El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Gabaon

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24 Octubre 2002
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gabaon.blogspot.com
Lamentablemente muchos católicos siguen viendo el Concilio de Trento bajo el prisma de Calvino, y naturalmente la postura de Calvino recoge perfectamente el sentir de la mayoría protestante respecto a las declaraciones del Concilio en lo referente a nuestra Justificación.

Calvino resumía su opinión del Concilio diciendo que las definiciones de éste "en toda su longitud no contienen nada más que el gastado dogma de las escuelas: que los hombres son justificados en parte por la gracia de Dios y en parte por sus propias obras." (1)

El error de muchos católicos ha sido aceptar la crítica de Calvino y han asumido la defensa de esa postura, que Calvino dice sostiene el Catolicismo, como la que realmente profesa la Iglesia Católica, y por eso se encuentra uno con esta "apologética" de nunca acabar: el protestante que nos acusa de semi-pelagianos y el "católico" defendiendo sin quererlo o saberlo el semi-pelagianismo, o la mejor de las veces, mezclando aspectos que no se deben mezclar como las obras meritorias con la justificación como producto de ellas.

Pero nada más lejano a la realidad Católica. Ni la Iglesia Católica en toda su historia, ni específicamente el Concilio de Trento defienden que la causa de la Justificación del hombre sea Gracia + Obras. Eso es una herejía condenada en todo lo largo y ancho de la historia del Catolicismo. La justificación tiene una sóla causa: La Gracia de Dios.

Ya hay otros epígrafes en los que hemos tocado La Justificación del Pecador. Así que sin redundar en este me limitaré a algunos puntos que recoge la controversia:

1. ¿Qué es La Justificación?.
2. El Problema Justificación - Santificación.
3. ¿Qué causa o precede a la Justificación?.
4. La fe que Justifica.
5. La pérdida de la Justificación
6. El aumento de Justificación.
7. La relación Obras - Vida Eterna.

La Justificación

Según el Concilio la justificación es "el perdón de los pecados [,] la santificación y renovación del hombre interior por la admisión voluntaria de la gracia y dones que la siguen; de donde resulta que el hombre de injusto pasa a ser justo, y de enemigo a amigo, para ser heredero en esperanza de la vida eterna." (2). Sin embargo nuestro hermano Calvino opina que por justificación "es imposible entender otra cosa más que aceptación gratuita" (3) y también que nada es más claro que pensar que "somos considerados justos ante la mirada de Dios porque nuestros pecados son expiados por Jesucristo y ya no estamos sujetos a responsabilidad por ellos" (4). El problema estriba sencillamente en que Calvino, junto a casi toda la tradición protestante, se niega a incluir "la santificación y renovación del hombre" dentro de la justificación. Para los protestantes la justificación consiste exclusivamente en la no-imputación de los pecados, en nada más. El católico cometería un grave error si pensara que la no-imputación de los pecados es una novedad protestante o si rechazara la argumentación protestante en favor de la no-imputación. Este es un aspecto de la doctrina de la justificación común en ambas tradiciones en el que estamos plenamente de acuerdo. El problema, entonces, consiste en que nosotros los católicos pensamos que la justificación incluye también la renovación interior.

Justificación-Santificación

El problema tiene más repercusiones de las que parece. Un error común que comete el católico es acusar al protestante de que le resta importancia a la renovación interior del hombre, pero la realidad es que todo el énfasis que el católico pone en esta renovación está igual de presente en el protestantismo. Calvino reconocía que "tan pronto como alguien es justificado, la renovación necesariamente le sigue: y no hay disputa sobre si Cristo santifica a todos los que justifica." (5). Así, es fácilmente visible que el protestantismo tiene todo el énfasis bíblico que debe ponerse en la renovación interior, el problema radica en el acto divino al que se le adjudica la labor de esta renovación. El catolicismo lo pone en el mismo acto de la justificación mientras que el protestantismo junto a Calvino, aún admitiendo que "nunca somos recibidos en el favor de Dios sin ser al mismo tiempo regenerados a la santidad de vida" (6) al mismo tiempo niegan que "alguna parte de la justificación consista en cualidad, o en el hábito que reside en nosotros" (7) y en el mismo sentido afirman que "somos justos (justificados) sólo por aceptación gratuita." por lo que para ellos la renovación le corresponde al acto de la santificación ya que "la justificación no incluye la renovación de la vida" (8). En resumidas cuentas el catolicismo cree en una justificación infusa, es decir, que consiste en la modificación que hace Dios del estado real del alma del pecador convirtiéndolo en justo creando en él una realidad que antes no existía y el protestantismo afirma que la justificación es forense, es decir, que consiste en nada más que en la decisión de Dios de no tomar en cuenta nuestros pecados gracias a nuestra fe en la obra de Jesús.

Si consideramos que el protestantismo sí cree en la infusión de un hábito en el alma (santificación) y que el catolicismo también cree en la decisión jurídica estrictamente legal que Dios toma de no imputarnos nuestros pecados (justificación) parecería ser, para el cristiano común, que la controversia en este punto es bien trivial, pero veamos su profundidad.

El problema es que el protestantismo comunmente considera la santificación como el proceso a través del cual el Espíritu Santo nos va formando el carácter, y haciéndonos vencer paulatinamente las apetencias de la carne. Cuando el catolicismo habla de santificación primeramente piensa en esa renovación sobrenatural que Dios hace de las facultades del alma sin cooperación alguna del hombre. Por eso al hablar de santificación protestantismo y catolicismo están hablando de dos cosas distintas, y por eso al protestantismo le re-pugna la idea de que Dios requiera la santificación antes de aceptar a alguien como hijo suyo y justificarlo.

La verdad es que La Biblia no sabe de la división que ha hecho el Protestantismo entre Santificación y Justificación, e incluso el mismo Calvino que reconoce que algunas veces la Biblia al hablar de justificar se refiere a la santificación aún así insiste en que ambos actos deben ser divididos y considerados como distintos. Cada vez más teólogos protestantes reconocen que si existe alguna división entre Justificación y Santificación es más conceptual que real; otros como Karl Barth, mantienen que deben ser separados como aspectos, pero que deben considerarse ambos aspectos como partes de un solo acto por medio del cual Dios realmente hace justo al que justifica y no meramente lo declara como tal (9).

Cuando La Biblia dice: "él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo" o por igual "Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros." o del mismo modo "Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios." (10) ha puesto en el mismo orden el acto de Dios que lava, regenera, santifica y renueva, en una misma acción de Dios. Y no es casualidad que combine estos tres versos en los que aparece la acción del Espíritu Santo, para eliminar las objeciones de ambos grupos, del protestante que ve en el acto salvífico de Dios no más que no-imputación y la del católico que pretende añadirle sus obras a una acción en la que no se requiere de ellas por su inutilidad para justificar. El verso de Tito es bien explícito, Dios nos salvó mediante el baño de regeneración y de renovación del Espíritu. Solamente este verso representa una muralla infranqueable para la teoría de una justificación distinta de la santificación. Del mismo modo Pablo pone al Espíritu como el responsable de la Resurrección de Cristo y responsabiliza al mismo Espíritu de la acción que nos traerá a la vida eterna vivificándonos, Dios no justifica a los muertos y obviamente el Espíritu renueva y vivifica (santifica) al que Dios adoptará como hijo (justificación).

Veamos el caso del ladrón perdonado en la cruz. Ante este suceso la teoría protestante se queda sin respuestas, catolicismo y protestantismos reconocen que a aquel hombre sus pecados no le fueron imputados. Pero el Protestantismo ( y la Biblia) demanda que alguien que es justificado sea santificado también antes de entrar al cielo, pero a este hombre no le dio tiempo para que el Espíritu lo santifique, sin embargo todos sabemos que terminó en el cielo. El catolicismo tiene la respuesta: a quien Dios justifica ya le ha santificado.

Algunos protestantes modernos pretenden salvar el claro problema que esta división extra bíblica, aunque apetecible para los sistemáticos, les causa añadiendo una división más!!! separan la santificación en posicional y progresiva... ilusas e inútiles divisiones jurídicas, ahora Dios nos declara santos también no solo imputándonos la justicia de Cristo sino su santidad también y es a costa de esta santidad de Jesús que el ladrón, por ejemplo, fue reputado como santo aunque él no hubiese sido santificado realmente. Huh?! ¿no es más bíblico y fácil entender que cuando fuimos justificados fuimos lavados y santificados tal como dice Pablo a los Corintios?

Una objeción común es 1 Corintios 1, 30: "Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención" (11) se pretende apoyar esta división inventada por el protestantismo usando este verso que enumera estos tres aspectos del acto divino, aunque así mismo de ridículo sería querer dividir la trinidad porque se enumere a sus tres personas, detengámonos en las dificultades de este verso.

Lo primero es que la palabra que este verso usa para santificación es hagiasmos que significa pureza, purificación, y su raíz hagios viene de puro, inmaculado, sacro, así que nada de santificación posicional o imputada, la Biblia dice claramente que Jesús significa para nosotros un cambio de realidad (pureza, sin manchas) no relacional.

Del mismo modo la palabra para justificación que se usa es dikaiosune que significa justicia, equidad y viene de la palabra dikaios que sorprendentemente el diccionario traduce como inocente y santo (12). Nueva vez, nada de declaraciones jurídicas sino la indisoluble conexión entre Justificación y la acción renovadora de Dios que hace santo al que declara Justo.

Curiosamente el protestantismo hacía esta división porque pretendía basar la seguridad de la salvación en Cristo y no en la condición del hombre, pero el catolicismo lo que ha dicho es que la condición de santo que tiene un justificado es precisamente lo que ha recibido de Cristo ya que Él mismo otorga "perennemente su virtud en los justificados, como la cabeza en los miembros, y la cepa en los sarmientos". (13)

Dios no se anda con declaraciones al que declara justo es porque lo ha convertido en Justo.

Continuará...
________________________________________________________
Notas.

*De todos los títulos en Inglés las traducciones son mías.

1. John Calvin, Antidote to the Sixth Session of The Council of Trent on the Doctrine of Justification.
2. Concilio de Trento, Sesión VI, Capítulo VII.
3. op.cit.
4. ibid.
5. ibid.
6. ibid.
7. ibid.
8. ibid.
9. Karl Barth, Church Dogmatics IV.
10. Tito 3, 5; Romanos 8, 11; 1 Corintios 6, 11 (Biblia de Jerusalén).
11. Reina Valera 1960.
12. King James Bible Strong's Greek Dictionary.
13. Concilio de Trento, Sesión VI, Capítulo XVI.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Hola Gabaon,

Me gustaría que continuaras con éste tema que me ha parecido muy interesante

Gracias de antemano

Saludos y Bendiciones,
Ricardo
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Un buen ejercicio teológico, Gabaón.

No obstante lo del ladron en la cruz expresa lo contrario a lo que pretende vendernos Trento. Si para él no fué necesario el purgatorio, ¿por que para otros si? ¿Acaso la justicia de Dios hace acepción de personas?
Pero lo importante no es solo eso, sino lo que realmente enseña la Iglesia Católica a sus fieles. No olvides que yo mismo fuí enseñado en mi infancia por sacerdotes católicos y te aseguro que la gracia de Dios no la vi por ninguna parte y los terrores del infierno lo vi en todas partes.
Comparo y veo que esta definición tridentina solo es para personas de un nivel cultural religioso-teológico que prácticamente es nulo fuera de los "profesionales" en el campo de la teología.

Veamos el clamor de Pablo ante su realidad, que es la de todo ser humano, que anhela la santidad en su vida:
<SUP></SUP>
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.<SUP> </SUP>Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.<SUP> </SUP>Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.<SUP> </SUP>De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.<SUP> </SUP>Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.<SUP> </SUP>Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.<SUP> </SUP>Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.<SUP> </SUP>Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;<SUP> </SUP>pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.<SUP> </SUP>¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?<SUP> </SUP>Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado
. (Rom. 7:14-25)

Observemos lo que sigue en el Cap 8:1:17
<SUP></SUP>
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.<SUP> </SUP>Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.<SUP> </SUP>Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;<SUP> </SUP>para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.<SUP> </SUP>Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.<SUP> </SUP>Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.<SUP> </SUP>Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;<SUP> </SUP>y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
<SUP>
</SUP>Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.<SUP> </SUP>Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.<SUP> </SUP>Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.​
<SUP></SUP>Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;<SUP> </SUP>porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.<SUP> </SUP>Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.<SUP> </SUP>Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!<SUP> </SUP>El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.<SUP> </SUP>Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Dime, Gabaon, ¿que católico es enseñado con estas premisas? Esta frase:
"Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor" está en las antípodas de la enseñanza que se imparte al católico. Si entre nosotros nos resulta harto difícil hacerselo comprender a nuestros hermanos en la fe, ¿que no será entre los vuestros?
Yo entiendo tu aportación como un doble lenguaje.
El nuestro es: Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios.
Y sabemos que no puede haber paz sin justicia. Y no somos justos, luego necesariamente hemos der ser justificados sin nuestras obras puesto que estas nos condenan.
Lo que Trento llama las obras mediante la gracia y que estas ayudan a la justificación de Dios. No es lo que enseñó Pablo y menos aun lo que enseño el mismo Jesus a sus discípulos.
Luc. 17:10
Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Aquí se excluye todo mérito aunque lo que hagamos sea mediante la Gracia de Dios.
Lutero tambien era teólogo y lo vió claro. Para nosotros, que seguimos lo fundamental de la Reforma, Trento no hizo otra cosa que remedar lo que Lutero descubrió en el Nuevo Testamento, procurando -con poco éxito- (según mi opinion) encontrar una salida más o menos airosa a la justificación por la sola fe.
Finalmente, una pregunta: ¿Por que has escogido a Calvino en vez de a Lutero?
Bendiciones, Gabaón
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Yo no creo que sea Calvino quien interprete mal el contemporáneo conciliábulo de Trento. Yo creo que es Gabaon el que hace una nueva interpretación del concilio. En un canon dice que la justificación NO es por la sola fe. Ya le pueden dar mi vueltas que Roma jamás ha aceptado, ni acepta ni aceptará ni ha enseñado ni enseña (pelagianismo) ni enseñará nada que se parezca a la doctrina bíblica de la justificación.

Eso sí, mientras tanto Gabaon y Ratzinger siguen citando a heterodoxos como Karl Bath, en lugar de leer a los que realmente saben los fundamentos bíblicos de la justificación bíblica por la sola fe y no por las sutilezas infundadas e inventadas como obras hechas por la gracia y demás.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Bendiciones en Cristo.

Ricardo Raigoza:Haré un esfuerzo por sacar un tiempito para esto. Espero que Dios te muestre su abundante gracia y te acoja plenamente. Espero que todo marche bien.

Macabeo:
Barth ¿heterodoxo?. ¿Cuál Barth?
¿Me hace el favor de citarme algún nombre de alguien que "realmente" sepa de "los fundamentos bíblicos de la justificación bíblica por la sola fe "?.

Tobi:
Tobi querido, compartimos la misma tesis. Nuestra doctrina de la gracia sí parece como encerrada en algunos seminarios (que no en todos tampoco) y creo que es hora de dejarla salir ya.

Lo que evidentemente no compartimos es el profundísimo amor por esta Iglesia Católica y la confianza en que ella guarda (aunque a veces muy bien y literalmente guardado) el perfecto depósito de la Revelación de Dios.

Desde el Vaticano II vivimos una época de cara al mundo, hemos abierto los muros y de esa apertura a mí lo que más me apasiona es este particular de la Justificación y la Gracia.

No muchos saben que en tiempos de Lutero había un tremendo arroz con mango (ensalada le llamas tú) sobre la Doctrina de La Gracia, y que las disputas en el Catolicismo sobre esta doctrina de La Gracia nunca se han acabado. Lutero era solo una voz entre tantas y para mucho pesar de los católicos fundamentalistas no muy animados con el ecumenismo, Lutero estaba, en este aspecto de La Gracia, mucho mejor que muchas escuelas y personajes católicos que nunca fueron condenados y de los que solo se acuerdan los libros y quien decide abrirlos.

Uno y otro Papa han silenciado estos debates, pero ahí siguen las escuelas católicas algunas con tufo a pelagianismo diseminando sus puntos de vista sin que haya venido una opinión oficial desde Roma, y creo que no vendrá pues ya el daño está tan hecho que desmontarlo tomará varios decenios.

Para muestra un botón: La polémica de auxiliis, caso sin cerrar desde el 1582. Báñez Vs Luis de León. Dominicos Vs Jesuitas. Tomismo Vs Molinismo. Garrigou-Lagrange Vs Henri de Lubac. No se acaba.

Claro, a esto no se le hace pompa pues amenaza que nos acusen de no estar de acuerdo en algo tan crucial, pero yo trabajo con Sistemas y no soy de los que cree en "seguridad por ocultamiento".

La labor de Trento amenazaba la perfección. Trento fue una hermosa y copiosa bendición para La Iglesia. Pero también ha sido fruto de muy mala interpretación.

Elegí a Calvino porque él pudo interpretar Trento ya que estaba vivo, sólo por eso.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Gabaon,

Sin duda alguna lo mejor en teología reformada lo vas a encontrar en los siguientes hombres, Louis Berkof, Charles Hodge, Augustus Hopkins Strong. Cada uno tiene obras importantes de teología reformada y sus artículos sobre el tema están en la red. Yo creo que lo mejor para comprender doctrina reformada es consultarlos y no a Barth.

Bendiciones
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Gabaon, has escrito:
Lo que evidentemente no compartimos es el profundísimo amor por esta Iglesia Católica y la confianza en que ella guarda (aunque a veces muy bien y literalmente guardado) el perfecto depósito de la Revelación de Dios.

Desde el Vaticano II vivimos una época de cara al mundo, hemos abierto los muros y de esa apertura a mí lo que más me apasiona es este particular de la Justificación y la Gracia.

Desde luego cabe admirar tu optimismo. Pero según vi ya en su momento, el Vaticano II despues de la muerte de Juan XXIII dió un giro de 180 grados. Con el Reinado de Pablo VI el Vaticano vivió el mayor escándalo de los tres últimos siglos. (Banco Ambrosiano) ¿para poner en evidencia la realidad de la Institución? Entiendo que fué uno de los resultados del fracaso total del Concilio.
En tèrminos teológico-doctrinales dicho fracaso fue el que llevó a Hans Kung (no olvidemos que fué teólogo del concilio con Roncalli) a radicalizar su postura.
Dices:
Tobi querido, compartimos la misma tesis. Nuestra doctrina de la gracia sí parece como encerrada en algunos seminarios (que no en todos tampoco) y creo que es hora de dejarla salir ya.
¿La doctrina de la gracia encerrada en algunos? ¿No será en muy pocos seminarios? La actuación del Vaticano no será oponerse a ella, simplemente la ignorará procurando que continue encerrada como una disquisición teológica más. No la llevarán a la practica general porque esto es liberar la conciencia del hombre eliminando la dependencia clerical.
Estudia la Carta a los Hebreos (una de mis favoritas) y allí verás que la entrada en el lugar Santísimo ha sido abierto de tal manera que todo aquel que ha nacido del agua y el espíritu tenga libre entrada en el mismo sin necesidad de ningún intermediario, (obra de la gracia).
En vuestros Templos tambien hay un lugar llamado "santísimo" y dime: ¿es posible el tal lugar sin el sacerdote?
El problema no está entre tu optimismo y mi pesimismo al respecto, Está en el Realismo.
Fraternalmente
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Lo que causa o precede a la Justificación.

El Concilio lista cinco actos que preceden a la justificación (14) a saber:
1. Fe.
2. Temor de Dios.
3. Esperanza o confianza en Dios.
4. Amor inicial a Dios o detestación de lo que le ofende.
5. Deseo de recibir el bautismo.

Luego cita el Concilio las causas de la justificación (15) enumerando cinco de ellas:
1. La gloria de Dios.
2. El sello del Espíritu que nos limpia y purifica.
3. La satisfacción lograda por Cristo en la Cruz.
4. El bautismo.
5. La santidad que Dios nos regala.

Como fácilmente se nota, aquí no hay obras por ningún lado. Todo es gracia de Dios. Más enfáticamente el Concilio dictará como Doctrina Católica y Universal que "somos justificados gratuitamente, en cuanto ninguna de las cosas que preceden a la justificación, sea la fe, o sean las obras, merece la gracia de la justificación: porque si es gracia, ya no proviene de las obras: de otro modo, como dice el Apóstol, la gracia no sería gracia." (16). Sin embargo sobre este aspecto en particular el Concilio presenta el canon IX, causante de mucha controversia y malentendidos: "Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea excomulgado." (17)

Esta es la única vez en la que el Concilio habla directamente de la fórmula "Sola Fides" y como es claro no se condena la fórmula sino lo que algunos entienden por ella. Pero de la Fe me encargaré en el próximo punto.

Aquí Calvino nos ha entendido mejor que muchos católicos y evangélicos. Muchos católicos creen que en este canon Trento afirma que tenemos que obrar o que la justificación se entrega sólo a quien ofrece obras o actos piadosos. Sin embargo Calvino nos ha entendido mejor que eso al afirmar que nuestro "error consiste en compartir el trabajo entre Dios y nosotros mismos, como si transfiriéramos a nosotros la obediencia de un albedrío pío que asiente a la gracia divina, mientras que eso es la obra de Dios mismo." (18).

Aquí el problema no se trata de que el hombre añada obras sino que Calvino entiende que decimos que la justificación la causan la gracia de Dios más un aporte que hace el hombre de sí mismo, suyo propio, que es el libre albedrío, por eso nos llama semi-pelagianos. Sin embargo Trento ya ha dicho claramente que ese libre albedrío que acepta ser justificado, acepta sólo porque ha sido creado, enderezado y excitado por Dios y que sin esta acción deliberada y gratuita de Dios es imposible que el hombre asienta al llamado de la gracia.(19) Sí hemos defendido el libre albedrío, pero jamás como algo valedero por sí mismo o algo que aporta el hombre de por sí, sino como algo presente en el hombre y "modificado" por la gracia de Dios para que libremente y sin coacción asienta a la gracia. A esta modificación nuestra Iglesia siempre la ha considerado una gracia en sí misma.

Temo extenderme, pero quisiera traer sólo dos testigos de que la Tradición Católica de siglos previos y cercanos a Trento ya concebían este asentimiento del libre albedrío como producto mismo de la gracia de Dios, antes de que ella justifique al impío:

"...nunca perteneció al libre albedrío el preservarnos de la miseria y del pecado. La enfermedad de la voluntad procede de sí misma, su curación tiene que venir del Espíritu Santo... Él une nuestra voluntad a la suya por medio del consentimiento, curándole primero de su mala disposición, añadiendo luego poder a nuestra voluntad. De Dios solo, por consiguiente, procede el comienzo de nuestra salvación, y no lo hace ni por medio de nosotros ni con nosotros." (20)

"Después que el hombre cae libremente no puede de ninguna manera levantarse a menos que lo levante la gracia. Y a menos que él sea retenido por misericordia, se hunde por sus propios actos en un pecado tras otro hacia un abismo de pecados sin fin... Por consiguiente, así como nadie recibe buena voluntad si no es por medio de la gracia preveniente, así tampoco nadie la mantiene sino es por medio de la gracia consecuente." (21)
Por lo tanto el problema de Trento no es con la fórmula Sola Fides porque cree que hay que añadir obras o actos de algún tipo por parte del hombre sino porque Trento afirma que junto con el acto de fe, que es divino, hay otros actos también de origen divino y sobrenaturales que están presentes antes de que se produzca la justificación, que son los enumerados anteriormente. Calvino está de acuerdo con que la fe que justifica nunca está sola, Calvino reconoce que la voluntad tiene que aceptar libremente lo que la gracia le ofrece: "mantenemos que la fe es voluntaria, porque Dios conduce nuestra voluntad hacia Él. Añadido, que cuando decimos que un hombre es justificado por la fe sola, no fantaseamos con una fe privada de caridad, sino que profesamos que la fe sola es la causa de nuestra justificación." (22) Su problema radica, entonces, en que entiende que nosotros decimos que esas otras cosas producen justificación y no la fe, y que decimos que la voluntad es un aporte humano, y por lo ya demostrado no decimos ninguna de las dos cosas.

En el siguiente aporte trataré el tema de la Fe que justifica.

Continuará...
_________________________________________________
Notas.

*De todos los títulos en Inglés las traducciones son mías.

14. Concilio de Trento, Sesión VI, Capítulo VI.
15. ibid, Capítulo VII.
16. ibid, Capítulo VIII.
17. ibid, Cánones sobre la Justificación, Canon IX
18. John Calvin, Antidote to the Sixth Session of The Council of Trent on the Doctrine of Justification.
19. Concilio de Trento, Sesión VI, Capítulo V. Capítulo VI.
20. Bernardo de Clairvaux, De la Gracia y el Libre Albedrío.
21. Anselm of Canterbury, The Harmony of Foreknowledge, The Predestination, And The Grace of God With Free Choice.
22. John Calvin, Antidote to the Sixth Session of The Council of Trent on the Doctrine of Justification.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Dios te bendiga Malcom.

Gracias por tu intervención, pero si te fijas bien no estoy usando a Barth porque crea que él es un representante fiel de La Reforma sino precisamente porque su genialidad ha trascendido La Reforma.

En este aspecto de la justificación, Barth se oponía a una justificación forense en la que está ausente una acción renovadora de Dios y, sin hacerse católico, veía como dos aspectos de un mismo y único acto divino la justificación y la santificación. Esto es trascender La Reforma. Y esa es la dirección, en manadas, que están tomando muchos teólogos protestantes.

A C.Hodges ya lo conocía, a los otros no, pero tranquilo, conozco muy bien la postura pura reformada en este asunto, sólo tenía curiosidad de ver a quienes Macabeo considera los "realmente" conocedores de "los fundamentos bíblicos de la justificación bíblica por la sola fe."

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Dios te bendiga Tobi.

Entiendo que fué uno de los resultados del fracaso total del Concilio.
En tèrminos teológico-doctrinales dicho fracaso fue el que llevó a Hans Kung (no olvidemos que fué teólogo del concilio con Roncalli) a radicalizar su postura.
No creo que el Concilio haya fracasado. Definitivamente no fue lo mismo con Pablo VI que lo que hubiese sido con Juan XXIII, pero uno se preguntaría por qué dejó Dios que se muriera Roncalli entonces. Yo tengo una línea de pensamiento, pero cuando uno se sabe parte de una comunidad tan grande como esta, y la ama uno tanto, pues uno se pregunta hasta qué punto debe quererse que todos piensen como uno. Allí en el Concilio pues yo sin lugar a duda pongo mi corazón al lado de Ratzinger, Küng, Köning y Suenens. Pero es obvio que también prefiero la evolución de Ratzinger que la de Küng, así que lo que no se logró en el concilio no es excusa para el atolladero teológico donde han llegado Küng y su cuadrilla.

Solo espero que el Señor nos mande otro cardenal como Suenens, que no nos mande otro Prefecto como Ottaviani, que Küng se convierta y que Ratzinger pueda seguir llevando esta Iglesia con coraje y determinación hacia donde le indique el viento del Espíritu Santo.

En vuestros Templos tambien hay un lugar llamado "santísimo" y dime: ¿es posible el tal lugar sin el sacerdote?
El problema no está entre tu optimismo y mi pesimismo al respecto, Está en el Realismo.
Ahí está el asunto, sin problema alguno, para eso necesitamos sacerdotes, para eso los dejó Cristo, no para que nos gobiernen como a borregos o nos impidan la entrada al trono de la Gracia, sino porque en su santa voluntad Jesús quiso que en Su Cuerpo unos tuvieran el carisma de atender las cosas sacras y que otros nos beneficiáramos de su servicio.

Un abrazo en Cristo Tobi.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Gabaon dijo:
Dios te bendiga Tobi.


No creo que el Concilio haya fracasado. Definitivamente no fue lo mismo con Pablo VI que lo que hubiese sido con Juan XXIII, pero uno se preguntaría por qué dejó Dios que se muriera Roncalli entonces. Yo tengo una línea de pensamiento, pero cuando uno se sabe parte de una comunidad tan grande como esta, y la ama uno tanto, pues uno se pregunta hasta qué punto debe quererse que todos piensen como uno. Allí en el Concilio pues yo sin lugar a duda pongo mi corazón al lado de Ratzinger, Küng, Köning y Suenens. Pero es obvio que también prefiero la evolución de Ratzinger que la de Küng, así que lo que no se logró en el concilio no es excusa para el atolladero teológico donde han llegado Küng y su cuadrilla.

Solo espero que el Señor nos mande otro cardenal como Suenens, que no nos mande otro Prefecto como Ottaviani, que Küng se convierta y que Ratzinger pueda seguir llevando esta Iglesia con coraje y determinación hacia donde le indique el viento del Espíritu Santo.


Ahí está el asunto, sin problema alguno, para eso necesitamos sacerdotes, para eso los dejó Cristo, no para que nos gobiernen como a borregos o nos impidan la entrada al trono de la Gracia, sino porque en su santa voluntad Jesús quiso que en Su Cuerpo unos tuvieran el carisma de atender las cosas sacras y que otros nos beneficiáramos de su servicio.

Un abrazo en Cristo Tobi.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.

Entra en la Carta a los Hebreos. Estudiala a fondo y veras que no hay ningun sacerdocio que pueda ofrecer sacrificios (ni cruentos ni incruentos) El sacerdocio segun el orden de Melquisedec no se transmite a nadie.
Por otro lado el santuario construido por Moises era un reflejo del autentico Santuario, una simple sombra de la realidad. ¿Acaso no se perpetúa esta irrealidad en el llamado "sagrario" en vuestros templos?
Heb. 9:23-28
<SUP></SUP>
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.<SUP> </SUP>Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;<SUP> </SUP>y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.<SUP> </SUP>De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.<SUP> </SUP>Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,<SUP> </SUP>así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

El ser ofrecido una sola vez excluye un sacerdocio que siga ofreciendo a Cristo en la misa. Luego excluye también los sagrarios. que de ser válidos. solo serían una sombra del verdadero. Cristo nos invita a entrar no en algo que solo es sombra, sino en el que es real y aunque nosotros no sabemos que le debemos pedir a Dios, él por boca de Pablo nos dice en
Rom. 8:26 y 27
<SUP></SUP>
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.<SUP> </SUP>Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Fraternalmente
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

¿Por qué dejamos "morir" este tema. Creo que es interesante tanto para católicos como para reformados (reforma en el sentido de volver a los orígenes, es decir, al siglo primero)
Un abrazo
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Bendiciones en Cristo.

Bueno, como católico me le debo primero a mis correligionarios, por lo que con lo que sigue no quiero ser motivo de escándalo para ellos por lo que hago algunas especificaciones.

Varios Padres de La Iglesia se quejaban de que con cada herejía sucedían dos cosas graves y penosas para La Iglesia; la primera es que cada hereje arrastraba hacia afuera de La Iglesia una verdad que era propiedad de Ella; la segunda es que con cada herejía La Iglesia se veía obligada a precisar sobre algunos asuntos que estaban reservados al Misterio del Conocimiento de Dios. En esas especificaciones se perdía toda la visión de conjunto que antes se tenía y se hacía mucho énfasis en un área descuidando otras, que eran las que afirmaban los herejes.

Esto mismo pasa en cada herejía. Y eso mismo nos pasó en La Reforma. Los Reformadores cometieron varios errores teológicos, desde cada bando, y La Iglesia se vio obligada a precisar sobre algunos asuntos que antes no se había planteado explícitamente.

En este esfuerzo La Iglesia pierde algo suyo, y deja de enfatizar algo que constantemente ha enfatizado con tal de no concederle excusas a los que abusan o mal-entienden la doctrina que se está precisando.

Es como que se lleve un foco de luz hacia un solo punto y las partes que antes eran iluminadas quedan en penumbra.

Nuestra situación actual amerita que cada vez traigamos el foco a donde debe estar y para eso nos ayuda el diálogo con las demás confesiones cristianas, dejando de lado las controversias viscerales y carnales y uniéndonos en busca de la verdad, con tal de que toda la Gloria redunde para Dios sin detrimento alguno.

Sólo eso me mueve. Así que no se me ofenda ningún católico y pase a opinar, y hablemos.

En el Amor de Jesús.
Gabvon.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

La Fe que Justifica. (Parte 1)

Santo Tomás de Aquino se oponía a la concepción de que cuando Pablo habla en La Biblia de "obras de la Ley" se refiere sólo a los preceptos ceremoniales, y decía el de Aquino que esas obras incluyen las normas morales también ya que "el Apóstol parece estar hablando de moralidad, porque él añade que la Ley fue dada por causa de los pecados y estos son preceptos morales. El uso de estos es legítimo cuando el hombre no le asigna más de lo que ellos contienen. La ley fue dada para que el pecado sea conocido, ya que si la Ley no dijera "no debes codiciar", yo no habría conocido lo que es codiciar (Romanos 7, 7), como el mandamiento lo enseña. No hay, por lo tanto, esperanza de justificación en ellos, sino en la fe sola.". (23)

Casi trescientos (300) años más tarde dirá el Concilio de Trento: "Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea excomulgado." (24) ¿¿¿Anatemizado Tomás de Aquino??? No!, espere.

Más adelante el Concilio dirá: "Si alguno dijere, que la fe justificante no es otra cosa que la confianza en la divina misericordia, que perdona los pecados por Jesucristo; o que sola aquella confianza es la que nos justifica; sea excomulgado.." (25) Canon que claramente deja ver que cierta y efectivamente reconoce el Concilio que hay una fe que justifica; y explicita Trento que su problema es con una "fe" que consiste solamente en confiar que Dios perdona los pecados. Con esto no se dice que la Fe está privada de esa confianza en Dios, sino que esa confianza no es lo único que hay en la Fe que justifica, pero a eso volveré más adelante.

El concilio entiende que la fe es el "principio de la salvación del hombre, fundamento y raíz de toda justificación." (26) Esta definición debió haber agradado a Calvino y haberle arrancado un sendo "Amén", sin que añadiera nada, tal y como se lo dio a los tres primeros cánones con los cuales se identificaba plenamente. (27) Pero Calvino aquí nuevamente nos malinterpreta y entiende que cuando el Concilio dice "comienzo" está queriendo dejarle espacio a la doctrina de que el hombre debe completar o perfeccionar su justificación a través de las obras y no de la fe: "¿Quien no ve que aquí (en Romanos 1, 16) están tanto el principio como el final incluídos? La Fe, por lo tanto no sólo le (a Abraham) abre el camino hacia la justicia, en orden a que su justificación sea completada en algún otro lugar." (28) Una mala lectura de lo que dice el concilio no le dejó ver lo que estaba delante de sus ojos, que la fe es "raíz y fundamento de toda justificación" y cuando Trento dice toda se refiere a toda la vida de la justificación hasta que el justo pase al cielo, donde no hará falta más Fe. Esto lo aclaró incluso el legado papal Cardenal Marcello Cervini quien estuvo en el Concilio diciendo que estas palabras fueron "presentadas de acuerdo al consenso de La Iglesia; ya que en la preparación como en el instante de la justificación, en su ejercicio y en su aumento, la fe es el fundamento y la raíz de la justificación." (29) Hay toda una nube de testigos católicos que reconocen este valor perenne en la Fe que siempre le aporta al alma del justo el estado de justificación.

El asunto es un poco más profundo que esto. Como Calvino sabe que decimos que somos justificados no por imputación de un estatus legal-jurídico sino porque en realidad somos convertidos en justos por la acción del Espíritu Santo, él considera que así llegamos "a la peor de las peores distinciones entre una Fe informal y una Fe formal. Los venerables Padres, de hecho, están avergonzados de usar estos mismo términos, pero mientras ellos balbucean que el hombre no se une a Cristo por la fe sola, a menos que se le añada la esperanza y la caridad, ellos ciertamente están soñando con esa fe privada de caridad, la que es comúnmente llamada por los sofistas: informal". (30)

Aquí está el problema enmarcado y alumbrado perfectamente: Calvino cree que solo la fe justifica y el concilio de Trento cree que la fe es la que justifica, pero que ella al justificar no está sola. Calvino va más allá, Calvino entiende que la fe nunca está sola, que ella está acompañada de la caridad y la esperanza, y que una fe que esté privada de la caridad es una fe que no se pueda dar, una cosa que no existe, un invento de los sofismas de los "monjes" católicos. En algo tiene razón Calvino y es en saber que el Concilio no se atrevió a usar esas categorías de "formal", "informal" e "informada" y se limitó, sin explicar su relación, a decir que tanto la fe como la esperanza y la caridad están presentes al momento de la justificación. Pero Calvino no niega eso ¿donde está el problema entonces?

Continuará...

_________________________________________________
Notas.

*De todos los títulos en Inglés las traducciones son mías.

23. Thomas Aquinas, Expositio in Ep. I ad Timotheum cap. 1, lect. 3.
24. Concilio de Trento, Sesión VI, Cánones sobre la Justificación, Canon IX.
25. ibid, Canon XII.
26. ibid, Sesión VI, Capítulo VIII.
27. John Calvin, Antidote to the Sixth Session of The Council of Trent on the Doctrine of Justification.
CAN. I. Si alguno dijere, que el hombre se puede justificar para con Dios por sus propias obras, hechas o con solas las fuerzas de la naturaleza, o por la doctrina de la ley, sin la divina gracia adquirida por Jesucristo; sea excomulgado.
CAN. II. Si alguno dijere, que la divina gracia, adquirida por Jesucristo, se confiere únicamente para que el hombre pueda con mayor facilidad vivir en justicia, y merecer la vida eterna; como si por su libre albedrío, y sin la gracia pudiese adquirir uno y otro, aunque con trabajo y dificultad; sea excomulgado.
CAN. III. Si alguno dijere, que el hombre, sin que se le anticipe la inspiración del Espíritu Santo, y sin su auxilio, puede creer, esperar, amar, o arrepentirse según conviene, para que se le confiera la gracia de la justificación; sea excomulgado.

28. ibid.
29. Hans Küng, Justification: The Doctrine of Karl Barth and a Catholic Reflection.
30. op.cit.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

La Fe que Justifica. (Parte 2)

El problema está en que el Catolicismo de entonces entiende la fe como el regalo por el que el hombre meramente asiente a las verdades reveladas, algo netamente intelectual colocado en la razón, y por tanto hacía falta que la fe fuera "informada", es decir, influenciada, modificada por otro regalo divino como es la caridad para que ella pueda incluir también los afectos y así, junto a la razón, a todo el hombre completo en su aceptación de la gracia y su entrega personal a Dios. Es por esto que el canon 28 (31) condena la opinión de que con un pecado mortal la fe se pierde. El Catolicismo cree que la fe se mantiene, pero que la caridad se pierde y si no hay quien "informe" con amor a la Fe, entonces la Fe, sola, no puede salvar. Calvino reconocerá en su comentario a este canon que ciertamente la fe que queda después de un pecado mortal queda tan debilitada que no puede ser llamada fe viva, y es tan ineficaz para ser percibida. (32) Calvino nunca especifica si esta fe debilitada, sofocada, es capaz de mantener en estado de justicia al hombre, pero deja claro que el pecado del hombre va en detrimento de esa fe.

El católico que pensaba que la condenación de la sola-fe era porque Trento quería incluir obras en la justificación que la merezcan o causen anda por los derroteros del pelagianismo y para nada sigue los pasos del Concilio. Del mismo modo el protestante que entiende que la Sola-Fe le exonera de la mortificación de su carne, de las buenas obras y de una vida de virtud, no sólo ha corrompido el Evangelio sino que ha traicionado la intención de la Reforma y se ha cruzado a la secta de los antinominianos. Del otro lado, las acusaciones de que Trento pretender sumar Fe + Obras para alcanzar justificación no tienen fundamento, al igual que tampoco lo tiene la acusación de que el protestantismo pretendía presentar el Sola-Fe para permitirse una vida licenciosa.

La opinión de un Calvinista sumamente conocido como Charles Spurgeon, para quien la palabra Calvinismo era sólo un apodo que tenía El Evangelio, es que la fe "es creer que Cristo es lo que Él dijo ser, y que Él hará lo que ha prometido hacer, y esperar eso de Él. Me dejo en las manos de Él que está designado para salvarme. Descanso en la promesa de que Él hará lo que dijo." (33) Una fe que cree (fe), espera (esperanza) y confía (ama) ¿qué puede tener en contra el Catolicismo de tal fe? Pues Nada!. El énfasis que ha puesto Trento en reconocer a la Gracia como causa formal de la Justificación y no a la Fe, no es ni extraña al Protestantismo, ni es razón para descuidar la importancia a la Fe. De hecho algunos teólogos católicos entienden que la fe es también causa formal de la justificación, y esta opinión es ortodoxa.

El mismo Spurgeon reconocerá que "la gracia es la primera y la última causa de la salvación; y la fe, tan esencial como lo es, es solo una importante pieza de la maquinaria que la gracia emplea. Es más, otra vez le recuerdo que la fe es sólo el canal, el acueducto, y no la fuente, y no debemos enfocarnos mucho en ella hasta exaltarla por encima de la fuente divina de toda bendición que reposa en la gracia de Dios." (34) Este es el pensamiento genuino de Calvino que en una de sus disputas con Osiander reconoce que la fe no es lo que produce la justificación sino sólo el vehículo a través del cual la recibimos de Dios.(35)

El Sola-Fe reformado es una manera de excluir cualquier acción del hombre que se diga meritoria de la justificación, en ese sentido el Catolicismo la abraza, la acepta y le hace eco perfectamente. Cuando el Sola-Fe reformado significa que la fe es la sola causa de la justificación y que ella es la causa eficiente de la justificación, no encontrará eco en Trento, pero sí en toda la tradición católica pre y post-Tridentina como doctrina aceptable. Cuando el Sola-Fe protestane significa que la Fe, aunque nunca está sola, es ella sola la causa de la justificación sólo encontrará la oposición de Trento de que ella puede estar realmente sin la caridad, es decir, que puede estar sola y por tanto ser ineficaz. Es aquí donde las corrientes chocan sin aparante reconciliación, pero estos son tecnicismos difíciles de verificar, ni en la Revelación ni en la tradición. Y con la vuelta a la tradición patrística el Catolicismo cada vez más descubre que la Fe protestante le hace mucha justicia a la Fe bíblica estando esta Fe protestante en consonancia con la bíblica, y se cuestiona el seguir viendo la fe como un mero conocer intelectual, aunque este conocer sea sobrenatural.

Termino con dos citas de dos testigos católicos que pueden cerrar esto favorablemente:

"Cristo mora en nosotros 'por la fe'. Consecuentemente, por la fe el poder de Cristo se une a nosotros. Ahora el poder de expulsar el pecado le pertenece en una manera especial a Su Pasión. Y por lo tanto los hombres son liberados del pecado especialmente por la fe en Su Pasión, de acuerdo a Romanos 3, 25: 'a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe'. De ahí que el poder de los sacramentos que están ordenados a la remisión de los pecados se deriva principalmente por la fe en la Pasión de Cristo." (36)

"Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo (1 Corintios 15, 22). Yo logro lo uno y lo otro del mismo modo: el uno por la carne y el otro por la fe. Y si del uno fui infectado con concupiscencia desde mi nacimiento, por Cristo me fue infusa en el interior la gracia espiritual.
y atribuyéndole toda nuestra salvación a la devoción, y nada a la regeneración, es obbvio que vaciará de significado la dispensación de tan grande misterio; ya que coloca la gloria de nuestra redención y la gran obra de la salvación, no en la virtud de la Cruz, no en la sangre que fue pagada como su precio, sino en nuestros logros en una vida de santidad. Pero ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!, en la que están nuestra salvación, vida y resurrección.
" (37)

Después me ocuparé de como se pierde el estado de Justificación.

Continuará...

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Notas.

*De todos los títulos en Inglés las traducciones son mías.

31. op.cit.
CAN. XXVIII. Si alguno dijere, que perdida la gracia por el pecado, se pierde siempre, y al mismo tiempo la fe; o que la fe que permanece no es verdadera fe, bien que no sea fe viva; o que el que tiene fe sin caridad no es cristiano; sea excomulgado.
32. ibid.
33. Charles Spurgeon, All of Grace.
34. ibid.
35. John Calvin, On Justification by Faith.
36. Thomas Aquinas, Summa Theologica 3, q. 62, a.5 ad 2.
37. Bernard of Clairvaux, Against Certain Heads of Abaelard's Heresies.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Gabaon:

Termino con dos citas de dos testigos católicos que pueden cerrar esto favorablemente:

"Cristo mora en nosotros 'por la fe'. Consecuentemente, por la fe el poder de Cristo se une a nosotros. Ahora el poder de expulsar el pecado le pertenece en una manera especial a Su Pasión. Y por lo tanto los hombres son liberados del pecado especialmente por la fe en Su Pasión, de acuerdo a Romanos 3, 25: 'a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe'. De ahí que el poder de los sacramentos que están ordenados a la remisión de los pecados se deriva principalmente por la fe en la Pasión de Cristo." (36)

Puede ser verdad que el planteamiento tuyo esté pegado a la Biblia, que no exista mayor diferencia entre el concepto católico y protestante o que quizás la misma sea más de forma que de fondo. Te confieso que no soy especialista ni muy versado en temas teológicos. Pero encuentro algo que no comparto y es lo que tu llamas "el poder de los sacramentos que están ordenados a la remisión de los pecados se deriva principalmente por la fe en la Pasión de Cristo". Esto definitivamente es un añadido y no tiene sustento bíblico a la justificación por la fe. El perdón del pecado no requiere de sacramentos y por ende de oficiantes o intermediarios (sacerdotes). El poder para el perdón no radica en ningún sacramento sino en la sangre de Jesucristo.

Si te ofendiera en este foro y luego reflexionara, te pediría perdón. Si tu aceptas mi pedido me bastaría que por este mismo medio me dijeras que me perdonas; no necesitaría de nada más. Mi pedido es directo y espero la respuesta en forma igual, sin intermediarios o sin el "poder de algún sacramento"; me bastaría tu palabra. Lo mismo tengo que hacer con Dios, confesarle el pecado contra ti y contra El. La respuesta es simple y directa, la encuentro en la Biblia: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.1 Jn 1:9; y esta es Palabra de Dios y créeme que me siento justificado y agradecido. No veo aquí la necesidad de ningún sacramento. Esto creo hace la diferencia entre justificación bíblica y cualquier otra, sea de la denominación que sea.

Justificados por la fe (certeza, no por vista ni ritos), el sacramento está demás. Veo que se te hace difícil el despojarte de lo segundo y quedarte sólo con lo primero. Parece que tienes miedo a los hermanos católicos, que te tachen de apóstata pero es el precio a pagar por aceptar la verdad SOLA.

Hace 20 años, cuando acepté a Cristo como mi salvador mi esposa, en acuerdo con mis padres y hermanas me emplazaron a que consultara con un siquiatra de lo contrario se divorciaba de mi. Tuve que pagar una consulta muy cara para que el siquiatra escuchara el evangelio; me declaró que no estaba loco. Hoy mi esposa es creyente (16 años más tarde). Da tu el paso y verás que muchos hermanos te seguirán más tarde, vale la pena.

Saludos.
Miguel
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

EL concilio de Trento a la luz del concilio de Trento:

Canon 9
Si alguno dijere que el impío se justifica por la sola fe, de modo que entienda no requerirse nada más con que coopere a conseguir la gracia de la justificación y que por parte alguna es necesario que se prepare y disponga por el movimiento de su voluntad, sea anatema

Canon 24
Si alguno dijere que la justicia recibida no se conserva y también que no se aumenta delante de Dios por medio de las buenas obras, sino que las obras mismas son solamente fruto y señales de la justificación alcanzada, no causa también de aumentarla, sea anatema

Canon 32
Si alguno dijere que las buenas obras del hombre justificado de tal manera son dones de Dios, que no son también buenos merecimientos del mismo justificado, o que éste, por las buenas obras que se hacen en Dios y el mérito de Jesucristo, de quien es miembro vivo, no merece verdaderamente el aumento de la gracia, la vida eterna y la consecución de la misma vida eterna, a condición, sin embargo, de que muriere en gracia, y también el aumento de la gloria, sea anatema


Calvino sabía muy bien que Trento era incompatible con la doctrina que él proponía.

Gabaón, ¿nos puede explicar porqué no son semipelagianos los cánones 24 y 32 de Trento?
Y créame que encuentro muy peculiar en un católico una declaración como esta:
"Y con la vuelta a la tradición patrística el Catolicismo cada vez más descubre que la Fe protestante le hace mucha justicia a la Fe bíblica estando esta Fe protestante en consonancia con la bíblica"
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Dios te bendiga Miguel Loayza.

Antes que nada una aclaración. Mi interés no es mostrar coincidencias entre Protestantismo y Catolicismo. Mi interés bien específico es mostrar cómo el Concilio de Trento ha sido leído con los lentes de Calvino y eso significa tanto un daño para el católico que acepta la queja de Calvino y empieza a defender como su postura la que Calvino ataca; y del otro lado, el protestante que sigue la misma cantaleta de Calvino sin darse cuenta que no es verdad que sostenemos la postura de la que él nos acusa. No más.

Pero encuentro algo que no comparto y es lo que tu llamas "el poder de los sacramentos que están ordenados a la remisión de los pecados se deriva principalmente por la fe en la Pasión de Cristo". Esto definitivamente es un añadido y no tiene sustento bíblico a la justificación por la fe. El perdón del pecado no requiere de sacramentos y por ende de oficiantes o intermediarios (sacerdotes). El poder para el perdón no radica en ningún sacramento sino en la sangre de Jesucristo.
Bueno, eso lo dijo el Aquinate, no yo. Y ahí no creo que tengas a toda la tradición Reformada junto a ti, mucho de los tuyos creen en la regeneración bautismal.

Da tu el paso y verás que muchos hermanos te seguirán más tarde, vale la pena.
Gracias Miguel, de verdad mil gracias por tus intenciones, sé que vienen de Dios. Pero en este aspecto ni siquiera yo tuve que dar el paso a mí me pasó lo que narra el profeta: "Me he hecho encontradizo de quienes no preguntaban por mí; me he dejado hallar de quienes no me buscaban. Dije: «Aquí estoy, aquí estoy» a gente que no invocaba mi nombre." (Isaías 65, 2) Dios me salió al encuentro Él a mí, yo no le andaba buscando, y me salvó y me constituyó hijo suyo, aquí, sentado en un banco católico-apostólico-romano. Si algún día he de irme a algún sitio, me lo dirá el mismo que me llamó estando aquí.

Mis saludos.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

De Gabaon

Santo Tomás de Aquino se oponía a la concepción de que cuando Pablo habla en La Biblia de "obras de la Ley" se refiere sólo a los preceptos ceremoniales, y decía el de Aquino que esas obras incluyen las normas morales también ya que "el Apóstol parece estar hablando de moralidad, porque él añade que la Ley fue dada por causa de los pecados y estos son preceptos morales. El uso de estos es legítimo cuando el hombre no le asigna más de lo que ellos contienen. La ley fue dada para que el pecado sea conocido, ya que si la Ley no dijera "no debes codiciar", yo no habría conocido lo que es codiciar (Romanos 7, 7), como el mandamiento lo enseña. No hay, por lo tanto, esperanza de justificación en ellos, sino en la fe sola.". (23)

Has hecho evidente que la teología puede servir tanto para clarificar como para enrarecer la verdad revelada.
Cabe preguntarse el porque Tomás de Aquino mezcla causa y efecto de tal manera que confunde los términos.
Lo que hizo necesario el obrar de la ley fue el aspecto moral de la ley. Sin la transgresión de lo que Tomas llama preceptos morales (causa) no habría ninguna necesidad de las Obras de la Ley que eran los sacrificios y por tanto (efecto) que finalizó con el nuevo pacto.
Desde mucho tiempo atras me llamó la atención el uso que hace el autor de la Carta a los Hebreos del vocablo diatheke. En griego significa simplemente testamento puesto que el sentido de pacto en el Nuevo Testamento es cristiano. Mediante las "obras de la Ley" se renovaba el Pacto. Pero si a Diatheke le damos el sentido griego de Testamento nos encontramos que un testamento no entra en vigor hasta la muerte del testador. Pero, en cambio, un pacto viene a ser una componenda entre dos partes y el hombre no puede negociar con Dios. De aquí que el testamento es la voluntad única del testador y sus beneficiarios solo tienen dos opciones: Aceptarlo o rechazarlo.
Y he aquí el quid del asunto: ¿Aceptar que? En un Testamento se detallan los bienes o propiedades del testador y las condiciones con que serán transmitidos a los beneficiarios. Pero no es necesaria la fe en el testador toda vez que los bienes son palpables, pero no es así en el Testador que es Cristo.
La muerte se ha realizado y sus discípulos me informan que yo soy el beneficiario de su muerte. ¿Y por que tendría que creerlo? No es tangible. No se me aportan pruebas de este bien. Pablo afirma que él resucitó para nuestra justificación y que todos los Apostoles fueron testigos de la misma. Ellos puede que sí, pero yo no lo fuí. Luego ¿por qué tendría que creerles?
Pablo me da lo que para él fué una solución diciendome que el Evangelio es poder de Dios para salvación. Pero de nuevo surge el problema en mi, y es mediante la pregunta: ¿Y como funciona en mi este poder de Dios?
La tesis de Tomas y la del Concilio de Trento pretenden que la gracia de Dios hará que esto sea para mi creible. Es decir que dicha gracia me dará la fuerza suficiente para que, de mi mismo, se genere la suficiente capacidad de creencia (fe) para que se me haga creible. Pero no es eso lo que dice Pablo. Lo que el dice es que la fe es un don de Dios. Y no obstante perdura una cuestión, la de mi libre albedrío y este me lleva a la pregunta. ¿Acaso Dios me obliga mediante esta fe que me regala (gracia) a que lo acepte y obre en consecuencia? ¿No fué este el error de Calvino con su concepto de predestinación? (la polémica de calvinistas y arminianos)
Y aquí es donde entra en "juego" la parte moral de la Ley de Dios. Si soy sincero conmigo mismo he reconocer que la Ley es buena y justa.
Que yo he transgredido dicha Ley y eso no lo puedo negar. Luego he de reconocer que soy pecador y que la paga del pecado es la muerte. Pablo me lo confirma cuando me dice: La Ley es el ayo que te lleva a Cristo. (Gál 3:24)
La gracia (don gratuito y solo eso) es precisamente la fe. Un don de Dios, pero que es en lo que cree dicha fe? ¿En mi mismo y posibilidades mediante dicha gracia? Pues no. En ninguna manera. Solo en la obra de Cristo y dicha obra fue su muerte en la cruz ocupando mi lugar en aquella cruz.
Yo soy y siempre seré Barrabas (Bar Abbas o hijo del padre) el cual se salva porque Cristo murió en la cruz que la ley había construido para mi.

P.D. No olvides que sacramento significa "acción de gracias" nunca sacrificio.
Bendiciones Gabaón.
 
Re: El Concilio de Trento a la Luz de Calvino

Dios te bendiga Reinosa.

Las obras las trataré después de la pérdida del estado de justificación.

Respecto a mi opinión sobre la Fe protestante no debería ser mucha sorpresa. Pablo ciertamente habla de que somos justificados solamente por la Fe. Nunca lo dice explícitamente, pero es lo que claramente quiere dejar dicho. E insisto en esto, Lutero no fue quien se inventó lo del "sola" que aparece en Romanos 3, 28; ya habían varias versiones con ese "sola" incluído antes de Lutero.

El Sola Fides paulino se refiere a una Fe que obra por la caridad, que está llena de esperanza, que es Pistis en todo el sentido de la palabra, es decir, es tanto fidelidad como fe. Y para la justificación no hace falta más que esta Fe llena de caridad y esperanza para recibir el estado de justificación.

Si alguien (protestante) pretende hacer decir a Pablo que esa Fe no está acompañada de Amor por Dios, temor de Dios y detestación por el pecado, pues habla otro idioma que el de Pablo.

Del mismo modo quien (católico) quiere privar a la Fe de la confianza, de la plena sumisión a Dios, y de un germen de amor por Dios, pues tampoco habla el idioma de Pablo.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.