Re: Meditaciones "Watchman Nee
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
26. de enero
Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Juan 19:30.
La fe cristiana no comienza con HACER sino con un gran HECHO. Nuestros razonamientos encuentran difícil aceptarlo. Si no nos movernos, si no hacernos algo, ¿cómo podemos llegar a la meta? ¿Qué es lo que se puede lograr sin esfuerzo? El cristianismo es algo realmente singular. Comienza con el descanso. Si desde un principio tratamos de hacer algo para ganar nuestra salvación, fracasamos; si procuramos lograr algo, no llegaremos a nada. Jesús dijo: “Consumado es” y Pablo inicia su carta a los Efesios con declaración la que Dios nos ha bendecido con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo. Por tanto, desde el principio se nos invita a descansar y gozar de lo que Dios ha hecho; no de lograrlo por nuestros esfuerzos.
¡Jesús es el Señor!
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
27. de enero
He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas. Exodo 34: 10.
Muchos pasan por alto la diferencia entre las promesas de Dios, los hechos consumados de Dios (sus obras poderosas) y el pacto de Dios. Las promesas son dadas para promover nuestra fe, pero a menudo no podemos apropiar los hechos divinos, pues las apariencias parecen negarlos. Pero aun en esta situación, tenemos su pacto. El pacto significa más que las promesas y aún más que los hechos poderosos. Es algo que Dios se ha comprometido a hacer. El pacto es algo que Dios nos ha dado, y al cual la fe puede aferrarse. Moralmente, no tenemos base para demandar nada de Dios. Pero a El le agradó ligarse a Sí mismo a un pacto, y habiéndose comprometido a actuar por nosotros, está - y lo digo con toda reverencia - obligado a hacerlo. Aquí radica la riqueza del pacto. Esto es lo que otorga fuerza a nuestra fe, aun cuando está en su punto más débil.
¡Jesús es el Señor!
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
28. de enero
El Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
Hebreos 12:6.
Es evidente que la visión espiritual no es suficiente en si misma para transformar una vida. Consideremos la escalera de Jacob. Por su comportamiento torcido perdió hogar y posesiones. Sin embargo, a pesar de esto, Dios le favoreció en Betel con una visión tan maravillosa que fue impulsado a exclamar: “¡Cuán terrible es este lugar!” Las promesas que acompañaron la visión fueron plenas e incondicionales. No obstante, notemos el contraste de sus palabras en respuesta a Dios. “Si fuere Dios conmigo y me guardare... y me diere… y si volviere... el diezmo apartaré para ti”. Aun con el mismo Dios, quería negociar. Era el mismo Jacob después de la visión, sin cambios.
Poco tiempo después, se encontrará enredado con Labán, un hombre de carácter tan torcido como el suyo. Por este medio y muchos otros, el Señor condujo a Jacob por años, a través de una disciplina fructífera. El hijo malcriado de la casa, llegó a ser un jornalero maltratado. Pero los caminos del Señor son siempre sabios y justos, y el Jacob que finalmente regresó a Betel fue un hombre nuevo.
¡Jesús es el Señor!
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
29. de enero
Yo seré a Israel como rocío. Oseas.14:5.
Estas palabras describen el principio de todas las experiencias de los hijos de Dios. El rocío es vital para la vida y el crecimiento de árboles y plantas y en cuanto a nosotros el mismo Señor promete ser como el rocío. Todo lo relacionado con nuestra vida como cristianos, nos llega desde Cristo quien es la fuente. El nos ha sido hecho sabiduría, justificación, santificación; en resumen, todo. No hay necesidad humana que no pueda ser suplida cuando recibimos a Cristo, y más todavía, nada recibiremos como un don separado, fuera de El.
“Yo seré como rocío”, nos dice. y en la segunda mitad del verso Oseas muestra cómo la vida, con este fundamento, asume un doble carácter misterioso. En ella se combinan maravillosamente el florecer del lirio, con la extensión de las raíces del cedro: frágil hermosura y fuerza masiva combinadas en una sola planta. Tales milagros sólo son logrados. por el rocío de Dios.
¡Jesús es el Señor!
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
30. de enero
El florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Oseas 14:5.
Dos caracteres que se contrastan entre sí, aparecen unidos aquí en el hijo de Dios. Sobre la tierra, por así decirlo, está la vida sencilla de confianza y fe ilustrada por el lirio que Dios plantó. Esto es lo que los hombres ven. Sin embargo, enterrada profundamente, fuera de la vista de los hombres, dándole a esta planta una fuerza insospechada, están las fuertes raíces del cedro. Sin duda tenemos aquí la paradoja de una vida en la cual la cruz es conocida. Exteriormente, es frágil como el lirio que florece a la vista de todos, pero secretamente hay cien veces más fuerza debajo de la tierra.
Aquí está la prueba. ¿Cuánto de mi vida es visible? Cuando los hombres miran a la superficie, ¿ven todo, o hay algo más? ¿Tengo yo, en la esfera invisible, una historia secreta con Dios? Los hombres sólo miran al lirio que florece en su debilidad. Dios está interesado en las raíces, que sean como el cedro en su fuerza.
¡Jesús es el Señor!
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
31. de enero
Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. Josué 14:11.
Es un hecho triste, que algunos que han gustado el poder salvador de Dios, sin embargo dudan de su poder para guardar. ¿No nos damos cuenta que aquel que es el dador de la gracia es también quien nos mantiene en su gracia? Miremos a Caleb. Así como era de fuerte cuando Moisés le envió a espiar la tierra, lo era ahora al pronunciar estas palabras. Más aún, lo que había probado ser suficiente para las demandas ordinarias de la vida diaria, fue igualmente suficiente para las tensiones extraordinarias de la guerra. Duros años habían pasado, pero su vigor a los ochenta y cinco años no era menor que a los cuarenta. Sólo hay una explicación para esta experiencia, así cómo la habrá para nosotros. Había sido guardado por el poder de Dios.
¡Jesús es el Señor!