Pesadilla antes de Halloween: ¿hacen los cristianos publicidad a lo satánico?
MADRID, 24-10-2004 (PD/ACPress.net).
Existen cristianos que en estos días insistirán en recordar al mundo que no sé quién en no sé qué año decidió inventarse una fiesta susceptible de ofrecer poderes tenebrosos, dice Luis Marián. Gracias a Dios, continúa, frente a esta propagación existen otros creyentes que prefieren celebrar el Día Internacional de la Biblia.
Luis Marián trabaja en Madrid como documentalista en la Universidad Carlos III, es coordinador de la Biblioteca Protestante de Madrid y estudiante de periodismo. Ante la víspera de noviembre que supone recibir correos electrónicos de creyentes que alertan de los infernales peligros de la fiesta de Halloween. Opina en un artículo de su columna de ProtestanteDigital (dLirios) que es “gracias a nosotros, que el componente diabólico de Halloween es redescubierto por miles de fiesteros cada noche del 31 de octubre al 1 de noviembre”. A quienes antes se tomaban ese día como un simple motivo para disfrazarse “se les ofrece ahora la posibilidad de saber que las fuerzas del mal están a su disposición. Gracias a la publicidad que los cristianos damos a las cualidades satánicas de dicha fiesta, muchos jóvenes que hasta entonces desconocían el poder oscuro de la celebración de Todos los Santos se animan ahora a buscarlo”.
Paradójicamente, dice, “muchos olvidamos que fue también un 31 de octubre cuando se produjo uno de los hechos más transcendentes de la historia de la humanidad. Ese día de 1517, un monje agustino poco preocupado por Halloween clavaría en la puerta de la catedral de Wittemberg 95 argumentos contra los abusos y postulados del poder religioso de la época”. Aquel acto de valentía sería el punto de partida de un espectacular mover del Espíritu Santo sin parangón.
Lo más llamativo de esta situación, dice, “es que existen cristianos que en estos días insistirán en recordar al mundo que no sé quién en no sé qué año decidió inventarse una fiesta susceptible de ofrecer poderes tenebrosos”. Gracias a Dios, continúa, frente a esta propagación existen otros creyentes que prefieren celebrar el Día Internacional de la Biblia deleitándose en los profundos pasajes del evangelio.
Mientras el 31 de octubre “podría ser la fiesta de “Hello Wind” (Hola, Espíritu, en inglés) hay quien de nuevo se lanzará de forma más o menos involuntaria al marketing de lo oscuro”. Y es que comprobar que una juerga pagana sirve como leit motiv para llamar a los cristianos a la difusión del espanto mientras se desvanece el recuerdo de la obra de Dios es para asustarse. “Énfasis así hacen que el 1 de noviembre produzca miedo de verdad”, finaliza Luis Marián.
El artículo completo lo pueden leer en www.ProtestanteDigital/actual/dLirios.htm.
Fuente y redacción: ACPress.net
MADRID, 24-10-2004 (PD/ACPress.net).
Existen cristianos que en estos días insistirán en recordar al mundo que no sé quién en no sé qué año decidió inventarse una fiesta susceptible de ofrecer poderes tenebrosos, dice Luis Marián. Gracias a Dios, continúa, frente a esta propagación existen otros creyentes que prefieren celebrar el Día Internacional de la Biblia.
Luis Marián trabaja en Madrid como documentalista en la Universidad Carlos III, es coordinador de la Biblioteca Protestante de Madrid y estudiante de periodismo. Ante la víspera de noviembre que supone recibir correos electrónicos de creyentes que alertan de los infernales peligros de la fiesta de Halloween. Opina en un artículo de su columna de ProtestanteDigital (dLirios) que es “gracias a nosotros, que el componente diabólico de Halloween es redescubierto por miles de fiesteros cada noche del 31 de octubre al 1 de noviembre”. A quienes antes se tomaban ese día como un simple motivo para disfrazarse “se les ofrece ahora la posibilidad de saber que las fuerzas del mal están a su disposición. Gracias a la publicidad que los cristianos damos a las cualidades satánicas de dicha fiesta, muchos jóvenes que hasta entonces desconocían el poder oscuro de la celebración de Todos los Santos se animan ahora a buscarlo”.
Paradójicamente, dice, “muchos olvidamos que fue también un 31 de octubre cuando se produjo uno de los hechos más transcendentes de la historia de la humanidad. Ese día de 1517, un monje agustino poco preocupado por Halloween clavaría en la puerta de la catedral de Wittemberg 95 argumentos contra los abusos y postulados del poder religioso de la época”. Aquel acto de valentía sería el punto de partida de un espectacular mover del Espíritu Santo sin parangón.
Lo más llamativo de esta situación, dice, “es que existen cristianos que en estos días insistirán en recordar al mundo que no sé quién en no sé qué año decidió inventarse una fiesta susceptible de ofrecer poderes tenebrosos”. Gracias a Dios, continúa, frente a esta propagación existen otros creyentes que prefieren celebrar el Día Internacional de la Biblia deleitándose en los profundos pasajes del evangelio.
Mientras el 31 de octubre “podría ser la fiesta de “Hello Wind” (Hola, Espíritu, en inglés) hay quien de nuevo se lanzará de forma más o menos involuntaria al marketing de lo oscuro”. Y es que comprobar que una juerga pagana sirve como leit motiv para llamar a los cristianos a la difusión del espanto mientras se desvanece el recuerdo de la obra de Dios es para asustarse. “Énfasis así hacen que el 1 de noviembre produzca miedo de verdad”, finaliza Luis Marián.
El artículo completo lo pueden leer en www.ProtestanteDigital/actual/dLirios.htm.
Fuente y redacción: ACPress.net