Bendiciones mi amado hermano Eduardo!. Primero que nada, tenemos que definir lo que entendemos como ministerio, o si tomamos los ministerios propiamente dichos en la palabra: Profeta, Maestro, Evangelista, Pastor, y Apostol. Hago este comentario, porque últimamente se le llama "Ministerio" a casi toda actividad que se realice dentro de la Iglesia.
Hemos llegado a llamar ministerio hasta a la limpieza quese hace en el templo. O por ejemplo: "Mi ministerio es el mimo", "El mio es la música", "La danza, eses es mi ministerio", y así, hemos hecho de cada actividad, un ministerio. No digo que esté mal, pero no dejo de preguntarme, si no será esta desvirtuación de lo que es un ministerio, lo que nos ha dejado en la mayoría de congregaciones, sin: Evangelistas, Profetas, Maestros, Pastores y hasta sin Apóstoles, presisamente, por lo simple que es que me llamen "Ministro" con solo ejercer alguno de los dones que se me dió, y que de todas formas le pertenecen y son del cuerpo de Cristo que es la Iglesia.
Creo fielmente que el mayor ministerio es el de "Maestro", porque para mi, no basta con dar a conocer el mensaje (Evangelista) Con ver que los creyentes estén atendidos (Pastor) Con darles palabras de aliento y fe (Profetas) o Establecer Iglesias en todos los paises posibles (Apostol) Si no les enseñamos a los creyentes, a amar la palabra, escudriñarla, consultarla, aprenderla, repetirla, respetarla, y entenderla, y esto es la labor del Maestro, que tiene como ministerio, uno de los detalles más delicados del reino de Dios. El celo por la palabra, porque si tine que enfrentarse a cualquiera de los otros ministerios, para dar a conocer un herror doctrinal, o de interpretación, lo tendrá que hacer, aunque le echen puerta afuera de donde tuviera que hacerlo.
Greivin.