EL OCASO DE LA CIVILIZACIÓN EUROPEA
Muchas han sido las civilizaciones que a lo largo de la Historia, han cumplido con las fases de crecimiento, apogeo y ocaso, por las transcurre la vida de los seres vivos que habitan este Planeta. Recordemos las lecciones de Historia que recibimos, para comprender que a todas sin excepción les llegó en su momento la hora de fenecer más o menos violentamente. Una fuerza de poder puede a otra. A una fuerza agresora desde el exterior, se le añade desde el interior del sistema agredido otra fuerza o “debilidad”. Sumándose ambas, la civilización desaparece.
La civilización europea se basa en tres pilares: el derecho del Imperio Romano; la democracia de la Grecia Antigua; y el Cristianismo que ha prevalecido en Europa, con su concepto de la ética y la moral. Por esto, en Europa nacieron las ideas consideradas básicas para el bienestar de las personas. De los tres pilares surgieron: humanismo, libertad, igualdad, solidaridad, derechos humanos, tolerancia, no explotación de las personas, no esclavitud ni pena de muerte, etc. Estas ideas proceden del mensaje del Cristianismo, que impregnó las mentes de los europeos.
Reconociendo los gravísimos errores cometidos por los europeos durante la Historia. Aún quedando mucho por mejorar, es necesario reconocer que la situación que hoy disfrutamos, ofrece un balance más bien positivo.
Las organizaciones humanitarias abogan por acoger a todas las personas que se internan en territorio europeo, sin el permiso de los europeos. Pocos se dan cuenta de lo que está ocurriendo. Quienes apelan a que el futuro de la humanidad es el mestizaje, ignoran que el mestizaje no se produce fuera de Europa o Estados Unidos. Cada día hay menos europeos en Europa y la proporción de los foráneos de culturas extrañas, es mayor cada año. Miren las estadísticas, y comprobarán la evolución de la población. según la tendencia, muy pronto superarán a la población autóctona. La concesión de la nacionalidad a los no europeos y a los nacidos aquí de familias con creencias ajenas a las europeas, concediéndoles el derecho al voto, se volverá contra los intereses de los europeos. Pronto los ciudadanos europeos, democráticamente serán una minoría en su propia tierra, y no serán los dueños de su destino... Otros serán los que decidan lo que se hará en Europa.
Imaginemos la entrada en Unión Europea de un país musulmán con tanta población como Turquía, con pleno derecho de voto y de decisión sobre el resto de los países europeos. Con su poder en votos, el efecto bisagra estará a la orden del día en el Parlamento Europeo. Muchas actuaciones no serán posibles sin su “autorización”.
Los europeos no debemos culpabilizarnos por los errores del pasado. Sí debemos aportar más de lo que tenemos: ideas, espíritu, trabajo, solidaridad, respeto hacia toda la Humanidad, para erradicar las injusticias que desigualan a las personas. Sólo la cultura europea ha promovido esto.
No nos dejemos avasallar por creencias que no son nuestras y que no han aportado ideas positivas para la Humanidad, y que tienen la intención de invadir, conquistar y dominar nuestra cultura.
Aún siendo inteligentes, no estamos actuando como tales. Personas de otras culturas, sí lo hacen, promoviendo el traslado de personas hacia el espacio europeo, con la finalidad de infiltrar su cultura y su religión en nuestra cultura. Pronto serán más que los europeos, aprovechando una “errónea aplicación” del Derecho, de la Democracia y de la Buena Fe europeas (¿Serán nuestras “debilidades internas”?). Sería paradójico.
Utilizan la codicia de algunos empresarios que se aprovechan; la ingenuidad de las ongs que en su buena fe alientan la llegada desde fuera, y de la ineficacia de los políticos que no se atreven a frenar la avalancha.
Defendamos lo nuestro, o acabaremos mirando hacia una determinada ciudad del Medio Oriente, por imposición. Damos demasiadas oportunidades a lo ajeno y muy pocas a nuestras raíces... Ya nos pesará. Europa debe mirar y atraer a Suramérica, que tiene una estructura cultural y religiosa asimilable.
Es necesario que los europeos salgamos del grave aletargamiento en el que nos encontramos, dominados por el consumismo, SMS sin sustancia, la telebasura, cotilleos y el Festival de Eurovisión. Impasibles ante el probable comienzo del fin de la civilización europea. Esto no es racismo o xenofobia, es defensa de nuestra historia y raíces.
Para contribuir a la difusión de esta idea, imprimir 100 ejemplares de este texto u otro parecido y distribuirlo en los buzones de 100 viviendas alejadas de vuestros domicilios. Letra Arial tamaño 9 = 1 folio.
Muchas han sido las civilizaciones que a lo largo de la Historia, han cumplido con las fases de crecimiento, apogeo y ocaso, por las transcurre la vida de los seres vivos que habitan este Planeta. Recordemos las lecciones de Historia que recibimos, para comprender que a todas sin excepción les llegó en su momento la hora de fenecer más o menos violentamente. Una fuerza de poder puede a otra. A una fuerza agresora desde el exterior, se le añade desde el interior del sistema agredido otra fuerza o “debilidad”. Sumándose ambas, la civilización desaparece.
La civilización europea se basa en tres pilares: el derecho del Imperio Romano; la democracia de la Grecia Antigua; y el Cristianismo que ha prevalecido en Europa, con su concepto de la ética y la moral. Por esto, en Europa nacieron las ideas consideradas básicas para el bienestar de las personas. De los tres pilares surgieron: humanismo, libertad, igualdad, solidaridad, derechos humanos, tolerancia, no explotación de las personas, no esclavitud ni pena de muerte, etc. Estas ideas proceden del mensaje del Cristianismo, que impregnó las mentes de los europeos.
Reconociendo los gravísimos errores cometidos por los europeos durante la Historia. Aún quedando mucho por mejorar, es necesario reconocer que la situación que hoy disfrutamos, ofrece un balance más bien positivo.
Las organizaciones humanitarias abogan por acoger a todas las personas que se internan en territorio europeo, sin el permiso de los europeos. Pocos se dan cuenta de lo que está ocurriendo. Quienes apelan a que el futuro de la humanidad es el mestizaje, ignoran que el mestizaje no se produce fuera de Europa o Estados Unidos. Cada día hay menos europeos en Europa y la proporción de los foráneos de culturas extrañas, es mayor cada año. Miren las estadísticas, y comprobarán la evolución de la población. según la tendencia, muy pronto superarán a la población autóctona. La concesión de la nacionalidad a los no europeos y a los nacidos aquí de familias con creencias ajenas a las europeas, concediéndoles el derecho al voto, se volverá contra los intereses de los europeos. Pronto los ciudadanos europeos, democráticamente serán una minoría en su propia tierra, y no serán los dueños de su destino... Otros serán los que decidan lo que se hará en Europa.
Imaginemos la entrada en Unión Europea de un país musulmán con tanta población como Turquía, con pleno derecho de voto y de decisión sobre el resto de los países europeos. Con su poder en votos, el efecto bisagra estará a la orden del día en el Parlamento Europeo. Muchas actuaciones no serán posibles sin su “autorización”.
Los europeos no debemos culpabilizarnos por los errores del pasado. Sí debemos aportar más de lo que tenemos: ideas, espíritu, trabajo, solidaridad, respeto hacia toda la Humanidad, para erradicar las injusticias que desigualan a las personas. Sólo la cultura europea ha promovido esto.
No nos dejemos avasallar por creencias que no son nuestras y que no han aportado ideas positivas para la Humanidad, y que tienen la intención de invadir, conquistar y dominar nuestra cultura.
Aún siendo inteligentes, no estamos actuando como tales. Personas de otras culturas, sí lo hacen, promoviendo el traslado de personas hacia el espacio europeo, con la finalidad de infiltrar su cultura y su religión en nuestra cultura. Pronto serán más que los europeos, aprovechando una “errónea aplicación” del Derecho, de la Democracia y de la Buena Fe europeas (¿Serán nuestras “debilidades internas”?). Sería paradójico.
Utilizan la codicia de algunos empresarios que se aprovechan; la ingenuidad de las ongs que en su buena fe alientan la llegada desde fuera, y de la ineficacia de los políticos que no se atreven a frenar la avalancha.
Defendamos lo nuestro, o acabaremos mirando hacia una determinada ciudad del Medio Oriente, por imposición. Damos demasiadas oportunidades a lo ajeno y muy pocas a nuestras raíces... Ya nos pesará. Europa debe mirar y atraer a Suramérica, que tiene una estructura cultural y religiosa asimilable.
Es necesario que los europeos salgamos del grave aletargamiento en el que nos encontramos, dominados por el consumismo, SMS sin sustancia, la telebasura, cotilleos y el Festival de Eurovisión. Impasibles ante el probable comienzo del fin de la civilización europea. Esto no es racismo o xenofobia, es defensa de nuestra historia y raíces.
Para contribuir a la difusión de esta idea, imprimir 100 ejemplares de este texto u otro parecido y distribuirlo en los buzones de 100 viviendas alejadas de vuestros domicilios. Letra Arial tamaño 9 = 1 folio.