Un saludo a todos los foristas.
Me llama la atención como esta argumentación es muy utilizada por los foristas católico-romanos. En repetidas ocasiones en estos foros se ha hecho la misma pregunta, y la respuesta, aunque cueste trabajo entenderla, es la misma, no hay otra.
Aquí una pregunta similar que me tocó responder hace un tiempo:Ahora, ¿no es suficiente?, hay otra manera en que podemos estar seguro de que es Palabra de Dios: Por Su acción en nuestra vida.
No cabe duda que el testimonio de nuestra vida es importante, la evidencia de la acción de la Palabra de Dios en nosotros, el poder de ella obrando y haciendo cambios en nosotros, esa es la diferencia entre lo que es Palabra de Dios y lo que no es, y entre aquellos que dicen andar en la verdad y los que verdaderamente andan en ella.
Y es que en la iglesia (entiendase todos los nacidos de nuevo y bautizados -sumergidos, introducidos, incorporados- por el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo) se tiene que vivir la Palabra de Dios dando testimonio de Su poder, y en cada uno de los que pertenecen a ella (a la iglesia) se cumple lo que la Palabra dice.
Por eso es que muchos no creen, porque hay muchos que se dicen iglesia y no lo son, no hay testimonio en sus vidas de la transformación que produce la Palabra de Dios movida en nosotros por el Espíritu Santo, no dan evidencia de Su fruto (1 Corintios 14:14, Galatas 5:22, Efesios 5:9). Pero gracias a Dios hay quienes si son iglesia y se levantan con poder, reflejando en su manera de vivir su semejanza al actuar y pensar del Maestro, con testimonio convincente de que Dios cumple lo que promete y que está registradoi en la Escritura, y es por medio de ellos que el Señor sigue impactando vidas, sabedores de que no son ellos, sino Dios el que lo hace y que a Él, y solo a Él es la Gloria y el reconocimiento.
Escrito está:
"Por lo cual teniendo nosotros esta administración según la misericordia que hemos alcanzado, no desmayamos; Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni adulterando la Palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios. Que si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto: En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros" (2 Corintios 4:1-7)
Nosotros no debemos predicarnos a nosotros mismos ni a "nuestras iglesias", sino a Cristo y Su Evangelio, a Dios y Su Palabra para que esta crezca como en aquellos tiempos:
"Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe" (Hechos 6:7)
No solo debemos hablar la Palabra, si somos verdaderos hijos de Dios también la obedecemos, somos testigos de ella, somos testimonio vivo de Su Poder:
"Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio" (Hechos 8:25)
Para que Dios y Su palabra sean glorificados y reconocidos, no nosotros:
"Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna" (Hechos 13:48)
Porque la obra es del Señor, no nuestra, suya es la Autoridad y el Poder. Y así cumplimos el propósito por el que estamos aquí: dar Gloria, Honra y Alabanza al único digno de recibirlas, Jehová Dios.
Atte.
Joaco