-Una cosa que deberíamos entender bien de una vez por todas, es que los mandamientos del Señor tenemos que acatarlos tal cual Él lo mandó, y no distorsionarlos al adaptarlos a las dificultades.Ambos son importantes, pero respecto a la cantidad de agua, considero que la norma general es la inmersión completa, pero puede haber excepiones en caso de necesidad, por ejemplo una persona enferma postrada en cama o un cristiano que vive en el desierto y no puede bautizarse por inmersion completa.
-Si una persona no puede ser bautizada por razones de fuerza mayor (carencia del agua o impedimento físico), debe quedarse sin bautizar hasta poder hacerlo como Dios manda. De no ser posible y morir sin lograr bautizarse, su salvación no depende del agua sino del mismo Señor Jesucristo en quien creyó como su Señor y Salvador. El ladrón arrepentido que murió junto a Jesús, se reencontró esa misma tarde con Él en el Paraíso ¡sin haberse bautizado!

