Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

igorcb

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28 Diciembre 2000
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Hugonotes
Calvinistas franceses. Este apodo dado a los calvinistas franceses (® CALVINISMO) tiene un origen incierto y pudiera ser una mala traducción de la palabra alemana que significa «confederados». Ya en la década de 1540, el protestantismo se había extendido por Francia y había adoptado una teología calvinista. Varios miembros de la nobleza y el prestigioso almirante Gaspar d’Coligny se unieron a la Iglesia Reformada de Francia.
La Matanza de San Bartolomé (París, 1572) diezmó las huestes de hugonotes, pero en 1598 uno de ellos, convertido al catolicismo para ocupar la corona (Enrique IV), proclamó el Edicto de Nantes en que se garantizaba no solo la tolerancia religiosa, sino la igualdad civil y la posesión de plazas fuertes para asegurar sus intereses.
Luis XIV revocó ese edicto en 1685, con lo que provocó un enorme éxodo, persecución religiosa y confiscación de propiedades a los que permanecieron en el país, así como conversiones forzosas al catolicismo. Entre los que permanecieron, los llamados «camisardos» se rebelaron en los Cévennes y permanecieron activos hasta 1706. Luis XVI les otorgó cierta tolerancia, pero no fue sino hasta principios de la Revolución Francesa (cuando regresaron muchos emigrados) que se reorganizó la Iglesia Reformada. Los descendientes de los hugonotes disfrutan actualmente de igualdad política en Francia y sus familiares viven en numerosos países, donde por lo general disfrutan de gran prosperidad. Pocas minorías religiosas alcanzaron tan alto nivel intelectual, económico y político como los hugonotes.
Ramos, Marcos Antonio, Nuevo Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas, (Nashville, TN / Miami, FL: Editorial Caribe Inc., Thomas Nelson, Inc.) 2000, c1998.
 
Re: Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

Tomo esto de algo que escribió Toni hace un tiempo:

A continuación voy hacer una breve exposición de lo que fue este movimiento protestante, fue de los grupos protestantes pioneros en Europa y eran descendientes directos de La Reforma.
El contenido de este estudio puede herir la sensibilidad del lector, pero creí oportuno ponerlo, porque de esta forma podemos hacernos una idea de las persecuciones que sufrieron antecesores nuestros hermanos en la fe.


LOS HUGONOTES, fue el sobrenombre dado antiguamente por los católicos a los protestantes calvinistas.

El símbolo por el cual se reconocían era la cruz de los hugonotes, que fue creada en 1688 por un joyero protestante de Nimes.
Esta cruz consta de las siguientes partes:

· La paloma que simboliza el Espíritu Santo.

· La Cruz que es una derivación de la cruz de Malta por oposición a la cruz latina que recuerda al crucifijo romano.

· Las flores de Lys que enlazan los brazos de la cruz, forman una corona evocando el Reino de Dios, simbolizando en conjunto la trinidad.

Los hugonotes fueron la iglesia evangélica en Francia adictos a la reforma, quienes desde el siglo XVI al siglo XVIII, soportaron atroces persecuciones y martirios por su fe.

El admirante GASPAR DE COLIGNY : (1519-1572)

Se convirtió a la reforma y fue uno de los jefes del partido protestante.

Fue uno de los que contribuyeron a la firma de la paz de Saint Germain (1570) entre católicos y protestantes. Fue asesinado en la noche de Sant Bartolomé (24 de agosto de 1572) en la matanza general de protestantes ejecutada por orden de Carlos IX en Paris. COLIGNY y mas de tres mil hugonotes fueron asesinados esa noche (v. Larousse).

Las llamadas guerras de religión, fue un conflicto entre católicos y calvinistas, que dividió a los franceses de 1562 a 1598. la difusión del calvinismo se vio favorecida en Francia, que se extendió rápidamente por todo el país durante el reinado Enrique II. Se implanto en varias provincias (Normandia, Bretaña, Languedoc, ..) y destacaron ciudades especialmente Metz, Orleáns, Nimes, etc, se desencadeno una brutal represión de los católicos hacia los protestantes. La historia distingue unas ocho guerras de religión en este periodo, pero de echo se trata de la misma lucha entre cortada por treguas. Aunque los evangélicos resultaban derrotados porque no querían luchar por su fe, agotaron a los católicos y acabaron concediéndoles poco a poco algunas concesiones después de años de persecución, cultos no autorizados , muertes y castigos sin fin. Se habían multiplicado las matanzas y aunque se proponían edicto des paz , siempre eran rechazados y se reanudaban las luchas.

Pero todos esos abusos, sufrimientos y muertes fueron una bendición , ya que los supervivientes fueron mas fieles al evangelio. He aquí algunos ejemplos:

El cardador de lana JUAN LECLERC, fue llevado por tres días por las calles con las espaldas desnudas, siendo agotado. Sus carnes desgarradas sangraban a borbotones. Fue marcado en la frente con un hierro candente. Finalmente fue quemado vivo, desgarrado su cuerpo con tenazas candentes.

El zapatero MILON, enfermo fue arrancado de su cama y arrojado a un calabozo, después al cadalso.

Cinco jóvenes por estudiar teología fueron quemados vivos en la plaza del pueblo para escarmiento publico.

A muchos, se les cortaba la lengua, para que no dieran testimonio de su fe.

Habían hogueras por todas partes, pero los hombres afrontaban la muerte con alegría porque iban a reunirse
con su Señor, las mujeres cantaban salmos y las doncellas se enfrentaban a los instrumentos de suplicio con mayor jubilo que si encaminasen al altar.

Muchos morían atados colgados a enormes cadenas o presos en los cepos.

Una joven viuda filipina de LUNS, le chamuscaron los pies y el rostro, le cortaron la lengua, fue estrangulada y después quemada.

Ancianos y jóvenes mostraban firmeza, fortaleza y valor

¿Acaso no eran injusto condenar a los hombres y mujeres que oran por el rey, que en medio de las llamas invocaban el nombre de Jesucristo, mientras que en la corte se toleraba el perjurio, la impureza, el adulterio y la inmoralidad?.

Ninguna crónica indica el numero de los que murieron, pero se cree que en un periodo entre 1530 a 1560, no sucumbieron menos de 50.000 protestantes. La sangre de los mártires fue la semilla de la iglesia. A pesar de las persecuciones el numero de protestantes en 1560 era de 5.000.000.

Sin mas se precipitaban contra los HUGONOTES, golpeándolos, estrangulándolos y con todo tipo de vejaciones....sin perdonar sexo ni edad. En un momento podían matar cien personas y otras tantas heridas graves.

¿ Ambicionamos nosotros sufrir por el nombre de Dios?

¿ Tomamos el evangelio como regla de conducta?

El mentado GASPAR DE COLIGNY jefe y caudillo de los HUGONOTES, fue apuñalado mientras dormía y luego echado por la ventana y cortada sus cabeza y paseado en triunfo por las calles sus cuerpo.

Encerrados sin víveres se alimentaban de sustancias repugnantes, antes de exponerse a renegar de su fe.

A un anciano llamado PASQUET, lo despojaron de sus vestidos, lo envolvieron en pañales, lo metieron en una cuna y le hicieron tragar un caldo TAN CALIENTE, que murió escaldado por dentro.

A los bebes, se les impedía que tomaran el pecho de sus madres durante días enteros, muriendo de inanición si las madres no prometían hacerse católicas.

A un labrador llamado CHARPENTIER, le introdujeron agua en la boca por medio de un embudo para que abjurase de su fe. A cada negativa le echaban mas liquido hasta que murió ahogado.

Una viuda noble fue sumergida hasta el cuello en un pozo de agua helada y después atada medio desnuda a una estufa candente.

Palos, sables, agua, fuego, todo servía. Les golpeaban hasta romperles las costillas; y en las heridas sangrientas de sus espaldas derramaban vinagre.

Un niño de trece años, fue flagelado tan brutamente que el mismo verdugo no pudo contener las lagrimas, viendo la firmeza con que confesaba su fe.

Un anciano HONNEL de 71 años, fue condenado a morir atado a una rueda después de que le rompieran sus brazos y piernas a golpe de maza.

LOS HUGONOTES, eran arrojados de todas partes, fueron excluidos de todo, no podían ejercer su profesión.

Oprimidos y maltratados se ocultaban o emigraban. Se confiscaban sus vienes.

La joven blanca GAMONT, de 16 años fue atada a un poste y azotada durante días hasta que se cansaron.

Se quitaban los hijos pequeños a las madres para encerrarlos en los conventos para recibir instrucción católica.

A los hombres se les sometía a la inmigración sin hijos, ni mujeres a fin de obligarles a renunciar de su fe.

Los predicadores eran arrojados del país, los cantos sofocados, se prendían fuego a los edificios y así un largo etc.

Estas y muchas cosas mas, son las que sufrieron nuestros hermanos de parte la 'iglesia' dominante de siempre, esa que se autoproclama la 'verdadera'.

Shalom!!
 
Re: Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

LA NOCHE DE SAN BARTOLOMÉ

La noche del 24 de agosto de 1572 –el día de san Bartolomé- era tormentosa. Después de un breve pero violento chaparrón atravesaban el cielo las nubes oscuras, dejando ver sólo de tarde en tarde alguna estrella o la luz de la luna. Hacia las tres de la madrugada empezaron a tañer las campanas de alarma. De todas partes salió la gente a la calle. Al parecer, los hombres habían estado esperando la señal, porque estaban totalmente vestidos, provistos de armas y comenzaron inmediatamente a reunirse en grupos.

Llevaban como distintivo lazos blancos en sus agudos sombreros de copa. En determinadas casas se habían pintado con tiza en la pared cruces blancas. En estas entraron violentamente los fanáticos provenientes del Louvre, apoyados activamente por la nobleza católica y sus criados, arrancaron de sus camas a los sorprendidos hugonotes y los degollaron, agarrotaron o mataron a tiros.

Las estrechas plazas y callejas estaban llenas de ruidos de muerte, gritos de auxilio y el estallido de los disparos. La hecatombe se extendió rápidamente. En un balcón del palacio del Louvre se veía a Carlos IX rodeado de sus amigos de Guisa disparando mosquete tras mosquete sobre los hugonotes que huían a la sombra del palacio real, como si todo fuera una cacería al ojeo. Enrique de Guisa, el duque de Aumale y el bastardo de Angulema habían ido con espadachines a la residencia del almirante Coligny, jefe de los hugonotes. Asesinaron a toda prisa a los parientes del anciano hombre de estado, lo sacaron a él de su lecho, herido dos días antes en un atentado, lo apuñalaron y lo arrojaron por la ventana. Igualmente murieron numerosos miembros de la alta nobleza protestante.

Toda esa hecatombe había sido puesta en escena por la reina Catalina. A la boda de Enrique de Navarra y Borbón con su hija Margarita de Valois habían venido a París muchos de los más notables hugonotes; ahora podía deshacerse de casi todos de un solo golpe. El único jefe hugonote que consiguió salvar la vida fue el recién casado Enrique (el después rey Enrique IV). Huyó al Louvre a la cama de su recién casada esposa (sería, por cierto, la única vez que fue a ella), donde estaba seguro ante los asesinos que merodeaban por el palacio.

Según estimaciones prudentes se masacraron en París, aquella noche, unos 3.000 hugonotes, y como la orgía de muerte pasó en las semanas siguientes a las provincias, unos 20.000 en todo el país.

Con esta masacre creían la real casa de Valois y la liga católica acaudillada por los loreneses duques de Guisa haber resuelto definitivamente la cuestión de los hugonotes. La reforma que se extendía por todo Occidente había llegado también, en su forma calvinista, a Francia. Como llegaba de las regiones suizas, se llamaba a los herejes “eidgenossen” (conjurados, como se llaman a sí mismos los suizos) o “hugonotes”. Los católicos se agruparon alrededor de jefes poderosos como Francisco o Enrique de Lorena-Guisa. La reina madre Catalina de Médicis los apoyaba plenamente. Cuando Francisco de Guisa asaltó el 1 de marzo de 1562 a los hugonotes reunidos para un servicio religioso en un granero de Vassy y los quemó conjuntamente con el granero estalló la primera de las ocho guerras hugonotes. Comenzó una época de terrores y crímenes formidables. Como que la unidad de Francia amenazaba romperse a causa de la cuestión religiosa se había organizado el matrimonio de Margarita y Enrique de Navarra. Debía ser un símbolo para la reconciliación, pero se convirtió, merced a la conjura, en el verdadero principio de los grandes asesinatos en masa.

La noche de San Bartolomé (o «bodas de sangre parisinas») provocaron las 4ª-8ª guerras hugonotes; porque todavía había numerosos nobles hugonotes en el país, en las ciudades y en las plazas fuertes, que ahora se alzaron con sed de venganza. Las campañas arrasaron amplias regiones de Francia. En 1574, cuando subió al trono Enrique III de Valois, dejando los asuntos de gobierno en manos de su madre Catalina de Médicis, en el otro bando se puso al frente de los hugonotes Enrique de Navarra-Borbón. Por temor de que la liga católica bajo el duque Enrique de Guisa pudiera arrancar el poder a la casa de Valois, enferma de sífilis y en vías de extinción, Enrique III hizo asesinar, en 1588 en el castillo de Blois, al de Guisa, aunque tuviera que huir después ante el Borbón victorioso y fuera apuñalado también, en 1589, por un monje fanático. Según la ley de sucesión sálica, el heredero de la corona francesa era entonces el hugonote Enrique IV. Este se mostraba lo suficientemente inteligente para comprender que un rey hugonote era inconcebible en la católica Francia. De modo que en el asedio de París pronunció la famosa frase de que "París bien valía una misa», se pasó al catolicismo y consiguió la paz, la corona y el poder. En favor de los hugonotes promulgó, sin embargo, en 1589 el famoso edicto de Nantes, que les concedía lugares de residencia fijos y libertad religiosa. Con ello, Francia volvió a recobrar un estado normal.

El país había superado la reforma cuando en el vecino imperio germánico todavía se enfrentaban, con enemistades a muerte, los partidos protestante y católico.

La tolerancia se mantuvo hasta los días de Luis XIV, quien por influencia de los jesuitas revocó en 1685 el edicto de Nantes e impulsó a los hugonotes a la emigración a Holanda, Suiza, Inglaterra y Brandenburgo. Allí se convirtieron en un componente valioso de sus nuevas patrias.

Extraído de: http://www.editorialbitacora.com/armagedon/hugonotes/hugonotes.htm
 
Re: Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

Ahí va otra versión de la Historia.

http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/574/2440/articulo.php?id=3628

<TABLE cellSpacing=0 cellPadding=0 width="100%" border=0><TBODY><TR><TD class=destacado>Autor: cristiandad.org
La Noche de San Bartolomé</TD></TR><TR><TD class=corto>Este hecho tuvo un carácter exclusivamente político y por lo mismo del todo ajeno a la Religión</TD></TR><TR><TD> </TD></TR><TR><TD class=destacado><TABLE cellSpacing=0 cellPadding=3 width="100%" border=0><TBODY><TR><TD class=b_art>Varias guerras de religión habían sembrado de cadáveres el suelo de toda la nación francesa: sin embargo, una reconciliación, más aparente que real, ofrecía a los combatientes una tregua, que el almirante calvinista Coligny y otros cabecillas llamados a la corte aprovechaban para asegurarse el favor del rey Carlos IX, despertando al mismo tiempo en él aversión hacia la reina madre Catalina de Médicis. Desde 1571 la influencia de Coligny en los consejos de la corona era manifiesta; y para asegurar la paz interior se convino el matrimonio del calvinista Enrique de Navarra con Margarita de Valois, hermana del rey. Las bodas, que se celebraron el 18 de agosto de 1572, atrajeron a París gran número de hugonotes (fuertemente armados), cuyo jefe, Coligny, estaba ya a punto de ver cumplidos sus deseos de alejar por completo a Catalina de los negocios de Estado.

De los labios de Coligny se escaparon imprudentes amenazas y Catalina, que no era escrupulosa en la elección de los medios, trató de apelar al puñal para deshacerse del almirante. El crimen debió cometerse el 12 de agosto, pero fracasó; y temerosa Catalina de las represalias de los hugonotes, instigó al pueblo francés a que para vengar los ultrajes recibidos tantas veces de los calvinistas, pasasen a degüello en una noche a todos los hugonotes reunidos en París. Esta matanza general se llevó a cabo en la noche del 23 al 24 de agosto, fiesta de San Bartolomé, de donde tomó el nombre. Semejantes asesinatos tuvieron lugar desde el 25 de agosto hasta el 30 de octubre en otras ciudades del reino, ya sea por instigación de Catalina, o bien por seguir el ejemplo de París. Estos son los hechos, tal cual se desprenden de documentos irrefutables.


Número de víctimas

En cuanto al número de víctimas, es poco menos que imposible el precisarlo. Sin embargo, la cifra más exacta parece ser la del calvinista La Popelinière, quien la hace ascender a 2.000 y algo más para toda Francia, y a 1.000 solamente para París. Por lo demás, los protestantes han fantaseado a su gusto sobre el número de sus correligionarios muertos en esa época. Unos señalan 10.000, otros 15.000, otros 30.000, otros 40.000, otros 70.000 y no falta quien haga llegar esta cifra a 100.000. El Martirologio de los Calvinistas, impreso por la secta en 1582, habla de 15.168 víctimas, pero no nombra sino a 768, y, sin embargo, el autor tenía sumo interés en aumentar este número.


La religión es ajena a este asesinato

Sea, pues, cual fuere la cifra, más o menos exacta de las miserables víctimas de tan execrable asesinato, es lo cierto que la Religión está completamente exenta de responsabilidad en este hecho. El rey justificó el degüello de los hugonotes diciendo el día inmediato al Parlamento, que ese hecho de sangre obedecía al designio de ahogar una conjuración tramada contra la vida del rey y de su familia, que sólo pudo evitarse con la matanza de los conjurados. Esto es lo que se hizo saber a los gobiernos extranjeros y en la misma corte de Inglaterra, aliada con la de Francia, se prestó entero crédito a estos rumores. Como los mismos informes fueron suministrados a la corte de Roma por el embajador francés, Gregorio XIII ordenó la celebración en Roma de una fiesta de acción de gracias, por haber salido ilesa la real familia y por la conservación de la religión católica en Francia, pero mostróse profundamente disgustada no sólo por la sangre derramada, sino también por no haberse empleado los procedimientos jurídicos usuales con los rebeldes.

En los Consejos del Rey, intervinieron, según el duque de Anjou (después Enrique III), el rey, la reina, la señora de Nemours, el mariscal de Tavannes, el duque de Nevers, Birague, de Retz, etc., pero no figuran aquí ni un solo cardenal, ni un obispo, ni siquiera un sacerdote. Por donde se ve patente la mala fe de Voltaire, que introdujo en el Consejo a los cardenales Birague y Retz. El mariscal de Retz, Alberto de Gondy, consejero en 1572, vivió y murió seglar. Su hermano Pedro de Gondy, obispo de París, obtuvo la púrpura cardenalicia en 1587, pero éste no era del Consejo. Birague, guardasellos y consejero en 1572, era seglar y casado; y no obtuvo la púrpura cardenalicia sino seis años después, en 1578, a petición de Enrique III. Y ya que el cardenal de Lorena estaba en esa época en Roma, ¿cómo pudo bendecir en París los puñales destinados al degüello de los hugonotes, según la escena de Chenier en su Carlos IX y de Scribe en sus Hugonotes?

Lo que puede afirmarse con la historia verídica e imparcial es que el clero católico, durante las matanzas, cumplió el deber sagrado de su ministerio. Ahí está si no la noble conducta de Hennuyer, obispo de Lisieux, que salvó por su firmeza a todos los hugonotes de su diócesis. El martirologio de los protestantes, nada sospechoso de querer hacer el elogio de los católicos, cita varios hechos de este género: "En Toulouse, dice, los conventos sirvieron de asilo a los calvinistas; en Bourges algunos católicos pacíficos ocultaron a varios; en Romans, de sesenta que fueron presos, libraron cuarenta y de los otros veinte no murieron más que siete; en Troyes, en Bourdeaux, muchos fueron igualmente salvados por los sacerdotes". En París los hugonotes perseguidos hallaron igualmente protectores entre los católicos, y en Nimes, olvidando los vejámenes de San Miguel perpetrados por los protestantes, hubo corazones bastante generosos para defender a los calvinistas de una matanza autorizada por el ejemplo, pero de ninguna manera permitida por la Religión.

Finalmente, que este hecho, tan lamentable como se quiera, tuvo un carácter exclusivamente político, y por lo mismo del todo ajeno a la Religión, lo prueba un documento, descubierto en 1885 en los archivos del Vaticano, y que prueba de modo absoluto cuanto venimos diciendo sobre este enojoso asunto. Es una relación manuscrita de una asamblea de justicia celebrada por el Parlamento, con asistencia del rey, el 26 de agosto de 1572, o sea dos días después de la matanza. Esa relación contiene un pasaje que da una luz definitiva sobre el alcance del degüello de la noche de San Bartolomé. He aquí la traducción: "En esta asamblea el rey Carlos declaró que, gracias a Dios, había descubierto las celadas que el almirante Gaspar de Coligny tendía al gobierno del rey, yendo hasta amenazar con una catástrofe y con la muerte a toda la familia real; y que habiendo tratado como se merecían tanto a él como a sus cómplices, quería que en lo porvenir no se imputase este hecho como un crimen a aquellos que habían sido los ministros fidelísimos de una venganza tan justa, puesto que no habían obrado sino por la pura voluntad, mandato y orden del rey".

Este mismo documento refiere que las ejecuciones realizadas el 24 de agosto no han sido sino justas represalias contra las maquinaciones de la facción hugonote que dos horas más tardes habían de hacer víctimas a los miembros de la familia real. Establecía en segundo lugar que las ejecuciones ordenadas por Carlos IX no tomaron el carácter de degüello sino por el pueblo de París irritado contra las facciones. Menciona, en fin, la prohibición formal hecha por el rey a este mismo pueblo de París, "de homicidios, hechos de sangre, pillaje y saqueo de los bienes de los hugonotes" sin la intervención del Parlamento y de los magistrados públicos.

Tales fueron las notificaciones que se llevaron a Roma, de donde resulta que lo que Roma intentó celebrar no fue el asesinato de los herejes, sino el fin de la amenaza para la familia real, la liberación del reino y, sin duda, como consecuencia ulterior, el fin de una formidable guerra civil.


</TD></TR></TBODY></TABLE></TD></TR></TBODY></TABLE>
 
Re: Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

Luis-Carlos dijo:
Ahí va otra versión de la Historia.

http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/574/2440/articulo.php?id=3628

<TABLE cellSpacing=0 cellPadding=0 width="100%" border=0><TBODY><TR><TD class=destacado>Autor: cristiandad.org
La Noche de San Bartolomé</TD></TR><TR><TD class=corto>Este hecho tuvo un carácter exclusivamente político y por lo mismo del todo ajeno a la Religión</TD></TR><TR><TD>
Las religiones no matan, los que matan son los religiosos, el papa Gregorio (el del dragón) tuvo tanto que ver en esta masacre que hizo acuñar esta medalla conmemorativa:

gregory-xiii-medal.jpg
 
Re: Los Hugonotes y la matanza de San Bartolomé

Las religiones no matan, los que matan son los religiosos, el papa Gregorio (el del dragón) tuvo tanto que ver en esta masacre que hizo acuñar esta medalla conmemorativa:

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Todo un orgullo para el pontífice