Re: Problema resuelto?
Un cordial saludo para todos.
Lamentablemente, el evangelismo moderno se preocupa por las decisiones, por las estadísticas, el pasar al frente, y en busca de incrementar los números han diluído el Evangelio reduciendolo a credulismo fácil y enfocandose en llamamientos simplistas.
¿Cuántos casos no conocemos de gente que una vez pasó al frente, "hizo su decisión" y "aceptó" a Cristo como su Salvador para luego salir y continuar con la misma vida de pecado que llevaba? Puedo decir que ese fue mi caso. Pero gracias a Dios un día Su bendita Palabra llegó a mi vida para mostrarme mi indignidad, para mostrarme que me encontraba muerto en mis delitos y pecados, perdido, condenado, bajo la ira de Dios, y ante tan desolador panorama, sin esperanza de poder hacer algo por mi mismo para salir de tal condición, Dios me mostró la luz de Cristo la cual me levantó de los muertos para andar ahora en novedad de vida.
Un Evangelio diluido basado en invitanciones simplistas hechas a la medida de los oídos de los incredulos, sencillamente no puede salvar, y ese es el problema.
El evangelio auniciado por Jesús era un llamamiento al discipulado, un llamamiento a seguirle en obediencia sumisa, no simplemente una invitación a tomar una decisión o hacer una oración. El mensaje de nuestro Señor liberaba a las personas de la esclavitud de sus pecados mientras hacía frente y resistía a la hipocresía, y la condenaba. Era una oferta de vida eterna y perdón para los pecadores arrepentidos, pero al mismo tiempo una repulsa de las personas de religión superfiicial cuyas vidas carecía de verdadero arrepentimiento. Lamentablemente eso es justamente lo que está proliferando.
Nuestro Señor Jesús advirtió a los pecadores, desde el inicio de Su ministerio, que debían arrepentirse de sus pecados y abrazar la justicia de Dios. En todo sentido eran buenas nuevas, pero distaba de ser un credulismos fácil como se ha vuelto hoy en día.
Las palabras de nuestro Señor sobre la vida eterna eran acompañadas siempre por claras advertencias a aquellos que podrían sentirse tentados a tomar la salvación a la ligera. Enseñó que el costo de seguirle es alto, que el camino es estrecho y pocos son los que lo encuentran. Dijo que a muchos de los que le llaman Señor se les cerrará la puerta de entrada al reino de los cielos.
La evangelización de hoy, en gran medida, pasa por alto estas advertencias y se hace más ancha y más superficial cada día buscando agradar a más y más oídos pero dejando de lado la verdadera escencia del Evangelio.
Pero esto no es nada que se le haya salido de control a nuestro Dios, nada que le haya tomado por sorpresa, y su bendito plan de salvación sigue avanzando, en tiempo y en forma, cumpliendose la Palabra de nuestro Dios, aún en aquellos que han adulterado Su bendito Evangelio, y a la iglesia suguen agregandose los que van siendo salvos por el verdadero Evangelio. Cristo continúa edificando Su iglesia y las puertas del Hades no podrán contra ella.
¡Gloria a Dios por eso¡