Re: Corrida de toros desde perspectiva cristiana
mobile21 dijo:
La respuesta más concreta que hay es que no hay postura cristiana al respecto, pues no es un asunto directamente relacionado con fé o moral.
Quiere decir:
¿Que el cristianismo sólo toma posturas como tal ante asuntos directamente relacionados con fe y moral?
mobile21 dijo:
Obviamente hay gente que le gustan los toros y por tanto está "a favor" y otros que les disgusta y por tanto están "en contra", pero en realidad no hay ningún aspecto moral inherente a esta afición.
¿Por tratarse de animales, no es asunto que se relacione de alguna manera con la moral?
Esta gente, a la que le gusta las corridas de toros -y no los toros, pues si les
gustaran no les darían ese trato de bárbaros-, está conformada tanto por cristianos como por no cristianos, según deduzco de sus palabras. Vaya, qué interesante pasatiempo y afición que logran compartir.
mobile21 dijo:
Por tanto a un cristiano puede gustarle o nó, y nada tiene que ver con el Cristianismo.
Ahora se me viene a la mente el sacrificio de animales que se ofrecían a Jehová, como parte del ritual exigido por los sacerdotes a los judíos, por orden divina según éstos desde luego. Esta indiferencia oficial, toda vez que no hay una postura del cristianismo, inevitablemente me lleva a relacionar ambos actos: sacrificios divinos y corrida de toros.
De acuerdo a sus palabras, si un cristiano protesta por las corridas de toros, lo hace a título personal y nunca a nombre del cristianismo, pues no tiene nada que ver con éste. Me interesaría conocer otras opiniones al respecto.
mobile21 dijo:
Dentro de grupos de vegetarianismo y similares siempre se dice que el Mandamiento de "no matar" es extensivo a los animales y etcétera, pero todos sabemos que el Cristianismo realmente no concibe de igual manera al ser humano (imagen de Dios) que a los animales.
Ahí está el meollo del asunto, me parece. Sin embargo, déjeme decirle algo. Según la tradición judía, el hombre (varón) que fue creado en primera instancia, era quien gobernaría la tierra. Luego, al querer brindarle ayuda "idónea", Dios crea los animales y se los presenta. Pero no halló tal ayuda. Luego, crea a la mujer y se la presenta, encontrando por fin ayuda idónea. Esto, al parecer, era interpretado como que la mujer tenía un nivel inferior al hombre, considerándole como su propiedad, al igual que sus animales y bestias. En el texto de los diez mandamientos podemos ver claramente eso. ¿Sería permitido dar un tratamiento similar a la mujer, dado que para los judíos constituía propiedad del hombre?
Ahora, mi postura. Considerando que el hombre es el animal que alcanzó un grado de evolución tal que le permitió desarrollar inteligencia -de lo cual ciertamente dudo mucho, y cada vez más- debe ser el responsable de lo que ocurra con nuestro planeta. Le compete a él lograr que este mundo sea perpetuado y continúe siendo habitable, cada vez en mejores condiciones. Conjeturo a veces, ¿qué sería si otra especie hubiese alcanzado la suficiente evolución intelectual de tal manera que fuese la dominante en el planeta? ¿Cuál sería la condición humana? Tenemos el privilegio de ser quienes supuestamente controlamos el destino del mundo. ¿Estamos siendo responsables ante tal privilegio? Se han hecho y se continúan haciendo diversos estudios acerca de inteligencia animal. Se han encontrado interesantes resultados. Ciertamente, el hombre continuará evolucionando, pero no nos sorprenda si alguna vez, en el futuro, alguna nueva especie mejor evolucionada tome nuestro lugar, y pasemos a ser de gobernantes a gobernados. Considero que un sentimiento de responsabilidad debe primar en nuestros actos. Responsabilidad ante nuestra sociedad, ante nuestro medio ambiente, ante nuestro hábitat. No comparto el punto de vista, sustentado en el cristianismo o no, que por el hecho de tratarse de animales, las corridas de toros deban ser aceptadas en una sociedad del siglo XXI. La barbarie en su expresión máxima, el ensañamiento execrable, la detestable algarabía y gozo del "respetable" son cosas que me causan repugnancia y me hacen reflexionar sobre qué estamos haciendo con el privilegio que tenemos.
Un cordial saludo.
PD: Por cierto, me extraña la no participación de nuestros amigos españoles en este epígrafe. Espero, sin ánimo de ofender, que no se trate de asistentes a San Fermines y demases.