Aprobado en España un proyecto de ley infame

18 Noviembre 1998
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Monseñor Juan Antonio Reig Pla: el proyecto de ley de investigación con embriones es "inaceptable"
Fecha de publicación: 16/02/2006 20:52

Lugar: Murcia

(VERITAS) Por su interés, ofrecemos íntegra esta entrevista a monseñor Juan Antonio Reig Pla sobre el proyecto de ley de investigación con embriones aprobado hoy por el Congreso.

El obispo de Cartagena es Presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, Vicepresidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, Miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, Decano del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el Matrimonio y la Familia (Sección Española), dependiente de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, Gran Canciller de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) y miembro de la Comisión para la preparación del V Encuentro Mundial del Santo Padre con las Familias, a celebrar, Dios mediante los días 8 y 9 de julio de 2006 en Valencia (España)

-El gobierno de España, que preside don José Luís Rodríguez Zapatero, ha presentado en el Congreso de los Diputados un Proyecto de Ley, que finalmente ha sido aprobado, sobre “Técnicas de reproducción humana asistida”. Aunque todavía faltan pasos para su aprobación definitiva, a la vista de su contenido, ¿qué valoración le merece dicho Proyecto de Ley?

Monseñor Juan Antonio Reig: Este Proyecto de Ley no es sólo inicuo, sino que puede constituirse en una verdadera arma de destrucción masiva de vidas humanas, así como de la integridad psicológica de los que sobrevivan a ella.

Estamos hablando de un Proyecto de Ley que introduce innumerables propuestas que vulneran el Derecho Natural; sin embargo, sin ser exhaustivos, podríamos destacar, al menos, diez atentados contra los más elementales Derechos Humanos.

Así este Proyecto de Ley: 1) permite la “producción” de seres humanos; 2) facilita las conductas homicidas; 3) determina arbitrariamente quien merece ser considerado persona y quien no; 4) manipula el lenguaje para manipular las conciencias y el derecho; 5) constituye a algunos en dueños de la vida y de la muerte; 6) introduce el peligroso precedente de que el fin justifica los medios; 7) no excluye toda clonación humana; 8) permite la injusticia de que a los hijos se les niegue deliberadamente la posibilidad de conocer a su madre y con más frecuencia a su padre, facilitando por esta razón, que se den relaciones sexuales incestuosas; 9) hace posible con toda naturalidad el “bioadulterio” y el “incesto genético”; y 10) este Proyecto de Ley, afectado por una especie de “Síndrome de Frankenstein”, autoriza la producción de “quimeras” medio-animal / medio-hombre.

-¿Podría explicar de un modo sencillo y breve cada uno de estos diez aspectos que ha enumerado?

Monseñor Juan Antonio Reig: Naturalmente, con mucho gusto.

1) Se permite la “producción” de seres humanos

«La Conferencia Episcopal Española ha denunciado en varias ocasiones la Ley de Reproducción Asistida de 1988 como una ley injusta. En aquella ley, como en el Proyecto que ahora se nos propone, se viola el derecho de los hijos a ser engendrados en el acto fecundo de donación interpersonal entre el padre y la madre, y se les trata como si fueran objetos de producción, lesionando así su dignidad de personas. Aunque es loable el deseo del hijo, no es lícito conseguirlo de cualquier manera». El hijo no es un derecho, es un don.

2) Se facilitan las conductas homicidas

Con estas legislaciones se permite la producción de miles de embriones llamados “sobrantes” que son congelados y condenados a un destino incierto. Se llevan a cabo prácticas eugenésicas y abortivas, como las llamadas, según los casos, “selección o reducción embrionarias”, que no consisten en otra cosa que en matar a un ser humano inocente en los primeros momentos de su desarrollo. Estos defectos permanecen en este Proyecto de Ley permitiendo la “producción” in vitro de personas y admitiendo la selección y eliminación de personas en fase embrionaria.

3) Se determina arbitrariamente quien merece ser considerado persona y quien no.

Es necesario recordar que «el embrión humano merece el respeto debido a la persona humana. No es una cosa ni un mero agregado de células vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano, desde el mismo momento de la fecundación. Todos hemos sido también embriones. Por tanto, no es lícito quitarles la vida ni hacer nada con ellos que no sea en su propio beneficio». Pero el Proyecto de Ley que se ha presentado no reconoce esta dignidad y respeto, sino que durante las dos primeras semanas los consideraría como mero material biológico.

4) Se manipula el lenguaje para manipular las conciencias y el derecho

Con el objeto de evitar la pregunta antropológica y ética fundamental sobre el embrión, algunas organizaciones internacionales vienen intentando relativizar el estatuto biológico del mismo, denominándolo en los primeros 14 días, con un término, hasta hace pocos años inexistente, llamado «preembrión». Este confuso término es utilizado también en este Proyecto de Ley. Se trata de una grave manipulación del lenguaje científico, un verdadero sofisma para manipular las conciencias y el Derecho, ya que dicha denominación no corresponde a una base biológica precisa.

Nada sucede del día 14 al 15, o antes o después de su implantación en el útero materno que cambie la esencia del embrión. Embrión o preembrión, día 14 o 15, implantado o no, nos encontramos en cualquier caso, y desde la fecundación, ante un ser humano que sigue su propio curso de desarrollo. Por tanto, desde el momento de la fecundación, pasando por las diversas fases del desarrollo embrionario hasta el nacimiento, existe la persona humana, que no puede ser producida, manipulada ni usada como “material biológico”.

5) Se otorga a algunos la capacidad de ser dueños de la vida y de la muerte

Este Proyecto de Ley otorga al equipo médico y a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida el poder de decisión sobre la existencia de las personas: a ellos correspondería establecer cuantos ovocitos son fecundados, una vez producida la fecundación quiénes podrán seguir su desarrollo natural tras ser transferidos al útero materno o no (selección embrionaria tras realizar el mal llamado “diagnóstico” preimplantacional, que “curiosamente” no tiene como fin curar sino matar), a quiénes, una vez implantados, se les dará la posibilidad de nacer o no (reducción embrionaria), y quién será congelado o destinado a la investigación; es decir, a ellos correspondería decidir quien es producido y quien no, quien puede desarrollarse y quién no, quien vive y quien muere. A la luz de los datos estadísticos oficiales, hasta la fecha, estamos hablando ya de un verdadero “holocausto silencioso”.

6) Este Proyecto de Ley introduce el peligroso precedente de que el fin justifica los medios.

No deseo entrar en el debate sobre los fines que se plantean para justificar la producción de seres humanos (los llamados bebés-medicamento), con el objeto de poder curar a otros con parte de su material biológico o sencillamente investigar con ellos. La razón es simple: el fin no justifica los medios. Ningún fin, por loable que sea justifica producir seres humanos. Tampoco pueden justificarse los pasos posteriores a la producción, es decir, la selección del embrión más útil, lo que podría llamarse “producción a la carta de bebés-medicamento”, algo así como generar un hermano para tomar de él, si es necesario, “piezas de repuesto”, o la simple destrucción tras haber alcanzado los supuestos “fines científicos”. La dignidad de toda persona reclama ser tratada como un fin en sí mismo, no como una cosa.

7) Queda abierta la puerta a la clonación humana, en concreto a la denominada “clonación terapéutica”

“La clonación reproductiva y la clonación “terapéutica” o “de investigación” no son dos tipos diferentes de clonación: implican el mismo proceso técnico de clonación y difieren únicamente en los objetivos que persiguen”. Tanto en una como en la otra se producen seres humanos atentando gravemente contra la dignidad de la persona; como ya hemos dicho el fin no justifica los medios. Por otra parte, conviene indicar que la investigación con células madre procedentes de adultos es una alternativa real. Esta fructífera vía de investigación no implica problema ético alguno, y ha conseguido ya extraordinarios resultados terapéuticos que la Iglesia alienta y ve con esperanza.

8) Todo ser humano tiene derecho a conocer a su padre y a su madre, cuando no es así, entre otras graves consecuencias de carácter psicológico y moral, se posibilitan las relaciones sexuales incestuosas

Este Proyecto de ley no sólo permite, como hemos dicho, la injusticia de producir, seleccionar y eliminar seres humanos, sino que contempla, así mismo, la posibilidad de producción de seres humanos con el fin deliberado de donarlos, como si de objetos se tratara, perpetrando otra gran injusticia: privarles deliberadamente del derecho a conocer y ser educados por su padre y por su madre.

Además, con esta y otras leyes anti-familia (ley del divorcio, ley de los así mal llamados matrimonios entre personas del mismo sexo, etc.) se están sentando las bases de una sociedad sin padres y en especial sin la figura paterna, lo que constituye un gravísimo atentado contra la integridad psicológica de los hijos, Todo esto provocará, entre otras consecuencias, diversos trastornos psicológicos, el aumento de personas con inclinación homosexual y los suicidios. De hecho, ya son varios los países en los que se han constituido asociaciones de personas “afectadas” por leyes análogas: las llamadas “asociaciones por el derecho a saber”. Los miembros de estas asociaciones exigen poder conocer quienes son sus verdaderos padres. Estas personas han sido arrancadas sin piedad de su propia genealogía, que es la que nos inserta como únicos e irrepetibles en el seno de una familia; por ello el desconocimiento de sus auténticos orígenes les produce un sufrimiento psicológico y moral enorme que puede afectar a las relaciones interpersonales e incluso a las siguientes generaciones.

Por último, el hecho de que deliberadamente se impida de modo absoluto conocer quien es el padre y la madre posibilita que una vez adultos, al no conocer estas personas los propios orígenes, se puedan dar relaciones sexuales incestuosas entre ascendientes y descendientes directos (padres e hijos, abuelos y nietos) o entre hermanos, todo ello de consecuencias biológicas y psicológicas impredecibles.

9. Se hace posible el “bioadulterio” y el “incesto genético”

Este mismo Proyecto, como la Ley de 1988, prevé la posibilidad legal de la donación de gametos, es decir, de óvulos y semen. El cuerpo es la visibilización de la persona y, en concreto, su patrimonio genético lo enraíza en su genealogía y lo define biológicamente como único e irrepetible. De ahí, que sólo en el contexto de las relaciones sexuales matrimoniales es lícito el intercambio de este patrimonio genético, por el que los esposos, junto con el acto sexual propiamente dicho, se expresan amorosamente el pleno don de sí. Además, de lo indicado en el número anterior, esta es la razón por la que, siendo lícita y meritoria la donación, en su caso, de otros órganos, resulta siempre inmoral la donación, no sólo de embriones, sino también de gametos, los cuales expresan la identidad y unicidad de la persona de la que proceden. Dicho de otra manera: conjugar un gameto de uno de los esposos con otro gameto que no sea de su cónyuge constituye lo que podríamos llamar un auténtico “bioadulterio”. Hay que añadir también aquí, que el anonimato en la donación de gametos hace posible que se produzcan fecundaciones de mujeres con el semen de su propio padre, de un abuelo o de un hermano, produciéndose un verdadero “incesto genético”, también, en este caso, de consecuencias biológicas y psicológicas impredecibles.

10) Este Proyecto de Ley, afectado por una especie de “Síndrome de Frankenstein”, autoriza la producción de “quimeras” medio-animal / medio-hombre.

En este Proyecto, como en la Ley de 1988, se autoriza, en el colmo de la manipulación arbitraria de la vida, la fecundación de óvulos de hembras de animales con semen de hombres, produciendo así embriones con patrimonio genético medio-animal / medio-humano. Ninguna razón, tampoco el hecho de que el Proyecto de Ley obligue a la destrucción de dicha “quimera” una vez alcanzados los “fines”, puede justificar la atrocidad antropológica de fecundar el óvulo de un animal con el semen de un hombre.

-Una vez explicado todo esto, ¿cuál debe ser la actitud de las personas de buena voluntad ante este Proyecto de Ley?

Monseñor Juan Antonio Reig: La iniquidad de este Proyecto, como la de la Ley de reproducción asistida que ahora está en vigor, puede ser conocida por la conciencia de cualquier persona de recta razón que no esté ideologizada. He hablado con categorías propias del Derecho Natural y si me apura propias del simple “sentido común”.

Cinco son, al menos, las “batallas” que hay que librar: 1) la batalla del matrimonio y la familia: sin matrimonios -esposo y esposa- y familias fuertemente unidas por el amor no es posible educar armónica e integralmente a los hijos. 2) la batalla de la vida: sin hijos, más aún, sin familias numerosas y sin el más escrupuloso respeto a la vida naciente, a los enfermos y a los mayores no hay futuro. 3) la batalla de las conciencias: es necesario, desde el respeto y promoción a la verdadera libertad, educar y movilizar las conciencias, formando la razón para que la inteligencia conozca y reconozca la verdad, la voluntad se oriente a hacer el bien, es decir, a amar, y la sensibilidad anhele la verdadera belleza. 4) la batalla de la memoria: se hace indispensable recordar nuestra procedencia, de dónde venimos, nuestra “tradición”, nuestras raíces cristianas. Sin estas raíces el árbol de nuestra civilización está destinado a morir. 4) la batalla de la presencia en la vida pública: es indispensable organizarse, estar presentes en los medios de comunicación y participar, en general, en la vida pública, movilizando la sociedad civil en orden a reclamar leyes justas; en todo caso, debemos estar prestos a ser testigos, es decir, a ser mártires. Y 5) el combate de la fe y de la evangelización: la plenitud de lo humano es lo cristiano -“ecce homo”-; la batalla contra Satanás es desigual, la victoria no es posible sin los dones gratuitos de la fe y de la gracia de Dios, las cuales hay que suplicar al Altísimo cada día, junto con todas las demás virtudes. Pero incluso esto no es posible sin el anuncio explícito de la Buena Noticia; es necesario, a pesar de las muchas dificultades, proponer con valentía el Evangelio de la vida: Cristo nuestro Salvador.

-Monseñor, ¿qué nos diría para concluir esta entrevista?

Monseñor Juan Antonio Reig: Deseo dejar constancia de que este Proyecto de Ley se constituye, sin duda, en un instrumento para facilitar el suicidio silencioso e inexorable de nuestra civilización, que no es otra que la Civilización del Amor. Espero que nuestros representantes políticos sean conscientes a la hora de votar este Proyecto de Ley. Es la mismísima estabilidad del entramado familiar y social lo que está en juego; los políticos, y con mayor razón si son católicos, deben oponerse, con todos los medios lícitos, a la aprobación de esta Ley. Así mismo, los votantes no pueden legítimamente apoyar a los partidos políticos que defiendan estas legislaciones.

Para terminar, consciente de que nuestra civilización lo es del amor, de la fe y de la libertad, pero también de la esperanza, sólo me queda suplicar a la Santísima Trinidad, por intercesión de la Inmaculada Concepción y del Apóstol Santiago, que proteja a España y a sus hijos.

VERITAS AV06021611
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

OPOSICIÓN PARCIAL DEL PP

El Congreso aprueba la Ley de Reproducción Asistida

La norma elimina el límite al número de óvulos que se pueden fecundar en cada ciclo

Prohíbe la clonación con fines reproductivos y las madres de alquiler
La aprobación ha generado una ola de declaraciones entre sus partidarios y detractores

ELMUNDO.ES|AGENCIAS
El Congreso de los Diputados ha aprobado el proyecto de Ley de Reproducción Asistida que permitirá seleccionar embriones para curar a un hermano enfermo. Este ha sido uno de los puntos que llevó al Grupo Popular a votar en contra de una parte del dictamen de este proyecto, que será remitido al Senado, para su debate y votación de enmiendas.

Antes de la votación y al presentar el proyecto en el pleno, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha lamentado la oposición del Grupo Popular a esta futura norma y especialmente a algunos de sus aspectos más innovadores como es la citada selección genética.

Además de regular las técnicas de reproducción asistida para que personas con problemas de fertilidad puedan tener descendencia, el texto recoge otros puntos relacionados con la prevención y tratamiento de enfermedades, el incremento de la seguridad de los procesos y una mejor información a los usuarios de estas técnicas.


Sin límite de ovocitos
La ley de 2003, redactada por el Gobierno popular, limitaba a tres los ovocitos fecundables por cada ciclo. Según ha recordado Salgado, la nueva normativa suprime esta limitación y lo deja a criterio médico para incrementar así la posibilidad de éxito del embarazo y evitar la repetición de ciclos, que suponen un alto coste para la salud de la mujer.

El número máximo de embriones que se pueden implantar en cada paciente sigue siendo tres, para evitar embarazos múltiples.

En cuanto a los embriones sobrantes, serán las parejas las que decidan si los quieren congelar para reservarlos para su uso en un futuro, para donarlos a otras parejas o para autorizar que se utilicen en investigación. La ley del Gobierno popular resolvía que los embriones sobrantes anteriores a la ley podrían utilizarse con estos fines, pero no los posteriores.

La diputada del PP María Roldós explicó que la reforma de 2003 se hizo con criterios éticos y abierta a la investigación y consideró que las novedades incluidas ahora carecen de justificación clínica y social.

Sí a las técnicas experimentales, no a la clonación

Además de los métodos reconocidos como técnicas de reproducción asistida (fecundación in vitro, inseminación artificial, inyección intracitoplasmática, con gametos propios o de donante y con transferencia de embriones, y la transferencia intratubárica de gametos), Sanidad introduce la novedad de que se puedan aplicar provisionalmente "técnicas experimentales", con autorización previa y de forma tutelada. Además, el listado de técnicas podrá irse actualizando mediante decretos ley.

La práctica conocida como 'madres de alquiler' seguirá siendo ilegal, al igual que la clonación con fines reproductivos. En cuanto a la clonación con fines terapéuticos, al no tratarse de una técnica de reproducción humana asistida, sino de investigación, en principio será regulada en la futura Ley de Investigación en Biomedicina.

Diagnóstico genético preimplantacional
Cuando la ley entre en vigor, será posible realizar técnicas preimplantacionales con fines terapéuticos para terceros, previo análisis del caso por la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. Es decir, que podrá generarse un hijo sano cuyos tejidos sean compatibles con los de su hermano enfermo para poder, en un futuro, curarlo.

"Es uno de los avances prácticos de la ley, en el caso de enfermedades de origen incurable, la posibilidad de seleccionar entre los óvulos fecundados en procesos de reproducción asistida aquel embrión que no tenga el gen de esa enfermedad, y dé origen a un niño sano sin esa enfermedad", señalaba recientemente Salgado.

La propuesta para que la ley incorporase la posibilidad de seleccionar activamente el sexo del embrión fue rechazada por los diputados.

No discriminación
El debate de la Ley en el Congreso incorporó un apartado que indica que las mujeres tendrán derecho a ser usuarias o receptoras de las técnicas de reproducción humana asistida sin que puedan hacerse distinciones por motivo de su opción sexual o estado civil. El texto incluye además una disposición que garantiza la no discriminación de las personas con discapacidad.

El amplio debate social suscitado por esta ley se ha materializado en numerosas declaraciones realizadas tanto por sus partidarios como sus detractores. A la cabeza de éstos últimos se sitúa la Iglesia, que pidió a los diputados católicos que no apoyaran esta ley.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Dios tenga piedad de este país de bestias que tanta sangre ha derramado, y la de sus santos.

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Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Occidente se está suicidando ante nuestras propias narices.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

http://iglesia.libertaddigital.com/articulo.php/1276231339

EL ESTATUT Y LOS CATÓLICOS
La derrota de los católicos nacionalistas
Por José Luis Restán

Después de haber viajado a Roma para asegurar a las autoridades vaticanas que el Estatut quedaría limpio de resabios laicistas y de agresiones a los valores fundamentales que defiende la tradición cristiana, el democristiano Durán i Lleida se ausentó de la Comisión mientras se votaban los artículos sobre nuevos derechos de ciudadanía (Zapatero está haciendo historia), relativos al aborto, la eutanasia y la definición del matrimonio. Naturalmente los artículos salieron aprobados con leves retoques que apenas disimulan las intenciones de la ley, que por lo demás nunca fueron ocultadas por sus promotores.

La masa crítica del bloque radical-laicista que conforman PSOE-PSC, ERC e ICV es demasiado clara al respecto como para dejar sombra de duda, y o mucho me equivoco o CiU no está para gastar mucha pólvora en esta batalla. Eso sí, la gente de Unió nos venderá la pírrica victoria de haber introducido unos matices en el articulado que equivalen a hacerle cosquillas a la bestia.

En el fondo lo que ha ocurrido es una parábola del drama de los católicos nacionalistas tanto en el País Vasco como en Cataluña. No juzgo las intenciones, que puedo suponer excelsas en muchos casos, pero a la hora de la verdad, el proyecto político que triunfa en estas comunidades tiene como ingrediente esencial una cultura radical sesentayochista que encarna como nadie la Esquerra de Carod y Puigcercós, y que seguramente será también el banderín de una "Batasuna normalizada" en las próximas calendas. Supuestamente, tanto el PNV como una parte sustancial de CiU, nacieron para defender las raíces culturales y espirituales del País Vasco y Cataluña, dos regiones de profunda tradición católica que impregnaba todas sus manifestaciones sociales.

Ambos partidos han gozado de omnipresencia en el escenario político de sus respectivas comunidades, más aún, han acaparado durante años el poder, controlando los resortes educativos y mediáticos. Pues bien, el resultado de todo este predominio lo tenemos a la vista. Al final, estos territorios se convierten en punta de lanza de un proceso secularizador empujado desde las instancias políticas, porque la intención "conservadora" de las tradiciones, que encarnaban PNV y CiU, se ha vuelto necesariamente subsidiaria de un proyecto nacionalista global que los ha deglutido. El capítulo de Derechos y Deberes del Estatuto que se acaba de votar en Comisión es la mejor expresión de este fracaso de los católicos nacionalistas, por más que Unió haya forzado unos remiendos.

Esta evidencia puede tener un aspecto saludable para la Iglesia que vive en estas comunidades, y para ese pequeño resto de católicos que trata sinceramente de configurar su acción política con la Doctrina Social de la Iglesia. La clave nacionalista que ha marcado todo el discurrir histórico de estos años ha propiciado la victoria cultural del secularismo radical, sin paliativos. Por tanto, la reconstrucción de un tejido social que haga viva la presencia de la identidad católica en Cataluña y el País Vasco tiene, como primera medida, que desembarazarse de la hipoteca nacionalista. Claro que hacer eso en las actuales circunstancias, requiere una lucidez y un coraje prácticamente heroicos.

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Está muy bien lo que dice Restán pero yo me pregunto, ¿no se podría decir casi exactamente lo mismo de la actitud del PP en toda España?

Porque resulta que ha habido sólo un diputado popular que ha votado en contra de toda la ley infame que ha sido aprobada en el Congreso. El resto del partido ha votado en contra sólo de algunos aspectos. Matices, como diría Restán, que servirían solo para hacer cosquillas a esa bestia, a ese engendro de ley.

Hacen falta políticos auténticamente cristianos en este país. Y eso es imposible mientas sigamos viviendo en una partitocracia donde los diputados sean meros lacayos al servicio de las direcciones de sus partidos y no hombres y mujeres responsables directamente ante sus votantes.
Por eso es urgente que los cristianos pidamos el cambio de la ley electoral en la línea que sugirió e-cristians y la gente del Pacto por los Derechos y las Libertades (adjunto archivo) hace unos días. Sólo cuando podamos elegir directamente a nuestros diputados en listas abiertas es cuando el voto cristiano (meto a los evangélicos también) tendrá verdadero valor en este país. Mientras tanto, sólo podremos elegir entre el cáncer o la gangrena.
 

Adjuntos

  • MANIFIESTO Democracia.pdf
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Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Bueno, Cristina, de la COPE, ha puesto de vuelta y media a los del PP:

http://www.latardeconcristina.es/audios/editorial-170206.mp3


El cálculo de los advenedizos.

Pues miren ustedes, señores del PP, el cálculo les va a salir mal. Está España tan malamente, está el presidente socialista desvencijando el país y vendiéndolo a trozos con tal descaro que se les han puesto a ustedes los dientes largos con unas elecciones y empiezan a pensar -como los otros- que aquí no importan la verdad ni las personas, sino sólo el poder ¿Y qué mejor en la carrera electoral que hacerse el progre? ¿Y qué hay más fácil para hacerse el progre que votar a favor de la clonación terapéutica y la investigación con embriones? ¡Olé los del PP, que son españolistas y progres a la vez! Que se quede la Iglesia en su carcundia defendiendo la vida ¿Eso han pensado, verdad? Pues mira por donde, aunque sólo sea por la obcecación de una periodista, les ha salido rana y va a decir en alto, y bien fuerte, que son ustedes advenedizos y cobardes. Que son oportunistas y políticamente correctos. ¿Pensaron ustedes a quién le importan el cigoto y el ovocito? ¿Quién sabe en España lo que son? Al votante medio ésto le trae sin cuidado, y al votante progre españolista, seguro que le parece bien que aprobemos la ley de reproducción asistida del PSOE. Nos quedamos con los nuestros y amarramos un par de votos de centro-izquierda. Pues falso. Es verdad que a su votante medio y, yo diría más, al español medio, los embriones, por desconocidos o por pequeños, le dan igual. Pero a esa parte amplia también le hubiese parecido bien que ustedes hubiesen explicado que, como un embrión no es un tejido, que como no es un órgano, no se puede aprobar alegremente que se produzca en serie y se investigue con él. A esa parte amplia seguro que no le hubiese importado saber que un embrión lleva todos los rasgos genéticos, absolutamente todos, de un ser humano adulto y que merece un mínimo respeto, superior al menos al de un órgano o una oreja. Claro, que explicar esto hubiese exigido un poquito de esfuerzo. Un poco de lectura para los señores diputados y un poco de coraje político para el señor Rajoy. Y han preferido tirar por la calle de en medio. Y se han olvidado de nosotros, de los que amamos la vida. Los que no sólo sabemos lo que es un embrión, sino que conocemos además las dudas que sobre su trato y dignidad están presentes en la comunidad europea y en todos los países civilizados. Alemania prohíbe la producción masiva de embriones, limita a tres lo óvulos fecundados en la fecundación in vitro y recuerda con horror los experimentos genéticos del tercer Reich. La selección de embriones se prohíbe en casi todas partes. Porque hay gente, señores del PP, que se hace preguntas sobre las razones de la existencia. Que quiere saber qué es la vida y por qué merece la pena luchar. Gente que está convencida de que tener esta inquietud es fundamental para después defender a la persona, la familia o la patria. Porque ¿cómo le va a importar verdaderamente la unidad de España a alguien al que no le importa el destino de sus hijos, ni el significado de las cosas? El drama del Occidente moderno no son los nacionalismos, sino la falta de interés por la propia vida de los ciudadanos occidentales. Y me temo que muchos de los que lo sabemos, de los que somos conscientes de este drama, somos, o éramos, sus votantes.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

En España no hay diputados católicos

El pasado jueves, 16 de Febrero, el Congreso de los Diputados votó el Proyecto de Ley de Reproducción Asistida, presentado por la ministra de Sanidad, Elena Salgado.

El Proyecto de Ley es, sencillamente, aberrante y supone un peldaño más en el descenso hacia la desprotección de la vida humana naciente, en el avance de la cultura de la muerte y en la instrumentalización de los seres humanos. Desde luego, cuando la democracia no se asienta sobre firmes criterios éticos, el camino hacia el totalitarismo se convierte en una autopista de sentido único, que parece conducir directamente al abismo.

El Proyecto de Ley de Reproducción Asistida permite:

1. La clonación, con fines terapéuticos, de seres humanos. Los embriones humanos – es decir, seres humanos en sus primeras fases de desarrollo – serán utilizados como medios para lograr la hipotética curación de otros seres humanos. Yo me pregunto: Si se puede emplear, y destruir, a un ser humano, en su etapa embrionaria, para curar a otra persona, ¿qué impide la crianza de niños clónicos como meros bancos de órganos, a disposición de quien pueda necesitar un trasplante difícil de conseguir por otros medios?

2. La producción de embriones como mero material de investigación. Si se puede investigar con embriones; si se puede convertir a los embriones en puro material, ¿qué impide que se emplee como puro material de investigación a otras personas, niños o adultos?

3. La selección eugenésica de niños, que nacerán con la finalidad de curar a otros. Si la persona, aun en sus primeros estadios de existencia, es medio y no fin, ¿qué impide que sea medio y no fin en estadios más avanzados de la vida?

4. La fecundación de ovocitos animales con esperma humano. Si ya no se respeta la singularidad humana, ni la frontera entre la especie humana y las otras especies, ¿qué impide realizar todo tipo de híbridos, manipulando arbitrariamente la vida humana?

Los Obispos Españoles habían advertido, mediante una Nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, de la gravedad de este Proyecto de Ley. Y habían indicado que no sería posible “a los diputados católicos apoyar esta ley con su voto”. Es verdad que no hace falta ser católico para defender la vida; pero también lo es que no se puede ser coherentemente católico sin defenderla.

Pues bien, el resultado de las votaciones en el Congreso ha puesto de manifiesto – por si quedaba alguna duda – que en España no hay diputados católicos: Ni en el PSOE, ni en el PP, ni en otros partidos. Solamente un diputado, del Partido Popular, Eugenio Nasarre, ha votado en contra del Proyecto de Ley. Los demás, salvo algunas reticencias en aspectos muy concretos, han votado a favor.

En conclusión, deduzco que los católicos carecemos de representación política en el Parlamento. No hay diputados que, en asuntos delicados, voten en conformidad con lo que podríamos denominar las exigencias básicas de la ley moral racional. No hay tampoco católicos que, a la hora de ejercer responsabilidades, actúen como tales. O se cambia la ley electoral, de modo que los ciudadanos podamos elegir directamente a nuestros representantes políticos, y en consecuencia pedirle cuentas a cada uno de ellos, y no a unas siglas o a una lista cerrada, o, en el momento de votar, habrá que abstenerse o introducir en la urna una papeleta en blanco.

Guillermo Juan Morado.
Doctor en teología
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

ABC, sábado 18 de febrero de 2006
Unos embrioncitos de nada

Por JUAN MANUEL DE PRADA

MIENTRAS ocupan el debate público asuntos más estrepitosos (y triviales), se aprueba en el Congreso un proyecto de ley de reproducción asistida que ampara, bajo coartadas terapéuticas, la eugenesia y la clonación. Como no podía ocurrir de otra manera en una época desarmada moralmente, la ciencia se erige aquí en instancia suprema e inapelable: «Todo lo que se sabe hacer, se puede hacer», parece ser el lema. Esta mitificación de la ciencia como fuerza salvífica no ha mostrado reparos siquiera en pisotear la dignidad de la vida humana; de este modo, se ha llegado a aceptar la posibilidad execrable de «fabricar» vidas, servirse de ellas como material de experimentación y después destruirlas. Aprovechándose de la ingenuidad o la desesperación de mucha gente que se deja embaucar con falsas esperanzas, la propaganda justifica la perversidad de la clonación terapéutica pregonando que permitirá sanar enfermedades hoy incurables. Y con esta expectativa (que no es sino coartada que se sirve del sufrimiento ajeno), se convierte la vida humana en un producto de laboratorio y se destruyen alegremente unos embrioncitos de nada para extraerles células o tejidos, como si fueran proveedores de piezas de recambio.

Nunca hubiéramos llegado a estos extremos de depauperación ética si previamente no se hubiese impuesto una consideración meramente funcional de la vida. Tratamos a nuestros semejantes como cosas de las que es posible disponer, extraer una utilidad. Si este puro utilitarismo se ha instalado en nuestra existencia cotidiana, ¿cómo puede sorprendernos que desde una instancia legislativa se establezca la posibilidad de declarar a unos embrioncitos de nada vidas prescindibles e intrascendentes, sólo considerables por la utilidad médica que nos pueden reportar? Previamente, por supuesto, se ha negado la singularidad específica de cada vida humana; al desaparecer esa característica que la hace valiosa e insustituible, la vida humana queda despojada de dignidad. Se me opondrá que un embrión carece de personalidad o condición humana; yo más bien pienso que esa condición, inscrita en sus genes, está latente, se ha empezado a gestar para realizarse plenamente en un estadio futuro. Y puesto que la condición humana anida en ese puñado de células, organizadas con el fin de convertirse en persona, no tenemos derecho a tratar al embrión como si fuese una cosa; no tenemos derecho a poseerlo, usarlo y destruirlo. En su aparente insignificancia se condensa toda la potencialidad de una vida futura, tan plena como la nuestra.

No pensemos que esta concepción puramente utilitaria de la vida no nos pasará, a la larga, factura. Al negar los conceptos más elementales sobre los que se sustenta la dignidad humana, estamos infligiéndonos un daño sin reparación posible. Por supuesto, podemos alegar coartadas pretendidamente altruistas para justificar ese ataque a la dignidad humana; pero las acciones moralmente erróneas, aunque puedan parecer útiles en un principio, aunque reporten beneficios inmediatos, acaban arrastrándonos inexorablemente a la ruina. La dignidad de la vida no puede estar impunemente sometida al egoísmo de cada cual, a las ansias de curación de cada cual, mucho menos al humanitarismo discrecional del Estado. La violación de esta dignidad humana, ya lo sabemos, prefigura el totalitarismo. No creo que haga falta recordar aquel sueño eugenésico concebido por Hitler. La clonación terapéutica, bajo su disfraz humanitario, postula también, no nos engañemos, un mundo de superhombres donde los débiles, los enfermos y, en general, todos aquellas vidas que no resulten «útiles» carecen automáticamente de valor. ¿Por qué no empezar cargándonos -se dirán los apóstoles de ese «mundo feliz»- unos embrioncitos de nada?
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Ved alguna de las barbaridades más repugnantes de la ley infame aprobada por los "representantes" del pueblo español

CAPÍTULO IV

Investigación con gametos y preembriones humanos

Artículo 14. Utilización de gametos con fines de investigación.


1. Los gametos podrán utilizarse de manera independiente con fines de investigación.


2. Los gametos utilizados en investigación o experimentación no podrán utilizarse para su transferencia a la mujer ni para originar preembriones con fines de procreación.


3. Se podrán practicar pruebas dirigidas a evaluar la capacidad de fecundación de los espermatozoides humanos consistentes en la fecundación de ovocitos animales hasta la fase de división del óvulo animal fecundado en dos células, momento a partir del cual se deberá interrumpir la prueba.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

http://www.protestantedigital.com/new/leernoticiaDom.php?1577

Nueva raza de hijos a la carta

Ya tenemos ante nosotros aprobado el proyecto de nueva ley de Reproducción Asistida, que introduce un cambio respecto a la anterior vigente: la posibilidad de que una pareja conciba varios embriones y se seleccione a un hijo sano con el fin de ayudar a curar a otro hijo enfermo. Hasta ahora, cualquier investigación realizada sobre el preembrión sólo podía tener como finalidad el bienestar de él mismo.(1)


Pero con este proyecto, además de desaparecer el límite de óvulos a fecundar, se podrán generar varios embriones, hacer el diagnóstico de cuáles serán los compatibles para ayudar al hermano enfermo y, de ellos, introducir en el útero materno los que más posibilidades tengan de ser donantes y no originar rechazo. Los embriones que sobren, se irán sumando a ese enorme montón de vidas paralizadas a muchos grados bajo cero y sin proyecto reproductivo. (Por cierto: su número está aún por determinar y sólo conocemos estimaciones tan dispares entre sí que alarman: ¡Podríamos tener en España hasta 200.000 embriones congelados!)

Las parejas que tienen un hijo con una enfermedad que podría curarse con la donación de tejidos de un hermano, pasan por drama diario que merece el más profundo de los respetos, apoyo y compasión cristianas. Albergar la esperanza de traer un hijo al mundo que tal vez pueda ser de ayuda al hijo enfermo es legítimo. Pero ese debe ser sólo un ingrediente en el plan, no el motor principal. De otra manera, habremos entrado en el terreno de usar a unas personas, sin su consentimiento, para el beneficio de otros. Eso es utilitarismo: la creación del “bebé terapéutico”. Dejaríamos, además, embriones en el camino: los incompatibles. Todo esto suponiendo que las cosas salgan “bien”, porque...¿y si –p.ej.- el trasplante de médula ósea no sale bien? ¿De qué afectará todo ésto al hijo “utilizado”? Como dice Javier Rey, secretario de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, "en el fondo, lo que se está discutiendo es crear seres humanos para solucionar los problemas de otros". (2)

Ya se está haciendo en otros países. Así, en un estudio estadounidense realizado entre los años 2002 y 2003 en el Instituto de Genética Reproductiva de Chicago, de 199 embriones analizados, el 23% resultaron 'útiles.' Finalmente, se implantaron 28 en 13 ciclos clínicos a nueve mujeres y se lograron cinco embarazos de los que han nacido otros tantos bebés capaces de donar células madre a sus hermanos.(3)

Mi pregunta es ¿qué se hace con los "inútiles"?

Si vamos a la Palabra de Dios con el fin de orientarnos
, encontraremos muchas claves para pensar cristianamente sobre esto. La vida humana no es una casualidad ni está al arbitrio de la ciencia... ni tan siquiera de los padres. Dios es el autor de la vida (4) Casos como el de Sansón, Jeremías, Isaías... Pablo (5), nos enseñan la providencia de Dios en la existencia de cada uno de nosotros, como proyectos únicos e irrepetibles, por eso somos “el poema de Dios”, como transmite el original de Efesios 2:10. De modo que nadie está aquí por casualidad, sino que , de alguna manera venimos al mundo porque Dios quiere, usando para ello a nuestros progenitores. No debemos enseñorearnos de la vida ajena para usarla “para nuestro bien”. Es cierto que tenemos la solemne responsabilidad de ser colaboradores de Dios -maravillosa realidad- en la propagación de la especie, y en el cuidado de la creación. (6)

Cabe la planificación familiar responsable, que no esté guiada por el egoísmo reinante hoy día, y se puede pensar en la bendición de traer un hijo al mundo que tal vez pueda añadir la bendición de ser compatible con su hermano para un trasplante, pero asumiendo que su bienvenida a la familia y a la raza humana será incondicional, pase lo que pase, porque la vida de nuestros hijos pertenece a Dios desde el momento de la concepción.

Somos hechos a Su imagen y semejanza (7), lo que impregna la existencia de cada ser humano de dignidad. La vida humana no se debe instrumentalizar, aunque, por desgracia, la historia está llena de momentos pasados y presentes en los que en nombre del bienestar de unos se utiliza y esclaviza a otros.

Digamos, por último, que desde el punto de vista científico, para ayudar a estos enfermos, hay otra posibilidad que no se está potenciando debidamente: la creación de más bancos de sangre de cordón umbilical, en la que están contenidas células madre de las que se pueden conseguir tejidos para trasplantes. Pero apenas oímos hablar de ello y en un país grande como España sólo existen 8.

Se podría y debería invertir mucho más en esto y avanzar en la investigación. Manipular, destruir y seleccionar vidas humanas indefensas en estado preembrionario no es el camino.


(1) Ley 45/2003 de 21 de Noviembre sobre Técnicas de Reproducción Asistida.
(2) El Mundo, edición digital 9-2-2005
(3) Suplemento de Salud (El Mundo, mayo 2004, nº 571)
(4) Génesis 1-2, Hech 3:15.
(5) Jueces 13, Jeremías 1:5, Isaías 44:2,24, 49:1,5, Gálatas 1:15
(6) Génesis 1:28
(7) Génesis 1:26-27


Puede ver un video de la noticia de la nueva Ley de Reproducción asistida (2'5 MB) pulsando AQUÍ
Orlando Enríquez es Médico de Familia y miembro de la Unión Médica Evangélica

© Adaptado de la publicación previa en la revista Edificación Cristiana (ProtestanteDigital.com, España)

http://www.protestantedigital.com









:Investiga :baby: :baby: :baby: :baby: :ovnialmue :baby: :baby: :baby::Investiga
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Bien, a ver si se pronuncian otros.

Ahora mismo estoy pensando en un protestante español significado que para más señas es médico.

¿Dirá algo o no?
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Es de hace un par de años pero merece la pena:

Los Nuevos Inocentes

Pamplona, 27 de diciembre de 2004



Hace ya algunas semanas, el Gobierno autorizó la investigación con células madre procedentes de embriones humanos mediante un decreto ley que concreta las condiciones para el acceso de los investigadores a estas células. No hay ninguna referencia a la cuestión clave de si se respetará o no la ley que prohíbe la utilización de embriones vivos para la investigación Cuando desde la Iglesia hemos denunciado la inmoralidad de esta práctica nos han dicho oscurantistas, enemigos de la ciencia e insensibles ante los sufrimientos de muchos enfermos. No se trata de enredarse en polémicas descalificadoras, sino de buscar serenamente la verdad de las cosas analizando datos y presentando argumentos. Lo que los cristianos pedimos es que se discierna entre una investigación respetuosa con la dignidad del ser humano y otras posibles actuaciones precipitadas o interesadas.

Resulta que como consecuencia de la fecundación asistida los centros dedicados a estas prácticas tienen un depósito de embriones congelados (40, 50 ó 60.000, nadie lo sabe) con los que no se sabe qué hacer. Sus padres ya no los quieren, no hay mujeres o matrimonios que puedan adoptar tal número de embriones, matarlos directamente parece demasiado cruel. Entonces se encuentra la fórmula de decir “vamos a utilizarlos para investigar con el fin de curar enfermedades degenerativas con las células madre de estos embriones”. Y así se presenta la cuestión de una manera verdaderamente engañosa, ¿quién puede negarse a aprovechar esos embriones sobrantes para conseguir nuevas posibilidades y técnicas de curación? Evidentemente, sería todavía más grave la producción de embriones humanos por clonación para utilizarlos directamente como material de investigación.

Pero se callan datos importantes. Primero, que para investigar con las células madre embrionarias, antes hay que matar al embrión que es un verdadero ser humano. Y aquí es dónde surge la pregunta ética ¿Es lícito destruir, matar, a un ser humano para curar a otro? ¿Qué medicina es ésa que mata antes de curar? ¿Qué clase de humanidad es ésa que mata a unos para favorecer a otros? Los controles, las precauciones, los reglamentos no eliminan la cuestión fundamental. Por otra parte, los científicos saben que las células madre embrionarias, hoy por hoy, no sirven para curar, porque son células demasiado abiertas que resultan incontrolables y pueden terminar provocando procesos cancerosos. En cambio, en el mundo científico se sabe también que las células madre presentes en los tejidos de los adultos son más fácilmente manejables y han demostrado ya su capacidad curativa en diversos tejidos humanos dañados o degenerados, porque para eso precisamente están en el organismo. Entonces por qué el empeño en legitimar la investigación con células embrionarias? ¿No será por defender el negocio de la fecundación in vitro, origen de esos “embriones sobrantes” cuya existencia se quiere justificar aprovechándolos para ser material de investigación?

Tengo la impresión de que en España se están produciendo procesos profundos de conciencia bastante alarmantes. En muchos ambientes se tiene la convicción de que para entrar en el mundo de la modernidad, hay que distanciarse de lo que diga la Iglesia, ir en contra de los dictámenes de la moral cristiana y de la moral natural. Muchas personas han asimilado la idea de que el progreso consiste en atreverse a todo lo que nos venga bien sin pararnos a pensar si es lícito o no. Según esta manera de pensar, lo natural, lo justo, lo lícito, en cada momento, es lo que nos conviene, lo que el gobierno y los legisladores creen que pide la opinión pública, o lo que a ellos les resulta más conveniente en relación con sus intereses políticos.

Ante semejante situación, los católicos necesitamos aclarar nuestras ideas. Nosotros afirmamos que la voluntad sabia y buena de Dios funda el bien y el mal de las cosas. Por eso nuestra vida se enriquece de verdad únicamente cuando actuamos en conformidad con su sabiduría y su amor. Creemos también que nuestra capacidad natural de conocer el bien y el mal está iluminada y fortalecida por la revelación de Dios, el mensaje de Cristo y la enseñanzas de la Iglesia. Este es el camino de progreso que Dios nos ofrece a todos los hombres. La fe no es una fuente de conocimiento divergente o contraria a la razón humana. La fe libera, purifica y fortalece la razón para conocer mejor la naturaleza y las conveniencias de la existencia humana. Por eso lo que nosotros consideramos como bueno y verdadero lo podemos proponer a los demás como algo razonable, comprensible, aceptable y bueno para todos los hombres. Cerrarse voluntariamente a esta iluminación interior es una rebeldía pecaminosa y destructiva.

A los no católicos no les imponemos nada, ni podríamos hacerlo, simplemente les invitamos a considerar la racionabilidad y la humanidad de lo que nosotros vemos y creemos con la ayuda de la fe. Tenemos pleno derecho a hacerlo, como cada uno tiene derecho a exponer respetuosamente sus propios puntos de vista. Y tenemos obligación de hacerlo sin vulnerar para nada las exigencias de la no confesionalidad. ¿Acaso defender el derecho a vivir de unos pobres seres humanos indefensos puede atentar contra las libertades democráticas? La democracia se edifica sobre el respeto a los derechos de todos, nunca sobre la muerte de unos para el provecho de otros.

El remedio sincero a esta situación sería prescindir de la fecundación asistida, o por lo menos hacerla de tal manera que no quedaran embriones sobrantes, es decir, que no quedaran hijos sobrantes, guardados en el congelador y al final dedicados a la muerte. Sin embargo, los centros de reproducción asistida tienen otras pretensiones y tratan de ampliar la aplicación de la fecundación in vitro a padres fértiles y fecundos, con el fin de obtener un hijo con características seleccionadas, por si alguna vez es necesario utilizar sus células a favor de alguno de sus hermanos. Algo peor que la esclavitud.

Es decisivo para el futuro de nuestra sociedad que los españoles comprendamos que la vida política y la actividad científica tienen que estar sometidas a una norma moral objetiva socialmente compartida y respetada. No basta con apelar a la Constitución. Un texto legal, obra de hombres, no puede ser principio último del bien y del mal. El texto mismo de la Constitución responde a unos principios morales preexistentes. ¿Dónde apoyamos estos principios? Todas las sociedades, mediante el ejercicio de la razón, con la ayuda de sus tradiciones religiosas, han buscado una respuesta. Tocamos aquí la raíz de la identidad y de la consistencia espiritual de los pueblos. Algo suficientemente importante como para pensarlo serenamente.


Mons. Fernando Sebastián Aguilar,
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

En España hoy tiene más protección el huevo de un águila que un ser humano en estado embrionario
 

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Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Una “opa” contra hombre

Queridos hermanos y amigos: Paz y bien.

No me refiero ahora aquí a las operaciones de calado político y económico con el beneplácito o incluso la complicidad de algunos gobiernos. Quiero referirme con esta expresión a otro tipo de “opa”, que no por metafórica, logra disimular el extraño beneplácito y la interesada complicidad del gobierno que pretende aprobar la llamada “ley de técnicas de reproducción humana asistida”. Aquí no está en juego el control financiero o la prebenda política, sino la misma vida del hombre: es una “opa” hostil contra el mismo hombre.

La Conferencia Episcopal ha publicado un comunicado denunciando la nueva entrega de una ley que diseña en nombre del progreso del hombre la aniquilación del hombre en su fase más necesitada de protección jurídica y física. Los puntos principales son los siguientes:

1. Se trata de producir seres humanos clónicos a los que, además, no se les dejará nacer, sino que se les quitará la vida utilizándolos como material de ensayo científico a la búsqueda de posibles terapias futuras. La Ley permite estas gravísimas injusticias y, además, quiéralo o no, abre también la puerta a la futura producción de niños clónicos, es decir, a la llamada “clonación reproductiva”.

2. Se permite producir embriones humanos como mero material de investigación. Y se posibilita la comercialización, tráfico y uso industrial de los embriones humanos llamados “sobrantes” de las prácticas de reproducción, ya que no se establece restricción alguna para investigar con ellos, ni se pone límite alguno eficaz a la cantidad que de tales embriones se pueda generar.

3. Se posibilita la producción de los llamados “bebés-medicamento”, o sea, niños que nacerán con determinados fines terapéuticos, después de que otros hermanos suyos, inapropiados para esos fines, hayan sido seleccionados para la muerte en los primeros días de su existencia.

4. La Ley en trámite de aprobación legaliza igualmente la fecundación de ovocitos animales con esperma humano, una práctica de consecuencias imprevisibles reprobada en diversos convenios internacionales.

Por más que sea un latiguillo calculadamente repetido, los cristianos no estamos en contra del avance de la ciencia. De hecho abogamos por una línea investigativa a partir de las células madre, en lugar de jugar irresponsablemente a ser dioses. Por eso nos parece un disparate manipular el don sagrado de la vida, cuando en nombre de la vida curable se destruye la vida naciente. No deja de ser hipócrita que quien dicta leyes para que no se contaminen nuestros pulmones con el humo nocivo del tabaco, proponga otras que asfixian la vida del embrión humano (que nunca será un vulgar “material de investigación”, sino una persona con todo por vivir, con su dignidad y su destino), como si fuera una cobaya al uso. Da miedo pensar el dinero que hay detrás de una ley así en las industrias que se beneficiarían de su desarrollo, y da miedo pensar que sería un guiño más a una progresía (paradójicamente tan involucionista) para recabar a costa de la vida una ulterior rentabilidad electoral.

Pero una vez más, junto con la denuncia de las trampas y sus oscuros intereses, declaremos nuestra pasión por la vida: desde la no nacida hasta la terminal, y todo cuando en medio se da. La belleza del amor por la vida es la que nos ha conmovido en nuestra vivencia de ese Dios y esa Iglesia que están vivos. Seamos testigos en cada circunstancia del respeto y del amor por una vida que no hacen nuestras manos aunque sea Dios quien delicadamente nos la confíe en ellas.

Recibid mi afecto y mi bendición.



+ Jesús Sanz Montes, ofm

Obispo de Huesca y de Jaca

Domingo, 19.02.2006
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Madeline Kent

Corría el año 1933 cuando Madeline Kent, una británica que vivía en Alemania, se refirió a la dificultad de saber cuáles eran los objetivos reales del partido nacional-socialista. La razón fundamental para esa circunstancia radicaba en el uso del lenguaje de los nacional-socialistas. La señora Kent escribía al respecto: “Su vocabulario estaba engrasado con eufemismos que servían a un triple propósito: engañaban a la gente de mente sencilla tanto en el interior del país como en el extranjero, añadían el insulto a los perjuicios que causaban a los perseguidos y complacían la mente de esclavo de las masas”. En los años siguientes, Madeline Kent asistiría con horror a la manera en que esa mezcla de eufemismos, de manipulación, de agresiones verbales y de engaño mediático se encauzaba para justificar, primero, las leyes eugenésicas del III Reich, después la legalización de la eutanasia y, finalmente, la persecución abierta de los judíos. Y, sin embargo, ¿quién hubiera podido imaginar todo aquello cuando los nacional-socialistas alemanes tan sólo prometían que los niños nacerían más sanos y más fuertes, que el abandono del tabaco mejoraría el estado de la piel de las mujeres o que la salud de la población alcanzaría cotas nunca imaginadas gracias a la manipulación de fetos de acuerdo con criterios que se presentaban como científicos? La verdad es que fueron muy pocos, incluso entre sus futuras víctimas.
Ayer, mientras los medios de comunicación se entregaban a las especulaciones más diversas sobre la posibilidad de un cercano anuncio de tregua por parte de la banda terrorista ETA, tenía lugar en el congreso un acontecimiento de enorme trascendencia. Nos referimos a la aprobación de la ley de fecundación asistida. De acuerdo, con la propaganda mediática favorable a esta ley y con las declaraciones del gobierno socialista y de sus aliados parlamentarios, nos encontraríamos ante un paso de progreso que facilitaría a las parejas con hijos enfermos el tratamiento de esas dolencias a partir de otros embriones de hermanos. Lamentablemente, la realidad es muy distinta y la gravedad de este paso legislativo – que sólo contó con una moderada oposición por parte del PP – puede comprenderse si tenemos en cuenta algunos aspectos del texto legal aprobado. Sin ánimo de ser exhaustivos, se trata de los siguientes:
La nueva ley elimina cualquier límite a la fecundación embrionaria y para ocultar este hecho se inventa un término no científico como es el de pre-embrión.
La nueva ley permite la selección genética de embriones, es decir, se llevará a cabo la fecundación in vitro de varios embriones; a continuación, se procederá a extraer células de todos ellos y a proceder a su análisis y aquellos embriones – vidas humanas a fin de cuentas - que contengan el gen de la enfermedad serán rechazados.
La nueva ley permite que los denominados embriones sobrantes puedan ser donados para realizar experimentos médicos con ellos.
La nueva ley permite asimismo la generalización de los experimentos con embriones sin necesidad de que, como hasta ahora, estén congelados. En otras palabras, legaliza e impulsa la experimentación con seres humanos.
La nueva ley permite, por lo tanto, la eliminación de embriones – de seres humanos – simplemente porque en ellos existe un gen enfermo o incluso siendo totalmente sanos porque se ha decidido no utilizarlos.
La nueva ley – que no incluye la clonación reproductiva- deja, sin embargo, la puerta abierta a la clonación de seres humanos con fines denominados terapéuticos.
Para colmo, la reforma, a pesar de sus graves consecuencias, ni siquiera garantiza que sirva de nada. De hecho, las células embrionarias, a diferencia de las adultas, no han demostrado ninguna utilidad para la curación de enfermedades y, en otras palabras, la nueva ley carece de justificación médica, favorecerá un jugoso negocio para algunas clínicas privadas e implica un gravísimo desprecio hacia la vida y la dignidad humanas.

La idea de que alguien pueda concebir criaturas que serán desechadas si no responden a lo esperado; la idea de que esas criaturas puedan incluso ser donadas para experimentos de carácter médico; la idea de que todo ello constituya un negocio lucrativo para ciertos establecimientos clínicos y la idea de que es progresista un proceso en el que el embrión es deshumanizado y convertido en algo semejante a un grano o un pólipo y seguramente no choca con ciertas mentalidades.
Sin embargo,
para aquellos que creen que la vida humana es algo digno,
para aquellos que consideran que debe ser defendida y protegida desde el mismo momento de su aparición,
para aquellos que defienden que nunca puede ser material para que nadie haga negocios,
para aquellos que afirman que bajo ningún concepto puede ser objeto de experimentación,
para todos ellos, una ley como la que fue aprobada ayer no es sino un fruto más del árbol de la disolución moral.
Se trata de esa disolución moral que considera un avance del progreso que el año pasado se produjeran 80.000 abortos en España.
Se trata de esa disolución moral que considera un avance del progreso la eutanasia,
Se trata de esa disolución moral que considera un avance del progreso aniquilar la familia,
Se trata de esa disolución moral que considera un avance del progreso sentarse con asesinos para pactar su pronta excarcelación.
Y es que enredados en las jugadas de regate corto de la política quizá estamos pasando por alto un hecho de enorme gravedad, el de que nuestra nación se enfrenta a desafíos que van más allá de la política de partido y de los programas electorales porque, en verdad, constituyen importantes cuestiones morales.
Y en esa batalla moral – triste es decirlo – el gobierno que preside ZP y sus aliados políticos se encuentran en el bando opuesto de aquellos que aman la libertad, de aquellos que creen en la dignidad del ser humano desde el momento de su concepción y de aquellos que consideran que la vida no puede ser objeto de transacciones sino que ha de ser respetada y defendida.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Una ley cruel y engañosa

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El Congreso acaba de aprobar un nuevo proyecto de Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida. Se trata de una ley cruel, discriminatoria, totalitaria. En ella la autoridad pretende poder decidir sobre la vida y la muerte de miles de seres humanos.


El fondo de la cuestión es la valoración del embrión como un verdadero ser humano, por débil e incipiente que sea. Los científicos, los comentaristas, tendrían que ser claros y dejarse de ambigüedades: ¿cuál es el estatuto ontológico de un embrión humano? ¿Es o no un verdadero ser humano? ¿Acaso no tiene dentro de sí el dinamismo necesario para llegar a ser un hombre adulto con tal de recibir las ayudas exteriores necesarias? No es un simple “grupo de células”, como se dice en la ley. Ni sirve tampoco de nada inventar el concepto de “preembrión” para los primeros 14 días después de la fecundación. Se trata de un ser nuevo, que tiene en sí unidad, proyecto genético y dinamismo vital. Si no es un verdadero ser humano ¿qué otra cosa puede ser?


Reconocer la identidad humana del embrión haría prácticamente imposible la legitimación de la manipulación de esos seres humanos, su utilización con fines prácticos o su destrucción simple y directa. Con la nueva ley estas prácticas quedan admitidas prácticamente sin limitaciones. Se reconoce la capacidad de decisión a los donantes por un tiempo, pasado el cual los embriones quedan a merced del centro que los conserva. Los llamados “embriones sobrantes” podrán ser utilizados como material de investigación o para fines terapéuticos o destruidos directamente. En realidad quedan reducidos a la condición de cobayas humanas. Las comisiones, los registros, las aparentes limitaciones no resuelven este problema de fondo.


Conducidos por una mentalidad profundamente amoral, nuestros legisladores han autorizado también la producción de embriones humanos por clonación con el fin de poder obtener células madre o incluso niños compatibles que luego puedan dar órganos para sus hermanos o familiares enfermos. El procedimiento supone también la producción de un número indeterminado de embriones clonados entre los cuales se escoge uno y se destruyen los demás.


La malicia radical de estas prácticas consiste en atribuirse la capacidad de producir seres humanos artificialmente con un fin utilitario y condenar a la muerte a los que no sirvan para los fines deseados. ¿Puede haber un abuso mayor en el ejercicio de la autoridad? Los legisladores tienen poder y obligación de legislar para favorecer la convivencia, para promover el bien de todos, pero nunca para disponer de la vida o de la muerte de ningún ser humano. La vida humana es un bien sagrado que está por encima de nuestras instituciones, competencias y decisiones. No hay autoridad política que pueda legitimar lo que va contra la naturaleza humana y contra la dignidad del hombre. Nadie en la tierra tiene autoridad para dar la vida ni para quitarla a un ser humano en función de unas determinadas utilidades Si fuera legítimo clonar seres humanos para curar ¿por qué no iba a serlo también para otros fines igualmente apetecibles?.


No cambian las cosas por el hecho de querer dar una utilidad terapéutica a estos embriones clonados. No es justo, no es lícito, producir artificialmente un ser humano para poder utilizarlo en provecho de otro. No es lícito producir seres humanos para escoger uno y destruir los demás. Y menos cuando la naturaleza nos está ofreciendo otras posibilidades más razonables, enteramente respetuosas con los derechos básicos del ser humano y hasta técnicamente más favorables.


Pero el problema no está aquí. El problema está en la pretensión de arrogarse una libertad omnímoda en el ejercicio de la autoridad sin ninguna limitación de la plena autonomía por razones éticas y morales, con el ánimo de ampliar las libertades civiles sin referencia a ninguna ley moral objetiva, como si fuéramos los dueños absolutos de la vida. Es decir, el problema está en la voluntad manifiesta de legislar y de vivir en el marco de una visión de la vida radicalmente atea. Los legisladores dicen que quieren ampliar las libertades de los ciudadanos, pero quedan muchas cuestiones pendientes. ¿Quiénes son los que van a poder utilizar estos sistemas? ¿Quién se va a beneficiar económicamente de estas actuaciones? ¿Qué libertad se amplía a los embriones que son traídos a la vida para ser luego suprimidos? Cuando no se reconoce la soberanía de Dios, el poder político tiende a ocupar su lugar ampliando desmesuradamente sus competencias y alzándose como dueño de la vida y de la muerte. Esta es la raíz del totalitarismo más radical y temible.


Los católicos no estamos en contra de la investigación, del progreso de la ciencia, del desarrollo de la medicina y de la atención a los que sufren deficiencias actualmente incurables. La fe en un Dios Creador nos capacita para buscar y utilizar todas las posibilidades que Dios ha puesto en el mundo para nuestro bien. Pero sabemos que la investigación, la ciencia y todos los recursos a nuestro alcance los tenemos que utilizar en favor de la vida, en favor del hombre y no atropellando los derechos ni la dignidad de ningún ser humano, por débil que sea. Dios ha puesto el mundo en nuestras manos, pero para el bien de todos, no para que lo disfruten los fuertes a costa de los débiles. Aquí no hay aspectos sociales que defender. Cualquier persona que estudie la cuestión de manera objetiva, verá que estas prácticas son una auténtica barbarie de bata blanca al servicio de fuertes intereses económicos. Quien defienda de verdad la dignidad del ser humano tiene que oponerse a ellas.

Pamplona, 20 de Febrero del 2006.

+ Fernando Sebastián Aguilar.
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

Congreso de la Academia Pontificia para la Vida

"El embrión es un hijo desde su concepción", advierte el obispo Sgreccia

350 expertos debatirán, en el Vaticano, el estatuto del embrión humano antes de la implantación


¿Qué es ese conjunto de células que en los primeros días de fecundación todavía no se ha implantando en el útero materno? Para un autorizado exponente de la Iglesia católica, nos encontramos ante «un hijo».

Esta fue la respuesta que ofreció el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, al presentar este viernes un congreso que organiza esta institución en el Vaticano del 27 al 28 de febrero.

¿Qué es ese conjunto de células que en los primeros días de fecundación todavía no se ha implantando en el útero materno? Para un autorizado exponente de la Iglesia católica, nos encontramos ante «un hijo», según informa ZENIT.

Esta fue la respuesta que ofreció el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, al presentar este viernes un congreso que organiza esta institución en el Vaticano del 27 al 28 de febrero.

«De cualquier modo, el embrión es un hijo: un niño o una niña, que tiene una relación especial con sus propios padres y, para quien es creyente, tiene también una relación especial con Dios», afirmó monseñor Sgreccia.

El título del congreso es «El embrión humano antes de la implantación. Aspectos científicos y consideraciones bioéticas».

En el Aula Nueva del Sínodo, el encuentro reunirá a 350 expertos, entre científicos, médicos, investigadores, teólogos y bioéticos.

El embrión humano es un hijo, aclaró monseñor Sgreccia, incluso cuando es manipulado o destruido, convirtiéndose así en una cuestión «crucial tanto para la antropología como para la ética».

El encuentro, según explicó el obispo, quien habló acompañado por científicos, planteará también esta pregunta: «la posición que ha sido asumida por la Iglesia católica, ¿tiene argumentos científicos y, por tanto, desde el punto de vista ético, puede defenderse hoy?».

«Creemos que tenemos argumentos suficientes y válidos y queremos proponerles», indicó.

En el encuentro con los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano, el profesor Adriano Bompiani, director del Instituto Científico Internacional de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (Roma), explicó que el conocimiento de las fases del desarrollo del embrión permite ofrecer una respuesta ética a lo que sucede en el seno materno.

La biología constata en las primeras células embrionales la existencia de una actividad, de una individualidad, hasta el punto de que llega a proponer la definición de un estatuto, incluso para el embrión antes de su implantación en el útero, protegiéndolo de manipulaciones, especialmente de todo tipo de experimentación destructiva, explicó el científico.

Kevin T. Fitzgerald, profesor asociado de Genética del departamento de Oncología de la Universidad de Georgetown (Washington), explicó que el congreso plantea implícitamente otra pregunta: «¿Podemos legítimamente prevenir enfermedades seleccionando a aquellos individuos en virtud de bases genéticas para contraer esa enfermedad?»

«Esta cuestión nos recuerda a los movimientos eugenésicos del siglo pasado, cuando se afrontó la misma idea general», respondió

«La práctica de los exámenes prenatales establece el principio de que los padres pueden escoger las cualidades de sus hijos, y escogerles en virtud del conocimiento genético», subrayó.

Este nuevo principio y la mentalidad cultural está llevando a «juzgar y controlar» a los hijos. Es decir, se pasa de ver al niño «como un don incondicionalmente apreciado a verlo como un producto cuya aceptación es condicional», afirmó.

Por otra parte, ante la «gravedad moral» de la Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida (LTRHA) -cuyo proyecto ya ha aprobado el Congreso de los Diputados--, los obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han decidido que se trate de nuevo en profundidad el tema en un mes, en la Asamblea Plenaria del organismo eclesial.

Así lo confirma la nota de prensa difundida el jueves al término de dos días de reunión de la citada Comisión, que integran 23 prelados de España.

El texto informa en lugar destacado, bajo el título «Técnicas de reproducción asistida y protección de la vida humana incipiente», del «amplio» diálogo que han mantenido los prelados sobre la nueva LTRHA, ya en tramitación en el Senado. EL Comité Ejecutivo de la CEE ya se había pronunciado sobre la norma en su nota «Ante la licencia legal para clonar seres humanos y la negación de protección a la vida humana incipiente», un texto que, por el momento, la Comisión Permanente «juzga suficiente».

«Sin embargo, ante las características de esta nueva regulación, cuya gravedad moral difícilmente admite parangón en el derecho comparado, se ha decidido remitir el asunto a la próxima Asamblea Plenaria que se ocupará, de nuevo, en profundidad del tema», anuncia el comunicado de prensa.

El encuentro está programado del 27 al 31 de marzo.

Entre otros puntos, la LXXXVI Asamblea Plenaria del episcopado español también analizará, entre los textos que le remite la Comisión Permanente con vistas a su aprobación, el Mensaje que la Conferencia Episcopal hará público con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias.

Se trata la gran cita internacional que acogerá la ciudad de Valencia del 1 al 9 de julio, que contará con la presencia del Papa Benedicto XVI.

GJM.
 
Re: Aprobado en España un proyecto de ley infame

La biología constata en las primeras células embrionales la existencia de una actividad, de una individualidad, hasta el punto de que llega a proponer la definición de un estatuto, incluso para el embrión antes de su implantación en el útero, protegiéndolo de manipulaciones, especialmente de todo tipo de experimentación destructiva, explicó el científico.
¿Se puede considerar a un grupo de celulas embrionales sin cerebro, sin ideas ni capacidad de sentir, sin conciencia como un ser humano, una persona? ¿Cual seria la razon ultima de considerarlo persona?