En términos materiales y físicos no hay nada de que avergonzarse por andar descalzos, ya sea por gusto o por que no tenemos recursos para comprar zapatos.
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Pero en el aspecto espiritual es otro cantar. Estar descalzo espiritualmente, no lo podemos tomar livianamente, porque ello significa que no compartimos como cristianos, la naturaleza de Dios, al menos, en su totalidad. Donde único es una obligación estar descalzos es a la presencia de Dios, porque allí estamos bajo su absoluta influencia y control, pero cuando nos relacionamos con el mundo entonces tenemos que calzar el calzado que Dios ha intencionado para nosotros.
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En Ef, 6:15, se nos dice que debemos tener: “Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.” Ese calzado forma parte de la armadura espiritual que Dios nos ha provisto, para que, como cristianos seamos una fiel representación de su reino, ante el diablo, el mundo y aún la propia iglesia.
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Con frecuencia se le oye a algunos hermanos, aludiendo al testimonio cristiano, decir: “¿Cómo el mundo sabrá quien es cristiano y quien no, si vestimos igual que ellos?” Ellos aluden que, la apariencia exterior del cristiano, tiene que ser diferente a la del mundo para que ellos vean que somos cristianos. A eso, algunos erróneamente le llaman: “santidad” otros, le llaman: “modelo bíblico de vestir el cristiano” y otros le llaman: “frutos del cristiano” pero, todos están equivocados, porque el fruto del Espíritu en el cristiano, se delinea en Gálatas, 5:22-25, y en nada menciona la vestimenta. Aunque entiendo que es razonable esperar una vestimenta decente y digna en un cristiano, sin embargo, la bíblia no ocupa su tiempo en cosas triviales.
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Ahora bien, tanto en Gálatas, 5 como en Hebreos, 12:14, como a través de toda la bíblia, se le vincula a la santidad (que son los frutos del Espíritu en el creyente) con la paz. En Gal, 5 dice: “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz...” Y en He, 12: dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad…”<o></o>
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Ahora bien, en Ef, 6:15, dice: “...y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”<o></o>
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Volviendo a la pregunta que algunos legalistas nos hacen como para validar un código de vestimenta como modo de “santidad”: en la iglesia: “¿Cómo el mundo sabrá quien es cristiano y quien no, si vestimos igual que ellos?” Quiero responderles que el mundo, lo menos que mira es la vestimenta exterior en la persona, especialmente si es una vestimenta razonable. El mundo donde busca la diferencia entre el cristiano y el mundo, es en sus actitudes, en su hablar y su forma de ser. A eso es que aboga Ef, 6:15, cuando habla del, “…calzado del apresto del evangelio de la paz…”
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Descifremos este versículo:
Primero, el calzado: El calzado nos habla de nuestro andar, nuestro caminar en Dios. Y en este caso va más allá, incluye la condición o manera de nuestro caminar. ¿Eres íntegro y fiel, o eres mediocre e hipócrita, en actitudes, palabras, y hechos?
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Segundo, el apresto: Apresto, nos habla de disposición, de pericia, de prontitud y de alguien diligente y constante en su haber. ¿Eres ocioso, te da lo mismo, eres negligente, o eres un cristiano diligente que te interesa que los demás vean a Cristo en tí, a través de tus actitudes, tus palabras y hechos?
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Tercero, la paz: Jesús nos dijo que el nos da la paz, no como el mundo la da. Es decir, la paz de cristo en nosotros es genuina, verdadera, produce en nosotros unas actitudes y confianza que el mundo desconoce. La paz no es algo de lo que te puedas camuflajear, no la puedes imitar, la tienes o no la tienes, y ciertamente tus actitudes pondrán en evidencia si tienes o no, la paz de Dios en tu corazón. Paz, es la salvación de Dios en nosotros que nos da no sólo la sensación de seguridad, pero también la capacidad de ser, vivir, hablar y actuar muy distinto al mundo o al que no la tiene. Ahí, hermanos legalistas, es que el impío sabrá, cuando tiene un cristiano delante de ellos. Un pantalón o falda, se la ponen hasta los satánicos, también se afeitan y se recortan, pero no pueden imitar lo que Dios nos ha dado. Hay que tenerlo para poder manifestarlo.
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Pero, en este foro, me he dado cuanta que muchos “cristianos” estás descalzos del calzado de Dios, si del “modelo de vestimenta bíblico” vamos a hablar.
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También la bíblia dice:<o></o>
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“Andemos como de día, honestamente; no con glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” (Ro, 13:13,14)<o></o>
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“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia…” (Col, 3:12)<o></o>
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“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a lo que así mismo fuisteis llamados…” (Col, 3:14,15)<o></o>
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Esas son las piezas de la vestimenta de Dios, “el modelo bíblico de vestir del cristiano” como alguien dijo, pero lo dijo para referirse al legalismo y no a la palabra de Dios.
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Si la paz de Dios no gobierna tu corazón, eres un cristiano descalzo porque no estas calzando, “el apresto del evangelio de la paz...” Es evidente, porque: “Por el fruto se conoce el árbol.”
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Pero en el aspecto espiritual es otro cantar. Estar descalzo espiritualmente, no lo podemos tomar livianamente, porque ello significa que no compartimos como cristianos, la naturaleza de Dios, al menos, en su totalidad. Donde único es una obligación estar descalzos es a la presencia de Dios, porque allí estamos bajo su absoluta influencia y control, pero cuando nos relacionamos con el mundo entonces tenemos que calzar el calzado que Dios ha intencionado para nosotros.
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En Ef, 6:15, se nos dice que debemos tener: “Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.” Ese calzado forma parte de la armadura espiritual que Dios nos ha provisto, para que, como cristianos seamos una fiel representación de su reino, ante el diablo, el mundo y aún la propia iglesia.
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Con frecuencia se le oye a algunos hermanos, aludiendo al testimonio cristiano, decir: “¿Cómo el mundo sabrá quien es cristiano y quien no, si vestimos igual que ellos?” Ellos aluden que, la apariencia exterior del cristiano, tiene que ser diferente a la del mundo para que ellos vean que somos cristianos. A eso, algunos erróneamente le llaman: “santidad” otros, le llaman: “modelo bíblico de vestir el cristiano” y otros le llaman: “frutos del cristiano” pero, todos están equivocados, porque el fruto del Espíritu en el cristiano, se delinea en Gálatas, 5:22-25, y en nada menciona la vestimenta. Aunque entiendo que es razonable esperar una vestimenta decente y digna en un cristiano, sin embargo, la bíblia no ocupa su tiempo en cosas triviales.
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Ahora bien, tanto en Gálatas, 5 como en Hebreos, 12:14, como a través de toda la bíblia, se le vincula a la santidad (que son los frutos del Espíritu en el creyente) con la paz. En Gal, 5 dice: “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz...” Y en He, 12: dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad…”<o></o>
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Ahora bien, en Ef, 6:15, dice: “...y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”<o></o>
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Volviendo a la pregunta que algunos legalistas nos hacen como para validar un código de vestimenta como modo de “santidad”: en la iglesia: “¿Cómo el mundo sabrá quien es cristiano y quien no, si vestimos igual que ellos?” Quiero responderles que el mundo, lo menos que mira es la vestimenta exterior en la persona, especialmente si es una vestimenta razonable. El mundo donde busca la diferencia entre el cristiano y el mundo, es en sus actitudes, en su hablar y su forma de ser. A eso es que aboga Ef, 6:15, cuando habla del, “…calzado del apresto del evangelio de la paz…”
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Descifremos este versículo:
Primero, el calzado: El calzado nos habla de nuestro andar, nuestro caminar en Dios. Y en este caso va más allá, incluye la condición o manera de nuestro caminar. ¿Eres íntegro y fiel, o eres mediocre e hipócrita, en actitudes, palabras, y hechos?
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Segundo, el apresto: Apresto, nos habla de disposición, de pericia, de prontitud y de alguien diligente y constante en su haber. ¿Eres ocioso, te da lo mismo, eres negligente, o eres un cristiano diligente que te interesa que los demás vean a Cristo en tí, a través de tus actitudes, tus palabras y hechos?
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Tercero, la paz: Jesús nos dijo que el nos da la paz, no como el mundo la da. Es decir, la paz de cristo en nosotros es genuina, verdadera, produce en nosotros unas actitudes y confianza que el mundo desconoce. La paz no es algo de lo que te puedas camuflajear, no la puedes imitar, la tienes o no la tienes, y ciertamente tus actitudes pondrán en evidencia si tienes o no, la paz de Dios en tu corazón. Paz, es la salvación de Dios en nosotros que nos da no sólo la sensación de seguridad, pero también la capacidad de ser, vivir, hablar y actuar muy distinto al mundo o al que no la tiene. Ahí, hermanos legalistas, es que el impío sabrá, cuando tiene un cristiano delante de ellos. Un pantalón o falda, se la ponen hasta los satánicos, también se afeitan y se recortan, pero no pueden imitar lo que Dios nos ha dado. Hay que tenerlo para poder manifestarlo.
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Pero, en este foro, me he dado cuanta que muchos “cristianos” estás descalzos del calzado de Dios, si del “modelo de vestimenta bíblico” vamos a hablar.
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También la bíblia dice:<o></o>
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“Andemos como de día, honestamente; no con glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” (Ro, 13:13,14)<o></o>
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“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia…” (Col, 3:12)<o></o>
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“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a lo que así mismo fuisteis llamados…” (Col, 3:14,15)<o></o>
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Esas son las piezas de la vestimenta de Dios, “el modelo bíblico de vestir del cristiano” como alguien dijo, pero lo dijo para referirse al legalismo y no a la palabra de Dios.
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Si la paz de Dios no gobierna tu corazón, eres un cristiano descalzo porque no estas calzando, “el apresto del evangelio de la paz...” Es evidente, porque: “Por el fruto se conoce el árbol.”
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