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Usualmente cuando alguien comete un asesinato, secuestro, robo, o cualquier otra actividad ilícita es sentenciado por el gobierno a recibir cierto castigo, ya que el fue responsable de sus acciones. El recurso de enfermedad mental es muy comúnmente utilizado para defenderse y argumentar que la persona en cuestión no estaba controlando sus acciones por lo que no podría ser enjuiciada por algo que no fue premeditado por la persona. En algunos casos este recurso judicial funciona para algunas personas por lo que no son enjuiciadas como hubiera sido (no todas están realmente enfermas, pero injustamente reciben el perdón).<o></o>
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La doctrina de la predestinación (La doctrina de que Dios ejerce su presciencia hasta un grado infinito y predetermina o preordina el proceder y el destino de todos los individuos) es una de las doctrinas fundamentales de la mayoría de las religiones del cristianismo y otras ideologías. Con esta se arguye que Dios conoce y determina todo lo que sucede desde mucho tiempo atrás, por lo que cualquier cosa que suceda ocurre debido a Dios. Y dado que Dios lo ah planeado, no ahí nada que pueda cambiarlo ya que tal como la Biblia indica: asi resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado (Isaías 55:11).<o></o>
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Siendo una doctrina tan fundamental para millones de personas, debería de estar apoyada por la Biblia, mas ¿lo esta?<o></o>
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En primer lugar se debe dejar en claro que Dios sí tiene el poder para preconocer y predeterminar sucesos y acontecimientos, al igual que juicios y castigos. Debido a esta capacidad, las profecías confiadas a hombres de la antigüedad tienen la seguridad de que Dios hará que cumplan. Si no tuviera tal capacidad, no seria tan posible que sucedieran, pero ahí plena seguridad de que si se hará. <o></o>
En segundo lugar, el hecho de que Dios utilice tal facultad de debería de estar en contraposición con nuestra libertad de decisión. Debido a esto no somos meros autómatas o robots, sino que tenemos la libertad de tomar nuestras propias decisiones y ser responsables de ellas. No se podría afirmar que fuimos hechos a la ‘imagen de Dios’ si no tuviéramos libertad. Por lo que por lógica, no existiría ningún conflicto entre la facultad de Dios de predestinar y preconocer y nuestra libertad dada.<o></o>
Y en tercer lugar, su facultad debe estar de acuerdo con sus cualidades morales tales como la justicia, honradez, la imparcialidad, amor, misericordia, bondad, entre otras.<o></o>
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¿Ejerce su capacidad de predestinación de manera infinita?<o></o>
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Los defensores de esta doctrina, argumentan que Dios tiene que ser omnisciente (que todo lo sabe) de todo lo pasado, presente y futuro. Y que el actor de que Dios desconociera algo seria indicio de imperfección o debilidad. Usualmente son usados los casos de Esau y Jacob, los hijos de Isaac y citas como Efesios 1:4,5 para tratar de defender tal doctrina. Si esto fuera así, tendría que armonizar con la Biblia en su totalidad.<o></o>
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Si se aceptara tal doctrina, se tendría que aceptar también que Dios preconoció y predetermino el comportamiento de sus ángeles y seres humanos, por lo que también habría predeterminado la rebelión de uno de sus ángeles y posteriormente la rebelión de la primera pareja humana y de toda la raza humana y la que falta. Además, toda la maldad de impera hoy en día existía, en algún momento antes, en la mente de Dios, asta los mínimos detalles. Por lo tanto al momento en que dijo: ‘Hagamos al hombre’ (Gen. 1:26) en realidad estaba poniendo en marcha deliberadamente sus planes. Esto estaría en contra de lo que el mismo Santiago menciono en Sant. 3:14-18 Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. <SUP>15</SUP> Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es [la] terrenal, animal, demoníaca. <SUP>16</SUP> Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.<o></o>
<SUP>17</SUP> Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita. <SUP>18</SUP> Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.<o></o>
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El concepto de predestinación en su grado infinito no muestra nada menos que una actitud arbitraria de lo que perfección es. El ser perfecto no es un sinónimo de rigidez o continuidad sino un nivel de excelencia.<o></o>
A manera de ejemplo, la Biblia revela que Dios es omnipotente y todopoderoso (Job 37:23). Pero el hecho de que sea todopoderoso no sugiere, ni mucho menos, el hecho de que Dios haga uso a plenitud de su poder en cualquier caso dado. Su Palabra nos revela que el solo utiliza el poder necesario para llevar a cabo sus propósitos, pero el tiene el completo control de este poder, y solo utiliza lo requerido, no tiene porque utilizarlo todo.<o></o>
Por lo que no es una cuestión de capacidad (si lo puede o no lo puede) sino de que Dios considere conveniente (si así lo quiere) saberlo. Así que Dios determina cuando saber cosas y cuando no. De esta manera los sucesos que pasen no son una simple repetición de lo que Dios sabe.<o></o>
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Génesis 11:5-8 menciona: Y Jehová procedió a bajar para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres habían edificado. <SUP>6</SUP> A continuación dijo Jehová: “¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr. <SUP>7</SUP> ¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro”. <SUP>8</SUP> Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco dejaron de edificar la ciudad. En donde se deja claramente ver que Jehová decidió fijar su atención (bajar) a la ciudad de Babel y entonces tomar ciertas acciones. <o></o>
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Génesis 18:20-22 menciona: Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave. <SUP>21</SUP> Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo”.<o></o>
<SUP>22</SUP> Entonces los hombres se volvieron de allí y procedieron a irse a Sodoma; pero en cuanto a Jehová, él todavía estaba de pie delante de Abrahán.Nuevamente Jehová menciona que el vera por si mismo que es lo que esta pasando, ya que había recibido ciertos mensajes de sus ángeles, y tomar medidas decisivas. <o></o>
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Génesis 22:11,12 menciona: Pero el ángel de Jehová se puso a llamarlo desde los cielos y a decir: “¡Abrahán, Abrahán!”, a lo cual él contestó: “¡Aquí estoy!”. <SUP>12</SUP> Y pasó a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”.Por lo que aunque Abrahán había mostrado fidelidad, Jehová comprobó esto y después le dijo que ‘ahora [sabia] que [era] temeroso de Dios’.<o></o>
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Si Dios hubiera preconocido que la primera pareja humana iba a pecar y que jamás podría comer del “árbol de la vida”, la prueba del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” y el que hubiese creado un “árbol de la vida” en el jardín de Edén hubieran carecido de sentido y de propósito.<o></o>
Debido a esto, Jehová puede instar a alguien que se vuelva de su error, ya que todos pueden hacerlo y no hay nadie que este predestinado desde antes de nacer a ser practicantes de lo malo.<o></o>
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2 Pedro 3:9 menciona: Dios no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.Por lo que si realmente existieran personas que ya hubieran estado predestinadas a practicar lo malo unas y otras a practicar lo bueno, tal espera de Dios no tendría sentido.<o></o>
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Jehová ha usado su facultad con personas individualmente. Entre estos están: Esaú y Jacob (mencionados antes), el Faraón del éxodo, Sansón, Salomón, Josías, Jeremías, Ciro, Juan el Bautista, Judas Iscariote y el propio Hijo de Dios, Jesús.<o></o>
En los casos de Sansón, Jeremías y Juan el Bautista, Jehová hizo caso de su presciencia antes de que nacieran. Sin embargo, Dios no especificó cuál iba a ser su destino final, pero sí predeterminó que Sansón viviría conforme al voto de los nazareos e iniciaría la liberación de Israel de los filisteos, que Jeremías sería profeta y que Juan el Bautista haría una obra preparatoria como precursor del Mesías. (Jue 13:3-5; Jer 1:5; Lu 1:13-17.) Aunque se les favoreció mucho con dichos privilegios, este hecho no garantizaba que obtendrían salvación eterna, ni siquiera que permanecerían fieles hasta la muerte (aunque los tres lo hicieron). Jehová predijo que uno de los muchos hijos de David sería llamado Salomón y predeterminó que ese sería quien edificaría el templo. (2Sa 7:12, 13; 1Re 6:12; 1Cr 22:6-19.) No obstante, aunque se le favoreció de esta manera y hasta tuvo el privilegio de escribir ciertos libros de las Santas Escrituras, Salomón cayó en la apostasía en los últimos años de su vida. (1Re 11:4, 9-11.)<o></o>
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En el caso de Esaú y Jacob, la presciencia de Dios tampoco fijó sus destinos eternos; lo que hizo fue determinar o predeterminar cuál de los grupos nacionales que descenderían de ellos conseguiría una posición dominante sobre el otro. (Gé 25:23-26.) Al prever que dominaría Jacob, también se mostró que él sería quien obtendría el derecho de primogénito, lo que conllevaba el privilegio de pertenecer al linaje por medio del cual vendría la “descendencia” abrahámica. (Gé 27:29; 28:13, 14.) De este modo, Jehová Dios dejó claro que cuando selecciona individuos para usarlos de determinada manera, no se rige por las costumbres o procedimientos usuales que se conforman a las expectativas humanas. Tampoco se ve obligado a otorgar ciertos privilegios únicamente sobre la base de obras, de modo que alguien pudiera llegar a creer que se ha ‘ganado el derecho’ a tales privilegios y que ‘se le deben’. El apóstol Pablo destacó este punto cuando mostró por qué Dios, por su bondad inmerecida, pudo conceder a las naciones gentiles privilegios que en otro tiempo parecía que estaban reservados a Israel. (Ro 9:1-6, 10-13, 30-32.)<o></o>
La cita que Pablo hace de que Jehová ‘amó a Jacob [Israel] y odió a Esaú [Edom]’ corresponde a Malaquías 1:2, 3, escrito mucho después del tiempo de Jacob y Esaú. De modo que la Biblia no dice necesariamente que Jehová tuviera esa opinión de los gemelos antes de su nacimiento, aunque es un hecho probado científicamente que gran parte de la manera de ser y del temperamento de un niño se determinan al tiempo de la concepción como consecuencia de los factores genéticos aportados por cada uno de los padres, y es obvio que Dios puede ver esos factores. David dijo que Jehová vio ‘hasta su embrión’. (Sl 139:14-16; véase también Ec 11:5.) No es posible decir hasta qué grado afectó eso a la predeterminación de Jehová concerniente a los dos muchachos, pero, de todos modos, el que escogiera a Jacob en lugar de a Esaú no significó en sí mismo que condenaba a la destrucción a Esaú o a sus descendientes, los edomitas. Hasta algunos cananeos, cuyos pueblos habían sido maldecidos, tuvieron el privilegio de asociarse con el pueblo que estaba en relación de pacto con Dios y recibieron bendiciones. (Gé 9:25-27; Jos 9:27) El “cambio de parecer” que Esaú buscó encarecidamente con lágrimas solo fue un intento infructuoso de alterar la decisión de su padre Isaac de que la bendición especial correspondiente al primogénito aplicara por entero a Jacob. Por lo tanto, esto indicó que Esaú no sentía ningún arrepentimiento ante Dios por su actitud materialista. (Gé 27:32-34; Heb 12:16, 17.)<o></o>
La profecía de Jehová concerniente a Josías requería que algún descendiente de David se llamara así, y además predijo que ese rey tomaría acción contra la adoración falsa que se practicaba en la ciudad de Betel. (1Re 13:1, 2.) Más de tres siglos después, un rey con ese nombre cumplió esta profecía. (2Re 22:1; 23:15, 16.) Sin embargo, no prestó atención a “las palabras de Nekó procedentes de la boca de Dios”, lo que resultó en su muerte. (2Cr 35:20-24.) Por lo tanto, aunque Dios lo preconoció y predeterminó para hacer un trabajo específico, Josías era una persona con libre albedrío que podía escoger entre obedecer o no hacerlo.<o></o>
De manera similar, Jehová predijo con casi dos siglos de anterioridad que se valdría de un conquistador llamado Ciro para liberar a los judíos de Babilonia. (Isa 44:26-28; 45:1-6.) No obstante, la Biblia no dice que el gobernante persa que se llamó así en cumplimiento de la profecía divina se hiciese adorador verdadero de Jehová; de hecho, la historia seglar muestra que continuó adorando a dioses falsos.<o></o>
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El proceder traidor de Judas Iscariote cumplió profecía divina y demostró la presciencia de Jehová, así como también la de su Hijo. (Sl 41:9; 55:12, 13; 109:8; Hch 1:16-20.) No obstante, no puede afirmarse que Dios predeterminó o predestinó específicamente a Judas para que siguiera tal proceder. Las profecías habían predicho que uno de los asociados íntimos de Jesús lo traicionaría, pero no especificaron cuál de ellos sería. También en este caso los principios bíblicos excluyen la posibilidad de aducir que Dios predestinó el comportamiento de Judas. El apóstol Pablo mencionó la siguiente norma divina: “Nunca impongas las manos apresuradamente a ningún hombre; ni seas partícipe de los pecados ajenos; consérvate casto”. (1Ti 5:22; compárese con 3:6.) Jesús se interesó en seleccionar sabiamente y con el debido rigor a sus doce apóstoles, pues antes de dar a conocer su decisión, pasó toda una noche orando a su Padre. (Lu 6:12-16.) Si hubiera estado predestinado que Judas fuese un traidor, la guía de Dios hubiese sido inconsecuente y, según su propia norma, se hubiese hecho partícipe de los pecados que Judas cometió.<o></o>
Por consiguiente, se desprende que cuando se seleccionó a Judas para ser apóstol, su corazón aún no daba indicios de tener una actitud traicionera. Él permitió que ‘brotara una raíz venenosa’ y lo contaminara, de modo que se desvió y que aceptó la dirección del Diablo en lugar de la de Dios, lo que le llevó al robo y la traición. (Heb 12:14, 15; Jn 13:2; Hch 1:24, 25; Snt 1:14, 15) Cuando su desviación llegó a un determinado punto, Jesús mismo pudo leer el corazón de Judas y predecir su traición. (Jn 13:10, 11.)<o></o>
Es verdad que en Juan 6:64, después de indicar que algunos discípulos habían tropezado debido a ciertas enseñanzas de Jesús, leemos que “Jesús supo desde el principio [“desde el primer momento” (El Libro del Pueblo. La Biblia (1980)); “desde un principio” (Nuevo Testamento (1961))] quiénes eran los que no creían y quién era el que lo traicionaría”. Si bien la palabra “principio” (gr. ar·kjē) se usa en 2 Pedro 3:4 para referirse al comienzo de la creación, también puede hacer alusión a otras ocasiones. (Lu 1:2; Jn 15:27.) Por ejemplo, cuando el apóstol Pedro dijo que el espíritu santo se había derramado sobre los gentiles “así como también había caído sobre nosotros en el principio”, obviamente no se refería al comienzo de su discipulado o de su apostolado, sino a un momento importante de su ministerio, a saber, el día del Pentecostés de 33 E.C., “el principio” del derramamiento del espíritu santo con un propósito determinado. (Hch 11:15; 2:1-4.) <o></o>
En consecuencia, es de interés notar el comentario que se hace en el Commentary on the Holy Scriptures sobre Juan 6:64: “Principio [...] no significa de manera metafísica desde el principio de todas las cosas [...], ni desde el principio de conocer Él [Jesús] a cada uno [...], ni desde el principio de congregar Él a los discípulos en torno de sí, ni desde el principio de Su ministerio mesiánico [...], sino desde los primeros gérmenes secretos de incredulidad [que hicieron tropezar a algunos discípulos]. Con relación a esto Él conoció al que lo traicionaría desde el principio” (de Lange, traducción y edición de P. Schaff, 1976, pág. 227; compárese con 1Jn 3:8, 11, 12).<o></o>
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Rom. 8:28, 29: “Sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios, los que son llamados según su propósito; porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó [“predestinó”, Reina-Valera (1977), Sagrada Biblia (1972)] para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.” (También Efe. 1:5, 11.) Sin embargo, a estos mismos 2 Pedro 1:10 dice: “Hagan lo sumo posible para hacer seguros para ustedes mismos su llamamiento y selección; porque si siguen haciendo estas cosas no fracasarán nunca”. (Si se predestinara para salvación a los individuos, no podrían fracasar de ningún modo, sin importar lo que hicieran. Puesto que se requiere esfuerzo por parte de los individuos, tiene que ser la clase lo que es predeterminado. Dios se propuso que la entera clase se conformara o amoldara al patrón fijado por Jesucristo. Sin embargo, los que son seleccionados por Dios para ser parte de esa clase tienen que resultar fieles para en realidad alcanzar la recompensa que se les ofrece.)<o></o>
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Efe. 1:4, 5: “Nos escogió en unión con él [Jesucristo] antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin tacha delante de él en amor. Pues nos predeterminó a la adopción mediante Jesucristo como hijos para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad.” (Debe notarse que, en Lucas 11:50, 51, Jesús pone en paralelo “la fundación del mundo” con el tiempo de Abel. Abel fue el primer humano que continuó teniendo el favor de Dios durante toda su vida. Por eso, fue después de la rebelión que hubo en Edén, pero antes de que fuera concebido Abel, cuando Dios formó su propósito de producir una “descendencia” mediante la cual se suministraría liberación [Gén. 3:15]. Dios se propuso que en asociación con la Descendencia principal, Jesucristo, hubiera un grupo de seguidores fieles de él que participarían con él en un nuevo gobierno). <o></o>
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Usualmente cuando alguien comete un asesinato, secuestro, robo, o cualquier otra actividad ilícita es sentenciado por el gobierno a recibir cierto castigo, ya que el fue responsable de sus acciones. El recurso de enfermedad mental es muy comúnmente utilizado para defenderse y argumentar que la persona en cuestión no estaba controlando sus acciones por lo que no podría ser enjuiciada por algo que no fue premeditado por la persona. En algunos casos este recurso judicial funciona para algunas personas por lo que no son enjuiciadas como hubiera sido (no todas están realmente enfermas, pero injustamente reciben el perdón).<o></o>
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La doctrina de la predestinación (La doctrina de que Dios ejerce su presciencia hasta un grado infinito y predetermina o preordina el proceder y el destino de todos los individuos) es una de las doctrinas fundamentales de la mayoría de las religiones del cristianismo y otras ideologías. Con esta se arguye que Dios conoce y determina todo lo que sucede desde mucho tiempo atrás, por lo que cualquier cosa que suceda ocurre debido a Dios. Y dado que Dios lo ah planeado, no ahí nada que pueda cambiarlo ya que tal como la Biblia indica: asi resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado (Isaías 55:11).<o></o>
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Siendo una doctrina tan fundamental para millones de personas, debería de estar apoyada por la Biblia, mas ¿lo esta?<o></o>
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En primer lugar se debe dejar en claro que Dios sí tiene el poder para preconocer y predeterminar sucesos y acontecimientos, al igual que juicios y castigos. Debido a esta capacidad, las profecías confiadas a hombres de la antigüedad tienen la seguridad de que Dios hará que cumplan. Si no tuviera tal capacidad, no seria tan posible que sucedieran, pero ahí plena seguridad de que si se hará. <o></o>
En segundo lugar, el hecho de que Dios utilice tal facultad de debería de estar en contraposición con nuestra libertad de decisión. Debido a esto no somos meros autómatas o robots, sino que tenemos la libertad de tomar nuestras propias decisiones y ser responsables de ellas. No se podría afirmar que fuimos hechos a la ‘imagen de Dios’ si no tuviéramos libertad. Por lo que por lógica, no existiría ningún conflicto entre la facultad de Dios de predestinar y preconocer y nuestra libertad dada.<o></o>
Y en tercer lugar, su facultad debe estar de acuerdo con sus cualidades morales tales como la justicia, honradez, la imparcialidad, amor, misericordia, bondad, entre otras.<o></o>
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¿Ejerce su capacidad de predestinación de manera infinita?<o></o>
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Los defensores de esta doctrina, argumentan que Dios tiene que ser omnisciente (que todo lo sabe) de todo lo pasado, presente y futuro. Y que el actor de que Dios desconociera algo seria indicio de imperfección o debilidad. Usualmente son usados los casos de Esau y Jacob, los hijos de Isaac y citas como Efesios 1:4,5 para tratar de defender tal doctrina. Si esto fuera así, tendría que armonizar con la Biblia en su totalidad.<o></o>
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Si se aceptara tal doctrina, se tendría que aceptar también que Dios preconoció y predetermino el comportamiento de sus ángeles y seres humanos, por lo que también habría predeterminado la rebelión de uno de sus ángeles y posteriormente la rebelión de la primera pareja humana y de toda la raza humana y la que falta. Además, toda la maldad de impera hoy en día existía, en algún momento antes, en la mente de Dios, asta los mínimos detalles. Por lo tanto al momento en que dijo: ‘Hagamos al hombre’ (Gen. 1:26) en realidad estaba poniendo en marcha deliberadamente sus planes. Esto estaría en contra de lo que el mismo Santiago menciono en Sant. 3:14-18 Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. <SUP>15</SUP> Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es [la] terrenal, animal, demoníaca. <SUP>16</SUP> Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.<o></o>
<SUP>17</SUP> Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita. <SUP>18</SUP> Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.<o></o>
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El concepto de predestinación en su grado infinito no muestra nada menos que una actitud arbitraria de lo que perfección es. El ser perfecto no es un sinónimo de rigidez o continuidad sino un nivel de excelencia.<o></o>
A manera de ejemplo, la Biblia revela que Dios es omnipotente y todopoderoso (Job 37:23). Pero el hecho de que sea todopoderoso no sugiere, ni mucho menos, el hecho de que Dios haga uso a plenitud de su poder en cualquier caso dado. Su Palabra nos revela que el solo utiliza el poder necesario para llevar a cabo sus propósitos, pero el tiene el completo control de este poder, y solo utiliza lo requerido, no tiene porque utilizarlo todo.<o></o>
Por lo que no es una cuestión de capacidad (si lo puede o no lo puede) sino de que Dios considere conveniente (si así lo quiere) saberlo. Así que Dios determina cuando saber cosas y cuando no. De esta manera los sucesos que pasen no son una simple repetición de lo que Dios sabe.<o></o>
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Génesis 11:5-8 menciona: Y Jehová procedió a bajar para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres habían edificado. <SUP>6</SUP> A continuación dijo Jehová: “¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr. <SUP>7</SUP> ¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro”. <SUP>8</SUP> Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco dejaron de edificar la ciudad. En donde se deja claramente ver que Jehová decidió fijar su atención (bajar) a la ciudad de Babel y entonces tomar ciertas acciones. <o></o>
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Génesis 18:20-22 menciona: Por consiguiente, Jehová dijo: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave. <SUP>21</SUP> Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo”.<o></o>
<SUP>22</SUP> Entonces los hombres se volvieron de allí y procedieron a irse a Sodoma; pero en cuanto a Jehová, él todavía estaba de pie delante de Abrahán.Nuevamente Jehová menciona que el vera por si mismo que es lo que esta pasando, ya que había recibido ciertos mensajes de sus ángeles, y tomar medidas decisivas. <o></o>
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Génesis 22:11,12 menciona: Pero el ángel de Jehová se puso a llamarlo desde los cielos y a decir: “¡Abrahán, Abrahán!”, a lo cual él contestó: “¡Aquí estoy!”. <SUP>12</SUP> Y pasó a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”.Por lo que aunque Abrahán había mostrado fidelidad, Jehová comprobó esto y después le dijo que ‘ahora [sabia] que [era] temeroso de Dios’.<o></o>
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Si Dios hubiera preconocido que la primera pareja humana iba a pecar y que jamás podría comer del “árbol de la vida”, la prueba del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” y el que hubiese creado un “árbol de la vida” en el jardín de Edén hubieran carecido de sentido y de propósito.<o></o>
Debido a esto, Jehová puede instar a alguien que se vuelva de su error, ya que todos pueden hacerlo y no hay nadie que este predestinado desde antes de nacer a ser practicantes de lo malo.<o></o>
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2 Pedro 3:9 menciona: Dios no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.Por lo que si realmente existieran personas que ya hubieran estado predestinadas a practicar lo malo unas y otras a practicar lo bueno, tal espera de Dios no tendría sentido.<o></o>
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Jehová ha usado su facultad con personas individualmente. Entre estos están: Esaú y Jacob (mencionados antes), el Faraón del éxodo, Sansón, Salomón, Josías, Jeremías, Ciro, Juan el Bautista, Judas Iscariote y el propio Hijo de Dios, Jesús.<o></o>
En los casos de Sansón, Jeremías y Juan el Bautista, Jehová hizo caso de su presciencia antes de que nacieran. Sin embargo, Dios no especificó cuál iba a ser su destino final, pero sí predeterminó que Sansón viviría conforme al voto de los nazareos e iniciaría la liberación de Israel de los filisteos, que Jeremías sería profeta y que Juan el Bautista haría una obra preparatoria como precursor del Mesías. (Jue 13:3-5; Jer 1:5; Lu 1:13-17.) Aunque se les favoreció mucho con dichos privilegios, este hecho no garantizaba que obtendrían salvación eterna, ni siquiera que permanecerían fieles hasta la muerte (aunque los tres lo hicieron). Jehová predijo que uno de los muchos hijos de David sería llamado Salomón y predeterminó que ese sería quien edificaría el templo. (2Sa 7:12, 13; 1Re 6:12; 1Cr 22:6-19.) No obstante, aunque se le favoreció de esta manera y hasta tuvo el privilegio de escribir ciertos libros de las Santas Escrituras, Salomón cayó en la apostasía en los últimos años de su vida. (1Re 11:4, 9-11.)<o></o>
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En el caso de Esaú y Jacob, la presciencia de Dios tampoco fijó sus destinos eternos; lo que hizo fue determinar o predeterminar cuál de los grupos nacionales que descenderían de ellos conseguiría una posición dominante sobre el otro. (Gé 25:23-26.) Al prever que dominaría Jacob, también se mostró que él sería quien obtendría el derecho de primogénito, lo que conllevaba el privilegio de pertenecer al linaje por medio del cual vendría la “descendencia” abrahámica. (Gé 27:29; 28:13, 14.) De este modo, Jehová Dios dejó claro que cuando selecciona individuos para usarlos de determinada manera, no se rige por las costumbres o procedimientos usuales que se conforman a las expectativas humanas. Tampoco se ve obligado a otorgar ciertos privilegios únicamente sobre la base de obras, de modo que alguien pudiera llegar a creer que se ha ‘ganado el derecho’ a tales privilegios y que ‘se le deben’. El apóstol Pablo destacó este punto cuando mostró por qué Dios, por su bondad inmerecida, pudo conceder a las naciones gentiles privilegios que en otro tiempo parecía que estaban reservados a Israel. (Ro 9:1-6, 10-13, 30-32.)<o></o>
La cita que Pablo hace de que Jehová ‘amó a Jacob [Israel] y odió a Esaú [Edom]’ corresponde a Malaquías 1:2, 3, escrito mucho después del tiempo de Jacob y Esaú. De modo que la Biblia no dice necesariamente que Jehová tuviera esa opinión de los gemelos antes de su nacimiento, aunque es un hecho probado científicamente que gran parte de la manera de ser y del temperamento de un niño se determinan al tiempo de la concepción como consecuencia de los factores genéticos aportados por cada uno de los padres, y es obvio que Dios puede ver esos factores. David dijo que Jehová vio ‘hasta su embrión’. (Sl 139:14-16; véase también Ec 11:5.) No es posible decir hasta qué grado afectó eso a la predeterminación de Jehová concerniente a los dos muchachos, pero, de todos modos, el que escogiera a Jacob en lugar de a Esaú no significó en sí mismo que condenaba a la destrucción a Esaú o a sus descendientes, los edomitas. Hasta algunos cananeos, cuyos pueblos habían sido maldecidos, tuvieron el privilegio de asociarse con el pueblo que estaba en relación de pacto con Dios y recibieron bendiciones. (Gé 9:25-27; Jos 9:27) El “cambio de parecer” que Esaú buscó encarecidamente con lágrimas solo fue un intento infructuoso de alterar la decisión de su padre Isaac de que la bendición especial correspondiente al primogénito aplicara por entero a Jacob. Por lo tanto, esto indicó que Esaú no sentía ningún arrepentimiento ante Dios por su actitud materialista. (Gé 27:32-34; Heb 12:16, 17.)<o></o>
La profecía de Jehová concerniente a Josías requería que algún descendiente de David se llamara así, y además predijo que ese rey tomaría acción contra la adoración falsa que se practicaba en la ciudad de Betel. (1Re 13:1, 2.) Más de tres siglos después, un rey con ese nombre cumplió esta profecía. (2Re 22:1; 23:15, 16.) Sin embargo, no prestó atención a “las palabras de Nekó procedentes de la boca de Dios”, lo que resultó en su muerte. (2Cr 35:20-24.) Por lo tanto, aunque Dios lo preconoció y predeterminó para hacer un trabajo específico, Josías era una persona con libre albedrío que podía escoger entre obedecer o no hacerlo.<o></o>
De manera similar, Jehová predijo con casi dos siglos de anterioridad que se valdría de un conquistador llamado Ciro para liberar a los judíos de Babilonia. (Isa 44:26-28; 45:1-6.) No obstante, la Biblia no dice que el gobernante persa que se llamó así en cumplimiento de la profecía divina se hiciese adorador verdadero de Jehová; de hecho, la historia seglar muestra que continuó adorando a dioses falsos.<o></o>
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El proceder traidor de Judas Iscariote cumplió profecía divina y demostró la presciencia de Jehová, así como también la de su Hijo. (Sl 41:9; 55:12, 13; 109:8; Hch 1:16-20.) No obstante, no puede afirmarse que Dios predeterminó o predestinó específicamente a Judas para que siguiera tal proceder. Las profecías habían predicho que uno de los asociados íntimos de Jesús lo traicionaría, pero no especificaron cuál de ellos sería. También en este caso los principios bíblicos excluyen la posibilidad de aducir que Dios predestinó el comportamiento de Judas. El apóstol Pablo mencionó la siguiente norma divina: “Nunca impongas las manos apresuradamente a ningún hombre; ni seas partícipe de los pecados ajenos; consérvate casto”. (1Ti 5:22; compárese con 3:6.) Jesús se interesó en seleccionar sabiamente y con el debido rigor a sus doce apóstoles, pues antes de dar a conocer su decisión, pasó toda una noche orando a su Padre. (Lu 6:12-16.) Si hubiera estado predestinado que Judas fuese un traidor, la guía de Dios hubiese sido inconsecuente y, según su propia norma, se hubiese hecho partícipe de los pecados que Judas cometió.<o></o>
Por consiguiente, se desprende que cuando se seleccionó a Judas para ser apóstol, su corazón aún no daba indicios de tener una actitud traicionera. Él permitió que ‘brotara una raíz venenosa’ y lo contaminara, de modo que se desvió y que aceptó la dirección del Diablo en lugar de la de Dios, lo que le llevó al robo y la traición. (Heb 12:14, 15; Jn 13:2; Hch 1:24, 25; Snt 1:14, 15) Cuando su desviación llegó a un determinado punto, Jesús mismo pudo leer el corazón de Judas y predecir su traición. (Jn 13:10, 11.)<o></o>
Es verdad que en Juan 6:64, después de indicar que algunos discípulos habían tropezado debido a ciertas enseñanzas de Jesús, leemos que “Jesús supo desde el principio [“desde el primer momento” (El Libro del Pueblo. La Biblia (1980)); “desde un principio” (Nuevo Testamento (1961))] quiénes eran los que no creían y quién era el que lo traicionaría”. Si bien la palabra “principio” (gr. ar·kjē) se usa en 2 Pedro 3:4 para referirse al comienzo de la creación, también puede hacer alusión a otras ocasiones. (Lu 1:2; Jn 15:27.) Por ejemplo, cuando el apóstol Pedro dijo que el espíritu santo se había derramado sobre los gentiles “así como también había caído sobre nosotros en el principio”, obviamente no se refería al comienzo de su discipulado o de su apostolado, sino a un momento importante de su ministerio, a saber, el día del Pentecostés de 33 E.C., “el principio” del derramamiento del espíritu santo con un propósito determinado. (Hch 11:15; 2:1-4.) <o></o>
En consecuencia, es de interés notar el comentario que se hace en el Commentary on the Holy Scriptures sobre Juan 6:64: “Principio [...] no significa de manera metafísica desde el principio de todas las cosas [...], ni desde el principio de conocer Él [Jesús] a cada uno [...], ni desde el principio de congregar Él a los discípulos en torno de sí, ni desde el principio de Su ministerio mesiánico [...], sino desde los primeros gérmenes secretos de incredulidad [que hicieron tropezar a algunos discípulos]. Con relación a esto Él conoció al que lo traicionaría desde el principio” (de Lange, traducción y edición de P. Schaff, 1976, pág. 227; compárese con 1Jn 3:8, 11, 12).<o></o>
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Rom. 8:28, 29: “Sabemos que Dios hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios, los que son llamados según su propósito; porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó [“predestinó”, Reina-Valera (1977), Sagrada Biblia (1972)] para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.” (También Efe. 1:5, 11.) Sin embargo, a estos mismos 2 Pedro 1:10 dice: “Hagan lo sumo posible para hacer seguros para ustedes mismos su llamamiento y selección; porque si siguen haciendo estas cosas no fracasarán nunca”. (Si se predestinara para salvación a los individuos, no podrían fracasar de ningún modo, sin importar lo que hicieran. Puesto que se requiere esfuerzo por parte de los individuos, tiene que ser la clase lo que es predeterminado. Dios se propuso que la entera clase se conformara o amoldara al patrón fijado por Jesucristo. Sin embargo, los que son seleccionados por Dios para ser parte de esa clase tienen que resultar fieles para en realidad alcanzar la recompensa que se les ofrece.)<o></o>
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Efe. 1:4, 5: “Nos escogió en unión con él [Jesucristo] antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin tacha delante de él en amor. Pues nos predeterminó a la adopción mediante Jesucristo como hijos para sí mismo, según el beneplácito de su voluntad.” (Debe notarse que, en Lucas 11:50, 51, Jesús pone en paralelo “la fundación del mundo” con el tiempo de Abel. Abel fue el primer humano que continuó teniendo el favor de Dios durante toda su vida. Por eso, fue después de la rebelión que hubo en Edén, pero antes de que fuera concebido Abel, cuando Dios formó su propósito de producir una “descendencia” mediante la cual se suministraría liberación [Gén. 3:15]. Dios se propuso que en asociación con la Descendencia principal, Jesucristo, hubiera un grupo de seguidores fieles de él que participarían con él en un nuevo gobierno). <o></o>