Re: Penitencia
Hola a todos!!!!
Creo que no se ha hecho suficiente énfasis sobre el significado pedagógico y de reparación de la penitencia.
Penitencia, en ese contexto sería cualquier acto bueno en sí (o quizas indiferente) que contribuyera a ejercitar en la virtud contraria a los vicios o pecados que la persona confiesa o reconoce. Ahí tendría un valor pedagógico, o formativo de la persona.
Enlazado con esto está el valor de reparación por el mal que hice a otros, o la actitud de rebeldía y desprecio a Dios. Etc.
Me explico. No es autocastigarse, pero el realizar estos actos buenos, por la costumbre de pecado arraigada, conlleva no pocas dificultades, y en principio, no sale natural. Incluso se realiza bastante a contrapelo y sólo por amor a Dios.
Me sigo explicando. Si por ejemplo, una persona peca reiteradamente contra la caridad en el trato con los demás, su penitencia pedagógica y de reparación sería el trato amable, la sonrisa permanente, el morderse la lengua cuando sienta impulsos de decir algo hiriente, etc. O tratar con mayor delicadeza y amabilidad precisamente a la persona que más mal nos cae, o con quien hemos tenido peleas y disgustos.
(Si alguien ha intentado esto, puede estar de acuerdo conmigo en que es altamente penitencial)
Si mis pecados van por el lado del olvido o el rechazo a Dios. La flojera en las cosas espirituales, etc. Mi penitencia debería fortalecer el trato con Dios. Mayor oración, disposición a las cosas de Dios. etc. Devolver con creces a Dios el amor que me ha dado y que yo miserablemente he rechazado o he mirado con indiferencia.
Me dirán que para un buen cristiano esto no es penitencial. De hecho no debería serlo, pero no olvidemos que el proceso de "machucar" al hombre viejo, no es de un día para otro. Es como el entrenamiento al que alude San Pablo, pero para una persona gorda, fofa y apoltronada. El iniciar una rutina de ejercicios sonará más a autocastigo que a otra cosa, y no digamos si además tiene que hacer dieta. UF! Pero el valor que esto tiene es reparar el descuido, la mala alimentación , la falta de ejercicio anterior, y prepararse para las exigencias de la carrera. Es así como he vivido yo la penitencia, y así como la aconsejan y la guían la mayoría de los directores espirituales que conozco.
Por supuesto, si alguien ya ha alcanzado tal estado de perfección que no necesite hacer ninguno de estos ejercicios ¡Bendito sea Dios!, pero creo que no es el caso de la mayoría de los mortales.
Saludos
