-...!Jasón...! ¿lo tienes? Yo lo veo casi a mis “12” y alto... Sigue a 12.000 pies. ¡Se detiene...! ¡Afirmativo!, ¡ha hecho estacionario...!
Millones de lectores han leído este pequeño fragmento de ‘Caballo de Troya’, uno de los libros más enigmáticos de la literatura española. En él, -cuyo autor defiende hasta la saciedad que no es una obra ficticia, sino pura realidad- se relata la supuesta aparición de un misterioso objeto volador que surcó los cielos de Jerusalén hace unos dos mil años y que cubrió la Ciudad Santa de tinieblas..
Aquella ‘cosa’, según Eliseo, se había estabilizado a unos 4000 metros sobre la vertical de Jerusalén. Y así permaneció por espacio de dos o tres minutos. A juzgar por la altura a la que se encontraba y por su tamaño aparente –superior a diez lunas- sus dimensiones eran enormes.
Pero, ¿que pasó realmente en los cielos de Jerusalén?
¿Relatan los Evangelios la aparición de una supuesta nave tripulada por seres inteligentes cuando el nazareno estaba clavado en la cruz?
¿Qué son aquellas misteriosas tinieblas que nos relata el capítulo quince de Marcos?
“Al llegar el mediodía,
toda aquella tierra quedó en oscuridad hasta las tres de la tarde.”
Marcos 15,33
Esa es la pregunta que muchos se han hecho a lo largo de los siglos. Pregunta que ha desembocado en numerosas y fantasiosas teorías. Pero, sin embargo, nada es lo que puede parecer a simple vista.
No hace falta ser un Escriba de tiempos pasados para saber comprender que esa misteriosa ‘Nube’ que narran las Escrituras, aparece justo antes que Jesús lanzara ese famoso grito a su ‘Padre’.
A esa misma hora, Jesús gritó con fuerza:
–“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Marcos 15,34
La respuesta a todas estas preguntas -que lleva cerca de dos mil años sepultada- la podemos hallar en un importante pasaje del Libro de las Lamentaciones del Profeta Jeremías.
“Pusiste una nube ante ti,
para que no pudiesen llegar hasta tu presencia nuestras plegarias.”
Lamentaciones 3,44
¿Significa, entonces, que Dios estaba enojado con su Hijo Jesús de Nazaret?
Veamos…
“Cielo y tierra,
escuchad lo que dice el Señor:
Crié hijos hasta que fueron grandes,
pero ellos se rebelaron contra mí.
El buey conoce a su dueño
y el asno el establo de su amo;
pero Israel, mi propio pueblo,
no conoce ni tiene entendimiento.”
Isaias 1,2-3
Como ya he repetido en muchas ocasiones, Jesús de Nazaret –dejando de lado que no existió- no es otro que el mismísimo Falso Profeta. Y es a él, a quién Dios le muestra su indignación.
“!Tan grande ha sido el enojo del Señor,
que ha oscurecido a la bella Sión!”
Lamentaciones 2,1
Es por ello, que apareció esa gran ‘Nube’ que cubrió el cielo y oscureció la tierra.
“Aquel día –afirma el Señor–,
haré que se oculte el sol al mediodía,
y en pleno día cubriré de oscuridad la tierra.”
Amós 8,9
Es, pues, el señor J.J. Benítez el que debe responder:
¿Apareció un objeto volador sobre la ciudad de Jerusalén?
¿O hay gente que ha escrito libros pensando que nunca jamás se podría echar luz a tantos interrogantes?
Se oscureció toda la tierra, si, pero todo es alegórico y lleva escondido un mensaje que acostumbra a ser muy espectacular. Mensaje que, evidentemente, pasó por alto el escritor de Pamplona.
“El sol se pondrá para esos profetas
y el día se les oscurecerá.”
Miqueas 3,6
A disfrutar
Millones de lectores han leído este pequeño fragmento de ‘Caballo de Troya’, uno de los libros más enigmáticos de la literatura española. En él, -cuyo autor defiende hasta la saciedad que no es una obra ficticia, sino pura realidad- se relata la supuesta aparición de un misterioso objeto volador que surcó los cielos de Jerusalén hace unos dos mil años y que cubrió la Ciudad Santa de tinieblas..
Aquella ‘cosa’, según Eliseo, se había estabilizado a unos 4000 metros sobre la vertical de Jerusalén. Y así permaneció por espacio de dos o tres minutos. A juzgar por la altura a la que se encontraba y por su tamaño aparente –superior a diez lunas- sus dimensiones eran enormes.
Pero, ¿que pasó realmente en los cielos de Jerusalén?
¿Relatan los Evangelios la aparición de una supuesta nave tripulada por seres inteligentes cuando el nazareno estaba clavado en la cruz?
¿Qué son aquellas misteriosas tinieblas que nos relata el capítulo quince de Marcos?
“Al llegar el mediodía,
toda aquella tierra quedó en oscuridad hasta las tres de la tarde.”
Marcos 15,33
Esa es la pregunta que muchos se han hecho a lo largo de los siglos. Pregunta que ha desembocado en numerosas y fantasiosas teorías. Pero, sin embargo, nada es lo que puede parecer a simple vista.
No hace falta ser un Escriba de tiempos pasados para saber comprender que esa misteriosa ‘Nube’ que narran las Escrituras, aparece justo antes que Jesús lanzara ese famoso grito a su ‘Padre’.
A esa misma hora, Jesús gritó con fuerza:
–“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Marcos 15,34
La respuesta a todas estas preguntas -que lleva cerca de dos mil años sepultada- la podemos hallar en un importante pasaje del Libro de las Lamentaciones del Profeta Jeremías.
“Pusiste una nube ante ti,
para que no pudiesen llegar hasta tu presencia nuestras plegarias.”
Lamentaciones 3,44
¿Significa, entonces, que Dios estaba enojado con su Hijo Jesús de Nazaret?
Veamos…
“Cielo y tierra,
escuchad lo que dice el Señor:
Crié hijos hasta que fueron grandes,
pero ellos se rebelaron contra mí.
El buey conoce a su dueño
y el asno el establo de su amo;
pero Israel, mi propio pueblo,
no conoce ni tiene entendimiento.”
Isaias 1,2-3
Como ya he repetido en muchas ocasiones, Jesús de Nazaret –dejando de lado que no existió- no es otro que el mismísimo Falso Profeta. Y es a él, a quién Dios le muestra su indignación.
“!Tan grande ha sido el enojo del Señor,
que ha oscurecido a la bella Sión!”
Lamentaciones 2,1
Es por ello, que apareció esa gran ‘Nube’ que cubrió el cielo y oscureció la tierra.
“Aquel día –afirma el Señor–,
haré que se oculte el sol al mediodía,
y en pleno día cubriré de oscuridad la tierra.”
Amós 8,9
Es, pues, el señor J.J. Benítez el que debe responder:
¿Apareció un objeto volador sobre la ciudad de Jerusalén?
¿O hay gente que ha escrito libros pensando que nunca jamás se podría echar luz a tantos interrogantes?
Se oscureció toda la tierra, si, pero todo es alegórico y lleva escondido un mensaje que acostumbra a ser muy espectacular. Mensaje que, evidentemente, pasó por alto el escritor de Pamplona.
“El sol se pondrá para esos profetas
y el día se les oscurecerá.”
Miqueas 3,6
A disfrutar