INTROD, martes, 12 julio 2005 (ZENIT.org).
Benedicto XVI ha comenzado la redacción de su primera encíclica y aprovecha para avanzar la tranquilidad que le ofrecen estos días de vacaciones en los Alpes italianos.
La noticia, que había sido filtrada por fuentes vaticanas en días pasados, ha encontrado una confirmación este martes en la crónica sobre las vacaciones papales que ha hecho a «Radio Vaticano» el periodista Salvatore Mazza, corresponsal del diario «Avvenire».
La primera encíclica de cada obispo de Roma suele tener un carácter programático, como sucedió en el caso de Pablo VI con «Ecclesiam suam» (1964) o de Juan Pablo II con «Redemptor hominis» (1979).
Según la crónica transmitida por la emisora pontificia, el Papa ya habría comenzado la redacción del texto en las semanas precedentes.
«El tempo a disposición, las condiciones ambientales, el silencio, la total tranquilidad de la zona y la capacidad del Papa para concentrarse en el trabajo, hacen pensar que aprovechará estos días para continuar el trabajo de su encíclica», añadía el periodista.
El Papa también tiene que preparar importantes discursos, como los que dirigirá a los jóvenes con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia, el mes de agosto, y grandes acontecimientos eclesiales, como el sínodo mundial sobre la Eucaristía, con el que concluirá el año dedicado a este sacramento.
Según indiscreciones, el Santo Padre se habría traído para sus vacaciones tres maletas llenas de libros.
Las vacaciones del Papa concluirán el 28 de julio, cuando regrese a Castel Gandolfo, residencia veraniega de los pontífices cercana a Roma.
Benedicto XVI ha comenzado la redacción de su primera encíclica y aprovecha para avanzar la tranquilidad que le ofrecen estos días de vacaciones en los Alpes italianos.
La noticia, que había sido filtrada por fuentes vaticanas en días pasados, ha encontrado una confirmación este martes en la crónica sobre las vacaciones papales que ha hecho a «Radio Vaticano» el periodista Salvatore Mazza, corresponsal del diario «Avvenire».
La primera encíclica de cada obispo de Roma suele tener un carácter programático, como sucedió en el caso de Pablo VI con «Ecclesiam suam» (1964) o de Juan Pablo II con «Redemptor hominis» (1979).
Según la crónica transmitida por la emisora pontificia, el Papa ya habría comenzado la redacción del texto en las semanas precedentes.
«El tempo a disposición, las condiciones ambientales, el silencio, la total tranquilidad de la zona y la capacidad del Papa para concentrarse en el trabajo, hacen pensar que aprovechará estos días para continuar el trabajo de su encíclica», añadía el periodista.
El Papa también tiene que preparar importantes discursos, como los que dirigirá a los jóvenes con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia, el mes de agosto, y grandes acontecimientos eclesiales, como el sínodo mundial sobre la Eucaristía, con el que concluirá el año dedicado a este sacramento.
Según indiscreciones, el Santo Padre se habría traído para sus vacaciones tres maletas llenas de libros.
Las vacaciones del Papa concluirán el 28 de julio, cuando regrese a Castel Gandolfo, residencia veraniega de los pontífices cercana a Roma.
