UNA PUBLICACION DE Tribuna Israelita
CORRIENTES MISTICAS
PRIMERA PARTE
CABALA: MISTICISMO JUDIO
Con el término Cábala, que literalmente significa tradición, los judíos han designado a su movimiento místico. Producto de una actividad intelectual, el misticismo judío es un intento de armonizar la razón universal con las escrituras. Su estudio ofrece el posible conocimiento de las causas originales del cosmos, lo que le permite al individuo comprender el verdadero significado de su existencia.
Como todos los sistemas místicos, la Cábala supone un orden en el mundo sobrenatural al que el hombre se vincula. Su esencia se encuentra en la intensa creencia en la ininterrumpida relación entre Dios -fuente infinita de sabiduría y poder en el mundo superior- y el hombre, en el mundo finito inferior.
No obstante, representa al mismo tiempo, un fenómeno único ya que logra combinar las doctrinas esotéricas y ocultas y la teosofía que plantea la unión con la divinidad.
A través de los siglos, la Cábala ha ejercido una poderosa influencia sobre aquellos círculos del pueblo hebreo que aspiran a un conocimiento más profundo de las formas y los principios tradicionales del judaísmo.
ANTECEDENTES
La Cábala encuentra sus orígenes en las corrientes esotéricas y teosóficas que incluyeron a los judíos de Palestina y Egipto a principios de la era común. Entre los siglos III y IV época de despertar espiritual y profunda confusión religiosa, surgieron dentro del judaísmo numerosas sectas con ideas heterodoxas, resultado de una mezcla de factores tanto internos como externos.
Dentro de estos círculos, las ideas teosóficas coadyuvaron a establecer una terminología mística que alcanzaría su etapa de maduración en el siglo XII cuando la Cábala, como tal, vio la luz por primera vez en Provenza, al sur de Francia.
Las múltiples controversias en cuanto a los antecedentes concretos de la Cábala emanan del hecho de que una diversidad de textos especulativos suministraron al pensamiento místico judío sus primeras concepciones e ideas fundamentales. Tal fue el caso del Séfer Yesirá o Libro de la Oración, que contiene ideas y conceptos del más alto nivel y que, sin ser propiamente cabalista, es considerado como parte de esta tradición.
SU DESARROLLO
En Provenza, el círculo de los primeros cabalistas franceses trabajó en un medio altamente religioso y cultural. El conjunto de sus enseñanzas místicas fue incorporado a lo que formalmente se considera la primera obra de este tipo, el Séfer Ha Bahir (Libro del Brillo), que contiene una colección de exposiciones teosóficas.
Durante esta época, la instrucción rabínica alcanzó un importante grado de desarrollo y se dio una gran apertura a las tendencias filosóficas contemporáneas.
Conscientes de la importancia de su sistema y temerosos de que fuese distorsionado o mal entendido, los cabalistas se opusieron a que se hiciera público, lo que lo convirtió en una doctrina secreta a la que podrían acceder sólo algunos privilegiados.
En los últimos 30 años del siglo XII, la Cábala se diseminó hacia otras tierras. En España particularmente, las ideas cabalistas encontraron gran aceptación en el círculo rabínico de Gerona, entre los Montes Pirineos y Barcelona, mismo que se constituyó en un centro de gran importancia, en donde la literatura cabalística recibió gran impulso.
A partir del siglo XIII, el misticismo judío floreció mostrando un desarrollo intenso y veloz hasta alcanzar la plenitud. La figura de Nahmánides, autoridad legal y religiosa de la época, sirvió como garantía de, que a pesar de la novedad de las ideas cabalísticas, éstas no se apartarían de la fe aceptada y de la tradición rabínica.
Entre los pensadores importantes destaca la presencia de Moisés ben Shem Tov de León (1240-1305) quien escribiera un considerable número de obras en hebreo relacionadas con temas tradicionales, pero con alusiones místicas. Entre 1280 y 1286 produjo su máxima obra, el Séfer Ha Zohar, Libro del Esplendor, que opacó todos los otros documentos de la literatura cabalística por su amplia influencia.
No obstante muchos estudiosos de la Cábala difieren en cuanto al origen del Zohar. Para algunos, el rabino Simón Bar Yohai fue el verdadero autor de tan importante obra y las controversias persisten hasta la fecha.
El Zohar fue escrito en forma pseudográfica, como una novela mística. Habla sobre los temas de la deidad, las fuerzas del mal, de la cosmología, del hombre, etc. y contiene las formulaciones centrales del pensamiento cabalístico.
El siglo XIV fue un período de gran desarrollo intelectual que produjo una literatura extremadamente rica. Esto provocó que la corriente mística se extendiera a la mayoría de las comunidades de España, Italia y Oriente. Gracias a los libros que revelaban las ideas cabalísticas, se abrieron las puertas y la corriente encontró seguidores e intérpretes.
Durante el siglo XV, la creatividad cabalística disminuyó. El estímulo original había llegado a su más alta expresión y las obras mostraban poca originalidad. La expulsión de los judíos de España en 1492 trajo como consecuencia que las enseñanzas místicas empezaran a popularizarse para servir de consuelo ante la catástrofe.
Con la expulsión, el mesianismo se convirtió en parte central del movimiento. Las nuevas generaciones centraban su pensamiento en el regreso del hombre al manantial de su vida, a través de la contemplación del mundo superior por medio de la comunión mística.
La combinación del misticismo con el mesianismo apocalíptico convirtió a la Cábala en una fuerza histórica de gran importancia. Muchos estudiosos lucharon por extender su influencia y lograron penetrar en numerosas áreas de la fe popular y de las costumbres, a pesar de la incesante renuencia de parte de algunos de sus seguidores más asiduos.
Se crearon importantes centros de estudio, principalmente en la ciudad de Safed. El movimiento que se organizó en ésta ciudad significó una renovación de la Cábala en todo su extensión. Destacan, en este contexto, las figuras de Yosef Caro y Cordovero, los principales teóricos de la época.
Los exiliados estudiaron la Cábala en sus formas iniciales, pero comenzaron a presentar nuevos sistemas. Surgió un movimiento apocalíptico notable con la figura de Isaac Luria Ashkenazi (1534-1572) a la cabeza, conocida como la Cábala Luriánica. A pesar de basarse en ideas anteriores, tenía la apariencia de ser una doctrina nueva con terminología y simbolismos distintos y más complejos.
De 1700 en delante, la Cábala tuvo un carácter conservador. Se dio mayor énfasis a la meditación, a las enseñanzas morales, a la oración y a la teosofía. La mayor parte de los cabalistas se dedicaron a conservar la tradición luriánica y diseminaron sus conocimientos en una forma más popular.
Con el paso del tiempo se establecieron nuevos centros de estudio en Marruecos y Jerusalem, principalmente. La Cábala probó ser una vez más no sólo la fuerza viva de un fenómeno social. En los fermentos nacionalistas del siglo XIX, en el sionismo, movimiento de liberación del pueblo judío, algunos de sus elementos más notables están presentes.
Cuando los judíos de Europa occidental tomaron el derrotero de la cultura europea, la Cábala fue una de las primeras manifestaciones intelectuales judías en decaer. Se tuvo la sensación de que el mundo de la mística, con su simbolismo introvertido, era extraño y desagradable y fue relegado al olvido.
Los cabalistas querían describir los misterios del mundo como reflejo de la existencia divina. Para el siglo XIX, esta imagen perdió vigencia ante los postulados emancipatorios y revolucionarios de la época.
La Cábala del siglo XX se distingue más por el estudio que por la práctica pero continúa ejerciendo influencia en el judaísmo contemporáneo. De hecho, el Hasidismo, movimiento religioso originado en Europa oriental, mantiene la enseñanza mística utilizando, para su expresión, elementos como el canto y el baile.
BIBLIOGRAFIA
Ausbel, Nathan
The Book of Jewish Knowledge
Crown Publ.. Inc., USA, 1964
Gerg, S. Philil
Kabbalah for the Layman
Press of the Research Centre of Kabbalah, Israel,
Enciyclopaedia Judaica
Keter Publ. House, Israel, 1981
Epstein, Isidore
Judaism
Jelican Books, USA, 1986
Ginzburg, Louis
On Jewish Law and Lore
Atheneum College Ed., USA, 1981
Newman, Yaacov y Siván, Gabriel
Judaismo A-Z
Depto. de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora, OSM. Israel, 1983
Patai, Raphael
The Jewish Mind
Charles Scribners Sons, USA. 1977
Scholem, Gershom
La Cábala y su Simbolismo
Siglo XXI Editores México. 1986.
Scholem, Gershom
Major Trends in Jewish Mysticism
Shocken Books, USA, 1974.
Tomado de: www.sendaantigua.net
También puede consultar "Cábala y misticismo judío" de editorial Oniro, autor: Perle Besserman, que hace una buena explicación para todo aquel no-judío que se interese.
CORRIENTES MISTICAS
PRIMERA PARTE
CABALA: MISTICISMO JUDIO
Con el término Cábala, que literalmente significa tradición, los judíos han designado a su movimiento místico. Producto de una actividad intelectual, el misticismo judío es un intento de armonizar la razón universal con las escrituras. Su estudio ofrece el posible conocimiento de las causas originales del cosmos, lo que le permite al individuo comprender el verdadero significado de su existencia.
Como todos los sistemas místicos, la Cábala supone un orden en el mundo sobrenatural al que el hombre se vincula. Su esencia se encuentra en la intensa creencia en la ininterrumpida relación entre Dios -fuente infinita de sabiduría y poder en el mundo superior- y el hombre, en el mundo finito inferior.
No obstante, representa al mismo tiempo, un fenómeno único ya que logra combinar las doctrinas esotéricas y ocultas y la teosofía que plantea la unión con la divinidad.
A través de los siglos, la Cábala ha ejercido una poderosa influencia sobre aquellos círculos del pueblo hebreo que aspiran a un conocimiento más profundo de las formas y los principios tradicionales del judaísmo.
ANTECEDENTES
La Cábala encuentra sus orígenes en las corrientes esotéricas y teosóficas que incluyeron a los judíos de Palestina y Egipto a principios de la era común. Entre los siglos III y IV época de despertar espiritual y profunda confusión religiosa, surgieron dentro del judaísmo numerosas sectas con ideas heterodoxas, resultado de una mezcla de factores tanto internos como externos.
Dentro de estos círculos, las ideas teosóficas coadyuvaron a establecer una terminología mística que alcanzaría su etapa de maduración en el siglo XII cuando la Cábala, como tal, vio la luz por primera vez en Provenza, al sur de Francia.
Las múltiples controversias en cuanto a los antecedentes concretos de la Cábala emanan del hecho de que una diversidad de textos especulativos suministraron al pensamiento místico judío sus primeras concepciones e ideas fundamentales. Tal fue el caso del Séfer Yesirá o Libro de la Oración, que contiene ideas y conceptos del más alto nivel y que, sin ser propiamente cabalista, es considerado como parte de esta tradición.
SU DESARROLLO
En Provenza, el círculo de los primeros cabalistas franceses trabajó en un medio altamente religioso y cultural. El conjunto de sus enseñanzas místicas fue incorporado a lo que formalmente se considera la primera obra de este tipo, el Séfer Ha Bahir (Libro del Brillo), que contiene una colección de exposiciones teosóficas.
Durante esta época, la instrucción rabínica alcanzó un importante grado de desarrollo y se dio una gran apertura a las tendencias filosóficas contemporáneas.
Conscientes de la importancia de su sistema y temerosos de que fuese distorsionado o mal entendido, los cabalistas se opusieron a que se hiciera público, lo que lo convirtió en una doctrina secreta a la que podrían acceder sólo algunos privilegiados.
En los últimos 30 años del siglo XII, la Cábala se diseminó hacia otras tierras. En España particularmente, las ideas cabalistas encontraron gran aceptación en el círculo rabínico de Gerona, entre los Montes Pirineos y Barcelona, mismo que se constituyó en un centro de gran importancia, en donde la literatura cabalística recibió gran impulso.
A partir del siglo XIII, el misticismo judío floreció mostrando un desarrollo intenso y veloz hasta alcanzar la plenitud. La figura de Nahmánides, autoridad legal y religiosa de la época, sirvió como garantía de, que a pesar de la novedad de las ideas cabalísticas, éstas no se apartarían de la fe aceptada y de la tradición rabínica.
Entre los pensadores importantes destaca la presencia de Moisés ben Shem Tov de León (1240-1305) quien escribiera un considerable número de obras en hebreo relacionadas con temas tradicionales, pero con alusiones místicas. Entre 1280 y 1286 produjo su máxima obra, el Séfer Ha Zohar, Libro del Esplendor, que opacó todos los otros documentos de la literatura cabalística por su amplia influencia.
No obstante muchos estudiosos de la Cábala difieren en cuanto al origen del Zohar. Para algunos, el rabino Simón Bar Yohai fue el verdadero autor de tan importante obra y las controversias persisten hasta la fecha.
El Zohar fue escrito en forma pseudográfica, como una novela mística. Habla sobre los temas de la deidad, las fuerzas del mal, de la cosmología, del hombre, etc. y contiene las formulaciones centrales del pensamiento cabalístico.
El siglo XIV fue un período de gran desarrollo intelectual que produjo una literatura extremadamente rica. Esto provocó que la corriente mística se extendiera a la mayoría de las comunidades de España, Italia y Oriente. Gracias a los libros que revelaban las ideas cabalísticas, se abrieron las puertas y la corriente encontró seguidores e intérpretes.
Durante el siglo XV, la creatividad cabalística disminuyó. El estímulo original había llegado a su más alta expresión y las obras mostraban poca originalidad. La expulsión de los judíos de España en 1492 trajo como consecuencia que las enseñanzas místicas empezaran a popularizarse para servir de consuelo ante la catástrofe.
Con la expulsión, el mesianismo se convirtió en parte central del movimiento. Las nuevas generaciones centraban su pensamiento en el regreso del hombre al manantial de su vida, a través de la contemplación del mundo superior por medio de la comunión mística.
La combinación del misticismo con el mesianismo apocalíptico convirtió a la Cábala en una fuerza histórica de gran importancia. Muchos estudiosos lucharon por extender su influencia y lograron penetrar en numerosas áreas de la fe popular y de las costumbres, a pesar de la incesante renuencia de parte de algunos de sus seguidores más asiduos.
Se crearon importantes centros de estudio, principalmente en la ciudad de Safed. El movimiento que se organizó en ésta ciudad significó una renovación de la Cábala en todo su extensión. Destacan, en este contexto, las figuras de Yosef Caro y Cordovero, los principales teóricos de la época.
Los exiliados estudiaron la Cábala en sus formas iniciales, pero comenzaron a presentar nuevos sistemas. Surgió un movimiento apocalíptico notable con la figura de Isaac Luria Ashkenazi (1534-1572) a la cabeza, conocida como la Cábala Luriánica. A pesar de basarse en ideas anteriores, tenía la apariencia de ser una doctrina nueva con terminología y simbolismos distintos y más complejos.
De 1700 en delante, la Cábala tuvo un carácter conservador. Se dio mayor énfasis a la meditación, a las enseñanzas morales, a la oración y a la teosofía. La mayor parte de los cabalistas se dedicaron a conservar la tradición luriánica y diseminaron sus conocimientos en una forma más popular.
Con el paso del tiempo se establecieron nuevos centros de estudio en Marruecos y Jerusalem, principalmente. La Cábala probó ser una vez más no sólo la fuerza viva de un fenómeno social. En los fermentos nacionalistas del siglo XIX, en el sionismo, movimiento de liberación del pueblo judío, algunos de sus elementos más notables están presentes.
Cuando los judíos de Europa occidental tomaron el derrotero de la cultura europea, la Cábala fue una de las primeras manifestaciones intelectuales judías en decaer. Se tuvo la sensación de que el mundo de la mística, con su simbolismo introvertido, era extraño y desagradable y fue relegado al olvido.
Los cabalistas querían describir los misterios del mundo como reflejo de la existencia divina. Para el siglo XIX, esta imagen perdió vigencia ante los postulados emancipatorios y revolucionarios de la época.
La Cábala del siglo XX se distingue más por el estudio que por la práctica pero continúa ejerciendo influencia en el judaísmo contemporáneo. De hecho, el Hasidismo, movimiento religioso originado en Europa oriental, mantiene la enseñanza mística utilizando, para su expresión, elementos como el canto y el baile.
BIBLIOGRAFIA
Ausbel, Nathan
The Book of Jewish Knowledge
Crown Publ.. Inc., USA, 1964
Gerg, S. Philil
Kabbalah for the Layman
Press of the Research Centre of Kabbalah, Israel,
Enciyclopaedia Judaica
Keter Publ. House, Israel, 1981
Epstein, Isidore
Judaism
Jelican Books, USA, 1986
Ginzburg, Louis
On Jewish Law and Lore
Atheneum College Ed., USA, 1981
Newman, Yaacov y Siván, Gabriel
Judaismo A-Z
Depto. de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora, OSM. Israel, 1983
Patai, Raphael
The Jewish Mind
Charles Scribners Sons, USA. 1977
Scholem, Gershom
La Cábala y su Simbolismo
Siglo XXI Editores México. 1986.
Scholem, Gershom
Major Trends in Jewish Mysticism
Shocken Books, USA, 1974.
Tomado de: www.sendaantigua.net
También puede consultar "Cábala y misticismo judío" de editorial Oniro, autor: Perle Besserman, que hace una buena explicación para todo aquel no-judío que se interese.