Pelayo, in memoriam

18 Noviembre 1998
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Pelayo, in memoriam


Hace ya un año. A un niño de Avilés, hijo de una deficiente mental, lo condenaban a muerte. Y lo hacían con todos los vistos buenos de una ley que permite el sacrificio de inocentes, la muerte de los que gritan sin ser oídos, la eliminación de los no nacidos. Pelayo contaba ya con siete meses de vida en el seno de su madre. Pero dio igual.

Dicen que ahora la madre reside en una casa de religiosos, que la hubieran acogido a ella y a su hijo. Pero su hijo estorbaba a los poderosos de este mundo. Lo querían muerto y muerto lo tienen.

El drama de Pelayo, la tragedia del niño de siete meses eliminado antes de nacer, es el drama de muchos, la tragedia callada de cientos y cientos de miles cuyo destino es la cubeta de los desperdicios. Él tuvo, al menos, un nombre. Fue “bautizado” por los que, como quien pide un indulto, suplicaron clemencia sin ser oídos. Su muerte tuvo fecha y hora, anunciadas por anticipado, como quien prepara una esquela antes de que el moribundo exhale su último suspiro. Los otros cientos de miles mueren sin nombre y sin fecha, sin posibilidad de recuerdo, sin figurar más que en anónimas estadísticas.

Al cabo de un año, nos acordamos de ti, Pelayo. Queremos hacer memoria y no callar, ni dejar que mueras en nuestro olvido.


Guillermo.
 
Re: Pelayo, in memoriam

Oremos por el triunfo de la cultura de la vida.
 
Re: Pelayo, in memoriam

Luis Fernando dijo:
...Al cabo de un año, nos acordamos de ti, Pelayo. Queremos hacer memoria y no callar, ni dejar que mueras en nuestro olvido...

Occidente, con el olvido de los valores judeocristianos, se ha puesto una venda en los ojos y se está tirando por un precipicio llamado "Talante", "Alianza de Civilizaciones", "Politicamente correcto", etc...

El tortazo (Juicio de Dios) va a ser de órdago.

¡Por la vida!

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Re: Pelayo, in memoriam

Aniversario de un niño que no llegó a nacer

27.11.05 @ 06:33:58. Archivado en Derechos Humanos

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Ha pasado un año desde que un tribunal de Avilés (Asturias) permitiera abortar a una chica con minusvalía psíquica embarazada, por aquel entonces, de seis meses. Cuando el aborto se llevó a efecto el feto ya sería, casi con toda seguridad, de siete. Si alguna vez se clarificaron las responsabilidades familiares o del centro al que la joven acudía, que permitieron, primero, que pudiese quedar embarazada y, segundo, que ese embarazo llegara a los seis meses, eso no llego a trascender a la prensa y, desde ella, a todos los ciudadanos que por aquellos días hicieron de la noticia carne de tertulia en radios y televisiones y cuyo caso ocupo dos meses las páginas de los periódicos.http://forocristiano.iglesia.net/
Al cumplirse el aniversario del inicio de aquel “via crucis” que terminaría en enero con la noticia de que el aborto se había llevado a cabo, haber encontrado en el foro de JAI (http://agenciajai.foro.st) que alguien recuerda a quien ya se había comenzado a llamar “Pelayin” me da el pálpito de que su muerte, su vida interrumpida, no ha sido en vano.
A raíz de lo ocurrido en este caso concreto hubo reacciones en la calle y en los medios pero también fue el detonante de algunos compromisos como el de una parroquia de Avilés que desde entonces comenzó a celebrar una vez al año, cerca de la fiesta de los Santos Inocentes, una Misa en recuerdo de todos los niños a los que por una razón u otra, no se les ha dejado nacer.
Detrás de cada aborto siempre hay rostros de personas concretas con una historia y unas circunstancias que puede ser muy aventurado juzgar desde la comodidad de un espectador de los acontecimientos. Con un mínimo de sentido y de dignidad es imposible llegar a tomar la decisión de abortar sin que medien por el medio la desesperación, el dolor y una tremenda frustración. Pero tampoco podemos olvidar que al lado de todo lo que supone de sufrimiento y de las causas que llevan a decidir un aborto la verdadera victima, y además de forma totalmente injusta, es la criatura a la que, por las razones que sean, no vamos a dejar disfrutar de la vida que no deja de ser un don de Dios.
Cuando, por muy desesperados que podamos estar, nos convertimos en dueños y señores de la vida y nos creemos con autoridad para decidir quién debe de vivir y morir estamos repitiendo el pecado más viejo de la humanidad: querer ser Dios.
Las cifras de abortos en España son espeluznantes y, sorprendentemente, en una época en la que existe una mayor y mejor educación sexual, una mayor accesibilidad y formación en cuanto a anticonceptivos y muchísimo información sobre todo ello. Muchos defendieron en su momento, y de forma razonable, que una mayor información y educación en métodos anticonceptivos evitaría, posteriormente, tener que llegar al aborto ante un embarazo no deseado. Pero la información y el acceso a los anticonceptivos cada vez ha sido mayor y el número de abortos no ha dejado de crecer.
Aunque ”Pelayín” es uno más de los cientos de miles de niños que nunca llegaron a nacer nos ayudo a ponerles nombre y rostro. Un año después su recuerdo sigue presente en la sensibilidad de quienes no pueden quedarse indiferentes cuando, por las razones que sean, no dejamos que un niño disfrute de la vida que Dios le da.
“Ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz”. Rm 13, 11-12

http://blogs.periodistadigital.com/eldiurnaldejai.php/2005/11/27/p4895#more4895