LAS TORRES HAN CAIDO –PERO NOSOTROS IGNORAMOS EL MENSAJE

Bart

2
24 Enero 2001
34.921
4.188

http://www.forocristiano.com/showthread.php?s=&threadid=3701&highlight=Trade


Hermano Mario
Miembro Reciente
Registrado: Sep 1999
Localización: Temuco, Chile
Mensajes: 21 Las torres han caído, pero...
Amados hermanos:

¡Bendiciones en el nombre de Cristo, el cual viene pronto por su Iglesia!

Les envío una traducción del mensaje compartido en la iglesia Times Square Church de Nueva York por el Hno. David Wilkerson en septiembre de 2001, después de los sucesos del 11 de septiembre.

Espero les sea de bendición.


-------

Times Square Church
NEW YORK CITY

LAS TORRES HAN CAIDO –PERO NOSOTROS IGNORAMOS EL MENSAJE

(David Wilkerson)

El martes, el 11 de septiembre de 2001, se destruyeron las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York. Cinco días después, mientras preparaba este mensaje, miraba hacia fuera por la ventana de mi estudio en nuestro apartamento del 30º piso. Grandes nubes de humo aún se elevaban sin llamas de las ruinas. Subían del cascote y flotaban sobre el Río Hudson, pasando sobre la Estatua de Libertad.

El domingo siguiente, antes de predicar este mensaje a la iglesia de Times Square, lloré a la vista de la devastación absoluta. Clamé a Dios por misericordia: misericordia para las afligidas familias que perdieron a sus amados. Misericordia para los obreros todavía excavando a través del cascote, esperando localizar a los sobrevivientes, pero encontrando sólo cadáveres y partes de cuerpos. Misericordia para los policías, bomberos y voluntarios que lloraban abiertamente viendo horrores indescriptibles.

Se permitió a nuestra congregación instalar una tienda de ayuda en el sitio del desastre. Líderes del ministerio y voluntarios trabajaron incansablemente hora tras hora, ayudando con alimentos y animando a los obreros cansados.

Seis semanas antes del desastre, el Espíritu Santo previno a nuestro personal pastoral que una calamidad vendría. Nosotros habíamos programado varios eventos mayores para esos días, incluyendo nuestra Conferencia de las Misiones y Convención de Jóvenes. Pero el Espíritu de Dios nos movió a cancelar todo. En cambio, nos sentimos impulsados a llamar nuestra congregación a la oración.

Decidimos celebrar reuniones de oración cuatro noches en la semana. Desde el principio, cada reunión estuvo marcada por una quietud imponente que envolvía a la asamblea. Nos sentábamos calladamente en el la presencia de Señor, a menudo sin un sonido, por hasta una hora, seguido por suaves llantos y arrepentimiento del corazón. En una de estas reuniones, yo tenía que sostener mis rodillas con mis manos, temblando en la presencia imponente de Dios.

Durante esta visitación del Señor, su espíritu santo nos revelaba que había una razón para la aflicción de nuestros corazones. Estábamos siendo movidos así porque se avecinaba una gran tragedia. Una calamidad severa estaba viniendo a la nación. Y aunque nosotros no supimos lo que era, nuestros corazones fueron conmovidos para interceder en relación a ello.

Entonces, repentinamente, la calamidad golpeó. Y no sólo a nuestra ciudad, sino además a la capital de la nación. Una estación noticiosa declaró, “Piénselo, en una hora, nuestros dos símbolos de poder y prosperidad han sido golpeados con violencia.” Sin saberlo, estaba citando Apocalipsis 18:10: “¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!”

A un policía, miembro de nuestra iglesia, evacuado del lugar, sus subalternos le consultaban: “¿Qué significa esto? Qué está pasando?” Entretanto, la nación entera ha estado preguntando, “Dónde está Dios en todo esto?”

Tenemos razón hacer esta pregunta. Necesitamos entender dónde está Dios en esta calamidad. Y para ello, tenemos que confiar exclusivamente en su santa Palabra. Hemos oído centenares de opiniones de los expertos de los medios de comunicación y políticos. Pero toda su retórica suena lo mismo. No hay una comprensión real del significado de esta súbita destrucción.

Una cosa puedo asegurarle: Dios no fue tomado por sorpresa. Él conoce los pensamientos de todos los seres humanos, incluso cada gobernante, déspota y terrorista. El Señor supervisa los movimientos de cada persona en la masa entera de humanidad. Él conoce nuestro sentarnos y nuestro levantarnos. Y puedo decirle, esta es una cosa segura: Dios tiene todo bajo control. Nada en la faz de la tierra tiene lugar sin su conocimiento, su consentimiento y, aun, su intervención oculta.


--------------------------------------------------------------------------------

Si usted es un cristiano, usted sabe que Dios ha entregado
un mensaje a América y el mundo a través de este desastre.



--------------------------------------------------------------------------------

Ministros y teólogos están diciendo por todas partes, “Dios no tuvo nada que ver con estos desastres. Él no permitiría tales cosas horribles.” Nada podría estar más lejos de la verdad. Este tipo de pensamiento está causando que nuestra nación rápidamente deje pasar el mensaje que Dios quiere darnos a través de la tragedia.

De hecho, hemos de tener una palabra de Dios. Como muchos pastores, me he afligido y he llorado por esta calamidad horrible. He buscado al Señor en oración y a través de su Palabra. Y, quiero decirle, he experimentado un pesar que es aún más profundo que el luto por la gente inocente muerta. Es un pesar que dice que si ignoramos el mensaje de Dios, si hacemos oídos sordos a lo que él está proclamando ruidosamente, entonces mucho peor es lo que nos está reservado a nosotros.

El profeta Isaías habla directamente de lo que nosotros hemos experimentado. (Si usted objeta usar el Antiguo Testamento para los ejemplos, considere las palabras de Pablo: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” [1 Corintios 10:11]. Pablo lo aclara: los ejemplos del Antiguo Testamento simplemente revelan cómo Dios se mueve en tiempos como el nuestro.)

En el tiempo en que Isaías profetizó, Dios había estado tratando pacientemente a Israel por aproximadamente 250 años. El Señor había enviado “las aflicciones ligeras” sobre su pueblo, llamándolos a arrepentimiento. Él estaba intentando atraerlos desde los ídolos de bronce hacia su bendición y favor.

Todos los profetas a lo largo de los años habían hablado a Israel la misma palabra esencial: “Humillaos”. La escritura dice, “Y servían a los ídolos... El Señor amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas” (2 Reyes 17:12-13).

Pero la nación escogida de Dios rechazó su llamada a arrepentimiento. “Ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz” (17:14). El pueblo se burló de los profetas que los llamaron a humildad. Y, en cambio, ellos “siguieron la vanidad, y se hicieron vanos... dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios... y se entregaron para hacer lo malo ante los ojos del Señor... El Señor, por lo tanto, se airó en gran manera contra Israel” (17:15-18).


--------------------------------------------------------------------------------

Dios hace llamados de alerta a Israel


--------------------------------------------------------------------------------

El primer llamado de atención a Israel fue una invasión por Asiria. Este enemigo atacó dos provincias israelitas, Zabulón y Neftalí. Afortunadamente, los ataques se limitaron a estos dos puntos, y el daño fue mínimo. Dios estaba hablando claramente a su pueblo. La nación escogida del Señor perdió su sensación de seguridad. Mas, ellos todavía ignoraron el mensaje que Dios les estaba enviando.

Entonces, Israel recibió un segundo llamado de alerta. Este fue muy severo. Dos naciones que la Escritura denomina “los enemigos de Israel”—los sirios y los filisteos—combinaron fuerzas para un ataque sorpresivo. Según Isaías, este ataque vino de ambos “del oriente, y …del poniente” (Isaías 9:12). Esto significa que los invasores vinieron del este y el oeste, envolviendo a Israel. Y su ataque súbito fue absolutamente devastador.

Venimos ahora al corazón de este mensaje, y a la pregunta que la mayoría de los americanos se está haciendo: ¿Dónde estaba Dios en esta invasión súbita de su tierra escogida? ¿Qué hizo su pueblo para el que le sobreviniera este desastre? Isaías nos dice Dios es fiel para hablar a su pueblo: “El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel” (Isaías 9:8).. Dios habló una palabra clara. Y envió el mensaje a la nación entera.

Amado, este versículo nos menciona algo muy importante en nuestro propio tiempo de devastación. Simplemente dice, “Dios siempre envía su palabra.” Nunca en historia ha dejado el Señor en ignorancia en tiempo de calamidad. Nunca nos ha abandonado y ni nos ha obligado a explicarnos las cosas hipotéticamente. Siempre ha provisto una palabra de sabiduría.

Aun en este tiempo el Señor está levantando a sus atalayas, sus voceros. Hombres que buscan el rostro del Señor en aflicción y arrepentimiento. Y yo creo que ellos están oyendo y entendiendo el mensaje de Señor detrás de los eventos presentes. Es más, no temen proclamar solemnes advertencias, porque saben que han oído Dios. Han sido impulsados para hablar de los propósitos divinos detrás de nuestras calamidades.


--------------------------------------------------------------------------------

Tengo que hablar una palabra que ninguno de nosotros quiere oír


--------------------------------------------------------------------------------

Muchos lectores no recibirán esta palabra. Pensarán que es sin corazón, cruel y dura para un tiempo de afligir. Pero, digo, si no oímos la verdad de Dios y la asumimos, nuestra nación está condenada. Esta es la palabra que oigo al Señor hablarnos ahora mismo: “El Señor levantará a los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos… pero el pueblo no se convirtió al que los castigaba, ni buscó al Señor de los ejércitos” (Isaías 9:11, 13).

La Biblia es clara como el cristal: Dios usó naciones enemigas para castigar a su pueblo. El Señor manejó a estos enemigos como un instrumento de advertencia a Israel, llamándole al arrepentimiento. “Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles” (10:5-6).

Dios armó esta coalición de los enemigos de Israel para castigar a su pueblo escogido. El Señor estaba intentando advertir Israel, “Te has alzado con orgullo. Ahora yo te derribaré. Voy a permitirte ser disciplinado por tus enemigos.”

La coalición enemiga lanzó su ataque macizo. Y, de repente, los israelitas vieron con horror cómo sus edificios empezaban a derrumbarse. Fuegos impetuosos a lo largo de las ciudades, quemando las majestuosas estructuras. En un tiempo corto, Israel estaba en llamas. Y el pueblo de Dios empezaba a lamentarse, “Los ladrillos cayeron... cortaron los sicómoros” (9:10).

Después del testimonio de los recientes desastres en Nueva York y Washington, podemos empezar a imaginar las emociones del antiguo Israel. Mas, ¿se arrepintió Israel después de este horrorizante ataque? ¿Hubo un reconocimiento nacional de la advertencia que Dios les enviaba? ¿Oyeron los gobernantes al Dios que habla a través de la calamidad? No. La reacción de Israel fue justo la opuesta. El miedo inicial de las personas dio paso rápidamente a una marea de orgullo nacional. “Todo el pueblo... con soberbia y con altivez de corazón” (9:9).

La palabra hebrea para ‘altivez’ en este versículo significa un sentimiento de grandeza. En otras palabras, cuando el ataque cesó, los israelitas recobraron su confianza. Y declararon, “Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos (sicómoros), pero en su lugar pondremos cedros” (9:10). Ellos estaban diciendo, en otras palabras, “Estas calamidades no vienen de nuestro Señor. Es sólo el destino, los desastres infortunados que no pueden explicarse.

“Somos una nación grande y poderosa. Un pueblo orgulloso, resuelto. Y vamos a mostrar al mundo que nos levantaremos. Reconstruiremos todo más grande y mejor. Donde antes usamos ladrillos, usaremos piedra. Y donde edificamos una vez con construcción barata, usaremos los materiales mejores. Somos una nación bendita de Dios. Y vamos a salir de este desastre más fuertes que nunca.”

¿No nos suena esto muy familiar? El Señor usó a un enemigo cruel para enviar una advertencia de castigo a su pueblo. Él quiso despertarles, volverles a sí mismo, derramar sobre ellos bendición y rodearles con su protección. Mas, a lo largo de sus días de pesar y horror, el pueblo de Dios no reconoció Su mano. Ninguno preguntó: “Qué está diciendo el Señor a través de todo esto? Está intentando él hablarnos?” Nadie pensó por un momento que semejante nación orgullosa, grande pudiera ser humillada ser castigada. Al contrario, el pueblo personas rechazó tal pensamiento. Se negaron a oír la advertencia de Dios.

Pregunto: ¿Asimila usted el ejemplo de Israel, después de cuanto hemos sido testigos en estas semanas? Por favor, no me entienda mal. Doy gracias a Dios porque tenemos un Presidente moral que gobierna nuestro país. Agradezco al Señor por todos los cristianos fieles que sirven en altos cargos. Nuestra iglesia ora diligentemente por los líderes de nuestra nación. Y agradecemos por este tiempo de oración en toda la nación. Es alentador ver a las personas serenándose y volviendo a pensar sus estilos de vida.

Mas, aun así, arriesgamos pasar por alto el mensaje de Dios a nosotros. Piense esto: cuando nuestras asambleas públicas requieren un momento de silencio, pensamos que es verdadero arrepentimiento. Cuando vemos a políticos que cantan “Dios bendiga a América,” pensamos que nuestra nación se ha vuelto a Dios. Cuando vemos en eventos deportivos observar un minuto silencioso al medio tiempo, pensamos que es una experiencia espiritual.

¿Pero es esto todo lo que va a salir de nuestro reciente desastre? ¿Guardarán las personas un minuto de silencio en los estadios, para luego pintar sus cuerpos en colores salvajes, beber cerveza tras cerveza, y gritar como locos por su equipo favorito?

Como la mayoría de los americanos, lloré cuando vi a Senadores y líderes del congreso de pie en las escalinatas del Capitolio, cantando, “Dios bendice a América… permanece con nosotros, y nos guía…” Mas, cuando yo estaba llorando, el Señor me recordó, “Muchos de los líderes que ves cantando han trabajado para dejarme fuera de la sociedad americana. Están determinados incluso a quitar mi nombre de los libros de la historia americana. Y han permitido el asesinato de millones de bebés a través del aborto.”

De repente, fui golpeado por la hipocresía absoluta de todos. Servimos a Dios de labios, pero continuamos deslizándonos en el fango de la inmoralidad.


--------------------------------------------------------------------------------

Cuando una nación está bajo la corrección divina,
reaccionará en una de dos maneras



--------------------------------------------------------------------------------

Una nación bajo el castigo puede humillarse y arrepentirse, como hizo Nínive. O, puede honrar a Dios de labios, pero volverse a su propia fuerza y pasar por sobre la corrección, declarando, “Nosotros tenemos la fuerza para soportar cualquier desastre. Tenemos la habilidad y resolución para superar cualquier problema. Somos de verdad una gran nación.”

Soy tan patriota como cualquier americano. Y estoy estremecido como cualquiera en la unidad que nuestra nación está experimentando. Doy gracias a Dios por los esfuerzos heroicos y los sacrificios increíbles que hemos visto tras los ataques terroristas. El mundo entero está impresionado por la fortaleza y amor desplegado por las personas de Nueva York, Washington, D.C. y América en general.

Pero enfrentamos el mismo peligro que Israel. En nuestro patriotismo ardiente, nosotros podríamos fácilmente ignorar el mensaje de Dios a nuestra nación. Y hoy, estamos de pie en la misma encrucijada donde estuvo Israel.

Me pregunto: si hubiéramos vivido en los días de Isaías, ¿habríamos escuchado sus advertencias proféticas? ¿O habríamos hecho oídos sordos? Jerusalén y la nación de Judá se negaron a creer que podrían ser derribados. Mas, Isaías profetizó, “Como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?” ([Isaías] 10:11). Dios estaba diciendo, en esencia, “yo he juzgado otras naciones por la misma idolatría que tú estás practicando. ¿Por qué no te juzgaría yo? ¿Qué te hace estar fuera de mi ley?”

En toda América, las personas están celebrando reuniones para “oración y recuerdo.” Es correcto y loable (y totalmente escritural) recordar a quienes han muerto. Pero, ¿por qué estamos nosotros tan temerosos para llamar también a reuniones de “oración y arrepentimiento?” Ahora mismo, la mayoría de los americanos se concentra en el recuerdo y la venganza. Mas, ¿dónde está el llamado en América para volverse a Dios?

En cuanto al castigo de los terroristas, Isaías se dirige también a este problema. Él declara, “Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria” (Isaías 10:12). De hecho, cuando Dios terminó de utilizar a Asiria como “la vara de mi enojo”, él los destruyó. Igualmente, Dios derribará a cualquier terrorista que ataca y asesina personas inocentes. Vendrá el tiempo en que ellos cumplan su destino eterno en el infierno.


--------------------------------------------------------------------------------

Este es el mensaje que creo está trompeteando Dios en nuestras calamidades


--------------------------------------------------------------------------------

Profundo en mi espíritu, oigo al Señor decir, “Te he prosperado sobre todas las naciones. Mas, durante años has persistido rindiendo culto a ídolos de oro y plata. He soportado su sensualidad desvergonzada, tu burla de las cosas santas, tu derramamiento de sangre inocente, tus esfuerzos incansables por quitarme de su sociedad. Ahora tiempo está corriendo contra ti.

“Te he enviado profeta tras profeta, atalaya tras atalaya. Has sido advertido una y otra vez. Mas, aún no abrirás los ojos a tus malos caminos. Te he herido, con la esperanza de salvarte. Quiero sanar tu tierra, destruir a tus enemigos, restaurarte mi bendición. Pero no tienes ojos para verlo.”

¿Si Dios no se compadeció de otras naciones que lo abandonaron, por qué habría él de perdonar a América? Él nos juzgará así como juzgó Sodoma, Roma, Grecia y cada cultura que lo desechó.

Considere lo que Dios habla a través de Ezequiel: “Echad de vosotros todas vuestras transgresiones... y haceos un nuevo corazón y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Dios; convertíos, pues, y viviréis” (Ezequiel 18:31-32).

Para cualquiera que duda que Dios siente dolor, aquí es prueba positiva de su gran compasión. Él siente pesar también y se aflige por la muerte. Él está diciéndonos en este pasaje, “Yo no tomo placer viéndote sufrir y morir. Por eso te suplico: Arrepiéntete de tu pecado y vive”.

Dios llora sobre todo por esas calamidades que ocurren a los inocente. En estas últimas semanas, usted puede estar seguro que Jesús ha estado llorando por las víctimas de los ataques terroristas. Él es “la redoma de las lágrimas de sus santos.” De hecho, creo que muchas de las lágrimas vertidos por los cristianos son las propias lágrimas de Dios, impulsadas por su Espíritu en nosotros.

Mas, en momentos, la justicia de Dios y rectitud lo llevan a refrenar su compasión. Y le obligan a que lleve a cabo sus rectos juicios como un último recurso. El mayor ejemplo de esto es el sacrificio de su Hijo, Jesús. La justicia exigió que los pecados del mundo entero fuesen puestos en un hombre inocente, y que este hombre fuera condenado a morir por todos. Dígame, ¿quién podría ser más inocente que el propio Hijo de Dios? Mas, Cristo se dio de buena gana en sacrificio, para liberación y salvación de toda humanidad.


--------------------------------------------------------------------------------

¿Qué sucederá a América si ignoramos el mensaje de Dios?


--------------------------------------------------------------------------------

¿Cuál será el destino de nuestra nación si rechazamos el llamado de Dios para volvernos totalmente a él? ¿Qué pasará si los abortos continúan y se usan fetos para la investigación científica… si seguimos borrando el nombre de nuestro Salvador de la Historia americana... si reconstruimos todas las cosas más grandes y mejores, sólo para enriquecernos más... si confiamos más en nuestro poderío armado que en el Dios todopoderoso?

Isaías describe lo que pasa a cada nación que rechaza Dios y se jacta de su propia grandeza: “Porque la maldad se encendió como fuego... y serán alzados como remolino de humo. Por la ira del Señor de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano. Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre... cada cual comerá la carne de su brazo” (Isaías 9:18-20).

Los fuegos devoradores subirán a los cielos. La oscuridad cubrirá la tierra. La economía será golpeada y se tambaleará. Y habrá discordia en la nación, en las comunidades, los barrios, las familias. Las gentes mirarán sólo por sí mismas, en una lucha desesperada para sobrevivir. Y Dios te amparará si tú vienes a él.

Me fue dado un mensaje profético hace nueve años, y yo lo entregué a la Iglesia de Times Square el 7 de septiembre de 1992. Permítame compartirlo ahora con usted:

“Esta advertencia no es para asustarle. Sólo significa para usted acercarse al Señor y orar. Esto es lo que creo que Dios me ha mostrado:

“Treinta días de castigo caerán sobre la ciudad de Nueva York como el mundo nunca ha visto. Dios va a derribar los muros. Habrá violencia inimaginable y saqueo. La violencia es tan feroz que conmoverá el mundo entero. Nuestras calles no serán vigiladas sólo con la Guardia Nacional, sino con el ejército.

“Mil fuegos arderán al mismo tiempo a lo largo de la ciudad. Los fuegos en Los Ángeles se confinaron a algunos sectores de esa ciudad, pero Nueva York estará ardiendo en todos sus distritos municipales. Times Square estará ardiendo, y las llamas ascenderán en el cielo y las verán por millas. Los carros de incendio no podrán controlarlos todos.

“Los trenes y autobuses se detendrán. Billones de dólares se perderán. Los espectáculos de Broadway se detendrán completamente. Los negocios huirán de la ciudad en una hemorragia imparable. Se esperan tales cosas en países tercermundistas, pero no en una nación civilizada como los Estados Unidos. Mas, poco tiempo después, la ciudad de Nueva York quebrará completamente. La Ciudad Reina se lanzará en la suciedad, volviéndose una ciudad de pobreza.

“Usted puede preguntar: ¿cuándo pasará todo esto? Todo cuanto puedo decir es que creo que yo estaré aquí cuando pase. Mas, cuando suceda, el pueblo de Dios no tendrá pánico ni temor.”

Han inundado nuestras oficinas las llamadas y mensajes, preguntando, “¿Era el ataque terrorista el 11 de septiembre la calamidad que usted estaba profetizando en 1992?” No es así. Lo que yo vi venir será mucho más severo. De hecho, si América rechaza la llamada de Dios para volverse a él, enfrentaremos los mismos juicios que Israel enfrentó. Y ellos no sólo golpearán Nueva York, sino cada región del país. Ni siquiera el corazón del país será perdonado. La economía de la nación se derrumbará, y emergerá la violencia. Fuego consumirá nuestras ciudades, y los tanques retumbarán a través de las calles.

Quizás usted se pregunte, como yo: “¿Puede esto ser evitado?” Sí, absolutamente. Yo creo que nosotros nos daremos un indulto si nuestro Presidente demuestra ser un Josías. Usted puede recordar bien a Josías como el rey que buscó al Señor con todo su corazón. Todos debemos orar para que Dios le dé a nuestro Presidente el mismo espíritu que tuvo Josías, para temblar a su Palabra. El Señor habló lo siguiente a Josías:

“He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el mal... por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos... Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis al Señor... y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante del Señor, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos... También yo te he oído, dice el Señor. Por tanto... no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar” (2 Reyes 22:15-20).

Dios dijo al rey, en esencia, “Mientras estés en el poder, temblando a mi Palabra y confiando en mí, no verás los juicios que han de venir. Ellos no pasarán durante tu reino.”

Creo que nuestra oportunidad de responder al llamado de Dios es breve. Todos debemos orar para que nuestra nación se arrepienta y vuelva al Señor. Pero nuestras más intensas oraciones deben ser por nuestros propios corazones: “Señor, permítame temer, no a los desastres, sino a tu Palabra. Quiero oír su voz en todo esto. Muéveme a volverme totalmente a ti.”



COPYRIGHT:

Propiedad de la iglesia de Times Square. Puede imprimirse en su integridad por los lectores para uso personal. No puede alterarse o revisarse de forma alguna y todas las reproducciones deben contener este aviso:

Copyright [©] 2001, Times Square Church, 1657 [Broadway], New York City, NY 10019


---

Les invito a visitar nuestra Web en http://www.aguasvivas.cl

 
http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts021021.htm

<CENTER>Derribando los altares de Baal
(Tearing Down the Altars of Baal)</CENTER>

Por David Wilkerson
21 de octubre de 2002

__________

Preste atención al primer versículo de Jueces 6: “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años.” (Jueces 6:1). Estas palabras describen el interminable ciclo que se repitió en Israel por generaciones.

En los capítulos anteriores, encontramos estas palabras una y otra vez. Lee así, en esencia: “Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y sirvieron a Baalim… y Dios, en su furor, los vendió en las manos de sus enemigos.”

El primer ejemplo ocurre en el capítulo 3. Nos dice: “Y reposó la tierra cuarenta años;… Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová;” (3:11-12). Dios entregó a su pueblo a un enemigo, Moab: “… por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.” (3:12). E Israel sirvió a este enemigo impío por dieciocho años, soportando penuria y terror.

Entonces en el capítulo 4, leemos: “… los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová… Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán…” (4:1-2). Esta vez los cananitas cautivaron al pueblo de Dios.

Por supuesto, Israel clamó a Dios cada vez que fue esclavizado. Y cada vez, el Señor fue fiel en enviarles un libertador. Pero tan pronto que ese líder recto moría, el pueblo, como era de esperar, volvía a su pecado. Y el ciclo volvía a empezar de nuevo. Continua con nuestro versículo de texto, en el capítulo 6: “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entrego en mano de Madián por siete años.” (Jueces 6:1).

Durante este periodo, Israel era derrotado continuamente por su enemigo Madián. Como un reloj, los madianitas incursionaban a Israel anualmente, saqueando sus cosechas y sus bienes. Los líderes de caravanas de Madián soltaban todos sus camellos y ganado para que pastaran en los campos de Israel. Y las bestias devoraban la cosecha por completo, barriendo por los campos como langostas.

Cada vez que Israel se resistía, los madianitas los corrían a las lomas y montañas. El pueblo de Dios terminó buscando refugio en cuevas y guaridas, obligados a rebuscar por su alimento. “De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián;” (6:6). Israel perdió todo por este enemigo: sus casas, su comida, sus bienes. Ellos vivían como mendigos, desamparados y despojados.

Una vez más las Escrituras dicen: “… y los hijos de Israel clamaron a Jehová.” (6:6). Sin embargo, este clamor no era de arrepentimiento. Israel clamaba porque eran oprimidos por los madianitas. Era un grito de angustia, a causa de su pobreza, sus pérdidas y su inseguridad.

Esta vez, antes de Dios enviarle un libertador a Israel, les mandó un profeta. Este hombre de Dios puso su dedo sobre la razón por la cual el pueblo estaba siendo tan acosado. Él señaló: “Mira tu historia. En cada caso, Dios te libertó de la mano de todos los que te oprimían. Él te sacó de la esclavitud en Egipto. Y él te dijo que no temieras a los dioses de los amonitas, en la tierra de los cuales morabas. Pero no le has obedecido. Aún haces homenajes a dioses falsos.” (Ver 6:8-10).

El Señor le estaba diciendo a su pueblo, en esencia: “Lo hice claro desde un principio, no debes temerle a nadie excepto a tu Padre celestial. No permitas que otro temor entre en tu corazón. Pero una vez más, me has desobedecido. Has permitido que toda clase de temores entren en ti. Y me has forzado a entregarte a tu enemigo, para hacerte volver a mí.”


<CENTER>¿Cuál era esta gran maldad en
la cual Israel seguía cayendo
una y otra vez?
</CENTER>

El profeta le mostró claramente a Israel cuál era su pecado: ellos olvidaron la orden del Señor a no temerle a los dioses de este mundo. En Jueces 10, vemos al pueblo de Dios admitiendo su pecado: “Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.” (Jueces 10:10).

Que quisieron decir los israelitas aquí, cuando dijeron que ellos le habían servido los baales? La palabra baales está en forma plural. Denota a todos los dioses falsos del mundo. La raíz de baales es Baal, el cual reconocemos de las Escrituras como un espíritu demoníaco. La misión de Baal es robar a Dios de toda adoración y confianza de su pueblo. Logra esto al enfocar nuestra atención en nuestras circunstancias en vez de en el Señor.

Eso es exactamente lo que le sucedió a Israel. Su pecado le trajo tristeza, desastre económico, terrorismo de sus enemigos, e incertidumbre. El hecho es que Dios ya no los estaba protegiendo. Por supuesto que él aún amaba a Israel, pero él tuvo que ponerlos a la merced de sus enemigos para despertarlos. Él estaba tratando de hacerles volver a sus alas protectoras.

Pero Israel rehusaba reconocer que la causa de su crisis era su propio pecado. Increíblemente, esta gente estaban sacrificando bebés, derramando sangre inocente, volviéndose sensuales y adictos al placer. Como resultado, un desastre detrás de otro cayó sobre ellos. Sin embargo, ni una vez asociaron estos desastres con su rebeldía. No pudieron llegar a creer que Dios lo estaba permitiendo todo para llevarlos al arrepentimiento.

Yo veo a América en la misma situación ahora mismo. Las Torres fueron destruidas. El Pentágono estaba en llamas. Mas solamente un pequeño remanente entre el cuerpo de Cristo reconoció la mano de Dios en todas estas cosas. Como él hizo con Israel siglos atrás, Dios momentáneamente nos entregó a nuestro enemigo. Nuestros pecados nos han alejado de él, y él quiere hacernos volver a él.

Píenselo: en los últimos seis meses, América ha visto los peores fuegos en su historia. Una tercera parte de la nación ha estado en llamas. También hemos visto cambios drásticos en el tiempo e inundaciones devastadoras. Y los escarabajos japoneses están devorando acres de bosques.

Ahora estamos viendo otro brote del Virus del Nilo Occidental. Y en el Medio Oeste, una terrible enfermedad cerebral está acabando con la población de ciervos. Más de 50,000 ciervos tuvieron que ser sacrificados para tratar de contener la enfermedad. Pero algunos expertos dicen que 200,000 ciervos más tendrán que ser sacrificados antes que la enfermedad sea erradicada.

Cada vez que damos la vuelta, parece que enfrentamos otra crisis. Les pregunto: ¿puede Dios hacer su mensaje más claro? Él está diciendo: “Estoy tocándote en el hombro, tratando de despertarte. Sin embargo sigues ignorándome. Eso sólo hará que te toque más fuerte.”

Te pregunto: ¿crees que Dios pudo detener a esos secuestradores musulmanes que volaron los aviones contra las Torres? Por supuesto que él pudo hacerlo. Él ha descubierto tales tramas una y otra vez. Pero él no lo hizo el año pasado. ¿Por qué? Él está tratando de hablarnos, de que le pongamos atención. Él permitió la destrucción de nuestros símbolos de prosperidad, porque es allí donde pusimos todo nuestro orgullo y confianza.

Nuestro Presidente, nuestros líderes en el Congreso y los oficiales de seguridad nos han estado avisando: “El gran ataque está por venir.” Ahora escucho a algunos cristianos diciendo: “Sólo espera el grande. Puede ser una bomba en una valija. O, alguien puede esparcir viruela o ántrax en una ciudad importante. Pase lo que pase, habrá miles de víctimas. Y eso obtendrá la atención de América. La gente sabrá que Dios está llamando a esta nación a él mismo. Multitudes clamarán al Señor.”

No estoy de acuerdo. Déjame decirte por que.


<CENTER>Aunque América “clame a Dios,” como lo
hizo Israel, Dios desea algo más.
</CENTER>

Israel lloró fuertemente, clamando a Dios en su angustia. Así que el Señor envió un profeta para mostrarles que el pecado había hecho que el juicio cayera sobre ellos. Ahora, para estar verdaderamente arrepentidos, Israel tenía que reconocer su pecado como causa de sus problemas. Y ellos hicieron precisamente eso, reconocieron que habían pecado.

Pero aun había otro paso que tomar. Ves, aunque clamemos a Dios en arrepentimiento, él requiere algo más de nosotros. Y si no se toma este paso, Dios no mostrará su brazo poderoso a favor nuestro. Vemos exactamente cuál es este paso, en la próxima orden de Dios: Derriba a Baal.

El Señor dijo está palabra a Gedeón: “… Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él.” (Jueces 6:25).

Antes de esto, Gedeón probablemente pensaba que estaba suficientemente arrepentido. Después de todo, él había clamado al Señor. Él había escuchado la palabra profética de Dios enviada a Israel. Y el respondió plenamente a ella, reconociendo su pecado.

Hoy veo el mismo tipo de actitud arrepentida entre muchos cristianos. En iglesias de costa a costa, la gente está sobre sus rodillas clamando a Dios. Y eso es bueno. Pero según el Señor, un problema permanece. Es un ídolo en nuestros medios: Baal.

Sí, Baal sigue siendo un ídolo en la actualidad. Y si nuestro arrepentimiento ha de ser pleno, debemos derribar a este ídolo. De lo contrario, no importara cuanto clamamos a Dios, oramos y ayunamos. Ningunas de nuestras acciones tendrá impacto alguno, hasta que derribemos el ídolo que ha tomado control de tantos corazones.

Puedes preguntar: “Entonces, ¿qué es este Baal? ¿Dónde lo veo obrando? ¿Cómo puede un antiguo dios falso estar presente en nuestra sociedad moderna?”

En el Antiguo Testamento, Baal fue representado por un ídolo tallado, hecho de madera, piedra o metal. Fue formado en la imagen de un hombre, un Adonis atractivo. Aunque este ídolo sólo era un pedazo de material muerto, había un espíritu poderoso detrás de él.

En nuestra era educada, no podemos imaginar a una persona inteligente inclinándose ante un ídolo tallado. Por supuesto que aun existen religiones impías que usan tales imágenes en adoración, incluyendo el Budismo, Hare Krishna e Hinduismo. Pero sea el ídolo Baal, Buda o cualquiera de los millones de dioses hindúes, el mismo espíritu satánico está detrás de ellos. Y este espíritu sale del infierno con un sólo propósito: hacer que la gente dude de la realidad de Dios. Simple y llanamente, es un espíritu de incredulidad. Y asalta nuestras mentes con dudas acerca de la fidelidad de Dios.

Es absolutamente peligroso entretener a este espíritu. Si no es echado fuera inmediatamente del primer ataque, se infiltrará en la mente. Y una vez que se permite entrar a la duda y el temor, el espíritu de Baal toma posesión del alma.


<CENTER>Si no se le presenta un desafío,
el espíritu de Baal de incredulidad
entra y establece un altar.
</CENTER>

Sin lugar a dudas, la incredulidad es un ídolo. Te dobla en sumisión a su poder. Y abre tu alma a toda clase de maldad. En efecto, el versículo que vemos repetido a través de Jueces — “Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová” — no se refiere a un pecado grotesco, sino a la incredulidad del pueblo.

Esto es ilustrado claramente en Ezequiel 8. El Espíritu Santo tomó al profeta Ezequiel en un viaje visionario al santuario santo. Allí el le reveló al profeta cuatro abominaciones deplorables que el pueblo de Dios estaba cometiendo. Entonces, él le mostró a Ezequiel una abominación aún más grande: “Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que estos hacen allí. Entré, pues, y miré;…” (Ezequiel 8:8-10).

Lo que Ezequiel vio lo horrorizó. Las paredes de la habitación estaban llenas de pinturas de “toda forma de reptiles y bestias abominables; y todos los ídolos de la casa de Israel,…” (8:10). Frente a estas paredes habían setenta ancianos de Israel, moviendo incensarios. Ellos estaban adorando al espíritu detrás de las pinturas.

El Espíritu Santo le dijo a Ezequiel que esta escena revelaba lo que estaba llenando las mentes de los ancianos de Israel. Y esto es lo que estos hombres pensaban: “No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.” (8:12).

Amados, aquí el espíritu de Baal fue plenamente descubierto. A través de una visión dada por el Espíritu Santo. Ezequiel vio de primera mano como este espíritu levanta un altar en la mente de una persona y toma control. Como resultado, los líderes de Israel descartaron el cuidado de Dios por ellos. Mientras ellos comparaban su pobreza con la aparente prosperidad de los madianitas, ellos pensaron: “¿Dónde está Dios? Nuestras oraciones no son contestadas. No vemos ninguna evidencia de que él está obrando por nosotros. El Señor nos ha abandonado.”

Satanás había cumplido su única y primordial misión: implantar en las mentes de creyentes que Dios no es quien la Biblia dice que es. El diablo quiere convencerte que Dios no tiene todo conocimiento, es Todopoderoso y tiene el cuidado de todo. Él está trabajando constantemente sembrando semillas de dudas en ti. Él te hace pensar que Dios no escucha tus oraciones, que él no cumple sus promesas. El diablo envía el espíritu de Baal para terminar su obra en ti.

El espíritu de Baal siempre está presente junto a la cama de un niño moribundo o un familiar enfermo. Mientras observamos el sufrimiento de nuestro ser querido, nos preguntamos acerca de los propósitos de Dios. Y de repente, un temor es inyectado en nuestra mente. Después, cuando la muerte azota, esa semilla de duda es regada. Pronto nos encontramos preguntando: “¿Cómo un Dios amante puede permitir que esto pase?”

El mes pasado, estaba escuchando reportajes radiales acerca del aniversario de los ataques del 9/11. Cientos de gentes eran entrevistadas. La gran mayoría dijeron que después de los ataques perdieron toda confianza en Dios. La respuesta típica era: “¿Cómo un Dios justo y amante puede quedarse tranquilo y permitir que esto pase? No puedo seguir creyendo en un Dios que permite que tanta gente muera.” Varias personas declararon: “Mi Dios murió el 11 de septiembre.”

No importa si eres un devoto amante de Jesús o un incrédulo. Después de cada desastre, calamidad o accidente fatal Satanás despacha una multitud de espíritus demoníacos a hacer la obra de Baal. Ellos se mueven inmediatamente, susurrando: “¿Dónde estaba Dios? ¿Cómo puede él permitir que tal cosa acontezca?”

Ahora mismo, hay una incertidumbre propagada por nuestra sociedad. Bancarrotas están en su apogeo. Trabajadores temen perder sus empleos. Mientras la gente mira el futuro, están abrumados por el temor. Te digo, en tal tiempo como este, Satanás lanza un ataque campal. Él quiere entrar en tu mente, para sembrar semillas y levantar un altar de Baal. Él quiere que dudes todo lo que has conocido acerca de la palabra de Dios.


<CENTER>¿Qué tiene que ver con nosotros la
orden de Dios de “derribar a Baal”?
</CENTER>

Puedes pensar: “No tengo idolatría alguna en mi vida. ¿Cómo puedo derribar el altar de Baal?” Déjame enfatizar otra vez: Baal es un espíritu de incredulidad. Puede que te hayas arrepentido de pecado, clamado a Dios por misericordia, y haber hecho caso a los avisos proféticos. Pero si tienes dudas en tu corazón acerca de la fidelidad de Dios hacia ti, estás sujeto al espíritu de Baal. Y Dios te está diciendo: “Debes derribar ese espíritu de incredulidad de tu alma.”

El profeta Jeremías describe la incredulidad como pecado “escrito está como cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón….” (Jeremías 17:1). Según él, Dios le dijo a Israel: “Porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá.” (17:4). ¿Cuál fue su pecado? “Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová… Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.” (17:5, 7).

Mantén estas fuertes palabras en mente al volver nuestra atención a Gedeón. Aquí estaba un hombre que clamaba a Dios, quien fue visitado por una fuerte palabra profética, y quien hizo caso a esa palabra. Sin embargo, Gedeón aun albergaba dudas y temores. ¿Por qué?

El padre de Gedeón había erigido un altar a Baal en su propiedad. Solamente era una estatua de madera. Pero el espíritu detrás de ella había edificado una fortaleza en el corazón de Gedeón. Cada vez que Gedeón le pasaba por el lado, la voz de ese ídolo hablaba a su alma: “Mira tu pobreza, tu penuria y tus necesidades sin cumplir. ¿Dónde está Dios?” Ciertamente, el ídolo estaba como testimonio a cada israelita que lo miraba: “Dios no está contigo. Tú no le importas. Él está muy ocupado con los asuntos mundiales para preocuparse por alimentar y proteger a un pueblo tan insignificante. El Señor te ha abandonado.”

Ahora en Jueces 6, un ángel le trae estas palabra a Gedeón: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.” (Jueces 6:12). Dios solo dice ocho palabras aquí. Y las primeras cinco están dirigidas no sólo a Gedeón sino a todo el pueblo, incluyendo la iglesia actual: “Jehová está contigo.” En esencia, el Señor está diciendo: “Esta promesa es todo lo que tu necesitas: Yo estoy contigo.”

Amados, esta verdad debe convertirse en el mismo fundamento de nuestra fe. No importa lo que enfrentemos—penuria, tragedia, enfermedad, pobreza, tentación—la promesa de nuestro Padre es verdadera: “Yo estoy contigo.” En todas nuestras pruebas, especialmente mientras somos inundados y abrumados, debemos asirnos a esta palabra. Debemos clamar en fe: “Yo se que estás conmigo, Señor. Y si tú estás conmigo, ¿quién contra mí?”

Sin embargo cuando Gedeón se encontró con el ángel del Señor, el tenía un espíritu de incredulidad en su corazón. Él le contesto al ángel: “Si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? Y donde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mando de los madianitas.” (6:13).

¿Te suenan familiares las palabras de Gedeón? Él estaba diciendo las mismas cosas que llenaban las mentes de aquellos setenta ancianos en la visión Ezequiel: “No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra.” (8:12). Ellos se decían a sí mismos: “Si, existe Dios. Él existe y es el Creador de todo. Pero él no nos hace caso. Él no ve nuestra situación. Él nos ha abandonado.”


<CENTER>Dios ya le había ordenado a Gedeón: “Ve y
libera a Israel. Yo estaré contigo.” Pero
todavía había que tratar un asunto del corazón.”
</CENTER>

El Señor le dijo a Gedeón: “Aún dudas que estoy contigo. Eso es idolatría, Gedeón. Es el espíritu de Baal. Ahora ve, busca el buey de tu padre, y derriba ese ídolo. Entonces corta todos los árboles en la arboleda, y úsalos para construir un altar nuevo. Vas a consumir el ídolo de tu padre sobre ese altar. Quiero que derribes ese símbolo de incredulidad y lo destruyas por completo.”

¿Por que escogió el Señor a este hombre incrédulo para derribar a Baal? Fue simplemente un acto de la tierna misericordia de Dios. Él era un hombre con fuertes dudas, luchando para creer que Dios tenía cuidado de él. Él estaba tan lleno de incredulidad, que le podía decir a un ángel: “Dios nos ha abandonado.” Y él probó a Dios, una y otra vez. Pero en cada ocasión, el Señor contestó la duda de Gedeón.

Déjame darte un ejemplo. Después, cuando Gedeón estaba listo para entrar en batalla, probó a Dios. La situación de Israel se veía imposible. Así que Gedeón oro: “Señor, si realmente vas con nosotros a la batalla, demuéstramelo. Voy a colocar un vellón de lana sobre la hierba esta noche. Mañana sabré que estás con nosotros, si el vellón está mojado pero la tierra a su alrededor está seca.”

Puedes quedarte estupefacto por la audacia de Gedeón. Sin embargo, la próxima mañana, Gedeón vio que la tierra estaba seca. Y cuando levanto el vellón, chorreaba con agua, como el había pedido.

Muchos de nosotros somos como Gedeón. Dios fielmente nos suple en prueba tras prueba, liberándonos y haciendo provisión por nuestras necesidades. Pero entonces enfrentamos aun otra situación, que nos obliga a decir: “Señor, esta crisis es mayor. Nunca he enfrentado una como ésta. Tengo dudas.”

¿Existe una medida de incredulidad en ti? Estás luchando, haciendo preguntas, tales como: “¿Donde estás, Señor? ¿No has visto mis lágrimas? ¿Dónde está la evidencia que estas conmigo en esta prueba? ¿Me has abandonado? Mi fe, ¿no conmueve tu corazón? ¿Por qué no quitas estas cargas de mí?”

El Señor no condena ni menosprecia a nadie por sus tiempos de dudas y temor. La verdad es, Dios sabía que las dudas de Gedeón no eran acusaciones. Eran preguntas. Gedeón simplemente estaba buscando respuestas.

Te digo, el Dios de misericordia quien se encontró con el incrédulo Gedeón y lo llamó a la acción quiere hacer lo mismo contigo. Él tiene grandes victorias planeadas para ti. Y el desea vencer a cada enemigo en tu vida. Por lo tanto, él quiere darte su poder y autoridad para derribar cada fortaleza: cada duda, cada temor, cada pensamiento de incredulidad.

El Señor me ha indicado que está a punto de hacer una obra particular en las vidas de muchos cristianos. En efecto, él está a punto de llevarlos a su victoria más importante. Él ya los está llevando a lugares nuevos de paz y descanso en Cristo. Y él está a punto de revelar su brazo fuerte a su favor.

Yo creo que este es el propósito de Dios para muchos lectores de este mensaje. Él está a punto de hacer algo nuevo en ti. Pero primero, debes derribar cada pensamiento de duda, y rendir cada temor. Dios quiere que derribes por completo el espíritu de Baal en tu corazón y comiences a vivir y hablar en fe.

El Señor proveerá el poderoso buey necesario para derribar el ídolo. ¡Él te dará su poder y fuerza del Espíritu Santo! Así que avísale al enemigo: “¡Dios está conmigo, diablo! No puedes hacerme daño. ¡Y no puedes detener sus planes para mi vida! ¡El Señor tiene victorias por delante para mí!”

<CENTER>---</CENTER>

Usado con permiso por World Challenge, P. O. Box 260, Lindale, TX 75771, USA.
¿Fue este mensaje de bendición para usted? Entonces compártalo con un amigo.
 
Usado con permiso por World Challenge, P. O. Box 260, Lindale, TX 75771, USA.
¿Fue este mensaje de bendición para usted? Entonces compártalo con un amigo.

No, no lo ha sido para mi. Tiendo a sospechar negativamente de visionarios y "profetas" como el tal David Wilkerson.
Frases como esta...

Seis semanas antes del desastre, el Espíritu Santo previno a nuestro personal pastoral que una calamidad vendría. Nosotros habíamos programado varios eventos mayores para esos días, incluyendo nuestra Conferencia de las Misiones y Convención de Jóvenes. Pero el Espíritu de Dios nos movió a cancelar todo. En cambio, nos sentimos impulsados a llamar nuestra congregación a la oración

...me llevan a desconfiar de quienes las pronuncian. Si eso se ha publicado a unas gentes conmocionadas por lo ocurrido son victimas propicias de elementos como este y pueden sacarle un buen provecho y no precisamente espiritual.
Cualquiera que afirme que tiene lineas directa con el Espíritu Santo no es de fiar.
Esta es la impresión que he sacado de esta aportación.
Lo siento
 
Puede que si, Maripaz.
Es cierto lo que dices:
Para finalizar, creo que TODOS TENEMOS LINEA DIRECTA CON EL ESPIRITU SANTO.
Para la propia edificación y no para predecir eventos como el que cita el personaje citado.
Hay preguntas:
¿Para provecho de quien recibió el pretendido aviso?
¿Por qué no fué mas explícito a fin de advertir a los que murieron de lo que se les venía encima?. Habría sido el atalaya y los que no le hicieran caso sufririan las consecuencias. Tambien podría haber advertido a las autoridades y quizas se habría evitado el desastre.
Las preguntas podrían llegar al infinito y reconozco que podrían ser en pro y en contra.
Pero no olvidemos que la acción del Espíritu siempre es de advertencia para evitar desastres. Si estos ocurren es porque no ha sido escuchado.
De aquí mis dudas.
Un abrazo Maripaz.
 
Originalmente enviado por: Tobi
No, no lo ha sido para mi. Tiendo a sospechar negativamente de visionarios y "profetas" como el tal David Wilkerson.
Frases como esta...

...me llevan a desconfiar de quienes las pronuncian. Si eso se ha publicado a unas gentes conmocionadas por lo ocurrido son victimas propicias de elementos como este y pueden sacarle un buen provecho y no precisamente espiritual.
Cualquiera que afirme que tiene lineas directa con el Espíritu Santo no es de fiar.
Esta es la impresión que he sacado de esta aportación.
Lo siento

Ni para mí tampoco.
Sólo le faltó agregar al tal David Wilkwerson que no fue fortuita la fecha de este atentado. Y que los actos perpetuados por los gobernantes americanos para provocar un golpe de estado en el año 1973 permitieron cosechar las consecuencias 28 años después.
El profeta anima, levanta y provoca aliento a nuestra fe. No espera una tragedia para edificar a costa de ella.
 

[...]
Seis semanas antes del desastre, el Espíritu Santo previno a nuestro personal pastoral que una calamidad vendría. Nosotros habíamos programado varios eventos mayores para esos días, incluyendo nuestra Conferencia de las Misiones y Convención de Jóvenes. Pero el Espíritu de Dios nos movió a cancelar todo. En cambio, nos sentimos impulsados a llamar nuestra congregación a la oración.

Decidimos celebrar reuniones de oración cuatro noches en la semana. Desde el principio, cada reunión estuvo marcada por una quietud imponente que envolvía a la asamblea. Nos sentábamos calladamente en el la presencia de Señor, a menudo sin un sonido, por hasta una hora, seguido por suaves llantos y arrepentimiento del corazón. En una de estas reuniones, yo tenía que sostener mis rodillas con mis manos, temblando en la presencia imponente de Dios.

Durante esta visitación del Señor, su espíritu santo nos revelaba que había una razón para la aflicción de nuestros corazones. Estábamos siendo movidos así porque se avecinaba una gran tragedia. Una calamidad severa estaba viniendo a la nación. Y aunque nosotros no supimos lo que era, nuestros corazones fueron conmovidos para interceder en relación a ello.
[...]
 
http://forocristiano.iglesia.net/sh...6&perpage=15&highlight=la visión&pagenumber=2


Maripaz
Usuario Senior
Registrado: Jun 1999
Localización:
Mensajes: 16842


Octa

Los "modernos" como usted, obsesionados por los temas sexuales, son un cáncer en las iglesias.

Pero todo está ocurriendo como algunos profetizaron, y los temas sexuales, van a ser tratados en las iglesias sin ningún pudor, y se distribuirán folletos explicativos para niños y jóvenes....y ustedes FOMENTARAN lo que tanto dicen querer CONTENER.

Este escrito que adjunto, forma parte del libro del conocido David Wilkerson, llamado "La Visión"; y explica con detalle cosas que están ocurriendo, y usted, OCTA es el fiel reflejo de esos "defensores de las debilidades humanas" y más claro aún, usted me ha llamado como Wilkerson dice que se llamará a aquellos que hablen de PECADO: "CONDENADORES"
Los homosexuales y las lesbianas acogidos con agrado por la superiglesia

Veo a esta superiglesia aceptando, bajo el pretexto de "comprensión", a homosexuales y lesbianas entre sus miembros. La jefatura de esta unión de iglesias vindicará el amor homosexual y lesbiano, y no sólo se le dará buena acogida, sino que se lo estimulará.

Se ordenará de ministros a homosexuales y lesbianas y se les darán cargos de autoridad en esta unión de iglesias, y serán proclamados como, una nueva generación de pioneros que introducen nuevos conceptos de amor y evangelismo.

Veo venir, en casi toda ciudad grande de los Estados Unidos y de otras partes del mundo, iglesias de homosexuales y lesbianas que ministran exclusivamente a las necesidades espirituales de los de su propia clase, con pleno reconocimiento y respaldo de la religión organizada. Se distribuirá literatura de escuela dominical y de iglesia, en un plan de estudios, que sugerirá a los niños y adolescentes que la homosexualidad es una forma normal y aceptable de práctica sexual cristiana.

Lo más trágico de todo es que veo venir el día en que la mayor parte de los homosexuales ya no procurarán ayuda de la iglesia. En cambio, serán defendidos por la superiglesia, y serán admirados por su coraje y buena voluntad de ser diferentes. Esta superiglesia se acomodará a las debilidades humanas de la carne y se dispondrá a confortar a la humanidad en sus pecados. Se tachará de tener complejos de culpabilidad a los predicadores anticuados "condenadores del pecado," que hablan claro contra las extravagancias de aquellos a quienes una vez se consideró candidatos para la asistencia y el asesoramiento.

Se enfocarán nuevos esfuerzos de enseñanza en una tentativa de ilustrar a los hombres en cuanto a cómo vivir con sus problemas y, de hecho, cómo disfrutar de esas debilidades como de "dones de Dios.”

Espero y oro por que el Señor FRUSTRE todos sus intentos de convertir las iglesias en centros de "normalización" y "adaptación" sexual.



Subrayado en negritas por Bart
 
http://www.tscpulpitseries.org/spanish/ts021202.htm

<CENTER>El Toque de Dios
Daniel
(The Touch of God, Daniel)</CENTER>

Por David Wilkerson
2 de diciembre del 2002

__________

Daniel testificó: “Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos.” (Dan. 10:10). La palabra “tocó” aquí significa incautar o agarrar algo violentamente. Daniel estaba diciendo: “Cuando Dios puso su mano sobre mi, me puso sobre mi rostro. Su toque puso una urgencia en mí de buscarle con todo lo que hay en mí.”

Esto sucede cada vez que Dios toca la vida de alguien. Esa persona cae de rodillas. Y se convierte en un hombre o una mujer de oración, impulsado a buscar al Señor.

A menudo me pregunto por qué Dios toca solamente a ciertas personas con esta urgencia. ¿Por qué algunos siervos se convierten en buscadores hambrientos de él, mientras que otras personas fieles siguen su camino? Siervos tocados por Dios tienen una relación intima con el Señor. Ellos reciben revelaciones del cielo. Y ellos disfrutan un caminar con Cristo que pocos tienen.

Pienso en Daniel. Este siervo devoto fue tocado por Dios en una forma sobrenatural. Ahora, había muchas otras personas buenas y piadosas sirviendo al Señor en los días de Daniel. Estos incluían a Sadrac, Mesac y Abed-nego, como también Baruc, un escriba de Jerusalén. También un sin numero de israelitas mantenían su fe mientras estaban esclavizados en Babilonia. Algunos 40,000 de ellos regresarían a Jerusalén a reconstruir el templo.

Así que, ¿por qué Dios puso su mano sobre Daniel y lo tocó como lo hizo? ¿Por qué este hombre era capaz de ver y escuchar cosas que nadie más podía? Él declara: “Y solo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo,…” (Dan. 10:7).

Aquí esta la increíble visión que Daniel vio: “Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río… Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino y ceñidos sus lomos de oro…Su cuerpo era como de berilo y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido.” (10:4-6).

Esta era una visión de Cristo mismo, clara y vívida. En efecto, era la misma visión que le fue dada a Juan en la Isla de Patmos (ver Ap. 1:13-15). Ahora Dios le habló a Daniel en forma inconfundible: “Y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.” (Dan. 10:6). Esto no fue un leve silbido o un susurro, sino el estruendoso sonido de un tumulto rugiente.

El Señor se le reveló a Daniel de esta manera por una razón específica: él quería poner fin a la larga hambruna de su Palabra. Él decidió que llegó el tiempo para darle un mensaje a la humanidad perdida. Y él quería que sus siervos supieran lo que él iba hacer y por qué: “He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días.” (10:14).

Pero Dios necesitaba una voz para que pronunciara su mensaje. Él quería un siervo de oración, alguien que respondería fielmente a su llamado. Daniel era ese hombre. Él estuvo orando devotamente tres veces al día. Y ahora, mientras él caminaba a orillas del río, Cristo se le reveló a él. Daniel fue destrozado por la experiencia. Él dice: “Sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí... Pero oí el sonido de sus palabras.” (10:7-9).

Las Escrituras no identifican a los hombres que estaban con Daniel. Puede ser que fuesen guardas babilonios u oficiales gubernamentales. Después de todo, Daniel ocupaba un cargo de poder en el reino. En mi opinión, estos hombres eran israelitas, específicamente los amigos y asociados piadosos de Daniel. Sin embargo, si es así, ¿por qué huyeron? Daniel dijo que ellos no vieron ni escucharon nada. ¿Por qué se sintieron obligados a esconderse?

Esta es la razón: Dios estaba en el proceso de poseer a Daniel. Él estaba preparando a su siervo, cuerpo y alma, para recibir palabra del cielo. Y eso siempre es una visión asombrosa. Cada vez que Dios toca a uno de sus siervos de oración, él se manifiesta en esa vasija humana. Primero lo despoja de sí mismo, del yo, y luego él lo posee totalmente.

La visión de este proceso puede hacer que sobrevenga temor en cristianos atados a la carne. Puede hacer que el pecado oculto se derrita, o les hace huir de la escena. Recuerdo tal mover en mi propia vida, hace algunos años, antes que nuestro ministerio se mudara a Nueva York. Mi esposa, Gwen y yo estábamos sentados en el patio en Texas con otras parejas cristianas. De repente, el Espíritu de Dios cayó sobre mi y caí sobre mi rostro.

El Señor comenzó a hablar a mi corazón acerca de las almas perdidas. Pronto estaba gimiendo y profetizando. Me sentí como que estaba en la misma presencia de Dios, alejado de este mundo. Su Espíritu se estaba moviendo sobre mí, llamándome, dándome una visión para el ministerio. No sé cuanto tiempo estuve en ese estado. Todo lo que sé es que durante ese tiempo nuestros visitantes se excusaron y se fueron. Algo de la escena los había asustado y se fueron.

A menudo me pregunto: ¿es tal toque sobrenatural de Dios simplemente un asunto predeterminado? Aquellos que reciben su toque, ¿son escogidos y elegidos antes que nacieran? ¿Es simplemente su destino ser dedicado a la oración; ser poseído por el Espíritu Santo, y recibir palabras del trono de Dios?

Hago estas preguntas por el hambre inexplicable que Dios ha puesto en mi alma. Mi hombre interno ansía una revelación de Cristo. Algo en mí no se conforma con la revelación de otra persona. ¿Por qué? Estoy convencido que Dios tiene una palabra en particular que quiere hablarle a esta generación. Y ahora mismo, él esta buscando siervos que él pueda poseer por toda la tierra. Él quiere hombres y mujeres quienes le sirvan como oráculos a un mundo perdido. Solo su poderosa y ungida Palabra puede combatir el espíritu de Islam que se esta levantando. Y solo su verdad puede darle un puño mortal a la hipocresía en su propia iglesia.

Cuán rápido ha cambiado el mundo. La asistencia a las iglesias aumentó después de que las Torres Gemelas cayeron en la ciudad de Nueva York. Por primera vez en años la gente regresó a sus iglesias en manadas. De repente, Dios volvió a ser muy popular. La mención de su nombre marcaba cada evento deportivo, cada sección gubernamental, cada reunión cívica. Parecía que la nación entera estaba orando y hablando de Dios.

Hoy, sin embargo, la asistencia a la iglesia ha bajado a un nivel más bajo que antes del desastre del 11 de septiembre. Una reciente encuesta nacional citó a la gente diciendo: “La iglesia fue una experiencia tan desagradable, que nunca regresé.” “Nada estaba pasando allí. No valió la pena.” “Ninguna cosa allí me hizo querer volver.”

¿Cómo puede ser esto? Sucedió porque la iglesia ha perdido su autoridad espiritual. La mayoría de los sermones que esas personas escucharon estaban muertos, sin vida. Revelaron a la iglesia en su estado presente: débil y desprovista del verdadero carácter de Dios. Ahora la gente ha vuelto oídos sordos al evangelio. La gente joven específicamente, está rechazando la iglesia, diciendo que es irrelevante. Ellos no quieren nada que ver con una institución que es el hazmerreír a los ojos del mundo.

Pero Dios está a punto de cambiar todo esto. Aún ahora el Señor está levantando a hombres y mujeres que son tocados por Dios y poseídos por el Espíritu. Él va a encender a estos siervos con su verdad. Y su toque en sus vidas hará que el mundo entero lo note.

Una palabra pura esta a punto de salir del cielo una vez más. Expondrá la hipocresía y las mentiras demoníacas. Islam será revelado por los orígenes satánicos que tiene. Y todo lo que es de la carne—interés propio, materialismo y lujuria—aparecerán a la luz ardiente de la Palabra de Dios. Una nueva generación de buscadores de Dios predicará una verdad que dará convicción, personas que tienen su corazón puesto totalmente en Cristo.

<CENTER>1. Dios hizo a Daniel su oráculo
porque él nunca dejaba de orar.
</CENTER>

El Señor toca a cada siervo que es fiel en la oración. Él busca a aquellos que están dispuestos a disciplinarse a si mismos para escuchar su voz. La Biblia llama a esta actitud “disponer el corazón.” Daniel escribe: “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” (Dan. 9:3).

Daniel luego nos dice: “Aun estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramando mi ruego delante de Jehová mi Dios…cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mi como a la hora del sacrificio de la tarde.” (9:20-21). En resumen, Daniel estaba diciendo: “Dios me tocó mientras lo buscaba en oración intensa.”

Daniel aclara: él no obtuvo su entendimiento de la Palabra de Dios estudiando con hombres de letras. Él no obtuvo su conocimiento sobre eventos futuros de las instituciones de Babilonia. Nadie podía enseñarle como interpretar sueños que fueron dados en forma sobrenatural. Daniel declara: “Aun estaba hablando en oración… y me hizo entender y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.” (9:21-22).

Sencillamente, las oraciones de Daniel atrajeron la Palabra desde el trono de Dios. “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días.” (10:12-14).

¿Qué clase de oración estuvo haciendo Daniel para provocar tal visitación? Las Escrituras nos dicen que él estuvo tres semanas en quebrantamiento total: “En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.” (10:2-3).

Daniel había pasado veintiún días humillándose, en duelo sobre sus rodillas, castigando su carne, disponiendo su corazón para recibir entendimiento divino. Él no llevaba su tiempo de oración por el reloj. Él estaba haciendo una declaración de guerra: “Señor, no dejaré tu presencia hasta que discierna lo que estas haciendo. No me importa el precio que tenga que pagar.”

Ahora mismo, el pueblo de Dios necesita una palabra del cielo como nunca antes. Nunca en la historia tantas multitudes han quedado tan cansadas y enfermas por sermones muertos y secos. Los piadosos están prácticamente clamando por una palabra que los convenza y cambie sus vidas. Pero la mayoría de los púlpitos están ocupados por hombres sin autoridad espiritual. Estos pastores que no oran están desconcertados por los tiempos, incapaces de traer entendimiento y esperanza a congregaciones temerosas.

Otra cosa le sucedió a Daniel mientras oraba. Fue llevado al final de sus habilidades oratorias en la carne. El Señor ahora tocó los labios de Daniel para que hablara como su oráculo. Él le dijo a su siervo: “He santificado tu lengua. Ahora voy a hablar a través de ti.”

Cualquiera que habla por Dios debe tener su lengua purgada y purificada. La Biblia nos ofrece ejemplo tras ejemplo de esto:

*Jeremías escribe: “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones…para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.” (Jeremías 1:9-10).

*Isaías dice: “Entonces dije: ¡Ay de mi! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mi uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con el sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. (Isaías 6:5-7).

*Daniel testifica: “Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé…Y aquel que tenia semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció.” (Daniel 10:16-18).

Las experiencias de estos hombres son ejemplos para todos nosotros: Dios está buscando gente que tomará tiempo para encerrarse con él, quienes le buscarán regularmente y esperarán en su presencia. Como dedicados atletas olímpicos, tales siervos pasarán horas en su disciplina, por semanas o meses a la vez

Dirás: “No puedo pasar horas orando. Tengo obligaciones como todo el mundo.” Déjame señalar que Daniel fue un hombre muy ocupado. Como un prominente oficial gubernamental, él tenía increíbles demandas sobre su tiempo. Sin embargo, Daniel dispuso su corazón para buscar al Señor. Y tomaba tiempo de calidad diariamente – en efecto, tres veces al día—para orar. Dios le contestó con una visión espantosa: “Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí mis negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.” (Dan. 8:27). Aún enfermo, o durante su negocio diario, Daniel buscaba al Señor.

Dios está buscando esa misma clase de desesperación entre sus pastores de hoy. Él esta buscando pastores que están cansados de solo predicar sermones, luchando por un mensaje nuevo, y teniendo poco impacto sobre la gente. Él quiere predicadores que prefieren morir y estar con Jesús que continuar en sequía. Estos ministros hambrientos claman: “¡O, Dios, pon tu fuego en mi alma! ¡Quebrántame, derríteme, revoluciona mi vida!” ¡No puedo continuar en esta rutina presente! ¡Necesito tu toque! ¡Quiero servir como un oráculo para ti, para hablarle a tu pueblo!” Ese es el clamor del corazón del siervo que Dios toca.

<CENTER>2. Daniel sufría por la decadencia espiritual
en la sociedad y en la iglesia.
</CENTER>

Existen muchas personas piadosas hoy en día que pasan horas intercediendo. Estos bendecidos siervos caminan por fe con gran convicción. Sin embargo, muchos de ellos no se afligen por los pecados de nuestra nación o por la mortandad en la casa de Dios. No estoy sugiriendo que los cristianos deben andar con caras largas. Pero existe una actitud del corazón aún en los creyentes más gozosos que les hace gemir por la condición tibia de la iglesia y la decadencia moral de nuestra nación.

Vemos esto en la vida de Daniel. Aparentemente, Daniel fue uno en su sociedad quien se afligía con el corazón de Dios. En ese tiempo, Daniel estaba recibiendo visiones en medio de la noche. Él fue librado de la fosa de los leones milagrosamente. El Señor estaba bendiciendo y prosperando tremendamente a este hombre. Mas sin embargo, todo ese tiempo, Daniel nunca quitó de su mente las cosas graves que Dios le estaba mostrando de Israel: “Se me turbó el espíritu a mi, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron.” (Dan. 7:15).

Aquí estaba un hombre que se dormía con el Señor en su mente. Sus pensamientos no estaban desbordados con alguna idea de negocio o imágenes sensuales. Daniel buscaba al Señor continuamente, haciendo súplicas. Y ahora el cielo estaba abierto para él, con visiones del futuro. Daniel se movía en un asombroso reino profético, porque él escogió afligirse con Dios.

Ahora el Señor le reveló su plan a Daniel. Él estaba a punto de sacar cada cosa maligna y derribarla. Él pisaría naciones malignas y las destruiría. El Día del Juicio estaba cerca, y el tiempo se estaba acabando. El Rey venía, y los libros pronto serían abiertos. Sin embargo, increíblemente, el pueblo de Dios estaba dormido, inconsciente de todo.

Así que Daniel lloraba por la mortandad y depravación en la casa de Dios. Él testifica: “Estas palabras divinas, estas visiones del futuro, me turbaban. Conmovían mi alma, y me entristecían y afligían” (ver Dan. 9).

Veo una escena similar en la casa de Dios hoy en día. Ministros e iglesias han cerrado sus oídos a advertencias proféticas. Se niegan a escuchar o hablar algo negativo. En sus mentes, es tiempo para simplemente disfrutar de la vida. Sin embargo, muchas de estas mismas personas experimentaron milagros. Oraron y sus seres queridos que estuvieron perdidos entraron al reino. Se afligían por el desliz moral en la sociedad y miraban ansiosamente por la venida de Cristo. Pero ahora tienen su propia agenda. No perderán una onza de energía afligiéndose con Dios por la nación moribunda y la tibieza de la iglesia. Como dicen las Escrituras: “Y no se afligen por el quebrantamiento de José.” (Amós 6:6).

<CENTER>3. Dios revela su Palabra a aquellos Que se
niegan a esconder o albergar el pecado.
</CENTER>

Daniel recibió el toque de Dios porque él estaba dispuesto a afligirse con el Señor. Él oró: “Señor, ¿qué esta pasando? Tengo que entender estos tiempos. Muéstrame, para así advertirle a tu pueblo.” A él no le importaba si se burlaban. Él estaba consumido con el celo por conocer el corazón de Dios. Y abiertamente confesó su pecado.

“Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” (Daniel 9:4-5).

Aquí esta otra marca de alguien que va tras el corazón de Dios: se identifica con el pecado de la iglesia. Este siervo clama por santidad, tanto por sí mismo como por el pueblo de Dios. Una iglesia puede hacer un llamado para una reunión de oración con regularidad, pero sin pureza, la oración es absolutamente impotente. El mensaje que Dios quiere hablarle a su pueblo debe salir de labios que han sido purgados.

Reto a cada pastor, a cada maestro, a cada laico: ¡Desespérense por el toque de Dios! ¡Manténganse en comunión con él! Y permitan que el Espíritu Santo examine su corazón. Él sacará a la luz cada cosa malvada, rebelde y pecaminosa que esta escondida en ti. Y él tratará contigo acerca de cada área de desobediencia.

Pronto, no tolerarás la hipocresía o la falta de integridad contigo mismo. Tus oraciones se volverán en un clamor por santidad. Entonces, cada vez que veas el pecado en la casa de Dios, clamarás: “O Señor, hemos pecado contra ti.” Así es como sabrás que Dios te ha tocado. Él ha comenzado su obra divina en ti, ungiéndote otra vez, y preparándote para una obra mayor.

<CENTER>Déjame compartir contigo una Palabra
profética que Dios me ha dado.
</CENTER>

Ustedes han oído hablar de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos. Este es un ejército dentro del ejército, una unidad élite de soldados dedicados y altamente entrenados. Las Fuerzas Especiales están compuestas completamente por voluntarios, combatientes que han sobresalido y han sido escogidos por sus superiores. Si están dispuestos a integrarse, enfrentan el entrenamiento más arduo que cualquiera pueda soportar.

Antes de la guerra en Afganistán, Osama bin Laden había dicho que los soldados americanos eran débiles, cobardes y que no fueron entrenados para combatir en las montañas. Él predijo que el Talibán enviaría a las tropas de EEUU a casa en vergüenza, de la misma forma en que había derrotado al ejército ruso. Pero bin Laden no había contado con las Fuerzas Especiales americanas. Esta valiente unidad invadió a Afganistán con tan solo 2,000 soldados. Dentro de pocos días, habían localizado las fortalezas del enemigo. De repente, los soldados de bin Laden temblaban solo al divisar la cercanía de estas fuerzas disciplinadas. En cuestión de semanas, el Talibán fue conquistado.

Mundialmente, los terroristas se sacuden de temor cuando se acercan las Fuerza Especiales americanas. Ellos saben que aún una pequeña unidad puede derrocar una nación. Las Fuerzas Especiales de EEUU ya llegaron a las Filipinas, Indonesia y otros países donde los terroristas son entrenados. Ellos se han convertido en el enemigo más temido del terrorismo.

Yo creo que Dios está haciendo algo similar en el reino espiritual. Mientras oraba, fui impresionado por el Espíritu Santo con una visión extraordinaria: Dios ha estado trabajando en una operación encubierta en el cielo. Él esta levantando un ejército dentro de un ejército, revisando sus tropas regulares para formar una unidad élite de voluntarios. Esta fuerza especial está compuesta de guerreros que él puede tocar y conmover para batallar con el enemigo. Vemos una imagen de esto en las Escrituras, con la milicia especial de Saúl. La Biblia nos dice: “Y fueron con él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado.” (1 Samuel 10: 26).

Las fuerzas especiales de Dios hoy en día incluyen a los jóvenes, los de mediana edad, hasta los ancianos. Han estado entrenando en su habitación secreta de oración. Muchos han soportado dolor y sufrimiento casi más allá de los límites humanos. Y han salido limpios y purificados. Su intimidad con Jesús a través de todo les ha enseñado como pelear. Ahora ellos saben como hacer guerra en cualquier plano espiritual, tanto en las montañas como en los valles.

Estas fuerzas especiales han ganado muchas victorias a través de la oración. Y ahora son temidos en el infierno. Pronto, por todo el mundo, especialmente en las naciones islámicas, ¡las altamente entrenadas fuerzas de Dios harán batalla con estas fuerzas malignas! Nuestro Dios no necesita ejércitos de un millón de hombres. Sus fuerzas especiales son pequeñas en número, ¡pero son poderosas en batalla! ¡Un miembro de esta unidad que ora y es obediente puede hacer correr a mil soldados enemigos! Como Dios les prometió al pequeño y dependiente ejército de Josué: “Y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro. Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.” (Josué 23:9-10).

Nuestro campo de batalla no esta en Afganistán, las Filipinas ni Indonesia. ¡La batalla que esté tomando lugar está en la iglesia! Ahora mismo, Dios está lanzando su fuerza especial en su casa. Y sus armas son oración, pureza y una palabra directa de su trono. ¡Los labios de estos soldados han sido tocados con el carbón del altar de Dios! Sus lenguas han sido purgadas de toda contaminación. Y no temen en sacar a la luz todo lo que sea de la carne. Son leones de oración, más ovejas en su humildad. Y la palabra que predican es profunda en verdad, pureza e integridad.

He escuchado la predicación de muchos soldados en estas fuerzas especiales. Algunos son jóvenes, habiendo aprendido a Cristo rápidamente. Predican su Palabra con denuedo, tanto en la iglesia como a los inconversos. Otros soldados son ministros de mediana edad que se han cansado de la tibieza en la iglesia. El Espíritu Santo los ha tocado con su fuego, levantándolos con renovado celo. Ahora están listos para enseñarles a la nueva generación como pelear. Estos hombres hacen batalla en sus habitaciones secretas, esperando por su capitán, Jesús. Y salen de allí con una palabra fresca del cielo. Ellos hablan amorosamente, pero con autoridad. Y no temen mostrarles sus pecados a los demás.

Por años ya, Satanás ha aterrorizado al pueblo de Dios. Él ha derribado las torres de grandes ministerios, predicadores conocidos, estándares santos. Pero Dios no se sorprendió por nada de esto. Todo el tiempo, él ha estado entrenando sus fuerzas especiales. Y él esta a punto de desatarlos dentro de la iglesia. Está unidad elite derrumbó la Cortina de Hierro en Europa occidental. Derribó el comunismo. Y ahora mismo está desgarrando la Cortina de Bambú en Asia.

El ejército dentro de un ejército de Dios está colocado en cada nación. Su actividad puede estar encubierta ahora, ¡pero pronto le veremos haciendo proezas en el nombre y poder de Cristo! ¡La Palabra de Dios sale adelante, y la hambruna esta terminando! ¡El Señor prevalecerá! ¡Su Palabra vencerá todo!

¡Aleluya!!
<center>---</center>

Usado con permiso por World Challenge, P. O. Box 260, Lindale, TX 75771, USA.
¿Fue este mensaje de bendición para usted? Entonces compártalo con un amigo.
 
Dios es muy grande y los norteamericanos han sufrido muchos con lo de las torres.

Pero hace poco estuve viendo el documental Bowling For Columbine y hace un fiel retrato de la sociedad americana. Me toco muy hondo ese documental y pude comprender muchas cosas de la cultura norteamericana.

La biblia es clara sobre los ultimos tiempos eso lo llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo, pero lo de las torres no es algo que se salga de lo comun solo que es una especie de castigo por la politica americana con respecto a otros paises.

Lo que si debemos de estar a tentos es a Israel que es el termómeto de lo que la Biblia habla.

salu2
 
Originalmente enviado por: efrain martinez
Dios es muy grande y los norteamericanos han sufrido muchos con lo de las torres.

Pero hace poco estuve viendo el documental Bowling For Columbine y hace un fiel retrato de la sociedad americana. Me toco muy hondo ese documental y pude comprender muchas cosas de la cultura norteamericana.

La biblia es clara sobre los ultimos tiempos eso lo llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo, pero lo de las torres no es algo que se salga de lo comun solo que es una especie de castigo por la politica americana con respecto a otros paises.
-------------------------------------
Tobi
Luego según esta opinión los que murieron en aquellas torres eran los culpables de una determinada política que ellos no gestaron.
Bien, es un original concepto de la justicia de Dios.
Tambien fueron gestores de la pretendida mala politica americana los que murieron el los aviones convertidos en misiles de destrucción.
Se repite lo original.
Triste, muy triste.

 
Vamos aver ni yo justifico eso, ni tampoco digas mas de lo que quiero decir. Culpables....los politicos....ellos no tienen culpa por lo menos de eso que les ha pasado.

Pero lo que esta claro que USA este en un aguerra constante ya sea con vietmanitas, japones,corea,etc....en algun momento se les tendria que trasladar la tortilla a su pais.

No se si has visto el documental Bowlin for Columbine, pero te lo aconsejo, a mi me ha hecho mirar desde otra perspectiva a los norteamericanos en si y que conste que adoro a ese pais por otras razones que no son estas. En España tenemos terrorismo desde hace bastantes años y sabemos lo que es el dolor de familias, amigos creyentes que han caido por el simple hecho de ser vascos normales que trabajan en su trabajo normal. Y que un grupo ultra como ETA mate a cualquiera, sea vasco o no. Y eso es constante, los norteamericanos no saben lo que es terrorismo y ahora lo han descubierto y les asusta.

Solo digo eso, no justifico nada, pero las cosas no suceden porque si....

salu2
 
Originalmente enviado por: efrain martinez
Vamos aver ni yo justifico eso, ni tampoco digas mas de lo que quiero decir. Culpables....los politicos....ellos no tienen culpa por lo menos de eso que les ha pasado.
--------------------------------
¿Creo que es todo lo contrario. Dices más de lo debido y ahora le añades que los políticos no tienen la culpa. ¿Entonces quien la tiene?
__________________________________

Pero lo que esta claro que USA este en un aguerra constante ya sea con vietmanitas, japones,corea,etc....en algun momento se les tendria que trasladar la tortilla a su pais.
-----------------------------------
Tobi
Ellos mismos reconocen que lo de Vietnam fué un error y no obstante levantaron un muro frente al imperialismo comunista. De no haber existido lo de Corea y Vietnam la antigua Unión Soviética habría invadido Europa. En cuanto a lo de "japones" supongo que te refieres a los nipones o japoneses. Pues bién la guerra con el imperio nipón les fué impuesta. Ellos no la deseaban y la prueba está en que no estaban preparados para rechazar el ataque Pearl Harborg.
____________________________________

No se si has visto el documental Bowlin for Columbine, pero te lo aconsejo, a mi me ha hecho mirar desde otra perspectiva a los norteamericanos en si y que conste que adoro a ese pais por otras razones que no son estas. En España tenemos terrorismo desde hace bastantes años y sabemos lo que es el dolor de familias, amigos creyentes que han caido por el simple hecho de ser vascos normales que trabajan en su trabajo normal. Y que un grupo ultra como ETA mate a cualquiera, sea vasco o no. Y eso es constante, los norteamericanos no saben lo que es terrorismo y ahora lo han descubierto y les asusta.
-----------------------------------
Tobi
Supongo que eres muy jóven y aun no has descubierto que un "reportaje" puede ser manipulado al gusto de su autor. He visto reportajes de una mismo tema y de lo más dispar al nivel que el uno contradice al otro. El del tal Columbine obedecerá a lo que su autor pretende que creamos.
En cuanto a la última frase:
"los norteamericanos no saben lo que es terrorismo y ahora lo han descubierto y les asusta".
¿Y que? ¿Merecian conocerlo? ¿Es el mal de muchos consuelo de tontos?
Las dos últimas guerras en las que han intervenido los americanos han sido la de Afganistan y la de Irak. Ambos régimenes apoyaban al terrorismo islámico. Lo de las Torres Gemelas fué una clara declaración de guerra contra los USA y quien declara una guerra tiene que atenerse a las consecuencias. Irak como nación fracasó para defender a su país y ahora se demuestra que para lo que si estaban preparados era para el terrorismo y su ejercito solo servía para masacrar nediante gases tóxicos a los kurdos. Su gobierno servía para financiar el terrorismo palestino, junto a Arabia Saudí.
¿Dice algo de eso el reportaje de Colombine?
No te olvides de eso. La realidad es que el Islam ha declarado la guerra al cristianismo y si no se les paran los pies vendrán días terribles para todos. Tampoco olvides que los USA pararopn los pies al nazismo-fascismo, despues al comunismo y ahora se ven obligados a parar los del Islam. Ojalá lo consigan.
__________________________________


Solo digo eso, no justifico nada, pero las cosas no suceden porque si....
----------------------------------
Tobi
Pues claro que no suceden por que sí. Te lo acabo de mostrar.

 
Originalmente enviado por: efrain martinez
Dios es muy grande y los norteamericanos han sufrido muchos con lo de las torres.

Pero hace poco estuve viendo el documental Bowling For Columbine y hace un fiel retrato de la sociedad americana. Me toco muy hondo ese documental y pude comprender muchas cosas de la cultura norteamericana.

La biblia es clara sobre los ultimos tiempos eso lo llevamos advirtiendo desde hace mucho tiempo, pero lo de las torres no es algo que se salga de lo comun solo que es una especie de castigo por la politica americana con respecto a otros paises.

Lo que si debemos de estar a tentos es a Israel que es el termómeto de lo que la Biblia habla.

salu2

:dormido: :dormido2: ¿ Entraste a dar ese mensajito distorsionador , nada mas ?

:dormido: :dormido2: Te advierto que dices exactamente lo que han repitido y siguen repitiendo los marxistoide pro-islam , punto por punto , cuando se trata de pasar el corto metraje antiyankee en uno de nuestros foros cristianos , de ahì los caretos . Debes de entender que estamos ya aburridos de lo mismo .

A estas alturas ya ustedes nos dan " murriñas " y una especie de bostezadera patològica , que mira , la verdad , yo ya hasta temo que se vuelva hereditaria .

En fin muy bonita conclusiòn , sobre todo cuando vemos que todos los difuntos eran civiles indefensos , y de 22 paises del mundo .
 
http://www.forocristiano.com/showthread.php?s=&threadid=3701&highlight=Trade


Hermano Mario
Miembro Reciente
Registrado: Sep 1999
Localización: Temuco, Chile
Mensajes: 21 Las torres han caído, pero...
Amados hermanos:

¡Bendiciones en el nombre de Cristo, el cual viene pronto por su Iglesia!

Les envío una traducción del mensaje compartido en la iglesia Times Square Church de Nueva York por el Hno. David Wilkerson en septiembre de 2001, después de los sucesos del 11 de septiembre.

Espero les sea de bendición.


-------

Times Square Church
NEW YORK CITY

LAS TORRES HAN CAIDO –PERO NOSOTROS IGNORAMOS EL MENSAJE

(David Wilkerson)

El martes, el 11 de septiembre de 2001, se destruyeron las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York. Cinco días después, mientras preparaba este mensaje, miraba hacia fuera por la ventana de mi estudio en nuestro apartamento del 30º piso. Grandes nubes de humo aún se elevaban sin llamas de las ruinas. Subían del cascote y flotaban sobre el Río Hudson, pasando sobre la Estatua de Libertad.

El domingo siguiente, antes de predicar este mensaje a la iglesia de Times Square, lloré a la vista de la devastación absoluta. Clamé a Dios por misericordia: misericordia para las afligidas familias que perdieron a sus amados. Misericordia para los obreros todavía excavando a través del cascote, esperando localizar a los sobrevivientes, pero encontrando sólo cadáveres y partes de cuerpos. Misericordia para los policías, bomberos y voluntarios que lloraban abiertamente viendo horrores indescriptibles.

Se permitió a nuestra congregación instalar una tienda de ayuda en el sitio del desastre. Líderes del ministerio y voluntarios trabajaron incansablemente hora tras hora, ayudando con alimentos y animando a los obreros cansados.

Seis semanas antes del desastre, el Espíritu Santo previno a nuestro personal pastoral que una calamidad vendría. Nosotros habíamos programado varios eventos mayores para esos días, incluyendo nuestra Conferencia de las Misiones y Convención de Jóvenes. Pero el Espíritu de Dios nos movió a cancelar todo. En cambio, nos sentimos impulsados a llamar nuestra congregación a la oración.

Decidimos celebrar reuniones de oración cuatro noches en la semana. Desde el principio, cada reunión estuvo marcada por una quietud imponente que envolvía a la asamblea. Nos sentábamos calladamente en el la presencia de Señor, a menudo sin un sonido, por hasta una hora, seguido por suaves llantos y arrepentimiento del corazón. En una de estas reuniones, yo tenía que sostener mis rodillas con mis manos, temblando en la presencia imponente de Dios.

Durante esta visitación del Señor, su espíritu santo nos revelaba que había una razón para la aflicción de nuestros corazones. Estábamos siendo movidos así porque se avecinaba una gran tragedia. Una calamidad severa estaba viniendo a la nación. Y aunque nosotros no supimos lo que era, nuestros corazones fueron conmovidos para interceder en relación a ello.

Entonces, repentinamente, la calamidad golpeó. Y no sólo a nuestra ciudad, sino además a la capital de la nación. Una estación noticiosa declaró, “Piénselo, en una hora, nuestros dos símbolos de poder y prosperidad han sido golpeados con violencia.” Sin saberlo, estaba citando Apocalipsis 18:10: “¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!”

A un policía, miembro de nuestra iglesia, evacuado del lugar, sus subalternos le consultaban: “¿Qué significa esto? Qué está pasando?” Entretanto, la nación entera ha estado preguntando, “Dónde está Dios en todo esto?”

Tenemos razón hacer esta pregunta. Necesitamos entender dónde está Dios en esta calamidad. Y para ello, tenemos que confiar exclusivamente en su santa Palabra. Hemos oído centenares de opiniones de los expertos de los medios de comunicación y políticos. Pero toda su retórica suena lo mismo. No hay una comprensión real del significado de esta súbita destrucción.

Una cosa puedo asegurarle: Dios no fue tomado por sorpresa. Él conoce los pensamientos de todos los seres humanos, incluso cada gobernante, déspota y terrorista. El Señor supervisa los movimientos de cada persona en la masa entera de humanidad. Él conoce nuestro sentarnos y nuestro levantarnos. Y puedo decirle, esta es una cosa segura: Dios tiene todo bajo control. Nada en la faz de la tierra tiene lugar sin su conocimiento, su consentimiento y, aun, su intervención oculta.


--------------------------------------------------------------------------------

Si usted es un cristiano, usted sabe que Dios ha entregado
un mensaje a América y el mundo a través de este desastre.



--------------------------------------------------------------------------------

Ministros y teólogos están diciendo por todas partes, “Dios no tuvo nada que ver con estos desastres. Él no permitiría tales cosas horribles.” Nada podría estar más lejos de la verdad. Este tipo de pensamiento está causando que nuestra nación rápidamente deje pasar el mensaje que Dios quiere darnos a través de la tragedia.

De hecho, hemos de tener una palabra de Dios. Como muchos pastores, me he afligido y he llorado por esta calamidad horrible. He buscado al Señor en oración y a través de su Palabra. Y, quiero decirle, he experimentado un pesar que es aún más profundo que el luto por la gente inocente muerta. Es un pesar que dice que si ignoramos el mensaje de Dios, si hacemos oídos sordos a lo que él está proclamando ruidosamente, entonces mucho peor es lo que nos está reservado a nosotros.

El profeta Isaías habla directamente de lo que nosotros hemos experimentado. (Si usted objeta usar el Antiguo Testamento para los ejemplos, considere las palabras de Pablo: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” [1 Corintios 10:11]. Pablo lo aclara: los ejemplos del Antiguo Testamento simplemente revelan cómo Dios se mueve en tiempos como el nuestro.)

En el tiempo en que Isaías profetizó, Dios había estado tratando pacientemente a Israel por aproximadamente 250 años. El Señor había enviado “las aflicciones ligeras” sobre su pueblo, llamándolos a arrepentimiento. Él estaba intentando atraerlos desde los ídolos de bronce hacia su bendición y favor.

Todos los profetas a lo largo de los años habían hablado a Israel la misma palabra esencial: “Humillaos”. La escritura dice, “Y servían a los ídolos... El Señor amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas” (2 Reyes 17:12-13).

Pero la nación escogida de Dios rechazó su llamada a arrepentimiento. “Ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz” (17:14). El pueblo se burló de los profetas que los llamaron a humildad. Y, en cambio, ellos “siguieron la vanidad, y se hicieron vanos... dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios... y se entregaron para hacer lo malo ante los ojos del Señor... El Señor, por lo tanto, se airó en gran manera contra Israel” (17:15-18).


--------------------------------------------------------------------------------

Dios hace llamados de alerta a Israel


--------------------------------------------------------------------------------

El primer llamado de atención a Israel fue una invasión por Asiria. Este enemigo atacó dos provincias israelitas, Zabulón y Neftalí. Afortunadamente, los ataques se limitaron a estos dos puntos, y el daño fue mínimo. Dios estaba hablando claramente a su pueblo. La nación escogida del Señor perdió su sensación de seguridad. Mas, ellos todavía ignoraron el mensaje que Dios les estaba enviando.

Entonces, Israel recibió un segundo llamado de alerta. Este fue muy severo. Dos naciones que la Escritura denomina “los enemigos de Israel”—los sirios y los filisteos—combinaron fuerzas para un ataque sorpresivo. Según Isaías, este ataque vino de ambos “del oriente, y …del poniente” (Isaías 9:12). Esto significa que los invasores vinieron del este y el oeste, envolviendo a Israel. Y su ataque súbito fue absolutamente devastador.

Venimos ahora al corazón de este mensaje, y a la pregunta que la mayoría de los americanos se está haciendo: ¿Dónde estaba Dios en esta invasión súbita de su tierra escogida? ¿Qué hizo su pueblo para el que le sobreviniera este desastre? Isaías nos dice Dios es fiel para hablar a su pueblo: “El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel” (Isaías 9:8).. Dios habló una palabra clara. Y envió el mensaje a la nación entera.

Amado, este versículo nos menciona algo muy importante en nuestro propio tiempo de devastación. Simplemente dice, “Dios siempre envía su palabra.” Nunca en historia ha dejado el Señor en ignorancia en tiempo de calamidad. Nunca nos ha abandonado y ni nos ha obligado a explicarnos las cosas hipotéticamente. Siempre ha provisto una palabra de sabiduría.

Aun en este tiempo el Señor está levantando a sus atalayas, sus voceros. Hombres que buscan el rostro del Señor en aflicción y arrepentimiento. Y yo creo que ellos están oyendo y entendiendo el mensaje de Señor detrás de los eventos presentes. Es más, no temen proclamar solemnes advertencias, porque saben que han oído Dios. Han sido impulsados para hablar de los propósitos divinos detrás de nuestras calamidades.


--------------------------------------------------------------------------------

Tengo que hablar una palabra que ninguno de nosotros quiere oír


--------------------------------------------------------------------------------

Muchos lectores no recibirán esta palabra. Pensarán que es sin corazón, cruel y dura para un tiempo de afligir. Pero, digo, si no oímos la verdad de Dios y la asumimos, nuestra nación está condenada. Esta es la palabra que oigo al Señor hablarnos ahora mismo: “El Señor levantará a los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos… pero el pueblo no se convirtió al que los castigaba, ni buscó al Señor de los ejércitos” (Isaías 9:11, 13).

La Biblia es clara como el cristal: Dios usó naciones enemigas para castigar a su pueblo. El Señor manejó a estos enemigos como un instrumento de advertencia a Israel, llamándole al arrepentimiento. “Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles” (10:5-6).

Dios armó esta coalición de los enemigos de Israel para castigar a su pueblo escogido. El Señor estaba intentando advertir Israel, “Te has alzado con orgullo. Ahora yo te derribaré. Voy a permitirte ser disciplinado por tus enemigos.”

La coalición enemiga lanzó su ataque macizo. Y, de repente, los israelitas vieron con horror cómo sus edificios empezaban a derrumbarse. Fuegos impetuosos a lo largo de las ciudades, quemando las majestuosas estructuras. En un tiempo corto, Israel estaba en llamas. Y el pueblo de Dios empezaba a lamentarse, “Los ladrillos cayeron... cortaron los sicómoros” (9:10).

Después del testimonio de los recientes desastres en Nueva York y Washington, podemos empezar a imaginar las emociones del antiguo Israel. Mas, ¿se arrepintió Israel después de este horrorizante ataque? ¿Hubo un reconocimiento nacional de la advertencia que Dios les enviaba? ¿Oyeron los gobernantes al Dios que habla a través de la calamidad? No. La reacción de Israel fue justo la opuesta. El miedo inicial de las personas dio paso rápidamente a una marea de orgullo nacional. “Todo el pueblo... con soberbia y con altivez de corazón” (9:9).

La palabra hebrea para ‘altivez’ en este versículo significa un sentimiento de grandeza. En otras palabras, cuando el ataque cesó, los israelitas recobraron su confianza. Y declararon, “Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos (sicómoros), pero en su lugar pondremos cedros” (9:10). Ellos estaban diciendo, en otras palabras, “Estas calamidades no vienen de nuestro Señor. Es sólo el destino, los desastres infortunados que no pueden explicarse.

“Somos una nación grande y poderosa. Un pueblo orgulloso, resuelto. Y vamos a mostrar al mundo que nos levantaremos. Reconstruiremos todo más grande y mejor. Donde antes usamos ladrillos, usaremos piedra. Y donde edificamos una vez con construcción barata, usaremos los materiales mejores. Somos una nación bendita de Dios. Y vamos a salir de este desastre más fuertes que nunca.”

¿No nos suena esto muy familiar? El Señor usó a un enemigo cruel para enviar una advertencia de castigo a su pueblo. Él quiso despertarles, volverles a sí mismo, derramar sobre ellos bendición y rodearles con su protección. Mas, a lo largo de sus días de pesar y horror, el pueblo de Dios no reconoció Su mano. Ninguno preguntó: “Qué está diciendo el Señor a través de todo esto? Está intentando él hablarnos?” Nadie pensó por un momento que semejante nación orgullosa, grande pudiera ser humillada ser castigada. Al contrario, el pueblo personas rechazó tal pensamiento. Se negaron a oír la advertencia de Dios.

Pregunto: ¿Asimila usted el ejemplo de Israel, después de cuanto hemos sido testigos en estas semanas? Por favor, no me entienda mal. Doy gracias a Dios porque tenemos un Presidente moral que gobierna nuestro país. Agradezco al Señor por todos los cristianos fieles que sirven en altos cargos. Nuestra iglesia ora diligentemente por los líderes de nuestra nación. Y agradecemos por este tiempo de oración en toda la nación. Es alentador ver a las personas serenándose y volviendo a pensar sus estilos de vida.

Mas, aun así, arriesgamos pasar por alto el mensaje de Dios a nosotros. Piense esto: cuando nuestras asambleas públicas requieren un momento de silencio, pensamos que es verdadero arrepentimiento. Cuando vemos a políticos que cantan “Dios bendiga a América,” pensamos que nuestra nación se ha vuelto a Dios. Cuando vemos en eventos deportivos observar un minuto silencioso al medio tiempo, pensamos que es una experiencia espiritual.

¿Pero es esto todo lo que va a salir de nuestro reciente desastre? ¿Guardarán las personas un minuto de silencio en los estadios, para luego pintar sus cuerpos en colores salvajes, beber cerveza tras cerveza, y gritar como locos por su equipo favorito?

Como la mayoría de los americanos, lloré cuando vi a Senadores y líderes del congreso de pie en las escalinatas del Capitolio, cantando, “Dios bendice a América… permanece con nosotros, y nos guía…” Mas, cuando yo estaba llorando, el Señor me recordó, “Muchos de los líderes que ves cantando han trabajado para dejarme fuera de la sociedad americana. Están determinados incluso a quitar mi nombre de los libros de la historia americana. Y han permitido el asesinato de millones de bebés a través del aborto.”

De repente, fui golpeado por la hipocresía absoluta de todos. Servimos a Dios de labios, pero continuamos deslizándonos en el fango de la inmoralidad.


--------------------------------------------------------------------------------

Cuando una nación está bajo la corrección divina,
reaccionará en una de dos maneras



--------------------------------------------------------------------------------

Una nación bajo el castigo puede humillarse y arrepentirse, como hizo Nínive. O, puede honrar a Dios de labios, pero volverse a su propia fuerza y pasar por sobre la corrección, declarando, “Nosotros tenemos la fuerza para soportar cualquier desastre. Tenemos la habilidad y resolución para superar cualquier problema. Somos de verdad una gran nación.”

Soy tan patriota como cualquier americano. Y estoy estremecido como cualquiera en la unidad que nuestra nación está experimentando. Doy gracias a Dios por los esfuerzos heroicos y los sacrificios increíbles que hemos visto tras los ataques terroristas. El mundo entero está impresionado por la fortaleza y amor desplegado por las personas de Nueva York, Washington, D.C. y América en general.

Pero enfrentamos el mismo peligro que Israel. En nuestro patriotismo ardiente, nosotros podríamos fácilmente ignorar el mensaje de Dios a nuestra nación. Y hoy, estamos de pie en la misma encrucijada donde estuvo Israel.

Me pregunto: si hubiéramos vivido en los días de Isaías, ¿habríamos escuchado sus advertencias proféticas? ¿O habríamos hecho oídos sordos? Jerusalén y la nación de Judá se negaron a creer que podrían ser derribados. Mas, Isaías profetizó, “Como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?” ([Isaías] 10:11). Dios estaba diciendo, en esencia, “yo he juzgado otras naciones por la misma idolatría que tú estás practicando. ¿Por qué no te juzgaría yo? ¿Qué te hace estar fuera de mi ley?”

En toda América, las personas están celebrando reuniones para “oración y recuerdo.” Es correcto y loable (y totalmente escritural) recordar a quienes han muerto. Pero, ¿por qué estamos nosotros tan temerosos para llamar también a reuniones de “oración y arrepentimiento?” Ahora mismo, la mayoría de los americanos se concentra en el recuerdo y la venganza. Mas, ¿dónde está el llamado en América para volverse a Dios?

En cuanto al castigo de los terroristas, Isaías se dirige también a este problema. Él declara, “Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria” (Isaías 10:12). De hecho, cuando Dios terminó de utilizar a Asiria como “la vara de mi enojo”, él los destruyó. Igualmente, Dios derribará a cualquier terrorista que ataca y asesina personas inocentes. Vendrá el tiempo en que ellos cumplan su destino eterno en el infierno.


--------------------------------------------------------------------------------

Este es el mensaje que creo está trompeteando Dios en nuestras calamidades


--------------------------------------------------------------------------------

Profundo en mi espíritu, oigo al Señor decir, “Te he prosperado sobre todas las naciones. Mas, durante años has persistido rindiendo culto a ídolos de oro y plata. He soportado su sensualidad desvergonzada, tu burla de las cosas santas, tu derramamiento de sangre inocente, tus esfuerzos incansables por quitarme de su sociedad. Ahora tiempo está corriendo contra ti.

“Te he enviado profeta tras profeta, atalaya tras atalaya. Has sido advertido una y otra vez. Mas, aún no abrirás los ojos a tus malos caminos. Te he herido, con la esperanza de salvarte. Quiero sanar tu tierra, destruir a tus enemigos, restaurarte mi bendición. Pero no tienes ojos para verlo.”

¿Si Dios no se compadeció de otras naciones que lo abandonaron, por qué habría él de perdonar a América? Él nos juzgará así como juzgó Sodoma, Roma, Grecia y cada cultura que lo desechó.

Considere lo que Dios habla a través de Ezequiel: “Echad de vosotros todas vuestras transgresiones... y haceos un nuevo corazón y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Dios; convertíos, pues, y viviréis” (Ezequiel 18:31-32).

Para cualquiera que duda que Dios siente dolor, aquí es prueba positiva de su gran compasión. Él siente pesar también y se aflige por la muerte. Él está diciéndonos en este pasaje, “Yo no tomo placer viéndote sufrir y morir. Por eso te suplico: Arrepiéntete de tu pecado y vive”.

Dios llora sobre todo por esas calamidades que ocurren a los inocente. En estas últimas semanas, usted puede estar seguro que Jesús ha estado llorando por las víctimas de los ataques terroristas. Él es “la redoma de las lágrimas de sus santos.” De hecho, creo que muchas de las lágrimas vertidos por los cristianos son las propias lágrimas de Dios, impulsadas por su Espíritu en nosotros.

Mas, en momentos, la justicia de Dios y rectitud lo llevan a refrenar su compasión. Y le obligan a que lleve a cabo sus rectos juicios como un último recurso. El mayor ejemplo de esto es el sacrificio de su Hijo, Jesús. La justicia exigió que los pecados del mundo entero fuesen puestos en un hombre inocente, y que este hombre fuera condenado a morir por todos. Dígame, ¿quién podría ser más inocente que el propio Hijo de Dios? Mas, Cristo se dio de buena gana en sacrificio, para liberación y salvación de toda humanidad.


--------------------------------------------------------------------------------

¿Qué sucederá a América si ignoramos el mensaje de Dios?


--------------------------------------------------------------------------------

¿Cuál será el destino de nuestra nación si rechazamos el llamado de Dios para volvernos totalmente a él? ¿Qué pasará si los abortos continúan y se usan fetos para la investigación científica… si seguimos borrando el nombre de nuestro Salvador de la Historia americana... si reconstruimos todas las cosas más grandes y mejores, sólo para enriquecernos más... si confiamos más en nuestro poderío armado que en el Dios todopoderoso?

Isaías describe lo que pasa a cada nación que rechaza Dios y se jacta de su propia grandeza: “Porque la maldad se encendió como fuego... y serán alzados como remolino de humo. Por la ira del Señor de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano. Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre... cada cual comerá la carne de su brazo” (Isaías 9:18-20).

Los fuegos devoradores subirán a los cielos. La oscuridad cubrirá la tierra. La economía será golpeada y se tambaleará. Y habrá discordia en la nación, en las comunidades, los barrios, las familias. Las gentes mirarán sólo por sí mismas, en una lucha desesperada para sobrevivir. Y Dios te amparará si tú vienes a él.

Me fue dado un mensaje profético hace nueve años, y yo lo entregué a la Iglesia de Times Square el 7 de septiembre de 1992. Permítame compartirlo ahora con usted:

“Esta advertencia no es para asustarle. Sólo significa para usted acercarse al Señor y orar. Esto es lo que creo que Dios me ha mostrado:

“Treinta días de castigo caerán sobre la ciudad de Nueva York como el mundo nunca ha visto. Dios va a derribar los muros. Habrá violencia inimaginable y saqueo. La violencia es tan feroz que conmoverá el mundo entero. Nuestras calles no serán vigiladas sólo con la Guardia Nacional, sino con el ejército.

“Mil fuegos arderán al mismo tiempo a lo largo de la ciudad. Los fuegos en Los Ángeles se confinaron a algunos sectores de esa ciudad, pero Nueva York estará ardiendo en todos sus distritos municipales. Times Square estará ardiendo, y las llamas ascenderán en el cielo y las verán por millas. Los carros de incendio no podrán controlarlos todos.

“Los trenes y autobuses se detendrán. Billones de dólares se perderán. Los espectáculos de Broadway se detendrán completamente. Los negocios huirán de la ciudad en una hemorragia imparable. Se esperan tales cosas en países tercermundistas, pero no en una nación civilizada como los Estados Unidos. Mas, poco tiempo después, la ciudad de Nueva York quebrará completamente. La Ciudad Reina se lanzará en la suciedad, volviéndose una ciudad de pobreza.

“Usted puede preguntar: ¿cuándo pasará todo esto? Todo cuanto puedo decir es que creo que yo estaré aquí cuando pase. Mas, cuando suceda, el pueblo de Dios no tendrá pánico ni temor.”

Han inundado nuestras oficinas las llamadas y mensajes, preguntando, “¿Era el ataque terrorista el 11 de septiembre la calamidad que usted estaba profetizando en 1992?” No es así. Lo que yo vi venir será mucho más severo. De hecho, si América rechaza la llamada de Dios para volverse a él, enfrentaremos los mismos juicios que Israel enfrentó. Y ellos no sólo golpearán Nueva York, sino cada región del país. Ni siquiera el corazón del país será perdonado. La economía de la nación se derrumbará, y emergerá la violencia. Fuego consumirá nuestras ciudades, y los tanques retumbarán a través de las calles.

Quizás usted se pregunte, como yo: “¿Puede esto ser evitado?” Sí, absolutamente. Yo creo que nosotros nos daremos un indulto si nuestro Presidente demuestra ser un Josías. Usted puede recordar bien a Josías como el rey que buscó al Señor con todo su corazón. Todos debemos orar para que Dios le dé a nuestro Presidente el mismo espíritu que tuvo Josías, para temblar a su Palabra. El Señor habló lo siguiente a Josías:

“He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el mal... por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos... Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis al Señor... y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante del Señor, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos... También yo te he oído, dice el Señor. Por tanto... no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar” (2 Reyes 22:15-20).

Dios dijo al rey, en esencia, “Mientras estés en el poder, temblando a mi Palabra y confiando en mí, no verás los juicios que han de venir. Ellos no pasarán durante tu reino.”

Creo que nuestra oportunidad de responder al llamado de Dios es breve. Todos debemos orar para que nuestra nación se arrepienta y vuelva al Señor. Pero nuestras más intensas oraciones deben ser por nuestros propios corazones: “Señor, permítame temer, no a los desastres, sino a tu Palabra. Quiero oír su voz en todo esto. Muéveme a volverme totalmente a ti.”



COPYRIGHT:

Propiedad de la iglesia de Times Square. Puede imprimirse en su integridad por los lectores para uso personal. No puede alterarse o revisarse de forma alguna y todas las reproducciones deben contener este aviso:

Copyright [©] 2001, Times Square Church, 1657 [Broadway], New York City, NY 10019


---

Les invito a visitar nuestra Web en http://www.aguasvivas.cl


EL PRESAGIO
LA PROFECÍA DE ISAÍAS 9:10
JONATHAN CAHAN

 
La profecía sobre las torres gemelas se dió 10 años antes exactamente el mismo día del año:

LOS CIMIENTOS DE LA TIERRA SE SACUDIRÁN
11.09.1991

Mis ciudades 1 se han convertido en prostitutas! ¡Despiadadas! ¡Se han convertido en una ciudadela de los demonios! ¡Corruptas todas por dentro, comidas por el gusano! ¡Un refugio para la víbora y el escorpión! ¿Cómo puedo Yo no soplar sobre estos renegados Mi Fuego Purificador?...

De repente, Jesús cambió de tono, y después de esperar unos segundos, con un tono muy grave que me dejó asombrada, dijo:

La tierra va a temblar y a estremecerse. ¡Y todo el mal edificado en las Torres 2 se colapsará en un montón de escombros y será enterrado en el polvo del pecado! En lo alto, los Cielos se estremecerán y los cimientos de la tierra se sacudirán! Oren para que la Mano del Padre no caiga en invierno.

Las islas, el mar y los continentes serán visitados por Mí, inesperadamente por el estruendo y por la Llama. Escuchen atentamente Mis últimas Palabras de aviso, escuchen ahora que todavía hay tiempo. Lean Nuestros Mensajes
3 y dejen de ser despreciativos o sordos cuando el Cielo habla. Bajen sus voces y escucharán las Nuestras.

 


1/3
LA VERDAD SOBRE EL 11S:
EL ATENTADO QUE ALUMBRÓ
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
CÉSAR VIDAL & LORENZO RAMÍREZ


Esta semana César Vidal y Lorenzo Ramírez inician una miniserie dedicada a los ataques del 11 de septiembre de 2001, unos atentados que lo cambiaron todo y alumbraron la versión moderna del nuevo orden mundial con el que llevaban los ingenieros sociales soñando, especialmente desde los años setenta del siglo anterior.

En la actualidad, a más de veinte años de distancia, todavía existen numerosas incógnitas y evidencias claras de que la versión oficial tiene agujeros que apuntan a la existencia de una conspiración para no descubrir a los verdaderos autores.

Les mostramos pruebas, indicios y declaraciones que así lo atestiguan.



 
  • Like
Reacciones: Maresdos
Ha muerto más gente en Ucrania que en el Wtc, pero no escuché a ningún pastor lamentándose por eso.

¿David Wilkerson?

Algo hizo mal, porque DIOS me dijo que se perdió. No está con EL.
 
Ha muerto más gente en Ucrania que en el Wtc, pero no escuché a ningún pastor lamentándose por eso.

¿David Wilkerson?

Algo hizo mal, porque DIOS me dijo que se perdió. No está con EL.
este bart es un troll le haria un gran bien al foro que se largara de aqui con sus temas y videos que nadie ve ni debate.
 

1/3
LA VERDAD SOBRE EL 11S:
EL ATENTADO QUE ALUMBRÓ
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
CÉSAR VIDAL & LORENZO RAMÍREZ


Esta semana César Vidal y Lorenzo Ramírez inician una miniserie dedicada a los ataques del 11 de septiembre de 2001, unos atentados que lo cambiaron todo y alumbraron la versión moderna del nuevo orden mundial con el que llevaban los ingenieros sociales soñando, especialmente desde los años setenta del siglo anterior.

En la actualidad, a más de veinte años de distancia, todavía existen numerosas incógnitas y evidencias claras de que la versión oficial tiene agujeros que apuntan a la existencia de una conspiración para no descubrir a los verdaderos autores.

Les mostramos pruebas, indicios y declaraciones que así lo atestiguan.





2/3
LA VERDAD DEL 11S:
EL ATENTADO QUE ALUMBRÓ
EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
CÉSAR VIDAL & LORENZO RAMÍREZ


Esta semana César Vidal y Lorenzo Ramírez continúan el viaje al pasado que iniciaron hace una semana, en este especial Gran Reseteo dedicado a los atentados del 11 de septiembre.

Hoy el programa analiza las llamadas telefónicas supuestamente realizadas por los pasajeros de los aviones secuestrados, qué pasó con las cajas negras, el uso de explosivos para demoler las torres gemelas y las incongruencias de la versión oficial sobre el impacto contra la fachada del Pentágono.

Disfruta del programa completo en exclusiva en César Vidal TV: