Estimados hermanos en Cristo
Yo como joven siento una gran afinidad espiritual con el Papa Benedicto XVI.
Todos los que "nacimos con Juan Pablo II" lo vimos siempre como un gigante que nos guiaba por el camino seguro a Jesucristo, sin embargo sus motivaciones espirituales no siempre eran entendidas por nosotros los jóvenes, pues él provenía de un mundo radicalmente diferente.
En cambio, a pesar de que Benedicto XVI es ya un hombre de 78 años, la generación a la que pertenece él es en realidad la generación en la cual se convierte en Sucesor de San Pedro, y ésto en su Homilía de hoy se ha hecho más palpable que nunca.
La gran afinidad espiritual de la que hablo se mueve alrededor de los temas que más nos inquietan a los jóvenes cristianos de hoy: la identidad humana frente a Dios, el sentido de la vida y el cúlmen de la Gracia.
Hoy S.S. Benedicto XVI nos ha enseñado por qué Dios se constituyó a sí Mismo como Pastor y como Oveja.
Nos enseñó también de qué forma Jesucristo nos llama a los cristianos a ser "pescadores de hombres".
Por último -y no menos importante- es que nos ha enseñado que Jesucristo como vida plena no nos quita nada sino que -por el contrario- nos lo dá todo. Sin lugar a dudas que con ésto nuestro Sumo Pontífice ha delineado el objetivo de su Pontificado respecto a los jóvenes: el borrar el miedo implantado en los jóvenes a Dios por la cultura materialista.
Ciertamente que la cultura materialista nos inculca que Dios no es alegría sino tristeza, y que no es paz sino desesperación: ésto es precisamente contra lo que el Papa ha respondido de forma brillante en su primer discurso papal.
Por todo ésto siento en mi alma que en verdad la lucha contra la cultura materialista del Siglo XX ha comenzado ya en cada persona, y que muy pronto le haremos patente al mundo el Rostro de Dios, que -como dijo el Papa- los cristianos debemos presentarle Dios al mundo.
Que Dios les bendiga hoy y siempre.
Yo como joven siento una gran afinidad espiritual con el Papa Benedicto XVI.
Todos los que "nacimos con Juan Pablo II" lo vimos siempre como un gigante que nos guiaba por el camino seguro a Jesucristo, sin embargo sus motivaciones espirituales no siempre eran entendidas por nosotros los jóvenes, pues él provenía de un mundo radicalmente diferente.
En cambio, a pesar de que Benedicto XVI es ya un hombre de 78 años, la generación a la que pertenece él es en realidad la generación en la cual se convierte en Sucesor de San Pedro, y ésto en su Homilía de hoy se ha hecho más palpable que nunca.
La gran afinidad espiritual de la que hablo se mueve alrededor de los temas que más nos inquietan a los jóvenes cristianos de hoy: la identidad humana frente a Dios, el sentido de la vida y el cúlmen de la Gracia.
Hoy S.S. Benedicto XVI nos ha enseñado por qué Dios se constituyó a sí Mismo como Pastor y como Oveja.
Nos enseñó también de qué forma Jesucristo nos llama a los cristianos a ser "pescadores de hombres".
Por último -y no menos importante- es que nos ha enseñado que Jesucristo como vida plena no nos quita nada sino que -por el contrario- nos lo dá todo. Sin lugar a dudas que con ésto nuestro Sumo Pontífice ha delineado el objetivo de su Pontificado respecto a los jóvenes: el borrar el miedo implantado en los jóvenes a Dios por la cultura materialista.
Ciertamente que la cultura materialista nos inculca que Dios no es alegría sino tristeza, y que no es paz sino desesperación: ésto es precisamente contra lo que el Papa ha respondido de forma brillante en su primer discurso papal.
Por todo ésto siento en mi alma que en verdad la lucha contra la cultura materialista del Siglo XX ha comenzado ya en cada persona, y que muy pronto le haremos patente al mundo el Rostro de Dios, que -como dijo el Papa- los cristianos debemos presentarle Dios al mundo.
Que Dios les bendiga hoy y siempre.