¡Hola!.
En el año 2017 se celebrará el Quinientos Aniversario de Protestantismo en el mundo, sin embargo es curioso cómo refleja este acontecimiento en sí mismo todas las diferencias entre Iglesia y comunidades cristianas separadas.
El 2,000 Aniversario de la Iglesia fué ampliamente celebrado y conmemorado, comenzando por los 3 años Trinitarios (1997, 1998 y 1999) y concluyendo con el Año Jubilar del 2000, ésta vez doblemente festivo.
En contraste, el año 2017 no será celebrado -salvo algunas excepciones locales- por la comunidad protestante mundial, sino que será ampliamente ignorado por el grueso de dicha comunidad religiosa, y de ésto surge la obligada pregunta: ¿Por qué?.
La respuesta a la interrogante del 2017 subyace en la previsible pero -aún así- inesperada evolución del Protestantismo en sus 500 años de existencia; el Protestantismo pasó de ser religión de Estado hace 500 años a una "religión de anarquía" en el 2000.
Hace 500 años, los diversos Príncipes europeos deseosos de obtener en definitiva su autonomía política y jurisdiccional, adoptaron así el Protestantismo como religión de Estado y lo mismo que le dió fuerza y relevancia al Protestantismo es lo que acabó por destruirlo en su forma original (Iglesias Históricas) y convertirlo en la "religión de anarquía" contemporánea.
Cuando los Estados Escandinavos y el resto de Estados Europeos adoptan el Protestantismo como la religión oficial, le imprimen la "bendición" del Estado-Nación con todos los beneficios que ésto conlleva pero al mismo tiempo domestican sus características y controlan sus consecuencias, convirtiendo así al Protestantismo en la conveniente -y políticamente correcta- cultura religiosa local.
En Inglaterra vemos que la estructura eclesial de otros tiempos es suplantada con otra casi idéntica pero "con la Reina a la cabeza", sin duda alguna una solución típicamente democrática de la siempre flemática Monarquía (y sociedad) inglesa.
En Países Bajos el Protestantismo se adapta -bajo su teólogo Calvino- como la religión del capitalismo, donde se declara "muerto" el pecado y predestinada la gloria, y se hacen socialmente permisivas las conductas inmorales (¿las pre-destinadas conductas inmorales?) de la sociedad mercantilista.
En las múltiples Naciones teutonas que hoy se engloban en Alemania, el Protestantismo a pesar de no conservar la cohesión estructural inglesa, en lo que respecta a todos sus aspectos teóricos y funcionales comienza a regirse por una evocación eclesiástica unitaria: ya no importan las diferencias señaladas por Lutero, sino su vocación unitaria.
Por último, en América el Protestantismo no se convierte en la "religión del capitalismo" europea, sino más bien en la religión de la política, donde es un "manto de silencio" que todo lo explica, todo lo justifica y todo lo asimila (de Anticonceptivos a Imperialismo, y de Materialismo a Xenofobia, -en fin- todo el Alfabeto de la concupiscencia).
Es en ésta retrospectiva donde encontramos el porqué el año 2017 será recibido con gran silencio por todos menos por la Iglesia: la cimiente de arena de la casa construida por el hombre se ha deslavado, y los muros sobre ella apoyados se están desgajando.
Me despido -como siempre- con un abrazo en Jesús y María Inmaculada.
En el año 2017 se celebrará el Quinientos Aniversario de Protestantismo en el mundo, sin embargo es curioso cómo refleja este acontecimiento en sí mismo todas las diferencias entre Iglesia y comunidades cristianas separadas.
El 2,000 Aniversario de la Iglesia fué ampliamente celebrado y conmemorado, comenzando por los 3 años Trinitarios (1997, 1998 y 1999) y concluyendo con el Año Jubilar del 2000, ésta vez doblemente festivo.
En contraste, el año 2017 no será celebrado -salvo algunas excepciones locales- por la comunidad protestante mundial, sino que será ampliamente ignorado por el grueso de dicha comunidad religiosa, y de ésto surge la obligada pregunta: ¿Por qué?.
La respuesta a la interrogante del 2017 subyace en la previsible pero -aún así- inesperada evolución del Protestantismo en sus 500 años de existencia; el Protestantismo pasó de ser religión de Estado hace 500 años a una "religión de anarquía" en el 2000.
Hace 500 años, los diversos Príncipes europeos deseosos de obtener en definitiva su autonomía política y jurisdiccional, adoptaron así el Protestantismo como religión de Estado y lo mismo que le dió fuerza y relevancia al Protestantismo es lo que acabó por destruirlo en su forma original (Iglesias Históricas) y convertirlo en la "religión de anarquía" contemporánea.
Cuando los Estados Escandinavos y el resto de Estados Europeos adoptan el Protestantismo como la religión oficial, le imprimen la "bendición" del Estado-Nación con todos los beneficios que ésto conlleva pero al mismo tiempo domestican sus características y controlan sus consecuencias, convirtiendo así al Protestantismo en la conveniente -y políticamente correcta- cultura religiosa local.
En Inglaterra vemos que la estructura eclesial de otros tiempos es suplantada con otra casi idéntica pero "con la Reina a la cabeza", sin duda alguna una solución típicamente democrática de la siempre flemática Monarquía (y sociedad) inglesa.
En Países Bajos el Protestantismo se adapta -bajo su teólogo Calvino- como la religión del capitalismo, donde se declara "muerto" el pecado y predestinada la gloria, y se hacen socialmente permisivas las conductas inmorales (¿las pre-destinadas conductas inmorales?) de la sociedad mercantilista.
En las múltiples Naciones teutonas que hoy se engloban en Alemania, el Protestantismo a pesar de no conservar la cohesión estructural inglesa, en lo que respecta a todos sus aspectos teóricos y funcionales comienza a regirse por una evocación eclesiástica unitaria: ya no importan las diferencias señaladas por Lutero, sino su vocación unitaria.
Por último, en América el Protestantismo no se convierte en la "religión del capitalismo" europea, sino más bien en la religión de la política, donde es un "manto de silencio" que todo lo explica, todo lo justifica y todo lo asimila (de Anticonceptivos a Imperialismo, y de Materialismo a Xenofobia, -en fin- todo el Alfabeto de la concupiscencia).
Es en ésta retrospectiva donde encontramos el porqué el año 2017 será recibido con gran silencio por todos menos por la Iglesia: la cimiente de arena de la casa construida por el hombre se ha deslavado, y los muros sobre ella apoyados se están desgajando.
Me despido -como siempre- con un abrazo en Jesús y María Inmaculada.