Estimados hermanos en Cristo:
En el mundo cristiano podemos ver que hay un nexo causal entre el nivel de doctrina que se enseña, y la organización eclesiástica (cuya escala va de jerarquía a anarquía).
La doctrina intacta de la que nos habla la Biblia, la sana doctrina, es la doctrina que no calla nada ni deja áreas oscuras; por otro lado, en el extremo opuesto de la cuerda vemos a la confusión doctrinal que se expresa en el cristianismo reduccionista, el cual pretende aislar sólo unos cuantos versos para deducir erróneamente afirmaciones que en la práctica se usan aún contra el mismo testimonio de la Biblia.
Así tenemos: entre más perfecta es la organización eclesial, más se enseña la doctrina completa, y entre menos organización eclesial existe, hay menos enseñanza de la doctrina.
Es por ésto que Jesucristo funda una Iglesia con estructura perfectamente organizada, en la que existen Apóstoles y Discípulos, y en la que existe la jerarquía de los Apóstoles (pastor, obispos, presbíteros, diáconos).
Así es que surge la Iglesia "columna y apoyo de la verdad" (1Tim. 3, 15) que enseña la verdad completa, que es Jesucristo Mismo (Jn 14, 6).
Sin embargo, con el transcurso de la historia y por el pecado del hombre, diversas doctrinas surgieron que provocaron divisiones en esa organización eclesial de la Iglesia, provocando consecuentemente un oscurecimiento de la verdad.
En el transcurso de los primeros 1000 años triunfantes de la Iglesia, todas las desaveniencias son efectivamente vencidas pues el espíritu de caridad en las comunidades cristianas era notable, pero conforme se va descuidando éste espíritu con el tiempo, es que se deja de observar.
El primer ejemplo concreto es la aparición de la estructura eclesial ortodoxa, que se separa de la de la Iglesia en el 1054:
- Su imperfección organizacional es el desechar la estructura eclesial jerárquica para sustituirla con una menos perfecta organización que crea diversas comunidades acéfalas (las eslavas, la de constantinopla, la griega, etc...). Por el nexo causal ya señalado, ocurre una disminución en la enseñanza de la doctrina completa expresándose ésta en el "congelamiento doctrinal", aceptando sólo hasta un punto cronológico el Magisterio de la Iglesia, y rechazándolo en adelante (sin afirmar nada sobre el Magisterio en sí, sólo haciendo esta arbitraria división temporal).
El segundo ejemplo concreto es la aparición de las estructuras eclesiales protestantes, que se separan de la de la Iglesia a partir de 1517, en adelante:
- Su imperfección organizacional es rechazar la estructura eclesial en sí, y no sólo creando la misma pero de manera acéfala como es el caso de las ortodoxas; ésto produce las llamadas "Iglesias Protestantes Históricas" donde cada nación desarrolla una "a su medida". Por el nexo causal señalado, también se produce la disminución en la enseñanza de la doctrina completa, y prácticamente se suprime toda verdad sobre la jerarquía de la organización eclesial cristiana para sustituirla por anarquía, mas no en la práctica puesto que quedan sujetas a la autoridad política del lugar (en Inglaterra al Rey de Inglaterra, en los países escandinavos a diversas "comisiones" de gobierno, etc...).
El Tercer ejemplo concreto es la desaparición de las estructuras eclesiales protestantes propiciada principalmente por la emigración de los protestantes europeos a América, y donde ya no fué posible sostener ninguna organización (debido a que con la independencia americana, se destruye ese principio organizacional eclesial que -como vimos- era el mismo poder político):
- La organización eclesial se disuelve a su máxima expresión posible, quedando reducida exclusivamente a núcleos de convencimiento e iniciación. Por el nexo causal es que a mínima organización le sucede una enseñanza mínima de doctrina, y así encontramos la formación del llamado movimiento de los evangélicos.
La reducción de la doctrina que se ha venido haciendo en los últimos tiempos en tan grave, que la "conversión" de una persona en ese tipo de movimientos ha quedado reducida sólamente a un modelo comercial que prescribe una prédica de unos 25 a 30 minutos, seguida de la pronunciación de una breve oración de aceptación (una fórmula como: "acepto a Jesús como mi Salvador" o etc...) y el versículo bíblico con el que se hace creer al pronunciante que eso es todo el cristianismo es Romanos 10, 9 que dice: "Pues si confesares con tu boca al Señor Jesús y creyeres en tu corazón que Dios le ha resucitado de entre los muertos, serás salvo.".
En estos tiempos de mínima enseñanza de la doctrina cristiana, se le puede llegar a hacer creer una persona que un determinado versículo contiene algo que no contiene en realidad. La sana doctrina (la doctrina completa) nos dice que el cristianismo es una verdad para ser vivida de por vida, sin embargo en tiempos del consumismo ésto no gusta y por tanto se quiere hacer creer que una de las declaraciones bíblicas en particular tiene su aplicación "de una vez y para siempre", por tanto en éstos tiempos de mínima organización eclesial y por tanto mínima doctrina, se le puede hacer creer a una persona que con media hora de prédica y una oración ha quedado para siempre "salva" (blasfemia en sí misma pues sólo Jesucristo es el Juez bíblico que puede declarar juicio de salvación o condenación al término de la vida terrestre de una persona). A continuación se le dá una insignia en particular para que anuncie con ésta a los demás que forma parte del movimiento anárquico.
Así que si en éstos tiempos de "instantaneidad", donde se buscan satisfactores inmediatos y la paciencia es la menos deseada de las virtudes, ¿acaso tiene remedio éste proceso de reductividad del cristianismo?.
¿Se podrá regresar a la sociedad a la verdadera dimensión de la doctrina cristiana?.
Yo creo que como bien nos dice la parábola, una cosa es la casa construida sobre arena y otra la casa construida sobre la roca. Una cosa son "remedios instantáneos" de la era consumista, y otra muy distinta su capacidad -o falta de ésta- para responder a las verdaderas necesidades humanas que permanecen inalterables.
Por ésto es que creo que el redescubrimiento de la riqueza de la organización eclesial dada por Jesucristo, junto con la consecuente doctrina intacta, es sólo cuestión de tiempo (que de hecho, ya ha tenido comienzo en varias comunidades específicas) puesto que el hombre no se puede quedar reducido a una sóla y limitada dimensión, sino que su espíritu siempre tenderá a la constante superación.
Me despido deseando que Dios les bendiga hoy y siempre.
En el mundo cristiano podemos ver que hay un nexo causal entre el nivel de doctrina que se enseña, y la organización eclesiástica (cuya escala va de jerarquía a anarquía).
La doctrina intacta de la que nos habla la Biblia, la sana doctrina, es la doctrina que no calla nada ni deja áreas oscuras; por otro lado, en el extremo opuesto de la cuerda vemos a la confusión doctrinal que se expresa en el cristianismo reduccionista, el cual pretende aislar sólo unos cuantos versos para deducir erróneamente afirmaciones que en la práctica se usan aún contra el mismo testimonio de la Biblia.
Así tenemos: entre más perfecta es la organización eclesial, más se enseña la doctrina completa, y entre menos organización eclesial existe, hay menos enseñanza de la doctrina.
Es por ésto que Jesucristo funda una Iglesia con estructura perfectamente organizada, en la que existen Apóstoles y Discípulos, y en la que existe la jerarquía de los Apóstoles (pastor, obispos, presbíteros, diáconos).
Así es que surge la Iglesia "columna y apoyo de la verdad" (1Tim. 3, 15) que enseña la verdad completa, que es Jesucristo Mismo (Jn 14, 6).
Sin embargo, con el transcurso de la historia y por el pecado del hombre, diversas doctrinas surgieron que provocaron divisiones en esa organización eclesial de la Iglesia, provocando consecuentemente un oscurecimiento de la verdad.
En el transcurso de los primeros 1000 años triunfantes de la Iglesia, todas las desaveniencias son efectivamente vencidas pues el espíritu de caridad en las comunidades cristianas era notable, pero conforme se va descuidando éste espíritu con el tiempo, es que se deja de observar.
El primer ejemplo concreto es la aparición de la estructura eclesial ortodoxa, que se separa de la de la Iglesia en el 1054:
- Su imperfección organizacional es el desechar la estructura eclesial jerárquica para sustituirla con una menos perfecta organización que crea diversas comunidades acéfalas (las eslavas, la de constantinopla, la griega, etc...). Por el nexo causal ya señalado, ocurre una disminución en la enseñanza de la doctrina completa expresándose ésta en el "congelamiento doctrinal", aceptando sólo hasta un punto cronológico el Magisterio de la Iglesia, y rechazándolo en adelante (sin afirmar nada sobre el Magisterio en sí, sólo haciendo esta arbitraria división temporal).
El segundo ejemplo concreto es la aparición de las estructuras eclesiales protestantes, que se separan de la de la Iglesia a partir de 1517, en adelante:
- Su imperfección organizacional es rechazar la estructura eclesial en sí, y no sólo creando la misma pero de manera acéfala como es el caso de las ortodoxas; ésto produce las llamadas "Iglesias Protestantes Históricas" donde cada nación desarrolla una "a su medida". Por el nexo causal señalado, también se produce la disminución en la enseñanza de la doctrina completa, y prácticamente se suprime toda verdad sobre la jerarquía de la organización eclesial cristiana para sustituirla por anarquía, mas no en la práctica puesto que quedan sujetas a la autoridad política del lugar (en Inglaterra al Rey de Inglaterra, en los países escandinavos a diversas "comisiones" de gobierno, etc...).
El Tercer ejemplo concreto es la desaparición de las estructuras eclesiales protestantes propiciada principalmente por la emigración de los protestantes europeos a América, y donde ya no fué posible sostener ninguna organización (debido a que con la independencia americana, se destruye ese principio organizacional eclesial que -como vimos- era el mismo poder político):
- La organización eclesial se disuelve a su máxima expresión posible, quedando reducida exclusivamente a núcleos de convencimiento e iniciación. Por el nexo causal es que a mínima organización le sucede una enseñanza mínima de doctrina, y así encontramos la formación del llamado movimiento de los evangélicos.
La reducción de la doctrina que se ha venido haciendo en los últimos tiempos en tan grave, que la "conversión" de una persona en ese tipo de movimientos ha quedado reducida sólamente a un modelo comercial que prescribe una prédica de unos 25 a 30 minutos, seguida de la pronunciación de una breve oración de aceptación (una fórmula como: "acepto a Jesús como mi Salvador" o etc...) y el versículo bíblico con el que se hace creer al pronunciante que eso es todo el cristianismo es Romanos 10, 9 que dice: "Pues si confesares con tu boca al Señor Jesús y creyeres en tu corazón que Dios le ha resucitado de entre los muertos, serás salvo.".
En estos tiempos de mínima enseñanza de la doctrina cristiana, se le puede llegar a hacer creer una persona que un determinado versículo contiene algo que no contiene en realidad. La sana doctrina (la doctrina completa) nos dice que el cristianismo es una verdad para ser vivida de por vida, sin embargo en tiempos del consumismo ésto no gusta y por tanto se quiere hacer creer que una de las declaraciones bíblicas en particular tiene su aplicación "de una vez y para siempre", por tanto en éstos tiempos de mínima organización eclesial y por tanto mínima doctrina, se le puede hacer creer a una persona que con media hora de prédica y una oración ha quedado para siempre "salva" (blasfemia en sí misma pues sólo Jesucristo es el Juez bíblico que puede declarar juicio de salvación o condenación al término de la vida terrestre de una persona). A continuación se le dá una insignia en particular para que anuncie con ésta a los demás que forma parte del movimiento anárquico.
Así que si en éstos tiempos de "instantaneidad", donde se buscan satisfactores inmediatos y la paciencia es la menos deseada de las virtudes, ¿acaso tiene remedio éste proceso de reductividad del cristianismo?.
¿Se podrá regresar a la sociedad a la verdadera dimensión de la doctrina cristiana?.
Yo creo que como bien nos dice la parábola, una cosa es la casa construida sobre arena y otra la casa construida sobre la roca. Una cosa son "remedios instantáneos" de la era consumista, y otra muy distinta su capacidad -o falta de ésta- para responder a las verdaderas necesidades humanas que permanecen inalterables.
Por ésto es que creo que el redescubrimiento de la riqueza de la organización eclesial dada por Jesucristo, junto con la consecuente doctrina intacta, es sólo cuestión de tiempo (que de hecho, ya ha tenido comienzo en varias comunidades específicas) puesto que el hombre no se puede quedar reducido a una sóla y limitada dimensión, sino que su espíritu siempre tenderá a la constante superación.
Me despido deseando que Dios les bendiga hoy y siempre.