La carta a la iglesia de Esmirna y Policarpo

Joxan

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24 Enero 2004
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Hola,

El Apocalipsis de Juan dice lo siguiente en la carta a la iglesia de Esmirna (de la que habla muy bien junto a Filadelfia, a diferencia de las otras iglesias que son reprendidas en mayor o menor medida):

"
Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte" (Apocalipsis 2:8-10)

Cuando Juan escribió esto conocía al obispo Policarpo, de dicha ciudad (hoy se llama Izmir en Turco, y es una gran ciudad aún existente a diferencia de algunas de las otras ciudades mencionadas en las cartas del apocalipsis que desparecieron poco después de escrito el libro y establecidos los juicios de Dios sobre ellas). Policarpo, obispo de Esmirna, fue quemado como mártir en el año 155 d.c. Poco antes de su muerte, exclamó ante quien lo quería hacer apostatar de su fe a Cristo "Durante ochenta y seis años he sido su siervo, y no me ha hecho mal alguno. ¿Como puedo ahora blasfemar de mi Rey que me ha salvado?", vemos por esto, que su conversión -a edad avanzada- aconteció en el año 69 d.c. por lo cual fue contemporáneo de varios de los apóstoles, especialmente del apóstol Juan (muerto en el año 100), de quien recibió directamente sus enseñanzas, como nos da a entender su discípulo Ireneo de Lyon (también originario de Esmirna en Asia Menor), cuando escribe a Florino, un presbítero romano que había caído en la herejía del gnosticismo, nos dice así: "Porque te vi cuando yo todavía era un niño, en el Asia interior, desempeñando brillante papel en la corte imperial y tratando a la par de ganarte la estimación de aquél... Puedo decir hasta el lugar en que el bienaventurado Policarpo se sentaba para dirigir su palabra, cómo entraba en materia, y cómo terminaba sus instrucciones, su genero de vida, la forma de su cuerpo, las pláticas que dirigía a la muchedumbre; como contaba su trato con Juan y con los demás que habían visto al Señor y como recordaba las palabras de ellos y qué era lo que había oído él de ellos acerca del Señor ya sobre sus milagros, ya sobre su doctrina. Todo lo cual, como quien la había recibido de quienes fueron testigos de vista del Verbo, Policarpo lo relataba de acuerdo a la Escrituras."

Resulta chocante ver los paralelos de la vida de este mártir tan famoso con lo escrito en al epístola del Apocalipsis:

"
Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)"
Y este extracto del martirio de Policarpo:
"...Por tanto, os vamos a narrar los triunfos de todos nuestros mártires, tal como nos consta que tuvieron lugar, su gran amor para con Dios y su paciencia en soportar los tormentos. ¿Quién no se llenará de admiración al considerar cuán dulces les eran los azotes, gratas las llamas del eculeo, amable la espada que los hería y suaves las brasas de las hogueras? Cuando corriendo la sangre por los costados, con las entrañas palpitantes a la vista, tan constantes estaban en su fe, que aunque el pueblo conmovido no podía contener las lágrimas ante tan horrendo espectáculo, ellos solo estaban serenos y tranquilos. Ni siquiera se les oía un gemido de dolor; y así como habían aceptado con alegría los tormentos, del mismo modo los toleraban con fortaleza. A todos los asistía el Señor en los tormentos, no sólo con el recuerdo de la vida eterna, sino también templando la violencia de los dolores, para que no excediesen la resistencia de las almas. El Señor le hablaba interiormente y les confortaba, poniéndoles ante los ojos las coronas que les esperaban si eran constantes; e ahí el desprecio que hacían de los jueces, y su gloriosa paciencia. Deseaban salir de las tinieblas de este mundo para ir a gozar de las claras moradas celestiales; contraponían la verdad a la mentira, lo terreno a lo celestial, lo eterno a lo caduco Por una hora de sufrimientos les esperaban goces eternos. El demonio probó contra ellos todas sus artes; pero la gracia de Cristo les asistió como un abogado fiel. También Germanico, con su valor, infundía ánimos a los demás. Habiendo sido expuestos a las fieras, el procónsul, movido de compasión, le exhortaba a que tuviese piedad al menos de su tierna edad, si le parecía que los demás bienes no merecían ser tenidas en consideración. Pero él hacía poco caso de la compasión que parecía tener por él su enemigo y no quiso aceptar el perdón que le ofrecía el juez injusto; muy al contrario, el mismo azuzaba a la fiera que se había lanzado contra el, deseoso de salir de este mundo de pecado. Viendo esto el populacho, quedó sorprendido de ver un ánimo tan varonil en los cristianos. Luego todos gritaron: "Que se castigue a los Impíos y se busque a Policarpo"


"la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás"
Y estos extractos del martirio de este obispo:
"
Todo el pueblo gentil de Esmirna, y con él los judíos, exclamaron: "Este es el doctor de Asia, el padre de los cristianos, el que ha destruido nuestros ídolos y ha violado nuestros templos, el que prohibía sacrificar y adorar a los dioses; al fin ha encontrado lo que con tantos deseos decía que anhelaba". Y todos a una pidieron al asiarca Filipo que se lanzara contra él un león furioso; pero Filipo se excusó, diciendo que los juegos habían terminado. Entonces pidieron a voces que Policarpo fuera quemado vivo."
"
Entre tanto, el pueblo, y en particular los judíos, acuden corriendo a los baños y talleres en busca de leños y sarmientos. Cuando estaba ardiendo la hoguera, se acercó a ella Policarpo, se quitó el ceñidor y dejó el manto, disponiéndose a desatar las correas de las sandalias, lo cual no solía hacer él, porque era tal la veneración en que le tenían los fieles, que se disputaban este honor por poder besarle los pies. La tranquilidad de la conciencia le hacía aparecer ya rodeado de cierto esplendor aun antes de recibir la corona del martirio.Dispuesta ya la hoguera, los verdugos le iban a atar a una columna de hierro, según era costumbre, pero el Santo les suplicó, diciendo: "Permitidme quedar como estoy; el que me ha dado el deseo del martirio, me dará también el poder soportarlo; El moderará la intensidad de las llamas. Así, pues, quedó libre; sólo le ataron las manos atrás y subió a la hoguera"
"
El demonio, enemigo irreconciliable de los justos, reconociendo la gloria de aquel martirio, premio de una vida irreprochable desde la más tierna infancia, excogitó un medio para privar a los fieles de poseer el cuerpo del mártir, por más que ellos intentaran apoderarse de él por todos los medios. Para ello sugirió a Nicetas, padre de Herodes, y hermano de Alces, que pidiera al procónsul no entregara las reliquias del mártir a los cristianos, porque se imaginaba que las habían de tributar un culto como al mismo Cristo. Esto mismo pretendían los judíos que custodiaban el cuerpo, para que los cristianos no pudieran acercarse a recogerle, ignorando que los cristianos no podemos abandonar el culto de Cristo, ni dirigir nuestras oraciones a otro que a El"


"Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida"
Y el martirio:
"Su martirio fue muy superior, y todo el pueblo le llama "su maestro". Todos deseamos ser sus discípulos, como él lo era de Jesucristo, que venció la persecución de un juez injusto y alcanzó la corona incorruptible, dando fin a nuestros pecados. Unámonos a los Apóstoles y a todos los justos y bendigamos únicamente a Dios Padre Todopoderoso; bendigamos a Jesucristo nuestro Señor, salvador de nuestras almas, dueño de nuestros cuerpos y pastor de la Iglesia universal; bendigamos también al Espíritu Santo por quien todas las cosas nos son reveladas"


Se que ha sido un poco largo y no he profundizado mucho en este tema, pero más adelante lo haré y quizás lo publique en mi web. Bendiciones.


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Re: La carta a la iglesia de Esmirna y Policarpo

¿Sabes que de las Siete Iglesias de la Mesopotamia que cita el Apoc. sólo queda la de Filadelfia?
Allií esta, en medio de una marea musulmana, manteniendo la fe cristiana.
Se ha cumplido la promesa.
Apoc. 3:7 y 8
<SUP>
</SUP>
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
<SUP></SUP>Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

La puerta del testimonio cristiano no se cerró en aquel lugar. Permanece abierta a pesar del Islam, conforme a la promesa.
 
Re: La carta a la iglesia de Esmirna y Policarpo

Tobi dijo:
¿Sabes que de las Siete Iglesias de la Mesopotamia que cita el Apoc. sólo queda la de Filadelfia?
Allií esta, en medio de una marea musulmana, manteniendo la fe cristiana.
Se ha cumplido la promesa.
Apoc. 3:7 y 8
<SUP>
</SUP>

La puerta del testimonio cristiano no se cerró en aquel lugar. Permanece abierta a pesar del Islam, conforme a la promesa.


Vaya aporte Tobi! gracias por esta información, no la sabía! Gloria doy a Dios!

Greivin.​