La Guadalupana: tres imágenes en una?

Sakar

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16 Diciembre 1999
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Reconociendo la trasendencia de dicho tema en Mexico, pongo un simple cut and past, de un imparcial peridico Mexicano.

Antes de hacer cualquier planteamiento, es bueno analizar la informacion.


Para que mas que la verdad.

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La Guadalupana: tres imágenes en una.

Revista Proceso.
Rodrigo Vera.



De acuerdo con un estudio inédito, elaborado por un experto en arqueomicrobiología, la imagen venerada de la Virgen de Guadalupe está formada en realidad por tres figuras superpuestas, la más antigua de las cuales fue pintada por Marcos Aquino en 1556.



San Antonio, Texas.- Bajo la imagen de la Guadalupana venerada hoy en el Tepeyac, anteriormente se pintaron otras dos figuras de la Virgen. La más antigua de ellas —con un Niño Dios en su regazo— está firmada por el pintor Marcos Aquino y fechada en 1556.

La segunda imagen, cuyo rostro presenta rasgos más indígenas que la actual, fue pintada en el siglo XVII, al igual que la Guadalupana moderna. Así, ésta se sobrepuso a las dos imágenes anteriores y probablemente la pintó el artista novohispano Juan de Arrue.

Lo anterior se desprende de un análisis que, en 1999, le realizó a la imagen el investigador Leoncio Garza-Valdés, un connotado experto en arqueomicrobiología de la Universidad de San Antonio, Texas.

El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, así como las autoridades de la Basílica de Guadalupe, fueron quienes contrataron los servicios del especialista, reconocido internacionalmente por sus estudios del Santo Sudario de Turín, Italia.

En la amplia sala de su domicilio particular, decorada con óleos antiguos, Garza Valdés refiere:

En enero de 1999, me habló de México monseñor José Luis Guerrero, amigo mío, para preguntarme si me interesaba estudiar el lienzo de Nuestra Señora de Guadalupe. Yo, inmediatamente, le respondí que sí, puesto que, casualmente y por esos días, la editorial estadunidense Doubleday me había propuesto escribir sobre la Guadalupana.

—¿Y también habló usted con el cardenal Rivera Carrera?

—Así es. Primero le hablé por teléfono para pedirle su permiso oficial. Después me entrevisté personalmente con él, en su casa de la Ciudad de México. Ahí me recomendó el cardenal Rivera: ‘Doctor, quiero que reporte la verdad y solamente la verdad’. Y eso es lo que he hecho al pie de la letra.

Cuenta que realizó los estudios en dos sesiones de trabajo, las noches del 4 y 5 de febrero de 1999. Pero antes de hacerlos, sostuvo un encuentro con monseñor José Luis Guerrero, las autoridades del santuario y el Consejo de Investigadores Guadalupanos.

Esto es lo que tenemos, le dijeron al investigador. Y le pusieron sobre la mesa el estudio que, en 1982, le realizó a la imagen el perito en restauración José Sol Rosales.

En dicho documento, Sol Rosales demuestra que la actual imagen de la Virgen fue pintada por una mano humana. Detalla, incluso, su preparación, los materiales base de sus colores y los repintes que se hicieron a la figura (Proceso 1333)

Prosigue Garza-Valdés: Ese encuentro fue en la misma Basílica de Guadalupe, el 4 de febrero, día en que comencé el estudio. Recuerdo que, bajo juramento, quisieron imponerme el secreto absoluto de mis investigaciones. Por supuesto que me negué. Les dije que mis investigaciones eran precisamente para publicarlas en un libro, como ya lo había hecho con la sábana santa (Santo Sudario). Finalmente aceptaron mis condiciones.

—¿Por qué le solicitaron estudios a usted, si ya tenían los del maestro Sol Rosales?

—Anteriormente, yo había descubierto ciertas bacterias que producen plástico, sobre todo en superficies antiguas. Pensaron que el lienzo del Tepeyac pudiera tener este tipo de contaminación bacteriana, que le da cierta pátina a las superficies antiguas. Ésa fue la idea inicial de mi investigación.

—¿Y cómo descubrió luego las dos imágenes de la Guadalupana, pintadas bajo la actual?

— Déjeme serle honesto y recalcar que yo no andaba buscando eso. Yo buscaba la capa bioplástica de las bacterias. Nunca imaginé que fuera a encontrar dos imágenes escondidas bajo la actual. Fue un hallazgo inesperado, de chiripa. Hubieran excomulgado a quien antes se imaginara esto.

Pues bien, entré a la bóveda, donde en las noches se guarda la imagen, y empecé a fotografiarla. Utilicé cámaras con filtros especiales que sólo dejan pasar radiaciones electromagnéticas de entre 250 y 400 milimicras, que es el espectro del ultravioleta. Son filtros nuevos que acaban de salir.

Me regresé a Texas. Entregué mis películas al laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Antonio. El revelado me lo entregaron el 10 de febrero. Al analizarlo me di cuenta de que, empalmadas una sobre otra, en el lienzo hay realmente tres pinturas, es decir, que bajo la imagen actual se esconden otras dos.

La Virgen de Marcos Aquino

El científico se inclina sobre la pequeña mesa de centro de la sala, y de una carpeta extrae una fotografía que muestra al reportero. Ahí sólo se alcanza a distinguir la fecha 1556. Y, abajo, dos iniciales: M. A.

Luego explica con orgullo:

Es la firma que encontré estampada en la imagen más antigua. Como ve, data de 1556. Y la firma Marcos Aquino, el pintor de quien ya se decía que había pintado la Guadalupana.

Se arrellana nuevamente en su sillón y, de cara al espeso jardín que reluce tras los ventanales, platica sobre las referencias que ya tenía de ese pintor:

La primera vez que supe de Marcos Aquino, o Marcos Cipac, como también se le conoce, fue en un libro del maestro Manuel Toussaint, Pintura colonial en México. Ahí, precisamente, se menciona que Aquino había pintado la imagen Guadalupana.

Aunque ya desde 1556, durante las investigaciones que mandó hacer Alonso de Montúfar, el segundo arzobispo de México, tres de los testigos afirmaban que la pintura la había hecho un indio y mencionaban a Marcos Aquino o Marcos Cipac. De manera que al descubrir esas iniciales no tuve duda de que eran las de él.

— ¿Y cómo es esa primera imagen de la Guadalupana pintada por Aquino?

— Es muy distinta a la actual. La Virgen no usa túnica sobre su cabello. Y, además, sobre su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús desnudo. Pero también le salen los rayos solares tras su espalda, y bajo sus pies está la media luna sostenida por un angelito. Es una Inmaculada Concepción.

— El investigador asegura que esta imagen es una copia fiel de la Virgen que se encuentra en el coro del Monasterio de Nuestra Señora, en Extremadura, España.

— Esa Virgen del coro es de 1498. Está hecha en un altorrelieve en madera. Yo viajé a Extremadura para comprobarlo, explica.

—¿Cómo supo que Marcos Aquino copió esa Virgen de Extremadura y no otra?

— Bueno, hice un estudio iconográfico de varias imágenes semejantes a la Guadalupana. Pero, además, encontré documentos del siglo XVI que hablan sobre las similitudes entre las dos vírgenes. Claro, era cuando en México se exhibía la Guadalupana de Aquino, cuando aún no se la cubría con la segunda Virgen.

Aparte, una persona con quien trabajé muy estrechamente, el franciscano fray Domingo Guadalupe Díaz y Díaz, también me indicó que en esa Virgen de Extremadura se inspiró Aquino para pintar la Guadalupana.

Sobre Aquino, algunos historiadores señalan que fue un artista nahua formado en el colegio de San José de los Naturales, dirigido por fray Pedro de Gante. Y que pintó la Guadalupana a instancias del arzobispo Alonso de Montúfar.

A lo largo de su trayectoria profesional, Garza-Valdés ha conjugado las ciencias biológicas con la arqueología. Inicialmente estudió medicina y después hizo una maestría en antropología y arqueología. Más tarde se especializó en arqueometría, disciplina que utiliza diversos instrumentos científicos para investigaciones arqueológicas.

Es profesor e investigador de microbiología en la Universidad de San Antonio, Texas. Ahí inició una nueva disciplina científica: la arqueomicrobiología, que estudia los depósitos bacterianos en superficies arqueológicas.

Como producto de sus investigaciones del Manto de Turín, escribió su libro Huellas de la sangre de Cristo, traducido a varios idiomas. Y pronto publicará su investigación Tepeyac: cinco siglos de engaño a un pueblo noble, que justamente trata sobre los descubrimientos de las tres imágenes.

La segunda Virgen

Garza-Valdés explica que la Guadalupana pintada por Aquino fue posteriormente cubierta con una capa de pintura blanca, sobre la que se plasmó la segunda Virgen.

Y aporta algunos detalles sobre ésta: Tiene un rostro más indígena que la actual. Es de características más bizantinas. Y está desplazada 15 centímetros hacia la derecha de la Guadalupana que conocemos ahora. Por lo demás, ambas tienen una postura muy semejante.

El científico vuelve a tomar su carpeta con fotografías. Saca una en la que aparece el rostro de esta segunda Virgen, muy nítido. Efectivamente, sus rasgos son más indígenas y tiene los ojos más abiertos que la Guadalupana actual.

—¿Por qué salió tan clara la fotografía de esta segunda Virgen?

—Porque, a diferencia de la primera, los pigmentos que se usaron en esta pintura tienen una gran emisión de ultravioleta. Y el filtro que usé sólo deja pasar estas emisiones.

—¿Cuándo se pintó esta imagen y quién es su autor?

—Mire, en el Archivo General de la Nación me encontré con un documento, de 1625, en el que se testifica que se le pagó al artista Juan de Arrue por haber pintado la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Pero aquí surge una incógnita: ¿Se le pagó por haber pintado la imagen de la segunda Virgen, o por pintar la imagen de la Guadalupana actual? No se sabe. Una de las dos imágenes es, pues, de Juan de Arrue y fue pintada en 1625. Eso es lo único cierto. También puedo asegurar que ambas imágenes son de ese siglo.

—¿Y quién fue Juan de Arrue?

—Sé que fue hijo de una indígena y un español. Su padre fue un pintor-escultor que vino de Sevilla. Antes de llegar a la Nueva España, trabajaba en la catedral de Sevilla. Es todo lo que conozco de él.

—¿A la segunda imagen también se le cubrió con una capa de pintura blanca para después hacer la tercera?

—Efectivamente, así fue. Se le puso su aparejo. Y esto ya lo dice el maestro José Sol Rosales en su análisis. Al igual que él, yo también comprobé que el lienzo es de cáñamo, y no de ixtle, como anteriormente se creía. Al material se le llamaba cañamazo de España, y con él se hacían, en el siglo XVI, las velas de los bergantines.

—Sin embargo, Sol Rosales solamente detectó una imagen de la Guadalupana. No encontró las otras dos que usted dice que están debajo.

—Él no podía detectar otra Virgen más que la tercera. No pudo ver las otras dos porque no tenía los filtros adecuados, que apenas acaban de salir. No tenía filtros ni para infrarrojo ni para ultravioleta. Él lo que utilizó fue luz ultravioleta.

—El lienzo del Tepeyac mide 1.72 metros de altura. ¿No es muy largo como para ser la tilma de Juan Diego?

—De ser cierto eso de la tilma, Juan Diego hubiera sido un verdadero atlante de Tula, altísimo. Pero realmente Juan Diego no existió. Lo prueban las tres Vírgenes pintadas que encontré. Para qué insistir entonces en ese asunto.

Garza-Valdés revela que, durante su análisis, en la bóveda donde se guarda por las noches a la Guadalupana, lo acompañaron las siguientes personas: Antonio Macedo, entonces rector de la Basílica; monseñor José Luis Guerrero, consultor de la causa de canonización de Juan Diego; el nahuatlato Mario Rojas Sánchez; el doctor Gilberto Aguirre, de la Universidad de San Antonio; y el fotógrafo Lester Rosebrock, de la misma Universidad.

Aclara que no utilizaron ninguna iluminación especial ni quitaron el acrílico que protege la imagen:

La única iluminación que usamos fue la de la bóveda. Por las noches, la imagen de la Virgen se hace girar para que entre en esa especie de bóveda bancaria. Las fotos las tomamos con el acrílico puesto. En una segunda etapa de mi investigación, aún pendiente, analizaré la imagen ya sin el acrílico.

El experto agrega que ha mantenido al tanto de sus hallazgos al cardenal Rivera Carrera y a José Luis Guerrero, quienes, paradójicamente, son dos de los más fuertes promotores de la canonización del indígena.

Ellos han estado al tanto de cada uno de mis descubrimientos. Los he mantenido muy bien informados, dice.

—¿No ha tenido problemas con ellos, ya que ellos dicen creer en las apariciones de la Virgen?

—Indiscutiblemente que, a raíz de mis investigaciones, tomamos polos opuestos. Por eso monseñor Guerrero dice que él es mi amigo-enemigo. Yo lo aprecio mucho. Y hemos continuado con nuestra estrecha amistad. Viene a San Antonio a visitarme y seguido nos telefoneamos.

Mire, la mayoría de los aparicionistas son gente muy noble y muy honesta. Ellos dicen lo que creen, de modo que no están mintiendo. Pero, a lo largo de generaciones, han estado viviendo en el autoengaño. ¿Por qué? Pues porque eso de las apariciones de la Virgen es un engaño muy bonito, y a todos nos llena de orgullo y de emoción.

Yo creo que no hay ningún problema en seguir creyendo en una leyenda. ¡Ninguno! El problema surgió al querer canonizar a una persona que no existió. Todo hubiera ido muy bien si no se hubiera cometido ese error.

—¿Y cuándo continuará usted el análisis del lienzo del Tepeyac?

—El cardenal Rivera Carrera me indicó que, por lo pronto, no quiere que yo realice nuevos estudios. Me pidió continuarlos después de la canonización de Juan Diego.


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Revista Proceso
Hemeroteca online: Pathway:
http://www.proceso.com.mx/proceso/hemeroteca_interior.html?aid=13334n19.rtf
Fecha: 25 de mayo de 2002
Por: Rodrigo Vera

http://sectas.org/IndiceArticulos/index.html..
 
Interesante saber que la Guadalupana NO ES MEXICANA :reves:
 
Dios te bendiga Sakar.

Apoyo incondicionalmente esto que has dicho: "Antes de hacer cualquier planteamiento, es bueno analizar la informacion."

Con este aporte de Rodrigo Vera, reconocido por muchos como "experto" en el "guadalupanismo", que se basa en el estudio de Leoncio Garza-Valdés no tenemos todos los datos necesarios. Lo primero es que hay que saber que quienes lo ayudaban en estos estudios, Gilberto Aguirre y Lester Rosebrook no llegaron a las mismas conclusiones que Garza-Valdés. Incluso Aguirre afirma que después de estos estudios él puede concluir que aquello es un milagro. Yo no me adelanto a tanto.

Cuando leí los aportes de Garza-Valdés pensé que ya teníamos una objeción seria a la autenticidad del manto. Sin embargo de lo primero que me enteré en contra de este aporte es que la técnica que él usó para descubrir las imagenes anteriores no es la que se describe en este escrito. Según los expertos esto se logra con infrarrojos y no con ultravioletas.

No he adquirido el libro de Valdés, al leerlo completo quizá aparezcan datos más interesantes, lo dicho aquí no presenta objeciones serias. Lamentablemente uno de los mayores defensores de la autenticidadd del manto es un Ufólogo español reconocido. En esta página aparecen refutaciones serias a sus argumentos, pero se dejan otros sin resolver y se deja espacio para la autenticidad del manto aún cuando la conclusión es lo contrario.

En esta otra, al final, aparecen refutaciones para el trabajo de Valdés. Todavía ando buscando las opiniones oficiales de sus compañeros de trabajo en aquel estudio, si alguien puede ayudar, le agradecería la referencia.

Sólo para que no se les escape, sería bueno que leyeran las conclusiones de Garza-Valdés sobre el manto de Turín.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
bueno primero que nada. me gustaria saber algo.. pueden ocurri . apariciones de personas celestiales? me pongo analizar todos los datos. y saben hay veces que me pregunto. por que analizar otros libros? por que creer en hombres? por que no bazarsey leer la biblia y tomarla , como el unico libro. que los cristianos deberian de basarse en estudiar analizar , y practicar. cuando noto que hablan de la virgen de guadalupe , es como estarle , dandno una bofetada ala palabra de dios 2timoteo3:16. necesitamos a un juan diego a una lourdes, a una guadalupana .. para perder el punto principal que contiene la biblia... no creo que sea malo leer libros edificadores. no veo nada de malo , lo que veo de malo es que cualquier libro que no sea , la biblia , se lede demaciado interes , fuera del punto de vista de la biblia. yo no quiero cambiar el punto de vista de nadie, lo unico que ami me gustaria. es que se le diera mas atencion ala biblia y ala esperanza que hay en ella. y no a personas que segus se aparecieron , pero que la biblia no dice nada de ellla.....
 
Re: La Guadalupana: tres imágenes en una?

Hola Gabaon, uno de los enlaces que citas es catolico, el que duda de los estudios realizados por el Dr Garza-Valdes al manto de la virgen de guadalupe, quisiera yo saber si los estudios que muchas paginas catolicas dicen que se le hizo al manto, salieron publicados en alguna revista cientifica, pero con datos detallados diciendo que metodologia usaron, que tipo de instrumentos, quienes lo realizaron y cosas por el estilo.
 
Re: La Guadalupana: tres imágenes en una?

||YO|| dijo:
Hola Gabaon, uno de los enlaces que citas es catolico, el que duda de los estudios realizados por el Dr Garza-Valdes al manto de la virgen de guadalupe, quisiera yo saber si los estudios que muchas paginas catolicas dicen que se le hizo al manto, salieron publicados en alguna revista cientifica, pero con datos detallados diciendo que metodologia usaron, que tipo de instrumentos, quienes lo realizaron y cosas por el estilo.

Saludos, te copiaré información que puse en otro tema:

Fueron solamente dos personas miembros de la N.A.S.A., Phillip Serna Callagan y Jody Brant Smith, quienes examinaron la imagen. Publicaron su método de trabajo, desarrollo y conclusiones en un libro llamado An Infrared Study, con fotografías. Puedes encontrar un extracto bastante grueso de su investigación en El Misterio de Guadalupe, de J.J. Benítez

En su libro Descubrimiento de un busto humano en los ojos de la Virgen de Guadalupe, Carlos Salinas Chávez recopila los certificados de un gran número de oftalmólogos que examinaron los ojos de la Virgen de Guadalupe, publicado por Editorial Tradición en 1980.

En cuanto a Aste Tonsmann, publicó los resultados de sus investigaciones en un libro repleto de fotografías: Los Ojos de la Virgen de Guadalupe.

Así mismo, en muchos otros libros se han citado y reproducido las conclusiones de los científicos que examinaron la imagen. Sólo puedo darte los datos de editorial y fecha del libro de Salinas, porque no he podido consultar aun el de Tonsmann y el de los norteamericanos; pero los he visto -aunque no leído-, y espero consultarlos más adelante.

Bendiciones
 
Re: La Guadalupana: tres imágenes en una?

Sobre este asunto me gustaría exponer cierta información interesante:

Ya hace unos tres años leí en un periódico y posteriormente en Internet, una curiosa entrevista realizada por el periodista antiguadalupano Rodrigo Vera, al microbiólogo Leoncio Garza-Valdés, publicada en la revista "Proceso" con fecha 25 de Mayo de 2002. Según esta, Garza-Valdés examinó la imagen guadalupana y "descubrió" por medio de fotografía ultravioleta, que debajo de la actual imagen de la Guadalupana hay otras dos imágenes, de lo cual Garza-Valdés deduce dos cosas; que Juan Diego no existió y que la imagen guadalupana es de factura humana.

Leoncio Garza-Valdés es microbiólogo titulado por la Universidad de San Antonio Texas; ha investigado la Síndone o Sudario de Turín, y ha descubierto unas bacterias "bioplásticas", es decir, que producen plástico. Examinó la tilma, según la entrevista, en 1999, y como producto de sus observaciones publicó un libro llamado Tepeyac, Cinco Siglos de Engaño, publicado por Plaza&Janés en 2002, un volumen de 370 páginas.

Vamos a su libro: En él no hay ninguna imagen, ni fotografía, ni grabado, bosquejo o ícono. La única imagen es la de la portada y una fotografía del autor al principio del libro. Si realmente descubrió esas "3 imágenes", no se entiende por qué no publicó alguna prueba de ello.
De su "descubrimiento", habla como platicándolo, en menos de 10 páginas, algo muy diferente a la extensión, lenguaje de informe científico, y fotografías de Callagan y Smith, de los oftalmólogos, y de Tönsmann.

Según él, la primera imagen data de 1556, firmada por "M.A.", con lo que automáticamente supone que fue "Marcos de Aquino", y dice que es idéntica a una imagen del coro del santuario de Guadalupe de Extremadura. La segunda sería de 1625, firmada por "Juan de Arrue Calzonzi", y la tercera la ubica "probablemente" en 1632.

Anacronismo de Garza-Valdés: Sobre la imagen del coro de Extremadura; ciertamente se parece a la Guadalupana, pero no tanto como para confundir una con otra, la postura es diferente, y la del coro tiene un niño en brazos, así que si entre 1556 y 1625 hubo una "imagen del coro" en la tilma, sería una imagen distinta a la que hoy conocemos.
Hay pocas reproducciones guadalupanas entre 1556 y 1625, pero las suficientes como para rastrear entre ellas a una "imagen del coro". Pero en contra de la teoría de Garza-Valdés, las pocas imágenes que se conocen, son iguales a la Guadalupana actual, y diferentes, por lo tanto, de la "imagen del coro".
Para muestra pongo tres ejemplos. La imagen guadalupana del estandarte de Andrés Doria en la batalla de Lepanto, es una copia del original que cuando mucho, data de 1571, y es igual a la actual. Otra es la imagen de una placa de metal del grabador Samuel Stradanus, que imprimía estampas con motivo de la construcción del templo de 1622. Su fecha, por lo tanto, no puede ser posterior a 1622, pero muestra a la Guadalupana como es hoy, y un esgrafiado en madera anónimo que se fija ya a fines del Siglo XVI o principios del XVII, que igualmente muestra a la Virgen como es hoy:


coro_extremadura.jpg

Imagen del coro del santuario de Guadalupe de Extremadura, de 1499, similar a la Guadalupana de México

estandarte_Lepanto1.jpg

Estandarte de Andrés Doria, que por la concordancia de fechas casi seguramente llevó en su galera capitana en la jornada de Lepanto, en 1571

pintura_madera.jpg

Pintura y esgrafiado en madera. Anónimo, Su fecha se fija entre finales del Siglo XVI y principios del XVII

stradanus.jpg

Imagen guadalupana de la Placa de Samuel Stradanus. Aquí se muestra la imagen impresa a partir de la placa. Su fecha máxima de hechura pudo ser 1622

El estandarte de Lepanto, la placa de Stradanus y el esgrafiado en madera, se hicieron tomando como modelo a la imagen original. Si la imagen original fuera como la del coro de Extremadura, entonces estandarte, placa y grabado serían como la del coro. Pero no. Son como la imagen que se observa actualmente en el ayate. Aquí encuentro por lo tanto una seria objeción a la hipótesis de Garza-Valdés, y con más razón si él no muestra fotografías de su "descubrimiento".
Hay que recordar que Garza-Valdés no realizó su examen sólo; fue acompañado por el dr. Gilberto Aguirre y el fotógrafo Lester Rosebrook, quienes en el artículo Test of faith, publicado en San Antonio, Texas el 2 de Junio de 2002, disienten de las conclusiones de Garza Valdés, dice Aguirre:

"“Dr. Garza-Valdes and I have the same images, but our conclusions are entirely different. I can´t find anyone who agrees with Dr. Garza-Valdes.” “Secondly, he claims to not only see two other paintings, but a nude baby Jesus in the arms of the Virgin, as well as the initials M.A. and the date 1556. I have studied these photos, but I do not see these things.”"

Asimismo, examinó a la imagen con el cristal protector. Esto obstaculiza la calidad del examen, además de que la fotografía ultravioleta no sirve para el caso como la fotografía infrarroja que emplearon Callagan y Smith.

En fin, el autor, dedicando poco espacio a su "descubrimiento", dedica el grueso del libro a publicar documentos y antiguas impugnaciones. Publica, por ejemplo, cinco documentos de fr. Juan de Zumárraga:
-Ejecutorias y acta de posesión de fray Juan de Zumárraga (Agosto 29 de 1533)

-Instrucción de fray Juan de Zumárraga a sus procuradores ante el "Concilio Universal Lateranense", febrero de 1537.

-Carta a los obispos de la Nueva España a Su Majestad, Diciembre 4 de 1537.

-Carta de fray Juan de Zumárraga al emperador Carlos V, fines de marzo de 1547.

-Carta de fray Juan de Zumárraga al licenciado Sandoval del consejo de Su Majestad Carlos I de España, 2 de noviembre de 1547.

Dice que en ninguna de ellas habla Zumárraga del evento guadalupano, lo cual es verdad; porque en la primera, su toma de posesión, ¿Qué tenían que hacer allí las apariciones guadalupanas?, la segunda me resulta extraña, porque no hubo ningún Concilio en Letrán en tiempos del arzobispado de Zumárraga (el V Lateranense terminó en 1517), y hasta 1545 se inauguró el de Trento, así que ignoro de qué "Concilio Universal" hable la carta, que de todos modos no exigiría la mención de las apariciones. La tercera trata de detalles sobre clérigos, iglesias, matrimonios, aspectos prácticos -y no especiales- de la Nueva España. En la cuarta pondera, aboga y habla sobre el clérigo presbítero Alonso García, lo cual no pide mención del suceso guadalupano, y la quinta es personal al Lic. Sandoval, donde no trata de asuntos guadalupanos.

Júzquese la solidez de Garza-Valdés con el siguiente texto suyo (Tepeyac, Cinco Siglos de Engaño, págs. 101-102):

"Se ha reportado muchas veces que los documentos en que el obispo fray Juan de Zumárraga reportó la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac se han extraviado. Esta posición, que es incorrecta y difícil de mantener, ha sido uno de los principales obstáculos para aclarar la verdad... esta posición absurda de algunos aparicionistas es dolorosa, pues su terquedad daña sin duda la credibilidad de mi religión. Si Zumárraga hubiera sabido, indiscutiblemente habría hablado de ella en todos sus escritos por el resto de su vida".

Sin más, dice que la posición de que se hayan extraviado los autos originales "es incorrecta y difícil de mantener", sin explicar para nada el por qué de su "incorrección y dificultad de mantenerse". De absurdos y tercos califica a los aparicionistas, como si hubiera que pensar como él para no ser "terco" ni "absurdo". Y fácilmente afirma que Fray Juan de Zumárraga tendría que haber escrito sobre la aparicion en todos sus escritos por el resto de su vida. Y esto para él, es "indiscutible". Punto, nadie puede replicarle, por ejemplo, que en la tercera carta de Zumárraga que publica en su libro, el obispo de México se dedica a abogar por Alonso García ante el emperador... ¿Por qué tendría que mencionar allí la aparición guadalupana?

Desde el principio, asume la postura de que "Juan Diego no existió", como si esto estuviera bien comprobado, a diferencia de Olimón, que prefiere mantener la discusión abierta. Cualquier argumento aparicionista es despachado con la simple y llana afirmación de que "Juan Diego no existió".
Y finalmente, para darle más grosor al libro, publica las cartas de fray Diego de Santa María al rey Felipe II, la Carta antiaparicionista de Joaquín García Icazbalceta, y la Carta del obispo Eduardo Sánchez Camacho a los editores de El Universal. He aquí una reseña de este impugnador.


Información tomada de: http://guadalupana.luxdomini.com/guadalupe_impugnadores.htm

Saludos cordiales!!!