¡Bautizate, bebe!

Re: ¡Bautizate, bebe!

Servando, es que no sigo lo que yo interpreto de la Biblia, sino lo que interpreta la Iglesia. Es la GRAN diferencia entre tú y yo.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis:

Que rapido te desconectas, no es malo ni es contradictorio PRESENTAR A NUESTROS HIJOS PEQUEÑOS A DIOS, al contrario es una BENDICION.

AY de mi!! si yo decidiera bautizarlos de pequeños, puesto que no les estoy dando oportunidad de que ellos DECIDAN arrepentirse de sus pecados.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Olvidaba decir que, la circuncicion es otro tema. Ya que es puesta como señal para el pueblo escogido, mas no tiene nada que ver con el arrepentimiento y perdon de pecados.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis Fernando dijo:
Servando, es que no sigo lo que yo interpreto de la Biblia, sino lo que interpreta la Iglesia. Es la GRAN diferencia entre tú y yo.

Pues deberías darte cuenta que los versículos que te da la iglesia (católica)ya interpretados, no son aplicables al tema en cuestión. (minimo debieras saber eso).
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Joxan dijo:
"Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Jesucristo (Mt. 28:19)

MT 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

:--DeepThi :idea:

Tengo que irme, luego sigo
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Un Bebe no es un discípulo.

Los 12 discipulos de Jesucristo no eran bebes, eran adultos. Sabian leer y escribir. Sabian decidir y de autoconvencerse por fé, en seguir a Jesucristo o no seguirlo.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

palermo dijo:
MT 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

:--DeepThi :idea:

Tengo que irme, luego sigo


analizemos pues la cita que tan amablemente nos ha recrdado PALERMO.

Esta cita; nos habla del bautizo de "bebes" ? NO


Esta cita nos menciona la forma de bautizar?? NO


Esta cita nos menciona que el bautizo debe ser en la ICAR?? NO

¿¿Entonces; por que nos la muestra PALERMO??


¡¡AAhh!!; será por que como a Luis; a PALERMO también se la mostró su Iglesia???
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Romano:pregunta:Bautisar a los niños?
Respuesta: SI :


Cantidad de cosas que "imponemos" a nuestros hijos por su bien (salud, lengua, hogar, educación) y lo más valioso, lo que más necesitamos en la vida, nuestra fe católica, ¡no se la quiere dar!


¡Si amamos a nuestros hijos tenemos que darles también nuestra fe! Y el primer paso es el bautismo.

Estimado Romano:
Si me permites me interezaria involucrarme en este"debate" para compartir contigo y con el resto e los foristas,con la biblia en la mano,aquello que la palabra autorizada dice al respecto.
En primer lugar,querido Romano,quisiera compartir el primer "Principio" biblico:
_"La fe no debe ser impuesta"

En segundo lugar:
_"La fe viene por el oir y el oir la palabra de Dios"

En tercer lugar:
_"La fe es individual y propia"

Por el momento tendre que dejar esto aqui,estoy algo atariado con mi trabajo,pero le prometo que pronto volvere sobre este tema y fundamentare estos principios con su cita biblica correspondiente.
Saludos Romano y que Dios le bendiga.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Servando:
Pues deberías darte cuenta que los versículos que te da la iglesia (católica)ya interpretados, no son aplicables al tema en cuestión. (minimo debieras saber eso)

Luis:
¿no?
Vaya, qué faena
Lástima que millones de protestantes evangélicos piensen distinto que tú.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis Fernando dijo:
Servando:
Pues deberías darte cuenta que los versículos que te da la iglesia (católica)ya interpretados, no son aplicables al tema en cuestión. (minimo debieras saber eso)

Luis:
¿no?
Vaya, qué faena
Lástima que millones de protestantes evangélicos piensen distinto que tú.

nuevamente con faenas??

debieras saber que nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios.

¿Te doy el versículo Biblico para soportar lo que he dicho o ya te lo dió tu iglesia?
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

No, no me des nada.
Mejor léete el siguiente estudio bíblico publicado en esta web. Está realizado por un evangélico que te aseguro que se ha leído la Biblia tanto como tú:


Doctrina sobre el bautismo según los cristianos reformados (calvinistas).


EL BAUTISMO:

Forma o modo del Bautismo.

La forma o modo es indiferente. La cantidad de agua empleada no determina su validez, como ocurre con la cantidad de pan y vino en la Santa cena.

El significado del vocablo BAPTO o “bautizar” no tiene significado único.
Los “bautismos” de los judíos: Era algo ordinario en sus vidas, se bautizaban (lavaban) antes de comer, y bautizaban las camas:

“Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:4.)

“Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes de comer.” (LUCAS 11:38.)

Se bautizaban por tocar un cadáver: ECLESIÁSTICO 34:30 (este libro es apócrifo, católico - lo utilizamos para ver el significado de la palabra bapto.)

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS 9:10.)

Había otros bautismos además del de arrepentimiento:

“Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados.” (LUCAS 3:3.)

Los profetas bautizaban. El Mesías haría lo mismo cuando apareciese:

“Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron de Jerusalén unos sacerdotes y levitas para preguntarle: --¿Quién eres tú? Él confesó y no negó, sino que confesó: --Yo no soy el Cristo.
Y le preguntaron: --¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Y dijo: --No lo soy. --¿Eres tú el profeta? Y respondió: --No. Le dijeron entonces: --¿Quién eres?, para que demos respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices en cuanto a ti mismo? Dijo: --Yo soy la voz de uno que proclama en el desierto:
“Enderezad el camino del Señor” como dijo el profeta Isaías.
Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Le preguntaron y le dijeron: --¿Entonces, por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?” (JUAN 1:19-25.)
“Pero Jesús le respondió: --Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo permitió.
Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él.”
(MATEO 3:15-16.)

“Toda justicia” equivale a la purificación que la ley demandaba a todo sacerdote.

Los bautismos judíos no eran por inmersión.

La inmersión no está prescrita ni ordenada en la ley. A pesar de que aquellos “bautismos” fueron impuestos al pueblo.

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS 9:10.)

En ningún lugar de la ley de Moisés se prescribe la inmersión. ¿Con que derecho se concluye que se hacían por inmersión, tratárese de personas o de enseres?

Los bautismos eran por aspersión, efusión o rociamiento:

“Así harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación; luego haz que pasen la navaja sobre todo su cuerpo y que laven sus vestiduras. Así serán purificados.” (NUMEROS 8:7.)

“Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se purifica, contaminará el tabernáculo de Jehovah. Esa persona será excluida de Israel, por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre
él. Aún queda impuro, y su impureza permanece sobre él.”
(NUMEROS 19:13.)

“Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un hueso o a uno que ha sido matado o un cadáver o una tumba. El que esté puro rociará sobre el impuro en el tercero y en el séptimo día. Después
de purificarlo en el séptimo día, éste lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua; y al anochecer será puro.”
(NUMEROS 19:18-19.)

“Por otro lado, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos?
Si los muertos de ninguna manera resucitan, ¿por qué, pues, se bautizan por ellos?” (1ª CORINTIOS 15:29.)

“En la misma hora se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres. Comía hierba como los bueyes, y su cuerpo era mojado con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águilas y sus uñas como las de las aves.” (DANIEL 4:33.)

Los 70 sabios hebreos que tradujeron la Septuaginta emplean la palabra bautizar para indicar que Nabucodonosor era rociado con rocío del cielo.

Bautizar equivale a lavar:

“Pues los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos hasta la muñeca, no comen, porque se aferran a la tradición de los ancianos. Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y
de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:3-4.)

El versículo 3 dice lavar y el 4 bautizar, ambas palabras se usan permutablemente y como equivalentes.

“--¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.”
(MATEO 15:2.) “LAVAN”.

“Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes de comer.” (LUCAS 11:38.) “BAUTIZADO”.

Estos lavamientos no podían ser por inmersión porque el rociamiento es impuesto por la ley.

El bautismo judío era un rito cotidiano se bautizaban o purificaban antes de comer, por las impurezas, por tocar cadáver, al volver de la plaza, bautizaban los lechos, los vasos... De ser practicado por inmersión se hacia imprescindible el baptisterio en cada casa judía. No era así. Sin embargo en las casas judías existían “tinajas dispuestas conformes al rito de la purificación de los judíos”.

“Había allí seis tinajas de piedra para agua, de acuerdo con los ritos de los judíos para la purificación. En cada una de ellas cabían dos o tres medidas.” (JUAN 2:6.)

Su capacidad, 80 a 120 litros, era muy grande para meter solo las manos, pero insuficiente para sumergir personas o cosas grandes. Pero servían perfectamente para sacar agua y rociarla sobre las personas o cosas a bautizar o purificar.

Casos en que la inmersión era imposible:

“Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:4.)

Los lechos fuesen camas mesas o “divanes” no podían sumergirse.

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS
9:10.)

Esto corrobora que los bautismos judíos eran por aspersión. Por el contexto inmediato queda claro que los bautismos impuestos eran con la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociada a los impuros:

“Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo.” (HEBREOS 9:13.)

“Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo.”
(HEBREOS 9:19.)

“Y roció también con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del servicio.” (HEBREOS 9:21.)

La forma del bautismo cristiano deriva de la del judío.

En cuanto ceremonia en si no se distinguía del bautismo judaico. Se diferenciaba solo en significado y en que el bautismo cristiano se hacia en nombre de la Trinidad.

Idéntico significado del agua en los dos testamentos. El agua era emblema de purificación y consagración. Si la aspersión fue en el A.T. Suficiente para representar estas cosas ¿porque no habría de serlo ahora? ¿Es acaso mas significativo o eficaz un gran volumen de agua que una pequeña cantidad?

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.”
(EZEQUIEL 36:25-26.)

Jesús no alteró en lo mas mínimo el significado y uso del agua, ni de la palabra “bautizar”.

Argumentos:

Cuando Jesús vino, halló a los judíos empleando la palabra “bautizar” para designar sus purificaciones por aspersión. Utilizó la misma palabra “bautizar” para nombrar a su propia ordenanza. Sin indicar que la forma de aspersión cambiaría. ¿Habría sido así de haber querido introducir en su
Iglesia una nueva forma de bautismo (la inmersión)?

Al usar la misma palabra (sin indicar cambio alguno) aceptaba para el bautismo cristiano la misma forma (aspersión, rociamiento) conque se venía realizando durante siglos los bautismos judaicos.

EJEMPLOS DE BAUTISMOS POR ASPERSÍON:

El bautismo del Espíritu Santo. Es representado en la Biblia como “derramamiento”.

“Porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días.” (HECHOS 1:5.)

COMPARAR CON:

“Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.” (HECHOS 2:17.)

El elemento (agua) se aplica al sujeto y no al contrario:

“Juan les respondió diciendo: --Yo bautizo en agua, pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.”
(JUAN 1:26.)

“Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y posar sobre él, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo.”
(JUAN 1:33.)

“Porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días.” (HECHOS 1:5.)

“Entonces Pedro respondió: --¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?” (HECHOS 10:47.)
El bautismo del eunuco.

“Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y vé hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” El se levantó y fue. Y he aquí un eunuco etíope, un alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, quien estaba a cargo de todos sus tesoros y que había venido a Jerusalén para adorar, regresaba sentado en su carro leyendo el
profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y júntate a ese carro.”
Y Felipe corriendo le alcanzó y le oyó que leía el profeta Isaías. Entonces le dijo: --¿Acaso entiendes lo que lees? Y él le dijo: --¿Pues cómo podré yo, a menos que alguien me guíe? Y rogó a Felipe que subiese y se sentase junto a él.
La porción de las Escrituras que leía era ésta:
Como oveja, al matadero fue llevado, y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca. En su humillación, se le negó justicia; pero su generación, ¿quién la contará? Porque su vida es quitada de la
tierra. Respondió el eunuco a Felipe y dijo: --Te ruego, ¿de quién dice esto el profeta? ¿Lo dice de sí mismo o de algún otro?
Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Mientras iban por el camino, llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo: --He aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: --Si crees con todo tu corazón, es posible. Y respondiendo,
dijo: --Creo que Jesús, el Cristo, es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó.
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio más, pues seguía su camino gozoso.” (HECHOS 8:26-39.)

Se pretende que las palabras “descendieron” y “subieron”, hablan de inmersión, pero se olvida que:

A) Los que “descendieron” y “subieron” del agua fueron “ambos”. ¿Fueron sumergidos ambos, rebautizandose el mismo Felipe?

El “descender” y “subir” ¿no se referirá mas bien a la situación donde el agua fue hallada (v.36), es decir, en una hondonada o depresión? ¿tenía que tratarse de inmersión precisamente? Téngase en cuenta que el lugar era desierto (v.36).

Bautismos cristianos “in situ”.

Cuando alguien creía, en el mismo lugar y momento eran bautizados, es difícil que hubiera sido así, de practicarse la inmersión. No se nos relata de una salida a un lugar adecuado para la inmersión, cambio de vestido...

La expresión aplicada a Juan el Bautista.

“Juan bautizaba en Enón... porque allí había muchas aguas”.
“Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados.” (JUAN 3:23.)

La expresión “muchas aguas” equivale a muchas fuentes o arroyos, que aunque insuficientes para la inmersión, servían para calmar la sed de las multitudes que acudían a oírle. De otra manera (si la inmersión era necesaria y Juan la practicaba) ¿por qué dejó el Jordán para trasladarse a Enón junto a Salin?

“Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él.” (JUAN 3:26.)

Pues en el Jordán no hay duda de que podría practicar mejor la inmersión.
Así pues Juan 3:23 no ofrece argumento fuerte en favor de la inmersión y por otra parte, en:

“Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.” (JUAN 3:25.)

Se define el bautismo como “purificación”.

Ni el bautismo de Juan ni el de los apóstoles era por inmersión.

¿Sumergía Juan? No, porque:

1.) Le hubiese faltado tiempo. En 18 a 24 meses que duró su ministerio no hubiese podido sumergir a las grandes multitudes que acudían a su bautismo (“Jerusalén y toda Judea y toda la provincia alrededor del Jordán.” Mateo 3:5.)

“Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la región del Jordán, y confesando sus pecados eran bautizados por él en el río Jordán.” (MATEO 3:5-6.)

2) Se necesitan fuerzas sobrehumanas para permanecer tanto tiempo en el agua y sumergir a tales multitudes. Y no se sabe que Dios le auxiliara milagrosamente.

3) No sumergía porque no fue el quien introdujo la ceremonia del bautismo.
Era un rito de purificación practicado a diario por el pueblo.

4) Quien no esté persuadido de que Juan no bautizaba distintamente a como el pueblo se purificaba (por rociamiento), puede ser que cuando Juan se trasladó a Enón, y Cristo se quedó bautizando al otro lado del Jordán, se
suscitó una discusión entre los judíos y los discípulos de Juan “a cerca de la purificación”. Tenían también miedo o celos de que Jesús aparecido después, aventajara a Juan en número de purificaciones o bautismos.

“Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea; y pasaba allí un tiempo con ellos y bautizaba.
Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados, ya que Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.
Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él! Respondió Juan y dijo: --Ningún hombre puede recibir nada a menos que le haya sido dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo”, sino que “he sido enviado delante de él”.
El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado de pie y le escucha, se alegra mucho a causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido.
A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.” (JUAN 3:22-30.)

Los apóstoles tampoco lo hacían. Ejemplo: Los tres mil bautismos del día de Pentecostés.

1) Todos estaban reunidos en un mismo lugar. Fueron bautizados (los Apóstoles) de lo ALTO por el derramamiento del E.S. Este Espíritu se derramó también sobre la multitud, luego fueron bautizados con agua ¿se sumergió a
estos tres mil convertidos? Para afirmarlo, solo cabe aferrarse al pretendido significado del vocablo “bautizar” (inmersión).

2) No hubo tiempo, once apóstoles ¿podían sumergir a 3.000 personas en una fracción del día?

3) No había lugar. Ni en el templo ni en sus alrededores para la inmersión.

4) Pentecostés fue en la época seca del año. En la siega.

5) No hay evidencia de que hicieran una excursión a algún lugar. (Movilizar a 3.000 personas en busca de agua hubiera sido un suceso notable que Lucas habría consignado.)
6) Ni el agua del Templo, ni de los depósitos públicos podía ser utilizada
para sumergir tal multitud. ¿Que hay del cambio de vestiduras? Con la aspersión no existen estos ni otros problemas semejantes.


Bautismos Neotestamentarios.

El bautismo de Saulo de Tarso:

“Entonces Saulo, respirando aún amenazas y homicidio contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas en Damasco, con el fin de llevar preso a Jerusalén a cualquiera
que hallase del Camino, fuera hombre o mujer.
Mientras iba de viaje, llegando cerca de Damasco, aconteció de repente que le rodeó un resplandor de luz desde el cielo. El cayó en tierra y oyó una voz que le decía:--Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: --¿Quién eres, Señor? Y él respondió: --Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Pero levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que te es preciso hacer.
Los hombres que iban con Saulo habían quedado de pie, enmudecidos. A la verdad, oían la voz, pero no veían a nadie. Entonces Saulo fue levantado del suelo, y aun con los ojos abiertos no veía nada. Así que, guiándole de la mano, le condujeron a Damasco. Por tres días estuvo sin ver, y no comió ni bebió. Había cierto discípulo en Damasco llamado Ananías, y el Señor le dijo
en visión: Ananías. El respondió: --Heme aquí, Señor.
El Señor le dijo: --Levántate, vé a la calle que se llama La Derecha y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Tarso; porque he aquí él está orando, y en una visión ha visto a un hombre llamado Ananías que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
Entonces Ananías respondió: --Señor, he oído a muchos hablar acerca de este hombre, y de cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén. Aun aquí tiene autoridad de parte de los principales sacerdotes para tomar presos a todos los que invocan tu nombre.
Y le dijo el Señor: --Vé, porque este hombre me es un instrumento escogido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Entonces Ananías fue y entró en la casa; le puso las manos encima y dijo: --Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo. De
inmediato le cayó de los ojos algo como escamas, y volvió a ver. Se levantó y fue bautizado; y habiendo comido, recuperó las fuerzas. Saulo estuvo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.”
(HECHOS 9:1-19.)

Versículos 17 y 18. Circunstancias en contra de la inmersión:

1) Una lectura imparcial del relato nos sugiere que fue bautizado al instante, en la misma casa (v.18).

2) Que lo fue de pie.

3) No existe salida a lugar adecuado para la inmersión.

4) Allí, en la casa de Judas (v.11) había lo necesario para bautizarlo sin demora ni ninguna preparación.

5) (V.9 y 19). La debilidad física de Pablo hubiese sido también un impedimento a la salida para la inmersión.
Bautismo del carcelero de Filipos y su casa:

“Entonces él pidió luz y se lanzó adentro, y se postró temblando ante Pablo y Silas.
Sacándolos afuera, les dijo: --Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: --Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.
Y le hablaron la palabra del Señor a él, y a todos los que estaban en su casa. En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos. Les hizo entrar en su casa, les puso la mesa y se regocijó de que con toda su casa
había creído en Dios.” (HECHOS 16:29-34.)

Fue convertido en la cárcel y en su casa (en seguida) se bautizaron sin esperar a hacer preparativos.

Fue convertido en la cárcel a altas horas de la noche. Fue bautizado con los suyos “en seguida” sin salir a ningún lugar. Suponer que salieron a algún río, o que había en la prisión o en la casa alguna instalación apropiada para la inmersión, es eso: suponer.

Bautismo de Cornelio y su casa.

“Mientras Pedro todavía hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.
Y los creyentes de la circuncisión que habían venido con Pedro quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo fue derramado también sobre los gentiles.”
(HECHOS 10:44-45.)

“Entonces Pedro respondió: --¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?” (HECHOS 10:47.)
“Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo cayó sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.
Entonces me acordé del dicho del Señor, cuando decía: “Juan ciertamente bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo.” (HECHOS 11:15-16.)

Recibieron por derramamiento el bautismo del E.S. (Razón alegada por Pedro para no impedirles el agua, aunque fuesen gentiles.) Se hizo el bautismo en la casa. ¿Por qué no había de practicarse el bautismo del agua, en cuanto al modo, de igual manera que el del Espíritu del cual es figura?
La expresión “impedir el agua” habla de aplicar el agua al sujeto y no a la inversa.

Bautismo del eunuco por Felipe. HECHOS 8:26-39.

La pregunta: “Aquí hay agua ¿Que impide que yo sea bautizado? Implica que Felipe le habló del bautismo del agua.
El pasaje de Isaías 53 (aproximado, ya que antes no había división en capítulos y versículos) sirvió de base para la predicación de Felipe. ¿Se habla en este pasaje de la inmersión? No. Pero sí de aspersión o rociamiento. Las cláusulas “descender del agua” y “subir del agua”, no pueden expresar inmersión y emersión total del agua, porque fueron ambos los que descendieron y ambos los que subieron. ¿Fue también Felipe sumergido? -también indica un bajar y subir hacia y desde el lugar donde fue hallada el agua en cuestión.
El versículo 26 dice que el lugar del bautismo era desierto lo cual hace
improbable que la cierta agua del ver.36 fuese en cantidad tal como para practicar la inmersión.
Conclusión al modo del Bautismo.

Aunque el modo no es esencial para la validez del bautismo, es la aspersión o rociamiento la autentica forma bíblica del bautismo. También la más edificante y la mas práctica, puesto que puede realizarse en cualquier lugar, momento, época, estación, edad, condición física, etc...

En cuanto a la objeción basada en el significado de Romanos 6:4 y Colosenses
2:12 (únicos pasajes).

“Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.” (ROMANOS 6:4.)

“Fuisteis sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados juntamente con él, por medio de la fe en el poder de Dios que lo levantó de entre los muertos.” (COLOSENSES 2:12.)

Contestamos:

Es falso que la idea o significado exclusivo del bautismo sea el de muerte y resurrección, apuntado en Romanos y Colosenses. El bautismo no solo es muerte en Cristo es uno de los significados que la Biblia atribuye al bautismo, no es el único.

Otro significado es ser “revestidos de Cristo”.

“Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.” (GÁLATAS 3:27.)

Es obvio que este “revestimiento” puede expresarse con el derramamiento mejor que con la inmersión.
Otro significado es “ser identificados con Cristo”.

“Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección.” (ROMANOS 6:5.)


Otro: “Crucificado con Cristo”.

“Y sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para
que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.”
(ROMANOS 6:6.)

Para expresar crucifixión, en forma gráfica tanto la inmersión como el rociamiento son insuficientes.

El significado de cualquier ordenanza será el que Dios le quiera dar, puédase expresarse gráficamente o no, con el modo de utilizar el elemento.

Ejemplo: Sacramento (promesa y señal) es el arco iris. Su significado es: no mas diluvio sobre la tierra. Pero no se ve como tal idea puede expresarse gráficamente con el arco. El arco pues, tiene este significado, simplemente porque Dios se lo ha querido dar.
Pero también el significado de muerte y resurrección puede expresarse también por el rociamiento:

a) La muerte y resurrección espiritual no es otra cosa que la regeneración.

b) La regeneración es simbolizada por el derramamiento y la aspersión, nunca por la inmersión.

“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo.” (TITO 3:5.)

“A fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con
la palabra, para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta.”
(EFESIOS 5:26-27.)

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” (EZEQUIEL 36:25-27.)

c) Es mas, la regeneración, de no haber sido instituido el bautismo cristiano podría ser simbolizado hasta por la circuncisión:

“Jehovah tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.”
(DEUTERONOMIO 30:6.)

Pero la idea básica sobre las que todos los significados del bautismo descansan, es la de purificación:

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.” (EZEQUIEL 36:25.)

“Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.
Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él!” (JUAN 3:25-26.)

“El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, os salva, no por quitar las impurezas de la carne, sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios.” (1ª PEDRO 3:21.)

“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.” (HECHOS 22:16.)

“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo.” (TITO 3:5.)

“De otra manera, ¿no habrían dejado de ser ofrecidos? Porque los que ofrecen este culto, una vez purificados, ya no tendrían más conciencia de pecado.”
(HEBREOS 10:2.)

Y la purificación se expresa o simboliza en la Biblia por el rociamiento, nunca por la inmersión:

“Después rociará siete veces al que se purifica de la lepra y le declarará puro. Luego soltará el pájaro vivo en el campo abierto.” (LEVÍTICO 14:7.)

“Así harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación; luego haz que pasen la navaja sobre todo su cuerpo y que laven sus vestiduras. Así serán purificados.” (NUMEROS 8:7.)

“Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto, el cual Dios os ha ordenado.
Y roció también con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del servicio; pues según la ley casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (HEBREOS 9:19-22.)

“Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
(HEBREOS 10:22.)

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.” (EZEQUIEL 36:25.)

La Escritura no prescribe la inmersión como única forma valedera del bautismo:

La palabra “baptizo” empleada por Cristo, no significa necesariamente sumergir, sino purificar por medio de lavamiento o rociamiento.

No hay pues ni un solo caso, y en especial en el N.T, en que la inmersión sea absolutamente segura (única).

SUJETOS APROPIADOS AL BAUTISMO.

Los creyentes adultos que creen en la Palabra de Dios. Pero no solo los creyentes deben ser bautizados sino también sus hijos.

Nos oponemos totalmente al rebautismo. La razón primordial para bautizar a los niños es que Dios incluye a los tales con su pueblo.

La Iglesia Cristiana no es una institución totalmente nueva que aparece en el N.T. Sino que es la continuación del pueblo de Israel.

Aunque hay diferencias entre las iglesias de Israel y la Cristiana, estas diferencias son las mismas que existen en el hombre, que es el mismo en su niñez, en su juventud y en su vejez, aunque el aspecto y circunstancias hayan cambiado.

Los extremos del antipaidobautismo.

En su insistencia en la absoluta separación de lo viejo y lo nuevo, han llegado a negar que las Escrituras del A.T. Sean parte de nuestra fe, colocando su énfasis en media Biblia el N.T. En todas estas citas se habla literalmente del A.T. Ya que el Nuevo, cuando se dijeron, no estaba aun completado:

“Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las mismas obras que hago dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.” (JUAN 5:36.)

“Por esta causa, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haberlo logrado todo, quedar firmes. Permaneced, pues, firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados vuestros pies con la preparación para proclamar el evangelio de paz.
Y sobre todo, armaos con el escudo de la fe con que podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Tomad también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (EFESIOS 6:13-17.)

“Pero él respondió y dijo: --Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
(MATEO 4:4.)

“Entonces respondió Jesús y les dijo: --Erráis porque no conocéis las Escrituras, ni tampoco el poder de Dios.”
(MATEO 22:29.)

“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
(HEBREOS 4:12.)

“Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra
ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así.”
(HECHOS 17:11.)

“Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras tengamos esperanza.”
(ROMANOS 15:4.)

“Porque ya algunas se han extraviado en pos de Satanás. Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, cuídelas. No sea carga para la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que realmente son viudas.” (1ª TIMOTEO 5:15-16.)

Encuentran un antagonismo y no una complementación entre ambos testamentos.
Como resultado de creer en una Biblia partida creen en una Iglesia rota.

Veamos algunas consideraciones que establecen la UNIDAD DE LA IGLESIA EN
AMBOS TESTAMENTOS:

“Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos.”
(MIQUEAS 4:1.)

“Si la primicia es santa, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado entre ellas y has sido hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo, no te jactes contra las demás ramas.
Pero aunque te jactes en contra de ellas, no eres tú quien sustentas a la raíz, sino la raíz a ti.
Entonces dirás: “Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado.”
Está bien; por su incredulidad fueron desgajadas.
Pero tú por tu fe estás firme. No te ensoberbezcas, sino teme; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente para con los que cayeron; pero la bondad para contigo, si permaneces en su bondad. De otra manera, tú también serás cortado. Y ellos también, si no permanecen en incredulidad, serán injertados; porque Dios es poderoso para
injertarlos de nuevo.
Pues si tú fuiste cortado del olivo silvestre y contra la naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¡cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo! Hermanos, para que no seáis sabios en vuestro propio parecer, no quiero que ignoréis este misterio: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles.” (ROMANOS 11:16-25.)

“Digo, pues, que Cristo fue hecho ministro de la circuncisión a favor de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y para que las naciones glorifiquen a Dios por la misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, y cantaré a tu nombre.
Y otra vez dice: Alegraos, naciones, con su pueblo.
Y otra vez: Alabad al Señor, todas las naciones; y ensalzadle, pueblos todos. Y otra vez dice Isaías: Vendrá la raíz de Isaí, y el que se levantará para gobernar a las naciones; y las naciones esperarán en él.” (ROMANOS 15:8-12.)

“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por los de la llamada circuncisión que es hecha con mano en la carne.
Y acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad; y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz.
También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad.
Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca, ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.
Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.
En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor. En él también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
(EFESIOS 2:11-22.)

“A saber: que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartícipes de la promesa por medio del evangelio.”
(EFESIOS 3:6.)

“Y ya que sois de Cristo, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa.”
(GÁLATAS 3:29.)

LA IGLESIA CRISTIANA.

1º) La componían cristianos judíos (en el principio).

2º) Conservaban las Escrituras (A.T.) y apelaban o recurrían a ellas como fuente de autoridad.

3º) Habían recibido al Mesías prometido a la Iglesia judía (Israel).

4º) Reclamaban para si todas las promesas hechas a Sión (Israel), como herencia que les correspondía:

“Por lo tanto, sabed que los que se basan en la fe son hijos de Abraham.”
(GÁLATAS 3:7.)

5º) Todos los apóstoles eran judíos.

6º) Durante un tiempo solo hablaron la Palabra a los judíos:

“Entre tanto, los que habían sido esparcidos a causa de la tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban fueron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin comunicar la Palabra a nadie, excepto sólo a los judíos.” (HECHOS 11:19.)

7º) Fue por indicación Divina que abrieran la puerta a los gentiles, dándoles a conocer el evangelio o buena nueva que ya conocía Abrahán:

“Y la Escritura, habiendo previsto que por la fe Dios había de justificar a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo:

“En ti serán benditas todas las naciones.” (GÁLATAS 3:8.)

La identidad de la Iglesia en ambas dispensaciones es la razón principal de la inclusión en ella de los niños:

1º) El objeto de adoración y culto en ambos testamentos es el mismo: el Dios verdadero.

2º) Los que rinden este culto verdadero deben pertenecer a una misma Iglesia.

3º) El camino de la salvación es el mismo en ambos testamentos: Fe en Cristo.

“Por esto contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la Piedra del ángulo, escogida y preciosa. Y el que cree en él jamás será avergonzado.”
(1ª PEDRO 2:6.)

“Y la Escritura, habiendo previsto que por la fe Dios había de justificar a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: “En ti serán benditas todas las naciones.”
(GÁLATAS 3:8.) Leer Isaías capitulo 53.

4º) Las ceremonias y ritos del A.T. Simbolizaban a Cristo: los sacrificios
de los corderos.

“Abraham, vuestro padre, se regocijó de ver mi día. El lo vio y se gozó.”
(JUAN 8:56.)

“Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.”
(1ª CORINTIOS 10:4.)

5º) Los creyentes del A.T. Eran tan cristianos como nosotros, aunque no se les llamaba así.

6º) En ambas dispensaciones se depende por completo del E.S.

“Entonces me explicó diciendo: --Esta es la palabra de Jehovah para Zorobabel: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.”
(ZACARÍAS 4:6.)

La Iglesia en su constitución original incluía a la simiente de los justos (hijos), la cual goza todavía de este privilegio a no ser que se demuestre que está excluida.

¿Con que autoridad se les excluye ahora? Si en el A.T. Fueron contados dentro, ¿dijo algo el Señor o sus apóstoles para ahora dejarlos fuera?

Los anabaptistas piden de nosotros que les digamos donde dice en las Escrituras “Así dice el Señor” para que podamos admitir a los hijos de los creyentes en la Iglesia. Nosotros demandamos de ellos un testimonio igualmente explícito para su exclusión.

Un nuevo mandamiento para incluir a los niños no era necesaria, porque así se venía haciendo por orden divina desde Abrahán.

¿Dónde está la modificación de este mandato en el N.T.?

¿O donde la anulación de esta práctica?

Los anabaptistas dicen que no hay un caso explícito de bautismo de un niño en el N.T. Pero el silencio, aun admitiéndole, no lo excluye. Tampoco vemos un caso explícito de una mujer comulgando. Pero para admitirlas a la Santa Cena no se necesita un mandamiento en el N.T. Sino que tal mandato se necesita para rechazarlas.

El mandato que instituye la membresía de los niños en la Iglesia (400 años antes de Moisés) no ha sido abolido. La circuncisión es independiente de la ley ceremonial levítica por tanto cuando esta ley es abolida en el N.T. Su abolición no afecta a la circuncisión:

“Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre yo y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti.
Este será mi pacto entre yo y vosotros que guardaréis tú y tus descendientes después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado.” (GÉNESIS 17:7,10.)

COMPARAR CON:

“Esto, pues, digo: El pacto confirmado antes por Dios no lo abroga la ley, que vino 430 años después, para invalidar la promesa.” (GÁLATAS 3:17.)

Si Cristo o sus apóstoles habían de introducir un cambio tan importante como
excluir a la mitad de la membresía (niños) de la Iglesia, lo menos es esperar en el N.T. Una mención especifica de tal cambio.

¿Fue tal cambio producido? No porque:


a) No hubiera pasado inadvertido a amigos y enemigos.—Habría en la Biblia mención de ello.

b) Los judíos puntillosos en sus leyes tenían en alta estima su relación con
Abrahán (el Pacto). Hubieran notado el cambio, también los apóstoles que eran judíos. Los cristianos procedentes del judaísmo hubieran pedido explicación del porqué al hacerse cristianos, sus hijos perderían los privilegios que tenían en la Iglesia judía.

c) ¿Debían ahora los niños, perder su relación peculiar con Dios y su Iglesia, y ser colocados en igualdad de condición con los paganos y sus hijos?

d) Entonces, si todo tenía que continuar igual con respecto a los niños no es necesario que el N.T. De su mandato para admitirles, sino que simplemente haga alusiones circunstanciales del uso o costumbre en los días apostólicos de admitir a los niños que es lo que precisamente hallamos en el N.T.

El N.T. Confirma que los hijos de creyentes son miembros de la Iglesia.

“Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para todos cuantos el Señor nuestro Dios llame.” (HECHOS 2:39.)

Explicación: Es extraño que Pedro menciona al principio de su ministerio de relación pactal que tienen los niños con Dios y su Iglesia, si tal relación no fuera a continuar en la dispensación cristiana. Esta era la ocasión propicia para manifestar el cambio del status de los niños en la Iglesia, si es que tal cambio habría de tener lugar.

“Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera vuestros hijos serían impuros, pero ahora son santos.”
(1ª CORINTIOS 7:14.)

Explicación: ¿En que sentido, aparte de relación pactal, pueden ser santos los hijos de los creyentes? Este pasaje soluciona una dificultad práctica que surgió en la Iglesia primitiva cuando uno solo de los padres era cristiano.

En tal caso los hijos debían ser considerados también santos.

Tal dificultad no debió darse si, de todas maneras (aunque los dos padres fuesen creyentes), los hijos habrían de ser excluidos.

“Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.”
(LUCAS 18:16.)

Explicación: (Los niños aquí mencionados son de pecho “Brefos”, que significa niño de pecho. Si el Reino de los Cielos (o de Dios) que es la Iglesia invisible pertenece según dijo Cristo, a los niños del Pacto, ¿como podrán ser excluidos de la Iglesia visible?

Esta era también una ocasión propicia para anunciar el cambio (si es que había de haber cambio) de privar a los hijos de los creyentes de su privilegio del Pacto. Estas alusiones accidentales, a falta de otras que las contradigan, deben pesar para considerar que la posición de los niños en el Pacto, sigue siendo la misma.

La práctica de la Iglesia primitiva.

El N.T. Menciona el bautismo de las familias enteras de: Cornelio, Lidia, Estéfanos el carcelero de Filipos, y habla de Crispo, Onesiforo, Aristóbulo y Narciso, como de familias de creyentes, y por tanto bautizadas.

Es difícil pensar que no hubiera niños, pero si los había, fueron bautizados.

“Como ella y su familia fueron bautizadas, nos rogó diciendo: “Ya que habéis juzgado que soy fiel al Señor, entrad en mi casa y quedaos.” Y nos obligó a hacerlo.” (HECHOS 16:15.)

La descripción de Hechos 16:15 (el bautismo de Lidia) parece indicar una costumbre prevaleciente en tiempos apostólicos, como si el bautismo de la familia fuera tan natural como el del cabeza de la casa.

Esta costumbre, también se predicaba en la época del A.T. (Cuando un gentil se convertía al judaísmo eran circuncidados él y sus hijos), y constituye la base de estos bautismos familiares.

Objeciones al Bautismo infantil.

1º) Los anabaptistas niegan el bautismo a los niños basándose en que para bautizarse hay que creer y arrepentirse. Condiciones impuestas por la Biblia que un niño no puede reunir.

Pero estas condiciones no solo se exigen para el bautismo sino también para la salvación:

“Testificando a los judíos y a los griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesús.” (HECHOS 20:21.)

“Os digo que no; más bien, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (LUCAS 13:3.)

“El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
(JUAN 3:18.)

Estas condiciones, preguntamos, ¿Excluyen a los niños de la salvación? ¡No! Porque son condiciones exigidas a los adultos.

Así el arrepentimiento y la fe son también condiciones para el bautismo exigidas a los adultos; no para el bautismo de niños.

Las condiciones del bautismo (como para la salvación) varían según se trate de adultos o de niños: a los adultos se les exige arrepentimiento y fe; a los niños pertenecer al Pacto.
Es un absurdo aplicar a los niños textos referidos a los adultos. “ El que no trabaje que no coma.” ¿Debe privarse a los niños el alimento?

“Aún estando con vosotros os amonestábamos así: que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”
(2ª TESALONICENSES 3:10.)

En el A.T. Se exigía a los adultos fe y sumisión a Dios para entrar en el Pacto. Aunque sus hijos eran incapaces de realizar tales actos, eran igualmente recibidos por la autoridad del Pacto y reciben también su sello (la circuncisión). ¿Porqué no hemos ahora de actuar del mismo modo, no existiendo en el N.T. Nada que abrogue tal práctica?

2º) Los anabaptistas objetan: ¿Que bien puede reportar a los niños el bautismo?

Respondemos: ¿Y que bien les reportaba la circuncisión? No debemos acusar a Dios de instituir ceremonias inútiles.

Nuestra incapacidad para descubrir la utilidad de la ordenanza no prueba que esté desprovista de valor.

Las ordenanzas son siempre medio de bendición.

3º) Los anabaptistas argumentan pretendiendo que el bautismo se aplique a los niños, varones, como ocurría con la circuncisión.

Respondemos:

Las hembras, aunque por su imposibilidad física no eran circuncidadas, participaban sin embargo de la circuncisión del varón. Por esto llama la Escritura a todo Israel “pueblo circunciso, circuncisión, etc...” Término que se aplica a la totalidad (no a la mitad: los varones) del pueblo de Dios. La Escritura considera así a la mujer como circuncidada.
El sello del Pacto podía haber consistido en alguna marca etc... en cualquier parte del cuerpo y así las hembras hubieran participado de esta señal, materialmente hablando. Pero se hacia en el miembro procreador para enseñar la realidad del Pacto y su proyección de generación en generación.

Otra objeción anabaptista es exigir que la “circuncisión cristiana” (el bautismo) tendría que practicarse en el octavo día. Esto se deriva de: Tal exigencia, en el A.T. Se dio en atención a la propia vida del niño, pero además tenía el siguiente significado: el octavo día equivale al primero de la siguiente semana al nacimiento. Siendo así un símbolo del domingo.

Así como el bautismo está relacionado con la resurrección de su Hijo que habría de tener lugar en domingo.

Eran circuncidados al octavo día: o sea en Cristo y su resurrección, igual que hoy es bautizado.

Después que Cristo resucitara en el octavo día, cualquier día en que se bautice a una persona, equivale a hacerlo en el octavo día, en la resurrección del Señor.

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Re: ¡Bautizate, bebe!

Cuando acabes con eso, te lees esto, que es la doctrina luterana (solaescriturista por tanto), sobre el bautismo:


Fuente:
Una página de teología luterana en español
http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/


1ª Parte
¿Qué es el bautismo?
http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/baut1.htm

LA CUARTA PARTE PRINCIPAL - EL BAUTISMO

El título


Introducción: En la tercera parte principal aprendimos que debemos invocar a Dios como los queridos hijos claman a su querido padre. Los cristianos podemos invocar a Dios como sus hijos, porque realmente lo somos. Ya en nuestro santo bautismo Dios nos ha recibido como tales. Ahora, en la cuarta parte principal de nuestro catecismo, hablamos más del santo bautismo, y también esta parte tiene un título: “El Sacramento del Santo Bautismo como el jefe de la familia debe enseñarlo sencillamente en su casa.” Aquí al bautismo se le llama un sacramento. Antes de tratar lo que nuestro catecismo enseña acerca del bautismo de acuerdo con la Escritura, será bueno que aclaremos qué es un sacramento, especialmente en vista de que el bautismo no es el único sacramento que Dios nos ha dado. Pregunta 232.

1. Seguramente ya han visto cómo se celebra un sacramento, por ejemplo, el santo bautismo. En él se derrama agua sobre la cabeza de un niño en el nombre de Dios. Algo le sucede al niño en el bautismo. Se da el bautismo al niño. También se administra la Santa Cena a los que acuden a ella. Decimos que un sacramento es un acto. — Pero no a todos los actos que cumple un pastor en la iglesia se les llama sacramentos. El Señor Jesucristo nos ha mandado bautizar. El ha instituido también su Santa Cena. Jesucristo, nuestro Salvador, es verdadero Dios. Así los sacramentos son actos que Dios mismo ha instituido u ordenado, por lo cual los llamamos actos sagrados. Un sacramento es un acto sagrado, ordenado por Dios. Solamente él puede instituir un sacramento. Ningún hombre, ni el Papa lo puede hacer. La misma iglesia de Cristo no tiene ningún derecho de hacerlo. En la iglesia tenemos también muchos otros actos sagrados, por ejemplo la confesión, la confirmación y cosas semejantes, pero como éstos son ordenados e instituidos por la iglesia, no son sacramentos. — Vemos también otros detalles acerca de los sacramentos. Ustedes saben que usamos agua en el bautismo; y en la Santa Cena, pan y vino. Agua, pan y vino son cosas terrenales, medios externos por los cuales Dios obra en nosotros. Nosotros los cristianos no hemos elegido estos medios en los sacramentos, sino Dios nos ha indicado mediante una palabra clara que éstos son los medios por los cuales él quiere obrar. También los designamos elementos. Un sacramento, entonces, es un acto sagrado en que hay ciertos medios o elementos externos. — Se usa agua cuando se bautiza a un niño, pero no sólo se esparce agua sobre la cabeza del niño, sino también se usan las palabras de Dios. También en la Santa Cena se usan ciertas palabras de Dios. Los medios externos son unidos a la palabra de Dios en el sacramento. Éstas son las tres cosas que hacen un sacramento: El mandato y la institución de Dios, los medios o elementos externos y la palabra de Dios unida con ellos. Si una de las tres cosas falta, el acto no es un sacramento.


2. Hemos visto en qué consiste la esencia de un sacramento. ¿Pero cuál es su propósito o beneficio? ¿Por qué ha instituido Dios los sacramentos? Los medios externos en el sacramento se unen con la palabra de Dios, la cual no está vacía ni impotente, sino es el poder de Dios. (Romanos 1:16.) El Espíritu Santo obra en los hombres por medio de la palabra de Dios. La palabra de Dios, el evangelio, entonces, es un medio de gracia, por medio del cual el Espíritu Santo nos distribuye la gracia de Dios. Esta palabra también está en los sacramentos, que también están incluidos en los medios de gracia por los cuales el Espíritu Santo nos distribuye la gracia de Dios. A través de su palabra Dios ha puesto en los sacramentos gloriosos beneficios, todos los beneficios que están también en la palabra de Dios. El que cree en las palabras de Dios tiene el perdón de los pecados, la vida y la salvación. Estos beneficios Dios también los ha puesto en los sacramentos. Cristo ha ganado el perdón de los pecados, la vida y la salvación mediante su sufrimiento y muerte. Todos los beneficios de gracia que Cristo ha ganado para nosotros están en los sacramentos.


Dios hace algo con estos beneficios de gracia, que mediante su palabra él ha puesto en los sacramentos. Cuando usamos los sacramentos, Dios nos ofrece a todos los que los usamos tales beneficios de gracia. Los sacramentos son comparables a las manos de Dios con las cuales nos ofrece el perdón de los pecados, la vida y la salvación. — En la predicación de la palabra divina estos bienes se distribuyen en forma general. En los sacramentos Dios trata con cada persona que recibe el sacramento en particular, aplicando individualmente los beneficios de gracia. Dice a cada uno que participa: también tú tienes el perdón de los pecados. — Cuando, por ejemplo, el gobernador de algún estado tiene misericordia de algún criminal, escribe un mensaje que proclama la misericordia dando testimonio de que a este hombre se le ha otorgado la libertad. Estampa el sello del estado en esta proclamación. Este sello es una señal externa para dar seguridad y confianza a la proclamación. Dios tuvo misericordia de nosotros los pecadores, quitó el castigo que merecimos y nos perdonó todas nuestras deudas. Dios publicó una proclamación donde nos asegura que nos libró de la culpa y del castigo, su palabra. Dios ahora también ha estampado un sello a esta palabra, los sacramentos, para que nosotros creamos tanto más firmemente en su palabra. En los sacramentos hay señales externas que al recibir el sacramento nos aseguran individualmente que tenemos el perdón de los pecados, la vida y la salvación. Los sacramentos sellan para nosotros la gracia de Dios que Cristo ganó. Vemos que Dios es extraordinariamente misericordioso, tanto quiere impresionarnos con el hecho de que nuestros pecados han sido perdonados, para fortalecer nuestra débil fe.


Un sacramento es: un acto sagrado ordenado por Dios en que él, por medio de algunos medios externos unidos con su palabra, ofrece y comunica a los hombres y sella en ellos la gracia adquirida por los méritos de Cristo.


3. Dios ha establecido dos sacramentos de este tipo en el Nuevo Testamento, el bautismo y la Santa Cena. Ya en el tiempo del Antiguo Testamento había dos sacramentos, la circuncisión y el cordero pascual. Aparte de los dos mencionados no hay ningún sacramento en el Nuevo Testamento. La iglesia romana, sin embargo, cuenta siete sacramentos. Ellos incluyen también la confirmación, la confesión, el matrimonio, la ordenación y la extrema unción entre los sacramentos. Pero en todos estos actos falta una u otra de las partes esenciales de un sacramento. Podemos reconocer solamente dos sacramentos, el bautismo y la santa cena.



“¿Qué es el bautismo?”

Introducción: En la iglesia del Nuevo Testamento hay solamente dos sacramentos. La cuarta parte principal trata del primer sacramento de la iglesia cristiana, del santo bautismo. Nuestro catecismo nos presenta cuatro preguntas acerca de lo que la sagrada Escritura enseña del bautismo, las respuestas a las cuales son demostradas por la palabra de Dios. La primera pregunta trata de la esencia del bautismo. Preguntamos: “¿Qué es el bautismo?”

1. Nuestro catecismo nos dice en primer lugar qué cosa no es el bautismo. Dice: “El bautismo no es simple agua solamente.” “No es simple agua” significa: agua común, natural. No es agua solamente, como otra agua. Así parece según nuestra razón. No vemos otra cosa, sino que al niño se le esparce con un poco de agua sobre la cabeza y al mismo tiempo se pronuncian unas pocas palabras. Parece un acto sin mucha importancia. Los incrédulos se ríen y se burlan del santo bautismo. De hecho, hay también muchas iglesias heterodoxas que consideran el bautismo como algo que no tiene mucho valor, que no es gran cosa. Pero no es así. No es solamente agua, sino algo mucho más sublime. “Sino que es agua comprendida en el mandato divino y ligada con la palabra de Dios.” Hay dos cosas en el bautismo que hacen esta agua especial: El mandato de Dios y la palabra de Dios.

2. El bautismo es agua comprendida en el mandato de Dios. Luego el bautismo es agua, agua natural, terrenal. Éste es el elemento externo que debemos usar en el bautismo. No podemos usar otra cosa en lugar del agua. Si no tenemos agua, no podemos bautizar. — Pero esta agua en el bautismo está comprendida en el mandato de Dios, quien nos ha mandado bautizar con agua. El bautismo es una ordenanza divina. Dios mismo lo ha instituido. Y lo que Dios ordena es digno y justo. Puesto que Dios ha establecido el bautismo, es algo grande y glorioso, más glorioso que cualquier culto a Dios que inventen los hombres. El mandato de bautizar lo ordenó Dios en Mateo 28:18-20. Vamos a ver en más detalle estas palabras.

a. Vemos en base a estas palabras quién instituyó el santo bautismo. Pregunta 236. Vemos que el Señor Jesucristo pronunció a sus discípulos las palabras que leemos en Mateo 28:18-20 poco antes de su ascensión. Allí dio a sus discípulos el mandato de bautizar a todas las naciones. El bautismo lo instituyó Cristo, nuestro Salvador. ¿Y quién es Cristo? A sus discípulos declaró que le fue dado todo poder en el cielo y en la tierra, de modo que él es el Dios todopoderoso, que tiene el poder de dar a los hombres tal mandato. También puede llevar a cabo lo que aquí promete. Cristo es quien instituyó el bautismo, de modo que Dios mismo es el que instituyó el santo bautismo. — Es cierto que muchas personas fueron bautizadas ya antes de la ascensión de Cristo; Juan el Bautista primero bautizaba, Lucas 3:2-3. Pero Juan tampoco bautizó por su propia decisión: al contrario, él expresamente da testimonio de que Dios lo ordenó hacerlo, Juan 1:33. También Juan bautizó por mandato de Dios. Así el bautismo fue instituido por Dios; es una ordenanza divina.

b. También aprendemos de las palabras de institución a quiénes entregó Cristo el bautismo. Pregunta 237.

Cristo habló estas palabras a sus discípulos. Mateo 28:18-20. Los discípulos de Cristo son todos los cristianos creyentes. A ellos en su totalidad los llamamos la iglesia, como hemos aprendido en el tercer artículo. Cristo ha mandado a su iglesia bautizar. Todos los cristianos creyentes tienen el derecho y el poder de bautizar. — Pero de esto no se concluye que ahora todos los cristianos sin más deben utilizar este derecho y bautizar ellos mismos. Así habría mucho desorden en la iglesia. Veamos 1 Corintios 4:1. Allí el apóstol Pablo habla de él mismo y de los demás apóstoles. Lo mismo hacen ahora los predicadores del evangelio. Son siervos de Cristo y mayordomos de los misterios de Dios. El mayordomo es un administrador, que administra los bienes de otro. Así los predicadores son mayordomos, que deben administrar los misterios de Dios. Éstos son el evangelio y los sacramentos. Los predicadores, entonces, no son señores sobre los sacramentos, sobre el bautismo. Cristo los ha dado a su iglesia. Pero los ministros de Cristo deben administrarlos en el nombre de Cristo y de la iglesia. Para eso la iglesia llama a sus predicadores. Para que todo se haga con buen orden, solamente deben bautizar los que son llamados por la iglesia. — Pero puede haber también casos de emergencia. Puede suceder que un niño esté muy enfermo y en peligro de morirse y tal vez no sea posible encontrar a un ministro de Cristo. Puede haber un caso en que el niño esté en peligro inmediato de morir sin haber recibido el santo bautismo. En tales casos urgentes cualquier cristiano puede y debe bautizar. A tal bautismo se le llama bautismo de emergencia. (Especialmente en la instrucción catequística sería bueno mostrar cómo un cristiano puede administrar el bautismo de emergencia, y mostrar dónde encontrar en el himnario la liturgia apropiada.) El bautismo de emergencia es un verdadero bautismo. Todo cristiano tiene el poder de bautizar; no se debe repetir el bautismo de emergencia si el niño sobrevive, pero debe haber testimonio público de ello en la iglesia.

c. El Señor manda que sus discípulos bauticen. ¿Qué significa la palabra bautizar? Pregunta 238. Aprendemos la respuesta en Marcos 7:4. La palabra “lavar”, que está aquí, es la misma palabra que en el mandato de bautizar significa bautizar. Bautizar luego significa lavar, lavar con agua. Por eso dice Hechos 22:16: “Bautízate y lava tus pecados.” Con la palabra bautizar Cristo también nos indica el elemento externo que debemos usar en el bautismo. El agua es el elemento que Dios ordenó para el bautismo. — ¿Cómo debe ser aplicada el agua? Hay sectas, como por ejemplo los bautistas, que enseñan que solamente es un bautismo correcto cuando a la persona bautizada se le sumerge en el agua. Ahora bien, un bautismo es válido cuando se hace en esta forma. Pero la palabra bautizar no se limita a sumergir en agua. Hemos visto que sencillamente es lavar con agua, como se lavan las mesas. También cuando se esparce agua sobre la cabeza de un niño, como se hace en nuestra iglesia, es un bautismo válido. Juan el Bautista una vez profetizó que Dios bautizaría a sus discípulos con el Espíritu Santo. Mateo 3:11. La profecía se cumplió cuando el Señor derramó su Espíritu Santo sobre los apóstoles en Pentecostés. El bautismo puede ser por aspersión, rociar o derramar agua sobre la cabeza de la persona. Dios no ha prescrito aquí ninguna forma en especial. Bautizar significa lavar con agua, esparcir, derramar o sumergir en agua.

d. El Señor también nos indica en su mandato a quiénes debemos bautizar. Pregunta 239, 240. El Señor nos ha mandado bautizar a todas las naciones, o sea, a toda la gente. Seguramente esto no quiere decir que debemos enviar a personas para derramar agua sobre todos aquellos que todavía no han sido bautizados en el nombre de Dios y así bautizarlos. Eso no sería un verdadero bautizo. El Señor Jesucristo ha dado el mandato a su iglesia de predicar el evangelio de Cristo y luego agrega: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Marcos 16:15,16. Debemos proclamar el evangelio a los paganos en primer lugar, tenemos que instruirlos en la fe cristiana. Y todos los que confiesan que creen en Cristo y desean el bautismo deben ser bautizados en el nombre del Señor. — Dentro de la iglesia cristiana no bautizamos solamente a los adultos, sino también a todos los niños de los cristianos que sus padres llevan al bautismo. Trataremos en particular más tarde el hecho de que tenemos el derecho y el deber de hacerlo.


3. Nuestro catecismo nos dice acerca del bautismo que no solamente es el agua comprendida en el mandato de Dios, sino también que está “ligada con la palabra de Dios.” Y esta palabra de Dios que está ligada al agua del bautismo se indica en las palabras de institución, que pronunció el Señor, de que debemos bautizar “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.” Ésta es la palabra de Dios que tiene que llegar al agua, para que sea un bautismo, un sacramento. ¿Qué quieren decir estas palabras? Pregunta 238.

a. Cuando alguien hace algo en nombre de otro, lo hace por mandato y encargo de aquella persona. Bautizar en el nombre del Dios trino, luego, significa en primer lugar bautizar por el mandato de Dios, por encargo de él. Cuando Pedro sanó a aquel cojo en la puerta del templo en el nombre de Cristo (Hechos 3:6), realmente no lo hizo él, sino Cristo realizó este milagro por medio de él. Cuando bautizamos en el nombre de Dios, realmente no lo hacemos nosotros, sino Dios lo realiza por medio de nosotros. Por eso cuando el Señor dio a sus discípulos el mandato de bautizar, agregó que él estaría con los suyos hasta el fin del mundo. Mateo 28:18-20. (“Ser bautizado en nombre de Dios significa ser bautizado por Dios mismo y no por hombres. Por lo tanto, aún cuando el bautismo se realice por personas se trata, en realidad, de una obra de Dios mismo. Y de aquí puede deducir cada cual que tal obra supera en mucho a cualquiera llevada a cabo por hombres o por santos.” Catecismo Mayor, Bautismo #10.) Y aquí se demuestra otra vez lo sublime y glorioso que es nuestro bautismo, una obra que el Dios trino mismo hace a nosotros.

b. Sin embargo, estas palabras tienen un sentido aún más profundo. Ser bautizado en el nombre de Dios significa realmente sumergirse en el nombre de Dios. El nombre de Dios significa, como ya hemos visto en el segundo mandamiento, Dios mismo como él se revela a nosotros. Ser bautizado en su nombre es entrar en comunión con Dios. Bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo según el mandato de Cristo significa ser recibido por medio del bautismo en la comunión del Dios trino. — Somos recibidos en la comunión del Dios Trino por medio del bautismo. El nombre de Dios es Dios como él se ha revelado a nosotros. No somos recibidos en la esencia de Dios por medio del bautismo, no llegamos a ser Dios, sino somos recibidos en la comunión de él, tal como se ha revelado a nosotros. En el bautismo recibimos participación en todo lo que el Dios trino ha hecho por nosotros. Recibimos participación en el amor de Dios Padre, quien ha enviado a su Hijo por nosotros; en la gracia de Dios Hijo y en todo su mérito; en comunión con el Espíritu Santo que nos santifica con sus dones. Así en el bautismo llegamos a pertenecerle a Dios.

CONCLUSIÓN: Así vemos que el santo bautismo es realmente un sacramento. En él encontramos las tres cosas que hacen un sacramento. Aquí tenemos el mandato de Dios. El bautismo es un acto sagrado ordenado por Dios. Aquí tenemos un medio externo ordenado por Dios, el agua. Este elemento finalmente se une con una palabra de Dios en particular.

continua....
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

2ª Parte. Qué dones o beneficios confiere el Bautismo

http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/baut2.htm

El bautismo de los niños

Introducción: Ya hemos indicado que nuestra iglesia bautiza a los niños cuando sus padres o los que tienen autoridad sobre ellos los traen para bautizarlos. Los que se llaman bautistas y otras sectas similares rechazan el bautismo de los niños. Dicen que bautizarlos no es correcto, que es contra la palabra de Dios. Solamente los adultos, los que antes fueron instruidos en la palabra de Dios y han confesado su fe en Cristo, deben ser bautizados. Así bautizan a los que se unan a su comunión aún cuando hayan sido bautizados cuando eran niños. Y ustedes seguramente encontrarán a tales personas. Por eso deben saber qué pueden contestarles para que no causen dudas acerca de su bautismo. Otra vez hablaremos especialmente del bautismo de los niños y veremos que está bien fundado en la palabra de Dios. Pregunta 241, 241.



1. Cuando tenemos que decidir la pregunta a quién debemos bautizar y a quién no, sobre todo debemos ver las palabras de institución, el mandato de Cristo de bautizar, Mateo 28:18-20. Allí el Señor nos manda bautizar a todas las naciones, que son toda la gente, jóvenes y adultos. Cuando el Señor Jesucristo manda que debemos bautizar a todas las naciones, ciertamente no excluye a los niños, más bien los incluye, porque también ellos pertenecen a “todas las naciones.” Es cierto que no leemos en la Sagrada Escritura con palabras explícitas que los apóstoles bautizaron a niños, pero sí se nos dice que bautizaron a familias enteras, por ejemplo Lidia y su casa, Hechos 16:15, el Carcelero de Filipos y todos los suyos, Hechos 16:33. Seguramente en esas familias también había niños pequeños.



2. La prueba principal de que también los niños pequeños deben ser bautizados la tenemos en Marcos 10:13-15. Cristo quiere que los niños vengan a él, que se los traigan. Él dice que de ellos es el reino de Dios. Nuestros niños no pueden entrar en el reino de Dios así como son por naturaleza. Nuestro Salvador dice explícitamente que solamente aquellos que nacen de agua y del Espíritu pueden entrar en el reino de Dios. Porque lo que es nacido de carne, carne es, y la carne no puede heredar el reino de Dios. Juan 3:5,6. Nuestros niños son niños nacidos de carne. Si deben entrar en el reino de Dios, tienen que nacer de nuevo. Estos niños son engendrados por Dios, por agua y el Espíritu, por medio del santo bautismo. Y el Espíritu Santo viene a ellos y los hace hijos de Dios. El santo bautismo luego es el medio por el cual llevamos a nuestros niños a Jesús, por medio del cual son recibidos por él en el reino de los cielos, que el Señor les ha prometido. Sí, no hay duda de que es la voluntad de Dios que bauticemos a nuestros niños.



3. Los que se oponen al bautismo de los niños, sin embargo, generalmente aducen esto: ¿Qué provecho pueden recibir los niños del bautismo? Los niños no saben lo que les sucede y tampoco pueden creer. Y sin fe su bautismo no los puede ayudar. Es cierto que la fe tiene que agregarse al bautismo para que tenga un efecto saludable. Confesamos en nuestro catecismo que el bautismo da cosas grandes y gloriosas “a todos los que creen”. Si nuestros niños no pudieran creer, ciertamente el bautismo no les aprovecharía nada. Pero ellos pueden creer, y realmente lo hacen. Dios mismo lo dice en Mateo 18:6. En el bautismo Dios el Espíritu Santo obra en ellos la fe, y así el bautismo les es provechoso, reciben su plena bendición. Por lo tanto, nosotros nos quedamos con nuestro bautismo de los niños, no importa lo que digan las sectas contrariándolo. Es conforme a la palabra de Dios, el cual ha dado glorioso testimonio de ello, y por medio de ello ha guardado su cristiandad.



4. Todavía debemos tratar brevemente acerca de una costumbre que se encuentra en el bautismo de nuestros niños. Han visto frecuentemente cómo bautizamos a los niños. Allí hay gente que contesta en lugar del niño. Hablan por él, es decir, ya que él mismo no puede hacerlo, renuncia por medio de ellos al diablo y confiesa su fe en el Dios Trino. A esas personas las llamamos padrinos. ¿Por qué tenemos padrinos para nuestros niños en el bautismo? La palabra de Dios no nos dice nada acerca de padrinos para el bautismo, pero la iglesia cristiana ha instituido esta costumbre por razones poderosas. Ya hemos oído una razón por la que tenemos padrinos para nuestros niños en el bautismo. Deben contestar en lugar del niño las preguntas que el pastor hace al niño. — Otra razón: El bautismo es importante para un cristiano durante toda su vida, ya que debe consolarlo en la tribulación causada por sus pecados hasta la muerte. El cristiano luego debe estar muy seguro que ha sido debidamente bautizado y nuestro niños no recuerdan su bautismo. Así los padrinos después deben asegurarles que han sido debidamente bautizados según el mandato y la institución de Dios. La palabra de Dios dice que todo asunto, especialmente un asunto importante, debe ser confirmado por testimonio de dos o tres. Mateo 18:16. — Otra razón. Nuestros niños son bautizados, pero también se les debe enseñar a guardar todo lo que el Señor nos ha mandado. (Mateo 28:20.) Y los padrinos deben ayudar con eso. Especialmente en el caso de que sus padres mueran, deben cuidar de la instrucción cristiana de los niños. — Al bautizar a nuestros niños también intercedemos por ellos. Los padrinos también deben orar por los niños. La cuestión de a quiénes debemos escoger para ser padrinos de nuestros niños no es asunto de indiferencia. No debemos ver tanto el parentesco, como tantos lo hacen, sino sobre todo debemos cuidar de escoger a personas que cumplirán diligentemente sus deberes como padrinos. Debemos escoger como padrinos para nuestros niños a personas cristianas, creyentes, serias, y que compartan con nosotros la misma fe.



“¿Qué dones o beneficios confiere el bautismo?”



Introducción: Hemos aprendido qué cosa es el santo bautismo, que no es simple agua solamente, sino agua comprendida “en el mandato divino y ligada con la palabra de Dios.” Es un acto que Dios mismo ha ordenado e instituido y en que él hace que su palabra llegue al agua. Eso hace del bautismo algo grande y glorioso, y de gran bendición y provecho para él que lo recibe. Nuestro catecismo sigue describiendo este beneficio y bendición al contestar la pregunta: “¿Qué dones o beneficios confiere el bautismo?” Da una respuesta doble, o sea, en qué consiste el beneficio del bautismo, y luego, quién lo recibe, para finalmente demostrar que enseñamos eso en conformidad con las palabras y promesas de Dios.



1. Nuestro catecismo en primer lugar nos dice en qué consiste el beneficio del bautismo. Preguntas 243, 244.



Nuestro catecismo habla de tres beneficios del bautismo; nos dice que confiere la remisión de los pecados, que redime de la muerte y del diablo, y que da la salvación eterna. Presenta estos beneficios de acuerdo a las palabras y promesas de Dios: “como dicen las palabras y promesas de Dios”. A la segunda pregunta: “¿Qué palabras y promesas son éstas?” el catecismo aduce el pasaje Marcos 16:16. Allí Dios mismo nos indica el beneficio del bautismo. El que es bautizado será salvo. El beneficio que el bautismo nos da es la salvación. ¿Pero cómo? ¿No nos dice más nuestro catecismo? También presenta el perdón de los pecados, la redención de la muerte y del diablo como beneficios del bautismo. ¿No nos dice aquí nuestro catecismo más que la palabra de Dios, o al menos más de lo que dice esta promesa? De ninguna manera. El que se salva, primero tiene que tener el perdón de los pecados. También es liberado de la muerte y del poder del diablo. Si el bautismo nos salva, también obra el perdón de los pecados y libra de la muerte y del diablo. (“En segundo lugar, ya que sabemos lo que es el bautismo y cómo ha de ser considerado, debemos aprender por qué y para qué ha sido instituido, esto es, para qué sirve, qué da y qué realiza. Esto no se puede captar mejor que en las palabras de Cristo citadas antes: El que creyere y fuere bautizado será salvo, Marcos 16:16. Aquí debes comprender de la manera más sencilla que la fuerza, obra, beneficio, fruto y fin del bautismo consisten en hacernos salvos. En efecto, cuando se bautiza a alguien no es para que se haga un príncipe, sino, según las palabras, para que sea salvo. Y se sabe bien que ser salvo no significa otra cosa, sino únicamente ser librado del pecado, de la muerte y del demonio; entrar en el reino de Cristo y vivir con él eternamente.” Catecismo Mayor, Bautismo, #23-25.) El bautismo luego obra el perdón de los pecados, libra de la muerte y del diablo y nos da la eterna salvación. En el segundo artículo confesamos que Jesucristo nos ha redimido, nos ha librado y rescatado de todos los pecados, de la muerte y del poder del diablo. Cristo ha obtenido para nosotros todos estos beneficios mediante su vida, sufrimiento y muerte. Pero para que nos sean provechosos estos grandes beneficios que Cristo ha obtenido para nosotros, tienen que llegar a ser nuestros. Con este fin Cristo ha colocado todo su gran tesoro, el perdón de los pecados, la vida y la salvación, en el bautismo, como uno guarda joyas y piedras preciosas en un cofre. Cuando somos bautizados, recibimos estos bienes que Cristo ha obtenido para nosotros. El Espíritu Santo los hace nuestros. El bautismo es la mano de Dios por medio de la cual Dios nos ofrece y da estas cosas maravillosas. Así el bautismo es el medio por el cual el Espíritu Santo hace nuestras todas estas bendiciones. El bautismo luego es también un medio de gracia, por el cual el Espíritu Santo nos hace participar de los beneficios de su gracia. 1 Corintios 6:11.



Vemos luego más de cerca los beneficios del bautismo así como nuestro Catecismo Menor los presenta.



a. En primer lugar dice que el bautismo obra el perdón de los pecados, y este hecho se comprueba en la promesa general. Marcos 16:16. La Sagrada Escritura, sin embargo, también nos lo dice explícitamente. Así en Hechos 2:38 el apóstol les manda a los judíos que deben bautizarse para que tengan el perdón de sus pecados." Luego el bautismo tiene que obrar esto. También el pasaje de 1 Pedro 3:20 nos dice lo mismo. Allí al bautismo se le llama: “aspiración de una buena conciencia hacia Dios.” Por medio del bautismo recibimos una buena conciencia delante de Dios. Pero esto solamente es posible si somos librados de la culpa del pecado, si tenemos el perdón de los pecados. Si el bautismo nos da una buena conciencia, entonces nos da el perdón de los pecados.



¿Pero cómo obra el bautismo el perdón de los pecados? Lo aprendemos en el pasaje de Gálatas 3:26,27. En el bautismo nos hemos revestido de Cristo, así como se pone uno la ropa. Si somos bautizados, Cristo ya es nuestro con todo lo que él ha merecido y ganado para nosotros. En el bautismo se nos da Cristo con todo su mérito. Pero Cristo principalmente ha obtenido para nosotros el perdón de los pecados. Así el bautismo obra el perdón de los pecados cuando nos da y hace nuestro el mérito de Cristo.



b. Nuestro catecismo sigue diciéndonos que el bautismo nos redime de la muerte y del diablo. Esto es consecuencia de lo anterior. No puede ser de otra manera. La muerte entró en el mundo a causa del pecado. Es la paga del pecado. Si el bautismo obra el perdón de los pecados y quita el pecado, quita también el castigo del pecado y redime de la muerte. — Distinguimos entre la muerte eterna y la temporal. La muerte eterna es la eterna condenación. Si el cristiano ya no tiene pecado, si se le quitan sus pecados mediante el bautismo, tampoco tiene que temer más ninguna condenación. De esto modo también la muerte temporal pierde su dolor. Es cierto que también los cristianos bautizados todavía mueren. Pero para ellos la muerte ha perdido su terror. El aguijón de ésta, lo que hace la muerte horrible y temible, es el pecado. El que todavía no tiene el perdón de los pecados tiene que temer la terrible condenación de la muerte eterna después de la muerte temporal. Los cristianos ahora hemos recibido por medio del bautismo el perdón de los pecados. Así la muerte ha perdido su aguijón. La muerte temporal para los cristianos es la entrada a la vida eterna. Pueden jactarse con el apóstol de que la muerte es sorbida en la victoria de Cristo, 1 Corintios 15:55-57.



Si el bautismo obra el perdón de los pecados, luego libra también del diablo. El diablo tentó a los primeros hombres al pecado; él los engañó. Pecaron, y así se sometieron al poder y a la autoridad de Satanás. Por medio del pecado, el diablo recibió poder y autoridad sobre los humanos, fuimos echados en el reino y bajo la autoridad del príncipe de las tinieblas. Mientras el pecado nos dominaba, permanecíamos en este reino. Ahora que el bautismo nos ha quitado nuestros pecados, y somos librados del poder del diablo. Por medio del bautismo Dios nos salvó de la autoridad de las tinieblas, nos libró de la potestad de las tinieblas, o sea, del reino de Satanás, y nos trasladó al reino de su amado Hijo, Colosenses 1:12-14. En Cristo tenemos el perdón de los pecados. Se hace nuestro este perdón que Cristo mereció para nosotros en el bautismo. Así en el bautismo también tenemos liberación del diablo. — Es cierto que el diablo también después del bautismo todavía tiene un poco de tiempo para tratar de hacer caer a los cristianos. Pero no los puede retener ya en su poder si ellos permanecen en su bautismo. En el poder de su bautismo ellos se guardan contra el diablo y sus tentaciones y más y más obtienen la victoria.



c. Finalmente nos dice nuestro catecismo que el bautismo también da la eterna salvación. El Señor dice clara e inequívocamente en su promesa que así sucede. Marcos 16:16. También Pedro dice explícitamente que el agua bautismal nos salva. 1 Pedro 3:20-21. El catecismo dice que el bautismo nos da la salvación. Y lo hace ahora, no solamente en la vida eterna. Por medio del bautismo ya tenemos la bienaventuranza en esperanza; allí la gozaremos en su perfección con todos sus beneficios. La bendición del bautismo así alcanza hasta el cielo.



Aquí vemos otra vez qué acto tan grande y glorioso es el bautismo, que nos trae tan preciosos beneficios. Frente a éstos ningún bien de esta tierra puede compararse.



2. Pero nuestro catecismo todavía nos muestra quiénes reciben estos dones y beneficios. Preguntas 245, 246.



a. ¿Quiénes son las personas que reciben los beneficios del santo bautismo? El catecismo nos contesta con las palabras: “Todos los que creen”, o sea, los que creen lo que se dice aquí del bautismo conforme a la palabra de Dios, que da el perdón de los pecados, que libra de la muerte y del diablo y que da la eterna salvación. “Eso también es lo que dicen las palabras y promesas de Dios.” El Señor no solamente dice en Marcos 16:16: El que fuere bautizado será salvo, sino dice: “El que creyere y fuere bautizado será salvo.” La fe también tiene que acompañar al bautismo para que resulte provechoso. Ciertamente la fe no hace en primer lugar del bautismo un bautismo. Es en sí un verdadero bautismo, un potente medio de gracia, por medio del cual Dios ofrece el perdón de los pecados, la vida y la salvación, si lo creemos o no. También a los que no creen ciertamente se les ofrece en el bautismo el perdón de los pecados, la liberación de la muerte y del diablo y la eterna salvación. — Pero tenemos también que recibir, aprehender estos beneficios. ¿De qué le servirá a un pobre que un hombre rico le ofrezca una gran cantidad de dinero si él no la acepta? El dinero realmente se le da, realmente le pertenece, pero él no recibe ningún beneficio ni provecho de él. Así es también con el bautismo. El bautismo es la mano de Dios, por medio de la cual él nos ofrece sus gloriosos tesoros de gracia; pero tenemos que recibirlos por medio de la fe. La fe es nuestra mano, con la cual nos apropiamos estos tesoros de gracia. (“En efecto, puesto que dichos beneficios son ofrecidos y prometidos aquí en estas palabras con el agua y unidos al agua, no podrán tampoco recibirse de otro modo, que si lo creemos de sincero corazón. Sin la fe, el bautismo no sirve de nada. Aunque en sí no deje de ser un tesoro divino y superabundante.” Catecismo Mayor, Bautismo #33. — “Así ves claramente que aquí no hay ninguna obra realizada por nosotros, sino un tesoro que Dios nos concede y del que tal fe toma posesión, así como el Señor Jesucristo en la cruz no es una obra, sino un tesoro, que, contenido y ofrecido a nosotros en la palabra, es recibido por la fe.” Catecismo Mayor, Bautismo #37.)



b. Todavía el Señor agrega: “El que no creyere será condenado.” Tal vez nos sorprenda que Dios no diga: El que no creyere y no fuera bautizado, sino solamente dice: “El que no creyere será condenado.” Con esto el Señor demuestra que la incredulidad es lo que realmente condena. Puede suceder que un hombre crea en su corazón y todavía no haya recibido el bautismo. Podemos pensar en el ladrón en la cruz. Cuando se hizo creyente, ya no pudo ser bautizado, y sin embargo Cristo le asegura que será salvo. Sobre todo cuando un cristiano creyente en caso de emergencia no puede recibir el bautismo, será salvo por su fe. Dios nos ha obligado a usar sus medios de gracia, pero no se ha obligado a sí mismo. — El caso es distinto, seguramente, si un hombre tiene la oportunidad de ser bautizado, pero no quiere utilizar este medio. Los fariseos y los escribas de quienes leemos en Lucas 7:30 eran tales personas. No se dejaron bautizar por Juan. Y se dice de ellos: “Y desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos.” El que puede tener el bautismo y no quiere ser bautizado, no lo utiliza, con eso rechaza el consejo de Dios, el medio que Dios le ha dado para la salvación. Al rechazarlo demuestra que no cree lo que Dios le ha dicho en su palabra. Y debido a su incredulidad es condenado. La fe que salva puede coexistir con la falta del bautismo, pero no con el rechazo del bautismo.



c. Todos los cristianos debemos por medio de la fe apropiarnos de los beneficios que Dios nos da en el bautismo. Debemos hacerlo durante toda nuestra vida. Nuestro bautismo tiene significado y es válido y provechoso para toda nuestra vida. El bautismo es, como hemos oído, un pacto con Dios. 1 Pedro 3:21. Dios nos ha prometido que por causa de Cristo él será nuestro Padre y nosotros seremos sus queridos hijos. Quiere perdonarnos nuestros pecados y salvarnos. Y Dios guarda con fidelidad sus pactos. (Isaías 54:10.) La gracia que él nos ha prometido en el bautismo queda firme, aún en el caso de que nosotros hayamos sido infieles. Desdichadamente lo hemos sido. Nosotros pecamos muchas veces después del bautismo, por la debilidad de nuestra carne, o también voluntariamente, contra nuestra conciencia. Luego cuando nuestros pecados nos aterran y nos presionan, otra vez miramos a nuestro bautismo, y nos apropiamos de los beneficios que Dios nos ha prometido en el bautismo, el perdón de los pecados, la vida y la salvación. Y lo tenemos verdadera y seguramente. De este modo constantemente recibimos otra vez una buena conciencia delante de Dios, puesto que el bautismo es el pacto de una buena conciencia. Así nos consolamos en nuestro santo bautismo durante toda nuestra vida.


3ª Parte ¿Cómo puede el agua hacer cosas tan grandes?

http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/baut3.htm

“¿Cómo puede el agua hacer cosas tan grandes?”



Introducción: Hemos dicho cosas grandes y gloriosas acerca del bautismo: “Obra el perdón de los pecados, libra de la muerte y del diablo, y da salvación eterna a todos los que creen lo que dicen las palabras y promesas de Dios.” Esto nos hace preguntar: ¿Cómo es que el bautismo tiene tan gran efecto? ¿Qué es lo que da tal poder? Nuestro catecismo hace esa pregunta, da la respuesta correcta a ella, y la prueba de la palabra de Dios. Nuestro catecismo luego pregunta: “¿Cómo puede hacer el agua cosas tan grandes?”



1. Nuestro catecismo nos muestra qué no es el origen de tal poder y efecto en el bautismo, o sea, no del agua. Pregunta 289.



a. “¿Cómo puede hacer el agua cosas tan grandes?”, pregunta nuestro catecismo. Esta pregunta se refiere a la parte anterior. Las cosas tan grandes de que aquí se hablan son precisamente lo que hemos oído como el beneficio del bautismo: el perdón de los pecados, liberación de la muerte y del diablo y la salvación eterna. Son verdaderamente cosas grandes, las más grandes y gloriosas que hay en el cielo y en la tierra, tanto que no podemos comprender totalmente su grandeza y gloria. Ningún hombre puede producirlas mediante su habilidad y arte, de modo que nadie con toda su riqueza y tesoro de este mundo pueda comprarlos. El bautismo nos da tales beneficios.



b. La razón humana pregunta: “¿Cómo puede el agua hacer cosas tan grandes?” ¿Cómo puede ser posible que un poco de agua obre tales cosas? Las sectas y entusiastas que no creen que el bautismo haga tales cosas, sino lo ven como una ceremonia vacía, siempre nos retan con esta pregunta. Frecuentemente se ríen de nuestra fe y de la doctrina bíblica del provecho y la bendición del bautismo. Dicen: ¿En qué puede ayudar a un niño que se le rocíe un poco de agua sobre su cabeza, o se meta en el agua? ¿Cómo puede esto producir que tenga el perdón de pecados, que se haga hijo de Dios y que reciba la eterna salvación? A tales preguntas nuestro catecismo contesta: “El agua en verdad no las hace.” El agua en sí no es tan potente, y no puede producir tales cosas. El agua puede limpiar nuestro cuerpo de la suciedad externa, pero no puede purificar el alma de la suciedad del pecado ni tampoco redimir de la muerte y del diablo ni salvar. Si no hubiera otra cosa en el bautismo que el agua, entonces seguramente no podría hacer tales cosas tan grandes.



2. Ahora nuestro catecismo nos muestra por qué el bautismo tiene tan gran efecto. Pregunta 248.



a. “El agua en verdad no las hace,” contesta nuestro catecismo a nuestras preguntas. Y luego sigue: “sino la palabra de Dios que está en unión con el agua.” La palabra de Dios da al bautismo su gran poder. Pero, debemos notarlo bien, es la palabra de Dios “que está en unión con el agua”. El agua también es necesaria para el bautismo y la salvación. Dios mandó y ordenó que se tome agua y se bautice. El que quisiera bautizar sin agua y decir: yo me adhiero a la palabra de Dios, porque eso es lo principal, seguramente no tendrá ningún beneficio y provecho de ello. Estará rechazando el consejo de Dios acerca de él. El bautismo, como dice Pablo el apóstol en Efesios 6:25-26, es “el lavamiento de agua por la palabra.” El agua y la palabra siempre tienen que estar juntas. Pero de estas dos cosas no es el agua, sino la palabra de Dios que da al bautismo su gran poder. En resumen, lo que da al bautismo su poder es que nosotros por el mandato de Dios seamos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y en el bautismo nosotros entramos en comunión con el Dios trino.



Y Dios ha agregado una palabra de promesa al agua, que el que creyere y fuere bautizado será salvo. Dios, el todopoderoso, promete que él mediante su palabra pondrá en el bautismo ese gran poder y efecto. Él es capaz de hacer lo que él quiere. Dios es fiel. Lo que promete, lo cumple. La palabra de Dios, que está con el agua, lleva a cabo las grandes cosas en el bautismo.



b. Nuestro catecismo añade: “Y la fe que se apoya en dicha palabra de Dios ligada con el agua.” Junto con la palabra de Dios en el bautismo tiene que haber también la fe para que el bautismo nos sea provechoso. El catecismo no quiere decir con esto que la fe ponga estas grandes cosas en el bautismo y las obre. Esto viene solamente por la palabra de Dios que está en unión con el agua. Solamente por ella da el bautismo el perdón de los pecados, liberación de la muerte y del diablo y la eterna salvación. Estas grandes cosas son distribuidas y ofrecidas aún cuando nosotros no creamos las palabras de Dios. No debemos fundar nuestro bautismo en nuestra fe. — Pero tenemos que recibir estos grandes tesoros que Dios da en el bautismo por medio de su palabra, cosa que sucede, como hemos oído ya, por la fe. La fe confía en la palabra de Dios. Pone su confianza no tanto en el agua, sino en la palabra de Dios, pero en la palabra de Dios en unión con el agua. La fe no divide al agua y la palabra en el bautismo. Se edifica sobre la palabra y promesa de Dios y confía en ella, y recibe el elemento externo como un sello que da énfasis a esa promesa. En cuanto la fe confía en la palabra de Dios en unión con el agua, toma del bautismo todos los beneficios de gracia que Dios ha puesto en él, y tiene el perdón de los pecados, la vida y la salvación. Así no fundamos nuestro bautismo sobre nuestra fe, sino nuestra fe sobre nuestro bautismo. (“Sin embargo, esos guías ciegos no quieren ver que la fe necesita tener algo que pueda creer, esto es, algo a qué atenerse y sobre lo cual fundarse y basarse. Así, pues, la fe está relegada al agua y cree que ella es el bautismo que encierra en sí pura salvación y vida; pero, como antes se dijo suficientemente, no por el agua como tal, sino por el hecho de ir unida a la palabra y al mandato divinos y porque su nombre está adherido a ella. Y cuando creo en esto, ¿no creo yo, acaso, sino en Dios como aquél que ha dado e implantado su palabra en el bautismo y que nos propone esta cosa externa para que podamos captar ahí tal tesoro?” Catecismo Mayor, Bautismo, #29) Es cierto que, como hemos aprendido muchas veces, solamente por medio de la fe en Cristo recibimos el perdón de los pecados, la vida y la salvación. Pero esto no está en contradicción con decir que la fe toma del bautismo el perdón de pecados, la vida y la salvación. Estos son precisamente los beneficios, ganados por Cristo, que Dios ha puesto en el santo bautismo. Cuando nuestra fe confía en la palabra de Dios en unión con el agua, confía en Cristo, nuestro Salvador, quien ha ganado para nosotros estos beneficios.



3. Nuestro catecismo finalmente nos demuestra que el bautismo tiene que tener este gran poder y efecto debido a la palabra de Dios que está en él. Preguntas 248,249.



a. “Porque sin la palabra de Dios el agua es simple agua, y no es bautismo,” dice el catecismo. No dice sin la palabra de Dios y la fe, sino solamente “sin la palabra de Dios.” Vemos, en consecuencia, que es solamente a causa de la palabra de Dios, no de nuestra fe, que el bautismo tiene su poder y efecto. — Si no hubiera palabra de Dios en el bautismo, sería simple agua, o sea, agua común y terrenal. No sería ningún bautismo, ningún sacramento. En ese caso el bautismo no podría obrar más que cualquier otro agua terrenal.



b. “Pero con la palabra de Dios sí es bautismo, es decir, es un agua de vida, llena de gracia.” En el bautismo, el agua está en unión con la palabra de Dios, el nombre del Dios trino; y así es realmente un bautismo, un agua de vida, que obra y hace grandes cosas en nosotros. Ahora el bautismo no es simple agua, sino una en la cual abunda la gracia. En donde está la palabra y el nombre de Dios, allí tiene que haber pura gracia. A través de la palabra de Dios están en el bautismo todos los tesoros de su gracia. Porque está la palabra de Dios, el bautismo es un agua de vida, o sea, una que obra nueva vida espiritual. Por eso el bautismo también se llama



c. “Un lavamiento de regeneración en el Espíritu Santo.” Nuestro catecismo prueba por la Sagrada Escritura que tenemos el derecho de llamar así al bautismo. Pablo, en su Epístola a Tito, en el tercer capítulo, llama al bautismo “el lavamiento de regeneración en el Espíritu Santo.” ¿Qué quiere decir cuando el bautismo se llama un lavamiento de regeneración? Afirma que el bautismo obra en nosotros la regeneración. Ya oímos en el tercer artículo del Credo que la regeneración se identifica con la conversión. Esta conversión, o la regeneración, sucede a través de la fe en Cristo. Como llegamos a ser hijos de nuestros padres naturales por medio del nacimiento natural, de la misma forma llegamos a ser hijos de Dios por medio de esta regeneración, o por medio de la fe. El bautismo obra en nosotros esta fe, y por eso se llama y es un lavamiento de regeneración. — El bautismo es un lavamiento de regeneración. Debemos nuestra vida natural del cuerpo a nuestro nacimiento natural. Debemos nuestra nueva vida espiritual a nuestro nuevo nacimiento. El apóstol nos dice (Efesios 2:1) que estábamos muertos en delitos y pecados. En este estado están todos los hombres por naturaleza. Pero por medio de la fe en Cristo salimos de la muerte del pecado y comienza en nosotros una nueva vida espiritual. Podemos empezar a hacer el bien y andar según la palabra y los mandamientos de Dios. La razón por la cual el bautismo se llama un lavamiento de regeneración es que obra en nosotros la fe y así al mismo tiempo una nueva vida espiritual.



Aprendimos en el tercer artículo que el Espíritu Santo nos trajo a la fe en Cristo y nos hizo que naciéramos de nuevo y fuéramos renovados. Pero también vimos que el Espíritu Santo no hace esta obra sin medios, sino a través de determinados medios. Uno de estos medios es el santo bautismo. El Espíritu Santo obra la regeneración en nosotros al conducirnos a la fe en Cristo y renovarnos, implanta en nosotros la nueva vida espiritual. Así el bautismo es un lavamiento de regeneración y la renovación en el Espíritu Santo, y se llama así en la Biblia porque en el bautismo el Espíritu Santo obra en nosotros la fe y con ella también una nueva vida espiritual. —El bautismo es verdaderamente un medio de gracia, es decir, un medio por el cual el Espíritu Santo obra en nosotros. Dios puso en el bautismo los dones de gracia que Cristo ganó por nosotros por medio de su sufrimiento y muerte. Allí estos dones se nos ofrecen, se distribuyen y se hacen nuestros. Pero el Espíritu Santo también obra en nosotros la verdadera fe, el modo por el cual recibimos estos grandes dones de gracia, para que realmente se hagan nuestros. De esta manera por la gracia de nuestro Señor Jesucristo somos justos y herederos de la vida eterna.

CONCLUSIÓN: Es sumamente importante que, en oposición a todas las sectas que niegan o rebajan el bautismo para hacerlo una ceremonia vacía, nosotros mantengamos firmemente que el bautismo realmente es un medio de gracia por el cual el Espíritu Santo obra la fe en nuestros niños y los hace herederos de la vida eterna. Así nuestro bautismo será nuestro consuelo durante toda nuestra vida.


continua.....
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

4ª Parte ¿Qué significa este bautizar con agua?

http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/baut4.htm


“¿Qué significa este bautizar con agua?”

Introducción: Hemos oído mucho ya acerca del bautismo. aprendimos a conocer su esencia, su fruto y su poder. Pero nuestro catecismo contiene todavía una cuarta pregunta: “¿Qué significa este bautizar con agua?” No dice ¿qué significa el bautismo? sino ¿qué significa “este bautizar con agua?” Nos indica así el acto externo en el bautismo, que se lleva a cabo usando agua. (“Conviene saber, por último, lo que significa el bautismo y por qué Dios ha instituido justamente tal signo o ceremonias externas para hacer el sacramento, en virtud del cual somos recibidos primeramente en la cristiandad.” Catecismo Mayor, Bautismo, #64) El hecho de que Dios ha establecido que se nos aplique agua y así seamos lavados tiene un hermoso significado espiritual. — Si queremos entender correctamente las palabras de nuestro catecismo, tenemos que saber y tener presente la manera en que frecuentemente se aplicaba el bautismo en la antigüedad. Al que se le bautizaba se le sumergía en el agua y otra vez se le sacaba. Este acto de sumergir a la persona en el agua y luego sacarla tiene un doble significado espiritual. Retrata para nosotros la muerte del viejo hombre y el nacimiento y crecimiento del nuevo hombre. (“Este acto o ceremonia externa consiste en que se nos sumerge en el agua que nos cubre enteramente y después se nos saca de nuevo. Estas dos cosas, es decir, la inmersión y la emersión del agua indican el poder y la obra del bautismo, que no son otras sino la muerte del viejo Adán y, seguidamente, la resurrección del nuevo hombre. Ahora bien, ambas cosas han de suceder durante toda nuestra vida, de modo que la vida del cristiano no es sino un bautismo diario, comenzando una vez y continuando sin cesar.” Catecismo Mayor, Bautismo, #65)



1. Bautizar con agua significa que el viejo Adán debe ser ahogado en nosotros. Preg. 294,295.



a. “Significa,” dice Lutero, “que el viejo hombre en nosotros debe ser ahogado por pesar y arrepentimiento diarios, y que debe morir con todos los pecados y malos deseos.” Éste es el primer significado que el bautizo con agua tiene y debe tener. El viejo Adán debe ser ahogado en nosotros. ¿Quién es el viejo Adán? Ustedes saben que Adán fue el primer hombre, que Dios creó a su imagen, en santidad y justicia. Pero Adán cayó en el pecado y así perdió la imagen de Dios. Por medio del pecado se corrompió toda su naturaleza. Cayó de Dios y se hizo el enemigo de Dios. — Y Adán después engendró hijos e hijas según su imagen. (Génesis 5:3). Todos los hombres son semejantes a Adán. Comparten la corrupción del pecado. Heredan esta corrupción del pecado desde los tiempos de Adán. Así ha llegado también a nosotros. Todos fuimos concebidos y nacidos en el pecado. Por eso el catecismo nos dice que el viejo Adán en nosotros debe morir “con todos sus pecados y malos deseos.” Tenemos en nosotros pecados y malos deseos; estamos inclinados a todo mal. Es esta corrupción pecaminosa de nuestra naturaleza, que ha llegado a nosotros desde Adán y con la cual nacemos, que llamamos el viejo Adán, o también el viejo hombre, Efesios 4:22. (“¿Qué es, pues, el viejo hombre? Es el hombre ingénito en nosotros desde Adán; un hombre airado, odioso, envidioso, impúdico, avaro, perezoso, soberbio, incrédulo, lleno de toda clase de vicios y ajeno por naturaleza a toda bondad.” Catecismo Mayor, Bautismo, #66)



b. Este viejo Adán debe ser ahogado en nosotros, debe morir. Éste es el significado de bautizar con agua. Si a un hombre se le sumerge en el agua y se le retiene allí mucho tiempo, se ahoga y se muere. Sumergir a una persona en el agua en el bautismo significa que también con y en nosotros algo debe morirse espiritualmente, el viejo Adán. — Éste debe ser ahogado y morir. De aquí viene que el viejo Adán todavía vive en nosotros después del bautismo. Somos hechos nuevos hombres en el bautismo. Se obra en nosotros una nueva vida espiritual. Pero también nuestro viejo Adán, el viejo hombre o nuestra carne siempre está allí. Nuestro viejo Adán todavía después del bautismo es malo. Tiene pecados y malos deseos. Surgen en nosotros toda clase de malos deseos, deseos de toda clase de mal, y éstos quieren arrojarnos a toda clase de pecado. Este viejo Adán en nosotros debe ser ahogado continuamente, para que se muera con todos sus pecados y malos deseos. —El apóstol explica el significado de esto en Efesios 4:22. Debemos despojarnos del viejo hombre. Los deseos y lascivias surgen en el viejo hombre. Nos despojamos de estos malos deseos y lascivias y los matamos cuando no cedemos a ellos, sino los suprimimos y huimos de ellos. El apóstol Pablo también exige esto en Gálatas 5:24: “Los que son de Cristo,” dice, “han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Pertenecemos a Cristo por medio del bautismo. Todos los cristianos bautizados deben crucificar su carne con sus pasiones y deseos. Nuestra carne es lo mismo que nuestro viejo Adán, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Debemos crucificar nuestra carne. El apóstol aquí utiliza otra figura. Debemos matar a nuestro viejo Adán, colgándolo en una cruz. La crucifixión era una muerte muy dolorosa. Tampoco la muerte del viejo hombre ocurre en nosotros sin dolor. Tenemos que afligir a nuestra carne cuando quiere seguir los malos deseos. El viejo Adán en nosotros es ahogado cuando nos oponemos a los malos deseos y los suprimimos.



Nuestro catecismo también nos dice cómo esto sucede: “por pesar y arrepentimiento diarios.” Al viejo Adán se le mata en nosotros con pesar y arrepentimiento diarios. Pesar es reconocer nuestro pecado y lamentar desde el corazón que hayamos ofendido y entristecido a Dios con nuestros pecados. Tenemos que estar tristes y atribulados por nuestros pecados y la ira de Dios. El arrepentimiento es continuamente dejar el pecado para acudir a Dios por la fe en Cristo. Así el viejo Adán muere en nosotros cuando le pedimos a Dios el perdón de nuestros pecados, confiando en el mérito de Cristo, cuando le rogamos poder para resistir los malos deseos y suprimirlos, y para huir siempre más del pecado. Y debe haber pesar y arrepentimiento diarios. Todos los días debemos reconocer nuestro pecado y huir de él a la gracia de Dios. Toda nuestra vida debe ser un continuo arrepentimiento, una lucha constante contra el pecado. (“Porque, ¿no significa acaso el arrepentirse atacar seriamente al viejo hombre y entrar en una nueva vida? Por eso, cuando vives en arrepentimiento, vives en el bautismo.” Catecismo Mayor, Bautismo, #75) Diariamente tenemos que volver con arrepentimiento a nuestra gracia bautismal, de modo que, como Lutero dice de forma tan hermosa, “La vida del cristiano no es sino un bautismo diario, comenzado una vez y continuado sin cesar.”



2. Pero el bautismo tiene todavía otro significado. Después de que el hombre fue sumergido debajo del agua, de modo que el agua lo cubrió, otra vez salió del agua. Esto significa y retrata que “también cada día debe surgir y resucitar el nuevo hombre, para vivir eternamente delante de Dios en justicia y pureza..” Preg. 255, 256.



a. El nuevo hombre debe surgir y resucitar. Eso nos lleva a la primera pregunta: ¿Qué significa el nuevo hombre? Hemos oído que el bautismo es un lavamiento de regeneración. Por medio del bautismo nacemos de nuevo, y así somos llevados a la fe en Cristo. Pero 2 Corintios 5:17 dice que si alguien está en Cristo, si tiene la fe en Cristo, es una nueva criatura. Por medio del bautismo nacemos para ser una nueva criatura, se crea algo nuevo en nosotros, una nueva vida y naturaleza espiritual. En el bautismo recibimos nuevo poder para hacer el bien. A esta nueva naturaleza y vida las llamamos el nuevo hombre. Así definimos el nuevo hombre como la nueva naturaleza y vida espiritual que se crea en nosotros por medio del lavamiento de la regeneración.



b. Este nuevo hombre debe surgir y resucitar. Ya está el nuevo hombre, porque realmente fue creado en el bautismo. Nuestro catecismo luego nos describe más en detalle este nuevo hombre. Vive eternamente delante de Dios en justicia y pureza, o sea, con una justicia que vale ante Dios. Delante de él solamente vale la justicia que Cristo ganó por nosotros e hizo nuestra en el bautismo. Nosotros recibimos esta justicia por medio de la verdadera fe en Cristo. Vivir en justicia significa vivir en la verdadera fe. También vive en pureza. Huye del pecado, ya no sirve a los deseos malos como el viejo hombre, sino más bien a Dios en una vida pura y santa, con buenas obras. Así es el nuevo hombre que es creado en el bautismo.



Este nuevo hombre debe surgir y resucitar. Todavía es muy débil. Cuando nace un niño, es un verdadero ser humano, pero es todavía pequeño y débil, y necesita crecer y fortalecerse. Así es con el nuevo hombre. Al principio es pequeño y débil, y necesita crecer y fortalecerse en justicia y pureza. Podemos ver cómo sucede esto en Efesios 4:24. De la manera en que se pone la ropa y se envuelve en ella para cubrirse, nosotros los cristianos debemos siempre ponernos de nuevo a Cristo viviendo en justicia y pureza. Debemos andar cada día en la verdadera fe y en las buenas obras delante de Dios, de tal modo que siempre sea más evidente en nosotros la fe y las buenas obras. Así el nuevo hombre crece cada día, hasta que en la próxima vida llegue a vivir perfectamente en justicia y pureza delante de Dios. El nuevo hombre debe surgir y resucitar diariamente, lo cual sucede cuando nosotros andamos y crecemos diariamente en la verdadera fe y las buenas obras.



3. Nuestro bautismo con agua significa todo esto. Preguntas 256, 257.



a. Cuando nuestro catecismo dice que este bautizar con agua significa ahogar a diario el viejo hombre y el surgimiento del nuevo, no quiere decir con esto que el bautismo sea solamente una débil señal de todo esto, que solamente lo simbolice. Lutero demuestra cómo debe entenderse esto al agregar el pasaje de Romanos 6:4. Inmediatamente antes de estas palabras el apóstol había dicho que fuimos bautizados en la muerte de Cristo. Estamos hundidos en Cristo y en su muerte a través de nuestro bautismo, tenemos participación en Cristo y todo su mérito. Y luego sigue el apóstol: Somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo. Después de su muerte, Cristo fue sepultado y así sepultó también nuestros pecados. En el bautismo nosotros somos sepultados juntamente con él. De igual manera nosotros también debemos sepultar nuestros pecados, diariamente huir de ellos y evitarlos. Pero Cristo otra vez resucitó después de su muerte. Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, y ahora vive delante de Dios. Por medio del bautismo tenemos participación también en su resurrección y debemos andar diariamente en nueva vida delante de Dios. El bautismo significa, primero, que debemos huir diariamente del pecado y andar en una nueva vida.



b. Pero el bautismo no solamente nos da el deber, también nos da el poder para hacerlo. Por medio del bautismo tenemos participación en Cristo. Así como Cristo por medio de su muerte sepultó y dejó atrás el pecado, también a nosotros que hemos sido bautizados en su muerte nos da el poder para sepultar nuestros pecados, huir de ellos y vencerlos. Así como él resucitó y vive, nosotros que por el bautismo tenemos participación en su resurrección diariamente podemos resucitar del pecado y andar en una vida nueva. El santo bautismo nos da el poder para sepultar y vencer diariamente el pecado y andar en una nueva vida. (“Por eso, cuando vives en el arrepentimiento, vives en el bautismo, el cual no significa solamente dicha nueva vida, sino que la opera, la principia y la conduce, pues en él son dadas la gracia, el espíritu y la fuerza para dominar al viejo hombre, a fin de que surja y se fortalezca el nuevo.” Catecismo Mayor, Bautismo, #75)



c. El hecho de que tenemos la obligación de luchar contra el pecado y andar en una vida nueva y recibimos fuerzas para hacerlo por el bautismo se hace manifiesto en el voto que hemos hecho por medio de nuestros padrinos. Han oído este voto al estar presentes en el bautismo de otros niños. Renunciamos al diablo con todas sus obras y todos sus caminos. Prometemos servir solamente al Dios trino. Este voto bautismal especialmente debe impulsarnos a intentar a vivir y andar de una manera santa. Debemos recordar esta promesa bautismal todos los días, diariamente renunciar de nuevo al diablo con todos sus caminos y todas sus obras, para servir diariamente de nuevo a Dios en santidad y justicia. Si por debilidad caemos en el pecado, nos consolamos de nuevo con el bautismo con sus promesas, y sacamos de él siempre nuevas fuerzas para una vida nueva.



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Pues eso. Ya vais serviditos :coolgleam . Leedlo con calma :kaffeetri y luego, si queréis, tomaos un tiempo para responder :chirup_me

A mí personalmente me importa poco lo que opine un calvinista o un luterano sobre esta doctrina. Me importa lo que enseña la Iglesia. Pero como quiera que tanto calvinistas como luteranos usan la misma Biblia que vosotros, pues allá os las apañéis unos con otros.
Sólo quiero recordaos que en Hebreos se habla de la doctrina de bautismos como una de las más elementales.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis:

Todo lo que copiaste es una doctrina falsa, que practican o que predican los calvinistas. Puesto que no tiene ningun fundamento biblico 100%SOPORTABLE en las Sagradas Escrituras.

JESUCRISTO FUE SUMERGIDO en un río, por Juan.

María estaba impurificada, se esperó hasta estar purificada para entonces llevar a Jesucristo y PRESENTARLO a Dios al Templo, junto con su esposo Jose.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis Fernando dijo:
No, no me des nada.
Mejor léete el siguiente estudio bíblico publicado en esta web. Está realizado por un evangélico que te aseguro que se ha leído la Biblia tanto como tú:


Doctrina sobre el bautismo según los cristianos reformados (calvinistas).


EL BAUTISMO:

Forma o modo del Bautismo.

La forma o modo es indiferente. La cantidad de agua empleada no determina su validez, como ocurre con la cantidad de pan y vino en la Santa cena.

El significado del vocablo BAPTO o “bautizar” no tiene significado único.
Los “bautismos” de los judíos: Era algo ordinario en sus vidas, se bautizaban (lavaban) antes de comer, y bautizaban las camas:

“Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:4.)

“Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes de comer.” (LUCAS 11:38.)

Se bautizaban por tocar un cadáver: ECLESIÁSTICO 34:30 (este libro es apócrifo, católico - lo utilizamos para ver el significado de la palabra bapto.)

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS 9:10.)

Había otros bautismos además del de arrepentimiento:

“Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados.” (LUCAS 3:3.)

Los profetas bautizaban. El Mesías haría lo mismo cuando apareciese:

“Este es el testimonio de Juan cuando los judíos le enviaron de Jerusalén unos sacerdotes y levitas para preguntarle: --¿Quién eres tú? Él confesó y no negó, sino que confesó: --Yo no soy el Cristo.
Y le preguntaron: --¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Y dijo: --No lo soy. --¿Eres tú el profeta? Y respondió: --No. Le dijeron entonces: --¿Quién eres?, para que demos respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices en cuanto a ti mismo? Dijo: --Yo soy la voz de uno que proclama en el desierto:
“Enderezad el camino del Señor” como dijo el profeta Isaías.
Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Le preguntaron y le dijeron: --¿Entonces, por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?” (JUAN 1:19-25.)
“Pero Jesús le respondió: --Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces se lo permitió.
Y cuando Jesús fue bautizado, en seguida subió del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él.”
(MATEO 3:15-16.)

“Toda justicia” equivale a la purificación que la ley demandaba a todo sacerdote.

Los bautismos judíos no eran por inmersión.

La inmersión no está prescrita ni ordenada en la ley. A pesar de que aquellos “bautismos” fueron impuestos al pueblo.

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS 9:10.)

En ningún lugar de la ley de Moisés se prescribe la inmersión. ¿Con que derecho se concluye que se hacían por inmersión, tratárese de personas o de enseres?

Los bautismos eran por aspersión, efusión o rociamiento:

“Así harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación; luego haz que pasen la navaja sobre todo su cuerpo y que laven sus vestiduras. Así serán purificados.” (NUMEROS 8:7.)

“Todo el que toque un cadáver, el cuerpo de alguien que ha muerto, y que no se purifica, contaminará el tabernáculo de Jehovah. Esa persona será excluida de Israel, por cuanto el agua para la impureza no fue rociada sobre
él. Aún queda impuro, y su impureza permanece sobre él.”
(NUMEROS 19:13.)

“Una persona que esté pura tomará hisopo y lo mojará en el agua. Luego rociará la tienda, todos los utensilios, a las personas presentes, y al que tocó un hueso o a uno que ha sido matado o un cadáver o una tumba. El que esté puro rociará sobre el impuro en el tercero y en el séptimo día. Después
de purificarlo en el séptimo día, éste lavará su ropa y lavará su cuerpo con agua; y al anochecer será puro.”
(NUMEROS 19:18-19.)

“Por otro lado, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos?
Si los muertos de ninguna manera resucitan, ¿por qué, pues, se bautizan por ellos?” (1ª CORINTIOS 15:29.)

“En la misma hora se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres. Comía hierba como los bueyes, y su cuerpo era mojado con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águilas y sus uñas como las de las aves.” (DANIEL 4:33.)

Los 70 sabios hebreos que tradujeron la Septuaginta emplean la palabra bautizar para indicar que Nabucodonosor era rociado con rocío del cielo.

Bautizar equivale a lavar:

“Pues los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos hasta la muñeca, no comen, porque se aferran a la tradición de los ancianos. Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y
de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:3-4.)

El versículo 3 dice lavar y el 4 bautizar, ambas palabras se usan permutablemente y como equivalentes.

“--¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan.”
(MATEO 15:2.) “LAVAN”.

“Y el fariseo se asombró al ver que no se lavó antes de comer.” (LUCAS 11:38.) “BAUTIZADO”.

Estos lavamientos no podían ser por inmersión porque el rociamiento es impuesto por la ley.

El bautismo judío era un rito cotidiano se bautizaban o purificaban antes de comer, por las impurezas, por tocar cadáver, al volver de la plaza, bautizaban los lechos, los vasos... De ser practicado por inmersión se hacia imprescindible el baptisterio en cada casa judía. No era así. Sin embargo en las casas judías existían “tinajas dispuestas conformes al rito de la purificación de los judíos”.

“Había allí seis tinajas de piedra para agua, de acuerdo con los ritos de los judíos para la purificación. En cada una de ellas cabían dos o tres medidas.” (JUAN 2:6.)

Su capacidad, 80 a 120 litros, era muy grande para meter solo las manos, pero insuficiente para sumergir personas o cosas grandes. Pero servían perfectamente para sacar agua y rociarla sobre las personas o cosas a bautizar o purificar.

Casos en que la inmersión era imposible:

“Cuando vuelven del mercado, si no se lavan, no comen. Y hay muchas otras cosas que aceptaron para guardar, como los lavamientos de las copas, de los jarros y de los utensilios de bronce y de los divanes.” (MARCOS 7:4.)

Los lechos fuesen camas mesas o “divanes” no podían sumergirse.

“Estas son ordenanzas de la carne, que consisten sólo de comidas y bebidas y diversos lavamientos, impuestas hasta el tiempo de la renovación.” (HEBREOS
9:10.)

Esto corrobora que los bautismos judíos eran por aspersión. Por el contexto inmediato queda claro que los bautismos impuestos eran con la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociada a los impuros:

“Porque si la sangre de machos cabríos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo.” (HEBREOS 9:13.)

“Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo.”
(HEBREOS 9:19.)

“Y roció también con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del servicio.” (HEBREOS 9:21.)

La forma del bautismo cristiano deriva de la del judío.

En cuanto ceremonia en si no se distinguía del bautismo judaico. Se diferenciaba solo en significado y en que el bautismo cristiano se hacia en nombre de la Trinidad.

Idéntico significado del agua en los dos testamentos. El agua era emblema de purificación y consagración. Si la aspersión fue en el A.T. Suficiente para representar estas cosas ¿porque no habría de serlo ahora? ¿Es acaso mas significativo o eficaz un gran volumen de agua que una pequeña cantidad?

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.”
(EZEQUIEL 36:25-26.)

Jesús no alteró en lo mas mínimo el significado y uso del agua, ni de la palabra “bautizar”.

Argumentos:

Cuando Jesús vino, halló a los judíos empleando la palabra “bautizar” para designar sus purificaciones por aspersión. Utilizó la misma palabra “bautizar” para nombrar a su propia ordenanza. Sin indicar que la forma de aspersión cambiaría. ¿Habría sido así de haber querido introducir en su
Iglesia una nueva forma de bautismo (la inmersión)?

Al usar la misma palabra (sin indicar cambio alguno) aceptaba para el bautismo cristiano la misma forma (aspersión, rociamiento) conque se venía realizando durante siglos los bautismos judaicos.

EJEMPLOS DE BAUTISMOS POR ASPERSÍON:

El bautismo del Espíritu Santo. Es representado en la Biblia como “derramamiento”.

“Porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días.” (HECHOS 1:5.)

COMPARAR CON:

“Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.” (HECHOS 2:17.)

El elemento (agua) se aplica al sujeto y no al contrario:

“Juan les respondió diciendo: --Yo bautizo en agua, pero en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.”
(JUAN 1:26.)

“Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y posar sobre él, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo.”
(JUAN 1:33.)

“Porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días.” (HECHOS 1:5.)

“Entonces Pedro respondió: --¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?” (HECHOS 10:47.)
El bautismo del eunuco.

“Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y vé hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” El se levantó y fue. Y he aquí un eunuco etíope, un alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, quien estaba a cargo de todos sus tesoros y que había venido a Jerusalén para adorar, regresaba sentado en su carro leyendo el
profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y júntate a ese carro.”
Y Felipe corriendo le alcanzó y le oyó que leía el profeta Isaías. Entonces le dijo: --¿Acaso entiendes lo que lees? Y él le dijo: --¿Pues cómo podré yo, a menos que alguien me guíe? Y rogó a Felipe que subiese y se sentase junto a él.
La porción de las Escrituras que leía era ésta:
Como oveja, al matadero fue llevado, y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca. En su humillación, se le negó justicia; pero su generación, ¿quién la contará? Porque su vida es quitada de la
tierra. Respondió el eunuco a Felipe y dijo: --Te ruego, ¿de quién dice esto el profeta? ¿Lo dice de sí mismo o de algún otro?
Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
Mientras iban por el camino, llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo: --He aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: --Si crees con todo tu corazón, es posible. Y respondiendo,
dijo: --Creo que Jesús, el Cristo, es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó.
Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio más, pues seguía su camino gozoso.” (HECHOS 8:26-39.)

Se pretende que las palabras “descendieron” y “subieron”, hablan de inmersión, pero se olvida que:

A) Los que “descendieron” y “subieron” del agua fueron “ambos”. ¿Fueron sumergidos ambos, rebautizandose el mismo Felipe?

El “descender” y “subir” ¿no se referirá mas bien a la situación donde el agua fue hallada (v.36), es decir, en una hondonada o depresión? ¿tenía que tratarse de inmersión precisamente? Téngase en cuenta que el lugar era desierto (v.36).

Bautismos cristianos “in situ”.

Cuando alguien creía, en el mismo lugar y momento eran bautizados, es difícil que hubiera sido así, de practicarse la inmersión. No se nos relata de una salida a un lugar adecuado para la inmersión, cambio de vestido...

La expresión aplicada a Juan el Bautista.

“Juan bautizaba en Enón... porque allí había muchas aguas”.
“Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados.” (JUAN 3:23.)

La expresión “muchas aguas” equivale a muchas fuentes o arroyos, que aunque insuficientes para la inmersión, servían para calmar la sed de las multitudes que acudían a oírle. De otra manera (si la inmersión era necesaria y Juan la practicaba) ¿por qué dejó el Jordán para trasladarse a Enón junto a Salin?

“Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él.” (JUAN 3:26.)

Pues en el Jordán no hay duda de que podría practicar mejor la inmersión.
Así pues Juan 3:23 no ofrece argumento fuerte en favor de la inmersión y por otra parte, en:

“Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.” (JUAN 3:25.)

Se define el bautismo como “purificación”.

Ni el bautismo de Juan ni el de los apóstoles era por inmersión.

¿Sumergía Juan? No, porque:

1.) Le hubiese faltado tiempo. En 18 a 24 meses que duró su ministerio no hubiese podido sumergir a las grandes multitudes que acudían a su bautismo (“Jerusalén y toda Judea y toda la provincia alrededor del Jordán.” Mateo 3:5.)

“Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la región del Jordán, y confesando sus pecados eran bautizados por él en el río Jordán.” (MATEO 3:5-6.)

2) Se necesitan fuerzas sobrehumanas para permanecer tanto tiempo en el agua y sumergir a tales multitudes. Y no se sabe que Dios le auxiliara milagrosamente.

3) No sumergía porque no fue el quien introdujo la ceremonia del bautismo.
Era un rito de purificación practicado a diario por el pueblo.

4) Quien no esté persuadido de que Juan no bautizaba distintamente a como el pueblo se purificaba (por rociamiento), puede ser que cuando Juan se trasladó a Enón, y Cristo se quedó bautizando al otro lado del Jordán, se
suscitó una discusión entre los judíos y los discípulos de Juan “a cerca de la purificación”. Tenían también miedo o celos de que Jesús aparecido después, aventajara a Juan en número de purificaciones o bautismos.

“Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la tierra de Judea; y pasaba allí un tiempo con ellos y bautizaba.
Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados, ya que Juan todavía no había sido puesto en la cárcel.
Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.
Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él! Respondió Juan y dijo: --Ningún hombre puede recibir nada a menos que le haya sido dado del cielo.
Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo”, sino que “he sido enviado delante de él”.
El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado de pie y le escucha, se alegra mucho a causa de la voz del novio. Así, pues, este mi gozo ha sido cumplido.
A él le es preciso crecer, pero a mí menguar.” (JUAN 3:22-30.)

Los apóstoles tampoco lo hacían. Ejemplo: Los tres mil bautismos del día de Pentecostés.

1) Todos estaban reunidos en un mismo lugar. Fueron bautizados (los Apóstoles) de lo ALTO por el derramamiento del E.S. Este Espíritu se derramó también sobre la multitud, luego fueron bautizados con agua ¿se sumergió a
estos tres mil convertidos? Para afirmarlo, solo cabe aferrarse al pretendido significado del vocablo “bautizar” (inmersión).

2) No hubo tiempo, once apóstoles ¿podían sumergir a 3.000 personas en una fracción del día?

3) No había lugar. Ni en el templo ni en sus alrededores para la inmersión.

4) Pentecostés fue en la época seca del año. En la siega.

5) No hay evidencia de que hicieran una excursión a algún lugar. (Movilizar a 3.000 personas en busca de agua hubiera sido un suceso notable que Lucas habría consignado.)
6) Ni el agua del Templo, ni de los depósitos públicos podía ser utilizada
para sumergir tal multitud. ¿Que hay del cambio de vestiduras? Con la aspersión no existen estos ni otros problemas semejantes.


Bautismos Neotestamentarios.

El bautismo de Saulo de Tarso:

“Entonces Saulo, respirando aún amenazas y homicidio contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas en Damasco, con el fin de llevar preso a Jerusalén a cualquiera
que hallase del Camino, fuera hombre o mujer.
Mientras iba de viaje, llegando cerca de Damasco, aconteció de repente que le rodeó un resplandor de luz desde el cielo. El cayó en tierra y oyó una voz que le decía:--Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: --¿Quién eres, Señor? Y él respondió: --Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Pero levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que te es preciso hacer.
Los hombres que iban con Saulo habían quedado de pie, enmudecidos. A la verdad, oían la voz, pero no veían a nadie. Entonces Saulo fue levantado del suelo, y aun con los ojos abiertos no veía nada. Así que, guiándole de la mano, le condujeron a Damasco. Por tres días estuvo sin ver, y no comió ni bebió. Había cierto discípulo en Damasco llamado Ananías, y el Señor le dijo
en visión: Ananías. El respondió: --Heme aquí, Señor.
El Señor le dijo: --Levántate, vé a la calle que se llama La Derecha y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Tarso; porque he aquí él está orando, y en una visión ha visto a un hombre llamado Ananías que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
Entonces Ananías respondió: --Señor, he oído a muchos hablar acerca de este hombre, y de cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén. Aun aquí tiene autoridad de parte de los principales sacerdotes para tomar presos a todos los que invocan tu nombre.
Y le dijo el Señor: --Vé, porque este hombre me es un instrumento escogido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Entonces Ananías fue y entró en la casa; le puso las manos encima y dijo: --Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo. De
inmediato le cayó de los ojos algo como escamas, y volvió a ver. Se levantó y fue bautizado; y habiendo comido, recuperó las fuerzas. Saulo estuvo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco.”
(HECHOS 9:1-19.)

Versículos 17 y 18. Circunstancias en contra de la inmersión:

1) Una lectura imparcial del relato nos sugiere que fue bautizado al instante, en la misma casa (v.18).

2) Que lo fue de pie.

3) No existe salida a lugar adecuado para la inmersión.

4) Allí, en la casa de Judas (v.11) había lo necesario para bautizarlo sin demora ni ninguna preparación.

5) (V.9 y 19). La debilidad física de Pablo hubiese sido también un impedimento a la salida para la inmersión.
Bautismo del carcelero de Filipos y su casa:

“Entonces él pidió luz y se lanzó adentro, y se postró temblando ante Pablo y Silas.
Sacándolos afuera, les dijo: --Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: --Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.
Y le hablaron la palabra del Señor a él, y a todos los que estaban en su casa. En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos. Les hizo entrar en su casa, les puso la mesa y se regocijó de que con toda su casa
había creído en Dios.” (HECHOS 16:29-34.)

Fue convertido en la cárcel y en su casa (en seguida) se bautizaron sin esperar a hacer preparativos.

Fue convertido en la cárcel a altas horas de la noche. Fue bautizado con los suyos “en seguida” sin salir a ningún lugar. Suponer que salieron a algún río, o que había en la prisión o en la casa alguna instalación apropiada para la inmersión, es eso: suponer.

Bautismo de Cornelio y su casa.

“Mientras Pedro todavía hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían la palabra.
Y los creyentes de la circuncisión que habían venido con Pedro quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo fue derramado también sobre los gentiles.”
(HECHOS 10:44-45.)

“Entonces Pedro respondió: --¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?” (HECHOS 10:47.)
“Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo cayó sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.
Entonces me acordé del dicho del Señor, cuando decía: “Juan ciertamente bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo.” (HECHOS 11:15-16.)

Recibieron por derramamiento el bautismo del E.S. (Razón alegada por Pedro para no impedirles el agua, aunque fuesen gentiles.) Se hizo el bautismo en la casa. ¿Por qué no había de practicarse el bautismo del agua, en cuanto al modo, de igual manera que el del Espíritu del cual es figura?
La expresión “impedir el agua” habla de aplicar el agua al sujeto y no a la inversa.

Bautismo del eunuco por Felipe. HECHOS 8:26-39.

La pregunta: “Aquí hay agua ¿Que impide que yo sea bautizado? Implica que Felipe le habló del bautismo del agua.
El pasaje de Isaías 53 (aproximado, ya que antes no había división en capítulos y versículos) sirvió de base para la predicación de Felipe. ¿Se habla en este pasaje de la inmersión? No. Pero sí de aspersión o rociamiento. Las cláusulas “descender del agua” y “subir del agua”, no pueden expresar inmersión y emersión total del agua, porque fueron ambos los que descendieron y ambos los que subieron. ¿Fue también Felipe sumergido? -también indica un bajar y subir hacia y desde el lugar donde fue hallada el agua en cuestión.
El versículo 26 dice que el lugar del bautismo era desierto lo cual hace
improbable que la cierta agua del ver.36 fuese en cantidad tal como para practicar la inmersión.
Conclusión al modo del Bautismo.

Aunque el modo no es esencial para la validez del bautismo, es la aspersión o rociamiento la autentica forma bíblica del bautismo. También la más edificante y la mas práctica, puesto que puede realizarse en cualquier lugar, momento, época, estación, edad, condición física, etc...

En cuanto a la objeción basada en el significado de Romanos 6:4 y Colosenses
2:12 (únicos pasajes).

“Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.” (ROMANOS 6:4.)

“Fuisteis sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados juntamente con él, por medio de la fe en el poder de Dios que lo levantó de entre los muertos.” (COLOSENSES 2:12.)

Contestamos:

Es falso que la idea o significado exclusivo del bautismo sea el de muerte y resurrección, apuntado en Romanos y Colosenses. El bautismo no solo es muerte en Cristo es uno de los significados que la Biblia atribuye al bautismo, no es el único.

Otro significado es ser “revestidos de Cristo”.

“Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.” (GÁLATAS 3:27.)

Es obvio que este “revestimiento” puede expresarse con el derramamiento mejor que con la inmersión.
Otro significado es “ser identificados con Cristo”.

“Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección.” (ROMANOS 6:5.)


Otro: “Crucificado con Cristo”.

“Y sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para
que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.”
(ROMANOS 6:6.)

Para expresar crucifixión, en forma gráfica tanto la inmersión como el rociamiento son insuficientes.

El significado de cualquier ordenanza será el que Dios le quiera dar, puédase expresarse gráficamente o no, con el modo de utilizar el elemento.

Ejemplo: Sacramento (promesa y señal) es el arco iris. Su significado es: no mas diluvio sobre la tierra. Pero no se ve como tal idea puede expresarse gráficamente con el arco. El arco pues, tiene este significado, simplemente porque Dios se lo ha querido dar.
Pero también el significado de muerte y resurrección puede expresarse también por el rociamiento:

a) La muerte y resurrección espiritual no es otra cosa que la regeneración.

b) La regeneración es simbolizada por el derramamiento y la aspersión, nunca por la inmersión.

“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo.” (TITO 3:5.)

“A fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con
la palabra, para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que sea santa y sin falta.”
(EFESIOS 5:26-27.)

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” (EZEQUIEL 36:25-27.)

c) Es mas, la regeneración, de no haber sido instituido el bautismo cristiano podría ser simbolizado hasta por la circuncisión:

“Jehovah tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.”
(DEUTERONOMIO 30:6.)

Pero la idea básica sobre las que todos los significados del bautismo descansan, es la de purificación:

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.” (EZEQUIEL 36:25.)

“Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación.
Fueron a Juan y le dijeron: --Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ¡he aquí él está bautizando, y todos van a él!” (JUAN 3:25-26.)

“El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, os salva, no por quitar las impurezas de la carne, sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios.” (1ª PEDRO 3:21.)

“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.” (HECHOS 22:16.)

“Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo.” (TITO 3:5.)

“De otra manera, ¿no habrían dejado de ser ofrecidos? Porque los que ofrecen este culto, una vez purificados, ya no tendrían más conciencia de pecado.”
(HEBREOS 10:2.)

Y la purificación se expresa o simboliza en la Biblia por el rociamiento, nunca por la inmersión:

“Después rociará siete veces al que se purifica de la lepra y le declarará puro. Luego soltará el pájaro vivo en el campo abierto.” (LEVÍTICO 14:7.)

“Así harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación; luego haz que pasen la navaja sobre todo su cuerpo y que laven sus vestiduras. Así serán purificados.” (NUMEROS 8:7.)

“Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto, el cual Dios os ha ordenado.
Y roció también con la sangre el tabernáculo y todos los utensilios del servicio; pues según la ley casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (HEBREOS 9:19-22.)

“Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
(HEBREOS 10:22.)

“Entonces esparciré sobre vosotros agua pura, y seréis purificados de todas vuestras impurezas. Os purificaré de todos vuestros ídolos.” (EZEQUIEL 36:25.)

La Escritura no prescribe la inmersión como única forma valedera del bautismo:

La palabra “baptizo” empleada por Cristo, no significa necesariamente sumergir, sino purificar por medio de lavamiento o rociamiento.

No hay pues ni un solo caso, y en especial en el N.T, en que la inmersión sea absolutamente segura (única).

SUJETOS APROPIADOS AL BAUTISMO.

Los creyentes adultos que creen en la Palabra de Dios. Pero no solo los creyentes deben ser bautizados sino también sus hijos.

Nos oponemos totalmente al rebautismo. La razón primordial para bautizar a los niños es que Dios incluye a los tales con su pueblo.

La Iglesia Cristiana no es una institución totalmente nueva que aparece en el N.T. Sino que es la continuación del pueblo de Israel.

Aunque hay diferencias entre las iglesias de Israel y la Cristiana, estas diferencias son las mismas que existen en el hombre, que es el mismo en su niñez, en su juventud y en su vejez, aunque el aspecto y circunstancias hayan cambiado.

Los extremos del antipaidobautismo.

En su insistencia en la absoluta separación de lo viejo y lo nuevo, han llegado a negar que las Escrituras del A.T. Sean parte de nuestra fe, colocando su énfasis en media Biblia el N.T. En todas estas citas se habla literalmente del A.T. Ya que el Nuevo, cuando se dijeron, no estaba aun completado:

“Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las mismas obras que hago dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.” (JUAN 5:36.)

“Por esta causa, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haberlo logrado todo, quedar firmes. Permaneced, pues, firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados vuestros pies con la preparación para proclamar el evangelio de paz.
Y sobre todo, armaos con el escudo de la fe con que podréis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Tomad también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (EFESIOS 6:13-17.)

“Pero él respondió y dijo: --Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
(MATEO 4:4.)

“Entonces respondió Jesús y les dijo: --Erráis porque no conocéis las Escrituras, ni tampoco el poder de Dios.”
(MATEO 22:29.)

“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
(HEBREOS 4:12.)

“Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra
ávidamente, escudriñando cada día las Escrituras para verificar si estas cosas eran así.”
(HECHOS 17:11.)

“Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza, a fin de que por la perseverancia y la exhortación de las Escrituras tengamos esperanza.”
(ROMANOS 15:4.)

“Porque ya algunas se han extraviado en pos de Satanás. Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, cuídelas. No sea carga para la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que realmente son viudas.” (1ª TIMOTEO 5:15-16.)

Encuentran un antagonismo y no una complementación entre ambos testamentos.
Como resultado de creer en una Biblia partida creen en una Iglesia rota.

Veamos algunas consideraciones que establecen la UNIDAD DE LA IGLESIA EN
AMBOS TESTAMENTOS:

“Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos.”
(MIQUEAS 4:1.)

“Si la primicia es santa, también lo es toda la masa; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado entre ellas y has sido hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo, no te jactes contra las demás ramas.
Pero aunque te jactes en contra de ellas, no eres tú quien sustentas a la raíz, sino la raíz a ti.
Entonces dirás: “Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado.”
Está bien; por su incredulidad fueron desgajadas.
Pero tú por tu fe estás firme. No te ensoberbezcas, sino teme; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente para con los que cayeron; pero la bondad para contigo, si permaneces en su bondad. De otra manera, tú también serás cortado. Y ellos también, si no permanecen en incredulidad, serán injertados; porque Dios es poderoso para
injertarlos de nuevo.
Pues si tú fuiste cortado del olivo silvestre y contra la naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¡cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo! Hermanos, para que no seáis sabios en vuestro propio parecer, no quiero que ignoréis este misterio: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles.” (ROMANOS 11:16-25.)

“Digo, pues, que Cristo fue hecho ministro de la circuncisión a favor de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y para que las naciones glorifiquen a Dios por la misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, y cantaré a tu nombre.
Y otra vez dice: Alegraos, naciones, con su pueblo.
Y otra vez: Alabad al Señor, todas las naciones; y ensalzadle, pueblos todos. Y otra vez dice Isaías: Vendrá la raíz de Isaí, y el que se levantará para gobernar a las naciones; y las naciones esperarán en él.” (ROMANOS 15:8-12.)

“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por los de la llamada circuncisión que es hecha con mano en la carne.
Y acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad; y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz.
También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad.
Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca, ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.
Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.
Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.
En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo hasta ser un templo santo en el Señor. En él también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
(EFESIOS 2:11-22.)

“A saber: que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartícipes de la promesa por medio del evangelio.”
(EFESIOS 3:6.)

“Y ya que sois de Cristo, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa.”
(GÁLATAS 3:29.)

LA IGLESIA CRISTIANA.

1º) La componían cristianos judíos (en el principio).

2º) Conservaban las Escrituras (A.T.) y apelaban o recurrían a ellas como fuente de autoridad.

3º) Habían recibido al Mesías prometido a la Iglesia judía (Israel).

4º) Reclamaban para si todas las promesas hechas a Sión (Israel), como herencia que les correspondía:

“Por lo tanto, sabed que los que se basan en la fe son hijos de Abraham.”
(GÁLATAS 3:7.)

5º) Todos los apóstoles eran judíos.

6º) Durante un tiempo solo hablaron la Palabra a los judíos:

“Entre tanto, los que habían sido esparcidos a causa de la tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban fueron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin comunicar la Palabra a nadie, excepto sólo a los judíos.” (HECHOS 11:19.)

7º) Fue por indicación Divina que abrieran la puerta a los gentiles, dándoles a conocer el evangelio o buena nueva que ya conocía Abrahán:

“Y la Escritura, habiendo previsto que por la fe Dios había de justificar a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo:

“En ti serán benditas todas las naciones.” (GÁLATAS 3:8.)

La identidad de la Iglesia en ambas dispensaciones es la razón principal de la inclusión en ella de los niños:

1º) El objeto de adoración y culto en ambos testamentos es el mismo: el Dios verdadero.

2º) Los que rinden este culto verdadero deben pertenecer a una misma Iglesia.

3º) El camino de la salvación es el mismo en ambos testamentos: Fe en Cristo.

“Por esto contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la Piedra del ángulo, escogida y preciosa. Y el que cree en él jamás será avergonzado.”
(1ª PEDRO 2:6.)

“Y la Escritura, habiendo previsto que por la fe Dios había de justificar a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: “En ti serán benditas todas las naciones.”
(GÁLATAS 3:8.) Leer Isaías capitulo 53.

4º) Las ceremonias y ritos del A.T. Simbolizaban a Cristo: los sacrificios
de los corderos.

“Abraham, vuestro padre, se regocijó de ver mi día. El lo vio y se gozó.”
(JUAN 8:56.)

“Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.”
(1ª CORINTIOS 10:4.)

5º) Los creyentes del A.T. Eran tan cristianos como nosotros, aunque no se les llamaba así.

6º) En ambas dispensaciones se depende por completo del E.S.

“Entonces me explicó diciendo: --Esta es la palabra de Jehovah para Zorobabel: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.”
(ZACARÍAS 4:6.)

La Iglesia en su constitución original incluía a la simiente de los justos (hijos), la cual goza todavía de este privilegio a no ser que se demuestre que está excluida.

¿Con que autoridad se les excluye ahora? Si en el A.T. Fueron contados dentro, ¿dijo algo el Señor o sus apóstoles para ahora dejarlos fuera?

Los anabaptistas piden de nosotros que les digamos donde dice en las Escrituras “Así dice el Señor” para que podamos admitir a los hijos de los creyentes en la Iglesia. Nosotros demandamos de ellos un testimonio igualmente explícito para su exclusión.

Un nuevo mandamiento para incluir a los niños no era necesaria, porque así se venía haciendo por orden divina desde Abrahán.

¿Dónde está la modificación de este mandato en el N.T.?

¿O donde la anulación de esta práctica?

Los anabaptistas dicen que no hay un caso explícito de bautismo de un niño en el N.T. Pero el silencio, aun admitiéndole, no lo excluye. Tampoco vemos un caso explícito de una mujer comulgando. Pero para admitirlas a la Santa Cena no se necesita un mandamiento en el N.T. Sino que tal mandato se necesita para rechazarlas.

El mandato que instituye la membresía de los niños en la Iglesia (400 años antes de Moisés) no ha sido abolido. La circuncisión es independiente de la ley ceremonial levítica por tanto cuando esta ley es abolida en el N.T. Su abolición no afecta a la circuncisión:

“Yo establezco mi pacto como pacto perpetuo entre yo y tú, y tu descendencia después de ti por sus generaciones, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti.
Este será mi pacto entre yo y vosotros que guardaréis tú y tus descendientes después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado.” (GÉNESIS 17:7,10.)

COMPARAR CON:

“Esto, pues, digo: El pacto confirmado antes por Dios no lo abroga la ley, que vino 430 años después, para invalidar la promesa.” (GÁLATAS 3:17.)

Si Cristo o sus apóstoles habían de introducir un cambio tan importante como
excluir a la mitad de la membresía (niños) de la Iglesia, lo menos es esperar en el N.T. Una mención especifica de tal cambio.

¿Fue tal cambio producido? No porque:


a) No hubiera pasado inadvertido a amigos y enemigos.—Habría en la Biblia mención de ello.

b) Los judíos puntillosos en sus leyes tenían en alta estima su relación con
Abrahán (el Pacto). Hubieran notado el cambio, también los apóstoles que eran judíos. Los cristianos procedentes del judaísmo hubieran pedido explicación del porqué al hacerse cristianos, sus hijos perderían los privilegios que tenían en la Iglesia judía.

c) ¿Debían ahora los niños, perder su relación peculiar con Dios y su Iglesia, y ser colocados en igualdad de condición con los paganos y sus hijos?

d) Entonces, si todo tenía que continuar igual con respecto a los niños no es necesario que el N.T. De su mandato para admitirles, sino que simplemente haga alusiones circunstanciales del uso o costumbre en los días apostólicos de admitir a los niños que es lo que precisamente hallamos en el N.T.

El N.T. Confirma que los hijos de creyentes son miembros de la Iglesia.

“Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para todos cuantos el Señor nuestro Dios llame.” (HECHOS 2:39.)

Explicación: Es extraño que Pedro menciona al principio de su ministerio de relación pactal que tienen los niños con Dios y su Iglesia, si tal relación no fuera a continuar en la dispensación cristiana. Esta era la ocasión propicia para manifestar el cambio del status de los niños en la Iglesia, si es que tal cambio habría de tener lugar.

“Porque el esposo no creyente es santificado en la esposa, y la esposa no creyente en el creyente. De otra manera vuestros hijos serían impuros, pero ahora son santos.”
(1ª CORINTIOS 7:14.)

Explicación: ¿En que sentido, aparte de relación pactal, pueden ser santos los hijos de los creyentes? Este pasaje soluciona una dificultad práctica que surgió en la Iglesia primitiva cuando uno solo de los padres era cristiano.

En tal caso los hijos debían ser considerados también santos.

Tal dificultad no debió darse si, de todas maneras (aunque los dos padres fuesen creyentes), los hijos habrían de ser excluidos.

“Pero Jesús los llamó diciendo: “Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.”
(LUCAS 18:16.)

Explicación: (Los niños aquí mencionados son de pecho “Brefos”, que significa niño de pecho. Si el Reino de los Cielos (o de Dios) que es la Iglesia invisible pertenece según dijo Cristo, a los niños del Pacto, ¿como podrán ser excluidos de la Iglesia visible?

Esta era también una ocasión propicia para anunciar el cambio (si es que había de haber cambio) de privar a los hijos de los creyentes de su privilegio del Pacto. Estas alusiones accidentales, a falta de otras que las contradigan, deben pesar para considerar que la posición de los niños en el Pacto, sigue siendo la misma.

La práctica de la Iglesia primitiva.

El N.T. Menciona el bautismo de las familias enteras de: Cornelio, Lidia, Estéfanos el carcelero de Filipos, y habla de Crispo, Onesiforo, Aristóbulo y Narciso, como de familias de creyentes, y por tanto bautizadas.

Es difícil pensar que no hubiera niños, pero si los había, fueron bautizados.

“Como ella y su familia fueron bautizadas, nos rogó diciendo: “Ya que habéis juzgado que soy fiel al Señor, entrad en mi casa y quedaos.” Y nos obligó a hacerlo.” (HECHOS 16:15.)

La descripción de Hechos 16:15 (el bautismo de Lidia) parece indicar una costumbre prevaleciente en tiempos apostólicos, como si el bautismo de la familia fuera tan natural como el del cabeza de la casa.

Esta costumbre, también se predicaba en la época del A.T. (Cuando un gentil se convertía al judaísmo eran circuncidados él y sus hijos), y constituye la base de estos bautismos familiares.

Objeciones al Bautismo infantil.

1º) Los anabaptistas niegan el bautismo a los niños basándose en que para bautizarse hay que creer y arrepentirse. Condiciones impuestas por la Biblia que un niño no puede reunir.

Pero estas condiciones no solo se exigen para el bautismo sino también para la salvación:

“Testificando a los judíos y a los griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesús.” (HECHOS 20:21.)

“Os digo que no; más bien, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (LUCAS 13:3.)

“El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
(JUAN 3:18.)

Estas condiciones, preguntamos, ¿Excluyen a los niños de la salvación? ¡No! Porque son condiciones exigidas a los adultos.

Así el arrepentimiento y la fe son también condiciones para el bautismo exigidas a los adultos; no para el bautismo de niños.

Las condiciones del bautismo (como para la salvación) varían según se trate de adultos o de niños: a los adultos se les exige arrepentimiento y fe; a los niños pertenecer al Pacto.
Es un absurdo aplicar a los niños textos referidos a los adultos. “ El que no trabaje que no coma.” ¿Debe privarse a los niños el alimento?

“Aún estando con vosotros os amonestábamos así: que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”
(2ª TESALONICENSES 3:10.)

En el A.T. Se exigía a los adultos fe y sumisión a Dios para entrar en el Pacto. Aunque sus hijos eran incapaces de realizar tales actos, eran igualmente recibidos por la autoridad del Pacto y reciben también su sello (la circuncisión). ¿Porqué no hemos ahora de actuar del mismo modo, no existiendo en el N.T. Nada que abrogue tal práctica?

2º) Los anabaptistas objetan: ¿Que bien puede reportar a los niños el bautismo?

Respondemos: ¿Y que bien les reportaba la circuncisión? No debemos acusar a Dios de instituir ceremonias inútiles.

Nuestra incapacidad para descubrir la utilidad de la ordenanza no prueba que esté desprovista de valor.

Las ordenanzas son siempre medio de bendición.

3º) Los anabaptistas argumentan pretendiendo que el bautismo se aplique a los niños, varones, como ocurría con la circuncisión.

Respondemos:

Las hembras, aunque por su imposibilidad física no eran circuncidadas, participaban sin embargo de la circuncisión del varón. Por esto llama la Escritura a todo Israel “pueblo circunciso, circuncisión, etc...” Término que se aplica a la totalidad (no a la mitad: los varones) del pueblo de Dios. La Escritura considera así a la mujer como circuncidada.
El sello del Pacto podía haber consistido en alguna marca etc... en cualquier parte del cuerpo y así las hembras hubieran participado de esta señal, materialmente hablando. Pero se hacia en el miembro procreador para enseñar la realidad del Pacto y su proyección de generación en generación.

Otra objeción anabaptista es exigir que la “circuncisión cristiana” (el bautismo) tendría que practicarse en el octavo día. Esto se deriva de: Tal exigencia, en el A.T. Se dio en atención a la propia vida del niño, pero además tenía el siguiente significado: el octavo día equivale al primero de la siguiente semana al nacimiento. Siendo así un símbolo del domingo.

Así como el bautismo está relacionado con la resurrección de su Hijo que habría de tener lugar en domingo.

Eran circuncidados al octavo día: o sea en Cristo y su resurrección, igual que hoy es bautizado.

Después que Cristo resucitara en el octavo día, cualquier día en que se bautice a una persona, equivale a hacerlo en el octavo día, en la resurrección del Señor.

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Gracias Luis; creeme que me daré un tiempo para leer todo lo expuesto en este hermoso estudio que has copiado y pegado . mas sin embargo deberás reconocer que en este epigrafe se está hablando de el "bautizo de bebes" Cosa que no es Biblica en cuanto a la doctrina de tu iglesia ICAR; Y tu mencionaste un versículo Biblico que según tu mismo no entendías; ya que preguntaste¿ Y como interpretas este versículo Biblico? A lo cuál te mencioné y no nadamás yo; que ese versículo habla del matrimonio No del Bautizo de infantes.

que tú no lo entiendas; no quiere decir que lo que te estamos diciendo es cierto.

En el amor de Cristo.- Servando.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis Fernando dijo:
4ª Parte ¿Qué significa este bautizar con agua?

http://www.angelfire.com/wi3/dhaeuser/baut4.htm


“¿Qué significa este bautizar con agua?”

Introducción: Hemos oído mucho ya acerca del bautismo. aprendimos a conocer su esencia, su fruto y su poder. Pero nuestro catecismo contiene todavía una cuarta pregunta: “¿Qué significa este bautizar con agua?” No dice ¿qué significa el bautismo? sino ¿qué significa “este bautizar con agua?” Nos indica así el acto externo en el bautismo, que se lleva a cabo usando agua. (“Conviene saber, por último, lo que significa el bautismo y por qué Dios ha instituido justamente tal signo o ceremonias externas para hacer el sacramento, en virtud del cual somos recibidos primeramente en la cristiandad.” Catecismo Mayor, Bautismo, #64) El hecho de que Dios ha establecido que se nos aplique agua y así seamos lavados tiene un hermoso significado espiritual. — Si queremos entender correctamente las palabras de nuestro catecismo, tenemos que saber y tener presente la manera en que frecuentemente se aplicaba el bautismo en la antigüedad. Al que se le bautizaba se le sumergía en el agua y otra vez se le sacaba. Este acto de sumergir a la persona en el agua y luego sacarla tiene un doble significado espiritual. Retrata para nosotros la muerte del viejo hombre y el nacimiento y crecimiento del nuevo hombre. (“Este acto o ceremonia externa consiste en que se nos sumerge en el agua que nos cubre enteramente y después se nos saca de nuevo. Estas dos cosas, es decir, la inmersión y la emersión del agua indican el poder y la obra del bautismo, que no son otras sino la muerte del viejo Adán y, seguidamente, la resurrección del nuevo hombre. Ahora bien, ambas cosas han de suceder durante toda nuestra vida, de modo que la vida del cristiano no es sino un bautismo diario, comenzando una vez y continuando sin cesar.” Catecismo Mayor, Bautismo, #65)



1. Bautizar con agua significa que el viejo Adán debe ser ahogado en nosotros. Preg. 294,295.



a. “Significa,” dice Lutero, “que el viejo hombre en nosotros debe ser ahogado por pesar y arrepentimiento diarios, y que debe morir con todos los pecados y malos deseos.” Éste es el primer significado que el bautizo con agua tiene y debe tener. El viejo Adán debe ser ahogado en nosotros. ¿Quién es el viejo Adán? Ustedes saben que Adán fue el primer hombre, que Dios creó a su imagen, en santidad y justicia. Pero Adán cayó en el pecado y así perdió la imagen de Dios. Por medio del pecado se corrompió toda su naturaleza. Cayó de Dios y se hizo el enemigo de Dios. — Y Adán después engendró hijos e hijas según su imagen. (Génesis 5:3). Todos los hombres son semejantes a Adán. Comparten la corrupción del pecado. Heredan esta corrupción del pecado desde los tiempos de Adán. Así ha llegado también a nosotros. Todos fuimos concebidos y nacidos en el pecado. Por eso el catecismo nos dice que el viejo Adán en nosotros debe morir “con todos sus pecados y malos deseos.” Tenemos en nosotros pecados y malos deseos; estamos inclinados a todo mal. Es esta corrupción pecaminosa de nuestra naturaleza, que ha llegado a nosotros desde Adán y con la cual nacemos, que llamamos el viejo Adán, o también el viejo hombre, Efesios 4:22. (“¿Qué es, pues, el viejo hombre? Es el hombre ingénito en nosotros desde Adán; un hombre airado, odioso, envidioso, impúdico, avaro, perezoso, soberbio, incrédulo, lleno de toda clase de vicios y ajeno por naturaleza a toda bondad.” Catecismo Mayor, Bautismo, #66)



b. Este viejo Adán debe ser ahogado en nosotros, debe morir. Éste es el significado de bautizar con agua. Si a un hombre se le sumerge en el agua y se le retiene allí mucho tiempo, se ahoga y se muere. Sumergir a una persona en el agua en el bautismo significa que también con y en nosotros algo debe morirse espiritualmente, el viejo Adán. — Éste debe ser ahogado y morir. De aquí viene que el viejo Adán todavía vive en nosotros después del bautismo. Somos hechos nuevos hombres en el bautismo. Se obra en nosotros una nueva vida espiritual. Pero también nuestro viejo Adán, el viejo hombre o nuestra carne siempre está allí. Nuestro viejo Adán todavía después del bautismo es malo. Tiene pecados y malos deseos. Surgen en nosotros toda clase de malos deseos, deseos de toda clase de mal, y éstos quieren arrojarnos a toda clase de pecado. Este viejo Adán en nosotros debe ser ahogado continuamente, para que se muera con todos sus pecados y malos deseos. —El apóstol explica el significado de esto en Efesios 4:22. Debemos despojarnos del viejo hombre. Los deseos y lascivias surgen en el viejo hombre. Nos despojamos de estos malos deseos y lascivias y los matamos cuando no cedemos a ellos, sino los suprimimos y huimos de ellos. El apóstol Pablo también exige esto en Gálatas 5:24: “Los que son de Cristo,” dice, “han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. Pertenecemos a Cristo por medio del bautismo. Todos los cristianos bautizados deben crucificar su carne con sus pasiones y deseos. Nuestra carne es lo mismo que nuestro viejo Adán, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Debemos crucificar nuestra carne. El apóstol aquí utiliza otra figura. Debemos matar a nuestro viejo Adán, colgándolo en una cruz. La crucifixión era una muerte muy dolorosa. Tampoco la muerte del viejo hombre ocurre en nosotros sin dolor. Tenemos que afligir a nuestra carne cuando quiere seguir los malos deseos. El viejo Adán en nosotros es ahogado cuando nos oponemos a los malos deseos y los suprimimos.



Nuestro catecismo también nos dice cómo esto sucede: “por pesar y arrepentimiento diarios.” Al viejo Adán se le mata en nosotros con pesar y arrepentimiento diarios. Pesar es reconocer nuestro pecado y lamentar desde el corazón que hayamos ofendido y entristecido a Dios con nuestros pecados. Tenemos que estar tristes y atribulados por nuestros pecados y la ira de Dios. El arrepentimiento es continuamente dejar el pecado para acudir a Dios por la fe en Cristo. Así el viejo Adán muere en nosotros cuando le pedimos a Dios el perdón de nuestros pecados, confiando en el mérito de Cristo, cuando le rogamos poder para resistir los malos deseos y suprimirlos, y para huir siempre más del pecado. Y debe haber pesar y arrepentimiento diarios. Todos los días debemos reconocer nuestro pecado y huir de él a la gracia de Dios. Toda nuestra vida debe ser un continuo arrepentimiento, una lucha constante contra el pecado. (“Porque, ¿no significa acaso el arrepentirse atacar seriamente al viejo hombre y entrar en una nueva vida? Por eso, cuando vives en arrepentimiento, vives en el bautismo.” Catecismo Mayor, Bautismo, #75) Diariamente tenemos que volver con arrepentimiento a nuestra gracia bautismal, de modo que, como Lutero dice de forma tan hermosa, “La vida del cristiano no es sino un bautismo diario, comenzado una vez y continuado sin cesar.”



2. Pero el bautismo tiene todavía otro significado. Después de que el hombre fue sumergido debajo del agua, de modo que el agua lo cubrió, otra vez salió del agua. Esto significa y retrata que “también cada día debe surgir y resucitar el nuevo hombre, para vivir eternamente delante de Dios en justicia y pureza..” Preg. 255, 256.



a. El nuevo hombre debe surgir y resucitar. Eso nos lleva a la primera pregunta: ¿Qué significa el nuevo hombre? Hemos oído que el bautismo es un lavamiento de regeneración. Por medio del bautismo nacemos de nuevo, y así somos llevados a la fe en Cristo. Pero 2 Corintios 5:17 dice que si alguien está en Cristo, si tiene la fe en Cristo, es una nueva criatura. Por medio del bautismo nacemos para ser una nueva criatura, se crea algo nuevo en nosotros, una nueva vida y naturaleza espiritual. En el bautismo recibimos nuevo poder para hacer el bien. A esta nueva naturaleza y vida las llamamos el nuevo hombre. Así definimos el nuevo hombre como la nueva naturaleza y vida espiritual que se crea en nosotros por medio del lavamiento de la regeneración.



b. Este nuevo hombre debe surgir y resucitar. Ya está el nuevo hombre, porque realmente fue creado en el bautismo. Nuestro catecismo luego nos describe más en detalle este nuevo hombre. Vive eternamente delante de Dios en justicia y pureza, o sea, con una justicia que vale ante Dios. Delante de él solamente vale la justicia que Cristo ganó por nosotros e hizo nuestra en el bautismo. Nosotros recibimos esta justicia por medio de la verdadera fe en Cristo. Vivir en justicia significa vivir en la verdadera fe. También vive en pureza. Huye del pecado, ya no sirve a los deseos malos como el viejo hombre, sino más bien a Dios en una vida pura y santa, con buenas obras. Así es el nuevo hombre que es creado en el bautismo.



Este nuevo hombre debe surgir y resucitar. Todavía es muy débil. Cuando nace un niño, es un verdadero ser humano, pero es todavía pequeño y débil, y necesita crecer y fortalecerse. Así es con el nuevo hombre. Al principio es pequeño y débil, y necesita crecer y fortalecerse en justicia y pureza. Podemos ver cómo sucede esto en Efesios 4:24. De la manera en que se pone la ropa y se envuelve en ella para cubrirse, nosotros los cristianos debemos siempre ponernos de nuevo a Cristo viviendo en justicia y pureza. Debemos andar cada día en la verdadera fe y en las buenas obras delante de Dios, de tal modo que siempre sea más evidente en nosotros la fe y las buenas obras. Así el nuevo hombre crece cada día, hasta que en la próxima vida llegue a vivir perfectamente en justicia y pureza delante de Dios. El nuevo hombre debe surgir y resucitar diariamente, lo cual sucede cuando nosotros andamos y crecemos diariamente en la verdadera fe y las buenas obras.



3. Nuestro bautismo con agua significa todo esto. Preguntas 256, 257.



a. Cuando nuestro catecismo dice que este bautizar con agua significa ahogar a diario el viejo hombre y el surgimiento del nuevo, no quiere decir con esto que el bautismo sea solamente una débil señal de todo esto, que solamente lo simbolice. Lutero demuestra cómo debe entenderse esto al agregar el pasaje de Romanos 6:4. Inmediatamente antes de estas palabras el apóstol había dicho que fuimos bautizados en la muerte de Cristo. Estamos hundidos en Cristo y en su muerte a través de nuestro bautismo, tenemos participación en Cristo y todo su mérito. Y luego sigue el apóstol: Somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo. Después de su muerte, Cristo fue sepultado y así sepultó también nuestros pecados. En el bautismo nosotros somos sepultados juntamente con él. De igual manera nosotros también debemos sepultar nuestros pecados, diariamente huir de ellos y evitarlos. Pero Cristo otra vez resucitó después de su muerte. Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, y ahora vive delante de Dios. Por medio del bautismo tenemos participación también en su resurrección y debemos andar diariamente en nueva vida delante de Dios. El bautismo significa, primero, que debemos huir diariamente del pecado y andar en una nueva vida.



b. Pero el bautismo no solamente nos da el deber, también nos da el poder para hacerlo. Por medio del bautismo tenemos participación en Cristo. Así como Cristo por medio de su muerte sepultó y dejó atrás el pecado, también a nosotros que hemos sido bautizados en su muerte nos da el poder para sepultar nuestros pecados, huir de ellos y vencerlos. Así como él resucitó y vive, nosotros que por el bautismo tenemos participación en su resurrección diariamente podemos resucitar del pecado y andar en una vida nueva. El santo bautismo nos da el poder para sepultar y vencer diariamente el pecado y andar en una nueva vida. (“Por eso, cuando vives en el arrepentimiento, vives en el bautismo, el cual no significa solamente dicha nueva vida, sino que la opera, la principia y la conduce, pues en él son dadas la gracia, el espíritu y la fuerza para dominar al viejo hombre, a fin de que surja y se fortalezca el nuevo.” Catecismo Mayor, Bautismo, #75)



c. El hecho de que tenemos la obligación de luchar contra el pecado y andar en una vida nueva y recibimos fuerzas para hacerlo por el bautismo se hace manifiesto en el voto que hemos hecho por medio de nuestros padrinos. Han oído este voto al estar presentes en el bautismo de otros niños. Renunciamos al diablo con todas sus obras y todos sus caminos. Prometemos servir solamente al Dios trino. Este voto bautismal especialmente debe impulsarnos a intentar a vivir y andar de una manera santa. Debemos recordar esta promesa bautismal todos los días, diariamente renunciar de nuevo al diablo con todos sus caminos y todas sus obras, para servir diariamente de nuevo a Dios en santidad y justicia. Si por debilidad caemos en el pecado, nos consolamos de nuevo con el bautismo con sus promesas, y sacamos de él siempre nuevas fuerzas para una vida nueva.



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Pues eso. Ya vais serviditos :coolgleam . Leedlo con calma :kaffeetri y luego, si queréis, tomaos un tiempo para responder :chirup_me

A mí personalmente me importa poco lo que opine un calvinista o un luterano sobre esta doctrina. Me importa lo que enseña la Iglesia. Pero como quiera que tanto calvinistas como luteranos usan la misma Biblia que vosotros, pues allá os las apañéis unos con otros.
Sólo quiero recordaos que en Hebreos se habla de la doctrina de bautismos como una de las más elementales.


vaya, vaya, por lo visto a Luis le gusta sepultar sus errores de interpretación Biblica entre mucha información.

con razón está tan confundido.

Para mi hubiera sido suficiente conque analizaramos despacio el versículo que Luis mencionó.

Perdón pero tendré que soltar una carcajada: jajajajaja
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

El versículo de 1ª Corintios que cité lo hice como interrogación ante la siguiente afirmación:
los niños (incluyendo a los bebes) son de CRISTO

Y pensar que todavía no hemos entrado en la doctrina del pecado original y cómo afecta a todos los nacidos de mujer.....


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Blanca Luz, ¿me estás diciendo que los calvinistas predican doctrinas falsas?
Pues mira, lo mismo dicen ellos de los que predicáis que no se deben bautizar niños.

Nos acusáis a los católicos de algo sobre lo que ni tan siquiera sois capaces de poneros de acuerdo.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

SERVANDO SUASTE dijo:
Gracias Luis; creeme que me daré un tiempo para leer todo lo expuesto en este hermoso estudio que has copiado y pegado . mas sin embargo deberás reconocer que en este epigrafe se está hablando de el "bautizo de bebes" Cosa que no es Biblica en cuanto a la doctrina de tu iglesia ICAR; Y tu mencionaste un versículo Biblico que según tu mismo no entendías; ya que preguntaste¿ Y como interpretas este versículo Biblico? A lo cuál te mencioné y no nadamás yo; que ese versículo habla del matrimonio No del Bautizo de infantes.

que tú no lo entiendas; no quiere decir que lo que te estamos diciendo es MENTIRA.

En el amor de Cristo.- Servando.


Sólo como corrección.
 
Re: ¡Bautizate, bebe!

Luis Fernando dijo:
El versículo de 1ª Corintios que cité lo hice como interrogación ante la siguiente afirmación:
los niños (incluyendo a los bebes) son de CRISTO




Vay, vaya, ¿entnces, siempre si interpretas????





Y pensar que todavía no hemos entrado en la doctrina del pecado original y cómo afecta a todos los nacidos de mujer.....


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Blanca Luz, ¿me estás diciendo que los calvinistas predican doctrinas falsas?
Pues mira, lo mismo dicen ellos de los que predicáis que no se deben bautizar niños.

Nos acusáis a los católicos de algo sobre lo que ni tan siquiera sois capaces de poneros de acuerdo.


¿¿en que parte del versículo que tu has mencionado se lee la palabra "niño o bebe"???