GreivinII. dijo:
Quiero rescatar algo que me ha impresionado sobremanera, y que me ha hecho entender, la labor de María, la madre de Jesús en su vida. A pesar de que Jesús era hijo de Dios por anunciación, fue hijo de María por nacimiento, e hijo del Espíritu Santo por concepción. Durante todo el crecimiento de Jesús como humano, habían características en él, que lo hacían especial, diferente y extraordinario, comparado con los hijos de las demás madres contemporáneas con María, a pesar de esto, ella siempre "Guardaba en su corazón" todo lo referente a la "divinidad" de Jesús. Sí, María no fue como las madres comunes y corrientes, las cuales, están deseosas de poner delante de los ojos de otras madres, lo especial de sus hijos, aumentando en algunos casos, los pocos atributos visibles de sus hijos. María fue diferente, siempre allí, siempre incógnita, siempre atenta, a lo necesario, siempre callada. A pesar de que en su corazón ella sabía, que su hijo era un préstamo temporal, y que una vez que en él se develara su verdadero propósito como hijo de Dios, no tendría más que observar, estar atenta y callar, lo cual sería exactamente lo mismo que venía haciendo atravéz de los años con su hijo hombre. Pero lo que quiero destacar, es una frase que ella usa al hacércele el anuncio del nacimeinto de su hijo, por concepción del Espíritu de Dios "Hágase en mi tu voluntad" Frase con la que Jesús tambien recibe el anuncio de su muerte "Pero no se haga mi voluntad sino la tuya" Esa forma de aceptar la voluntad de Dios, caracterizó a Maria, y tambien a Jesús. Definitivamente, Jesús fue criado de la forma que tenía que ser criado, con el testimonio de una madre, que siempre hiso la voluntad del Padre, y así también el hijo que crio, para bendición de todos nosotros.
El no ver las virtudes de María en Jesús, sería como no ver el amor del Padre en él. Es presisamente la actitud de Jesús, en todo su ministerio, que deja en evidencia, la forma en que fue criado. El nunca quiso destacar, ni siquiera quería que se diera testimonio de los milagros que hacía, de su divinidad y de sus características heredadas del Padre, y esta fue la mayor herencia que María le dió.
Como todos saben, no soy católico, pero tampoco soy ciego. Jesús amó a su madre María, y Dios me libre de menospreciar nada de lo que tanto él amó, mientras estubo entre nosotros como humano. María fue su madre, y si alguien me ama a mi, y menosprecia a mi madre, me menosprecia a mi tambien.
Greivin.