Acuérdate cuando Jesús cogió un dracma, y dijo de quién estaban a su alrededor, de quién es esta imagen, dijeron de Cesar, entonces Jesús les respondió: Dar al Cesar las cosas del Cesar, pero a Dios las cosas de Dios.
Considera un ejemplo. Quizás haya una ley que prohíba tirar papeles o basura de otra clase en la calle. ¿Debes obedecer esa ley? Sí, Dios quiere que la obedezcas.
¿Debemos obedecer también a los policías? El gobierno les paga a los policías para que protejan a la gente. Obedecerles es como obedecer al gobierno.
Por eso, si estás por cruzar una calle y un policía te dice: “¡Espera!” ¿qué debes hacer? ¿Qué hay si otros cruzan de todos modos? ¿Deberías cruzar tú? Aun si fueras el único que esperara, eso debes hacer. Dios nos dice que obedezcamos.
Recuerda también que Dios tiene el primer lugar en nuestra vida. Obedecemos al gobierno porque Dios quiere eso. Pero, ¿qué pasaría si el gobierno nos dijera que hiciéramos lo que Dios dice que no debemos hacer? Si alguien nos dice: “No tienen que obedecer a Dios,” ¿quiere Dios que escuchemos eso?
Eso fue lo que les pasó a los apóstoles de Jesús. Pues bien, ¿qué iban a hacer los apóstoles? ¿Qué hubieras hecho tú? Ellos respondieron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” Hechos 5:29.