Ambos.... Convivencia y tolerancia... es la única respuesta en este tema.. Para los Judios es la tierra prometida por Dios y para los palestinos su hogar por siglos... ambos tienen derecho.
Si entre los cristianos en este foro, puedes ver que no existe comprensión y tolerancia... sólo soberbia de que sólo "yo" tengo la verdad y soy santo y desprecio hacia los que no piensan igual que yo pues ya están condenados al infierno, imagina entre judíos y musulmanes que díficil debe ser.
Israel ha dado mayores y mejores pasos que sus vecínos, eso e evidente, veremos que pasa con la ruptura de la tregua.. Mi posición es firme y sólida, esa tierra es de Israel como dijo Dios: ¡PARA SIEMPRE! lo cual no signifíca que tengan que expulsar intremendis a los palestínos, pero estos deben aceptar que por muchos años que lleven allí, esa tierra pertenece para siempre al pueblo hebreo.
Re: PALESTINA PARA LOS PALESTINOS, Y JUDEA PARA LOS JUDIOS
El problema no es tan sencillo. Muchos judíos llevan viviendo en Palestina/Israel varios siglos... así como muchos musulmanes. Y los judíos que emigraron ya o han muerto o estan jubilados, los judíos residentes nacieron allí. Yo creo que nadie tiene derecho a expulsar a nadie, aunque sea inmigrante hace 1 año! El problema palestino-israelí es la falta de convivencia (en general) y la intolerancia (en pequeños grupos fundamentalistas, ya sea "hamas" o los judíos ortodoxos), y dista mucho de ser superado. Sólo hace falta saber convivir e ignorar a aquellos que propaguen en odio, nada más... ni tanques ni suicidas.
Re: PALESTINA PARA LOS PALESTINOS, Y JUDEA PARA LOS JUDIOS
Y que pasaría si el derecho de ambos pueblos es estrictamente natural, y no divino, es decir, teonomico, basado en la Escritura?
Podría ser que Isarael al perder la primogenitura por negar al mesías ya no tiene derecho divino sobre la tierra de palestina, todo esto en función de deuteronomio 29 (El pacto sujeto y condicionado a la Palabra de Dios) cosa que Israel jamás se sujeto?
En cuanto a derecho natural, embos pueblos tienen los mismos derechos a consolidarse como naciones juridicamente orbanizadas y a ser reconocidas como sujetos de derecho internacional por medio de la convención de Viena.