Re: Entiendes lo que Dios HACE?
No siempre lo que nosotros creemos mejor, es lo mejor para nosotros:
"Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son mas altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos." (Isa. 55: 8, 9).
"Naamán el sirio consultó al profeta de Dios acerca de cómo podía curarse de una enfermedad repugnante: la lepra. Se le ordenó ir y bañarse en el Jordán siete veces. ¿Por qué no siguió inmediatamente las instrucciones de Elías, el profeta de Dios?...
A causa de su mortificación y decepción tuvo un rapto de cólera, y furiosamente rehusó seguir el humilde procedimiento que le había señalado el profeta de Dios.
"He aquí", dijo, "yo decía para mí: Saldrá él luego y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado".
Su criado dijo: "Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?" Sí, ese gran hombre consideraba que estaba por debajo de su dignidad ir al humilde río Jordán y lavarse.
Los ríos que había mencionado y deseado se veían embellecidos por los árboles y sotos de sus riberas y había ídolos en esos sotos. Muchos acudían a esos ríos para adorar las estatuas de sus dioses; por lo tanto, eso no hubiera significado ninguna humillación para él. Pero el cumplimiento de las directivas específicas del profeta hubiera humillado su espíritu orgulloso y altivo. La obediencia voluntaria traería el resultado deseado. Se lavó y quedó sano." (Testimonies, tomo 2, pág. 310).
"Nuestros planes no son siempre los de Dios... En su amante cuidado e interés por nosotros, muchas veces Aquel que nos comprende mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición... Nos pide él que le cedamos muchas cosas; pero al hacerlo no nos despojamos más que de lo que nos impide avanzar hacia el cielo...
En la vida futura, se aclararán los misterios que aquí nos han preocupado y chasqueado. Veremos que las oraciones que nos parecían desatendidas y las esperanzas defraudadas figuraron entre nuestras mayores bendiciones" ( El Ministerio de Curación, págs. 373, 376.)
Por último, Dios nunca nos abandonará:
"¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti." (Isa. 49:15)
"Dios te ama. Pregunto: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz?" Probablemente hayas oído la historia de la mujer que con su esposo y su hijo trató de cruzar las montañas en medio del invierno. La noche y la tormenta detuvieron su avance. El esposo fue en procura de ayuda y se perdió en medio de la oscuridad y la nieve fresca, y se demoró en regresar. La madre sintió que el frío de la muerte se apoderaba de ella, de manera que descubrió su cuerpo frente al frío viento que caía con el fin de dar lo que le quedaba de vida para salvar a su hijo. Al llegar la mañana encontraron al bebé arropado en el chal de la madre, mientras trataba en vano atraer la atención de los fríos ojos de su madre con sus sonrisas y gestos infantiles, preguntándose tal vez por qué no se despertaba de su sueño.
Un amor más fuerte que la muerte vinculaba el corazón de la madre con el de su hijo. No obstante, Dios dice que con más facilidad se olvidará una madre de su hijo que él del alma que confía en su gracia. El hecho de que Dios nos ame es suficiente para inspirarnos la más profunda gratitud durante toda nuestra vida. El amor de Dios te habla. Presta atención, si no, no aplicarás sus palabras a tu propio caso. Sólo confía en Jesús, y gozarás de las satisfacciones más profundas" (Carta 12, del 9 de agosto de 1873, dirigida a Edson y Emma White)