Re: Un amigo de la Libertad
Sin embargo, el mundo entero se quedó con esto: Hermosa propaganda pro-castrista.
Esas manos que el papa estrecha con tanto amor, son las manos que derramaron la sangre de miles de católicos, y evangélicos cubanos, y de decenas de miles de otros de mis compatriotas, no muertos directamente por el testimonio cristiano.
Pero si en vida ayudó al homicida de Castro, después de muerto aún lo seguirá haciendo, y mucho mejor quizás.
La historia es un juez implacable, y esta actuación suya terminará aniquilando la figura de quien pudo ser al menos consecuente con lo que predicaba.
<TABLE cellSpacing=0 cellPadding=2 width=623 border=0><TBODY><TR><TD vAlign=center width="51%">Castro asiste en la catedral cubana a misa en homenaje al Papa
ANDREA RODRIGUEZ
Associated Press http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/breaking_news/11311660.htm
LA HABANA - El presidente Fidel Castro, que en la tarde del lunes calificó de "amigo" al fallecido papa Juan Pablo II y firmó en un libro de condolencias, asistió luego a una misa en la catedral en homenaje al Pontífice.
El mandatario y su hermano Raúl, ministro de Defensa y segundo hombre en la línea de mando isleña, ambos fervientes comunistas, arribaron a la sede de la Nunciatura, donde se instaló un volumen para recibir las expresiones de sentimiento por la muerte del Santo Padre.
"Nos duele tu partida, inolvidable amigo y deseamos con fervor que tu ejemplo perdure", escribió el presidente al resaltó la lucha del Papa en favor de la paz y su preocupación por los pobres.
Además, el mandatario destacó el rechazo del Papa a las sanciones estadounidenses a la isla, que consideró "éticamente inaceptables".
Posteriormente, el mandatario, sin su hermano, llegó a la catedral capitalina, un edificio colonial por el que no iba desde hace décadas y durante casi dos horas escuchó la ceremonia religiosa encabezada por el cardenal Jaime Ortega y el nuncio, Luigi Bonazzi.
Varios cientos de personas colmaron la nave de la iglesia y siguieron las oraciones por los altoparlantes en una plaza contigua.
A un costado del presidente, en primera fila, se ubicó Caridad Diego, responsable de Asuntos Religiosos del Partido Comunista y los principales miembros del gabinete.
Frente al cuerpo diplomático invitado y ante un altar donde se instaló una foto de Juan Pablo II, Ortega agradeció a Castro las muestras de solidaridad, que incluyeron un duelo por tres días, la suspensión de las actividades festivas --entre ellas la ansiada final de béisbol-- y el acceso a los sacerdotes para difundir mensajes por la televisión estatal.
Castro, formado por los jesuitas, rompió con la Iglesia hace décadas y se declaró comunista; pero en enero de 1998 asistió a una misa cuando el Papa Juan Pablo II visitó la isla.
"La Iglesia y el mundo pierden a un hombre referencial", manifestó el cardenal, que está entre los posibles candidatos a ocupar el trono de San Pedro.
Al final de la ceremonia, el nuncio Bonazzi tomó la palabra para recordar la visita de Juan Pablo II hace siete años y rememorar sus demandas: la apertura de Cuba, el acceso de la Iglesia a la educación y el reclamo de espacio para trabajar por los valores evangélicos en las familias cubanas.
Ninguna de los pedidos de la Iglesia en estos años como la participación en las escuelas o un lugar en los medios de prensa fueron satisfechos por el gobierno.
Bonazzi también mencionó la despedida de Castro al Pontífice y pese a las diferencias ideológicas o de criterio le agradeció su visita.
</TD><TD vAlign=center width="49%"></TD></TR></TBODY></TABLE>
palermo dijo:Me quedo con estas palabras:
"He visitado la tierra cubana, definida por Cristóbal Colón "la más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás", ante todo, para rendir homenaje a aquella Iglesia y confirmarla en su camino. Es una Iglesia que ha atravesado momentos bastante difíciles, pero que ha perseverado en la fe, en la esperanza y en la caridad. Quise visitarla para compartir su profundo espíritu religioso, sus alegrías y sufrimientos, para dar impulso a su obra evangelizadora.
Fui como peregrino de paz para hacer resonar en medio de aquel noble pueblo el anuncio perenne de la Iglesia: Cristo es el Redentor del hombre y el Evangelio es la garantía del auténtico desarrollo de la sociedad".
Sin embargo, el mundo entero se quedó con esto: Hermosa propaganda pro-castrista.

Esas manos que el papa estrecha con tanto amor, son las manos que derramaron la sangre de miles de católicos, y evangélicos cubanos, y de decenas de miles de otros de mis compatriotas, no muertos directamente por el testimonio cristiano.
Pero si en vida ayudó al homicida de Castro, después de muerto aún lo seguirá haciendo, y mucho mejor quizás.
La historia es un juez implacable, y esta actuación suya terminará aniquilando la figura de quien pudo ser al menos consecuente con lo que predicaba.
<TABLE cellSpacing=0 cellPadding=2 width=623 border=0><TBODY><TR><TD vAlign=center width="51%">Castro asiste en la catedral cubana a misa en homenaje al Papa
ANDREA RODRIGUEZ
Associated Press http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/breaking_news/11311660.htm
LA HABANA - El presidente Fidel Castro, que en la tarde del lunes calificó de "amigo" al fallecido papa Juan Pablo II y firmó en un libro de condolencias, asistió luego a una misa en la catedral en homenaje al Pontífice.
El mandatario y su hermano Raúl, ministro de Defensa y segundo hombre en la línea de mando isleña, ambos fervientes comunistas, arribaron a la sede de la Nunciatura, donde se instaló un volumen para recibir las expresiones de sentimiento por la muerte del Santo Padre.
"Nos duele tu partida, inolvidable amigo y deseamos con fervor que tu ejemplo perdure", escribió el presidente al resaltó la lucha del Papa en favor de la paz y su preocupación por los pobres.
Además, el mandatario destacó el rechazo del Papa a las sanciones estadounidenses a la isla, que consideró "éticamente inaceptables".
Posteriormente, el mandatario, sin su hermano, llegó a la catedral capitalina, un edificio colonial por el que no iba desde hace décadas y durante casi dos horas escuchó la ceremonia religiosa encabezada por el cardenal Jaime Ortega y el nuncio, Luigi Bonazzi.
Varios cientos de personas colmaron la nave de la iglesia y siguieron las oraciones por los altoparlantes en una plaza contigua.
A un costado del presidente, en primera fila, se ubicó Caridad Diego, responsable de Asuntos Religiosos del Partido Comunista y los principales miembros del gabinete.
Frente al cuerpo diplomático invitado y ante un altar donde se instaló una foto de Juan Pablo II, Ortega agradeció a Castro las muestras de solidaridad, que incluyeron un duelo por tres días, la suspensión de las actividades festivas --entre ellas la ansiada final de béisbol-- y el acceso a los sacerdotes para difundir mensajes por la televisión estatal.
Castro, formado por los jesuitas, rompió con la Iglesia hace décadas y se declaró comunista; pero en enero de 1998 asistió a una misa cuando el Papa Juan Pablo II visitó la isla.
"La Iglesia y el mundo pierden a un hombre referencial", manifestó el cardenal, que está entre los posibles candidatos a ocupar el trono de San Pedro.
Al final de la ceremonia, el nuncio Bonazzi tomó la palabra para recordar la visita de Juan Pablo II hace siete años y rememorar sus demandas: la apertura de Cuba, el acceso de la Iglesia a la educación y el reclamo de espacio para trabajar por los valores evangélicos en las familias cubanas.
Ninguna de los pedidos de la Iglesia en estos años como la participación en las escuelas o un lugar en los medios de prensa fueron satisfechos por el gobierno.
Bonazzi también mencionó la despedida de Castro al Pontífice y pese a las diferencias ideológicas o de criterio le agradeció su visita.
</TD><TD vAlign=center width="49%"></TD></TR></TBODY></TABLE>