Re: "Grande es tu fe"
boretti dijo:
Hola me podeis explicar el significado de este pasaje de la vida de Jesus
lo he leido muchas veces pero no lo entiendo si sois tan amables.
gracias y que dios les bendiga
Estimado Boretti.
El Señor Jesús, a travez de la mujer cananea del Evangelio nos enseña una gran lección lección de fe, lección de humildad y lección de perseverancia a la hora de pedirle lo que necesitamos, tanto sea para mí o para mis seres queridos. Ojalá todos aprendamos de ella esta tripe lección, y –con su ejemplo- consigamos de Ti las gracias que necesitamos.
Lección de fe.
La fe es el primer requisito para que nuestra oración sea escuchada.
Jesús, siempre pides fe antes de hacer un milagro. Todo es posible para el
que cree. A veces, como en este caso, pones esa fe a prueba.
Incluso puede parecer que no nos escuchas, que no nos quieres. Haces como el padre que enseña a andar a su hijo: se separa unos pasos, y cuando el niño –con gran esfuerzo- va a llegar a su padre, se separa uno poco más. No se separa porque no lo quiera, sino para aprenda a caminar.
Cuando me pides más fe, no me dejes sólo. Me estas esperando para poder decirme: ¡grande es tu! Hágase como tú quieras.
Lección de humildad.
Se acercó y se postro ante él, diciendo: ¡Señor, ayúdame!
Esta es la actitud del alma humilde que se ve necesitada. Nosotros también hemos de acercarnos a Ti, y pedirte con humildad: ¡Jesús, ayúdame! Sé que no me merezco nada, después de lo poco que he hecho por Ti. Es verdad Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos. Aunque no me lo merezca, Jesús, ¡Ten piedad de mí!
Persevera en la oración.
Persevera, aunque tu labor parezca estéril. La oración es siempre fecunda.
Lección de perseverancia.
Los discípulos te piden que atiendas a la mujer cananea pues viene gritando detrás de Ti. No se cansa de pedir, a pesar de que Tu no les respondes. Ni siquiera se rinde cuando la pones a prueba diciendo que has sido enviado solo a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
No por eso desmaye y deje la oración y de hacer lo que todos, que a veces viene el Señor muy tarde, y paga tan bien y tan junto como en muchos años. Esta mujer no se cansa, y por eso recibe.
Perseverar en la oración. Jesús, que no nos cansemos de pedir siempre lo mismo, si hace falta. Se que me escuchas y que me atiendes, pero soy como un hijo pequeño que, a veces, pide lo que no le conviene o en un momento que no conviene. Lo que puedo aprender de los niños pequeños es su perseverancia en el pedir: piden y piden, hasta que reciben.
Persevera, aunque tu labor parezca estéril. Jesús, aunque parezca inútil mi
esfuerzo, mi dedicación, mi petición, Tu quieres que siga pidiendo. El simple
hecho de pedirte cosas, me fortalece espiritualmente: aumenta mi fe, mi
esperanza y mi amor a Ti, me aumenta la gracia. Por eso, a veces, Tú prefieres esperar un poco y aprovechas esa necesidad mía para que pida más y, por tanto, para darme más gracia. Que me convenza, de que la oración es siempre fecunda.
Que Dios te bendiga.