Re: Cristadelfianos
Hace poco tuve contacto con doctrinas cristadelfianas (doy gracias a Dios que me protegiera, ya que solo soy un bebe en Cristo, no lo digo por las personas, sino por sus enseñanzas)...algunas conclusiones y opiniones podre dar, y que Dios me guie:...hubo un tiempo en que me parecio curioso que existan varias denominaciones, y estudiando la Biblia y sus pensamientos llegue a una conclusion personal...las iglesias cristianas tienen algunas diferencias en cuanto a cosas como el culto, la forma de llevar el mensaje, etc...pero existen bases solidas que las unen a todas y pesan mas que sus diferencias; pilares escenciales sin los cuales ninguna iglesia que se llame cristiana, lo es, a saber, Padre, Hjo y E.S. son Dios (Trinidad), salvacion por gracia soberana por medio de la fe por medio de Jesus (Santificacion, Justificacion, etc...), la Biblia como autoridad maxima, etc...yo considero a bautistas, presbiterianos, pentecostales (aunque no este de acuerdo con algunas de sus doctrinas), etc...como mis hermanos, a todo aquel que nacio de nuevo (con todo lo que esto implica) por medio de Jesus, como mi hermano...en cuanto al grito de reforma sobre la Biblia, lo que se defendia era el libre examen...o sea que todo el mundo tubiera la oportunidad de leer la Biblia y examinarla, no la libre interpretacion, ya que en ese tiempo el pueblo no tenia el derecho a leer la Biblia, solo los sacerdotes...siempre se sacan del original las copias y varias de ellas defectuosas, con esto quiero decir que los apostoles nos heredaron el original y sus doctrinas, pero (como lo vemos en las epistolas, especialmente el Evangelio de Juan y sus cartas, que era una respuesta a aquellos que negaban o la humanidad o la divinidad de Jesus) siempre van a haber copias defectuosas como las doctrinas cristadelfianas (que yo las acerco mucho a las de los Testigos de Jehova, y algunos tintes Adventistas) que niegan alguna de las verdades claras que revela...en cuanto a los misterios, tenemos el versiculo de Deut. 29:29...Dios nos revelo solo lo que necesitamos saber, y las cosas ocultas solo le pertenecen a El, como Calvino (a quien admiro mucho) dice: "...Porque sabemos que cuando hayamos exedido los limites de la Palabra, estaremos entrando en camino tortuoso y tedioso, en el cual no podremos hacer otra cosa que errar, resbalar y tropezar a cada paso...y no nos avergonzemos de ignorar algo, si en ello hay una ignorancia docta...", los que creemos en la trinidad o en otras doctrinas dificiles de aceptar (por ejemplo yo creo en la predestinacion) "no estamos en la obligacion de explicar estas verdades, sino solo de declarar lo que Dios ha revelado en su Palabra, y de vindicar estas doctrinas de interpretaciones incorrectas y de objeciones hasta donde nos sea posible" (Loraine Boetter)...querer meterse en la mente de Dios es cosa peligrosa si no se tiene una guia y proteccion necesarias para hacerlo y querer revelar los misterios de Dios sin Su consentimiento solamente nos hara errar y engañarnos al no encontrar la "logica (aunque necesaria) que satisfaga nuestro apetito...si alguien tan brillante como Calvino sabia los limites y hasta donde llegar, ¿porque nosotros entonces vamos a desafiar a la Deidad queriendo ver mas alla de lo que nos quiso revelar?...en cuanto a Elohim, en el libro "Evidencia que Exige un Veredicto, Tomo 2" hay citas muy aclaratorias: "Consideremos primero los caracteres de los 2 Nombres (Elohim y Jehova). No son del mismo tipo. La designacion "Elohim" era originalmente un nombre comun, un apelativo, que se aplicaba tanto al Un Dios de Israel como a los dioses paganos (como tambien sucedia con el nombre "El"). En cambio, el nombre YHWH es un nombre propio, el nombre especifico del Dios de Israel, el Dios que los Isralitas reconocian como el Soberano del Universo y como la Divinidad que los habia elegido como Su pueblo. Permitaseme citar un paralelo como ilustracion. Una cierta ciudad puede ser llamada Jerusalen o, simplemente, ciudad. La apelacion a ciudad es comun a ella y a todas las otras ciudades; el nombre Jerusalen le pertenece solo a ella. Cuando los antepasados del pueblo judio se dieron cuenta de que hay solo Un Dios, y que solo YHWH, el es Elohim (1 Reyes 18:39), entonces el sustantivo comun Elohim adquirio para ellos tambien el significado de nombre propio, y vino a ser sinonimo del nombre YHWH. Si Jerusalen hubiera sido la unica ciudad del mundo de aquellos que hablaban hebreo, entonces naturalmente la palabra ciudad hubiera devenido un nombre propio, sinonimo con Jerusalen" (Umberto Cassuto)...en esta cita se ve que Elohim era usado tambien como nombre general a otros dioses, como dice Rafa en una de sus citas, refiriendose a todos los dioses del panteon como nombre plural...pero con YHWH que es uno, es usado tambien, demostrando pluralidad...quiero decir que admiro mucho los aportes de rafael7, Dios te ha bendecido mucho con un entendimiento de las escrituras que sale a la luz...y me han aclarado muchas cosas..Dios te rcompensara cuando regrese...uno de los putos donde siempre se ataca esta doctrina es en el punto historico. Se dice que esta doctrina vino a salir por aya por el 350 d.c. pero eso es falso. Los cristiano primitivos eran trinitarios (aunque no usaban esa palabra) como queda en evidencia en estos documentos que cito mucho, de por aya por el 150 d.c. escritos por Ireneo de Lyon, dicipulo de Policarpo de Esmirna, dicipulo del apostol Juan...juzgen ud. mismos:
"Tenía treinta años cuando recibió el bautismo, edad que es la perfecta para un maestro. En seguida se dirigió a Jerusalén, donde se le llamó «Maestro»: (...) se manifestó como era. Siendo, pues, el Maestro, tenía la edad apropiada para un maestro. El no rechazó ni reprobó al ser humano, ni abolió en sí la ley del género humano, sino que santificó todas las edades al asumirlas en sí a semejanza de ellos. Porque vino a salvar a todos: y digo a todos, es decir a cuantos por él renacen para Dios, sean bebés, niños, adolescentes, jóvenes o adultos. Por eso quiso pasar por todas las edades: para hacerse bebé con los bebés a fin de santificar a los bebés; niño con los niños, a fin de santificar a los de su edad, dándoles ejemplo de piedad, y siendo para ellos modelo de justicia y obediencia; se hizo joven con los jóvenes, para dar a los jóvenes ejemplo y santificarlos para el Señor; y creció con los adultos hasta la edad adulta, para ser el Maestro perfecto de todos, no sólo mediante la enseñanza de la verdad, sino también asumiendo su edad para santificar también a los adultos y convertirse en ejemplo para ellos. En seguida asumió también la muerte, para ser «el primogénito de los muertos, y tener el primado sobre todos» (Col 1,18), el iniciador de la vida (Hech 3,15), siendo el primero de todos y yendo adelante de ellos" (Ireneo de Lión, Contra las Herejías, Libro II, 22:4)
"Esta edad tenía el Señor cuando enseñaba, como dicen el Evangelio y todos los presbíteros de Asia que, viviendo en torno a Juan, de él lo escucharon, puesto que éste vivió con ellos hasta el tiempo de Trajano. Algunos de ellos vieron no sólo a Juan, sino también a otros Apóstoles, a quienes han escuchado decir lo mismo. ¿A quién tenemos que creer? ¿A estos testigos, o a Ptolomeo (Un hereje), que nunca conoció a los Apóstoles, y que ni en sueños siguió sus huellas?" (Ireneo de Lión, Contra las Herejías, Libro II, 22:5)
"Ni el Señor, ni el Espíritu Santo (por los profetas), ni los Apóstoles jamás habrían llamado Dios de modo absoluto y definitivo al que no lo fuese verdaderamente; ni habrían llamado Señor a ninguna otra persona, sino al Dios Padre soberano de todas las cosas, y a su Hijo que recibió de su Padre el señorío sobre toda la creación, según aquellas palabras: «Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos como escabel de tus pies» (Sal 110[109],1). En este pasaje se presenta al Padre conversando con el Hijo; él «le ha dado las naciones por herencia» (Sal 2,8) y le ha sometido a todos sus enemigos. Y como el Padre es en verdad Señor, y el Hijo es en verdad Señor, con razón el Espíritu Santo los llamó con el título Señor. También al narrar la destrucción de Sodoma, la Escritura dice: «Y el Señor hizo llover desde el cielo fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra» (Gén 19,24). Esto significa que el Hijo, el mismo que había conversado con Abraham, ha recibido del Padre el poder de condenar a los sodomitas, por motivo de su iniquidad. De modo semejante afirma: «Tu trono, oh Dios, para siempre; cetro de rectitud es el cetro de tu reinado; amaste la justicia y odiaste la iniquidad; por eso te ungió Dios, tu Dios» (Sal 45[44],7-8). Aquí el Espíritu los llamó a ambos con el nombre de Dios: tanto al Hijo, el ungido, como al que unge, el Padre. Y también: «Dios se presentó en la asamblea de los dioses, en medio de ellos juzga a los dioses» (Sal 82[81],1). (El Espíritu) habla aquí del Padre y del Hijo y de aquellos que recibieron la adopción filial, y mediante ellos se refiere a la Iglesia: porque ésta es la sinagoga de Dios, la cual Dios, me refiero al Hijo, ha reunido por sí y para sí mismo. También dice en otro lugar: «Dios, el Señor de los dioses, habló y convocó la tierra» (Sal 50[49],1). ¿De cuál Dios se trata? De aquel del cual está escrito: «Dios vendrá de modo manifiesto; nuestro Dios, y no callará», esto es, el Hijo, que se manifestó por su venida a los hombres, el cual dice: «Me manifesté al descubierto a quienes no me buscaban» (Is 65,1). ¿Y de qué dioses se trata? De aquellos a quienes él declara: «Yo he dicho: Vosotros sois dioses, todos sois hijos del Altísimo» (Sal 82[81],6; Jn 10,34); es decir, aquellos que han recibido la gracia de la adopción, por la cual clamamos: «¡Abbá, Padre!» (Rom 8,15; Gál 4,5-6). Así, pues, como arriba dije, a ningún otro se le llama Dios o Señor, sino al que es Dios y Señor de todas las cosas, el que dijo a Moisés: «Yo soy el que soy», y: «Así dirás a Israel: Yo soy me manda a vosotros» (Ex 3,14); y también a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el cual hace hijos de aquellos que creen en su nombre (Jn 1,12). El Hijo también habla por Moisés: «Yo he descendido a librar a este pueblo» (Ex 3,8), porque es él «quien descendió y ascendió» (Ef 4,10) para salvar a los seres humanos. De este modo, «Por el Hijo que está en el Padre y tiene en sí al Padre» (Jn 14,10-11) se ha manifestado Dios aquel que es, al dar testimonio, como Padre, del Hijo (Mt 16,17; Jn 5,37), mientras el Hijo anuncia al Padre (Mt 11,27; Jn 11,41-42). Como dice Isaías: «Yo doy testimonio, dice el Señor Dios, y mi Siervo a quien yo elegí, para que sepáis, creáis y entendáis que soy yo» (Is 43,10). (Ireneo de Lión, Contra las Herejías, Libro III, 6:1-2)
"El Padre, pues, es Señor y el Hijo es Señor; es Dios el Padre y lo es el Hijo, porque el que ha nacido de Dios es Dios. Así según la esencia de su ser y de su poder, hay un solo Dios; pero, al mismo tiempo, en la administración de la economía de nuestra redención, Dios aparece como Padre y como Hijo. Y dado que el Padre del Universo es invisible e inaccesible a los seres creados, es por medio del Hijo como los destinados a acercarse a Dios deben conseguir el acceso al Padre" (Ireneo de Lión, Demostración de la Predicación Apostólica, 47)
Bueno, espero que mi aporte sirva y de fruto...a Dios la gloria...Dios les bendiga