Queridos Peregrinos de habla hispana.
¿Qué tal si empezamos es nuevo año con "buen pie"? Os presento un libro de una autora que ha "renovado el espíritu" del entendimiento de muchos de nosotros (como diría Pablo).
Os pego la introducción del libro. Si queréis el resto, sólo tenéis que descargarlo del archivo "vinculado" a este mensaje. El libro es tipo "doc", en formato documento de Word.
CARRO DE FUEGO
El Elías de los Últimos Días
Autora: Martha Kilpatrick
Introducción
Existe una historia política mundial
y el relato histórico de las naciones.
Pero la verdadera historia es el registro no escrito de
la humanidad, de la gente y de sus vidas en particular,
compuestas y redactadas por Dios y anotadas
sólo en Sus Anales Eternos.
Hay películas de guerras y documentos de combate.
Pero la auténtica guerra se pelea individuo a individuo,
una colisión espiritual de cielo e infierno
que se disputa en el corazón solitario,
y allí, en los recovecos del alma...
se gana o se pierde.
Este no es un libro que quería escribir.
Es un libro que tenía que escribir,
y al final ha devenido en un gozo que ofrecer
al Cuerpo de Cristo, aquellos que llevan la
unción de Elías
y reconocen la tortura de Jezabel.
Lo considero mi documento espiritual de guerra,
un manual de la estrategia del enemigo y, ante todo,
una explosiva declaración de Victoria.
La Biblia habla de Dios... y del hombre...
pero también de algo más.
El estremecedor contenido de la Biblia versa en gran medida
acerca del mal...
en todas sus capciosas facetas y
aburrida reiteración.
Preferimos volver nuestras religiosas cabezas y
esperar a que se marche, este mal.
No lo hará.
Para el creyente apasionado –el que anhela el rostro de Dios–
esta presencia, esta obscura resistencia,
se halla detrás de cada esquina.
Debe ser confrontada...
o consumirá tu alma.
La misión asignada por Dios,
la prueba de obediencia,
el crisol de la pureza...
se oculta en tus negocios con el mal,
en tus escarceos con Su colérico enemigo.
Es una responsabilidad aterradora.
Mejor trabajar que luchar,
y bailar a preocuparse.
Pero si no consigues alcanzar tu cuadrilátero de combate,
has perdido tu oportunidad de Aventura Divina,
mención aparte de tu Destino Eterno.
Satanás escribirá entonces el último capítulo de tu historia.
Si no consigues enfrentar el mal, y te niegas a darle nombre,
tú te conviertes en mal,
catastróficamente cegado a él.
William Blake,
el gran poeta cristiano del siglo XVIII escribió:
“Traedme mi arco de oro ardiente.
Traedme mis saetas de esperanza.
Traedme mi jabalina, oh nubes de algodón.
Traedme mi carro de fuego.”
El fuego de Elías, resplandeciente ante el mal satánico,
es una cualidad ausente en hombres y mujeres cristianos...
y por ende en la iglesia.
El Carro de fuego ha de ser restaurado en esta generación, que bien pudiera ser la última.
Así pues...
para el audaz,
y para el desesperado,
¡venid conmigo!
Este experimentado guerrero de copiosas cicatrices
tiene cierta Luz para socorrer tu camino de ascensión...
y algunas Muy Buenas Nuevas.
Cuánto te alabo, oh padre mío, por tu Perfecto Don de victoria en el Único y Unigénito Hijo, Jesucristo. Permite que esa Poderosa Victoria resuene en estas palabras y dé
esperanza y triunfo a tu pueblo.
Siquiera más allá, Señor, que en este escrito
sea Dios magnificado,
y por medio de este escrito, satisfecho.
¡Amén y amén!
Martha Kilpatrick
Este es el juicio:
Que la luz vino al mundo,
pero los hombres amaron más la oscuridad que la luz,
porque sus obras eran malas.
Pues todo aquel que hace cosas detestables aborrece la luz
y no viene a ella, por temor a que ante Dios
sus obras sean expuestas.
Juan 3:19,20
¿Qué tal si empezamos es nuevo año con "buen pie"? Os presento un libro de una autora que ha "renovado el espíritu" del entendimiento de muchos de nosotros (como diría Pablo).
Os pego la introducción del libro. Si queréis el resto, sólo tenéis que descargarlo del archivo "vinculado" a este mensaje. El libro es tipo "doc", en formato documento de Word.
CARRO DE FUEGO
El Elías de los Últimos Días
Autora: Martha Kilpatrick
Introducción
Existe una historia política mundial
y el relato histórico de las naciones.
Pero la verdadera historia es el registro no escrito de
la humanidad, de la gente y de sus vidas en particular,
compuestas y redactadas por Dios y anotadas
sólo en Sus Anales Eternos.
Hay películas de guerras y documentos de combate.
Pero la auténtica guerra se pelea individuo a individuo,
una colisión espiritual de cielo e infierno
que se disputa en el corazón solitario,
y allí, en los recovecos del alma...
se gana o se pierde.
Este no es un libro que quería escribir.
Es un libro que tenía que escribir,
y al final ha devenido en un gozo que ofrecer
al Cuerpo de Cristo, aquellos que llevan la
unción de Elías
y reconocen la tortura de Jezabel.
Lo considero mi documento espiritual de guerra,
un manual de la estrategia del enemigo y, ante todo,
una explosiva declaración de Victoria.
La Biblia habla de Dios... y del hombre...
pero también de algo más.
El estremecedor contenido de la Biblia versa en gran medida
acerca del mal...
en todas sus capciosas facetas y
aburrida reiteración.
Preferimos volver nuestras religiosas cabezas y
esperar a que se marche, este mal.
No lo hará.
Para el creyente apasionado –el que anhela el rostro de Dios–
esta presencia, esta obscura resistencia,
se halla detrás de cada esquina.
Debe ser confrontada...
o consumirá tu alma.
La misión asignada por Dios,
la prueba de obediencia,
el crisol de la pureza...
se oculta en tus negocios con el mal,
en tus escarceos con Su colérico enemigo.
Es una responsabilidad aterradora.
Mejor trabajar que luchar,
y bailar a preocuparse.
Pero si no consigues alcanzar tu cuadrilátero de combate,
has perdido tu oportunidad de Aventura Divina,
mención aparte de tu Destino Eterno.
Satanás escribirá entonces el último capítulo de tu historia.
Si no consigues enfrentar el mal, y te niegas a darle nombre,
tú te conviertes en mal,
catastróficamente cegado a él.
William Blake,
el gran poeta cristiano del siglo XVIII escribió:
“Traedme mi arco de oro ardiente.
Traedme mis saetas de esperanza.
Traedme mi jabalina, oh nubes de algodón.
Traedme mi carro de fuego.”
El fuego de Elías, resplandeciente ante el mal satánico,
es una cualidad ausente en hombres y mujeres cristianos...
y por ende en la iglesia.
El Carro de fuego ha de ser restaurado en esta generación, que bien pudiera ser la última.
Así pues...
para el audaz,
y para el desesperado,
¡venid conmigo!
Este experimentado guerrero de copiosas cicatrices
tiene cierta Luz para socorrer tu camino de ascensión...
y algunas Muy Buenas Nuevas.
Cuánto te alabo, oh padre mío, por tu Perfecto Don de victoria en el Único y Unigénito Hijo, Jesucristo. Permite que esa Poderosa Victoria resuene en estas palabras y dé
esperanza y triunfo a tu pueblo.
Siquiera más allá, Señor, que en este escrito
sea Dios magnificado,
y por medio de este escrito, satisfecho.
¡Amén y amén!
Martha Kilpatrick
Este es el juicio:
Que la luz vino al mundo,
pero los hombres amaron más la oscuridad que la luz,
porque sus obras eran malas.
Pues todo aquel que hace cosas detestables aborrece la luz
y no viene a ella, por temor a que ante Dios
sus obras sean expuestas.
Juan 3:19,20