Ya desde la antigüedad, San José ha sido, sin lugar a dudas, una de las figuras más extrañas, desconocidas y enigmáticas de toda <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com
Tampoco han faltado las diferentes manifestaciones sobre las incógnitas que suscita la venerada Virgen Maria, personaje que, a pesar de haber sido magnificado por centenares de millones de personas de los cinco continentes, esconde, tras su sencilla apariencia, un significado más que sorprendente.
¿Quiénes son, pues, estos personajes? ¿Qué significado esconden en realidad?
La respuesta, si bien se ha mantenido oculta durante veinte siglos, se nos muestra extremadamente sencilla y concluyente cuando, decididos, nos sumergimos en las vastas profundidades de las Escrituras.
Reflexionemos.
El mítico San José se nos presenta como un hombre viejo, oscuro y desconocido. Su intervención en el Evangelio es apenas Simbólica, para desaparecer, poco más tarde, sin dejar el más mínimo rastro.
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com
No queda exenta de misterio <st1
Mucha atención en el contenido mágico de este pasaje...
"En verdad os digo, que si no os volvéis y os hacéis semejantes a los niños en la sencillez e inocencia, no entrareis en el reino de los cielos.” - Mateo 18,3 <o
<o
Fijémonos bien como el Sabio que escribió esta impresionante Libro del Evangelio nos hace una seria advertencia: nos asegura que si no cambiamos, es decir, si no cambiamos nosotros y nuestra manera de ser, y nos hacemos sencillos e inocentes COMO los niños, no entraremos jamás en el Reino de los Cielos.
Queda claro, pues, repito, que sólo entrará en el Reino de los Cielos aquel que se haga “sencillo e inocente”. Por lo tanto, ¿quién se hará “sencillo e inocente” si el objetivo que tenemos en la vida, y que encontramos claramente reflejado en las Escrituras, es conseguir nuestra entrada en el Reino de los Cielos? ¿Quien se hará “sencillo e inocente como un niño” si estas son las premisas que se necesitan para poder acceder a él?
Pues está bien claro: sólo el Sabio será quien se hará “sencillo e inocente como un niño”.
<o
¿Y quien es, según las mismas Escrituras, aquel que recibe el calificativo de Sabio?
En las Escrituras, el Sabio es aquel que toma la acertada decisión de “casarse” con <st1
Desvelémoslo...
“Porque ella (<st1
Y es, precisamente, que es a esta “Virgen” a quien hemos de aprender a querer...
“Procurar instruirse, es amar a <st1
...pues amarla, es lo que da lugar a lo que se conoce como “Sagrado Matrimonio”. Es decir, la unión entre el Hombre y la Sabiduría. De ahí la necesidad de no “Adulterar”.
”No abandones <st1
Recapitulemos.
Tenemos tres personajes de gran contenido Simbólico.
De un lado tenemos a San José, un hombre muy viejo, oscuro, de quien prácticamente no sabemos nada, y que, de golpe, desaparece de las Escrituras sin dejar más rastro, y sin volver ya a ser mencionado.
Tenemos, también, a Maria, una “Virgen”, que como muy bien explican las propias Escrituras, es el término empleado para Simbolizar a <st1
Y</st1
¿Recordamos el venerado pasaje de Mateo?
"En verdad os digo, que si no os volvéis y os hacéis semejantes a los niños en la sencillez e inocencia, no entrareis en el reino de los cielos.” - Mateo 18,3
¿Quiénes son, pues, estos tres personajes?
Pues, en realidad, es muy sencillo.
No estamos hablando de una familia real, todo es Simbólico, ninguno de estos tres venerados personajes existió en realidad. Es el propio José quien, al tomar por “esposa” a la “Virgen”, es decir, a <st1
Repito: COMO “un niño”.
!No habla del nacimiento real de una persona! Habla, claramente, y sin espacio al error, de la necesidad de cambiar y hacerse sencillo e inocente como un “niño”.
“No mintáis los unos a los otros, en suma, desnudaos del hombre viejo con sus acciones. <o
Y vestios del nuevo, de aquel que por el conocimiento de la fe se renueva según la imagen del Señor que le crió.” - Colosences 3,9-10.
“El hecho es, que respecto de Jesucristo ni la circuncisión, ni la no-circuncisión valen nada, sino lo que vale es el ser una nueva criatura.” - Gálatas 6,15
“Limpiaros, pues, de la vieja levadura, para que seáis una nueva masa.” - Corintios 5,7
“Convertios y haced penitencia de todas vuestras maldades, y no serán estas causa de vuestra perdición. Arrojad lejos de vosotros todas vuestras prevaricaciones que habéis cometido, y formaros un corazón nuevo, y un nuevo espíritu.” - Ezequiel 18,30-31<o
José es un hombre muy viejo, debe renovarse, debe hacerse sencillo e inocente, y esto es precisamente lo que hace, cuando, tras las dudas iniciales, acaba por tomar por “esposa” a <st1
“A desnudaros del hombre viejo según el cual habéis vivido en vuestra vida pasada, el cual se vicia la ilusión de las pasiones. Renovaos pues ahora en el espíritu de vuestra mente o interior de vuestra alma. Y revestios del hombre nuevo, que ha sido criado conforme a la imagen de Dios en justicia y santidad verdadera.” - Efesios 4,22-24.
“Y no queráis conformaros con este siglo; antes bien transformaos con la renovación de vuestro espíritu.” - Romanos 12,2
Queda claro, pues, que la madre de Jesús es la Sabiduría, de ahí su Grandeza.
<o