Los milagros de Jesús
Uno de los elementos que más ha conmovido y motivado al cristianismo a lo largo de su historia ha sido, sin lugar a dudas, la capacidad que tenía el ‘Hijo de Dios’ para realizar esos ‘Milagros’ con el que tanto se han deleitado millones de fieles.
Sordos, mudos, ciegos, cojos y hasta paralíticos fueron milagrosamente sanados por el profeta de la Galilea.
Lamento con toda sinceridad que Dios no envie a otro de sus ‘Hijos’ a nuestra querida tierra, pues, si la creencia que el nazareno tenía verdaderos poderes servirían de gran ayuda a los centenares de miles de seres humanos que, en la actualidad, viven sufriendo algun tipo de discapacidad física o mental.
Pero, Biblia en mano, ¿debemos creer que el Galileo tenía algun tipo de poder sobrenatural que le permitía llevar a cabo algun tipo de sanación?
Como he repetido muchas veces, la Biblia es un Libro lleno de Sabiduría, que, apoyándose en hábiles alegorías nos enseña el Camino que debemos seguir para llegar al dominio de uno mismo.
Y es que, lamentablemente, las ‘Enfermedades’ que aparecen en las Escrituras no son aquellas dolencias como la invidencia o la parálisis. Las ‘Enfermedades’ Simbolizan a esa Ignorancia que sólo la Sabiduría nos puede ‘curar’.
"Al contrario la Sabiduría libró de los
dolores a los que la respetaban."
Sabiduría 10,9
Aún así, han sido muchos los que ignorando el significado oculto de las Escrituras han creído, erróneamente, que el nazareno sanaba a los paralíticos.
Nada más lejos de la verdad.
En las Escrituras el término "Andar" significa "Avanzar" en el "Camino" de la Espiritualidad o, dicho todavía mejor, avanzar hacia "Jerusalén".
"Observad como yo no he trabajado solo para mi, sino para todos aquellos que andan en busca de la verdad."
Eclesiástico 24,47
Y esa es, sin duda, nuestra labor en esta vida: "Caminar" hacia Jerusalén, es decir hacia el “Paraiso” que no es otro que esa “Ciudad” protegida por grandes “Murallas”. Es decir, “Caminar” hacia el dominio de uno mismo.
“Ciudad abierta y sin murallas
es el hombre que no domina su ánimo.”
Proverbios 25,28
Por ello debemos “Andar” hacia aquella Ciudad (Jerusalén) de las grandes "Murallas".
“Dirigid vuestros pasos hacia la ciudad fuerte”
Zacarías 9,12
Y es aqui en dónde debemos reflexionar sobre el término "Cojos", pues, lejos de referirse a las personas que sufren algún tipo de discapacitación Física -como muchos han creído- Simboliza a aquellos que dudan a la hora de escoger el Camino final que nos lleva hacia el "Cielo".
"Entonces Elías acercándose a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuando habéis de ser como los que cojean hacia dos lados? Si el Señor es Dios, seguidle, y si lo es Baal, seguid a Baal. "
3 Reyes 18,21
Es evidente que es mucho más fácil, sencillo, y, por supuesto, mucho más apetecible, continuar con la creencia que estamos hablando de hechos reales, es decir, de curaciones ‘milagrosas’, que afrontar la (cruda) realidad del doble (y auténtico) sentido de las Escrituras.
Y es que en la Biblia, los ‘Sordos’ y los ‘Mudos’, tampoco son lo que puede parecer en un principio.
Fijaros que claro y alto habla el Libro de Sabiduría...
"Porqué la Sabiduría abrió la boca a los mudos."
Sabiduría 10,21
O este apasionante pasaje del Libro del Eclesiástico.
“Los que saben hablar dan muestra de ser sabios,
y esparcen, como lluvia abundosa, proverbios bien hallados.”
Eclesiástico 18,29
Pero eso no es todo.
Analicemos un interesante pasaje de Marcos y entenderemos el verdadero significado de los ‘Sordos’.
"Quién tiene buenos oídos, entiéndalo."
Marcos 4,23
Fijaros como sin lugar alguno para la duda, el ‘Sordo’ es todo aquel que es incapaz de entender la doble y profunda intencionalidad de las Escrituras. De aquí el porqué de la expresión: ‘el que tenga buenos oídos, que lo entienda’. Es decir: el que tenga capacidad para entenderlo, que lo entienda.
He aquí otro ejemplo que ayudará a comprender lo reseñado.
"Pues os aseguro que muchos profetas, y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; como también oír las cosas que vosotros oís, y no las oyeron."
Lucas10,24
Y ya para terminar, me remitiré a un sólo pasaje para aclarar esas ‘Milagrosas’ sanaciones que el Galileo llevaba a cabo con los ‘ciegos’ .
“Tiene el Sabio ojos en su frente
Pero el necio anda a oscuras.”
Eclesiástico 2,14
Con este simple pasaje, el que lo quiera ver, ya tiene suficiente.
Queda claro, pues, hay que procurar abrir bien los ojos y intentar comprender todas estas Alegorías que tratamos, pues, si nos quedamos en su sentido superficial estaremos despreciando el universo de Sabiduría que es la Biblia y pensaremos que hace dos mil años hubo un hombre que iba sanando a todo el mundo con el que se cruzaba.
Espero que hagáis disfrutado tanto con el epígrafe, como lo he disfrutado yo.
Buddha
Uno de los elementos que más ha conmovido y motivado al cristianismo a lo largo de su historia ha sido, sin lugar a dudas, la capacidad que tenía el ‘Hijo de Dios’ para realizar esos ‘Milagros’ con el que tanto se han deleitado millones de fieles.
Sordos, mudos, ciegos, cojos y hasta paralíticos fueron milagrosamente sanados por el profeta de la Galilea.
Lamento con toda sinceridad que Dios no envie a otro de sus ‘Hijos’ a nuestra querida tierra, pues, si la creencia que el nazareno tenía verdaderos poderes servirían de gran ayuda a los centenares de miles de seres humanos que, en la actualidad, viven sufriendo algun tipo de discapacidad física o mental.
Pero, Biblia en mano, ¿debemos creer que el Galileo tenía algun tipo de poder sobrenatural que le permitía llevar a cabo algun tipo de sanación?
Como he repetido muchas veces, la Biblia es un Libro lleno de Sabiduría, que, apoyándose en hábiles alegorías nos enseña el Camino que debemos seguir para llegar al dominio de uno mismo.
Y es que, lamentablemente, las ‘Enfermedades’ que aparecen en las Escrituras no son aquellas dolencias como la invidencia o la parálisis. Las ‘Enfermedades’ Simbolizan a esa Ignorancia que sólo la Sabiduría nos puede ‘curar’.
"Al contrario la Sabiduría libró de los
dolores a los que la respetaban."
Sabiduría 10,9
Aún así, han sido muchos los que ignorando el significado oculto de las Escrituras han creído, erróneamente, que el nazareno sanaba a los paralíticos.
Nada más lejos de la verdad.
En las Escrituras el término "Andar" significa "Avanzar" en el "Camino" de la Espiritualidad o, dicho todavía mejor, avanzar hacia "Jerusalén".
"Observad como yo no he trabajado solo para mi, sino para todos aquellos que andan en busca de la verdad."
Eclesiástico 24,47
Y esa es, sin duda, nuestra labor en esta vida: "Caminar" hacia Jerusalén, es decir hacia el “Paraiso” que no es otro que esa “Ciudad” protegida por grandes “Murallas”. Es decir, “Caminar” hacia el dominio de uno mismo.
“Ciudad abierta y sin murallas
es el hombre que no domina su ánimo.”
Proverbios 25,28
Por ello debemos “Andar” hacia aquella Ciudad (Jerusalén) de las grandes "Murallas".
“Dirigid vuestros pasos hacia la ciudad fuerte”
Zacarías 9,12
Y es aqui en dónde debemos reflexionar sobre el término "Cojos", pues, lejos de referirse a las personas que sufren algún tipo de discapacitación Física -como muchos han creído- Simboliza a aquellos que dudan a la hora de escoger el Camino final que nos lleva hacia el "Cielo".
"Entonces Elías acercándose a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuando habéis de ser como los que cojean hacia dos lados? Si el Señor es Dios, seguidle, y si lo es Baal, seguid a Baal. "
3 Reyes 18,21
Es evidente que es mucho más fácil, sencillo, y, por supuesto, mucho más apetecible, continuar con la creencia que estamos hablando de hechos reales, es decir, de curaciones ‘milagrosas’, que afrontar la (cruda) realidad del doble (y auténtico) sentido de las Escrituras.
Y es que en la Biblia, los ‘Sordos’ y los ‘Mudos’, tampoco son lo que puede parecer en un principio.
Fijaros que claro y alto habla el Libro de Sabiduría...
"Porqué la Sabiduría abrió la boca a los mudos."
Sabiduría 10,21
O este apasionante pasaje del Libro del Eclesiástico.
“Los que saben hablar dan muestra de ser sabios,
y esparcen, como lluvia abundosa, proverbios bien hallados.”
Eclesiástico 18,29
Pero eso no es todo.
Analicemos un interesante pasaje de Marcos y entenderemos el verdadero significado de los ‘Sordos’.
"Quién tiene buenos oídos, entiéndalo."
Marcos 4,23
Fijaros como sin lugar alguno para la duda, el ‘Sordo’ es todo aquel que es incapaz de entender la doble y profunda intencionalidad de las Escrituras. De aquí el porqué de la expresión: ‘el que tenga buenos oídos, que lo entienda’. Es decir: el que tenga capacidad para entenderlo, que lo entienda.
He aquí otro ejemplo que ayudará a comprender lo reseñado.
"Pues os aseguro que muchos profetas, y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; como también oír las cosas que vosotros oís, y no las oyeron."
Lucas10,24
Y ya para terminar, me remitiré a un sólo pasaje para aclarar esas ‘Milagrosas’ sanaciones que el Galileo llevaba a cabo con los ‘ciegos’ .
“Tiene el Sabio ojos en su frente
Pero el necio anda a oscuras.”
Eclesiástico 2,14
Con este simple pasaje, el que lo quiera ver, ya tiene suficiente.
Queda claro, pues, hay que procurar abrir bien los ojos y intentar comprender todas estas Alegorías que tratamos, pues, si nos quedamos en su sentido superficial estaremos despreciando el universo de Sabiduría que es la Biblia y pensaremos que hace dos mil años hubo un hombre que iba sanando a todo el mundo con el que se cruzaba.
Espero que hagáis disfrutado tanto con el epígrafe, como lo he disfrutado yo.
Buddha