Re: Tiempo, espacio y materia
La exposición que voy a hacer está basada y comparte fragmentos de la posición de los Rabinos estudiosos del Zohar, con respecto a la creación. Los simbolismos son muy fáciles de descifrar, especialmente por aquellos que poseemos una clara convicción cristiana y una mente abierta a las maravillas de Dios y su OMNICIENCIA.
Pido pasciencia en este caso, si me extiendo algo más de lo normal, principalmente para no perder el hilo de lo expuesto. Esta exposición es más espiritual que material, pero trae una nueva luz, a lo que cientificamente, se expone, como NATURAL. Sin tomar en cuenta la poderosa mano de Dios en el asunto, aunque las fuerzas por El desatadas, actuaran por si mismas, una vez concebidas.
La Biblia comienza con la frase "Al principio". pero antes de este principio, ocurrieron muchas otras cosas. Antes de la creación del tiempo y el espacio existía una energía positiva infinita, la fuente de todo lo que "ES", "FUE" y "SERÁ". Como no existía el espacio tal y como lo entendemos, sería erroneo decir que la energía estaba en todas partes, pero se puede decir que no habia donde no estuviera.
La palabra hebrea para designar esta energía es OR, que puede traducirse como LUZ. Pero la Luz del creador es mucho más que cualquier cosa que podamos asociar con un foco eléctrico, un relámpago o cualquier forma de luz en el mundo físico.
El deseo de compartir es el atributo fundamental de Dios, así como la verdadera razón de la creación del universo. Un Rabino del siglo XVII Rabí Moshe Chaun Luzzatto escribió en su libro "El Camino de Dios" "El propósito de la creación fue crear un ser que pudiera obtener placer a partir de la bondad de Dios" Esto signifiaca que todo fue creado para que nosotros lo disfrutáramos. Muchas guerras, persecusiones y genocidios han sido perpetrados sobre la humanidad a lo largo de los siglos por ser, supuestamente, la voluntad de Dios. Sin embargo la voluntad de Dios es que nos complazcamos en su creación. Esta es la razón por la que estamos aquí. El deseo de Dios de compartir, fue el auténtico motivo de la creación.
La intensión de compartir suponía la creación de algo que sirviera para ello, una unidad receptora que contuviera la Luz.
Los estudiosos del Zohar llaman a esta unidad LA VASIJA. Según estos rabinos, como la Luz lo iluminaba todo, la Vasija se formó de la luz misma, transformándose en energía receptiva, que no solo fue la primera sino también la única creación EX NIHILO que ha ocurrido. En otras palabras, la Vasija incorporó una escencia que complementaba la naturaleza participadora del Creador. Por voluntad del creador, la Vasija nació instantaneamente. No existe tiempo entre las intenciones del Creador y su realización. De hecho, los acontecimientos primigenios de los que estamos hablando tuvieron lugar antes de que existieran el tiempo y el espacio.
La naturaleza dual de la Vasija (Formada de la Luz pero con una esencia receptora) se amplificó a si misma conforme continuó el proceso de la creación. Conforme la Vasija siguió recibiendo la Luz, su energía receptora buscó unirse a la esencia receptora de la Luz. Es como cuando se vierte un líquido caliente en un vaso: la temperatura de éste empieza a elevarse gradualmente para adecuarse a la característica esencial de la sustancia que está recibiendo. Si por un momento pudiéramos atribuir características humanas a la Vasija, diríamos que ésta quiere expresar las cualidades del Creador, parecérsele más, ser uno con El, que todo lo da. Esto no lo podía lograr mientras sólo fuera capaz de recibir y no de dar.
Así que la Vasija arremetió contra la Luz y la Luz se retiró. En hebreo, a este acontecimiento se le conoce como TSIMSUNG, que tiene connotaciones tanto de restricción como de obstaculización. Cuando la Luz y la Vasija se separaron, ésta se convirtió en un punto de completa oscuridad, y el resultado fue un vacío que exige ser llenado. En un instante la Vasija experimentó una indescriptible sensación de alejamiento de la Luz nutriente del Creador. Después de querer que la Luz se retirara, ahora la Vasija la necesitaba de vuelta. Y la Luz regresó. Regresó a la Vasija a toda velocidad, con toda su fuerza.
Aún así, la dualidad de la Vasija perduró lo mismo que la paradoja no resuelta de su naturaleza receptora esencial y su deseo de tomar parte de la naturaleza participadora del Creador. El efecto de esta dualidad fue intensificado por la reaparición súbita y abrumadora de la Luz. La Vasija deseaba el regreso de la luz, pero no estaba preparada para tolerarlo. En un instante infinitamente breve, la Vasija recibió toda la fuerza de la Luz, dando como resultado nuestro universo, al hacerse añicos la Vasija y estallar en un número infinito de fragmentos.
Un aspecto fascinante de este concepto, es el grado en que la explosión de la Vasija coincide con la teoría de la creación del BIG BANG, aceptada casi universalmente por la ciencia moderna. De acuerdo con esta teoría, el universo nació cuando una entidad infinitamente densa (Se dice que del tamaño de una moneda) explotó con inaudita fuerza. Esto parece muy simple, pero es una idea mucho más complicada de lo que parece. Tendemos a pensar por ejemplo, que la pequeña entidad primigénia explotó en el espacio; sin embargo, no existía el espacio antes de la explosión. Tanto el espacio como la materia explotaron de la entidad. Aunque la materia es tangible y el espacio y el tiempo no, los tres nacieropn en el mismo instante. Los tres son restos del Big Bang. Es crusial comprender esto, pues ello nos permite ver que nuestra conciencia deriva de la Vasija fragmentada tanto como nuestro ser físico. Tal como el espacio y el tiempo, la conciencia no puede verse ni tocarse, pero contiene los mismos elementos escenciales que la silla que está al otro lado del cuarto. Es producto de la interacción de la Luz y la Vasija, y de la dualidad de dar y recibir que provocó que la Vasija se hiciera pedazos.
Esta explicación es la transformación de la enregía espiritual en realidad material, pero eso es solo el principio. Recuerde: la Vasija aspiraba a la unidad con el Creador. Su intención era transformar su esencia de recibir solo para ella, a dar y compartir de manera totalmente desinteresada. El proceso comenzó en el momento de restricción cuando la Vasija "Arremetió" y dejó de recibir la Luz.
Cada aspecto de nuestro ser, continúa expresando la lucha de la Vasija por resolver su naturaleza dual. Cada célula encarna esta paradoja. Cada acción es una manifestación de ella. Cada pensamiento y cada sentimiento la reflejan.
Continuará...
Greivin.