El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

Re: El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

Demócrito dijo:
No problema.

1º) ¿Es una acusación contra este señor decir que “En Galicia hay decenas de minipartidos nacionalistas cuya única labor es usar el spray negro para emborronar letreros en español, incluso placas privadas de profesionales (abogados, por ejemplo, que en gallego se escribe "avogado"), etc.”?

Yo no sé a qué minipartido pertenece el citado señor ni me interesa. Tampoco creo que un médico en su sano juicio se dedique a hacer pintadas con spray.

2º) A su pregunta ¿Qué tiempo hace que se identifica como creyente? le respondo con mucho gusto con el artículo 16.2 de la Constitución Española: “Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias”.

:hola:
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¡¡¡Ja!!!
¿Imagina el por que le indiqué que no era necesaria su respuesta? :iroc-fron
 
Re: El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

“Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias”.
¿Y si puede decir de alguien que es pastor y acusarle de ser masón?
¿Sabe a que se expone, especialmente en lo último?
¿O es que supone que por ser cristiano no le acusaré donde proceda por difamación?
Esa es la ventaja de todo maledicente cuando usa estos métodos con cualquiera que, además de ser cristiano actúa como tal.
Bendiciones democrito.
 
MUCHO DINERO PARA LA IGLESIA

MUCHO DINERO PARA LA IGLESIA

MARTES
29 DE NOVIEMBRE DEL 2005
el Periódico

MUCHO DINERO PARA LA IGLESIA
La financiación pública de la institución católica sólo cabe si es transparente y beneficia a todos


LUIS
De Sebastián*

Empezaremos esta reflexión sobre un tema tan discutido comentando dos hechos probados. El primero es que la Iglesia católica es la única confesión religiosa de las que existen en el territorio español que no se autofinancia. El segundo es que en ningún país desarrollado del mundo el Estado financia a la católica, o a otras iglesias, en una medida tan generosa como lo hace el Estado español. Algunos no lo hacen en absoluto.
Gran parte del problema de la financiación de la Iglesia española surge del primer hecho. Los católicos no sostienen adecuadamente a su Iglesia, como debieran en un Estado no confesional, en el cual la Constitución consagra la separación de todas las iglesias y del Estado.
Con las aportaciones de los católicos no se podrían pagar los sueldos de las personas (clérigos y seglares) que mantienen funcionando la institución, ni los gastos en formación, equipos, viajes, publicaciones y demás costos de funcionamiento de la organización eclesiástica. Sin financiación externa, la Iglesia no podría funcionar. Esto es una vergüenza para los creyentes, y un defecto o un malentendido en la relación entre la Iglesia y sus fieles, cuyas consecuencias económicas no debieran echarse sin más sobre las espaldas de las autoridades civiles.

EL ESTADO financia generosamente a la Iglesia católica. En el acuerdo suscrito en 1979, ésta se comprometía a buscar la autofinanciación, por lo menos de sus operaciones internas, aunque no necesariamente de los servicios que da a la sociedad. La autofinanciación continua siendo un sueño o una vana promesa. El Estado espera paciente a que la Iglesia cumpla su promesa y mientras tanto paga. Las aportaciones del Gobierno español son de cinco
clases.
Primera. El Ejecutivo dona y recauda el impuesto eclesiástico: el 0,52% del IRPF que los contribuyentes asignan voluntariamente a la Iglesia católica. El Estado no sólo cede una pequeña parte (la cual, si todos pagaran lo que deben, sería una cantidad considerable) de un impuesto al que tiene derecho exclusivo, sino que ahorra los costos de recaudación a la Iglesia y le asegura un nivel de ingresos que de otra manera ésta no recogería.
Segunda. El Estado complementa con aportaciones directas del erario público lo que falta para llegar al nivel comprometido en el presupuesto anual (150 millones de euros en el 2005). Las aportaciones de los fieles no suelen superar en mucho los 100 millones de euros, por lo que este año el resto, de unos 40 o 50 millones de euros, será una aportación directa del Estado.
Tercera. El Estado exime a la organización eclesial de varios impuestos: IVA (lo cual no agrada a la Unión Europea), IBI (sobre los muchos inmuebles que posee), sociedades, patrimonio, sucesiones y donaciones (importante para la Iglesia por las herencias que recibe). Constituyen estas renuncias fiscales una discriminación positiva a favor de la Iglesia católica, que no se suelemencionar cuando se habla de su financiación, pero suponen muchos cientos o miles de millones de euros cedidos por las administraciones públicas a la Iglesia. Cuarta. El Estado destina unos 500 millones de euros para pagar a los profesores de Religión en las escuelas públicas y a los capellanes en hospitales, prisiones y cuarteles. Paga asimismo por la conservación de monumentos y obras de arte que son patrimonio de la Iglesia.
Quinta. El Estado paga más de 2.000 millones de euros a las órdenes religiosas que regentan las escuelas concertadas. Es la cifra que da el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes. Por otra parte, algunas administraciones públicas –comunidades autónomas y ayuntamientos– contribuyen a financiar instituciones de la Iglesia que se dedican a obras de beneficencia (hospitales, asilos, orfelinatos y centros de caridad). A estos servicios que prestan las instituciones eclesiásticas se les paga de la misma manera que a los demás proveedores de servicios públicos. Hay que reconocer que estas obras asistenciales de la Iglesia ahorran costos –y quebraderos de cabeza– a las administraciones.
No quizá en la cuantía extrema que a veces se menciona (¡30.000 millones de euros es una absurda exageración!), pero sí en una parte importante.

AHORA LA cuestión es si esta situación va a continuar o va a cambiar. El principal criterio para decidirlo es ver si la Iglesia católica emplea la financiación que recibe de todos los ciudadanos en beneficio exclusivo de sus fieles o también en beneficio de toda la sociedad. Dado que el dinero público es dinero del público, muchos ciudadanos que no son católicos pero sí contribuyentes al erario público pueden pedir cuentas a la Iglesia de cómo usa sus contribuciones.
Por poner un ejemplo de mal uso eclesial del dinero público, es una vergüenza que parte de los aportaciones de los contribuyentes, aunque sea una porción pequeña, se dedique a financiar a una emisora de radio y a unos periodistas que han hecho misión de sus vidas el insultar y calumniar a los miembros del Gobierno actual y a quienes lo apoyan.
Cuestión aparte es lo que hace la Iglesia católica con los ingresos de sus posesiones en tierras, inmuebles, fondos de inversión (tipo Gescartera), acciones y otros tipos de activos. La institución eclesiástica no es pobre. ¿A qué dedica los réditos de su inmenso patrimonio? ¿Los destina a acumular riquezas para asegurarse un posible futuro incierto? ¿O los acumula para dar a las misiones extranjeras y a los pobres de tierras lejanas? En todo caso, a los contribuyentes que ponen de sus bolsillos el dinero que el Estado da a la Iglesia les gustaría ver sus cuentas y balances.

* Exjesuita y catedrático de Economía
de ESADE.
 
Re: El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

Tobi dijo:
Sigues con el argumento Ad hominem y en este caso remarcado en rojo.
¿Quien te autorizó a usar esto y de donde lo has sacado?
Eres una mala persona y por favor deja de llamarte cristiano, deshonras este nombre.

Bien, tengo que reconocerlo, pero, dime, ¿está o no está justificado? Su ataque a mi persona y no a mis argumentos nunca es de recibo. Ninguna provocación lo es.
 
El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

Tobi dijo:
Bien, tengo que reconocerlo, pero, dime, ¿está o no está justificado? Su ataque a mi persona y no a mis argumentos nunca es de recibo. Ninguna provocación lo es.

Bueno, si lo reconoces ya es un paso.
Si está justificado o no es mejor que te lo preguntes a ti mismo.
Yo acepto tu respuesta.
...
 
Re: El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

Demócrito dijo:
Bueno, si lo reconoces ya es un paso.
Si está justificado o no es mejor que te lo preguntes a ti mismo.
Yo acepto tu respuesta.
...
¿Tambien aceptas la calumnia que me endilgaste?
 
Re: El Gobierno se ha cansado de pagar a la Iglesia Católica en Espàña

http://www.protestantedigital.com/new/enfoque.php?158

J. A. Monroy

<CENTER>¡Nunca más!</SIZE></CENTER>

La primera vez que escribí un artículo denunciando el dinero que el Estado español suele dar a la Iglesia católica fue en noviembre de 1962. Lo publicó el periódico LA VERDAD, de Tánger, en Marruecos.


El Concordato firmado en 1953 entre el gobierno del general Franco y el Vaticano comprometía a España a fuertes indemnizaciones, compensaciones y donaciones a la Iglesia. El 2 de octubre de 1961, con motivo de un discurso pronunciado en la inauguración del Seminario Conciliar de Burgos, Franco destapó que “las cantidades invertidas por el Estado en edificios eclesiásticos desde el 1 de abril de 1939 a igual fecha de 1959, suman la cifra de pesetas: 3.106.718.251”.

¡Más de tres mil millones de pesetas sólo para edificios de la Iglesia”. Añádanse otros miles de millones para sostenimiento del clero, para colegios regentados por ellos y para otras partidas. En opinión de un autor de la época, “no hay ministerio adónde no lleguen sus raíces (las de la Iglesia católica), sus ramajes se extienden por todos los patios, corredores y tejados del edificio de la nación. Cobra del ministerio de Exteriores por las misiones extranjeras; cobra por el clero castrense; cobra para sostener el boato del romano pontífice; cobra por bibliotecas episcopales...”.

Mantener relaciones con Dios a través de la Iglesia católica costaba entonces a los españoles más que aprender a leer.

Todo lo anterior, en una España de miseria, de hambre, de paro, de pobreza y de penuria, de emigración a las principales naciones de Europa en busca de trabajo, de abrigo y de comida.

El Concordato entre Franco y el papa duró 25 años, desde 1953 a 1978. En enero de 1979 el gobierno entonces presidido por Adolfo Suárez estableció un nuevo régimen jurídico de relaciones España-Vaticano que resultó en la firma de cuatro Acuerdos. “Ha caído el telón del Concordato”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores que negoció los Acuerdos, Marcelino Oreja.

Para nada. No cayó telón alguno. Simplemente se sustituyó un Concordato por otro.

“Han desaparecido los privilegios”, anunció el embajador del Vaticano en España, Luigi Dadaglio. ¿Qué privilegios desaparecieron? Aquel año de 1979 el Estado español regaló a la Iglesia 7.473 millones de pesetas.

Desde entonces hasta hace unos días he estado escribiendo sin pausa sobre las grandes cantidades de dinero que el gobierno de turno regalaba a la Iglesia (católica) año tras año.

Hasta hoy. Nunca más tocaré ese tema. Ya no puedo, porque los protestantes también se han enganchado a las limosnas del Gobierno. El gesto me ha desarmado.


El pasado 10 de octubre la Junta Rectora de la Fundación Pluralismo y Convivencia, dependiente del ministerio de Justicia, decidió regalar a comunidades protestantes 629.487 euros. Puesto que PROTESTANTE DIGITAL es muy leída en las dos Américas aclararé que la cifra en euros se acerca al millón de dólares.

De la cantidad mencionada se han beneficiado cuatro grandes cuerpos denominacionales, 15 instituciones y asociaciones paraeclesiales, 37 iglesias locales. Quien más dinero ha embolsado ha sido Diaconía, conocida como la Cáritas protestante, 50.000 euros. En todos los demás casos omito los nombres, porque quiero evitar pedradas sobre mis espaldas.

Sí diré que quienes en 1967 acusaron a la Comisión de Defensa de haberse vendido al Estado por un plato de lentejas, sólo por respaldar la primera Ley de Libertad religiosa, ahora no han tenido reparo alguno en abrir las carteras para introducir en ellas los billetes procedentes de las limosnas del Estado.

Un argumento que esgrimen los partidarios de esas limosnas es que si el Estado subvenciona a la Iglesia católica, a hebreos, a mahometanos, a infinidad de ONGS, a asociaciones extravagantes, algunas consideradas amorales, ¿por qué no a los protestantes? Pues porque no. ¿Somos iguales a ellos? ¿En todo lo demás no, pero para recibir dinero si? ¿Qué respondemos a Pablo cuando pregunta qué nos distingue? Nada, señor don Pablo, nada nos distingue ya.

Otros arguyen que si los protestantes también pagamos impuestos por qué no aceptar lo que es nuestro. ¿Cómo sabemos lo que es nuestro? El dinero no es solamente nuestro. En España se calculan tres millones de homosexuales, dos millones de ateos, casi veinte millones de personas que viven de espaldas a Dios. Todos contribuyen con sus impuestos a Hacienda. Y de estos impuestos obtenemos una parte. ¿Nos da igual?

Piedad, Señor, piedad.

El gobierno de Rodríguez Zapatero y el presidente de la Conferencia Episcopal católica han ganado la partida. Mi enhoramala. El primero tranquilizará su conciencia política con una mísera cantidad para proclamar que en España no hay discriminación religiosa. El segundo se reirá en nuestras narices y dirá que si la Iglesia católica recibe dinero del Estado, las iglesias protestantes también.

Quiero curarme en salud. Nadie piense que este artículo es una pataleta de envidia. Juro que no, en absoluto. En un gesto de coherencia que le honra, el Secretario Ejecutivo de la FEREDE envió en su día una carta a todas las iglesias miembros proponiéndoles que presentaran proyectos. Nuestro grupo denominacional trabaja entre drogadictos, alcohólicos, gente pobre, inmigrantes, realiza obra social, acude en ayudas a víctimas de desastres naturales y algunas cosas más. Con todo, no presentamos ni un solo proyecto. El dinero que necesitamos, reunimos e invertimos procede en su totalidad de iglesias o de individuos miembros de las mismas. No estamos en la lista de las limosnas simplemente porque no las solicitamos.

Presiento algunas reacciones: “A Monroy hay que dejarlo –dirán- que escriba lo que quiera”. Pues bien: si no hay argumentos mejores, que se me olvide. Aquí paz y después gloria. Pero yo nunca, nunca jamás volveré a escribir sobre las exorbitantes limosnas que la Iglesia católica recibe anualmente del Estado español. Tendría que escribir también de las que reciben algunas iglesias protestantes. Y el tema es plato de mal gusto.

J.A. Monroy es un escritor y conferenciante internacional.

© J. A. Monroy, ProtestanteDigital.com, 2005 (España).


http://www.protestantedigital.com



:baby: :nibble6:

Dijo Monroy el año pasado:
Pero yo nunca, nunca jamás volveré a escribir sobre las exorbitantes limosnas que la Iglesia católica recibe anualmente del Estado español. Tendría que escribir también de las que reciben algunas iglesias protestantes. Y el tema es plato de mal gusto.


Pues bien, miren ustedes lo mucho que este sujeto es fiel a sus palabras:
http://www.protestantedigital.com/new/enfoque.php?930

Y no se le cae la cara de vergüenza, no.