Se supone que el dueño de nuestra vida es Dios, y él decide cuando partiremos, resulta que en estos días mi madre me contó que en casa había una espiritu de muerte, mi madre es cristiana y mi hermana también, oraron y ungieron la casa junto con una profeta amiga de la familia quien dijo que habia un fuerte espíritu de muerte asignado para mi hermana y lo reprendieron. Mi hermana desde que regresó a casa de mi mamá con su esposo y sus hijas (por razones económicas) empezó a enfermar, tenía hemorragias al menstruar, dolores de cabeza vómitos, etc y mi cuñado decía que la veía ojerosa y sin ánimos de nada, hasta que empezaron a orar por ella y descubrieron eso. Ella duerme ahora en el que antes era mi cuarto, y recuerdo que un día encontraron una rana con un cordón amarrado a la pata en el callejón que da a mi cuarto, ella dice que cuando sale de casa esta bien pero en cuanto entra se siente mal y sin ánimos. Entonces no entiendo por qué pasan estas cosas, si se supone que todo pasa por voluntad de Dios, mi hermano murió a sus 20 años y entiendo que fue voluntad de Dios, pero esto? Por que querría un "espíritu maligno" quitarle la vida?
Shalom, hermana Beatriz!
Entiendo tu sentimiento. Ten ánimo y fe. El Espíritu Santo hace todo con un propósito, y todo es por el Amor y para comprender y vivir ese verdadero Amor. Dios siempre decide cuando es nuestro tiempo de desencarnar. Siempre ha sido así y siempre será así. Él tiene completamente todo bajo control pues nada hay fuera de su poder. No hay un algo que está ajeno a su alcance o ajeno a su ser. Recuerda a nuestro consiervo y gran mentor Pablo en Atenas, cuando dijo a los sabios, “en Él somos, andamos, vivimos y existimos, pues no está lejos de cada uno de nosotros”. Dios no es solamente dueño de nuestras vidas, es dueño de absolutamente todo, pues todo reside EN ÉL.
Como bien dijo un hermano del foto en post anteriores, debemos ser conscientes de que hay una lucha que no es con cuerpo físico, y esa la lucha de la fe. El que alguien se cristiano no lo hace inmune. Por el contrario, pasa a estar en la mira de las fuerzas de oscuridad, pues ellos se preocupan por quienes son un “clavo que sobresale”, y quieren desolarlo. Cuando este tipo de cosas ocurren, alégrense, porque significa que vienen cambios importantes favorables en vuestra vida, e igual que un parto, el bebé sufre al pasar por el canal del útero, y la madre por el dolor de las contracciones y de la salida de la criatura al exterior, pero cuando esto ha pasado ambos se regocijan sobremanera.
Si ya oraron, reprendieron y asimismo ungieron la casa, y no ha cambiado la situación, empero, el obstáculo está en otro nivel. También escribió acá un hermano del foto sobre el ayuno, que es una herramienta muy eficaz. Pero si eso tampoco es efectivo, comprende que la raíz de todas las cosas está en las concepciones que tenemos de las cosas que están ocurriendo en nuestra vida, por encima de todo. Uno de los principales traspiés de ciertas sociedades es su arraigo cultural y creencias, toda vez que sus supersticiones terminan por materializarse. Sus convicciones a propósito de determinados asuntos son tan fuertes que las hacen reales, pues esos miedos se hacen físicos a causa de la mucha fe que ponen en ellos. La fe no es la creencia en un Dios, sino la “certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” aún. Si estás convencido en cada átomo de tu ser en que salir a la calle supondrá un secuestro, amen, así será, pues es hecho según tu fe. Es un tema serio. A más crees en dicho “espíritu de muerte”, más real lo haces. Puedes asumir que puede haber un espíritu malo cerca, pero a más tu mente focaliza esa idea y vibra tu corazón con energía cuando lo piensas, más real se hace en tu vida. Ese es el poder de la fe, y lo delicado de que dicha fe esté puesta en cosas que nos sean perjudiciales.
Respecto de la menorragia de tu hermana, como cualquier fenómeno corporal, es psicosomático, ya que nada del exterior puede agredirnos salvo que nosotros hemos creado ese algo exterior como reflejo de nuestro propio ser interior. Depende de si tu hermana tiene sentimientos reprimidos a propósito de tener hijos (en esencia, utilizado dispositivo anticonceptivos), o si tiene conflictos internos en lo que respecta a su rol como mujer o la figura materna, llegando a estar saturada de la vida por un sentimiento oculto fuerte de que como mujer se exige demasiado o debe seguir reglas que impone la sociedad o los estándares familiares sobre lo que debe o no debe hacer una mujer. Debe hacer autoanálisis sobre estos sentimientos y pensamientos, y como dices, la circunstancia financiera es justamente el catalizador de todo ese asunto, no un demonio (la creencia de un demonio lo que hace es estimular la creencia de la existencia de un enemigo provocador de dichos síntomas, es decir, es el agente de sugestión). Por eso no solo tiene menorragia sino dolor de cabeza (sus sentimientos de querer tener las cosas bajo control) y vómitos (rechazo absoluto a la situación por la cual se han visto obligados a pasar). Ella se siente aparentemente mejor en otras condiciones por un efecto placebo que en su caso crea la creencia de que lo que ocurre es un ataque maligno exterior que está en la casa. Lo que debe hacer realmente es perdonar en su mente esa situación económica por la cual está atravesando con su esposo y sus hijas, y dejar al Espíritu Santo que tome control absoluto de la situación. Que no se sientan culpables de lo que les ocurre porque son circunstancias que usa el Espíritu Santo para ayudarnos a crecer, y las situaciones financiera difíciles son el pan de cada día de la humanidad. Me gustaría, si te parece, que me escribieses en privado y estar en contacto con tu marido por si pudiera ayudarles en algo, y si el Señor quiere en los próximos meses tratar de enviarles alguna ofrenda como soporte para la familia, mas de momento darles algún asesoramiento financiero o empresarial para salir del bache y superarlo hacia el éxito.
Ningún espíritu opera por sí por sobre la voluntad de Dios. Todo ocurre por voluntad de Dios. No hay cosa, por más mínima que alguien pueda suponer, que no está escrita en el guión del universo y de cada segundo de nuestras vidas. No entendemos lo que llamamos muerte porque no entendemos siquiera lo que significa la vida. Cuando entendemos qué hacemos aquí, entendemos porqué luego hacemos nuestra transición dejando este envoltorio corporal y pasamos a lo siguiente.
¡Un abrazo y mucho animo. El Señor esté con vosotros a cada instante en vuestra mente, con sus ángeles y con la luz y amor del Espíritu Santo en cada situación!