Cristianos sin iglesia e iglesias sin cristianos
.
Nosotros tenemos dos sacramentos: Bautismo y Partimiento del Pan
(Eucaristía); pero cada vez tienen menos importancia y los cultos se
reducen, cada vez más, a la alabanza (cantar al Señor) y el estudio
bíblico. No comprendo por qué se marginan de este modo los sacramentos,
quizás para no parecernos a la Iglesia Católica en nada. Pero me parece
un error, pues la gente nota que el estudio bíblico se acaba convirtiendo
en algo demasiado frío e intelectual, como una clase de teología bíblica,
hermenéutica y lingüística, pero sin aplicación a la vida concreta de cada
día, que es lo importante. No creo que al entrar en la presencia de Dios
seamos examinados de griego, hebreo o latín, sino de si hemos amado
o no.
Después en las iglesias pentecostales predomina excesivamente el factor
emocional y a veces la histeria e incluso los ataques epilépticos como
pasó hace unos días en una iglesia de aquí. Un amigo le preguntó al salir
de la iglesia a un chico que había convulsionado como en éxtasis:
-¿Qué te pasó?
-Fue el Espíritu Santo -contestó el chico.
-¿Y seguro que nada más? -le insistió mi amigo.
-Bueno, yo es que soy epiléptico y de vez en cuando me dan ataques
-añadió avergonzado.
Mi autor preferido, San Juan de la Cruz, dice: "A la tarde te examinarán
en el amor". La tarde es el fin del día, la muerte o el Juicio Final. Muchos
falsifican la frase y la cambian por: "A la tarde de la vida, te examinarán
en el amor", refiriéndose exclusivamente al Juicio Final. Pero el sentido
original es mucho más rico.
Karol Wojtila hizo su tesis doctoral sobre "La fe según San Juan de la Cruz",
libro que te recomiendo encarecidamente, si es que todavía no lo tienes,
pues demuestra un conocimiento profundísimo no sólo de la Teología Mística,
sino de la España del siglo XVI, cosa extraordinaria tratándose de un polaco.
El estudio original está escrito en latín, pero hay una traducción muy buena
al español.
Un abrazo.
Demócrito
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Nosotros tenemos dos sacramentos: Bautismo y Partimiento del Pan
(Eucaristía); pero cada vez tienen menos importancia y los cultos se
reducen, cada vez más, a la alabanza (cantar al Señor) y el estudio
bíblico. No comprendo por qué se marginan de este modo los sacramentos,
quizás para no parecernos a la Iglesia Católica en nada. Pero me parece
un error, pues la gente nota que el estudio bíblico se acaba convirtiendo
en algo demasiado frío e intelectual, como una clase de teología bíblica,
hermenéutica y lingüística, pero sin aplicación a la vida concreta de cada
día, que es lo importante. No creo que al entrar en la presencia de Dios
seamos examinados de griego, hebreo o latín, sino de si hemos amado
o no.
Después en las iglesias pentecostales predomina excesivamente el factor
emocional y a veces la histeria e incluso los ataques epilépticos como
pasó hace unos días en una iglesia de aquí. Un amigo le preguntó al salir
de la iglesia a un chico que había convulsionado como en éxtasis:
-¿Qué te pasó?
-Fue el Espíritu Santo -contestó el chico.
-¿Y seguro que nada más? -le insistió mi amigo.
-Bueno, yo es que soy epiléptico y de vez en cuando me dan ataques
-añadió avergonzado.
Mi autor preferido, San Juan de la Cruz, dice: "A la tarde te examinarán
en el amor". La tarde es el fin del día, la muerte o el Juicio Final. Muchos
falsifican la frase y la cambian por: "A la tarde de la vida, te examinarán
en el amor", refiriéndose exclusivamente al Juicio Final. Pero el sentido
original es mucho más rico.
Karol Wojtila hizo su tesis doctoral sobre "La fe según San Juan de la Cruz",
libro que te recomiendo encarecidamente, si es que todavía no lo tienes,
pues demuestra un conocimiento profundísimo no sólo de la Teología Mística,
sino de la España del siglo XVI, cosa extraordinaria tratándose de un polaco.
El estudio original está escrito en latín, pero hay una traducción muy buena
al español.
Un abrazo.
Demócrito
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Petrino dijo:El tema de congregarse para nosotros los católicos tiene otra visión. Para nosotros es imprescindible asistir a la Iglesia, no es opcional. En primer lugar, porque en la Iglesia recibimos los sacramentos, especialmente la Eucaristía, y sin la Eucaristía la vida espiritual se va muriendo. Sin la Eucaristía no hay católico. En segundo lugar, porque en la Iglesia somos instruidos en la fe. Un católico que no va a la Iglesia no aprende la fe de la Iglesia y por lo tanto es fácil que se desvíe cayendo en errores. Por lo tanto, para nosotros, el asistir a la Iglesia es parte esencial del ser católico.