Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Gabaon

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24 Octubre 2002
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gabaon.blogspot.com
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 30 junio 2005 (ZENIT.org).

Benedicto XVI pidió este jueves reanudar el diálogo teológico oficial con las Iglesias ortodoxas, bloqueado desde el año 2000 al recibir a una delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla.

La delegación, guiada por el metropolita de Pérgamo Ioannis (Zizioulas), participó el 29 de junio en la misa de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, presidida por el Papa en la Basílica de San Pedro.

«Se experimenta la necesidad de unir las fuerzas y no ahorrar energías para que el diálogo teológico oficial, comenzado en 1980, entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas en su conjunta, se reanude con renovado vigor», afirmó el Papa en la audiencia que concedió a sus huéspedes ortodoxos.

El diálogo teológico oficial se realiza a través de una Comisión Mixta Internacional Católico-Ortodoxa de la que forman parte representantes de la Iglesia católica y de diferentes Iglesias ortodoxas.

El trabajo de la Comisión está bloqueado desde la reunión celebrada el año 2000 en Baltimore (Estados Unidos), pues surgieron claras divisiones al afrontar el argumento previsto para esa ocasión: «Implicaciones teológicas y canónicas del uniatismo», término con el que los ortodoxos se refieren a los cristianos de países de tradición ortodoxa en unión con el Papa.

En la audiencia, el Papa dio las gracias al patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I, pues «se está entregando para reactivar el trabajo de la Comisión».

«Es mi firme voluntad apoyar y alentar esta labor --aseguró el pontífice--. La búsqueda teológica, que tiene que afrontar cuestiones complejas y encontrar soluciones que no sean reductivas, es un compromiso serio, del que no podemos eximirnos».

«Si no podemos ignorar que la división hace menos eficaz la santísima causa de la predicación del Evangelio a toda criatura, ¿cómo podemos eximirnos de la tarea de examinar con claridad y buena voluntad nuestras diferencias, afrontándolas con la íntima convicción de que sean resueltas», preguntó el Papa.

Benedicto XVI aclaró que «la unidad que buscamos no es absorción ni fusión, sino el respeto de la multiforme plenitud de la Iglesia, que, según la voluntad de su fundador, Jesucristo, debe ser siempre una, santa, católica y apostólica».

Por último, el obispo de Roma manifestó la riqueza que aportan las Iglesias de Oriente, en particular las ortodoxas, a la misma Iglesia católica.

Citando el decreto del Concilio Vaticano II, «Unitatis redintegratio» (número 17), afirmó: «No hay que sorprenderse de que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan captado mejor y se hayan expuesto con más claridad por unos que por otros, de manera que hemos de declarar que las diversas fórmulas teológicas, más bien que oponerse entre sí, se completan y perfeccionan unas a otras».
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Bendiciones en Cristo.

Para esto no bastaban unas negritas, esto hay que ponerlo aparte a ver si terminan de cogerle la onda al tronco de Papa este que nos gastamos.

«la unidad que buscamos no es absorción ni fusión, sino el respeto de la multiforme plenitud de la Iglesia, que, según la voluntad de su fundador, Jesucristo, debe ser siempre una, santa, católica y apostólica».
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Bendiciones en Cristo.

Esto es viejo, pero bueno, bueno, bueno!

Endosado por la excelentísima opinión del ya no Panzer-Kardinal sino Panzer-Pope.

«No hay que sorprenderse de que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan captado mejor y se hayan expuesto con más claridad por unos que por otros, de manera que hemos de declarar que las diversas fórmulas teológicas, más bien que oponerse entre sí, se completan y perfeccionan unas a otras»

Ahem, Ahem!

Y Amen!
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Gabaon dijo:
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 30 junio 2005 (ZENIT.org).

Benedicto XVI pidió este jueves reanudar el diálogo teológico oficial con las Iglesias ortodoxas, bloqueado desde el año 2000 al recibir a una delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla.

La delegación, guiada por el metropolita de Pérgamo Ioannis (Zizioulas), participó el 29 de junio en la misa de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, presidida por el Papa en la Basílica de San Pedro.

«Se experimenta la necesidad de unir las fuerzas y no ahorrar energías para que el diálogo teológico oficial, comenzado en 1980, entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas en su conjunta, se reanude con renovado vigor», afirmó el Papa en la audiencia que concedió a sus huéspedes ortodoxos.

El diálogo teológico oficial se realiza a través de una Comisión Mixta Internacional Católico-Ortodoxa de la que forman parte representantes de la Iglesia católica y de diferentes Iglesias ortodoxas.

El trabajo de la Comisión está bloqueado desde la reunión celebrada el año 2000 en Baltimore (Estados Unidos), pues surgieron claras divisiones al afrontar el argumento previsto para esa ocasión: «Implicaciones teológicas y canónicas del uniatismo», término con el que los ortodoxos se refieren a los cristianos de países de tradición ortodoxa en unión con el Papa.

En la audiencia, el Papa dio las gracias al patriarca de Constantinopla, Bartolomeo I, pues «se está entregando para reactivar el trabajo de la Comisión».

«Es mi firme voluntad apoyar y alentar esta labor --aseguró el pontífice--. La búsqueda teológica, que tiene que afrontar cuestiones complejas y encontrar soluciones que no sean reductivas, es un compromiso serio, del que no podemos eximirnos».

«Si no podemos ignorar que la división hace menos eficaz la santísima causa de la predicación del Evangelio a toda criatura, ¿cómo podemos eximirnos de la tarea de examinar con claridad y buena voluntad nuestras diferencias, afrontándolas con la íntima convicción de que sean resueltas», preguntó el Papa.

Benedicto XVI aclaró que «la unidad que buscamos no es absorción ni fusión, sino el respeto de la multiforme plenitud de la Iglesia, que, según la voluntad de su fundador, Jesucristo, debe ser siempre una, santa, católica y apostólica».

Por último, el obispo de Roma manifestó la riqueza que aportan las Iglesias de Oriente, en particular las ortodoxas, a la misma Iglesia católica.

Citando el decreto del Concilio Vaticano II, «Unitatis redintegratio» (número 17), afirmó: «No hay que sorprenderse de que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan captado mejor y se hayan expuesto con más claridad por unos que por otros, de manera que hemos de declarar que las diversas fórmulas teológicas, más bien que oponerse entre sí, se completan y perfeccionan unas a otras».

porque tanto interes en la iglesia ORTODOXA preguntome yo?
E-C-U-M-E-N-I-S-M-O?
UNA sola religion mundial?
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

¡¡¡Ay, Gabaon!!!
No te dejes encandilar.
Los ortodoxos siguen y jamás renunciarán a la catolicidad que siempre tuvo como principio la libertad de cada obispo frente a su diocesis. Roma tuvo un "primado de honor" por estar la suya en la capital del imperio. Pero este primado de honor pasó a Constantinopla por la misma razón. Desde entonces el Patriarcado de Constantinopla pasó a ser "primus inter pares" (a pesar que el de Moscu se lo cuestionó al caer bajo el dominio de los turcos. De aquí que el Rey de todas las Rusias adopto el título de Zar -Cesar- y en sus banderas y escudos adoptaron el águila bicéfala. De aquí también que su patriarcado es el más reacio a cualquier tipo de entendimiento con Roma)
No olvides tampoco que el cisma que orquestó Roma no fué por causas doctrinales, sino de jurisdicción cuando ésta reclamó todo el sur de Italia, incluyendo Sicilia, que siempre habian estado bajo la jurisdicción Bizantina.
Puede haber tanto diálogo como les apetezca, pero sin olvidar que este diálogo es fruto de la debilidad, puesto que ambos grupos están en claro retroceso en la credibilidad de los pueblos que "creen" tener bajo las respectivas "jurisdicciones". Mayoritariamente estos pueblos lo interpretan como un yugo que desean sacudirse. Mira si esto es claro, que en nuestra España se ha promulgado una ley contra el sentir de la Jerarquía romanista.
Si alguien desea que se apruebe algo solo es necesario que cuente con la desaprobación de la Jerarquia católica. El resultado es seguro.
Este es siempre el resultado que obtienen aquellos que, en vez de convencer han usado el sistema de vencer mediante la imposición.
Aun recuerdo lo que ocurrió en España cuando se estrenó la pelicula "Hilda". La oposición y los anatemas de obispos y curas, llenaron los cines y alcanzó el máximo de asistencia. Claro que, la decepción tambien fué mayoritaria puesto que esperaban mucho más que lo que vieron.
Fraternalmente
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

¿Miramos al futuro?

Si nos empeñamos en mirar al pasado para buscar armas arrojadizas, poco vamos a avanzar.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Dios te bendiga Tobi.

Yo no estaría tan seguro como tú de que los Ortodoxos se quedarán de su lado, tengo la plena certeza de que un día compartiremos plenamente en completa comunión bajo un solo "patriarca".

A pesar de las causas históricas-no-doctrinales de la división hoy lo que nos mantiene separados son detalles teológicos. Detalles que en el 2000 limitaron el diálogo y hoy BXVI espera reanudarlo abiértamente.

Yo estoy bien consciente de los errores, faltas y abusos que los hijos de esta Iglesia han cometido y a ese convencimiento me han llevado hombres como Ratzinger que no lo esconden sino que quieren hacer algo al respecto.

Ratzinger tiene bien claro que esto se trata de Jesús y de nada más. Y según su opinión Jesús no tolera ni quiere que los suyos estén divididos y si para acabar con esa división Roma tiene que hacer concesiones, pues las va a hacer.

Una de esas concesiones no será el primado de Pedro. Es un primado mucho más que honorífico, aunque por boca del mismo Ratzinger, no se parece mucho a lo que hoy se vive en la Curia Romana y son esas las cosas que yo espero ansioso que este Papa empiece a capitalizar como cambios. Y así será.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

ES DE SINGULAR ALEGRIA ESTE TIPO DE NOTICIAS, LOS ACECAMIENTOS ENTRE LA IGLESIA HERMANA SIMPRE SERAN DIGNOS DE ALEGRIA





Gabaon dijo:
Dios te bendiga Tobi.

Yo no estaría tan seguro como tú de que los Ortodoxos se quedarán de su lado, tengo la plena certeza de que un día compartiremos plenamente en completa comunión bajo un solo "patriarca".

A pesar de las causas históricas-no-doctrinales de la división hoy lo que nos mantiene separados son detalles teológicos. Detalles que en el 2000 limitaron el diálogo y hoy BXVI espera reanudarlo abiértamente.

Yo estoy bien consciente de los errores, faltas y abusos que los hijos de esta Iglesia han cometido y a ese convencimiento me han llevado hombres como Ratzinger que no lo esconden sino que quieren hacer algo al respecto.

Ratzinger tiene bien claro que esto se trata de Jesús y de nada más. Y según su opinión Jesús no tolera ni quiere que los suyos estén divididos y si para acabar con esa división Roma tiene que hacer concesiones, pues las va a hacer.

Una de esas concesiones no será el primado de Pedro. Es un primado mucho más que honorífico, aunque por boca del mismo Ratzinger, no se parece mucho a lo que hoy se vive en la Curia Romana y son esas las cosas que yo espero ansioso que este Papa empiece a capitalizar como cambios. Y así será.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Gabaon
Yo no estaría tan seguro como tú de que los Ortodoxos se quedarán de su lado, tengo la plena certeza de que un día compartiremos plenamente en completa comunión bajo un solo "patriarca".
Yo eso no lo veo dificil, sino imposible. Además, a eso hay que añadirle las corrientes teologicas que se estan expandoiendo cada vez más dentro de la propia iglesia católica. Supongo que ya lo habrás leido. Se trata de las afirmaciones de González Faus el cual dice:
--------------------------------------------------------------------------------<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>

<o:p> </o:p>

He aquí lo que afirma González Faus. Profesor de teología católica en Barcelona:<o:p></o:p>

I. TESIS SOBRE <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:smarttags" /><st1:personName w:st="on" ProductID="LA CONSTITUCIᅮN DE">LA CONSTITUCIÓN DE</st1:personName> <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">LA IGLESIA</st1:personName> <o:p></o:p>

<o:p> </o:p>

A. Origen y naturaleza de <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> <o:p></o:p>

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1. <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">La Iglesia</st1:personName> se fundamenta en Jesús, pero nace de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Pascua">la Pascua</st1:personName> y es fundada por ella. En el Jesús histórico no hay intención de fundar una iglesia. Por tanto, difícilmente pudo haber instrucciones o prescripciones dadas a los apóstoles sobre las estructuras de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Iglesia. Lo">la Iglesia. Lo</st1:personName> que sí hubo es una comunidad de seguidores en torno a Jesús, creada por Él, y que, lógicamente, habrá de servir de espejo a la iglesia nacida de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Pascua.">la Pascua.</st1:personName> <o:p></o:p>

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2. No se puede equiparar el Reino de Dios con <st1:personName w:st="on" ProductID="la Iglesia.">la Iglesia.</st1:personName> Ésta sería una de las herejías más frecuentes y más nocivas para la eclesiología. <o:p></o:p>

<o:p> </o:p>

3. <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">La Iglesia</st1:personName> está bajo <st1:personName w:st="on" ProductID="la Palabra">la Palabra</st1:personName> de Dios. Aunque la lectura de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Biblia">la Biblia</st1:personName> es comunitaria, esto no significa que la comunidad (y menos aún sus representantes solos), estén por encima de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Palabra">la Palabra</st1:personName>, sino que han de ser obedientes a ella. Esta doble afirmación puede ser fuente de conflictos. Pero sería heterodoxo rehuir esos conflictos a base de eludir uno de los dos miembros de la afirmación. <o:p></o:p>

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4. <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">La Iglesia</st1:personName> es comunidad de los llamados a la fe. Es sencillamente herético creer que <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> se identifica con "el papa y los obispos" como poder sagrado, de modo que el llamado "pueblo de Dios" sea sólo un campo necesario para el ejercicio de ese poder sagrado. <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">La Iglesia</st1:personName> es sólo el pueblo creyente, el cual necesita unos "ministerios" para su vida como pueblo de Dios (cf. LG 2). <o:p></o:p>

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5. Pero <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> tampoco es una institución universal de la que las llamadas iglesias locales sólo sean "una pequeña parte": cada iglesia local es, a su vez, "la iglesia católica" ("la iglesia de Dios que está en ...."). Y el verdadero sentido universal de la palabra iglesia es el de una comunión de iglesias. <o:p></o:p>

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B. Estructuración de <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> <o:p></o:p>

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6. La eclesiología del Nuevo Testamento (NT) es enormemente plural. Aunque en tiempos históricos de crisis pueda ser necesario reforzar la unidad, sería contrario al NT institucionalizar una sola visión de <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName>, sacrificando la pluralidad. <o:p></o:p>

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7. Lo que decide sobre el carácter cristiano de una iglesia es que sus estructuras favorezcan la igualdad, la fraternidad y "la eminente dignidad de los pobres", desde la experiencia del Dios de Jesús. "Cuando esto falta, padece la comunidad cristiana aunque no falte ninguna estructura eclesiológica" (E. 81). <o:p></o:p>

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8. Los ministerios eclesiales están presentes en todo el NT. Pero su estructura es enormemente imprecisa y cambiable. En los evangelios no hay alusión directa a los diversos ministerios, porque éstos no provienen de Jesús. A lo que se atiende en los evangelios es a que aquellos ministerios, que entonces comenzaban a nacer, se asemejen a Jesús y se desarrollen en consonancia con Él. <o:p></o:p>

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<st1:metricconverter w:st="on" ProductID="9. A">9. A</st1:metricconverter> partir del s. III <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> necesitó institucionalizarse debido a su crecimiento. Como no tenía modelos para ello, recurrió unas veces a imitar la estructura de la sociedad civil romana, y otras a recuperar instituciones o normas del Antiguo Testamento (entonces es cuando se generaliza la terminología "sacerdotal" inexistente al principio). Este doble proceso es muy comprensible; pero no es obligatorio ni está exento de peligros para la iglesia posterior. Su mayor peligro, en frase de Karen Torjesen, es que "el concepto de dirección pasó de la esfera del ministerio a la del gobierno" (2) . <o:p></o:p>

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10. Como consecuencia de lo anterior, en el proceso de institucionalización de <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> fue desapareciendo la presencia de carismáticos y profetas, que había sido mucho más viva en la iglesia primera. Al estructurarse así, los "ministerios" se van convirtiendo en "cargos" y acumulando funciones que, en los orígenes, estaban más diversificadas. <o:p></o:p>

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11. La evolución de los ministerios acaba cuajando muy pronto en la tríada obispo presbítero diácono que, en los orígenes, era de fronteras bastante imprecisas. Lo que en ningún caso hay es "un plan establecido de antemano y mucho menos unas directrices dadas por Jesús" (E. 179). <o:p></o:p>

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12. En <st1:personName w:st="on" ProductID="LA IGLESIA">la Iglesia</st1:personName> del NT, la presidencia de la eucaristía y el llamado "poder de consagración" no aparecen todavía vinculados a la ordenación y a la imposición de manos. Ignacio de Antioquía requiere, para que la eucaristía sea válida, la autorización (no la "ordenación") del obispo (Smirn. 8,1) Ello parece deberse a la concepción hoy perdida de que, en una eucaristía válida (bebaia en terminología de san Ignacio) el presidente no es el único que consagra, sino que todo el pueblo que le rodea consagra y ofrece con él. <o:p></o:p>

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En la iglesia posterior, aún perdura algo de esto en los llamados "confesores"[3]. Algunos de ellos incluso fueron elegidos como obispos sin que se hable nunca de una ordenación presbiteral previa. Y hasta uno como Calixto llegó a papa. Esta regla se mantiene todavía en los cánones de Hipólito (336 340) (cf. E. 143). El primero del que consta que, habiendo sido elegido obispo de Roma como diácono, se hizo ordenar antes de presbítero, fue Gregorio VII en el s. XI. <o:p></o:p>

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En este marco, no tiene sentido argumentar que Jesús "no ordenó mujeres", puesto que tampoco ordenó varones. Para el tema del ministerio femenino sería más pertinente la pregunta de si El Resucitado eligió a mujeres como testigos de su Resurrección. <o:p></o:p>

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Este marco es indispensable para poder entrar ahora en el ministerio de los obispos. <o:p></o:p>

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C. Sobre el ministerio episcopal

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13. Hablando con estricta propiedad histórica, los obispos no son "sucesores" de los Apóstoles. "Iglesias apostólicas" eran sólo aquellas pocas que habían sido fundadas por algún apóstol. Pero en un sentido teológico, con carácter más "sacramental" que jurídico, puede hablarse de una especie de analogía o correspondencia dinámica, que permite usar aquel título en un sentido válido, pero más amplio. <o:p></o:p>

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14. Precisamente por lo anterior, "según san Ireneo, los presbíteros tienen también la sucesión apostólica" (E.183)[4]. La idea de cierta igualdad inicial entre obispos y presbíteros se extiende como mínimo hasta san Isidoro de Sevilla en el s. VII (E.188). <o:p></o:p>

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15. Una vez estructurados, hay dos elementos inseparables que deben considerarse esenciales tanto en el episcopado como en el presbiterado. Y son: a) la entrada en el colegio (episcopal o presbiteral) y b) la vinculación a una iglesia particular. Es decir: colegialidad y localidad. <o:p></o:p>

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16. En la iglesia antigua no es concebible ni una eucaristía celebrada sin comunidad, ni un obispo sin iglesia y que no ejerce como pastor. La actual figura jurídica de los obispos "in partibus" (sin diócesis), es una ruptura con la mejor tradición eclesial (a la que hipócritamente rinde homenaje con esa designación sólo nominal)[5]. <o:p></o:p>

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Y lo dicho hasta aquí sobre el ministerio episcopal, necesita otro marco de referencia, que proviene de aquel que es el "primus episcoporum": el obispo de Roma. <o:p></o:p>

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D. Sobre el ministerio de Pedro

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17. Pedro murió mártir en Roma pero no fue nunca obispo de Roma. Además, es muy probable históricamente que la iglesia de Roma fue gobernada durante bastantes años por un colegio de presbíteros (como todavía se adivina en la llamada "carta de Clemente"), y que la "sucesión episcopal" no surja en Roma hasta mediado el siglo II. <o:p></o:p>

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18. El Vicario de Pedro puede tener, como obispo de Roma y como patriarca de Occidente, unas atribuciones geográficamente limitadas que no tiene como papa. La iglesia universal no es una diócesis del papa ni el estado del papa. <o:p></o:p>

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19. La designación de los obispos durante todo el primer milenio y parte del segundo no fue competencia de los papas sino de las iglesias locales (o circunvecinas). Las formas concretas pudieron variar, pero el principio se consideraba voluntad de Dios y derecho apostólico. Las primeras desviaciones de este proceso se debieron a situaciones excepcionales, para evitar la intervención de los reyes y señores feudales. Más tarde (en la época de Avignon) a motivos muchos menos nobles[6]. Finalmente en Trento se generalizó la práctica actual, que debe seguir siendo mirada como "excepcional"[7]
.

Las negritas son mias
Como puedes ver el problema no está en la relación con la llamada Ortodoxia, sino en el mismo seno de la también llamada catolicidad. ¿Crees que Gonzalez Faus es el único teologo que piensa de esta manera?
Calquiera que bucee en la historia de la iglesia y la enseñanza de los llamadres "Padres" se da cuanta, sin lugar a dudas, que hubo una desviación tremenda que ha afectado a la pureza cristiana que nos legó la tradición apostólica.
Para la pretendida unidad de todos los cristianos son muchas las cosas que hay que "reformar" y no solo del catolicismo, sino tambien de la ortodoxia y del protestantismo. En todas partes encontramos desviaciones del mensaje apostólico y de la forma como se estructuraron las primeras comunidades eclesiales.
Que eso se conseguirá, es muy posible, pero no será por el cambio de actitudes de las Instituciones de la cristiandad. sino por consunción, a causa del abandono de las gentes de todas estas instituciones. El reinicio será el mismo que en los principios. El culto en hogares donde se reuniran pequeños grupos familiares para partir el pan, sin obispos o presbíteros y solo la comnidad alrededor de una mesa. Eso se extenderá lentamente (o rápidamente dependiendo del Espíritu Santo y de los planes de Dios)
Luego, las Instituciones, serán historia. La historia de una apostasía.
Así es como lo veo y sin pretender ser profeta.

P.D. No olvides, Gabaon, que el actual papa es un papa de transición.
Un abrazo fraternal.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

No es raro, a algunos les molesta este tipo de cosas...

PaAte.JPG
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

¿Molestar? ¿Por que?
Lee mi aportación y veras el alcance de estos abrazos.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Tobi dijo:
¿Molestar? ¿Por que?
Lee mi aportación y veras el alcance de estos abrazos.

Te sentiste aludido? Yo no te nombré...


Me voy a tomar unos mates con mi hija... Chau!
 
Texto de la Homilía del Papa.

Texto de la Homilía del Papa.

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 1 julio 2005 (ZENIT.org).

Queridos hermanos y hermanas:

La fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica.
Ante todo es una fiesta de la catolicidad. El signo de Pentecostés ―la nueva comunidad que habla en todas las lenguas y une a todos los pueblos en un único pueblo, en una familia de Dios― se ha hecho realidad. Nuestra asamblea litúrgica, en la que se encuentran reunidos obispos procedentes de todas las partes del mundo, personas de numerosas culturas y naciones, es una imagen de la familia de la Iglesia extendida por toda la tierra. Los extranjeros se han convertido en amigos; superando todos los confines, nos reconocemos hermanos. Así se ha cumplido la misión de san Pablo, que estaba convencido de ser "ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, ejerciendo el sagrado oficio del Evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles, consagrada por el Espíritu Santo, agrade a Dios" (Rm 15, 16).

La finalidad de la misión es una humanidad transformada en una glorificación viva de Dios, el culto verdadero que Dios espera: este es el sentido más profundo de la catolicidad, una catolicidad que ya nos ha sido donada y hacia la cual, sin embargo, debemos avanzar siempre de nuevo. Catolicidad no sólo expresa una dimensión horizontal, la reunión de muchas personas en la unidad; también entraña una dimensión vertical: sólo dirigiendo nuestra mirada a Dios, sólo abriéndonos a él, podemos llegar a ser realmente uno. Como san Pablo, también san Pedro vino a Roma, a la ciudad a donde confluían todos los pueblos y que, precisamente por eso, podía convertirse, antes que cualquier otra, en manifestación de la universalidad del Evangelio. Al emprender el viaje de Jerusalén a Roma, ciertamente sabía que lo guiaban las palabras de los profetas, la fe y la oración de Israel.

En efecto, la misión hacia todo el mundo también forma parte del anuncio de la antigua alianza: el pueblo de Israel estaba destinado a ser luz de las naciones. El gran salmo de la Pasión, el salmo 21, cuyo primer versículo "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" pronunció Jesús en la cruz, terminaba con la visión: "Volverán al Señor de todos los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos" (Sal 21, 28). Cuando san Pedro y san Pablo vinieron a Roma, el Señor, que había iniciado ese salmo en la cruz, había resucitado; ahora se debía anunciar a todos los pueblos esa victoria de Dios, cumpliendo así la promesa con la que concluía el Salmo.
Catolicidad significa universalidad, multiplicidad que se transforma en unidad; unidad que, a pesar de todo, sigue siendo multiplicidad. Las palabras de san Pablo sobre la universalidad de la Iglesia nos han explicado que de esta unidad forma parte la capacidad de los pueblos de superarse a sí mismos para mirar hacia el único Dios.

El fundador de la teología católica, san Ireneo de Lyon, en el siglo II, expresó de un modo muy hermoso este vínculo entre catolicidad y unidad: "la Iglesia recibió esta predicación y esta fe, y, extendida por toda la tierra, con esmero la custodia como si habitara en una sola familia. Conserva una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón, y la predica, enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca. Ciertamente, son diversas las lenguas, según las diversas regiones, pero la fuerza de la tradición es una y la misma. Las Iglesias de Alemania no creen de manera diversa, ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de España, las de Francia, o las del Oriente, como las de Egipto o Libia, así como tampoco las Iglesias constituidas en el centro del mundo; sino que, así como el sol, que es una criatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la luz de la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los seres humanos que quieren venir al conocimiento de la verdad" (Adversus haereses, I, 10, 2).

La unidad de los hombres en su multiplicidad ha sido posible porque Dios, el único Dios del cielo y de la tierra, se nos manifestó; porque la verdad esencial sobre nuestra vida, sobre nuestro origen y nuestro destino, se hizo visible cuando él se nos manifestó y en Jesucristo nos hizo ver su rostro, se nos reveló a sí mismo. Esta verdad sobre la esencia de nuestro ser, sobre nuestra vida y nuestra muerte, verdad que Dios hizo visible, nos une y nos convierte en hermanos. Catolicidad y unidad van juntas. Y la unidad tiene un contenido: la fe que los Apóstoles nos transmitieron de parte de Cristo.

Me alegra haber entregado a la Iglesia ayer ―en la fiesta de san Ireneo y en la víspera de la solemnidad de San Pedro y San Pablo― una nueva guía para la transmisión de la fe, que nos ayuda a conocer mejor y también a vivir mejor la fe que nos une: el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica. Lo que en el gran Catecismo, mediante los testimonios de los santos de todos los siglos y con las reflexiones maduradas en la teología, se presenta de manera detallada, aquí, en este libro, se encuentra recapitulado en sus contenidos esenciales, que luego se han de traducir al lenguaje diario y se han de concretar siempre de nuevo.

El libro está estructurado en forma de diálogo, con preguntas y respuestas; catorce imágenes asociadas a los diversos campos de la fe invitan a la contemplación y a la meditación. Resumen, por decir así, de modo visible lo que la palabra desarrolla detalladamente. Al inicio está un icono de Cristo del siglo VI, que se encuentra en el monte Athos y representa a Cristo en su dignidad de Señor de la tierra, pero a la vez como heraldo del Evangelio, que lleva en la mano. "Yo soy el que soy" ―este misterioso nombre de Dios, propuesto en la antigua alianza― se halla escrito allí como su nombre propio: todo lo que existe viene de él; él es la fuente originaria de todo ser. Y por ser único, también está siempre presente, siempre está cerca de nosotros y, al mismo tiempo, siempre nos precede, como "señal" en el camino de nuestra vida; más aún, él mismo es el camino.

No se puede leer este libro como se lee una novela. Hace falta meditarlo con calma en cada una de sus partes, dejando que su contenido, mediante las imágenes, penetre en el alma. Espero que así sea acogido, a fin de que se convierta en una buena guía para la transmisión de la fe.
Hemos dicho que catolicidad de la Iglesia y unidad de la Iglesia van juntas. El hecho de que ambas dimensiones se nos hagan visibles en las figuras de los santos Apóstoles nos indica ya la característica sucesiva de la Iglesia: apostólica. ¿Qué significa?

El Señor instituyó doce Apóstoles, como eran doce los hijos de Jacob, señalándolos de esa manera como iniciadores del pueblo de Dios, el cual, siendo ya universal, en adelante abarca a todos los pueblos. San Marcos nos dice que Jesús llamó a los Apóstoles para que "estuvieran con él y también para enviarlos" (Mc 3, 14). Casi parece una contradicción. Nosotros diríamos: o están con él o son enviados y se ponen en camino.

El Papa san Gregorio Magno tiene un texto acerca de los ángeles que nos puede ayudar a aclarar esa aparente contradicción. Dice que los ángeles son siempre enviados y, al mismo tiempo, están siempre en presencia de Dios, y continúa: "Dondequiera que sean enviados, dondequiera que vayan, caminan siempre en presencia de Dios" (Homilía 34, 13). El Apocalipsis se refiere a los obispos como "ángeles" de su Iglesia; por eso, podemos hacer esta aplicación: los Apóstoles y sus sucesores deberían estar siempre en presencia del Señor y precisamente así, dondequiera que vayan, estarán siempre en comunión con él y vivirán de esa comunión.

La Iglesia es apostólica porque confiesa la fe de los Apóstoles y trata de vivirla. Hay una unicidad que caracteriza a los Doce llamados por el Señor, pero al mismo tiempo existe una continuidad en la misión apostólica. San Pedro, en su primera carta, se refiere a sí mismo como "co-presbítero" con los presbíteros a los que escribe (cf. 1 P 5, 1). Así expresó el principio de la sucesión apostólica: el mismo ministerio que él había recibido del Señor prosigue ahora en la Iglesia gracias a la ordenación sacerdotal. La palabra de Dios no es sólo escrita; gracias a los testigos que el Señor, por el sacramento, insertó en el ministerio apostólico, sigue siendo palabra viva.

Así ahora me dirijo a vosotros, queridos hermanos en el episcopado. Os saludo con afecto, juntamente con vuestros familiares y con los peregrinos de las respectivas diócesis. Estáis a punto de recibir el palio de manos del Sucesor de Pedro. Lo hemos hecho bendecir, como por el mismo san Pedro, poniéndolo junto a su tumba. Ahora es expresión de nuestra responsabilidad común ante el "Pastor supremo", Jesucristo, del que habla san Pedro (cf. 1 P 5, 4).

El palio es expresión de nuestra misión apostólica. Es expresión de nuestra comunión, que en el ministerio petrino tiene su garantía visible. Con la unidad, al igual que con la apostolicidad, está unido el servicio petrino, que reúne visiblemente a la Iglesia de todas las partes y de todos los tiempos, impidiéndonos de este modo a cada uno de nosotros caer en falsas autonomías, que con demasiada facilidad se transforman en particularizaciones de la Iglesia y así pueden poner en peligro su independencia.

Con esto no queremos olvidar que el sentido de todas las funciones y los ministerios es, en el fondo, que "lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud", de modo que crezca el cuerpo de Cristo "para construcción de sí mismo en el amor" (Ef 4, 13. 16).

Desde esta perspectiva, saludo con afecto y gratitud a la delegación de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, que ha enviado el Patriarca ecuménico Bartolomé I, al que dirijo un saludo cordial. Encabezada por el metropolita Ioannis, ha venido a nuestra fiesta y participa en nuestra celebración. Aunque aún no estamos de acuerdo en la cuestión de la interpretación y el alcance del ministerio petrino, estamos juntos en la sucesión apostólica, estamos profundamente unidos unos a otros por el ministerio episcopal y por el sacramento del sacerdocio, y confesamos juntos la fe de los Apóstoles como se nos ha transmitido en la Escritura y como ha sido interpretada en los grandes concilios.

En este momento de la historia, lleno de escepticismo y de dudas, pero también rico en deseo de Dios, reconocemos de nuevo nuestra misión común de testimoniar juntos a Cristo nuestro Señor y, sobre la base de la unidad que ya se nos ha donado, de ayudar al mundo para que crea. Y pidamos con todo nuestro corazón al Señor que nos guíe a la unidad plena, a fin de que el esplendor de la verdad, la única que puede crear la unidad, sea de nuevo visible en el mundo.

El evangelio de este día nos habla de la confesión de san Pedro, con la que inició la Iglesia: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). He hablado de la Iglesia una, católica y apostólica, pero no lo he hecho aún de la Iglesia santa; por eso, quisiera recordar en este momento otra confesión de Pedro, pronunciada en nombre de los Doce en la hora del gran abandono: "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 69). ¿Qué significa? Jesús, en la gran oración sacerdotal, dice que se santifica por los discípulos, aludiendo al sacrificio de su muerte (cf. Jn 17, 19). De esta forma Jesús expresa implícitamente su función de verdadero Sumo Sacerdote que realiza el misterio del "Día de la reconciliación", ya no sólo mediante ritos sustitutivos, sino en la realidad concreta de su cuerpo y su sangre.

En el Antiguo Testamento, las palabras "el Santo de Dios" indicaban a Aarón como sumo sacerdote que tenía la misión de realizar la santificación de Israel (cf. Sal 105, 16; Si 45, 6). La confesión de Pedro en favor de Cristo, a quien llama "el Santo de Dios", está en el contexto del discurso eucarístico, en el cual Jesús anuncia el gran Día de la reconciliación mediante la ofrenda de sí mismo en sacrificio: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo" (Jn 6, 51).

Así, sobre el telón de fondo de esa confesión, está el misterio sacerdotal de Jesús, su sacrificio por todos nosotros. La Iglesia no es santa por sí misma, pues está compuesta de pecadores, como sabemos y vemos todos. Más bien, siempre es santificada de nuevo por el Santo de Dios, por el amor purificador de Cristo. Dios no sólo ha hablado; además, nos ha amado de una forma muy realista, nos ha amado hasta la muerte de su propio Hijo. Esto precisamente nos muestra toda la grandeza de la revelación, que en cierto modo ha infligido las heridas al corazón de Dios mismo. Así pues, cada uno de nosotros puede decir personalmente, con san Pablo: "Yo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20).

Pidamos al Señor que la verdad de estas palabras penetre profundamente, con su alegría y con su responsabilidad, en nuestro corazón. Pidámosle que, irradiándose desde la celebración eucarística, sea cada vez más la fuerza que transforme nuestra vida.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Dios te bendiga Tobi.

Te aseguro con toda honestidad que no había leido el texto de la Homilía antes de postear mi respuesta para ti.

Y ahí esta nuestro Papa valientemente buscando la unidad.

El tema del final creo, casi con total certeza, será el tema de su primera encíclica. Ya he visto unos cuantos indicios de que por ahí viene la cosa, pero no tengo más fuente que mi corazón y el anhelo de que así sea.

Creo que Ratzinger aclarará mucho sobre lo que significa Cristo-Jesús, su muerte y su Resurrección para el día a día de la Iglesia. Creo que esa será una prioridad casi obsesionante para él y eso atraerá a muchos de vuelta a casa, sencillamente porque Jesús seduce.

Lo de más son sólo detalles. Bueno, no fue acaso el Maestro el que dijo que si buscamos primero su Reino lo demás...

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

¿Cual iglesia, Gabaon?
No el actual papa, sino el papado entero ha perdido credibilidad. En España el 80% de los bautizados les ha vuelto la espalda, como en el mundo entero les vuelen la espalda a toda forma de religión institucionalizada. Si lo hace mediante homilias y enciclicas, ¿quien las leerá? Solo aquellos que no hace faltan que se las lean. Si lo hace por la televisión, la gente cambiará de canal.
Vuestra y nuestra Jerarquía han perdido credibilidad y por mucho que hagan no serán escuchados.
Preguntate cual es la edad media de los sacerdotes y veras cual es el panorama.
La llamada secularización es un hecho más amplio de lo que parece y crece día a día de una manera imparable.
El clamor de una minoría que aun cree es Cristo si, Iglesia no.
En cuanto a los que tambien son creyentes incondicionales, observa en estos mismos foros la talla ética que manifiestan.
Fraternalmente
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

palermo dijo:
Te sentiste aludido? Yo no te nombré...


Me voy a tomar unos mates con mi hija... Chau!

¿Hasta en esto muestras tu extraña honestidad?
Aprende de Gabaon, te conviene más que el mate.
 
El Diálogo se reanudará en Otoño revela Kasper.

El Diálogo se reanudará en Otoño revela Kasper.

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 4 julio 2005 (ZENIT.org).

En el próximo otoño se reanudará el diálogo teológico internacional entre las Iglesias ortodoxas y la católica, ha revelado el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Era una de las propuestas que había hecho Benedicto XVI a la delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla, con el que se reunió el 29 y el 30 de julio, con motivo de su visita a Roma con ocasión de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo.

En declaraciones a «Radio Vaticano» este sábado, el cardenal Kasper confirma que la delegación comunicó «oficialmente que en otoño podremos retomar el diálogo internacional con todas las Iglesias ortodoxas».

El diálogo teológico oficial, que tiene lugar a través de una Comisión Mixta Internacional Católico-Ortodoxa de la que forman parte representantes de la Iglesia católica y de diferentes Iglesias ortodoxas estaba bloqueado desde la reunión celebrada el año 2000 en Baltimore (Estados Unidos), a causa de las divisiones surgidas sobre el argumento de aquel encuentro.

El argumento, «Implicaciones teológicas y canónicas del uniatismo», se refería al término con el que los ortodoxos hablan de los cristianos de países de tradición ortodoxa en unión con el Papa.

El purpurado alemán visitó entre el 20 y el 23 de junio Moscú y allí recibió la disponibilidad de la Iglesia ortodoxa rusa para participar en este diálogo.

El tema que afrontará el diálogo teológico entre católicos y ortodoxos en un primer momento será «Iglesia, ¿qué significa, en realidad?», revela el purpurado.

«Por tanto, hablaremos de la comunidad eclesial y en este contexto afrontaremos la cuestión neurálgica con la Ortodoxia, es decir, el primado del ministerio petrino», explica, en referencia a la concepción del papel del obispo de Roma.

«En este ámbito, después, será posible también reanudar la cuestión de la Iglesia "uniata" --revela--. Creo que en este momento estos son los aspectos que hay que considerar. No será una discusión fácil, pero finalmente afrontaremos abiertamente los problemas que existen entre nosotros».

Por lo que se refiere a su viaje a Moscú, el cardenal Kasper explica que «la atmósfera fue cordial y cortés; no la definiría calurosa, pero seguramente fraternal».

«Hemos razonado sobre los ámbitos en los que podemos colaborar, sobre todo en el campo social y cultural, y sobre cómo podemos ofrecer un testimonio común contra el actual secularismo. Aquí hay posibilidades de encuentro», indica.

«Hemos dicho también que sería deseable el que se verificaran encuentros entre monasterios, considerando la gran importancia que en la Iglesia ortodoxa tiene el monaquismo», añade.

«Las perspectivas son totalmente positivas», concluye.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

"Sean UNO para que el mundo crea", dice el Señor. Y sólo los valientes se animan a esto. Adelante Pedro !!! Seamos UNO !!!!
 
Re: El Diálogo se reanudará en Otoño revela Kasper.

Re: El Diálogo se reanudará en Otoño revela Kasper.

Gabaon dijo:
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 4 julio 2005 (ZENIT.org).

En el próximo otoño se reanudará el diálogo teológico internacional entre las Iglesias ortodoxas y la católica, ha revelado el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Era una de las propuestas que había hecho Benedicto XVI a la delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla, con el que se reunió el 29 y el 30 de julio, con motivo de su visita a Roma con ocasión de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo.

En declaraciones a «Radio Vaticano» este sábado, el cardenal Kasper confirma que la delegación comunicó «oficialmente que en otoño podremos retomar el diálogo internacional con todas las Iglesias ortodoxas».

El diálogo teológico oficial, que tiene lugar a través de una Comisión Mixta Internacional Católico-Ortodoxa de la que forman parte representantes de la Iglesia católica y de diferentes Iglesias ortodoxas estaba bloqueado desde la reunión celebrada el año 2000 en Baltimore (Estados Unidos), a causa de las divisiones surgidas sobre el argumento de aquel encuentro.

El argumento, «Implicaciones teológicas y canónicas del uniatismo», se refería al término con el que los ortodoxos hablan de los cristianos de países de tradición ortodoxa en unión con el Papa.

El purpurado alemán visitó entre el 20 y el 23 de junio Moscú y allí recibió la disponibilidad de la Iglesia ortodoxa rusa para participar en este diálogo.

El tema que afrontará el diálogo teológico entre católicos y ortodoxos en un primer momento será «Iglesia, ¿qué significa, en realidad?», revela el purpurado.

«Por tanto, hablaremos de la comunidad eclesial y en este contexto afrontaremos la cuestión neurálgica con la Ortodoxia, es decir, el primado del ministerio petrino», explica, en referencia a la concepción del papel del obispo de Roma.

«En este ámbito, después, será posible también reanudar la cuestión de la Iglesia "uniata" --revela--. Creo que en este momento estos son los aspectos que hay que considerar. No será una discusión fácil, pero finalmente afrontaremos abiertamente los problemas que existen entre nosotros».

Por lo que se refiere a su viaje a Moscú, el cardenal Kasper explica que «la atmósfera fue cordial y cortés; no la definiría calurosa, pero seguramente fraternal».

«Hemos razonado sobre los ámbitos en los que podemos colaborar, sobre todo en el campo social y cultural, y sobre cómo podemos ofrecer un testimonio común contra el actual secularismo. Aquí hay posibilidades de encuentro», indica.

«Hemos dicho también que sería deseable el que se verificaran encuentros entre monasterios, considerando la gran importancia que en la Iglesia ortodoxa tiene el monaquismo», añade.

«Las perspectivas son totalmente positivas», concluye.

He aquí la frase clave:
«Hemos razonado sobre los ámbitos en los que podemos colaborar, sobre todo en el campo social y cultural, y sobre cómo podemos ofrecer un testimonio común contra el actual secularismo. Aquí hay posibilidades de encuentro», indica.
¿Acaso se necesitan Instituciones religiosas en el campo social y cultural?
Ten por seguro, Gabaon, que las tambien Instituciones secularizadas preferirán que las religiosas esten lo más lejos posible.
Hay algo que lo muestra de una manera mas que rotunda: El ex jesuita misionero ahora laico en India y cuyo nombre curiosamente es el de Vicente Ferrer. Llevó la secularización al último extremo y lo que ha coseguido es algo realmente formidable.
Puede que jerarcas católicos y ortodoxos "dialóguen" pero será un diálogo de sordos. El mundo secularizado no les escuchará puesto que ya no les queda credibilidad.
 
Re: Benedicto XVI Reanuda el diálogo con los Ortodoxos

Dios te bendiga Tobi.

Puede que jerarcas católicos y ortodoxos "dialóguen" pero será un diálogo de sordos. El mundo secularizado no les escuchará puesto que ya no les queda credibilidad.
Oirán Tobi, oirán! pues escrito está:

"También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor." (Juan 10, 16)

Así será antes que Él vuelva.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.