El pastor evangelista Bouillon expresa bastante bien lo que es el evangelismo en dos conversaciones que tuvo con un sacerdote católico. El pastor Bouillon se convirtión al catolicismo.
Primera:
"Pastor Boullón", me dijo luego, "No avanzaremos mucho discutiendo con la Biblia en mano. Ya sabe usted que el Demonio fue el primero en todo crimen... y por eso también fue el primer Evangélico".
Eso me cayó muy mal. ¡Me insultaba en la cara tratándome de demonio! Sin dejarme explicar lo que pensaba, se adelantó:
- Si... fue el primer evangélico. Recuerde que el Demonio intentó tentar a Cristo con ¡la Biblia en mano!
- Pero Cristo les respondió con la Biblia...
- Entonces usted me da la razón, Pastor... los dos argumentaron con la Biblia, sólo que Jesús la utilizó bien... y le tapó la boca.
Segunda conversación:
- "¿Cómo que ha terminado? ¡Continúe! Vaya a Corintios, XIII, 32.
- Leí en voz alta: "Aunque tanta fuera mi fe que llegare a trasladar montañas, si me falta la caridad nada soy"
- Entonces la fe...
- La fe... la fe... la fe es lo que salva
- ¡Vaya novedad! Me dice riendo. ¡No se bien quien creó la estrategia protestante de argumentar con la Biblia, pero creo que bien pudieron ser los demonios que ahora encontraron un buen medio para salvarse.
- ¿Salvarse?
- Si.. salvarse, amigo mío. ¿Acaso no es el apóstol Santiago quien nos dice que hasta los mismos demonios creen en Dios? Y si sólo la fe salva...
-
- No se quede en silencio, Pastor... siéntese aquí que se aliviará un poco. Si quiere seguir como el Demonio, tentándome con la Biblia, le recuerdo que ahí mismo se nos dice que esa fe no salvará a los demonios, porque "como un cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin obras está muerta" (c.II) Y aún así los católicos no decimos que sea sólo fe o sólo obras. Cuando al Señor se le pregunta sobre qué debemos hacer para salvarnos, Él dice "Si quieres salvarte, guarda los mandamientos" Ahí tiene usted la respuesta completa.
Primera:
"Pastor Boullón", me dijo luego, "No avanzaremos mucho discutiendo con la Biblia en mano. Ya sabe usted que el Demonio fue el primero en todo crimen... y por eso también fue el primer Evangélico".
Eso me cayó muy mal. ¡Me insultaba en la cara tratándome de demonio! Sin dejarme explicar lo que pensaba, se adelantó:
- Si... fue el primer evangélico. Recuerde que el Demonio intentó tentar a Cristo con ¡la Biblia en mano!
- Pero Cristo les respondió con la Biblia...
- Entonces usted me da la razón, Pastor... los dos argumentaron con la Biblia, sólo que Jesús la utilizó bien... y le tapó la boca.
Segunda conversación:
- "¿Cómo que ha terminado? ¡Continúe! Vaya a Corintios, XIII, 32.
- Leí en voz alta: "Aunque tanta fuera mi fe que llegare a trasladar montañas, si me falta la caridad nada soy"
- Entonces la fe...
- La fe... la fe... la fe es lo que salva
- ¡Vaya novedad! Me dice riendo. ¡No se bien quien creó la estrategia protestante de argumentar con la Biblia, pero creo que bien pudieron ser los demonios que ahora encontraron un buen medio para salvarse.
- ¿Salvarse?
- Si.. salvarse, amigo mío. ¿Acaso no es el apóstol Santiago quien nos dice que hasta los mismos demonios creen en Dios? Y si sólo la fe salva...
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- No se quede en silencio, Pastor... siéntese aquí que se aliviará un poco. Si quiere seguir como el Demonio, tentándome con la Biblia, le recuerdo que ahí mismo se nos dice que esa fe no salvará a los demonios, porque "como un cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin obras está muerta" (c.II) Y aún así los católicos no decimos que sea sólo fe o sólo obras. Cuando al Señor se le pregunta sobre qué debemos hacer para salvarnos, Él dice "Si quieres salvarte, guarda los mandamientos" Ahí tiene usted la respuesta completa.