Juan Antonio Reig, es Obispo de Castellón (España), también es:
[font="]«Estoy avergonzado por el ridículo de España»[/font][font="]<o
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Viernes, 1 de julio 2005
Triste y avergonzado por el «ridículo» de España «ante los ojos del mundo», pero con ganas de echar un pulso al Gobierno.Así se muestra, pocas horas después de la aprobación de las bodas gays, Juan Antonio Reig, obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal. Lo cuenta José Manuel Vidal en El Mundo.<o
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[font="]“Como español, me siento avergonzado. Estamos haciendo el ridículo más espantoso ante los ojos atónitos de Europa, de Latinoamérica y de todo el mundo. Estamos dando un espectáculo bochornoso”, dice en declaraciones a El Mundo uno de los prelados españoles que más se ha distinguido en la lucha en pro del “verdadero” matrimonio.<o
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[font="] El responsable de los temas familiares del episcopado se duele del mal ejemplo de España y el efecto contagio de su antinatural decisión. Sobre todo en Latinoamérica, que sigue mirando a la madre patria. A su juicio, la otrora católica España “que llevó la luz de la evangelización al Nuevo Mundo, le manda ahora la oscuridad”. Una oscuridad en forma de aprobación del matrimonio gay que “puede provocar una cascada de reacciones en aquellos y en otros países”.<o
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[font="] Pero más allá de las eventuales repercusiones de la decisión del Parlamento, el obispo de Castellón se duele por la tragedia en sí misma que, a su juicio, representa esta ley. “Es un paso atrás decisivo. Un retroceso en la civilización, una ceguera y un atentado contra la institución familiar, célula básica de la sociedad”, explica el obispo desde Lourdes, donde se encuentra acompañando a las 600 personas de su diócesis que han peregrinado al santuario mariano francés.<o
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[font="] Y sin pelos en la lengua, como en él suele ser habitual, arremete contra el principal causante del desaguisado: el Gobierno de Zapatero. “No se puede gobernar de esta forma. Zapatero tiene que sentarse y escuchar todas las voces y el clamor popular que se plasmó en la manifestación del 18 J en Madrid con la presencia de millón y medio de personas. Esa es la voz de la calle y de la sociedad. Un gobernante prudente y coherente debería escucharla”, argumenta.<o
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[font="] Reig acusa, además, al Gobierno de “haber cometido deslealtad. Y con la familia, el pilar básico de la sociedad, no se puede ser desleal. No se puede gobernar sólo favoreciendo a algunos grupos y a determinados intereses, atentando contra una institución sagrada como es el matrimonio”.<o
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[font="] El prelado levantino augura que la ley va a crear “mayor división y crispación en la sociedad y en el mundo católico”. Pero esta vez, la Iglesia tampoco se va a resignar ni a quedar cruzada de brazos. Al menos, monseñor Reig lo tiene claro: “Los católicos no vamos a parar, vamos a seguir movilizando a las familias para que la ley no se lleve adelante”.<o
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[font="] Y el prelado levantino apunta cuatro medidas concretas para hacer frente a la política del Gobierno socialista. La primera, mantener en vilo al movimiento familiar español. Con más manifestaciones y concentraciones, si es necesario. “Porque asistir impasible a las fechorías de un Gobierno que le da la espalda a lo que le da estabilidad a la nación, es decir a la familia, sería cometer un grave pecado de omisión”. <o
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[font="] En segundo lugar, poner en marcha, de acuerdo con alguna asociación familiar de signo católico, los oportunos recursos ante los tribunales de Justicia. “Iremos al Tribunal Constitucional y adonde haga falta, porque esta ley ni siquiera hace justicia al concepto de varón y de mujer”, asegura. <o
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[font="] En tercer lugar, la Iglesia española está dispuesta a utilizar en esta “cruzada” que considera esencial la presión y la autoridad moral del Vaticano y del nuevo Papa. De hecho, se prevé que el próximo lunes, día 4, Benedicto XVI aproveche el encuentro que va a mantener en Roma con el cardenal Rouco y una delegación de la archidiócesis madrileña, para arremeter contra las leyes socialistas que quiebran el espinazo a la concepción antropológica y doctrinal de la Iglesia. Reig, renonoce, de hecho “que el Vaticano mira a España con mucha preocupación”.<o
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[font="] Y por último o en primer término, siempre queda el recurso a la oración. Como dice monseñor Reig, “estamos aquí en Lourdes, rezando a los pies de la Virgen para que cambie el corazón de los gobernantes. Y lo que es imposible para los hombres suele ser muy fácil para María”.<o
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“Actualmente es, también, Presidente de la Subcomisión Episcopal de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida, Vicepresidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar y Vicepresidente-Decano del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia (Sede de Valencia) dependiente de la Pontificia Universidad Lateranense.”
Hoy José Manuel Vidal, reseña en el diario El Mundo, unas declaraciones suyas que titulan con una de sus declaraciones “Estoy avergonzando por el ridículo de España”, están publicadas también en “Religión digital”, transcribo:[font="]«Estoy avergonzado por el ridículo de España»[/font][font="]<o
[font="]RD
Viernes, 1 de julio 2005
Triste y avergonzado por el «ridículo» de España «ante los ojos del mundo», pero con ganas de echar un pulso al Gobierno.Así se muestra, pocas horas después de la aprobación de las bodas gays, Juan Antonio Reig, obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal. Lo cuenta José Manuel Vidal en El Mundo.<o
[font="]“Como español, me siento avergonzado. Estamos haciendo el ridículo más espantoso ante los ojos atónitos de Europa, de Latinoamérica y de todo el mundo. Estamos dando un espectáculo bochornoso”, dice en declaraciones a El Mundo uno de los prelados españoles que más se ha distinguido en la lucha en pro del “verdadero” matrimonio.<o
[font="] El responsable de los temas familiares del episcopado se duele del mal ejemplo de España y el efecto contagio de su antinatural decisión. Sobre todo en Latinoamérica, que sigue mirando a la madre patria. A su juicio, la otrora católica España “que llevó la luz de la evangelización al Nuevo Mundo, le manda ahora la oscuridad”. Una oscuridad en forma de aprobación del matrimonio gay que “puede provocar una cascada de reacciones en aquellos y en otros países”.<o
[font="] Pero más allá de las eventuales repercusiones de la decisión del Parlamento, el obispo de Castellón se duele por la tragedia en sí misma que, a su juicio, representa esta ley. “Es un paso atrás decisivo. Un retroceso en la civilización, una ceguera y un atentado contra la institución familiar, célula básica de la sociedad”, explica el obispo desde Lourdes, donde se encuentra acompañando a las 600 personas de su diócesis que han peregrinado al santuario mariano francés.<o
[font="] Y sin pelos en la lengua, como en él suele ser habitual, arremete contra el principal causante del desaguisado: el Gobierno de Zapatero. “No se puede gobernar de esta forma. Zapatero tiene que sentarse y escuchar todas las voces y el clamor popular que se plasmó en la manifestación del 18 J en Madrid con la presencia de millón y medio de personas. Esa es la voz de la calle y de la sociedad. Un gobernante prudente y coherente debería escucharla”, argumenta.<o
[font="] Reig acusa, además, al Gobierno de “haber cometido deslealtad. Y con la familia, el pilar básico de la sociedad, no se puede ser desleal. No se puede gobernar sólo favoreciendo a algunos grupos y a determinados intereses, atentando contra una institución sagrada como es el matrimonio”.<o
[font="] El prelado levantino augura que la ley va a crear “mayor división y crispación en la sociedad y en el mundo católico”. Pero esta vez, la Iglesia tampoco se va a resignar ni a quedar cruzada de brazos. Al menos, monseñor Reig lo tiene claro: “Los católicos no vamos a parar, vamos a seguir movilizando a las familias para que la ley no se lleve adelante”.<o
[font="] Y el prelado levantino apunta cuatro medidas concretas para hacer frente a la política del Gobierno socialista. La primera, mantener en vilo al movimiento familiar español. Con más manifestaciones y concentraciones, si es necesario. “Porque asistir impasible a las fechorías de un Gobierno que le da la espalda a lo que le da estabilidad a la nación, es decir a la familia, sería cometer un grave pecado de omisión”. <o
[font="] En segundo lugar, poner en marcha, de acuerdo con alguna asociación familiar de signo católico, los oportunos recursos ante los tribunales de Justicia. “Iremos al Tribunal Constitucional y adonde haga falta, porque esta ley ni siquiera hace justicia al concepto de varón y de mujer”, asegura. <o
[font="] En tercer lugar, la Iglesia española está dispuesta a utilizar en esta “cruzada” que considera esencial la presión y la autoridad moral del Vaticano y del nuevo Papa. De hecho, se prevé que el próximo lunes, día 4, Benedicto XVI aproveche el encuentro que va a mantener en Roma con el cardenal Rouco y una delegación de la archidiócesis madrileña, para arremeter contra las leyes socialistas que quiebran el espinazo a la concepción antropológica y doctrinal de la Iglesia. Reig, renonoce, de hecho “que el Vaticano mira a España con mucha preocupación”.<o
[font="] Y por último o en primer término, siempre queda el recurso a la oración. Como dice monseñor Reig, “estamos aquí en Lourdes, rezando a los pies de la Virgen para que cambie el corazón de los gobernantes. Y lo que es imposible para los hombres suele ser muy fácil para María”.<o