Español, musulmán y polígamo

18 Noviembre 1998
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Hoy en La Razón

Español, musulmán y polígamo

«Si me preguntan cuál es la forma perfecta del matrimonio, no lo dudo ni un segundo: la monogamia»


Las declaraciones de un miembro del Poder Judicial en las que advertía que el matrimonio homosexual abría el camino a la poligamia en España han provocado una considerable polémica. REPORTER habló con varios practicantes del islam, que permite esta práctica. Entre ellos, un español.


Mar Ramos Madrid
Yahya no puede dar su verdadero nombre, ni el español ni el musulmán, porque su forma de vida es ilegal en España. Está casado con dos mujeres al mismo tiempo. Tiene cincuenta años, es médico y ejerce su profesión en un hospital en el que nadie conoce su «secreto». En 1981, cuando tenía 24 años, decidió convertirse al islam. Un par de años después, en el círculo de conversos españoles que frecuentaba, conoció a la que sería su primera esposa. Fátima (nombre ficticio) también era española y musulmana, tenía dos años menos que él y una hija de una unión anterior. Juntos tuvieron cuatro vástagos, a los que educaron en la religión de Alá. Después de diez años de matrimonio, Yahya (Juan, en español) conoció a una mujer más joven. En concreto, dieciocho años menor que él. «Era marroquí, y hermana de la mujer de mi hermano», explica Yahya. «Vino a España con un visado de 15 días, y ya no volvió. Se quedó ilegalmente. Era muy habitual; todavía no estaba en vigor la Ley de Extranjería. Se conocieron y surgió el amor. Yahya decidió tomar su segunda esposa, tal y como permite su religión.
– ¿Y a Fátima no le importó?
– ¡Cóooomo que no! Se opuso desde el principio. Pero sólo tenía dos opciones: o se divorciaba –porque, al contrario de lo que se piensa en España, en el matrimonio musulmán la mujer puede divorciarse si así lo quiere– o aceptaba la situación: serían dos esposas. Al final, aceptó. Pero a disgusto hasta el día de hoy.
Para más inri, tuvo que ser Fátima la que acompañase a su marido a Marruecos a pedir la mano de «la segunda», a la que llamaremos Yasmina, para su propio esposo, ya que como la joven estaba viviendo en España ilegalmente, no podía volver a cruzar la frontera.
Yahya tuvo dos hijos más con Yasmina, de manera que el cómputo final de vástagos de este médico es de siete. Según el Corán, el hombre que toma más de una mujer como esposa deberá ofrecer el mismo trato a todas en todos los sentidos: cuidará de ellas, de sus hijos y familias políticas con la misma dedicación y, en lo material, con los mismos medios. Y este aspecto, el material –según reconcen tanto el musulmán español como los marroquíes con los que habló este periódico–, no es baladí.



Porque, ya metidos en harina, y puestos a sacarle ventajas al asunto, uno piensa que por lo menos el doctor-musulmán-polígamo se ahorra la casa que tendría que pagar si se hubiera divorciado de su primera mujer. Se supone que, si es un matrimonio, como así lo denomina el Corán, vivirán todos bajo el mismo techo. «¡Que vaaaaa! Si viven a 100 kilómetros la una de la otra», nos corrige Yahya. «No se pueden ni ver, y aquí me tienes, de arriba abajo, viviendo sin vivir en mí», explica entre risas.
– Entonces, lo que dice el Corán...
– No, hay mucha confusión a ese respecto. Sí, el Islam obliga a que el trato sea igual para cada esposa (por cierto, ahí también se suele producir otra confusión: no es que nos podamos casar con toda la que pase por delante; el máximo de esposas que puedes tomar son cuatro). Pero no dice nada de vivir en la misma casa.
Aclarado. ¿Y qué dice el libro sagrado del Islam sobre eso de que las esposas se lleven a matar entre ellas?
– El Corán habla de lo externo, de lo que se puede controlar. Pero el mismo Libro reconoce que hay algo que escapa del control humano, que son los sentimientos. Y sobre eso no hay nada que hacer. Por eso hay países, como Túnez, que han prohibido la poligamia. Porque se producían tal avalancha de conflictos pasionales provocados dentro de los matrimonios poligámicos que los han tenido que eliminar.
[Por eso y, como en el caso de Marruecos, el otro país musulmán que también ha prohibido el matrimonio poligámico, para facilitar un acercamiento a occidente cada vez más necesario para los dos estados].
Seguimos investigando las experiencias con la poligamia en la vida del doctor Yahya. ¿Se casaría una tercera vez?
– Hombre, depende de quién fuese la candidata... (carcajadas). No, en serio, es que no dependería sólo de mí. Fíjate las dos razones que tengo detrás...
– ¿Y qué forma de matrimonio recomendaría el resto de las personas, musulmanas o no?
– ¡La monogamia, sin duda!


Los marroquíes, tampoco
Los hombres y mujeres musulmanes y extranjeros con los que habló REPORTER tampoco parecen muy partidarios de esta forma de matrimonio que, según el vocal del Consejo General del Poder Judicial José Luis Requero, podría llegar a aprobarse en España, después de hacerlo la unión entre homosexuales. La poligamia, en una encuesta rápida realizada en el centro de Madrid, no despierta grandes pasiones entre los que conocen lo que significa realmente.
«Ustedes se han creído que somos todos como los árabes que salen por la tele en Marbella, llenos de dinero y rodeados de mujeres bellas, con muchas casas para todas, con muchos hijos de todas... Ustedes han visto muchas películas, o muchos programas del corazón», contestaba un joven que conversaba con sus amigos en un banco del barrio madrileño de Lavapiés.
Más adelante, en una carnicería de productos musulmanes, un hombre de unos cuarenta años respondía, casi escandalizado, en la misma línea. «¿Usted loca? ¿Usted sabe lo que cuesta familia? ¡Y mujeres, si son ustedes todas iguales! Piden, piden y piden! No, eso de las muchas mujeres es para muy ricos.


Que se las traiga todas
La única persona de religión musulmana que se mostró más o menos partidaria de la poligamia de cuantas accedieron a hablar con este periódico del asunto fue precisamente una mujer. Rondaba los cincuenta años, iba ataviada con un velo negro y cargada de bolsas de la compra. Hablaba poco español, pero entendió rápidamente a qué nos referíamos con la palabra poligamia. «¡Si, si!», respondió. «¡Eso si sería bueno! Que traiga mujer, o dos, o tres. A ver si ayudan a casa, a llevar los siete hijos, a cocinar, a limpiar. A ver si viene por aquí, y no a bar. ¿Más mujeres en casa? Veeenga, todas a casa, todas» Y se fue farfullando, cargando las bolsas con visible mal humor.
Fue otra mujer, mucho más joven, la que nos señaló la enorme ignorancia que existe en Occidente, en general, y en España –que es lo que yo conozco– en particular con respecto al concepto de poligamia. Se llamaba Tamara, tenía 17 años, y era hija de madre española y padre marroquí. El día en que se levantó la polvareda por las declaraciones del juez sobre la posible llegada de la poligamia a España en caso de que se aprobase el matrimonio homosexual, en su clase se formó un auténtico jolgorio.
«Los pavos de mis compañeros estaban encantados de la vida. Cada vez que entraba una chica en clase se ponían a gritar: “¡España, mañana, será musulmana!” Y uno decía: “A ver, las churris a este lado, que vamos a formar los grupos que le tocan a cada uno. Ooooooole esos moros, lo que saben”. Yo no te digo que la poligamia esté bien; lo que digo es que cada vez que se habla del tema los tíos se imaginan un harén, o algo así, con un montón de bailarinas atusándoles. Bueno, esa es la parte chistosa. La triste es que, a estas alturas, unos y otros, musulmanes y cristianos, seguimos sin conocernos nada».
 
Re: Español, musulmán y polígamo

LA CULTURA Y TRADICION DE LOS MUSULMANES (Seguidores del Islam) es muy diferente a los Cristianos (NT) y un poco parecida a la de los Judios y su Tanaj.

Les dejo una nota de lo que he recibido:


DESCRIPCION <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:smarttags" /><st1:State w:st="on"><st1:place w:st="on">DEL</st1:place></st1:State> PROFETA MUHAMMAD
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Dios, Todopoderoso y Exaltado, adorno al Profeta Muhammad con Sus Luces Divinas y Sus Modales . Luego agrego más diciéndole, " Ciertamente eres de una naturaleza sublime" (Corán 68:4).<o:p></o:p>

El Profeta Muhammad, no era ni alto ni bajo sino de una estatura media. Sus hombros eran fornidos. Su color era claro, ni oscuro ni blanco. Tenia una frente amplia con tupidas cejas, no conectadas, pero con una llama plateada que brillaba en el medio de ellas. Sus ojos eran grandes. Sus dientes eran muy blancos <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> las perlas. Su pelo no era ni enrulado ni lacio, sino que estaba en el medio.Su cuello era largo. Su pecho amplio, sin mucha carne. El color de su pecho era claro, y entre su pecho y su ombligo había una línea de pelo. No tenia otro pelo sobre su pecho que no fuese esa línea. Sus hombros eran anchos y tenían pelo. Sobre los hombros había dos sellos de profecía. Todos sus compañeros solían mirarlos. El hombro derecho tenia un lunar negro y alrededor de el habia algunos pelos gruesos <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> los pelos de un caballo. Sus antebrazos eran grandes, sus muñecas largas. Su <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">palma</st1:place></st1:City> era mas suave que la seda. Cuando el ponia su mano sobre la cabeza de un niño o de un hombre, un hermoso aroma a almizcle venia de el. Cuando el se movia una nube se movía con el la cual lo protegia <st1:State w:st="on">del</st1:State> calor <st1:State w:st="on">del</st1:State> sol. Su sudor era <st1:City w:st="on">como</st1:City> perlas blancas y su aroma <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> almizcle y ámbar. Los Compañeros dijeron que nunca habían visto algo parecido.<o:p></o:p>

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El Profeta Muhammad solía bajar la cabeza en lugar de levantarla.Quien lo veía de lejos se asombraba ante el. Quien lo conoció en la intimidad lo amo. Era el mas <st1:City w:st="on">bello</st1:City>, tanto en su aspecto exterior <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> en su aspecto interior. <o:p></o:p>

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Amar ibn al-As dijo," Ninguno era más querido para mi que el Profeta Muhammad, ni en mis ojos había otro más glorioso que él. Tan brillante era su gloria que nunca pude mirarle el rostro por demasiado tiempo. Es asi, que si alguien me pidiera que lo describiera, no podría hacerlo, ya que nunca pude fijar la vista en el por demasiado tiempo".<o:p></o:p>

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El Profeta Muhammad era el de más coraje entre la gente, el más justo y el más generoso. Solía caminar entre sus enemigos, solo y sin custodia. No temió a nada en este mundo. Era el más <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">modesto</st1:place></st1:City> entre los hombres, el más sincero y el más piadoso. Nunca hablaba solo para pasar el rato, prefirio el silencio a la palabra. Nunca mostró orgullo, aunque era el más elocuente disertante. <o:p></o:p>

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Dios dio al Profeta Muhammad maestria en politica y maestria en conducta privada. Aunque no leía ni escribía, Dios lo elevó de la tierra de la ignorancia, y le ensenó los mejores de los modales y lo mejor de la ética. <o:p></o:p>

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El era el más gentil de los hombre, el más tolerante, y el más misericordioso, <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> Dios mismo lo llamo, " El más amable y el misericordioso" (Coran 9:128). Sonreía a todos y a todos hacía bromas de manera decente. Solo lloraba y a Dios pedía perdon por su Comunidad. Estaba continuamente en un estado de contemplación y meditación. A menudo solía sentarse y recordar a Dios recitando dhikr. Solía caminar con la viuda y el huerfano. Se mostraba humilde ante los incredulos, deseando que se convirtieran en creyentes. Una vez alguien le pidió que rezara a Dios para que maldiga a los incredulos. El respondió, " No fui enviado <st1:City w:st="on">como</st1:City> maldición sino <st1:City w:st="on"><st1:place w:st="on">como</st1:place></st1:City> misericordia. Rezaré para que sean guiados porque ellos no saben".<o:p></o:p>

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Convoco a todos hacia Dios. Nunca humillo al pobre. Nunca temio a rey alguno. Siempre eligio el camino menos complicado segun la voluntad de Dios (Coran2:185,20:2). Se reía sin hacer sonido,nunca lo hacía en voz alta. Siempre decia, " Sirve a tu gente". Solía ordenar sus cabras, servir a su familia, emparchar su ropa. Caminaba descalzo para visitar a los pobres, aunque estos fuesen incrédulos o hipocritas. Visitaba las tumbas de los creyentes y los saludaba. Se entreno con la espada, el arco y la flecha, andaba a caballo, en camello y burro. Comía con los pobres. Siempre aceptaba los regalos agradecido, aunque fuese una cucharada de yogurt y premiaba por ello. Nunca se alimento de la caridad, sino que inmediatamente la pasaba a los pobres. Nunca se guardo un dinar o un dirham en su casa, si no fuese para darselo a los pobres. Nunca volvia a su casa hasta haber gastado en caridad todo lo que Dios le habia dado.<o:p></o:p>

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Era muy bueno con su familia y sus amigos. Alentaba a sus amigos para que caminaran frente a él y caminando él detrás. Decía, " Que a mis espaldas caminen los ángeles". Su companerismo era el companerismo de la paciencia y la modestia. El que discutía con él veía paciencia en él. No respondía a aquellos que lo insultaban. Nunca se volvió contra alguien con ira y jamás usó mal lenguaje. Nunca se enojó por si mismo, sino solo se enojaba por su Señor. Solía comer con sus sirvientes. Nunca golpió a nadie con su mano. Nunca castigó por un error, siempre perdonó. Su siervo Anas dijo, " En toda mi vida, jamás el me questionó,' por que hiciste esto, o por que no hiciste aquello'".<o:p></o:p>

LA VESTIMENTA DEL SANTO PROFETA<o:p></o:p>

Utilizaba lo que encontraba, sea de algodón o de lana, pero en general usaba prendas de algodón. Le gustaba la ropa verde. Abu Hurayra dice, " Lucia camisas holgadas, capas, turbante y manto. Usaba el turbante con un velo para el rostro y con la punta suelta. Faja en la cintura, y túnica ". Jabir ibn Samurah dice " Vi al Profera en una noche de luna llena. Tenía una capa roja sobre su cuerpo. Miré atentamente hacia él y luego hacia la luna. Seguramente, era más hermoso que la luna misma. Solía usar un turbante blanco, uno negro y a veces uno rojo. Solía dejar una tira en la parte trasera de su turbante. Imam Tabari dijo, " Tenía un turbante de siete brazos de largo". Tenía un turbante llamado ' las nubes' que le regalo Alí . Usaba un anillo de plata en la mano derecha grabado con las palabras 'Muhammadun Rasul Allah'. Usaba medias de cuero en sus pies. Le gustaban los perfumes y los aromas agradables.<o:p></o:p>

Nunca buscó la facilidad y la comodidad. Nunca fue dueno siquiera de una cama ya que el deseaba hacer su hogar en el otro mundo. Su colchon estaba hecho de hojas de arbol. Tenía una gran capa que solía poner sobre el piso, sobre la cual se sentaba. A veces dormía sobre una estera de junco o directamente sobre el suelo. <o:p></o:p>