siglo III, y el P23 contienen la epístola de Sant; el P13 y P17, del siglo IV, tienen la epístola a los Hebr; el P18, del siglo III-IV, y el P24, del siglo IV, que presentan el Apocalipsis.

[27] Cf. Epist. 129 ad Dardanum, 3.

[28] Cf. De VIris illustr. 2,4.

[29] Cf. Epist. 53 ad Paulinum, 8.

[30] Cf. De doctr. christ. 2,8,13.
 
Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Muchas gracias Joxan...leere el link que proporcionaste...aunque tengo conocimiento del como y el porque se formo el canon de ambos testamentos (lo primero que lei, despues de la Biblia que aun sigo leyendo, fue "Evidencia que Exige un Veredicto", tiene un largo capitulo que trata sobre esto)...gracias a Dios y que Dios te bendiga...
 
Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Totus Tuus dijo:
Ni siquiera con un buen tema, son capaces de obviar su evidente encono a la Iglesia Catolica. Que mediocridad, al fin de cuentas ...

¿Dónde está aquí el encono contra la ICR?

Precisamente estoy diciendo que la ICR no es el monstruo poderoso que trata de hacer aparecer el Código Da VInci.

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Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Totus Tuus dijo:
Sobre el Canon del N.T.
Historia del canon del Nuevo Testamento
Queremos estudiar en este apartado cómo los Libros Sagrados del Nuevo Testamento llegaron a formar una colección y cómo fueron aceptados por todos los cristianos. ...

Totus Tuus:

¿Puedes decirnos de dónde has sacado este estudio? Igual lo publico en la web y me gustaría dar el link.

Gracias

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Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

kimeradrummer dijo:
Muchas gracias Joxan...leere el link que proporcionaste...aunque tengo conocimiento del como y el porque se formo el canon de ambos testamentos (lo primero que lei, despues de la Biblia que aun sigo leyendo, fue "Evidencia que Exige un Veredicto", tiene un largo capitulo que trata sobre esto)...gracias a Dios y que Dios te bendiga...

Ya se, pero es que se lo he prestado a un amigo católico-romano para que lo lea. Ayer lo estuve buscando y encontre la 2ª parte y entonces me acordé de que lo había prestado.

Pues ya ves, el ataque contra la fiabilidad de la Palabra de Dios es a muerte.

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Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Breve Esquema de la Historia del Canon del Nuevo Testamento

Definición de Símbolos:

* Libro aceptado como canónico y citado por los cristianos en sus escritos
? Libro discutido por algún cristiano destacado o del que se menciona que es discutido
x Libro rechazado como canónico, desconocido, o no citado



Período neotestamentario (c.35-90)

En este período apenas hay sentido de la existencia de un canon de la Escritura

Padres apostólicos (c.90-160)

Sumario:

El Nuevo Testamento no es todavía clara y cualitativamente distinguido de otros escritos cristianos.

Los evangelios son generalmente aceptado alrededor del 130, aunque los evangelios de Justino Mártir contienen material apócrifo, siendo Policarpo el primero que utiliza como Escritura los cuatro evangelios

? El libro de Hechos es raramente conocido o citado



El Corpus Paulino es más o menos aceptado alrededor del 130 aunque sus citas son mencionadas como Escritura en raras ocasiones.

? Filipenses y 1ª Timoteo. Justino Mártir

? 2ª Timoteo, Tito y Filemón. Policarpo y Justino Martir



x Hebreos. No considerado como canónico



? 1ª de Clemente de Roma a los Corintios

x Justino Mártir y Policarpo



Santiago. Rechazada y ni tan siquiera citada



x 1ª Pedro. No canónica



x 2ª Pedro. No canónica y no citada



x 1ª,2ª y 3ª Juan. No canónicas

x Justino Mártir

? 1ª Juan Policarpo / x 3ª Juan



x Judas. No canónica

x Policarpo y Justino Mártir



x Apocalipsis. No canónico

x Policarpo



De Ireneo de Lyon a Orígenes (c 160-250)

Sumario:

Tertuliano y Clemente de Alejandría son los primeros en usar el término Nuevo Testamento

Evangelios. Aceptados completamente

Hechos. Gradualmente aceptada su canonicidad



Cuerpo Paulino. Aceptada su canonicidad con algunas excepciones

x 2ª Timoteo. Clemente de Alejandría

x Filemón. Ireneo, Orígenes, Tertuliano y Clemente de Alejandría



? Hebreos. No considerada como canónica en Occidente hasta el siglo IV

? Orígenes

* Clemente de Alejandría fue el primero que la aceptó



x Santiago. No canónica

? Orígenes es el primero que la menciona

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



* 1ª Pedro. Aceptación gradual

* Primeramente aceptada por Ireneo y Clemente de Alejandría



x 2ª Pedro. No canónica

? Orígenes la menciona por vez primera

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



* 1ª Juan. Aceptación gradual

* Ireneo y Clemente de Alejandría son los primeros que la aceptan

x Orígenes



x 2ª Juan. No canónica

? Orígenes

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



x 3ª Juan

? Orígenes

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



? Judas. Aceptación gradual

* Clemente de Alejandría

x Orígenes



? Apocalipsis. Aceptación gradual

* Clemente de Alejandría es el primero que lo acepta

x Canon de Baroccio, año 206



Epístola de Bernabé

* Orígenes y Clemente de Alejandría la aceptan como canónica



Pastor de Hermas

* Ireneo, Tertuliano, Orígenes y Clemente de Alejandría



La Didajé

* Orígenes y Clemente de Alejandría



El Apocalipsis de Pedro

* Clemente de Alejandría



Los Hechos de Pablo

* Orígenes

* Aparece en diversas traducciones al Griego, Latín (5), Siriaco, Armenio y Arábico



Evangelio de los Hebreos

* Clemente de Alejandría



Canon de Muratori (c 190)

Excluye Hebreos, Santiago, 1ª y 2ª Pedro

Incluye el Apocalipsis de Pedro

Orígenes a Nicea (c 250-325)

Sumario:

Las epístolas católicas y el Apocalipsis son todavía discutidos

Evangelios, Hechos y el Cuerpo Paulino, aceptados



? Hebreos.

* Aceptada en Oriente

?, x. Discutida en Occidente



? Santiago

? Todavía discutida en Oriente

x Rechazada en Occidente



* 1ª Pedro. Aceptada bastante bien



? 2ª Pedro. Todavía discutida



* 1ª Juan. Aceptada bastante bien



? 2ª y 3ª Juan, Judas. Todavía discutidas



? Apocalipsis. Muy discutida especialmente en Oriente

x Dionisio



Concilio de Nicea (c 325)

Se cuestiona la canonicidad de Santiago, 2ª Pedro, 2ª Juan, 3ª Juan y Judas



De Nicea al Concilio de Cartago (c 325-397)

Sumario:

Atanasio es el primero que da una lista con los actuales 27 libros del Nuevo Testamento en el año 367. Continúan las discusiones acerca de varios libros casi hasta el año 397, cuando el canon es autoritativamente cerrado

* Evangelios, Hechos, Cuerpo Paulino, 1ª Pedro, 1ª Juan, aceptados.



* Hebreos. Finalmente aceptada en Occidente



* Santiago. Lenta aceptación. No fue siquiera citada en Occidente hasta alrededor del año 350



* 2ª Pedro. Finalmente aceptada



* 2ª y 3ª Juan, Judas. Finalmente aceptadas



* Apocalipsis. Finalmente aceptado

x Cirilo de Jerusalén, Juan Crisóstomo, Gregorio Nacianceno



Epístola de Barnabás. No aceptada

x Aparece en el Códice Sinaítico a finales del siglo IV



Pastor de Hermas. No aceptado

x Aparece en el Códice Sinaítico a finales del siglo IV. Usado como libro de texto para catecúmenos según Atanasio



1ª y 2ª de Clemente. No aceptadas

x Aparece en el Códice Sinaítico incluso a principios del siglo V




Fuentes para el Esquema del Canon (todas protestantes):

1) Douglas, J.D., ed., New Bible Dictionary, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1962 ed., pp.194-98;

2) Cross, F.L., and E.A. Livingstone, eds., The Oxford Dictionary of the Christian Church, Oxford: Oxford Univ. Press, 2nd ed., 1983, pp.232,300,309-10,626,641,724,1049,1069;

3) Geisler, Norman L. & William E. Nix, From God to Us: How We Got Our Bible, Chicago: Moody Press, 1974, pp.109-12,117-25.



Tomado de: http://www.geocities.com/luisperezbus.rm/canon.html
 
Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

Os he dejado en la red una ampliación del estudio sobre los judeocristianos
llamados "Nazarenos" y "Ebionitas" y los evangelios que usaban para, en la linea
de lo que escribìamos ayer, dejar constancia de la amplísima documentación que
tenemos sobre el origen del Canon y la fiabilidad de los escritos
Neotestamentarios que nos han llegado hasta nuestros días.

Espero que les sea de utilidad y despeje las dudas que alguno pudiese tener. El
Nuevo Testamento que nos ha llegado y que leemos en nuestras Biblias es un
documento absolutamente fiable y contrastado, aceptado por la antiguedad
cristiana desde finales del siglo I y ampliamente reconocido ya en el siglo II.
No es algo que una supuesta "conspiración romana" se ocupase de adulterar en el
siglo IV como algunos van diciendo por ahí y sempbrando duda y confusión entre la
Iglesia de Dios. Además de eso está la fe de que Dios mismo se ha ocupado de
salvaguardar su acrisolada Palabra, que es lo que el diablo siempre va a atacar
primero, como ya hizo en Edén.

http://www.cristianismo-primitivo.org/siglo_II/Ebionitas.htm

Dios les bendiga a todos

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Re: Apologética: Formación del Canon del NT y fiabilidad del mismo

El canon del Nuevo Testamento no fue cerrado hasta el siglo IV. Eso es un hecho histórico. Hasta entonces había libros que no eran aceptados por todos y algunos que no están hoy en el canon sí eran aceptados como canónicos por algunos. Por tanto tuvo que ser la autoridad Iglesia quien cerrara ese asunto

La inexistente adulteración de los textos es otra cosa. Hay diversas familias de manuscritos pero en las diversas variaciones textuales no hay nada que pueda considerarse como definitivo para la exposición de alguna doctrina cristiana. Aquellos que hablan de manipulaciones suelen ser precisamente los mismos que manipulan toda la Biblia para hacerla encajar en sus herejías.