Por medio del "sacramento" de la confesión, los sacerdotes hechiceros mantienen un control total sobre los ignorantes católicos Romanos. En el momento que el católico Romano se hinca de rodillas en el "confesionario" ante el sacerdote hechicero, para revelarle lo mas íntimo de su ser, los secretos mas profundos de su alma, el pe nitente queda automáticamente bajo el control del sacerdote hechicero. Esto porque al abrirle todo su ser, litralmente se le está entregando en espíritu.